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Cristian Beltrán Aznárez

Mentalidad y valores sociales de la antigüedad hasta nuestros días

MUSONIO RUFO. DISERTACIONES


Igualdad de género en la Roma Imperial

Las Disertaciones de Musonio Rufo podrían ser consideradas algo poco común y
anacrónico de la época. Dos pasajes, sobre todo, el III y el IV son los que más podrían
llamar la atención, por el simple hecho de posicionar la figura femenina al mismo nivel
que la masculina. Antes he usado la palabra anacrónico ya que, en el mundo antiguo,
refiriéndonos a Grecia y Roma particularmente, la mujer no está en un buena estima, sino
que sufre graves vejaciones por su condición. En época romana no era tan extremo como
en el sistema patriarcal griego, donde todo lo bueno giraba en torno al varón y lo malo a
la mujer, paulatinamente va consiguiendo un mayor estatus, aunque sigue manchado por
la sombra del hombre. Los comentarios de Musonio es un fiel testimonio de que no todos
los romanos pensaban de forma igual.

Para poder entender su forma de pensar hay que situarse en el contexto de donde
vivió. Gayo Musonio Rufo para ser más exactos vivió en el turbulento siglo I d. C, en
pleno origen del Imperio romano. Se dedicó a la filosofía en Roma, donde la enseñaba a
sus discípulos durante el reinado de Nerón, hasta que éste mismo le condenó al exilio en
el año 65. No pudo regresar a Roma hasta la muerte del emperador, en época de los cuatro
emperadores, más concretamente con Galba. La obra de Disertaciones no fue escrita por
él, sino que otros autores como Estobeo, Plutarco, Gelio y su discípulo Epicteto
introdujeron sus formas de pensar. Tenía una filosofía marcada por el pragmatismo,
donde lo útil era el camino verdadero, centrándose sobre todo en la ética y la bondad de
los hombres a través de la filosofía. El estoicismo fue la filosofía que más importancia
tuvo en el imperio romano, y según Lactancio, Instituciones divinas III 2.5, las mujeres
también tenían el derecho de filosofar.

El objetivo que sigue en la III Disertación para que las mujeres sean capaces de
filosofar es básicamente que tengan una educación, y “ha de ser también sensata”. Esta
sensatez la recalca Musonio, siguiendo el estoicismo, como por ejemplo “mantenerse
apartada de relaciones amorosas ilícitas y apartada también de la intemperancia en los
demás placeres”. Esta igualitaria condición con los hombres la describe Musonio de la
siguiente manera: “El mismo raciocinio -dijo- han recibido de los dioses las mujeres y los
hombres”. Para él, hombres y mujeres provienen del mismo lugar, y excluyendo las
diferencias físicas, ambos poseen el mismo raciocinio y sienten y padecen de la igual
forma.

Objeta también lo favorable de una mujer con educación y filosofía, un “motivo


de orgullo”, con el cual tanto la familia, como sus propios hijos y su marido tendrían una
ayuda moral extra. Una visión que pocos veían así, la mayor parte comentaba que las
mujeres que se introducían en el ámbito de la filosofía, o bien, interactuaban con filósofos
se “volverían sumamente presuntuosas y arrogantes”. Las mujeres en el transcurso de los
siglos siempre han tenido vetado según qué tipo de opciones, como la de entender la vida
ofreciendo razones científicas o la de desarrollar la retórica en los discursos. Lo único que
podría objetar sobre Musonio en esta III disertación, es su comentario sobre que
solamente podría dedicarse a la filosofía si siguiera con sus tareas, en este caso
domésticas. El paso de sacar a la mujer del ámbito hogareño aún no se podía ver bien, no
como en el caso de los hombres que sí que podían dedicarse completamente a la filosofía.

La Disertación IV, ofrece la visión de cómo debían de ser educadas las mujeres.
Musonio propone una metáfora, la cual la veo bastante correcta; los caballos y los perros
de caza son educados de la misma forma, tanto si son hembras como si son machos.
Propone este ejemplo para dar a entender que no importa el sexo a la hora de educar la
psique. Ambos tienen que ser sensatos, prudentes y justos, sin estas virtudes no importa
el género. Otro detalle interesante que destacar es la distinción de hombres y mujeres, las
pocas que hace Musonio, los hombres los cataloga como más fuertes y por tanto tienen
que hacer trabajos con mucho más esfuerzo, y a las mujeres como más débiles, y les
destina trabajos adecuados a su condición. Pero no se queda solamente en esa idea, sino
que entiende que no todos los hombres son igual de fuertes y no todas las mujeres igual
de débiles y, en efecto, habría que destinar el trabajo dependiendo de cómo fuera la
persona.

Para concluir se puede volver a la misma idea, los fragmentos recolectados de los
pensamientos de Musonio Rufo son algo extraordinario ya que toda la antigüedad, en las
fuentes, encontramos vejaciones y desigualdad por parte de los hombres. La mujer
siempre está en segundo plano, pocas veces tiene protagonismo como en el caso de
Cleopatra VII que la historiografía tampoco fue objetivo con su persona. Esta degradación
de la mujer seguirá desde prácticamente el origen del ser humano hasta bien entrado
nuestros días, en donde ya en poco tiempo se van consiguiendo grandes avances. Por
tanto, una persona del siglo XXI, la cual no tenga prejuicios respecto a la liberalidad
femenina, podría sentirse identificado con la manera de pensar de Musonio Rufo.

Bibliografía:

Ortiz, P., Musonio Rufo. Disertaciones. Fragmentos menores, Gredos, Madrid, 1995.

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