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Tema:
Historia de la Matemática y
biografía de cinco matemáticos
Asignatura:
Propedéutico Matemática
Facilitadora:
Margarita Franco
Participante:
Recinto:
Fecha:
13-02-2016
Introducción
Las Matemáticas constituyen una materia básica en la educación en diversos
métodos implementados para la formación, no sólo por los conocimientos y
técnicas que aportan, sino porque desarrollan cualidades esenciales en el estudio.
Mediante las matemáticas conocemos las cantidades, las estructuras, el espacio y
los cambios. Los matemáticos buscan patrones, formulan nuevas conjeturas e
intentan alcanzar la verdad mediante rigurosas deducciones y ejercicios.
Historia de la matemática
Las matemáticas, como cualquier otro avance en la historia de la humanidad,
parte de las necesidades del ser humano de contar, medir y determinar la forma
de todo aquello que le rodeaba. Pero la realidad es que, determinar un origen
concreto para la aparición de cada uno de los conceptos que sientan las bases de
las matemáticas es bastante más complejo que establecer el origen de la rueda, o
el origen de la cartografía.
Para comenzar, hay que tener en cuenta que recientes estudios en la capacidad
cognitiva de los animales han determinado que los números, mediciones y formas
no son conceptos únicos del ser humano. Con los datos de estos estudios, se
puede presuponer que los conceptos matemáticos aparecen en las sociedades
cazadoras-recolectoras, aunque no en todas de la misma forma. Un ejemplo de la
diferente evolución de las matemáticas (de los números más concretamente) en
diferentes culturas se puede ver en el hecho de que existen algunos idiomas de
tribus aisladas que no establecen la distinción entre cualquier número, utilizando
únicamente como números “uno”, “dos” y “varios”, englobando este último a
cualquier número mayor de dos.
Más allá de suposiciones evolutivas difícilmente contrastables al 100%, podemos
hablar de los primeros objetos arqueológicos encontrados que demuestran la
aparición de conceptos matemáticos en antiguas culturas. La primera muestra de
conceptos matemáticos en nuestros antepasados fue hallada en una cueva en
Sudáfrica, y consiste en rocas de ocre adornadas con hendiduras con formas
geométricas datadas en 70.000 años de antigüedad.
Adentrándonos en el campo de los números, la primera evidencia arqueológica la
encontramos en el hueso de Lebombo, hallado en Suazilandia y datado en 35.000
años de antigüedad. Este objeto es un peroné de babuino con un total de 29
hendiduras que, según las excavaciones arqueológicas que se llevaron a cabo en
1973, fueron usadas por las mujeres de la época para mantener la cuenta de sus
ciclos menstruales, ya que otros huesos y piedras se han encontrado con entre 28
y 30 hendiduras, existiendo siempre una marca significativa en la última.
Continuando con los restos arqueológicos, el siguiente hito lo encontramos en el
hueso de Ishango, hallado cerca del nacimiento del río Nilo, al noreste del Congo y
con una antigüedad de entorno a 20.000 años. Este hueso contiene una serie de
marcas a lo largo de él divididas en tres columnas. La asimetría de estas muescas
hace pensar que estas fueron utilizadas con fines más funcionales que
decorativas.
Se ha teorizado mucho sobre la verdadera utilidad de las muescas en esta
muestra arqueológica, aunque fundamentalmente se barajan dos posibilidades.
Por un lado que se trate de un calendario lunar de seis meses, y por otro que se
traten de cálculos matemáticos. Lo primero sería solamente una ligera evolución
sobre el hueso de Lebombo, así que centrándonos en la teoría matemática nos
podemos encontrar con una gran peculiaridad interesante. La segunda de las tres
columnas (b en el dibujo) presenta una serie de muescas agrupadas formando
cuatro números (11, 13, 17, 19), conformando la primera secuencia de números
primos registrada de la historia.
Pero si lo que queremos encontrar es un avance en las matemáticas que nos
diferencie notablemente del resto del reino animal, nos tenemos que trasladar a
las primeras civilizaciones conocidas de la India, en torno al año 3.000 a.C., donde
se hayan las primeras evidencias de un sistema decimal, la aparición de ángulos
rectos y formas geométricas complejas como conos o cilindros, así como reglas
con subdivisiones pequeñas y precisas para establecer mediciones.
Luego llegarían las civilizaciones sumerias, egipcia y griega, cuyos avances son
de sobra conocidos.
Tales de Mileto
Las matemáticas griegas eran más sofisticadas que las matemáticas que habían
desarrollado las culturas anteriores. Todos los registros que quedan de las
matemáticas pre-helenísticas muestran el uso del razonamiento inductivo, esto es,
repetidas observaciones usadas para establecer reglas generales. Los
matemáticos griegos, por el contrario, usaban el razonamiento deductivo. Los
griegos usaron la lógica para deducir conclusiones, o teoremas, a partir de
definiciones y axiomas.28 La idea de las matemáticas como un entramado de
teoremas sustentados en axiomas está explícita en los Elementos de Euclides
(hacia el 300 a. C.).
Se cree que las matemáticas griegas comenzaron con Tales (hacia 624 a.C – 546
a.C) y Pitágoras (hacia 582 a. C. - 507 a. C.). Aunque el alcance de su influencia
puede ser discutido, fueron inspiradas probablemente por las matemáticas
egipcias, mesopotámicas e indias. Según la leyenda, Pitágoras viajó a Egipto para
aprender matemáticas, geometría y astronomía de los sacerdotes egipcios.
Tales usó la geometría para resolver problemas tales como el cálculo de la altura
de las pirámides y la distancia de los barcos desde la orilla. Se atribuye a
Pitágoras la primera demostración del teorema que lleva su nombre, aunque el
enunciado del teorema tiene una larga historia.27 En su comentario sobre
Euclides, Proclo afirma que Pitágoras expresó el teorema que lleva su nombre y
construyó ternas pitagóricas algebraicamente antes que de forma geométrica. La
Academia de Platón tenía como lema "Que no pase nadie que no sepa
Geometría".
Pitágoras
Pitágoras de Samos (en griego antiguo Πυθαγόρας) (ca. 569 a. C. – ca. 475 a.
C.1) fue un filósofo y matemático griego considerado el primer matemático puro.
Contribuyó de manera significativa en el avance de la matemática helénica, la
geometría y la aritmética, derivadas particularmente de las relaciones numéricas, y
aplicadas por ejemplo a la teoría de pesos y medidas, a la teoría de la música o a
la astronomía. Es el fundador de la Hermandad Pitagórica, una sociedad que, si
bien era de naturaleza predominantemente religiosa, se interesaba también en
medicina, cosmología, filosofía, ética y política, entre otras disciplinas. El
pitagorismo formuló principios que influyeron tanto en Platón como en Aristóteles
y, de manera más general, en el posterior desarrollo de la matemática y en la
filosofía racional en Occidente.
No se ha conservado ningún escrito original de Pitágoras. Sus discípulos -los
pitagóricos- invariablemente justificaban sus doctrinas citando la autoridad del
maestro de forma indiscriminada, por lo que resulta difícil distinguir entre los
hallazgos de Pitágoras y los de sus seguidores. Se le atribuye a Pitágoras la teoría
de la significación funcional de los números en el mundo objetivo y en la música;
otros descubrimientos, como la inconmensurabilidad del lado y la diagonal del
cuadrado o el teorema de Pitágoras para los triángulos rectángulos, fueron
probablemente desarrollados por la escuela pitagórica.
Andrew Wiles
Andrew John Wiles KBE FRS (n. Cambridge, Inglaterra, 11 de abril de 1953) es un
matemático británico. Alcanzó fama mundial en 1993 por exponer la demostración
del último teorema de Fermat, que aunque en esa oportunidad resultó fallida,
finalmente logró completarla correctamente en 1995.
Wiles pudo demostrar el último teorema de Fermat a partir de la conexión,
esbozada por Frey, y demostrada por Ken Ribet en 1985, de que una
demostración de la llamada conjetura de Taniyama-Shimura conduciría
directamente a una demostración del último teorema de Fermat. En resumen, la
conjetura de Taniyama-Shimura establece que cada curva elíptica puede
asociarse unívocamente con un objeto matemático denominado forma modular. Si
el último teorema de Fermat fuese falso, entonces existiría una curva elíptica tal
que no puede asociarse con ninguna forma modular, y por lo tanto la conjetura de
Taniyama-Shimura sería falsa. Por lo tanto, Taniyama-Shimura demuestra el
último teorema de Fermat.
La demostración de la conjetura de Taniyama-Shimura suponía ya de por sí un
reto de suma importancia, ya que constituía uno de los puntos del llamado
Programa Langlands, cuyo objetivo consiste en unificar áreas de las matemáticas
que aparentemente no tienen relación entre sí. Wiles pasó los 8 años siguientes a
la demostración de Ribet en completo aislamiento trabajando en el problema, lo
cual es un modo de trabajo inusual en matemáticas, donde es habitual que
matemáticos de todo el mundo compartan sus ideas a menudo. Para no levantar
sospechas, Wiles fue publicando artículos periódicamente, como haría cualquier
matemático de cualquier universidad del mundo.
En 1993, Wiles creyó que su demostración estaba cerrada:
Uno entra en la primera habitación de una mansión y está en la oscuridad. En una
oscuridad completa. Vas tropezando y golpeando los muebles, pero poco a poco
aprendes dónde está cada elemento del mobiliario. Al fin, tras seis meses más o
menos, encuentras el interruptor de la luz y de repente todo está iluminado.
Puedes ver exactamente dónde estás. Entonces vas a la siguiente habitación y te
pasas otros seis meses en las tinieblas. Así, cada uno de estos progresos, aunque
a veces son muy rápidos y se realizan en un solo día o dos, son la culminación de
meses precedentes de tropezones en la oscuridad, sin los que el avance sería
imposible.
Aprovechó una serie de conferencias en el Instituto Isaac Newton, de la
Universidad de Cambridge, para realizar su anuncio. El título de sus conferencias
fue deliberadamente poco específico. Al cabo del primero de los tres días que duró
las conferencias, se comenzó a expandir el rumor de que Wiles iba a demostrar el
último teorema de Fermat, lo cual provocó que su última conferencia estuviera
abarrotada de gente. Al final de esta conferencia, Wiles pronunció: "[...] y esto
demuestra el último teorema de Fermat. Creo que lo dejaré aquí". Lo siguiente fue
una estruendosa ovación.
Sin embargo, Wiles no quiso exponer su artículo al escrutinio detallado de toda la
comunidad matemática hasta que hubiera sido revisado por un pequeño grupo de
matemáticos, a cada uno de los cuales fue encargado revisar una parte del
manuscrito original de más de 100 páginas. Dicho escrutinio reveló un error fatal,
que Wiles no pudo solucionar de inmediato. Tras dos años de trabajo intenso y la
ayuda de su ex doctorando Richard Taylor, Wiles publicó en Annals of
mathematics el artículo definitivo (Wiles, Andrew. Modular elliptic curves and
Fermat's last theorem. Ann. of Math. (2) 141 (1995), no. 3, 443--551.), junto con
otro artículo escrito en colaboración con Taylor en el cual detallaba las técnicas
que permiten resolver el fallo de la primera demostración.2
Dado que Wiles utilizó más de 100 páginas y modernas técnicas matemáticas, es
en la práctica imposible que esta demostración sea la misma que insinuó Fermat.
(Fermat poseía un ejemplar de la Arithmetica de Diofanto en cuyos márgenes
anotaba las reflexiones que le iban surgiendo. En uno de estos márgenes enunció
el teorema y escribió Cuius rei demonstrationem mirabilem sane detexi. Hanc
marginis exiguitas non caperet, cuya traducción es Poseo una demostración en
verdad maravillosa para este hecho, pero este margen es demasiado estrecho
para contenerla). Fermat llegó a demostrar el caso n=4 mediante el método de
descenso infinito; es probable que se haya engañado al creer que tenía una
prueba para el caso general. Puede ser incluso que se haya percatado de su error
ulteriormente: sus notas marginales eran de uso personal, y por lo tanto Fermat no
hubiera tenido que desdecirse con sus correspondientes.
Euclides
Euclides (en griego Ευκλείδης, Eukleides) fue un matemático y geómetra griego
(ca. 325 a. C.-ca. 265 a. C.). Se le conoce como "El Padre de la Geometría".
Su vida es poco conocida, salvo que vivió en Alejandría (ciudad situada al norte de
Egipto) durante el reinado de Ptolomeo I. Ciertos autores árabes afirman que
Euclides era hijo de Naucrates y se barajan tres hipótesis:
Euclides fue un personaje matemático histórico que escribió Los elementos y otras
obras atribuidas a él.
Euclides fue el líder de un equipo de matemáticos que trabajaba en Alejandría.
Todos ellos contribuyeron a escribir las obras completas de Euclides, incluso
firmando los libros con el nombre de Euclides después de su muerte.
Las obras completas de Euclides fueron escritas por un equipo de matemáticos de
Alejandría quienes tomaron el nombre Euclides del personaje histórico Euclides de
Megara, que había vivido unos cien años antes.
Proclo, el último de los grandes filósofos griegos, quien vivió alrededor del 450,
escribió importantes comentarios sobre el libro I de los Elementos, dichos
comentarios constituyen una valiosa fuente de información sobre la historia de la
matemática griega. Así sabemos, por ejemplo, que Euclides reunió aportes de
Eudoxo en relación a la teoría de la proporción y de Teeteto sobre los poliedros
regulares.
Fragmento de los Elementos de Euclides, escrito en papiro, hallado en el
yacimiento de Oxirrinco (Oxyrhynchus), Egipto.
Su obra Los elementos, es una de las producciones científicas más conocidas del
mundo y era una recopilación del conocimiento impartido en el ámbito académico
de entonces. En ella se presenta de manera formal, partiendo únicamente de
cinco postulados, el estudio de las propiedades de líneas y planos, círculos y
esferas, triángulos y conos, etc.; es decir, de las formas regulares. Probablemente
ninguno de los resultados de Los elementos haya sido demostrado por primera
vez por Euclides pero la organización del material y su exposición, sin duda alguna
se deben a él. De hecho hay mucha evidencia de que Euclides usó libros de texto
anteriores cuando escribía Los elementos ya que presenta un gran número de
definiciones que no son usadas, tales como la de un oblongo, un rombo y un
romboide. Los teoremas de Euclides son los que generalmente se aprenden en la
escuela moderna. Por citar algunos de los más conocidos:
La suma de los ángulos interiores de cualquier triángulo es 180°.
En un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los
cuadrados de los catetos, que es el famoso teorema de Pitágoras.
En los libros VII, VIII y IX de Los Elementos se estudia la teoría de la divisibilidad.
La geometría de Euclides, además de ser un poderoso instrumento de
razonamiento deductivo, ha sido extremadamente útil en muchos campos del
conocimiento; por ejemplo, en la física, la astronomía, la química y diversas
ingenierías. Desde luego, es muy útil en las matemáticas. Inspirados por la
armonía de la presentación de Euclides, en el siglo II se formuló la teoría
ptolemaica del Universo, según la cual la Tierra es el centro del Universo, y los
planetas, la Luna y el Sol dan vueltas a su alrededor en líneas perfectas, o sea
circunferencias y combinaciones de circunferencias. Sin embargo, las ideas de
Euclides constituyen una considerable abstracción de la realidad. Por ejemplo,
supone que un punto no tiene tamaño; que una línea es un conjunto de puntos
que no tiene ni ancho ni grueso, solamente longitud; que una superficie no tiene
grosor, etcétera. En vista de que el punto, de acuerdo con Euclides, no tiene
tamaño, se le asigna una dimensión nula o de cero. Una línea tiene solamente
longitud, por lo que adquiere una dimensión igual a uno. Una superficie no tiene
espesor, no tiene altura, por lo que tiene dimensión dos: ancho y largo.
Finalmente, un cuerpo sólido, como un cubo, tiene dimensión tres: largo, ancho y
alto. Euclides intentó resumir todo el saber matemático en su libro Los elementos.
La geometría de Euclides fue una obra que perduró sin variaciones hasta el siglo
XIX.
De los axiomas de partida, solamente el de las paralelas parecía menos evidente.
Diversos matemáticos intentaron sin éxito prescindir de dicho axioma intentándolo
deducir del resto de axiomas. Pretendieron presentarlo como un teorema, sin
lograrlo.
Finalmente, algunos autores crearon geometrías nuevas basándose en invalidar o
sustituir el axioma de las paralelas, dando origen a las "geometrías no
euclidianas". Dichas geometrías tienen como característica principal que al
cambiar el axioma de las paralelas los ángulos de un triángulo ya no suman 180
grados.
Conclusión
Esos grandes hombres fueron los responsables de que la matemática sea hoy por
hoy uno de los mejores métodos de la ciencia y de la vida misma. Desde tiempos
ancestrales hasta la Edad Media, las ráfagas de creatividad matemática fueron
seguidas, con frecuencia, por siglos de estancamiento. Pero los nuevos
desarrollos matemáticos, interactuando con descubrimientos científicos
contemporáneos, fueron creciendo exponencialmente hasta el día de hoy.