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1.

«y es aquí donde por fin llegamos a nuestro Bergson: una mala idea preconcebida es mucho más
perniciosa por ser preconcebida que por ser mala; una idea falsa preconcebida es mucho más falsa
por ser preconcebida que por ser falsa. [ ... ] Hay algo peor que tener un mal pensamiento. Es
tener un pensamiento preconcebido. Hay algo peor que tener un alma mala y también que
hacerse una alma mala. Es tener un alma preconcebida. También hay algo peor que tener un alma
perversa. Es tener un alma acostumbrada.

Hemos visto los juegos increíbles de la gracia y las gracias increíbles de la gracia penetrar en un
alma mala y también en un alma perversa y hemos visto salvar lo que parecía perdido. Pero no
hemos visto que se mojara lo que estaba barnizado, no hemos visto que se atravesara lo que era
impermeable, no hemos visto que se ablandara lo que estaba habituado.

Las curaciones y los éxitos y los salvamentos de la gracia son maravillosos y hemos visto recuperar
y hemos visto salvar lo que estaba (como) perdido. Pero las peores miserias, las peores bajezas, las
vilezas y los delitos, el pecado mismo son a menudo los puntos vulnerables de la armadura del
hombre, los puntos vulnerables de la coraza a través de la cual la gracia puede penetrar en la
coraza de la dureza del hombre. Pero sobre esta inorgánica coraza de la costumbre todo resbala, y
se despunta toda espada.

O también en el mecanismo espiritual las peores miserias, las peores bajezas, las vilezas y los
delitos, el pecado mismo son justamente los puntos de articulación de la palanca de la gracia. Así
obra ella. Así encuentra el punto que hay en cada hombre pecador. Así se apoya en este punto
doloroso. Hemos visto salvar a los criminales más grandes. Mediante su mismo crimen. Mediante
el mecanismo, mediante la articulación de su crimen. No hemos visto salvar a los habituales
mediante la articulación de la costumbre, porque justamente la costumbre es lo que no tiene
articulación».
(Charles Péguy, Note conjointe sur M. Descartes et la philosophie cartésienne. En 30 Días. Año XI –
nº 119. 1987.)

2.
El juicio no es algo intelectual, (…) es la forma humana de relación con la Presencia que se
manifiesta ante nosotros. El juicio es la respuesta, es el acontecimiento de la respuesta a la
provocación de la Presencia, es el modo con el que la razón percibe la realidad en su significado.
(Julián Carrón. Experiencia: el instrumento para un camino humano. La Thuile, 2009. En Huellas –
Litterae Communionis, nº 8, septiembre, 2009.)

3.
La realidad social en este caso no se piensa en lo dado, sino en lo dado dándose, es decir, en
movimiento y articulación no de hechos, ni de objetos, sino de relaciones, las cuales no son
predeterminables ni objetivas, se ubican en el plano de las subjetividades que se objetivan en
tanto el reconocimiento de otras subjetividades, las cuales construyen realidades específicas, no
eternas. [La realidad social no está dada, sino dándose, en movimiento y articulación no sólo de
hechos sino de relaciones, de subjetividades que se objetivan en el reconocimiento de otras
subjetividades] (El conocimiento científico: debate entre las ciencias naturales y ciencias sociales.
Verónica Mata García).

4.
La Iglesia no necesita quién la defienda; eso lo piensan sólo los tradicionalistas, que ven enemigos
por todas partes. Ella, como decía Romano Guardini, sólo necesita quién la viva bien, como la
buena música de Beethoven y de Mozart necesita quién la interprete de manera adecuada. Ambas
cosas, si son bellas, se defienden por sí solas... (Ramón Díaz Olguín, 28 de abril de 2010, en
Facebook.com).

5.
“(…) ser integralmente humanos es estar abiertos a la totalidad. (…)Educar en una atención y una
aceptación […] es una pedagogía que tiende a abrir puertas quizá cerradas prematuramente […].
[Por eso] asegura esa actitud profunda con la que debemos afrontar la realidad: abiertos de par en
par, libres y sin la presunción de llamar a la realidad ante nuestro propio veredicto como jueces, es
decir, sin juzgar la realidad basándonos en el prejuicio. (…) Bienaventurados los que tienen hambre
y sed. Por el contrario, malditos los que no tienen hambre y sed, los que saben ya todo, los que no
esperan nada.”
L. Giussani, El sentido religioso, pp. 176-177.

6.
“(…) los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a
la luz. (…) No pueden ustedes servir a Dios y al dinero”.
Lc 16, 1-13.

7.
“La gente cruel busca matar la gentileza en nombre de la virtud”.
P. Flynn. De la película “Doubt”.

8.
“La paciencia es la capacidad de soportar todo con el coraje razonable de no negar nada, de no
olvidar nada, y -¡atención!-, de no rechazar nada”.
Luigi Giussani. Se puede vivir así. 1996. Pág. 153.

9.
“La convivencia de la Iglesia, con su firme adhesión al carácter perenne de la verdad, con el
respeto por otras “verdades”, o con la verdad de otros, es algo que la misma Iglesia está
aprendiendo. En este respeto dialogante se pueden abrir nuevas puertas (...)”."En la situación
multicultural en la que todos estamos, se ve que una cultura europea que fuera únicamente
racionalista no tendría la dimensión religiosa trascendente, no estaría en condiciones de entablar
un diálogo con las grandes culturas de la humanidad, que tienen todas ellas esta dimensión
religiosa trascendente, que es una dimensión del ser humano. Por tanto, pensar que hay sólo una
razón pura, antihistórica, sólo existente en sí misma, y que ésta sería «la» razón, es un error;
descubrimos cada vez más que toca sólo una parte del hombre, expresa una cierta situación
histórica, pero no es la razón en cuanto tal."
Benedicto XVI. Encuentro con el mundo de la cultura. 12 de mayo de 2010. Visita a Portugal.

10.
"A la verdad que les estorba, los necios le llaman locura".
Cervantes.

11.
"La Iglesia no le pide al hombre, para entrar en ella, que se quite la cabeza. Tan sólo le pide que se
quite el sombrero."
G.K. Chesterton

12.
"Que nada humano te falte, pero que nada, puramente humano, te sea suficiente".

13.
"No me gusta vuestra justicia fría y en el ojo de vuestros jueces reluce siempre para mí el verdugo
con su espada gélida. Decid: ¿dónde se encuentra la justicia que es amor y que tiene ojos para
ver? Inventadme, entonces, un amor que lleve sobre sí no sólo todas las penas, sino también todas
las culpas". F. Nietzche. Así habló Zaratustra.

14.
“Cuando Dios da un don, también da el sacrificio de ese don”.
Hno. Alfredo Morales.

15.
“La relación con Él es más profunda que el abismo de la muerte. Es un vínculo que nada ni nadie
puede romper (…). Sí, si nosotros nos acordamos del Señor, es porque Él, antes, se acuerda de
nosotros. Nosotros somos memores Domini [los que hacemos memoria del Señor] porque Él es
Memor nostri [el que hace memoria de nosotros], y se acuerda de nosotros con el amor de un
Padre, de un Hermano, de un Amigo, también en el momento de la muerte. Aunque a veces pueda
parecer que en ese momento esté ausente, que se olvida de nosotros, en realidad Él siempre nos
tiene presentes, pues estamos en su corazón. Cuando caemos, caemos siempre en sus manos.
Incluso donde nadie puede acompañarnos, nos espera Dios: nuestra Vida.”
Benedicto XVI. Exequias de Manuela Camagni, Memor Domini de la familia pontificia. 2010/11/30

16.
Al cielo se entra en bola, al infierno, sólo.
P. Giani.

17.
"Para que yo crea que Cristo es el Salvador, haría falta que los que le siguen tengan un poco más
cara de salvados".
Nietzsche.

18.
«¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se
parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: “Les
hemos tocado la flauta, y no han bailado, os hemos entonando lamentaciones, y no han llorado.”»
Lc 7, 31-35

19.
"Si por un instante el loco se volviera descuidado, se volvería cuerdo. (...) El loco no es el hombre
que ha perdido la razón. Loco es el hombre que ha perdido todo, menos la razón."
G. K. Chesterton. Ortodoxia.

20.
“En el ejercicio de una virtud, crecen todas las demás”.
San Juan de la Cruz. Subida el Monte Carmelo. Libro 1, 12.

21.
“El éxito me dice que mi trabajo es valioso, mientras que el amor me dice que yo soy valioso, y eso
es lo que me da satisfacción y sosiego”.
“Lo importante no es que yo me sienta aceptado y amado por otros, sino que yo los acepte y los
ame. Esperar a que otros me quieran me hace depender de ellos, lo cual pone en peligro mi
seguridad afectiva; mientras que el amarlos yo por mi cuenta está siempre en mi mano, y así
quedo siempre libre e independiente.”
Valles, Carlos G., S.J. Ligero de equipaje: Tony de Mello, un profeta para nuestro tiempo.

22.
“(…) si estás tan abatido y presionado por el resultado de lo que haces, es porque te comportas
como si Cristo no estuviera, como si todo dependiera de tus manos; por eso, de este modo, antes
o después harás como todos: buscarás las cosas que verosímilmente puedan herirte menos,
estarás apegado a tu imagen, ya no arriesgarás. La posición justa, que no has comprendido aún, es
el ofrecimiento.” “(…) el que la ofrenda de sí mismos se vuelva habitual transforma a la persona
sea cual sea su situación en la que viva; y por ese cambio los demás son movidos a la petición y al
reconocimiento. La Santa Misa es el gesto fundamental para esta educación y por ello para el vivir
de la comunidad”.
Luigi Giussani.

23.
La sabiduría de la Iglesia consiste en esta propuesta continua del misterio como factor originante
de nuestra vida.
Luigi Giussani. Para vivir la liturgia, un testimonio. Pág. 8.

24.
"Es divino no estar encerrado en lo máximo y estar, sin embargo, contenido en lo mínimo. El
espíritu ilimitado que lleva en sí la totalidad del ser supera lo «más grande», porque para él es
pequeño, pero llega también a lo más pequeño porque para él nada es demasiado pequeño. Esta
superación de lo más grande y esta entrada en lo más pequeño constituye la verdadera esencia
del espíritu absoluto".

Joseph Ratzinger. Introducción al Cristianismo. P. 124.

25.

“La única argumentación acabada es aquella que se basa en premisas irracionales. (…) Pero una
argumentación racional nunca está «acabada», y este es el motivo por el que seguimos estudiando
a Aristóteles. Los científicos no estudian a Tolomeo, pero los filósofos estudian a Aristóteles”.

Leon Wieseltier. Revista Huellas. No. 11, 2013. P. 47.

26.

“Toda persona que encuentres podría estar combatiendo una batalla de la que no sabes nada. Sé
amable. Siempre”.

27.

«Hay quien es más afortunado y quien lo es menos; ésta sí que es una injusticia intolerable: uno
desafortnado y otro no, ¿por qué? El pecado original: led el capítulo siete de la carta a los
Romanos»

Luigi Giussani, ¿Se puede vivir así? Cap. 8: El sacrificio.

28.
“No hay nada más anticristiano ue concebir la vida como algo cómodo y satisfactorio, como una
posible felicidad contingente. «¡Ay de vosotros los ricos!, porque habeis recibido ya vuestro
consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!...»

Luigi Giussani. Lor orígenes de la pretensión cristiana. Cap. 8.

29.

“Pues bien, al actuar con misericordia se reconoce el valor del otro: si se ve un solo punto
luminoso entre millones de puntos oscuros, lo que se valora es ese punto luminoso. No en cuanto
tal punto luminoso, sino en cuanto rastro del misterio que el otro lleva dentro. Esto es el amor:
que se hace coincidir nuestra plenitud, nuestra realización, con afirmar al otro.”

Guiussani, Luigi. “Educar es un riesgo”.

30.

“(...) la cima más alta de la oración no es el éxtasis, es decir, una conciencia del fondo tal que uno
pierde el sentido de lo ordinario; sino más bien ver el fondo del mismo modo que se ven las cosas
ordinarias.”

Luigi, Giussani. “Los orígenes de la pretensión cristiana.”

31.

“La realidad de la Iglesia concreta, del humilde pueblo de Dios, es bien diferente de como se la
imaginan en esos laboratorios donde se destila la utopía.”

Card. Joseph Ratzinger. “Informe sobre la fe.”

32.

“Ahora bien, en esta verificación se intensifica la fatiga del adulto, porque es una prueba en primer
lugar para él. El adulto es puesto a prueba porque no es automático que consiga persuadir con su
intervención verificadora. Y esto porque tanto la propuesta como la acción de ejemplificación
verificadora se detienen en el umbral del misterio de la libertad del corazón del hijo o del
educando. Continuamente proponer: esperando contra toda esperanza en cualquier situación,
aprovechando constantemente la ocasión para mostrar la racionalidad de lo que se ha sostenido y
de lo que se ha dado. incluso cuando la reactividad parece mostrar lo contrario. incluso cuando
parece que el propio hijo o el educando es impermeable, incluso cuando recorra evidentemente
caminos distintos. Es necesario continuar con este deber paterno y materno, generador, con este
dolor del corazón, con esta amargura tremenda, es necesario superar el abatimiento. El riesgo de
educar se juega precisamente en este punto, porque nosotros estamos llamados a amar, es decir,
a proponer y acompañar en la verificación, para que la persona a la que se propone pueda advertir
las razones que nosotros ya hemos madurado. Esto es el amor. No puede consistir en pretender
del otro una obediencia que debería llevarle a la persuasión, a una convicción que todavía no se
tiene”.

Luigi Giussani. “Educar es un riesgo”, Conferencia magistral en Santa María della Passíone, Milán.
20/6/1985.

33.

Para lograr llevar a cabo ese proceso de humanización, quien quiera ser libre ha de asumir un
"imperativo ético" que se articula en tres momentos: hacerse cargo de la realidad, cargar con ella
y encargarse de ella para que sea como debe ser. "Hágase usted cargo" (…) "Cargue usted con las
consecuencias" (…) "En definitiva es usted el encargado".

Adela Cortina, El quehacer ético.

34.

"No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro, ni soledad en que no te hagas fuerte. Todo
es presencia y gracia; vivir es este encuentro: tú, por la luz; el hombre, por la muerte".

Del himno de Laudes

35.

De esto depende quiénes somos y cuál es nuestra incidencia histórica. Imaginemos a aquellos
pescadores de Galilea, que llegaban pertrechados únicamente con sus ojos nuevos a la Roma de
entonces, cuyo tenor de vida todos conocemos. ¿Qué es lo que prevalecería en sus corazones?
¿Qué es lo que más les importaría cuando llegaron a Roma? Si Juan y Andrés llegaran a nuestro
mundo ahora, ¿qué es lo que dominaría en ellos? ¿Qué sería para ellos lo esencial? ¿Qué sería lo
más importante, lo que querrían comunicar a todos, en este momento, ante los desafíos que se
plantean hoy? ¿No tendrían como única preocupación la misma que habían visto en Jesús? ¿No
testimoniarían esa mirada que les había aferrado? ¿No dejarían acaso entrar esa mirada en cada
circunstancia y en cada relación?
Julián Carrón. Ejercicios de la Fraternidad, 2014.

36.

"No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro, ni soledad en que no te hagas fuerte. Todo
es presencia y gracia; vivir es este encuentro: tú, por la luz; el hombre, por la muerte".

Del himno de Laudes

37.

“Dios, ella lo sabía, había establecido un vínculo con ella, había estrechado un pacto de amor con
el que la ligaba a sí para la eternidad…. Este amor había existido siempre en ella, había actuado
como el sol sobre la tierra que al final da sus frutos. Estos frutos nadie habría podido destruirlos, ni
el fuego de los deseos carnales, ni el orgullo ni la ira ciega. Había sido sierva de Dios, aunque
rebelde, terca, infiel de corazón, con una falsa oración en sus labios; una sierva torpe, resentida
ante la fatiga, indecisa, pero Dios había querido mantenerla igualmente a su servicio”.

Sigrid Undset, "Cristina, hija de Lavrans".

38.

«La presencia de Cristo en la normalidad de la vida implica cada vez más el latir del corazón: la
conmoción por Su presencia se hace conmoción en la vida cotidiana e ilumina y vuelve cada vez
más tierno, bello y dulce el tenor de la vida diaria. Ya nada te resulta inútil o extraño, porque no
hay nada sin relación con tu destino y, por ello, no hay nada a lo que no puedas amar. […], con las
consecuencias magníficas que todo esto implica: respeto por lo que haces, precisión y lealtad con
tu obra concreta, tenacidad en perseguir su finalidad. Llegas a ser incansable […]. El cansancio, ya
no es sombrío, es asumido, por decirlo de alguna manera, incluso como cansancio, se convierte en
un cansancio puramente fisiológico». Ejercicios de la Fraternidad, 2013, p.39.

39.

«Esperaos un camino, no un milagro que eluda vuestras responsabilidades, que anule vuestro
esfuerzo, que haga mecánica vuestra libertad. […] Esto supone una diferencia con respecto a lo
que habéis vivido hasta ahora, al camino que habéis recorrido: la diferencia profunda es que no
podrás seguirnos si no tienes una tensión por comprender. Ahora tendrás que empezar a amar
realmente la vida y su destino». A. Savorana, Vita di don Giussani, op. cit., p. 636. Ejercicios de la
Fraternidad, 2014, p.49.
40.

"En la experiencia de un gran amor todo lo que sucede se convierte en acontecimiento dentro de
su ámbito". Romano Guardini. “La esencia del cristianismo”.

41.

San Leonardo, y con él la multitud de los santos, nos da ejemplo de lo que significa una fe madura:
significa que el bautizado, alcanzado por el Espíritu de Cristo resucitado, casi sin darse cuenta, por
la sobreabundancia del corazón, se convierte en el comunicador del acontecimiento que ha tocado
su vida. De esta forma, se crea un movimiento que demuestra la utilidad y la creatividad de la fe
en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana. Cuando la fe da vida a un protagonista nuevo e
irrumpe en la escena del mundo, tiende a impregnar, de hecho, la vida entera, al ser forma de la
persona y de su expresividad.

Luigi Giussani. La sustancia del acontecimiento es un encuentro. Revista Huellas. Año 2001 No. 4.

42.

Beatriz: ¡Dios mío! ¡Parentesco por matrimonio! Todo el mundo se casa aquí menos yo, que me
quedo a la luna de Valencia. Ya puedo sentarme en un rincón y gritar: «¡Eh! ¡Venga un marido!».

Don Pedro: Yo os hallaré uno, señora Beatriz.

Beatriz: Preferiría que me lo hubiese hallado vuestro padre. ¿No tiene Vuestra Gracia ningún
hermano que se le parezca? Vuestro padre supo hacer excelentes maridos, si una doncella pudiera
dar con ellos.

Don Pedro: ¿Me queréis a mi por tal, señora?

Beatriz: No, señor; a menos que me sea permitido tener otro para los días de trabajo. Vuestra
Gracia es demasiado lujoso para llevarse todos los días.

Shakespeare. Much ado about nothing.


Acto II, escena I.

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