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Durante los últimos cuatro meses del año en curso, los medios de información han puesto su
mirada sobre la provincia de Esmeraldas (cantón San Lorenzo) debido a los actos violentos 1
ocurridos en esta zona fronteriza que colinda con territorio colombiano (departamento de
Nariño) que alberga a grupos armados disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
No obstante, Harold Burbano (2018), coordinador del Área Jurídica de Fundación Regional de
Asesoría en Derechos Humanos, asegura que estos conflictos en la frontera norte no son
recientes, datan de hace 25 años 2, aproximadamente. Para Burbano, se trata de un abandono
por parte del Estado ecuatoriano y un ausente control efectivo del territorio; dando como
resultado que los grupos disidentes del las FARC, así como bandas de crimen organizado se
hayan posicionado en este sector.
Según la investigación Frontera norte: un espacio en conflicto y disputa, esta ausencia estatal se
evidencia en “una débil presencia de instituciones públicas, cobertura de servicios básicos de
mala calidad, frágil tejido social, pocas acciones de trabajo interinstitucional, proliferación de
acciones dispersas y heterogéneas tanto de organizaciones estatales como de la sociedad civil y
alta presencia militar” (Llugsha, 2012: 12). Para Llugsha, la militarización y aumento de policías
de varios sectores es la única manera que el Estado se ha hecho presente.
Por su parte, Burbano asegura que durante los últimos 25 años estas zonas fronterizas no han
sido controladas por el Estado ecuatoriano. Todo lo contrario, han sido cedidas a fuerzas no
estatales:
[…] lo que han hecho los gobiernos anteriores es negociar con las FARC o con los disidentes para
darles una zona territorial y que no molesten. Esto es algo que ha venido pasando y que
nosotros, cuando hemos ido a territorio de frontera, hemos tenido también que contactar con
estas fuerzas para poder ingresar. Esos territorios deberían ser controlados por el Estado, pero
no es así (Burbano, 2018).
Ariel Ávila (2018), Fundación Paz y Reconciliación de Colombia, asegura que más allá de la
disputa por el territorio se libra una disputa entre los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco
Nueva Generación; para lo cual están utilizando al Frente Óliver Sinisterra 3 para obligar al
Ecuador aceptar el negocio del narcotráfico como ruta del tráfico de droga.
De acuerdo a una publicación de Daniel Pontón (2006), la pobreza es una de las mayores
dificultades que enfrenta Esmeraldas:
Al discriminar los indicadores sociales por cantones vemos que en San Lorenzo (cantón limítrofe
con Colombia de la provincia de Esmeraldas), los niveles de pobreza por necesidades básica
insatisfechas (NBI) crecen de 76,4% (promedio de la provincia) a 82,72% (promedio cantonal).
Los indicadores de pobreza por NBI en las parroquias fronteriza del cantón San Lorenzo como lo
son: Mataje y Ancón, asciende al 93,79% y 100% respectivamente (Pontón, 2006:5).
Otros datos de la realidad social de la provincia verde, específicamente San Lorenzo, según el
Sistema de Indicadores Sociales del Ecuador, muestran un analfabetismo del 16%, un índice de
escolaridad de 5, 1 años y tan solo el 44,7 % de la población terminó la primaria; de tal manera
que la admisión al sistema de educación superior es casi inexistente.
Tras lo expuesto en este primer apartado, se puede concluir que la población de San Lorenzo se
encuentra conviviendo entre la pobreza, el analfabetismo y la violencia. Factores de riesgo que
dan mayor apertura para que sus habitantes se vean tentados a participar de actividades
ilícitas como el narcotráfico.
La brecha de la violencia que da paso el narcotráfico debe ser erradicado del país, caso
contrario puede imbricarse en la estructura social y ya no solo de una provincia sino en el seno
de todo el territorio. Hay que ser tajantes al afirmar que el narcotráfico es producto de las
batallas sociales que abandona el Estado.
2. Obtención de información
El acuerdo de paz firmado entre el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos y las Fuerzas
Revolucionarias de Colombia (FARC), en el 2016, entre otros beneficios, buscaba que el
gobierno vuelva a tener el control de la zona fronteriza colombiana, para entonces, ocupada
por el grupo armado. Sin embargo, no todos dejaron las armas y hoy son responsables de la
actividad del narcotráfico que también afecta el territorio de San Lorenzo.
La UNODC explica que a raíz de los acuerdos de paz y la salida de las FARC de sus territorios ha
generado en algunos de ellos “una tendencia hacia la reacomodación de las fuerzas y poderes”.
Es decir, otros grupos armados ilegales están buscando copar los espacios cedidos por las FARC,
al tiempo que el Estado colombiano busca ocupar también esos espacios (Plan V, 2018).
Fuente: Plan V
Para el general José Luis Castillo, académico y experto militar, nn elemento a considerar y que
se mencionó en el primer acápite tiene que ver con el creciente cultivo de droga en el
departamento de Nariño y su ubicación geográfica respecto a los mejores corredores de
movilidad para comercializar la droga:
1. El océano Pacífico
2. Esmeraldas
3. Los diferentes puertos del Ecuador
Fuente: Plan V
Para el general Castillo, las rutas marítimas son las que se encuentran en disputa. Explica que,
de acuerdo a una imagen satelital otorgada por el Gobierno colombiano al Gobierno de Costa
Rica en el 2016, en las operaciones sospechosas en el mar se puede vislumbrar una especie de
triángulo entre Colombia-Ecuador-México.
“Se corrobora que gran cantidad de droga están saliendo de los puertos ecuatorianos a lo largo
de la ruta del sol incluido Guayaquil, en ese puerto se ha incautado una gran cantidad de droga”.
Agrega que existe un aumento significativo de la captura de droga en los últimos años en
Ecuador. En el 2010 se incautaron 18,19 toneladas y en el 2016, 110 toneladas. En el 2017
fueron 98 toneladas decomisadas. “Los cálculos dicen, en general, que lo capturado representa
entre el 10% y 20% del total de droga exportada. Es decir que el 80% está circulando” (Plan V,
2018).
Fuente: Plan V
Otro aspecto a tener en cuenta está vinculado con los antecedentes que han dado paso a este
derrame del conflicto colombiano hacia el Ecuador.
Para Cedeño, el despliegue ecuatoriano tal y como se encuentra ahora estructurada la ofensiva
militar solo dará como resultado un evento bochornoso. Desde su enfoque, Carrión insiste que
la salida militar (unidimensional) no es la solución ya que se pueden concentrar estos grupos
guerrilleros delictivos y dar inicio a una guerra generalizada en toda la frontera: Esmeraldas,
Sucumbíos y Carchi.
Por lo tanto, así como ha sido descrita la situación y que los esfuerzos del gobierno ecuatoriano
estén siendo destinados para la captura de Walter Patricio Arizala Vernaza alias Guacho; solo
evidencia dos situaciones:
3. Construcción de alternativas
La información para construir las alternativas, sin duda, salen de experiencias pasadas que
permiten identificar las mejores prácticas, o en su defecto acciones poco atinadas que no
deberían repetirse. En este caso, vamos a tomar como punto de referencia La iniciativa Mérida,
firmada en el 2007 entre el gobierno de México con el de Estados Unidos.
Fruto de este y varios encuentros entre los gobiernos de ambos países, surge la Iniciativa
Mérida, un acuerdo de cooperación en materia de seguridad, que consiste en una asistencia
para México por un total de 1600 millones de dólares repartidos en un lapso de tres años, esto
mediante la transferencia de equipo, principalmente militar e informático, así como la creación
de programas de capacitación e intercambio de información para fortalecer las capacidades
operativas de las fuerzas de seguridad en México (Estrada, 2010: 267).
Para el año 2010, el investigador mexicano César Estrada expone que La iniciativa Mérida
obedecía a una receta impuesta por los Estados Unidos; lo que ha provocado que el gobierno
mexicano atienda la problemática del narcotráfico de manera insuficiente, dejando de lado el
contexto socioeconómico que es dónde surgen las causas e impactan las consecuencias del
narcotráfico.
Otro tipo de solución a la lucha contra el narcotráfico, la abordó el presidente colombiano Juan
Manuel Santo con el acuerdo de paz entre Colombia y las FARC, en el 2016, que implicó
desmovilizar al grupo, la entrega de armas y la reinserción social. A dos años de la firma de la
paz, se evidencia como el gobierno de Santos no ha desplegado acciones estratégicas:
El problema no proviene en sí de los disidentes de las FARC sino de la falta de la acción del
Estado de Colombia para cumplir con los compromisos del acuerdo y copar los territorios que la
guerrilla dejó. La ausencia estatal ha conducido a que aumente la disputa por estos territorios.
Son 12 grupos, entre ellos el de Óliver Sinisterra, liderado por alias ‘Guacho’ ( El Comercio, 22 de
abril de 2018).
No obstante, como resultado colateral de este tratado de paz se ha visto afectada la soberanía
del Ecuador, dando como resultado atentados que han terminado con la vida de militares y
periodistas ecuatorianos. Para Daniel Pontón (2018), estos hechos obedecen a un
desentendimiento por parte de Colombia y su permanente ausencia no da paso a un proceso
de integración fronteriza bilateral: “Si bien tenemos una zona bastante precarizada, Ecuador ha
sido el que ha corrido con los mayores gastos de este conflicto” (Pontón, 2018).
En suma, el combate del fenómeno complejo del narcotráfico inicia con soluciones concretas
tales como:
4. Selección de criterios
De acuerdo a una noticia publicada por La República el 29 de abril: “los gobiernos de ambos
países [Ecuador y Estados Unidos] firmaron en Quito un convenio de cooperación en materia
de seguridad, que estipula la creación de una Unidad de Investigaciones Criminales
Transnacionales” (La República, 29 de abril de 2018).
Así también, hay que considerar que esta política de seguridad que está siendo llevada a cabo
por Estados Unidos, denominada Comando Sur, busca posicionar (luego de 10 años del
Socialismo del Siglo XXI) el país del norte como principal aliado de la región Latinoamericana en
desplazamiento de Rusia, China e Irán cuya presencia es bastante fuerte en países como
Venezuela, Bolivia y Ecuador.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha advertido este jueves sobre la
‘presencia creciente’ y ‘alarmante’ de China y Rusia en Latinoamérica y ha instado a los poderes
regionales que trabajen con Washington en lugar de los ‘poderes imperiales’ (HispanTV, 2018).
El tema de la ausencia del Estado colombiano en zona común fronteriza, aparentemente, sería
un argumento superado. Según lo expuesto por los medios de información, se ha firmado un
acuerdo binacional que contempla 80 compromisos. “La propuesta es que Colombia mejore su
presencia en su límite nacional y para eso se prevé que 10.000 soldados de ese país vayan a la
zona y que exista una presencia permanente en sus destacamentos” (El Telégrafo, 16 de
febrero de 2018).
No es un secreto que las dinámicas del narcotráfico activan la economía 5 de los países. En el
caso ecuatoriano, una investigación publicada por Wilson Miño, en 1991, evidencia como el
lavado de dinero está presente en bancos, empresas de seguro, haciendas de producción
agroindustrial, financieras, etc. Es por ello que queda en tela de duda la existencia real de una
intención por parte de los Estados de acabar con el negocio del narcotráfico. Frente a esto, en
el caso ecuatoriano, la duda oscila entre la existente voluntad política o capacidad militar para
desmantelar estas redes criminales.
5 Según estudios del Fondo Monetario Internacional, en 1998 se estimaba un flujo global de dinero
negro de entre el 2 y el 5 por ciento de la economía mundial, que para el año 2006 subió al 10 por ciento
del PIB mundial. Esto significa que en 6 años se duplicó su participación en la economía mundial.
ser un detonador de un despliegue violentista como es el caso de la muerte de los 3
trabajadores del medio impreso El Comercio.
Es así que una manera estructural de afrontar el narcotráfico y que se aleje de un discurso
demagógico está vinculado a la activación de políticas socioeconómicas que liberen a la
población de San Lorenzo del sometimiento de actividades ilícitas para subsistir.
5. Proyección de resultados
Es así que legalmente, la seguridad fronteriza debe optar como medida de solución el
desarrollo socioeconómico. Desde el enfoque de Fernando Carrión, catedrático de la FLACSO,
este desarrollo socioeconómico debería estar atravesado por la descentralización:
La descentralización, por ejemplo, de los aranceles, que deberían quedarse en las fronteras con
la finalidad de fortalecer la institucionalidad local y provincial, así como impulsar nuevas formas
de producción en las fronteras, de tal manera que el contrabandista y el traficante dejen de
operar en el contexto de las asimetrías complementarias existentes entre los países (Carrión,
2015: 7).
Resultados evidentes del éxito de políticas sociales frente a políticas punitivas lo encontramos
comparando los indicadores entre Bolivia respecto a los de Colombia y Perú.
En los últimos 10 años, Colombia y Perú se han turnado el puesto del mayor productor de hoja
de coca en el mundo, mientras Bolivia en el mismo tiempo logró reducir y estabilizar su cantidad
de cultivos sin disparar un tiro ni apelar a las fumigaciones aéreas. La estrategia antidroga
boliviana es vista como más eficiente, por lo menos en lo que se refiere a evitar que se
multiplique la producción de la materia prima de la cocaína (BBC Mundo, 22 de marzo de 2017).
El presidente Evo Morales, a partir de 2006, implantó una política social de erradicación de la
producción de la hoja de coca mediante la implantación de proyectos alternativos de
producción de banano, palmito, piña, café, miel y piscícolas, entre otros. Como resultado se
obtuvo la disminución de cultivos de hoja de coca: de una extensión de 50.000 hectáreas cayó
a 20.000.
Este hecho, da cuentas que donde no se encuentra la presencia del Estado, donde no hay
políticas sociales, donde no hay escuelas, pensar en llenar ese vacío con represión es un error y
es el gran problema que han tenido las políticas de “guerras a las drogas” en América Latina.
Hay países donde los delitos relacionados con las drogas representan la primera o segunda
causa de encarcelamiento de las mujeres, víctimas situadas en contextos de vulnerabilidad
social.
6. Confrontación de costos
Frente a esto, los costos de aplicar una política pública que entienda de forma
multidimensional la seguridad nacional y su relación con el desarrollo socioeconómico de San
Lorenzo implica una voluntad política (Legislativo) que esté dispuesta a asumir los valores
económicos de invertir en la frontera norte y afrontar la pérdida monetaria que implica sacar el
giro de negocio de las redes delincuenciales del narcotráfico.
7. Cuente su historia
Frente a esto, el Estado debe mostrase capaz de redistribuir equitativamente los recursos entre
la población, de promover la inversión social, de impulsar su desarrollo y de proporcionar
seguridad; de tal manera que la empresa de las drogas que ofrece dinero fácil ya no sea una
alternativa para los esmeraldeños.
BIBLIOGRAFÍA
Bardach, E. (2001). Los ocho pasos para el análisis de políticas públicas. Un manual
para la práctica. CIDE, México.
El Comercio. (22 de abril de 2018). En la frontera norte no cabe solo una salida
militar. Recuperado de https://goo.gl/hMHbhx
Cedeño, C. (26 de marzo de 2018). Mataje: el precio del conformismo. Frontera Norte.
Dirección: https://goo.gl/JGRccu
Llugsha, Víctor (2012). “Frontera norte ecuatoriana, un espacio en disputa”. Tesis para
obtener el título de maestría. Quito: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Rodríguez, C. (21 de febrero de 2018). Tras la firma de la paz, Colombia está obligada a
trabajar en la frontera con Ecuador. Andes. Recuperado de https://goo.gl/WUcy55