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Universidad Autónoma Gabriel René Moreno

Facultad de Ciencias Jurídicas, Políticas, Sociales y


Relaciones Internacionales
CARRERA: DERECHO

SISTEMAS PROCESALES PENALES

Asignatura: Derecho Procesal Penal y Práctica


Docente: Dr. José Luis Alfaro Lanza
Alumna: Irma Coronado Villagómez

Santa Cruz de la Sierra-Bolivia


2018
ÍNDICE

PÁG.

1.- GENERALIDADES ............................................................................................. 1


2.- SISTEMA PROCESAL ACUSATORIO .............................................................. 2
3.- SISTEMA PROCESAL INQUISITIVO ................................................................ 5
4.- SISTEMA PROCESAL MIXTO........................................................................... 8
5.-SISTEMA PROCESAL MIXTO MODERNO ........................................................ 9
6.-CARACTERÍSTICAS Y UBICACIÓN DELA LEGISLACIÓN PROCESAL
BOLIVIANA ........................................................................................................... 10
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 12
SISTEMAS PROCESALES PENALES

1.- GENERALIDADES

A fin de ingresar en el correcto estudio de los sistemas procesales, es indispensable


anotar que como toda entidad integrante del Derecho, necesariamente debe ser
enfocada en íntima vinculación con determinadas etapas de la historia de la
humanidad y las políticas o formas de gobierno que hubieron, existen o existirán,
las que a su vez han dado origen a las diversas maneras de juzgar o de tratar al
delito; Al respecto, el tratadista Giusseppe decía: "Ningún derecho penal puede ser
entendido con abstracción de la situación histórica en ¡a que se manifiesta y llega a
su madurez, querer desligar el estudio del derecho penal positivo del ambiente
histórico que lo ha determinado, es como querer estudiar botánica en un manojo de
flores..".

El origen de los sistemas procesales está estrecha e inseparablemente relacionado


con las tendencias de gobierno, de un pueblo o de una época, sea de tinte
democrático o autoritario, lo cual desemboca en un Derecho Penal democrático o
autoritario, según la acentuación que se dé a la posición de la libertad del ciudadano,
con un sistema de garantías que resguardan los derechos individuales, impidiendo
el uso desmedido o arbitrario de la coerción estatal, es decir la autoridad del Estado,
materializada en la coerción penal tendiente a la mayor efectividad posible, en
desmedro de los derechos y garantías del ciudadano, dependiendo en suma, del
sistema político imperante, para encontrar gobiernos democráticos o absolutistas
que en sus políticas criminales, mediante el conjunto de las normas penales,
articulan la forma de combatir el delito y de tratar al delincuente.

Sobre el particular resulta esclarecedora la versión del procesalista argentino Vélez


Mariconde, "...la diversidad de regímenes virtuales en materia penal refleja la
ideología política imperante en las distintas etapas históricas, una distinta
concepción del Estado y del individuo en el fenómeno de administrar justicia, es
decir, refleja un aspecto de la lucha entre el Estado y el individuo, entre el interés
colectivo y el interés personal, entre el principio de autoridad y la libertad
individual..."

Esta concepción política o pugna de preeminencia entre el Estado y el individuo, en


el campo procesal penal se expresa en la gestación de ios sistemas procesales
básicos, el acusatorio y el inquisitivo, de acuerdo a su visión de ser más importante
la protección que debe darse al individuo o al conglomerado social expresado en el
Estado, para que con el discurrir del tiempo se genere un método ecléctico,
conjuncionado o de punto de equilibrio, llamado sistema procesal mixto, el que
reformado y reforzado con las recientes conquistas criminológicas, procesalistas y
humanistas, recibe el nombre de sistema procesal mixto moderno, que pasaremos
a desglosar en sus peculiaridades respectivas.

Correlato del fundamento de la disputa de preeminencia entre los intereses de!


Estado o los derechos del imputado, se tiene también la trascendencia de la
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primacía de la oralidad o la escritura, cuya disputa ai tener antigüedad de siglos y
que se mantiene al presente, coadyuva a la diferenciación de los sistemas
procesales, tal como decía Sócrates: "La escritura es cosa muerta, y no nos habla
más que de un solo lado... En la voz viva hablan también el rostro, los ojos, el color,
los movimientos, el tono de la voz, el modo de decir y tantas otras circunstancias,
las cuales modifican y desarrollan el sentido de las palabras...", enseñando de
principio la bondades y las debilidades de cada una de ellas.

2.- SISTEMA PROCESAL ACUSATORIO

Según los estudiosos e historiadores de la materia, probablemente es el más


antiguo de los sistemas procesales formalmente conocidos, pues su origen se
detecta en la antiquísima Grecia de Pericles en la que el procedimiento penal era
esencialmente acusatorio, oral y público, caracterizado por las participación directa
de los ciudadanos mediante asambleas que se conformaban en las plazas de los
pueblos o polis, como es el caso de Esparta y Atenas, en los que la ECCLESIA o
Asamblea del Pueblo era el más alto tribunal de justicia.
También se encuentran antecedentes de este sistema procesal en la legislación de
los Godos que data de más o menos el año 546 A. C y la época de la República de
los romanos, sustentada por el principio de que no puede existir proceso penal sin
acusador, salvo determinados delitos muy graves. Una apretada visión histórica nos
muestra que Roma practicó distintos sistemas procesales, en cambio Grecia dio
privilegio al sistema acusatorio, igual que el Derecho Germano a diferencia del
Derecho Canónico que fue mayormente inquisitivo.

En la permanente pugna de preeminencia entre el Estado y el individuo, que a lo


largo de los períodos históricos y de formas de gobierno, tuvieron vigencias
alternadas; el sistema procesal acusatorio selecciona un tratamiento privilegiado
para e! individuo, con el reconocimiento de sus derechos y garantías descritos en
sus disposiciones jurídicas, que coloca en segundo plano el mero ínteres estatal de
combatir el delito por combatirlo y hace de! proceso penal, como ilustra Claus Roxin,
(Derecho Procesal Penal, pág. 86], un medio de conjunción de esfuerzos para unir
los ventajas de la persecución estatal con las del sistema acusatorio puro.

En tal contexto diferenciador, indiquemos las características del sistema estudiado:

A.- Como su nombre lo enuncia, es acusatorio por la existencia inexcusable de un


acusador que puede ser la víctima o el damnificado mediante querella, por denuncia
de cualquier ciudadano en ejercicio de la acción popular o finalmente por acción del
acusador público conformado por el Ministerio Público en los delitos de orden
público. En suma, la acción penal se inicia a iniciativa de alguien que NO sea el
juez, el que de oficio no puede proceder a la apertura de un proceso.

B.- Es oral por la mayor utilización de ese medio de comunicación con relación al
escrito, en el entendido de no conocerse con certeza la existencia de un sistema
procesal puro; al contrario, una combinación de ambos, con predominio del uno
sobre el otro.
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La oralidad simplifica el proceso, ahorra tiempo y recursos humanos y económicos,
facilita la comunicación entre los sujetos procesales y permite la realización del
principio de inmediación con los medios o los elementos probatorios, posibilitando
apreciar en ellos no sólo las palabras vertidas, sino ante todo las actitudes y
reacciones personales que permiten asegurar o desvirtuar, confirmar o disminuir la
veracidad y el contenido de lo expresado. Para nadie es desconocido que los seres
humanos podemos comunicarnos con mucha facilidad sin el uso de las palabras,
sino a través del lenguaje gestual, por lo que durante el desarrollo de los actos
procesales, ante todo para el juzgador, resultan ilustrativas y determinantes las
conductas, reacciones, aspectos o ademanes de los que intervienen en el juicio,
demostrando nerviosismo, intemperancia, palidez, sudoración o contradicciones, lo
cual inclusive puede revelar nítidamente lo inverso de lo que verbalmente sostienen,
es decir, la oralidad permite complementar o desmerecer lo verdadero o
forzadamente expuesto previa enseñanza o adoctrinamiento.

Fuera de ello, la oralidad favorece el desenvolvimiento ágil de los interrogatorios y


las fundamentaciones de los participantes, incluso acudiendo al auxilio de medios
técnicos, que dada su modernidad, dinamicidad e integridad de información,
favorecen en la comprensión adecuada y completa del asunto en investigación, al
contrario de la forma escrita que necesariamente precisa de mayor tiempo, que la
torna lenta y de formalismos indispensables.

C.- El sistema acusatorio es público, en razón de que los actos procesales no se


practican tan sólo entre los sujetos realizadores, sino que su desarrollo es a puertas
abiertas y la posibilidad de que algún interesado, previa identificación documentada,
puede acceder a los cuadernos procesales o el expediente, hace que cualquier
persona tenga derecho a observar o efectuar un seguimiento estrecho del caso
hasta su culminación. Esta concurrencia del público espectador destierra la
modalidad de la reserva del proceso y las pruebas, salvo excepciones y ante todo
garantiza el derecho de defensa, uno de los pilares importantes del principio de
legalidad y la seguridad jurídica, en el convencimiento de que nada puede serle
ocultado al imputado.

En el entendido que toda regla procesal tiene sus excepciones, en el caso nuestro,
el Art. 116 incorpora una serie de restricciones a la publicidad, orientada a preservar
la dignidad, el pudor o la seguridad de las personas y en algunos casos, del Estado,
o algún secreto industrial o comercial.

Finalmente, la característica pública de los procesos penales, que no sólo interesa


a los agentes directamente vinculados, sino a toda la comunidad, al presente se
expresa con la facilidad otorgada a los medios de comunicación de brindar
información inmediata y directa de todo cuanto acontece en un caso específico,
incluso con autorización de instalar equipos de filmación, en la forma regulada por
el Art. 331; pero, la mejor expresión de la particularidad pública de los casos penales
es la participación directa de la ciudadanía integrando los tribunales de sentencia,
que tienen competencia precisamente para el conocimiento de los casos de mayor
trascendencia social.
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D.- La confesión, conocida como la admisión de autoría del imputado, adquiere
únicamente el valor de indicio probatorio y de ninguna manera de suficiente prueba
acusatoria y menos de presupuesto para una condena, por lo que de concurrir ella,
los acusadores no se relevan de la carga de la prueba. Al presente, en la mayoría
de las legislaciones procesales modernas, no existe resabio de esta expresión, que
es reemplazada por 1a declaración informativa y voluntaria del imputado, en calidad
de defensa material, precisamente como un medio de dejar al olvido aquella
confesión que se obtenía mediante actos inhumanos de tortura.

E.- Se garantiza el derecho de defensa, por lo que a! acusado que no tiene un


abogado particular, se le brinda un defensor de oficio y en nuestro medio de un
abogado dependiente del Servicio Nacional de Defensa Pública, en atención a que
la presencia del defensor resulta indispensable para la realización de todo acto
procesal, bajo pena de nulidad. En el caso de nuestra legislación adjetiva, se prevé
este derecho en los arts. 8 y 9, el primero relacionado a la defensa material,
practicada por el propio imputado y el segundo mediante el concurso de un
profesional en leyes.

F.- Con las garantías mencionadas, la detención preventiva del acusado no es la


regla, sino la excepción, toda vez que de acuerdo a los delitos atribuidos y las
evidencias acumuladas, es posible una libertad provisional con fianza, salvo en
casos muy graves o delicados.

G.- Otro bastión de los derechos del imputado resulta la presunción de inocencia,
mientras no se tenga fallo condenatorio ejecutoriado, contrario a la presunción de
culpabilidad, pues permite que el imputado asuma su defensa con mayor libertad
de acción y en su caso destruir o desvirtuar las acusaciones.

H.- Correlativo con lo precedente, se introduce la garantía de la igualdad jurídica,


de manera que ambos contendientes litigan en las mismas condiciones, con iguales
derechos, responsabilidades y obligaciones, eliminando las preferencias odiosas a
favor de alguno de ellos.

I.- A consecuencia de las características anteriores, se materializa el principio


contradictorio que permite a las partes cuestionar, contrariar, destruir, desvirtuar o
enervar los argumentos y las pruebas adversas.

J.- Se introdujo inicialmente la regla de la tasa legal de la prueba, dotándose al juez


de parámetros definidos de valoración por cuenta de la ley y de los que la autoridad
no podía apartarse, todo ello como respuesta, a que en tiempos precedentes, el
juzgador aplicaba el sistema de la libre valoración probatoria, que no siempre
resultaba satisfactoria para los contendientes y la sociedad, los mismos que al
presente, tampoco ya rigen, por hallarse vigente la regla de la sana crítica
compuesta por los elementos de la ciencia, la lógica y la experiencia del juzgador.
K.- Dada la importancia en el contexto procesal, la sentencia es fundamentada en
derecho, con valoraciones precisas de las pruebas y las razones que sustentan la

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resolución, imponiendo con ello una exigencia de explicación técnica del porqué de
un fallo, que no está librado a la voluntad unilateral o discrecional del juzgador.

L.- En busca de la mayor garantía de una correcta administración de justicia, se


instituye la doble instancia, permitiendo que el perdidoso acuda ante un tribunal de
grado superior, agote sus reclamos o recursos y obtenga una resolución que le sea
convincente.

3.- SISTEMA PROCESAL INQUISITIVO

Su verdadero origen histórico igualmente se pierde en la penumbra del tiempo, por


lo que no hay información cierta de su aparición; sin embargo, conforme al aporte
de los investigadores del tema, se tiene la certeza de ser posterior al sistema
acusatorio, adquiriendo su mayor apogeo con los Tribunales de la Santa Inquisición
implementados en diferentes lugares. Se sabe que el proceso inquisitivo tuvo
vigencia dentro del Derecho Romano, especialmente durante el Imperio, por lo que
en ese periodo histórico encontramos innegables evidencias de su profusa
aplicación para luego expandirse con el dominio de la Iglesia Católica en gran parte
del mundo antiguo.

La permanente dualidad de intereses y preeminencias que existen entre el Estado


y el individuo, hace que este sistema procesal priorice al primero y menoscabe al
segundo, por lo que el acusado, presunto autor de un delito, es convertido en víctima
u objeto de severa persecución, sobreponiendo los intereses represores del Estado,
generalmente autoritario o dictatorial, en el que lo importante es el mismo,
representado por el gobernante, encaminado a defender la verdad oficial que ayude
a conservar la paz social y por lo tanto el poder.

La Iglesia Católica que en un comienzo fue sede de recogimiento espiritual, con el


tiempo y la conquista de poder terrenal adquirió innegable influencia en la
administración de justicia, introduciendo y luego difundiendo con el Derecho
Canónico, el sistema inquisitivo cuyo instrumento más eficiente fue el Tribunal del
Santo Oficio o de la Santa Inquisición, impulsado ante todo por los Reyes Católicos.
Este sistema drástico orientado más a la represión de los actos considerados de
herejía o impíos que a preservar la fe católica tuvo su vigencia desde el Siglo XVIII
hasta prácticamente el Siglo XIX en que empezó su decadencia con la Revolución
Francesa de 1789, que al influjo de los postulados de Rousseau Voltaire.
Montesquieu y César Beccaria, arrojó un resultado de tratamiento extremadamente
protectivo al hombre, con un catálogo muy reducido do delitos y penas.

Con relación a la vigencia del sistema en estudio, algunos tratadista., como Carlos
Rubianas opinan que "se tornó necesario para la eficaz lucha contra la delincuencia
y no quedar a merced de los acusadores privados' con el grave riesgo de afectar el
interés y la estabilidad estatal o social, como acontece con los delitos mayores que
atentan no solo contra la vida de las personas, sino contra la propia existencia del
Estado, ante lo cual, el juez debió obrar de oficio, una vez que una preliminar
investigación, o inquisitivo general, le proporcionara datos de individualización del
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caso y de ¡os posibles autores, para practicar la pesquisa o inquisitivo personal
contra el directo sospechoso, con interrogatorios secretos al imputado o a los
testigos, los que deben responder sin evasivas, de manera positiva o negativa
únicamente, para evitar que se oscurezcan las respuestas con el arte de las
palabras. En caso de negativa a responder, el imputado podía ser sometido a
tormento a fin de arrancarle la verdad.

Algo llamativo del inquisitivo y a la larga una de sus características más


reprochables, constituye la forma de iniciar no sólo la investigación, sino el proceso,
que pudo ser en escaso porcentaje por acusación y en mayor proporción por
denuncia o de oficio por el magistrado, de los cuales, la denuncia causó irreparables
daños a mucha gente inocente, debido a la acción de personas perversas que con
el sólo fin de dañar a sus enemigos o adversarios, presentaban denuncias falsas,
las que se acentuaron cuando en ciertos lugares se permitía la denuncia anónima
mediante gavetas o buzones llamados Bocas de León, en la equivocada creencia
de combatir más eficientemente el delito.

Felizmente, ante sus resultados dañinos, calumniosos y vejatorios, varias


legislaciones prohibieron su aplicación, y exigieron la identificación de! acusador o
denunciante. Entre las legislaciones procesales más representativas del inquisitivo,
podemos señalar a la Ordenanza de Luis XIV, la Constitución Criminal Carolina de
Alemania de 1532 y las Siete Partidas de Alfonso el Sabio de España.

Como características del sistema inquisitivo, podemos indicar:

A.- El origen cíe la acción penal no está a cargo de la víctima o del perjudicado con
el delito, sino en manos de la autoridad, sea ei monarca, el príncipe, el señor feudal,
la policía o el mismo juez, que obrando de oficio ante la sola noticia de la comisión
de un delito, iniciaban la pesquisa del sospechoso. Precisamente con esta finalidad
pesquisable surgieron en este periodo los primeros vestigios de lo que
posteriormente sería el Ministerio Público, unas veces con el nombre de Procurador
Fiscal y otras con el de Procurador Real y que con el tiempo adquiere connotación
innegable por su función exclusiva de perseguir de oficio a los posibles autores de
un delito de alcance público. El elemento distintivo de este sistema radica en que
esa facultad de oficio ejerce el juzgador, como ocurría con nuestra abrogada
legislación que permitía al juez instructor iniciar por sí mismo la investigación por
cualquier delito de orden público.

B.- El procedimiento es mayormente escrito que permite fusionarse en una sola


persona las tareas de quien acusa y quien resuelve, por lo que es lerdo, discontinuo,
que fracciona e! proceso en fases e impide una comunicación directa y fluida entre
los litigantes y el juez y, de éstos con los medios probatorios.
C.- Complementaria al procedimiento escrito, se practica la modalidad secreta
contra el sospechoso y con mayor razón para terceros, por lo que el inculpado
ignoraba la existencia de la denuncia y las pruebas acumuladas hasta el momento
de su confesión, con el fundamento de que una vez informado realizaría actos de
destrucción o eliminación de dichas pruebas, o en su caso, se fugaría
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inmediatamente; por lo mismo el derecho de defensa era restringido. El secreto de
la acusación y de las pruebas durante la fase de la instrucción era estricto, bajo
severas sanciones, lo que no ocurría durante el plenario en que recién se permitía
al procesado tener acceso a los datos del proceso.

D.- Dentro de ese régimen estricto, la confesión resultaba la prueba por excelencia,
sin importar cómo se la obtenía, que por lo general era producto de las acciones de
tortura empleadas contra el inculpado. Con ese resultado de "admisión de autoría",
la sentencia era inmediata y la justicia se imponía sobre el delito. El procesado no
era un sujeto, sino un objeto procesal, por que sufría más los rigores del proceso
que de la condena.

E.- La detención o prisión preventiva y la incomunicación del inculpado por lapsos


prolongados eran las reglas imperantes, esencialmente en aquellos casos en que
se atribuían delitos graves que atentaban contra los gobernantes o personajes
connotados o contra la estabilidad social.

F.- La libertad provisional era excepcional, con mayor rigor tratándose de delitos
graves, como los de lesa humanidad o los cometidos mediante grupos o en
cuadrilla. En los casos de delitos leves y a favor de las mujeres grávidas o con niños
menores era factible la libertad provisional con fianza, incluso con fianza juratoria
para los pobres.

G.- El derecho de defensa en esas circunstancias era meramente declarativo, dadas


las restricciones que se le imponía, por lo que la condena del imputado era casi un
hecho.

H.- Al no poder desenvolverse ampliamente el defensor y menos el sospechoso, la


igualdad jurídica estaba ausente; mientras la acusación, a veces en manos del
mismo juez, tenía libertad de acción investigativa y probatoria, su adverso se
encontraba preso, limitado y controlado, por lo mismo sin mayor capacidad de
desvirtuar lo atribuido.

I.- La sentencia no era fundada en derecho y menos motivada, por lo que no se


conocía los razonamientos del juez para sancionar o absolver y por supuesto, la
primera era la mayoritaria.

J.- La valoración de la prueba se realizaba a base de la regla de la libre o íntima


convicción, es decir, conforme al criterio o fuero personal del juzgador.

K.- La doble instancia era casi desconocida, salvo en casos muy especiales, como
cuando se aplicaba la pena de muerte.

L.- Por todo lo anterior, el juzgador obraba con el criterio de la presunción de


culpabilidad, lo que desplazaba la posibilidad del derecho de contradicción.

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4.- SISTEMA PROCESAL MIXTO

Es esencialmente producto de la Revolución Francesa de 1789 expresada luego


mediante el Código de Instrucción Criminal Francés de 1808 que, en calidad de
concepción política de punto de equilibrio entre el interés estatal y el individual, se
preocupa por una forma de administración de justicia sin el sacrificio de los derechos
de ninguno de los contendientes, enarbolando las aspiraciones de libertad, dignidad
y la igualdad, pero también incorporando reglas importantes para una correcta
administración de justicia y efectivas medidas para combatir el cielito.

El Sistema Mixto emerge de la unión de los principios o sistemas acusatorio e


inquisitivo, antes que de una combinación sistemática de ambos, en razón de
limitarse a aplicar las reglas del inquisitivo durante la fase de la instrucción del
proceso penal y las normas del acusatorio en la etapa del plenario o juicio; con esa
modalidad, el Código de Instrucción Criminal Francés adopta la teoría de que la
acción penal es ejercida por el Ministerio Público, como representante del pueblo y
la sociedad e incorpora como novedad las diligencias de policía judicial, encargada
de la investigación, mientras que la acción civil deja a voluntad del ofendido.

El procedimiento establecido comprende las fases de la instrucción preparatoria y


la instrucción definitiva, con la participación de tres tribunales o jueces de distinta
jerarquía: La primera etapa que es de corte netamente inquisitivo, por tanto escrito
y secreto, está a cargo de un juez instructor, cuyas actuaciones obligadas para los
crímenes y optativa para los delitos son revisadas por la Cámara de Acusación, para
dictar según la suficiencia de los indicios acumulados, el sobreseimiento definitivo
o, en su caso, el auto acusatorio, que permite el acceso a ta instrucción definitiva a
cargo de la Corte de Assises o ante el jurado, a base de la gravedad del delito.

En esta segunda etapa, equivalente al plenario, el procedimiento es oral, público y


contradictorio, la sentencia se pronuncia de manera fundamentada y con facultad
de libre convicción en cuanto a la valoración de la prueba.

En el espíritu de esta codificación, la situación del imputado varía según las fases
procesales; en la primera etapa, su indagatoria es secreta, su derecho de defensa
resulta inexistente, por no conocerse el tenor de la acusación y menos de las
pruebas recogidas; cabe su prisión preventiva, sólo procede su libertad provisional
en los delitos y no así en los crímenes, mientras que en la segunda fase, al ser
orales y públicos los actos procesales, se garantiza su derecho de defensa, rige el
principio del contradictorio y es posible su libertad provisional bajo fianza; en cuanto
a! juez, si bien tiene facultad de íntima convicción de la ponderación de las pruebas,
pero debe motivar sus resoluciones.

El Sistema Mixto tuvo amplia extensión en la Europa Continental con mayor


incidencia en España, Alemania e Italia, de los que sus legislaciones influyeron en
la americana y entre ellas en la nuestra, como aconteció con el Procedimiento
Criminal de 1898 e incluso con el Código de Procedimiento Penal de 1973.

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5.-SISTEMA PROCESAL MIXTO MODERNO

Emerge de 1a idea de un moderno enfoque de la administración de justicia en el


que sin comprometer los derechos del Estado y la sociedad afectados por la
realización del delito que perturba la seguridad social, tampoco se atente contra los
derechos del imputado, embarcándose por el contrario en un procesamiento
rodeado de garantías que permitan una justicia penal equilibrada, en el que el
acusador y el acusado tengan igualdad de condiciones probatorias dirigidas a
encontrar la verdad histórica del delito.

El sistema toma por base al precedente sistema procesa! mixto, enriquecido por los
principios filosóficos y constitucionales de los derechos humanos, con los que no se
preservan los derechos del hombre o del ciudadano aislado, sino del individuo como
integrante social, privilegiando sus derechos y garantías fundamentales, pero a su
vez protegiendo la tranquilidad social y la seguridad jurídica de los más, en el
entendido de que el Estado no es un fin en sí mismo, sino una entidad al servicio
del ser humano, creado en su beneficio con el objetivo de atender sus necesidades
inmanentes e irrenunciables tales como la vida, la libertad, la dignidad y el
patrimonio y otros a través de los servicios públicos, y hacer realidad las
aspiraciones expresadas en las constituciones políticas nacionales y los tratados y
convenios internacionales como son la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de la Naciones Unidas, de diciembre de 1948, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica de 1969, la
Convención sobre Derechos Civiles, Económicos, Políticos y Sociales de 1988 y
muchos otros más que proclaman la protección de los derechos humanos, ahora
llamados derechos fundamentales, que ya no es responsabilidad aislada de un
Estado, sino de la Comunidad Internacional, así como también lo es la aspiración a
una sociedad en paz y libre de las acciones delictuosas.

Como toda doctrina socio-jurídica, el Sistema Procesal Mixto Moderno tiene sus
principios sustentadores o características, que por supuesto se nutren de los
sistemas que le dieron origen, rescatando, como reglas esenciales e irrenunciables;
La publicidad, la oralidad, el contradictorio, la separación de funciones de
investigación, acusación y resolución, la presunción de inocencia, no estar obligado
a declarar contra sí mismo, la legalidad, la seguridad jurídica, el debido proceso, la
fundamentación de las resoluciones, el derecho de impugnación y varios otros que
iremos mencionando:

Resabios del Sistema Inquisitivo encontramos en los principios de oficialidad,


legalidad e investigación oficial de la verdad, llamada también investigación judicial
autónoma: El de oficialidad, porque la propia estructura del proceso penal evidencia
que para su inicio y existencia precisa la intervención de una autoridad estatal,
expresada en el Ministerio Público, que asume el encargo monopólico de investigar
y acusar los hechos en los que se cometen delitos de orden público, no así en los
de orden privado, que están librados a la voluntad de los particulares afectados. La
oficialidad del Ministerio Público significa actuación propia, autónoma e

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independiente de la autoridad judicial que se limita a la tarea del control
jurisdiccional en calidad de tercero imparcial.

El principio de legalidad establece la idea de que todo delito de acción pública debe
ser encarado por el Ministerio Público, sin embargo al presente, ciertas excepciones
escapan de esa rigurosidad persecutoria, como es el caso de las salidas alternativas
que, inspiradas en las corrientes de pensamientos generadas en Alemania, España,
Italia, Francia Estados Unidos, etc., incorporan la tesis de evitar la persecución
oficial de aquellos delitos ínfimos o llamados de bagatela.

El principio de la investigación oficial de la verdad, o investigación judicial autónoma,


que parte del axioma de la verdad material, propugna la averiguación íntegra del
acontecimiento histórico delictivo y desecha la voluntad, muchas veces
segmentada, del damnificado, con lo que el Ministerio Público abre el espectro
amplio de obtener información de donde sea necesario, sin posibilidad de restricción
alguna.

Aportes del Sistema Acusatorio puro al Mixto Moderno: Tenemos la garantía de la


defensa, expresada en la concurrencia inexcusable del abogado defensor; la
publicidad de las actuaciones judiciales, posibilitando el interés social; la unidad
procesal, de la que su manifestación es la inmediación entre el juzgador, los
contendientes judiciales y las pruebas aportadas; el principio de concentración que
busca la celeridad y la economía procesal de llevar a cabo la mayor cantidad de
actos procesales en el menor tiempo posible; el derecho de audiencia, garantiza
que los actos procesales se realicen necesariamente en presencia del sindicado; la
garantía de libertad del procesado, que contiene el mensaje de que durante el
desarrollo procesal, la libertad es la regla y la detención preventiva la excepción; la
identidad física de los juzgadores exige que los jueces que participan en la
tramitación y la colección probatoria, sean necesariamente los que resuelvan el
caso, excluyendo terminantemente la posibilidad de intervención de alguien que no
participó en la substanciación; motivación del fallo y la doble instancia, que epilogan
el conjunto de las garantías de un debido proceso e imponen que el administrador
de justicia, fundamente en derecho sus resoluciones, las que son susceptibles de
impugnación ante tribunales superiores, a fin de desechar en lo posible los errores
judiciales.

6.-CARACTERÍSTICAS Y UBICACIÓN DELA LEGISLACIÓN PROCESAL


BOLIVIANA

Distinguidas las peculiaridades de los sistemas procesales, concluimos que nuestra


legislación penal patria se adecúa plenamente al Sistema Procesal Mixto Moderno,
por conservar algunos rastros "del inquisitivo, como el de oficialidad por el Ministerio
Público y 1a Policía con el título de intervención policial preventiva en los casos de
delitos de orden público; el de legalidad, expresado en el Art. 21, de imponer la regla
de la persecución de oficio por el Ministerio Público de los delitos de acción pública,
pero con las excepciones de procedencia de las salidas alternativas; el método
escrito durante la fase investigativa o preparatoria; la posibilidad de que la detención
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policial de los sospechosos sea en acción directa o in franganti y la reserva de las
actuaciones policiales hasta por 10 días, haciendo que todo lo obrado durante la
etapa preparatoria esté bajo el control oficial del Ministerio Público en la regla
establecida en el Art. 297 de la Dirección Funcional de la investigación.

Por otro lado, las particularidades del Sistema Acusatorio resultan como las más, a
las que se suman los aportes de las conquistas constitucionales modernas y los
Tratados y Convenios Internacionales suscritos por nuestro país y que en el campo
del resguardo de ios derechos humanos, por imperio del Art. 410 de la nueva Ley
de Leyes, conforman el Bloque de Constitucionalidad, reconociendo como
columnas esenciales del proceso, la presunción de inocencia, no estar obligado a
declarar contra sí mismo o autoincriminación, el derecho de defensa técnica y
material, del juez natural, la prohibición de torturas, la inviolabilidad del domicilio y
la correspondencia, la prohibición de interceptar conversaciones o comunicaciones
privadas, la regla de la libertad del imputado y la excepción de la detención
preventiva, la publicidad de los actos procesales, salvo pocas excepciones, la
oralidad del juicio, el derecho de audiencia del imputado, los principios de legalidad,
de reserva legal, del debido proceso, de legalidad de la prueba, de seguridad
jurídica, de la fundamentación de las resoluciones y el derecho de impugnación, por
todo lo que también merece el calificativo de Código Procesal Garantista.

Es de advertir que un gran porcentaje de los principios enunciados figuran en el


texto de la Constitución Política del Estado bajo los epígrafes de derechos
fundamentales, derechos civiles y garantías jurisdiccionales, demostrando la
preocupación del legislador constituyente de privilegiar el tratamiento respetuoso,
considerado y digno de toda persona sindicada de la comisión de un delito, por lo
mismo de acatamiento prioritario en la manera expuesta por el Art. 14 II! de que: "El
Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna,
el libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en este' Constitución, las leyes
y los tratados internacionales de derechos humanos" lo que, por otro lado, descarta
la facilidad de ser modificada o suprimida por leyes secundarias, como ocurriría en
el caso de estar previstas simplemente por las normas ordinarias.

A propósito, el Tribunal Constitucional, al analizar 1a tendencia política criminal en


nuestro país, expresada en la Ley Suprema, el Código de Procedimiento Penal y la
Ley de Ejecución Penal, luego de una visión distintiva de los sistemas procesales
puros conocidos históricamente, vale decir, el acusatorio y el inquisitivo, en la SC.
1036/02 R expone "..Resulta predecible que la aplicación de cualquiera de las dos
tendencias, conduce a resultados previsiblemente insatisfactoríos: Así un modelo
procesal penal que persiga ¡a eficacia de la aplicación efectiva de la coerción penal
en sacrificio de los derechos y garantías que resguardan ¡a libertad y le dignidad
humana, sólo es concebible en un Estado autoritario. Del mismo modo, un modele
procesal de puras garantías, convertirlo a los preceptos penales en meras
conminaciones abstractas sin posibilidad real de aplicación concreta, dado que la
hipertrofia de las garantías neutralizaría la eficacia razonable que todo modelo
procesal debe tener. De ahí que la tesis que propugna el equilibrio entre la búsqueda
de la eficacia y la salvaguarde de los derechos v garantías, se constituye en la
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síntesis que busca cumplir eficazmente las tareas de defensa social, sin abdicar el
resguardo de los derechos y garantías del imputado..." emitiendo el mensaje de que
nuestra legislación ritual está afiliada a la tendencia ecléctica del sistema procesal
mixto moderno, igual como lo son por ahora un gran porcentaje de las codificaciones
adjetivas del Continente Americano.

BIBLIOGRAFÍA

FLORIÁN ZAPATA CHÁVEZ. DERECHO PROCESAL PENAL Y


PROCEDIMIENTO PENAL BOLIVIANO. 2da. Edición, con complementaciones y
modificaciones de las últimas leyes, la reciente jurisprudencia constitucional y
suprema.

CORZON, JUAN CARLOS. ABC DEL NUEVO PROCEDIMIENTO PENAL. TOMO

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