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HISTORIA DEL CAFÉ

La historia del café se remonta al siglo XIII, aunque el origen del café sigue sin esclarecerse.
Se cree que los ancestros etíopes del actual pueblo oromo fueron los primeros en descubrir y
reconocer el efecto energizante de los granos de la planta del café;1 sin embargo, no se ha
hallado evidencia directa que indique en qué parte de África crecía o qué nativos lo habrían
usado como un estimulante o incluso conocieran su existencia antes del siglo XVII.2 Se cree
que, desde Etiopía, el café fue propagado a Egipto y Yemen.3 La evidencia creíble más
temprana de cualquier bebida de café o conocimiento del árbol del café aparece a mediados
del siglo XV, en los monasterios sufi de Yemen.1 Fue allí, en Arabia, donde los granos de café
fueron tostados y molidos por primera vez en una forma similar a como son preparados en la
actualidad. Para el siglo XVI, se había expandido por el resto del Medio
Oriente, Persia, Turquía y África del Norte. Luego, el café se extendió a Italia y el resto
de Europa hasta Indonesia y el continente americano.
La palabra "café" proviene del término turco kahve, a su vez, procedente del árabe, qahwa, a
través del italiano.5 El término árabe sería una abreviación de la expresión qahhwat al-
bun o planta de café. Un posible origen de la palabra se encontraría en el Reino de
Kaffa en Etiopía, de donde procedería la planta del café; su nombre allí es bunn o bunna.

HISTORIA DEL CAFÉ EN COLOMBIA


No existe plena certeza sobre las condiciones en que llegó el café a Colombia. Los
indicios históricos señalan que los jesuitas trajeron semillas del grano a la Nueva Granada
hacia 1730, pero existen distintas versiones al respecto. La tradición dice que las semillas
de café llegaron por el oriente del país, portadas por algún viajero desde las Guyanas y a
través de Venezuela. El testimonio escrito más antiguo de la presencia del cafeto en
Colombia se le atribuye al sacerdote jesuita José Gumilla. En su libro El Orinoco
Ilustrado (1730) registró su presencia en la misión de Santa Teresa de Tabajé, próxima a
la desembocadura del río Meta en el Orinoco. El segundo testimonio escrito pertenece al
arzobispo-virrey Caballero y Góngora (1787) quien en un informe a las autoridades
españolas registró su cultivo en regiones cercanas a Girón (Santander) y a Muzo
(Boyacá).
Los primeros cultivos de café crecieron en la zona oriental del país. En 1835 tuvo lugar la
primera producción comercial y los registros muestran que los primeros 2.560 sacos se
exportaron desde la aduana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela. De acuerdo con
testimonios de la época se le atribuye a Francisco Romero, un sacerdote que imponía
durante la confesión a los feligreses de la población de Salazar de las Palmas la
penitencia de sembrar café, un gran impulso en la propagación del cultivo del grano en
esta zona del país. Estas semillas habrían permitido la presencia de café en los
departamentos de Santander y Norte de Santander, en el nororiente del país, con su
consecuente propagación, a partir de 1850, hacia el centro y el occidente a través de
Cundinamarca, Antioquia y la zona del antiguo Caldas (ver mapa Arribo y expansión del
café en Colombia).

No obstante esos desarrollos tempranos, la consolidación del café como producto de


exportación en Colombia sólo se dio a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La gran
expansión que tuvo la economía mundial en ese periodo hizo que los hacendados
colombianos encontraran atractivas oportunidades en el mercado internacional. Poco a
poco Estados Unidos se consolidaba como el consumidor más importante de café en el
mundo, mientras Alemania y Francia se convertían en los mercados más interesantes de
Europa.
TIPOS DE GRANOS DE CAFÉ
Arabica
Considerados el champán del café, los granos de Arabica tienen una asombrosa riqueza
aromática que produce un sabor suave y profundo al mismo tiempo.

Robusta

Considerados los reyes de la cafeína del café, los granos de Robusta contienen
aproximadamente el doble de este estimulante que los granos de Arabica. Esto aporta al
café un sabor intenso y ligeramente amargo.
Kopi Luwak

Para disfrutar de una experiencia gourmet poco habitual, prueba los apreciados granos
extraídos de las deposiciones del gato de algalia indonesio. Esta criatura, similar a una
mangosta, se deleita con las bayas de café antes de excretar las semillas. El proceso
digestivo por el que pasan las bayas aporta a los granos su distintivo sabor.

MANERAS DE CONSUMIR EL CAFÉ


El del café es un mundo en el que no siempre es sencillo manejarse... ¿cuál es la diferencia entre un ristretto
y un cortado? ¿es lo mismo el café con leche y el café latte? ¿la única diferencia entre un café americano y
otro turco es su origen? ¿cuánta leche tiene exactamente un capucchino? ¿y un macchiato? Toma nota de
estas 21 maneras de tomar café

1. Café espresso o café solo


Se trata de un café breve, intenso, servido en taza pequeña. Es el café más consumido por los italianos a
cualquier hora del día que no sea el café de la mañana, para desayunar. España, es muy habitual en la
sobremesa.

2. Café frío o ‘solo con hielo’


Estamos ante una especialidad española. De hecho si viajas fuera de España y quieres tomar un solo con
hielo, tendrás que dar muchas explicaciones acerca de cómo se prepara y se sirve este café. Es tan sencillo
como un café solo o espresso, servido con un vaso de hielo aparte. Lo normal es endulzar el café en caliente
y, cuando ya está disuelta el azúcar o el edulcorante, incorporar el café al vaso de hielo.

3. Café macchiato
Macchiato significa en italiano, literalmente, manchado. En efecto, un macchiato es un café expreso o
expresso, que se mancha con un poco de espuma. Aunque en ocasiones a este café se le añade un poco de
leche espumosa, el macchiato original exige poner una o dos cucuharillas de espuma de leche sobre cada
café, lo que le aporta un toque de suavidad al tomarlo.

4. Café cortado
Un café solo al que se le añade un poco de leche. Podríamos decir que es la versión española del café
macchiato. En lugar de añadir un poco de espuma, se le añade un poco de leche, apenas un golpe rápido de
la jarra.

5. Café americano
El café americano se diluye en agua para suavizar la intensidad del café. Se trata de un café rebajado con
agua, lo que casa muy bien con el gusto americano, acostumbrado al café de filtro, pero muy poco con el
gusto europeo, acostumbrado a la intensidad de la cafetera italiana o la expreso. Su origen se sitúa,
precisamente, en la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses comenzaron a rebajar el
café espresso local, porque les parecía demasiado fuerte.7

6. Capuccino
El capuchino es un café con poca leche pero con mucha espuma. Es el café preferido de los italianos a la
hora de desayunar. Como mínimo, un buen capuccino deberá tener un centímetro de espuma. De forma
opcional, se puede espolvorear un poco de canela molida o de chocolate rallado muy fino por encima de la
espuma.
7. Café con leche
El café servido en las cafeterías españolas más habitual por la mañana, para desayunar. Es igual al café au
lait francés del desayuno. La cafetera italiana es la ideal para preparar este café que se sirve con gran
cantidad de leche, dado que da un café más fuerte. La formula ideal es igual cantidad de café que de leche.

8. Café latte
Es el café italiano más clásico a la hora del desayuno... con permiso del capuccino. Se trata de un café de
sabor suave y con mucha leche. También tiene espuma, pero no tanta como el capuccino. A pesar de las
evidentes similitudes... la principal diferencia con nuestro café con leche es que éste tiene más espuma.

9. Café breve
El café breve es la versión americana del café latte italiano. Lleva la misma cantidad de café, pero la leche se
mezcla con nata, lo que da como resultado una bebida más densa, que en ocasiones se toma como postre.
Su espuma es más densa.
10. Café ristretto
Es una variación del café espresso en la que se reduce la cantidad de agua con la que se prepara el café. Es
decir, se trata de un espresso corto, solo apto para los bebedores de café más avezado. Se trata de un café
intenso que deja en la boca un sabor duradero.

11. Café lungo


Es la variación del café espresso antagónica al ristretto. Es decir, se trata un café espresso o solo más largo
de lo habitual. Al prepararse con más agua, es la versión más suave del café solo. Como curiosidad, y aunque
parezca sorprendente cabe decir que tiene más cafeína que el ristretto y el espresso... ya que como la
descarga de agua continúa, arrastra más solubles del café, aunque su sabor quede más diluido.

12. Café bombón


Se trata de un café espresso endulzado con leche condensada. Generalmente se sirve en un vaso o una taza
de cristal para mostrar las dos capas diferenciadas de la leche condensada (que se pone en el fondo) con el
café por encima. Hasta que no se mezclan con la cucharilla, debido a las diferentes densidades, café y leche
quedan separados.
13. Café mocca
El café mocca juega con una sabia combinación de sabores: café y chocolate. Generalmente se prepara con
choc olate negro, aunque hay quien lo prepara también con chocolate con leche. Se pueden añadir trocitos de
chocolate o virutas... aunque lo más habitual es añadir chocolate fundido en el fondo de la taza, para así crear
un bonito efecto de capas cuando se añade después la leche y, finalmente, el café. Se trata casi más de un
postre que de un café... aunque esto depende de la cantidad de chocolate que se añada.

14. Espresso panna o café vienés


“Panna” significa en italiano nata. Y este café no es más que eso, un café al que se le añade nata montada. El
original se elabora a partir de en espresso, es decir, de un café solo. Aunque cada vez más se añade nata a
cualquier tipo de café: con leche, latte, mocca, etc. A veces también se le denomina vienés, dado que la
bebida más típica de los cafés de Viena y Budapest.

15. Café frappé


Se trata de un café con hielo picado, es decir, una especie de sorbete de café, cubierto de espuma. El término
francés frappé significa, según los contextos, ‘agitado’ o ‘helado’. Es muy típico en Grecia.

16. Café irlandés


Se trata de un café al que se le añade whisky y nata montada, por este orden. Joe Sheridan creó el café
irlandés en 1942 y desde entonces se ha convertido en la bebida de café más famosa del mundo. En Irlanda
se suele decir que esta bebida mezcla café, fuerte como un amistoso apretón de manos y whisky, fluido como
el ingenio del país.

17. Café amaretto


Se trata de una variación del café irlandés en la que se sustituye el whisky por licor amaretto... un licor de
origen italiano que se elabora a partir de almendras y huesos de albaricoque. Es mucho más aromático y
suave, lo que da lugar a un café más suave.

18. Café turco


Se trata de un café fuerte, intenso y de textura densa, muy densa, en la que el café se sirve con posos. Este
café se prepara en un Ibrik o cafetera turca que no es más que un cazo de cobre con un mango largo. Una
vez que está servido se debe dejar que se asiente y dejar de beber en el momento en el que se llega a los
posos del fondo de la taza.
19. Café flat White
Este café es original de Australia y Nueva Zelanda. Se trata de un café muy similar al capuccino, pero tiene
más cantidad de café, por lo que resulta un poco más fuerte, menos espuma. Normalmente se sirve con
elaborados dibujos en la parte superior... aunque ahora esta tan de moda el denominado ‘latte art’ que se
hace dibujos con la espuma de muchos cafés.

20. Caramel macchiato


A partir de la receta del cafe macchiato, se añade caramelo líquido. El resultado es un café muy dulce y
goloso.

21. Café hawaiano


En este café, la leche normal se sustituye por leche de coco. El resultado es un café dulce, denso, goloso,
exótico y... ¡apto para intolerantes a la lactosa!
Maneras de preparar café

Cold brew

Syphon

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