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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAAGUAZÚ

FACULTAD DE CIENCIAS Y TECNOLOGIAS

INFILTRACION

Entregado al:
Ing. Oscar Martinez Patri

Por las Alumnas:


 Delia Godoy
 Gabriela Duré
 Kristiel Martinez

Carrera:
Ing. Civil - 7mo Semestre

2017

Coronel Oviedo - Paraguay


Introducción

La infiltración está gobernada por dos fuerzas: la gravedad y la acción capilar. Los
poros muy pequeños empujan el agua por la acción capilar además de contra la fuerza
de la gravedad. La tasa de infiltración se ve afectada por características del suelo como
la facilidad de entrada, la capacidad de almacenaje y la tasa de transmisión por el suelo.
En el control de la tasa y capacidad infiltración desempeñan un papel, la textura
y estructura del suelo, los tipos de vegetación, el contenido de agua del suelo, la
temperatura del suelo y la intensidad de precipitación. Por ejemplo, los suelos arenosos
de grano grueso tienen espacios grandes entre cada grano y permiten que el agua se
infiltre rápidamente. La vegetación crea más suelos porosos, protegiendo el suelo del
estancamiento de la precipitación, que puede cerrar los huecos naturales entre las
partículas del suelo, y soltando el suelo a través de la acción de las raíces. A esto se debe
que las áreas arboladas tengan las tasas de infiltración más altas de todos los tipos de
vegetación.
La capa superior de hojas, que no está descompuesta, protege el suelo de la
acción de la lluvia, y sin ella el suelo puede hacerse mucho menos permeable. En las
áreas con vegetación de chaparral, los aceites hidrofóbicos de las hojas suculentas
pueden extenderse sobre la superficie del suelo con el fuego, creando grandes áreas de
suelo hidrofóbico.
Otros eventos que pueden bajar las tasas de infiltración o bloquearla son los
restos de plantas secas que son resistentes al remojo, o las heladas. Si el suelo está
saturado en un período glacial intenso, puede convertirse en un cemento congelado en
el cual no se produce casi ninguna infiltración. Sobre una línea divisoria de aguas
probablemente habrá huecos en el cemento helado o el suelo hidrofóbico por donde el
agua puede infiltrarse.
Una vez que el agua se ha infiltrado en el suelo, permanece allí y se filtra al agua
subterránea, o pasa a formar parte del proceso de escorrentía subsuperficial.
DEFINICIÓN
El agua precipitada sobre la
superficie de la tierra, queda
detenida, se evapora, discurre
por ella o penetra hacia el
interior. Se define como
infiltración al paso del agua de la
superficie hacia el interior del
suelo. Es un proceso que depende fundamentalmente del agua disponible a infiltrar, la
naturaleza del suelo, el estado de la superficie y las cantidades de agua y aire
inicialmente presentes en su interior. A medida que el agua infiltra desde la superficie,
las capas superiores del suelo se van humedeciendo de arriba hacia abajo, alterando
gradualmente su humedad. En cuanto al aporte de agua, el perfil de humedad tiende a
la saturación en toda la profundidad, siendo la superficie el primer nivel a saturar.
Normalmente la infiltración proveniente de precipitaciones naturales no es capaz de
saturar todo el suelo, sólo satura las capas más cercanas a la superficie, conformando
un perfil típico donde el valor de humedad decrece con la profundidad.
Cuando cesa el aporte de agua en la superficie, deja de haber infiltración, la
humedad en el interior del suelo se redistribuye, generando un perfil de humedad
inverso, con valores de humedad menores en las capas cercanas a la superficie y
mayores en las capas más profundas.

I. DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE INFILTRACIÓN


Considérese un área de suelo suficientemente pequeña, de modo que sus
características (tipo de suelo, cobertura vegetal, etc), así como la intensidad de la lluvia
en el espacio puedan considerarse uniformes, aunque la última cambie en el tiempo.
Supóngase que, al inicio de una tormenta, el suelo está de tal manera seco que la
cantidad de agua que puede absorber en la unidad de tiempo, es decir, su capacidad de
infiltración es mayor que la intensidad de la lluvia en esos primeros instantes de la
tormenta. Bajo estas condiciones, se infiltraría toda la lluvia, es decir:
Si i < fp , f = i
Donde:
f = infiltración, expresada como lámina por unidad de tiempo (mm/h)
fp = capacidad de infiltración (mm/h)
i = intensidad de la lluvia
En esta parte del proceso las fuerzas producidas por la capilaridad predominan
sobre las gravitatorias. Al avanzar el tiempo, si la lluvia es suficientemente intensa, el
contenido de humedad del suelo aumenta hasta que su superficie alcanza la saturación.
En este momento se empiezan a llenar las depresiones del terreno, es decir, se
originan charcos y comienza a producir flujo sobre la superficie. A este instante se le
llama tiempo de encharcamiento y se denota como tp.
Después del tiempo de encharcamiento, si la lluvia sigue siendo intensa, las
fuerzas capilares pierden importancia frente a las gravitatorias pues el contenido de
humedad en el suelo aumenta y la capacidad de infiltración disminuye con el tiempo.
Además, bajo estas condiciones, la infiltración se hace independiente de la variación en
el tiempo de la intensidad de la lluvia en tanto que ésta sea mayor que la capacidad de
transmisión del suelo, de manera que:
Si i > fp , t > tp, f = fp
Donde fp decrece con el tiempo.

Si después del tiempo de encharcamiento la tormenta entra en un periodo de


calma, es decir, su intensidad disminuye hasta hacerse menor que la capacidad de
infiltración, el tirante de agua existente sobre la superficie del suelo, de haberlo,
disminuye hasta desaparecer y el agua contenida en los charcos también se infiltra, y en
menor grado se evapora.

Cuando ya no hay agua sobre la superficie del terreno, el contenido de humedad


de las capas de suelo cercanas al frente húmedo se difunde, haciendo que dicho frente
avance hacia arriba hasta que la superficie deja de estar saturada.

Posteriormente, la lluvia puede volver a intensificarse y alcanzar otro tiempo de


encharcamiento repitiéndose todo el ciclo descrito.

FACTORES QUE AFECTAN LA CAPACIDAD DE INFILTRACIÓN


La forma precisa en que se realiza el proceso descrito depende de un gran número de
factores, entre los que destacan:
a) Textura del suelo.
b) Contenido de humedad inicial.
c) Contenido de humedad de saturación.
d) Cobertura vegetal.
e) Uso del suelo.
f) Aire atrapado.
g) Lavado de material fino.
h) Compactación.
i) Temperatura, sus cambios y diferencias.

II. MÉTODOS PARA CALCULAR LA INFILTRACIÓN


Hay varias formas de estimar el volumen y/o la tasa de infiltración del agua en
un suelo. Algunos métodos de valoración excelentes son el método Green-Ampt, el
método de SCS, el método de Horton, y la ley de Darcy.
ECUACIÓN GENERAL DE INFILTRACIÓN
La ecuación general considera flujo de agua en medio no saturado. Este tipo de
flujo puede describirse con la ecuación de Darcy, originalmente desarrollada para suelos
saturados:

donde:
q = velocidad de Darcy
K = conductividad hidráulica del suelo
h = carga piezométrica
En suelos no saturados K varía con la humedad del suelo, teniendo como límite la
conductividad hidráulica saturada Ksat. h, por su parte, tiene dos componentes
principales en un suelo no saturado, en función de las energías involucradas:
h = ϕ + z [L]
donde:
ϕ = potencial capilar, altura de agua equivalente que ejerce la misma tensión de succión
capilar [L]
Z = potencial gravitacional (profundidad) [L].
La carga piezométrica de agua “h” se mide en dimensiones de altura pero también
puede entenderse como la energía por unidad del peso del fluido.

ECUACIONES PARA EL CÁLCULO DE LA INFILTRACIÓN PUNTUAL.


Ecuación de Horton
Una de las primeras ecuaciones de infiltración fue desarrollada por Horton
en1939, quien a partir de experimentos de campo, estableció, para el caso de un suelo
sometido a una precipitación con intensidad siempre superior a la capacidad de
infiltración, una relación empírica para representar el declive de la infiltración con el
tiempo puede ser presentada de la siguiente forma:

donde:

La tasa mínima de infiltración Ib teóricamente sería igual a la conductividad


hidráulica saturada Ksat, si no hubiese el efecto del aire comprimido en el interior del
suelo, dificultando la infiltración. Por eso Ib es normalmente menor que Ksat.
El ajuste de la ecuación de Horton a datos medidos en campo permite la
determinación de los parámetros Ii , Ib y k. El parámetro Ib es fácilmente identificable en
los experimentos, porque representa la conductividad hidráulica saturada aparente del
suelo (aparente porque incluye la resistencia proporcionada por el aire comprimido en
los poros del suelo natural). El parámetro Ii también es obtenido inmediatamente de los
experimentos porque es una tasa de infiltración inicial, esto es una tasa de infiltración
en el momento en que es alcanzada la saturación superficial y comienza a haber
escurrimiento (exceso) superficial, lo que equivale a decir que Ii es igual a la intensidad
de la precipitación que saturó la superficie del suelo. Establecidos Ib e Ii resta apenas
determinar el parámetro k, lo que es hecho a través del ajuste de la ecuación anterior a
los puntos I y t medidos en campo.
Integrando la ecuación anterior con respecto al tiempo, se obtiene la ecuación de
los volúmenes infiltrados acumulados en el tiempo:

donde
Vf = volumen infiltrado acumulado hasta el tiempo t, contado a partir del
momento en la superficie del suelo se saturó.

Ecuación de Philip
Philip en 1957 planteó la tasa de infiltración mediante la siguiente expresión:

donde t es el tiempo pasado desde el inicio de la infiltración y C, A, D y E son


coeficientes que dependen del medio poroso.
La serie da altas tasas de infiltración iniciales, pero ofrece resultados totalmente
incoherentes para tiempos mayores, porque predice altas tasas de infiltración para un
largo tiempo, cuando la experiencia indica un decaimiento. Esa incoherencia ocurre del
propio método de solución utilizado, el método de las perturbaciones, donde la
gravedad fue considerada como una pequeña perturbación en relación a la capilaridad,
lo que no es verdad cuando el suelo se encamina para la saturación.
El procedimiento utilizado para perfilar este problema es la interrupción de la serie
manteniéndola hasta el término A, inclusive. Este término, entonces, pasa a ser
interpretado como la tasa residual de infiltración equivalente al Ib de Horton.
El volumen infiltrado acumulado deducido de la serie interrumpida es el siguiente:

donde S = 2C es definida como la absorción del suelo.


Introduciendo la absorción en la ecuación de la tasa de infiltración, se obtiene:
El ajuste de esa ecuación a datos medidos en el campo es análogo a los anteriores,
siendo A equivalente a la Ib (Horton). Los parámetros A y S son los parámetros de ajuste
en este caso.
Por otro lado, existen en la literatura varias ecuaciones empíricas que derivan o se
asemejan a la solución de Philip. Un ejemplo es la fórmula de Kostyakov, de 1932, que
tiene la siguiente expresión:

donde a y b son parámetros empíricos.

Ecuación de Green-Ampt
Green y Ampt en 1911 propusieron un modelo simplificado para infiltración. Este
modelo es derivado de la ecuación de Darcy a través de simplificaciones en el fenómeno
de propagación del frente húmedo en el interior del suelo.
Básicamente estas simplificaciones consisten en que el suelo es considerado
totalmente saturado desde la superficie hasta la profundidad del frente húmedo; abajo,
el suelo continúa con la humedad previa a la precipitación. A medida que el frente
húmedo avanza se mantienen estas condiciones; en la superficie del frente húmedo,
que separa el 33 suelo saturado del no saturado, la tensión capilar es siempre la misma,
en cualquier tiempo y posición que tenga el frente.
En resumen, es un pistón de agua rellenando los poros del suelo succionado para
abajo con una tensión constante. Desde la superficie hasta la profundidad L que alcanza
el frente húmedo, el potencial capilar ϕ pasa de cero a un valor ϕf y el potencial
gravitacional z varía de cero a L. Consecuentemente la carga piezométrica h varía de
cero a ϕf + L, entre la superficie del terreno y la profundidad del frente húmedo.
Sustituyendo esa relación en la ecuación de Darcy, se obtiene entonces la ecuación de
Green y Ampt:

donde:

Considerando que: f = dF/dt , el volumen infiltrado acumulado, F, está dado por:


donde:

Integrando la ecuación de Green y Ampt, el volumen infiltrado acumulado, F, está


dado por:

Donde Sf es un factor de succión-almacenamiento:

Despejando F en la ecuación anterior y analizando el momento de la saturación


superficial se obtiene el volumen infiltrado desde el inicio de la precipitación hasta el
encharcamiento:

siendo r la intensidad constante de precipitación que infiltra completamente en


este período. Esto lleva a la deducción de la siguiente expresión del tiempo de
encharcamiento:

Como, f = dF/dt se puede obtener una ecuación implícita de F(t) integrando la


ecuación 3.17, siendo los límites inferiores de integración t = tp y F = Fp . De este cálculo
se obtiene:

La ecuación permite evaluar el volumen infiltrado F para diferentes tiempos t, y


por consiguiente las tasas f, con lo que se puede determinar el hietograma de
precipitación efectiva a partir de un hietograma de precipitación total.
Rawls y Brakensiek presentaron ábacos de estimación de la succión ϕf y de la
conductividad hidráulica K’, con base en el porcentaje de arcilla y de arena del suelo.
Con estos ábacos más uno de la porosidad φ, que corresponde a la θsat , se puede
calcular la infiltración originada por una precipitación, conociendo la textura del suelo.
Los ábacos referidos se presentan en la figura. El uso de los valores contenidos en esos
ábacos debe ser con mucho cuidado pues no hacen referencia a la estructura del suelo,
lo que puede modificar sensiblemente los parámetros de infiltración.

Criterio de la capacidad de infiltración media


Este criterio supone que la capacidad de infiltración es constante durante toda la
tormenta. A esta capacidad de infiltración se le llama índice de infiltración media Ø.
Cuando se tiene un registro simultáneo de precipitación y escurrimiento de una
tormenta, el índice de infiltración media se calcula de la siguiente manera:

a) Del Hidrograma de la avenida se separa el gasto base y se calcula el volumen de


escurrimiento directo.
b) Se calcula la altura de lluvia en exceso o efectiva hpe como el volumen de
escurrimiento directo dividido entre el área de la cuenca:
𝑉𝑒𝑑
ℎ𝑝𝑒 =
𝐴𝑐
c) Se calcula el índice de infiltración media Ø trazando una línea hori'zontal en el
hietograma de la tormenta, de tal manera que la suma de las alturas de precipitación
que queden arriba de esa línea sea igual a hpe. El índice de infiltración media Ø será
entonces igual a la altura de precipitación correspondiente a la línea horizontal
dividida entre el intervalo de tiempo Δt que dure cada barra del hietograma.

Criterio del coeficiente de escurrimiento


Con este criterio se supone que las pérdidas son proporcionales a la intensidad
de la lluvia, esto es:
𝑓 = (1 − 𝐶𝑒)𝑖 , es decir 𝑟 = 𝐶𝑒𝑖
Donde la constante de proporcionalidad Ce, sin unidades, se denomina coeficiente
de escurrimiento. Otra manera de escribir la ecuación es
𝑉𝑒𝑑 = 𝐶𝑒 𝑉𝐼𝐼

Criterio del United States Soil Conservation Service (USSCS)


La relación entre el coeficiente de escurrimiento y la altura de precipitación total
de una tormenta está dada por:
(𝑃 − 0.2𝑆)2
𝐶𝑒 = 2
𝑃 + 0.8𝑆𝑃
donde P es la altura total de precipitación de la tormenta y S es un parámetro por
determinar, con las mismas Unidades de P.
El parámetro S se puede estimar si se conocen varias parejas de valores (P, Ce); el
valor de S puede tomarse como el que hace que la variancia del error cometido al
calcular Ce, con respecto al coeficiente de escurrimiento real, sea mínima.

Criterio del Índice de precipitación antecedente


Este criterio relaciona el índice de infiltración media c/J con las condiciones de
humedad del suelo y es útil para problemas de predicción de avenidas a corto plazo.
Las condiciones de humedad del suelo se representan mediante el índice de
precipitación antecedente IP A definido como:
𝐼𝑃𝐴𝑗+1 = 𝐾. 𝐼𝑃𝐴𝑗 + 𝑃𝑗
donde P es la precipitación total, K es una constante que toma en cuenta la
disminución de la humedad con el tiempo, cuyo valor puede tomarse como de 0.85
para cálculos diarios, y el subíndice j indica el día en cuestión.
Si se tienen registros de P y Ø para varias tormentas en la cuenca en estudio, y
además se cuenta con las precipitaciones de algunos días anteriores a cada tormenta,
es posible construir una gráfica de Ø contra IPA. La función IP A (Ø) se determina
mediante un análisis de regresión.
Para formar una gráfica de esta naturaleza conviene seleccionar una o varias
temporadas de lluvias del registro y suponer un valor inicial de IPA, por ejemplo de
10mm. Es también conveniente escoger solamente las avenidas con un solo pico para
evitar errores en la separación del gasto base tanto en el cálculo de Ø.
Con la gráfica de IP A contra Ø es factible estimar el valor posible del índice de
infiltración media Ø a corto plazo, conociendo únicamente la precipitación en los días
anteriores.

Método de los números de escurrimiento


Todos los criterios antes mencionados requieren que la cuenca esté aforada, es
decir, que se hayan medido gastos de salida al mismo tiempo que las precipitaciones.
Dado que la mayor parte de las cuencas del país no están aforadas, con mucha
frecuencia no se cuenta con estos datos, por lo que es necesario tener métodos con
los que se pueda estimar la altura de lluvia efectiva a partir de la total y las
características de la cuenca.
El U.S. Soil Conservation Service propone el siguiente método, llamado "de los
números de escurrimiento", que reúne las características mencionadas.
La altura de lluvia total P se relaciona con la altura de lluvia efectiva Pe mediante
las curvas mostrada abajo
Estas curvas se pueden expresar algebraicamente mediante la ecuación
508 2
[𝑃− +5.08]
𝑁
𝑃𝑒 = 2032
𝑃+ −20.32
𝑁
N es el "número de escurrimiento" cuyo valor depende del tipo de suelo, la cobertura
vegetal, la pendiente del terreno y la precipitación antecedente, entre otros factores.

III. MEDICIÓN DE LA INFILTRACIÓN


Infiltrómetros de carga constante
Permiten conocer la cantidad de
agua que penetra en el suelo en un área
cerrada a partir del agua que debe
agregarse a dicha área para mantener
un tirante constante, que generalmente
es de medio centímetro.

Los infiltrómetros de carga


constante más comunes consisten en
dos aros concéntricos, o bien en un solo tubo; en el primer tipo, se usan dos aros
concéntricos de 23 y 92 cm de diámetro respectivamente, los cuales se hincan en el
suelo varios centímetros.

El agua se introduce en ambos compartimentos, los cuales deben conservar el


mismo tirante. El objeto del aro exterior es evitar que el agua dentro del aro interior se
expanda en una zona de penetración mayor que el área correspondiente; la capacidad
de infiltración del suelo se determina a partir de la cantidad de agua que hay que
agregar al aro interior para mantener su tirante constante.

El segundo tipo consiste en un tubo que se introduce en el suelo hasta una


profundidad igual a la que penetra el agua durante la medición lo que evita que el agua
se expanda, en este caso se mide el agua que se le agrega para mantener el nivel
constante.
Aunque estos aparatos proporcionan un método simple y directo para determinar
la cantidad de agua que absorbe el suelo con estas condiciones, sólo se considera la
influencia del uso del suelo, vegetación y algunas variables físicas. Esta forma de medir
la infiltración puede cambiar con respecto a la real porque no toma en cuenta el efecto
que producen las gotas de lluvia sobre el suelo, como son la compactación y el lavado
de finos. Por otra parte, tampoco considera el efecto del aire entrampado, el cual se
escapa lateralmente; además, es imposible hincar los aros o el tubo sin alterar las
condiciones del suelo cerca de su frontera, pudiendo ser afectado un porcentaje
apreciable del área de prueba ya que ésta es muy pequeña

Simuladores de lluvia.
Con el objeto de evitar en lo posible las fallas de los infiltrómetros de carga
constante, se usan los infiltrómetros que simulan la lluvia, aplicando el agua en forma
constante al suelo mediante regaderas.

El área que estos simuladores cubre varía generalmente entre 0.1 y 40 m2. En estos
aparatos la capacidad de infiltración se deduce midiendo el escurrimiento superficial
resultante de una lluvia uniforme. Existen diversos tipos de infiltrómetros de esta clase,
dependiendo del sistema generador de lluvia y la forma de recoger el escurrimiento
superficial del área en estudio.

La capacidad de infiltración media en la cuenca Æ, se puede obtener con las mediciones


de infiltrómetros en puntos representativos de las diferentes características del suelo
de la cuenca.

Æ = (1 / Ac) Vi Ai

Donde:
Æ = capacidad de infiltración media de la cuenca (m/s)
Ac = área total de la cuenca (m2)
Vi = velocidad de infiltración obtenida con el infiltrómetro (m/s)
Ai = área con características similares a las del punto donde se midió Vi (m2)

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