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Resúmenes de Adorno y Horkhemeimer

RESUMEN 1

La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas

La civilización actual concede a todo un aire de semejanza ---> falsa


identidad lo universal y lo particular.
En términos tecnológicos es necesario que la industria cultural genere
métodos de reproducción que conducen a que, en diferentes lugares,
necesidades iguales sean satisfechas mediante productos estándar --->
igualación y producción en serie.

La constitución del público forma parte del sistema de la industria


cultural. Los deseos espontáneos del público se convierten en un texto
inconsciente. Para todos los consumidores hay algo previsto y
cada consumidor debe dirigirse a la categoría de los productos
en masa que han sido preparados para él.

El tiempo libre del trabajador debe orientarse sobre la unidad de


producción ---> para el consumidor no hay nada por clasificar que no
haya sido ya anticipado en el esquematismo de la producción.

El mundo entero está pasado por el cedazo de la industria cultural,


ésta trata de la misma forma al todo y a las partes. La atrofia de la
imaginación y de la espontaneidad del consumidor cultural no
necesita ser manejada mediante mecanismos psicológicos ya que
los productos mismos paralizan tales facultades mediante su
constitución objetiva.

Imitación
En el pasado, en toda obra de arte, el estilo era una promesa, hoy
la obra mediocre prefieresemejarse a las otras ---> la industria
cultural absolutiza la imitación. Incluso la vanguardia, lo que se
resiste es registrado en sus diferencias por parte de la industria
cultural y luego llega a formar parte de esta.
Con la industria cultural las masas tienen lo que quieren y
reclaman la ideología mediante la cual se las esclaviza ---> tal
conformismo se contenta con la eterna repetición de lo mismo.

Mecanización
La mecanización ha conquistado poder sobre el hombre durante el
tiempo libre y sobre su felicidad, determina la fabricación de los
productos para distraerse, que el hombre no tiene más acceso que
a las copias. Solo se puede escapar al proceso de trabajo en la fábrica
y la oficina adecuándose a él en el ocio.

Defraudación de la industria cultural


La industria cultural defrauda continuamente a los consumidores
respecto a aquello que les promete. A diferencia de las obras de arte,
las obras de la industria cultural no transforma ciertos instintos
primarios en cultura, sino que reprime y sofoca. Las obras de arte
son ascéticas y sin pudores, la industria cultural es pornográfica. En la
industria de las diversiones la risa se convierte en un instrumento de
la estafa respecto a la felicidad. Sin embargo el engaño no reside
en el hecho de que la industria cultural prepare distracción sino
en que arruina el placer al quedar pegada a los clisés
ideológicos.

Amusement
Cuanto más solidas se tornan las posiciones de la industria cultural,
tanto más brutalmente puede obrar con necesidades del consumidor,
producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir incluso la diversión:
para el progreso cultural no existe aquí ningún límite. Pero tal
tendencia es inmanente al principio mismo – burgués e iluminado –
del amusement (amusement: distracción, diversión,
entretenimiento. El amusement es la
prolongación del trabajo bajo el capitalismo
tardío. Es buscado por quien quiere
sustraerse al proceso del trabajo
mecanizado para ponerse de nuevo en
condiciones de poder afrontarlo) ---> divertirse
significa siempre que no hay que pensar.

La industria está interesada en los hombres solo como sus


clientes y empleados. Cuanto menos tiene la industria para
prometer más pobre se convierte la ideología que difunde.

La ideología vaciada de sentido lleva consigo la previsión social. Si


bien la libertad formal de cada uno está garantizada, cada uno está
encerrado desde un principio en un sistema de relaciones e
instituciones que forman un instrumento hipersensible de
control social.

Relación de la industria cultural con lo trágico: la industria cultural en


lugar de limitarse a cubrir el dolor bajo el velo de una solidaridad
improvisada pone todo su honor de firma comercial en admitirlo. A
diferencia del arte que sí brinca sustancia de trágico, el amusement
aunque lo intente no la puede proporcionar.

Tolerar la vida: Si la cultura siempre ha contribuido a domar


los instintos revolucionarios la cultura de masas hace algo más:
enseña e inculca la condición necesaria para tolerar la vida
despiadada.

En la industria cultural el individuo es ilusorio no solo por la


igualación de sus técnicas de producción sino también porque su
identidad con lo universal se halla fuera de toda duda. Las víctimas de
la ideología son aquellas que ocultan la contradicción en lugar de
acogerla.

Fetiche - arte como mercancia


En la industria cultural todo tiene su valor sólo en la medida
que se puede intercambiar, no por ser en sí algo. En este sentido el
valor de uso del arte es un fetiche. El arte se toma como una
mercancía preparada, asimilada a la producción industrial,
adquirible y fungible. Hay obras de arte que son adaptadas por
la industria cultural.

La cultura es una mercancía paradójica:


Se halla hasta tal punto sujeta a la ley de intercambio que ya ni
siquiera es intercambiada y no es posible utilizarla. Por eso se funde
con la réclame (publicidad) que resulta más omnipresente.
---> hoy la publicidad es un dispositivo de bloqueo, todo lo que
no lleva su sello es sospechoso. La publicidad se convierte en el
arte por excelencia ---> desarrolla un leguaje: la repetición ciega
y la rápida expansión de sus palabras la vinculan con el
totalitarismo.

Hoy la industria cultural ha heredado la función civilizadora de


la democracia. Pero la libertad en la elección de ideologías, que
refleja siempre la constricción económica, se revela como la
libertad de lo siempre igual.

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