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La amistad como virtud: una importancia por el otro.

Presentación.

En el marco de la vida moral existe una necesidad de establecer vínculos con el prójimo, aquí la
amistad, philia, ocupa un lugar excepcional. En ella, hay que examinar los objetivos sobre los que
se fundamenta. En esta medida, hay que preguntarse pues si es el placer o la bondad lo que se
persigue y si es un estado, una actividad o una afección. Como la amistad implica, en principio, a
dos individuos, hay que precisar cómo tienen que ser los implicados en la relación e incluso qué
grado de intensidad será más importante y mejor.

Aristóteles en Ética a Nicómaco, trata el planteamiento de la preocupación por el otro y lo lleva a


un plano más amplio y con mayor importancia al de un leve acercamiento. La amistad se asienta en
la misma estructura de la polis y, por ello, entra en conexión con la justicia, es decir, las formas de
comportamiento compatibles para alcanzar el bien, la felicidad (eudaimonia). No obstante, el
filósofo griego en el libro octavo acude a las particularidades de la amistad en su indagación sobre
sus especies, sus bases y sus objetivos.

Resumen.

En el intento de traer a colación el libro octavo de la Ética a Nicómaco, se debe destacar la


posición estudiosa que realiza Aristóteles frente a la tarea de delimitar las formas de ética que
construyen la armonía, entre ellas la amistad.

Con relación a lo anterior, Aristóteles define a la amistad como una virtud, algo acompañado de
dignidad y honestidad necesario para la vida. En efecto, sin amigos nadie querría vivir, aunque
tuviera todos los bienes materiales. Por ejemplo: los amigos ayudan a los jóvenes a guardarse del
error y a advertirlos sobre las falencias de la cotidianidad. Los menores por su parte, ayudan a los
no sólo en asistencia para sus acciones físicas sino también en escuchar a la experiencia como
refugio educativo; “… los que están en la flor de la vida les prestan apoyo para las nobles
acciones…” (E.N. 1155ª, 15). Es más, los hombres con amigos están más capacitados para pensar y
actuar porque no se conserva el conocimiento en construcción sino que se reconstruye y se
reactualiza con la opinión y ayuda del otro.

Su punto de partida es la política en tanto a divisiones de orden social en relación con la amistad.
Esta correspondencia es posible gracias a la justicia. Justicia del rey a sus súbditos, del gobernador
con los ciudadanos y del padre a sus hijos. Las amistades entre ciudadanos, miembros de una misma
tribu, compañeros de viaje son especies de amistades de comunidad. Es por esto que la amistad
también parece mantener unidas las ciudades y los legisladores se afanan más por ella que por la
justicia, es decir, la concordia parece ser algo semejante a la amistad, y a ella aspira sobre todo, y en
cambio procuran principalmente expulsar la discordia: enemistad.

En esta medida, Aristóteles (1985) destaca tipos de amistad como la del placer e interés. Esta
amistad, por consiguiente, es perfecta en cuanto al tiempo y en los otros aspectos; y, en todo, cada
uno obtiene del otro los mismos o semejantes bienes, como debe suceder entre amigos. La amistad,
en efecto, está basada en la igualdad y la correspondencia. Es preciso mantener una semejanza y un
estatuto agradable reciproco entre las dos partes de la amistad, ser útil uno para el otro.

El filósofo griego continúa su análisis al definir la amistad entre desiguales como aquella que se da
entre dos generaciones diferentes, una mayor y una menor. Por ejemplo: la del padre hacia el hijo, y
en general, la de todo gobernante hacia el pueblo gobernado. No obstante, estas amistades también
difieren entre sí, pues la que hay entre padres e hijos no es la misma que la de los gobernantes hacia
los gobernados. Pues la virtud y función de cada uno de éstos es diferente y diferentes son también
las causas por las que aman; por tanto, son también distintos los afectos y las amistades. Por
consiguiente, cada cual no recibe del otro lo mismo que da, ni debe buscarlo; pero cuando los hijos
dan a los padres lo que les deben como a sus progenitores, y los padres lo que deben a sus hijos, la
amistad de tales personas será buena y duradera. Correspondencia e igualdad de amabilidad en
últimas instancias.

Comentario crítico.

En primera medida, destacar la originalidad de Aristóteles al construir el mecanismo que articula,


regula y hace funcionar sus análisis. Se alimenta de un lenguaje que viene, en gran parte,
condicionado también por una tradición desde la que los griegos respondieron a aquellas preguntas
que formulaban, más o menos conscientemente, sobre el sentido de la vida humana, sobre el bien y
el mal, sobre el destino y la justicia, sobre el valor o sobre la amistad. Estas por su parte, eran
formas de aceptar que la naturaleza humana no se rige, únicamente, por el inexorable dinamismo
que esencialmente es, sino que además, existe otra incidencia en ella, llena de valoraciones surgidas
en el aire más sutil de la cultura y de las formas con que se manifiesta la vida colectiva, la cual
permanece en constante retroalimentación y reconstrucción para producir conocimiento.

Al entrar en lo que corresponde al comentario crítico del texto, el cual propone destacar la amistad
como virtud, es necesario establecer que en el goce de la amistad, hay que superar una serie de
dificultades y obstáculos que surgen de la estructura de las relaciones humanas, interferidas por la
complicada retícula social en la que el individuo se desplaza constantemente. La importancia de la
amistad es tal, que no sólo sirve para entender el sentimiento del individuo hacia los otros, sino
también la relación afectiva con él mismo, es decir, a través de la relación con la sociedad, el
individuo se puede reconocer aprendiendo de los otros y de sí mismo en el intento regular su
comportamiento ético. A partir de todo esto, es pertinente plantearse la cuestión de si es justificable
el amor propio, que puede llegar al extremo de olvidarse absolutamente de los demás. En este caso,
si se demuestra que el hombre feliz necesita de los amigos, el egoísmo de ese amor propio no sólo
traería infelicidad, sino también inactividad en el sentido en que no se puede estar en continua
actividad consigo mismo, pero en compañía de otros y en relación con otros es mucho más fácil,
aprender, conocer y transformarse para llegar a la eudaimonia, fin último del hombre en palabras de
Aristóteles. Si llegase a existir la necesidad de los amigos, más en la prosperidad que en el
adversidad, o si se tienen muchos o pocos, son cuestiones que sirven para determinar la estructura
misma de la relación de amabilidad.

La amistad tiene un lugar importante en la construcción de una estructura moral, pues es anterior a
la justicia. Los pueblos y los individuos practicaron el amor mucho tiempo antes de conocer el
derecho que los formaría como ciudad. En el origen de la sociedad, la amistad existe sin la justicia,
incluso le impide nacer, y cuando ha nacido entra en lucha con ella. Así, de una manera indirecta y
a la fuerza, prepara el advenimiento de la justicia. La justicia es, en efecto, la amistad generalizada.
Amistad es igual a polis.

La ética como forma de regulación de las normas que dirigen el comportamiento humano frente a
una comunidad, tiene que expresar la armonía de la relación con nosotros mismos y con los demás,
este hecho de la naturaleza humana que establece lazos afectivos entre los individuos que participan
de ella, le sirve de punto de partida a Aristóteles, quien en sus análisis, intenta proponer los
motivos, las formas, los aspectos que dan un lugar a la amistad.

Evidentemente, la amistad prueba la necesidad de salir más allá de la esfera individual y tejer, los
núcleos esenciales de la sociedad. De la misma manera que el lenguaje es el medio en el que las
distintas racionalidades se encuentran y se complementan, la amistad es también el punto de unión
de las distintas afectividades que desbordan los límites de la individualidad.

Ahora bien, si se tienen en cuenta las formas específicas de la amistad, se destacan todas como
formas humanas movilizadoras y generadoras de común-unión. Sin embargo, en este momento se
prefiere rescatar la amistad entre parientes y la amistad entre iguales, para concluir este comentario.
La primera, por un lado se presenta de mucha formas pero todas ellas dependen de dos generaciones
disparejas. En efecto, los padres aman a sus hijos como algo de ellos mismos, y los hijos a sus
padres como seres procedentes de ellos. La desigualdad en este tipo de amistad siempre está
presente en cierto tipo de estructura pero la igualdad, como se había planteado en el resumen
pertinente del libro octavo, es la base de toda relación que tiene como fin el mutuo interés y amor.

La amistad entre iguales por su parte, radica en despertar cierta importancia por el otro, esto quiere
decir que no se espera un bien a cambio por la acción de asistencia al amigo. Es labor del otro,
devolver toda la virtud que se le ha entregado sin ningún interés y con total disposición. La mayoría
de las ocasiones en la amistad entre iguales, están acorde a situaciones similares que se
experimentan entre sí, acción que atribuye cierto incremento en la experiencia, de las dos partes.

Tomás Jaramillo.
Seminario: Teorías literarias IV.

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