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Políticas públicas del Estado al adulto mayor

El envejecimiento poblacional en Venezuela, ha impulsado el planteamiento de


políticas públicas para atender la seguridad social de los adultos mayores. Esto se
materializó en la Ley de Servicios Sociales aprobada en el año 2005, constituyéndose en
la primera en el país que reconoce al adulto mayor como actor social con derechos
naturales, legales y humanos, características y necesidades particulares, propias de la
edad. Tal logro en la formulación de políticas públicas, motivó la realización de este
estudio de tipo cualitativo, analítico, mixto (documental y de campo); con el objetivo de
analizar las características, bondades y limitaciones de la seguridad social venezolana
para adultos mayores, concretada en el Régimen Prestacional de Servicios Sociales al
Adulto Mayor y Otras Categorías de Personas. Se obtuvo la caracterización del Régimen
Prestacional a partir de cinco categorías, a saber: posee un tipo de cobertura selectiva, su
referente normativo es la asistencia, su criterio de acceso es la necesidad, tiene una
estructura financiera no contributiva y la participación del Estado es mixta. Se concluye
que presenta bondades como: un alto contenido social, ofrece prestaciones básicas a los
más necesitados, es no contributivo, con participación conjunta Estado ”“ sociedad; y
entre sus limitaciones, se encuentran: es un Régimen Prestacional selectivo, asistencial,
desarticulado comunicacionalmente, desconocido para la población beneficiaria, y
parcialmente en aplicación. Se recomienda para agilizar su implementación la
municipalización de los planes y programas que lo constituyen; replantear su estructura
de financiamiento e incorporar campañas educativas e informativas sobre la Ley que
protege una parte de los adultos mayores.

ACCIONES DEL ESTADO AL ADULTO MAYOR

Richard Alexander Lameda 28 enero, 2018

La indiferencia hacia el adulto mayor en el país es cada vez más notoria,


principalmente en el sector juvenil.
Sobre este tema, la insensibilidad hacia estas valiosas personas camina en los pies
de adolescentes y mayores de 18 años de edad, y queda de relieve cuando menosprecian
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una ayuda solicitada por un abuelo para cruzar una vía o cuando les piden información de
alguna dirección.
Es que quienes dieron sus capacidades y fortalezas al desarrollo de este país desde
cualquiera de sus actividades profesionales u oficios diversos y logran llegar a la tercera
edad y continuar afianzando sus experiencias, ya no son reconocidos pese al gran estatus
ganado que poseen en sí mismos, sino que la sociedad lo coloca a un margen, en lugar de
luchar para que ocupen el más alto sitial con honores, en virtud de la trayectoria que han
tenido tanto familiar, social, gremial como empresarial.
Sus pasos lentos son literalmente atropellados por conductores impacientes en los
cruces de esquinas con semáforos, quienes los desafían acelerando sus automóviles en
señal de ¡Apúrate! o camina rápido, sin importarles la presencia de otras personas y con
el más desatinado desprecio por quienes por semejanza pudieran ser sus propios padres o
abuelos.
En un alto porcentaje de los hogares venezolanos un abuelo es visto como alguien
que ya entregó su juventud y ahora le corresponde quedar prácticamente invisibilizado en
su entorno, con poca participación en las conversaciones y en decisiones que tome la
familia, un hecho observado con frecuencia y que no debería ocurrir.
El respeto por las personas mayores se enseña en la casa, y es deber ineludible de
los padres, inicialmente, practicarlo diariamente. Pero también los hermanos y los tíos de
los niños y adolescentes tienen la responsabilidad y tarea de inducirlos a que los adultos
merecen amor, reconocimiento y toda la aceptación necesaria.
De parte de los propios abuelos está también asumir una actitud de darse a respetar
y a que sus nietos los vean como grandes pilares de su crecimiento. Esta actuación de los
abuelos surtirá sus efectos positivos porque a futuro todos estarán juntos, sin quedar
aislados por ser mayores y tener quizás otro nivel de pensamiento, gustos y costumbres.
Urge en cada arruga una palabra de amor para el adulto, en cada mano amorosa
extendida a nosotros un abrazo cálido para ellos, en cada palabra de ejemplo una escucha
con atención, en definitiva, un acercamiento más próximo que les transmita felicidad y
alargue sus vidas.
Ellos tienen derecho y hacia ese lugar van todas las personas, quienes por relación
de vida vuelven a ser niños, y como tal deben ser tratados.
Protegidos por la ley
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su capítulo V de
los Derechos Sociales y de las Familias, determina en el artículo 80 que: “El Estado
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garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus derechos y garantías. El


Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está obligado a respetar
su dignidad humana, su autonomía y les garantizará atención integral y los beneficios de
la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida.
Las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de seguridad social no
podrán ser inferiores al salario mínimo urbano. A los ancianos y ancianas se les
garantizará el derecho a un trabajo acorde con aquellos y aquellas que manifiesten su
deseo y estén en capacidad para ello”.
Otras normas legales que regulan la materia dirigida al amparo del adulto mayor en
el país es la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social y la Atención Integral al
Adulto Mayor; Ley de Servicios Sociales: Asistencialismo a favor de los más
necesitados y Ley del Seguro Social Obligatorio: Previsión Social a favor de la
Protección en la Vejez.
Todo este marco jurídico garantiza a las personas amparadas, sin discriminación
alguna, los derechos humanos así como los de carácter civil, de nacionalidad y
ciudadanía, los políticos, sociales, de la familia, culturales, educativos, económicos,
ambientales en los términos y condiciones establecidos en la Constitución, las leyes y los
tratados, pactos y convenciones, suscritos y ratificados por la República Bolivariana de
Venezuela.
El Código Civil venezolano también protege a los adultos. Lo especifica el artículo 284:
“Los hijos tienen la obligación de asistir y suministrar alimentos a sus padres, y demás
ascendientes maternos y paternos.
Esta obligación comprende todo cuanto sea necesario para asegurarles
mantenimiento, alojamiento, vestido, atención médica, medicamentos y condiciones
de vida adecuados a su edad y salud, y es exigible en todos los casos en que los padres
o ascendientes carecen de recursos o medios para atender a la satisfacción de sus
necesidades o se encuentran imposibilitados para ello”.
Por lo tanto, es un deber del Estado restablecer la protección, respeto y dignidad a
los adultos mayores o de la tercera edad ante tanta indiferencia, discriminación, exclusión
y miseria injusta a que son sometidos.
La legislación contempla las denuncias de maltrato físico o emocional a esta
población, que será defendida por los entes encargados, de conformidad con el estatuto y
leyes vigentes.
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No obstante, un alto porcentaje pasa hambre en la calle y no posee abrigo


institucional de manera integral.
El trato en otros países
En el mundo hay cerca de 900 millones de personas mayores de 60 años, cerca del
12% de la población global.
El buen trato al adulto mayor se mide por el bienestar en cuatro áreas: seguridad
salarial, salud, capacidades personales y ambiente social favorable.
En 96 países, se encuentra el 91% de las personas mayores de 60 años en todo el
mundo.
Uno de los puntos más destacados es el hecho de que América Latina registró los cambios
más llamativos en comparación con las cifras de 2013, sobre todo en lo que se refiere a
seguridad salarial.
El país del mundo donde los ancianos viven mejor es Noruega, seguido por Suecia,
que fue el líder en 2013. En el tercer puesto se ubica Canadá, seguido por Suiza y
Alemania. Holanda ocupa la sexta posición y Estados Unidos la octava.
En América Latina Chile fue país latinoamericano en obtener el mejor puesto: el
número 22. A esa nación le sigue Uruguay (23), Panamá (24), Costa Rica (26), México
(30), Argentina (31), Ecuador (33) y Perú (42). En el nivel intermedio se ubica Bolivia
(51), Colombia (52), Nicaragua (54), El Salvador (57) y Brasil (58).
Venezuela (76) fue el país latinoamericano en obtener la posición menos favorable,
mientras que Honduras se ubicó muy cerca, en el puesto 75.
Mientras, en el otro extremo, Afganistán es el país que ofrece las peores condiciones
para los ancianos, muy cerca están Mozambique (95), Tanzania (92) y Uganda (89).
Todos los países, con la excepción de Japón (9), se ubican en Europa Occidental,
América del Norte y Australasia.
Se espera que en 2050, la cantidad de personas mayores de 60 años, aumente a 21%.
Día del adulto mayor
Cada 29 de mayo se celebra el Día del Adulto Mayor en Venezuela, fecha
conmemorativa dedicada a los abuelos de cada familia. Este día sirve de cita para recordar
a estos seres que en su mayoría llenan de cariño, sabiduría y amor la vida de cada quien,
compartiendo sus anécdotas y experiencias.
En la mayoría de los países esa jornada se efectúa el 1º de octubre, por resolución
de las Naciones Unidas.
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A nivel internacional existe una celebración promovida por la ONU que recuerda a
las personas mayores en general: el Día Internacional de las Personas de Edad.
El cambio de denominación, de anciano a persona adulta mayor, es el producto de
las Resoluciones de Congresos Internacionales.
El 23 de noviembre de 1949 es creado el Patronato Nacional de Ancianos e
Inválidos (Panai), adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, cuya misión se
refiere a la atención de los ancianos y a los minusválidos (ahora personas con
discapacidad).
Posteriormente se transformó en el Instituto Nacional de Geriatría y Gerontología
(Inager).
El Inager es sustituido por el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass), regido por
la Ley de Servicios Sociales que en su contenido amplía la cobertura de la previsión social
a amplios sectores de la sociedad que se encuentran en “estado de necesidad”, es decir,
no sólo a los adultos mayores sino también a los grupos vulnerables de la sociedad,
como lo son las personas con discapacidad, indígenas, niños en estado de abandono.
Pocas campañas en medios
La mayoría de emisoras de radio en el país no dirigen su atención en producir micro
campañas sobre el tema del adulto mayor, cuyos contenidos concienticen a sus oyentes y
población en general sobre la importancia de darle un trato preferencial a estos seres
humanos, tanto en los hogares como en la calle.
Existen canciones en varios géneros musicales con letras dedicadas a los padres y
abuelos que no se oyen en la radio en el año, sino el Día del Padre, caso de Piero Mi
Viejo, con estas estrofas: “Es un buen tipo mi viejo que anda solo y esperando. Tiene la
tristeza larga de tanto venir andando. Yo lo miro de desde lejos, pero somos tan distintos.
Es que creció con el siglo con tranvía y vino tinto. Viejo, mi querido viejo, ahora ya
caminas lento, como perdonando el viento, yo soy tu sangre mi viejo, soy tu silencio y tu
tiempo.
El tiene los ojos buenos y una figura pesada, la edad se le vino encima sin carnaval
ni comparsa. Yo tengo los años nuevos, mi padre los años viejos…”
Estas canciones son otra manera de conseguir sensibilizar a la gente respecto al trato
humano de estas personas, así como los micros.
DEFINICIÓN DE ADULTO MAYOR
Este es el término o nombre que reciben quienes pertenecen al grupo etáreo que
comprende personas que tienen más de 65 años de edad. Por lo general, se considera que
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los adultos mayores, sólo por haber alcanzada este rango de edad, son lo que se conocen
como pertenecientes a la tercera edad, o ancianos.
El adulto mayor pasa por una etapa de la vida que se considera como la última, en
la que los proyectos de vida ya se han consumado, siendo posible poder disfrutar de lo
que queda de vida con mayor tranquilidad. Usualmente las personas de la tercera edad
han dejado de trabajar, o bien jubilan, por lo que su nivel de ingresos decrece en forma
considerable, lo que junto con los problemas de salud asociados a la edad pueden traer
consecuencias en todos los ámbitos de su vida. Esta situación hace que las personas de la
tercera edad muchas veces sean consideradas como un estorbo para sus familias, por lo
que un problema creciente en la sociedad actual es el abandono. Otra opción muchas
veces tomada consiste en los asilos que se especializan en sus cuidados (de todas maneras
hay considerar que en la actualidad los asilos o casas de reposo para el adulto mayor se
han sofisticado crecientemente debido a la demanda del mercado, y los más sofisticados
de entre estos establecimientos cuentas con comodidades y cuidados envidiables como
spas, gimnasios, televisores de plasma y otros, aunque por supuesto los servicios van en
relación directa con su precio, que puede llegar a ser considerable). (Annali Quintanar
Guzmán 2010)
TIPOS
LAS 3 FASES DE LA VEJEZ
La tercera edad es una etapa vital que, en parte a causa del aumento de la esperanza
de vida, cubre un proceso de evolución que puede llegar a ser muy largo, con muchas
variaciones y muchas variables a tener en cuenta.
Es por eso que resulta útil hablar sobre las fases de la vejez, dado que ofrecen una
categorización aproximada acerca de las necesidades especiales, los patrones de
comportamiento más habituales y las características biológicas de estas etapas.
A modo de resumen, las etapas de la vejez son las siguientes.
PREVEJEZ: 55 A 65 AÑOS
La prevejez es la antesala de la etapa vital en la que varias de las funciones
corporales ven menguada de un modo más o menos drástico su capacidad para seguir
trabajando tal y como lo venían haciendo antes.
CAMBIOS FÍSICOS
En esta etapa es frecuente que los patrones de sueño queden alterados,
disminuyendo significativamente el número de horas que se necesita dormir cada noche.
También es frecuente que aparezcan alteraciones en la retención de grasas y un tipo de
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digestión más lenta y pesada. La masa muscular, por el contrario, acostumbra a atrofiarse
de manera significativa.
En las mujeres, la prevejez llega aproximadamente con la finalización de la
menopausia, la cual genera una seria de alteraciones hormonales que afectan tanto
mediante síntomas físicos como otros de carácter emocional vinculados a cómo se
experimenta este evento.
CAMBIOS PSICOLÓGICOS
En esta fase de la vejez, al contrario de lo que se cree, ni se acostumbra a sufrir una
crisis ni disminuye el nivel de felicidad. Sin embargo, sí que cambia el modo de pensar.
En concreto, es frecuente que aparezca un patrón de pensamiento melancólico en el
que empieza a verse la vida a través de los recuerdos, lo que se vivió en el pasado. Las
comparaciones entre lo que ocurrió hace años y el aquí y ahora son muy frecuentes.
Por otro lado, aquellas personas con vida familiar activa pueden exponerse al
síndrome del nido vacío, por el cual los hijos o hijas abandonan el hogar y aparece soledad
y, a veces, aburrimiento.
VEJEZ: 65 A 79 AÑOS
La vejez “pura” es la etapa de la vida en la que se consolida tanto el debilitamiento
de funciones biológicas como un estilo psicológico basado en la revisión del pasado y la
experimentación con los recuerdos.
CAMBIOS FÍSICOS
Aparecen problemas posturales y debilitamiento de huesos, lo cual puede producir
dolor o incluso que no se puedan realizar grandes esfuerzos. Los problemas de digestión,
en muchos casos, se acentúan, así como el riesgo de experimentar varios tipos de cáncer.
Además, tanto la visión como la audición suelen resentirse, lo cual a su vez conlleva
un riesgo de tipo psicológico: el aislamiento, dado que cuesta más esfuerzo relacionarse
con los demás o incluso participar en conversaciones.
A partir de los 75 años de edad, por otro lado, las personas ya cumplen el perfil de
paciente geriátrico siempre que se de algún problema significativo en su calidad de vida
como el deterioro mental o la incapacidad de vivir de manera autónoma.
CAMBIOS PSICOLÓGICOS
En esta etapa se consolida el declive de un aspecto importante de los procesos
mentales: el nivel de inteligencia. Más concretamente, es la inteligencia fluida, la que
tiene que ver con la agilidad mental y la generación de nuevo conocimiento partiendo
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desde cero, la que se ve más afectada, mientras que la inteligencia cristalizada se preserva
mucho mejor en la mayoría de adultos sanos de esta edad.
ANCIANIDAD: 80 AÑOS EN ADELANTE
La ancianidad es la última etapa de la vejez, y supone un cambio cualitativo tanto
en la evolución física como en la psicológica.
CAMBIOS FÍSICOS
En esta fase las alteraciones posturales y la fragilidad de huesos y articulaciones se
acentúan, lo cual puede llevar a reducir significativamente la autonomía de las personas.
El resto de problemas de salud también siguen su progresión, haciéndose sensiblemente
más frecuentes en esta fase.
CAMBIOS PSICOLÓGICOS
En esta fase el peligro por aislamiento social se acentúa, dado que, por un lado, la
cantidad de amistades decae a causa de la frecuencia con la que se dan las muertes, y por
el otro la falta de autonomía suele hacer que las salidas del hogar y los encuentros se den
más raramente. El tiempo libre acostumbra a ser ocupado con actividades relativamente
contemplativas, como la lectura o la jardinería.
CARACTERÍSTICAS
Los cambios que se pueden producir en la vejez comportan varios aspectos:
 CAMBIOS FISIOLÓGICOS: las células envejecen, cambia la estructura

corporal, se pierde elasticidad e hidratación en la piel (aparecen las arrugas).


 CAMBIOS EN LA SALUD: aumenta la prevalencia de enfermedades
(morbilidad y mortalidad).
 CAMBIOS NUTRICIONALES: las necesidades metabólicas ya no son
las mismas, y por tanto la alimentación debe ser más específica.
 CAMBIOS EN LA ELIMINACIÓN: pueden aparecen incontinencias,
que tienen consecuencias psíquicas y sociales muy importantes para el anciano.
 CAMBIOS EN LA ACTIVIDAD: el ritmo de ejercicio disminuye, si
bien es más necesario que nunca que el individuo se mantenga activo.
 CAMBIOS EN EL SUEÑO: el patrón de descanso cambia, el individuo
no sigue rutinas.
 CAMBIOS EN LA PERCEPCIÓN: los órganos de los sentidos pueden
verse afectados, lo que lleva a problemas sensoriales (sordera, problemas de
visión.,)
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 CAMBIOS SOCIALES: las relaciones sociales y los roles son distintos,


incluso dentro de la familia. Muchas veces la persona tampoco se implica
activamente en la sociedad.
 CAMBIOS SEXUALES: por limitaciones físicas en órganos sexuales, y
pensamientos erróneos arraigados en la sociedad.
 CAMBIOS EN AUTOCONCEPTO: la actitud, la identidad así como la
imagen corporal de uno mismo cambia, y suele ser negativa. Disminuye la
autoestima.

Consecuencias o Problemas del adulto mayor


Al tener una noción más adecuada sobre la realidad que viven los adultos mayores
en el Perú, es posible triangular problema y necesidades específicas que deben ser
atendidos con la mayor brevedad y eficacia posible.
Cada una de las situaciones señaladas a continuación tiene diversas causas, algunas
de ellas se encuentran entre: el desconocer sus derechos y cómo ejercerlos, poca
información sobre los procesos que pasa su organismo, mantener estereotipos que
relacionan "vejez" con "enfermedad", no denunciar la discriminación, entre otros.

 Hábitos alimenticios poco saludables y problemas nutricionales: la


difusión, información y educación en materia de hábitos alimentarios positivos,
se presentan como tareas de necesidad urgente para dar respuesta a las
necesidades específicas de las personas adultas mayores de las distintas zonas
geográficas del país. El estado nutricional de la persona adulta mayor depende
básicamente de la calidad y cantidad de la dieta alimenticia, así como del estado
dentario, nivel fisiológico de la salud bucal y la capacidad para triturar los
alimentos.
 Una mayor demanda por servicios de salud que no es atendida de
manera adecuada: existe una gran dificultad para acceder a servicios de salud; ya
que las acciones que protegen a las PAM aún se encuentran limitadas. El acceso
al Seguro Integral de Salud (SIS) es restringido por falta de
intervenciones específicas dirigidas a las PAM, además que no cubre la capa
compleja de necesidades de atención de esta población. En general, tanto el acceso
a servicios de salud como a recursos económicos, son aspectos determinantes de
sus posibilidades de independencia en esta etapa de su vida. Hay escasez de
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técnicos y profesionales especializados en las áreas de gerontología y geriatría de


los establecimientos de salud, y aquellos mínimos recursos se encuentran
concentrados en Lima y en unas pocas ciudades.
ASPECTO MULTIDISCIPLINARIO (COMO INTERVIENE EL
TRABAJADOR SOCIAL)
El trabajo social debe constituir en estos tiempos un elemento que permita potenciar
desde la comunidad y desde la participación activa de sus miembros las propias
transformaciones que desde el punto de vista social demanda la misma, además está
dentro de sus funciones ser ese puente de gestión entre usuarios e instituciones, entre
recursos y necesidades.1
El trabajo social en sus variados enunciados se orienta a las diferentes relaciones
entre las personas y sus ambientes. Su misión es por un lado la de proporcionar que todas
las personas desarrollen sus potencialidades y mejoren sus vidas y por otra de la prevenir
las disfunciones.
Tiene doble función: de un lado, representa un trabajo dirigido a la protección de
las personas más necesitadas, y del otro, se trata de una actividad que tiende a favorecer
una mejor adaptación de las personas, familias y grupos en el medio social en que viven
tratando de evitar, en lo posible, dificultades de convivencia.
Existen disimiles definiciones por varios autores, de ¿Qué es trabajo social? A
continuación se mencionan dos de las cuales fueron revisadas durante la investigación
teórica.
Malagón (1999) define que:
"[…] el trabajo social consiste en ayudar a la gente a conseguir relaciones que le
conduzca a la satisfacción de necesidades personales, tanto en los casos en que las
relaciones han sido rotas, como en los que hay posibilidades de que esto ocurra. Esto se
entiende de dos maneras enseñando a los individuos a desarrollar sus capacidades y
creando recursos o encauzándolos a los existentes"2 (pág.11)
Se considera por parte del autor que el concepto antes mencionado aunque hace
alusión a la necesidad de que el individuo resuelva sus situaciones carenciales y
problemáticas desde el punto de vista de sus propios recursos y potencialidades, no es
totalmente explicito en cuanto al hecho de que se deben atender las causas del fenómeno
que dan origen al problema, logrando de esta manera no una solución paliativa al mismo
sino un verdadero antídoto contra la proliferación de dichas situaciones. También falta en
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este concepto, un mayor acercamiento al protagonismo de los actores sociales en cada


uno de los contextos en que se desarrollan.
Otra de las definiciones a las que se hace alusión es la desarrollada por Kisnerman
(1998) que asume el trabajo social como:
"[…] la disciplina que se ocupa de conocer las causas y efectos de los problemas
sociales y lograr que los hombres asuman una acción organizada, tanto preventiva como
transformadora que los supere. No es simplemente ejecutora de lo que otras disciplinas
elaboran. Interviene en situaciones concretas que muestran determinadas carencias,
investigando y coparticipando con los actores en un proceso de cambio" 3 (pág. 153).
Es este concepto de Kisnerman el que definitivamente se ajusta a los intereses del
proyecto y los propios de autor para definir el trabajo social, puesto que no solo aborda
la necesidad del estudio de las causas del problema, para lograr un cambio o variación en
sus efectos; sino que plantea la importancia de la contextualización del problema para su
tratamiento y su significación en el proceso de capacitación y educación de los actores
sociales.
El trabajo social, desde sus inicios tuvo la particularidad de considerar la
importancia de la familia4 . Es así que M. Richmond en su obra Caso Social Individual,
dedica un capítulo a tratar de relaciones del trabajo social con la familia y enfatiza la
importancia de las buenas relaciones familiares, tanto para los clientes de los asistentes
sociales como para ellos mismos, con el fin de que pudieran ayudar mejor a solucionar
los problemas de los demás individuos, teniendo los propios problemas familiares
resueltos.
El trabajo social tiene ante sí el reto del aprendizaje de los cambios que vive la
familia y que tipo de acciones desarrollar para hacer más eficaz su labor.
Los nuevos cambios en la familia exigen nuevas maneras de intervención,
investigación, control social y estrategias de solución a sus problemas.
Desde su formación, en la familia deben crearse condiciones y normas que
posibiliten la educación y desarrollo de todos sus integrantes con igualdad de derechos y
beneficios. Es de esta forma que se posibilita que existan relaciones de respeto,
solidaridad, tolerancia y comprensión, sin que medie la desigualdad por poder, ni por
diferencia de edades.
El trabajo social familiar como nivel de intervención busca ayudar a las familias a
resolver sus dificultades, no solo desde el punto de vista de la falta de recursos sociales,
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sino también y de forma muy especial en el ámbito de las relaciones entre todos los
miembros de la familia.
A menudo, las dificultades por las que atraviesa el grupo familiar tienen que ver
con una patología en la relación entre sí o con el medio y es en ese ámbito donde los
trabajadores sociales pueden intervenir, trabajando con todo el grupo familiar, sus
necesidades y sus recursos internos, aunque, obviamente, sin aislarla del entorno social
del que forma parte y del cual habrá que utilizar recursos en beneficio de la familia.
El trabajo social familiar perseguirá pues, intervenir en la familia para transformarla
en un sistema terapéutico que busque el cambio de cara a lograr un mayor bienestar de
todos y cada uno de sus miembros. Por lo que se pretende poner en marcha una estrategia
de intervención preventiva, que posibilite favorecer la disminución de la violencia
intrafamiliar hacia los adultos mayores de la comunidad atendida en el Consultorio del
Médico de la Familia Nº 13 del reparto Sueño, del municipio Santiago de Cuba.
Considero que Trabajo Social, por lo menos en este campo referido a la atención al
adulto mayor aún no ha experimentado acciones que vayan más allá de la asistencia
institucional, hogar geriátrico mediante, con acciones que conduzcan al "acomodo" del
anciano y a la inducción de la familia y otros recursos comunitarios para que hagan
llevadera la estancia. Además, de cumplimentar determinados requisitos administrativos
que demanda una internación, consultas con las obras sociales, etc.
Hoy el desafío es otro, pues la vejez en sí, como etapa de la vida, ha comenzado a
levantar interrogantes fundamentales en cuanto a las políticas y prácticas sociales
existentes; y se ha constituido en factor importante en los sistemas económicos, políticos,
sociales y culturales.

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