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AMADOR BALLUMBROSIO MOSQUERA

VIOLINISTA ZAPATEADOR ARQUITECTO REZADOR


Integrantes:

LAURA HERRERA MARYORI


MESCUA ACOSTA TANIA
PIÑAS QUIÑONES JUSSARA MIRELLA
RUIZ LLACHI PATRICIA
VARGAS ARIAS ISABEL
Encabezando a los
negritos
zapateadores y a
las palmitas
bailarinas ,
Al frente del violin
y de los ritmos un
hombre, un
cimbreo
inconfundible, la
música de un
Cuerpo dirigiendo
las fiestas
Nació un 26 de noviembre de 1933
y a los cuatro años de vida
fue bautizado eternamente.
Muy temprano, aprendió de a
zapatear. Y es que Amador sabía
que tenía que transmitir el
sufrimiento y el goce de sus
ancestros esclavos, la certeza de
saberse libres mientras danzaban y
cantaban. “Yo siempre me he
sentido feliz de haber nacido negro
y no me gusta cuando usan la
palabra negroide. Tampoco me
avergüenzo de saber que mis
abuelos fueron esclavos”, decía.
Un veinteañero Amador había visto a varios violinistas que hacían volar las cuerdas del
instrumento’, por lo que no quería aceptar la insistente propuesta de José Lurita,.
Hasta que ‘Champita’ superó el temor y se convirtió en el Caporal, el que dirigía y
preparaba a los negritos y las pallitas para el tradicional Atajo de Negritos, que se
danza en la Navidad.
Porque en casa lo que nunca faltaba era la música y la jarana, mientras trabajaba en el
día y estudiaba en la noche aprendió los ritmos que tenía que transmitir a su
descendencia. Amador tuvo quince hijos, y a todos ellos los instruyó en la música y la
bondad.
‘Champita’, fue rezador una cualidad mística heredada de sus ancestros. Todos en El
Carmen acudían a él no solo para librarse del mal, si no para aliviar sus corazones con
los giros e historias que creaba en el rezo. Algo más que inventó fue la frase “¡Vamo
pa’ Chincha, familia!”, para invitar a los turistas al Verano Negro.
En los noventas la presencia de la
familia Ballumbrosio se afirmó más
en el panorama de la música
peruana. Amador había fusionado
su música con Miki Gonzales y
había viajado al exterior para dar a
conocer más de lo que sabía hacer.
Para el 2001, un cuadro de diabetes
complicó su salud y le causó una
hemiplejia. Así soportó el terremoto
del 2007, junto a su eterna compañera
Natalia Guadalupe. La casa que había
construído en 1962 superó al
movimiento de la tierra que ya no era
causado por su feroz zapateo.
Y Amador tuvo que volar a tocar su
violín ante el Niño Dios un 8 de junio
del 2009. Volar como lo describía el
poeta César Calvo en ese eterno
cortometraje en blanco y negro.
‘Champita’ y sus hijos, y el trabajo, y
sus pies sacando música a la tierra, y el
violín que continúa cantando, que
sigue siendo.
CREYENTE
D ALEGRIA
E CULTURA
D
I
C
PASION
HUELLA
A ESFUERZO
C LIDER
I
O BONDADOSO
N TRABAJADOR
AMADOR BALLUMBROSIO MOSQUERA
Amador Ballumbrosio, músico y albañil, “Pues Amador, más que arquitecto graduado en la pobreza, es
esa mezcla de danzante y músico“ (César Calvo).

Conocido como “ el Embajador de la cultura negra”, fue un zapateador extraordinario, uno de los más
destacados “cajoneadores” del Perú y violinista insuperable.

“Amador tenía tranquilidad, decía que hablar del racismo o discriminación era perder el tiempo. Y
cantaba y creaba temas como Chinchibí y Papá Antonio sobre el trabajo en el campo”,

Sin tener conocimientos musicales sacaba hermosas melodías de su pequeño violín, que tocaba
apoyándolo contra su pecho. "Lo sostengo así porque es el corazón el que toca el violín, no yo", decía
él.
En el pueblo del Carmen mientras sus hermanos trabajan en los campos, el hace casas, muchas
casas, por que yo nunca he sido ni sere peon de nadie dice, y simebra y seimbra casa para otros
y tiene tiene hijos y baiala baila siempre
Pues amador mas que albañil y mas que arquitecto graduado por la pobreza
Es esa mezcla de danzante y músico que conocemos por zapateador, su instrumento es la tierra
el toca la tierra con los pies.

Amador baila vuela zapatea, los cepos de hace siglos se han convertido alas en sus pies
Amador baila vuela zapatea , los pies encadenados de nuestros bisabuelos regresan hasta el
Amador baila vuela zapatea regresan hasta el y lo sublevan y en los pies de Amador danzan de
nuevo nuestros antepasados negros y son libres por fin
Renacen libres cada vez que amador suelta sus pasos
A

Zapatea con la mano punta taco rico es El toca con los pies punta taco y las manos Violinista
zapateador Es amador... Es amador Al atajo de los ángeles negros al cielo amador partió...
Roberto Fierro y Miguel Ballumbrosio

Zapatea con la mano punta taco rico es El toca con los pies punta taco y las manos Violinista
zapateador Es amador... Es amador Al atajo de los ángeles negros al cielo amador partió...
Roberto Fierro y Miguel Ballumbrosio
El panalivio es una danza afroperuana muy antigua. Fue creada por habitantes negros,
traídos desde España como esclavos, para realizar tareas agrícolas. El panalivio, antes era
también conocido como penalivio, tiene una historia de varios siglos e incluye canciones
de ironía u optimismo para aliviar las penas. Dícese que los panalivios eran cantos de
sublevación con que los esclavos denunciaban abusos y penas. Con el mismo nombre
conocemos dos tipos de canciones especialmente practicadas por sectores negros. Una
de ellas es una mudanza del Hatajo de Negritos, se compaña con violín y se realiza un
contrapunto de zapateo. La otra versión del Panalivio es como un lamento lento,
semejante a la danza habanera como es la canción "A la Molina no voy más". El canto ha
permanecido hasta la actualidad; del baile que le acompañaba no hay sin embargo ni
noticias. No hay panalivios nuevos, al menos no panalivios "legítimos" o a la manera
tradicional. El más conocido es aquel que dice --"A La Molina no voy más porque echan
azote sin cesar..."-- y este mismo es ya una revisión. Un gran difusor de esta danza fue
Amador Ballumbrosio, quien además de ser un excelente zapateador, tocaba el violín y el
cajón peruano. En el mes de diciembre, en el distrito de El Carmen, en Ica, es tradicional
entonar panalivios y zapatear al ritmo de un violín y campanillas, en lo que se conoce
como Hatajos de los negritos, como parte de la celebración de la navidad.
Encabezando a los negritos zapateadores y a las palmitas bailarinas ,
Al frente del violin y de los ritmos un hombre, un cimbreo
inconfundible, la música de un
Cuerpo dirigiendo las fiestas AMADOR BALLUMBROSIO MOSQUERA

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