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Caso pare resolver:

DESFALCO PERPETRADO POR UN ANALISTA DE LA EMPRESA DE CONSTRUCCIONES NACIONALES EP.


Narrador:
José Ruiz, trabaja para la Empresa de Construcciones Nacionales EP, desde hace 8 años. Hombre joven de
solo 29 años de edad que parecía ser el vivo ejemplo de un servidor cumplido, puntual, y trabajador,
trabajaba día y noche; incluso llevaba su computadora personal de la oficina a la casa, donde la conectaba
a su modem para poder adelantar en sus labores.
Por otra parte, José Ruiz no estaba satisfecho con lo que ganaba y su sueño era ir a gastar a lo grande en
los Alpes suizos durante el invierno. Acariciaba la idea desde hace varios años y, lógicamente, no pasaba
de allí... hasta que pensó en su computadora.
José. "La computadora es como una caja fuerte. Todo lo que tengo que hacer es dar con la clave y abrirla.
Una vez adentro sería muy sencillo ordenar un pago a la cuenta ficticia de un proveedor inexistente (se
ríe)... que soy yo mismo.
Pasaron algunos meses. José asistía normalmente a su trabajo y como de costumbre, siempre estaba
pensando en cómo hacer una jugada. Cierto día se encontró con William, operador del sistema de
Empresa de Construcciones Nacionales, quien le comentó sus penurias por pagar una serie de deudas que
había adquirido por apuestas a un casino.
José: "William... como estas, que es de tu vida?
William: "Aquí estoy, José trabajando como todos los días. José, se me ocurre que talvez tú puedas
ayudarme..."
José: "Claro hombre, en que puedo servirte..."
William: "Pues sucede que tengo un breve apuro económico. No es nada extraordinario. Me han
protestado un par de cheques y necesito cubrir estas deudas cuanto antes. No sé si tu..."
Narrador: A José se le abrieron los ojos. Sabía que tanto para abrir una cuenta ficticia como para hacer
una transferencia debería contar con una identificación, como el código de clave de un supervisor, que le
diera acceso a las funciones de auditoria del sistema.
En un principio pensó que su gerente de programación podría ser el camino mas fácil, pero al verlo tan
ocupado en la coordinación con los departamentos de producción y administrativos, supervisando el
desarrollo de sus propios trabajos y análisis a las necesidades de los diferentes departamentos usuarios y
controlando los reportes de usuarios, desistió de tal idea. Además, el gerente de programación era poco
sociable con sus subalternos y no le agradaba departir fuera de la oficina.
Otra posibilidad era Jairo Potes, Gerente de Operaciones del Sistema CIS de empresa de Construcciones
Nacionales, quien era mucho más abierto. Se le veía siempre más risueño que a su colega de
programación, pues en realidad su labor era de otro tipo. El control del correcto funcionamiento del
sistema del centro de cómputo y del grupo de operadores, eran trabajo de menor presión. Pero ahora,
frente a él tenia a William. Con el podría lograr lo que añoraba desde hace meses.
Un rápido cálculo mental lo convenció de firmar un cheque por la deuda que William tenia a causa de su
vicio.
José: "Toma William y cuenta conmigo las veces que necesites. "
William: "No sabes cuánto te agradezco José."
José: "No tienes nada que agradecer, para eso están los amigos, no? Solo Hazme un favor, tu sabes que
las claves de acceso del sistema de la empresa se cambian cada dos meses y para quienes tenemos
prioridad baja en el acceso del sistema los tiempos de respuesta son más lentos. Estoy atrasado y necesito
aligerar mi trabajo. Sería interesante tener una clave de acceso de auditoria o a nivel gerencial.
Yo creo que tú me podrías ayudar en eso, verdad? Y por lo demás cuenta conmigo.
William: "Te debo un favor, José. Cuenta tú también conmigo."
Narrador:
A los pocos días William estaba trabajando en el turno de operaciones de la noche. Apenas se presentó la
oportunidad entró sigilosamente en la oficina de Jairo, cuya puerta había quedado sin seguro y substrajo
subrepticiamente un listado con todas las claves que habían sido cambiadas el día anterior.
Al día siguiente, después del trabajo, se las entregó a José Ruiz., quien visiblemente emocionado lo abrazo
agradecido.
José: "No sabes el gran favor que mes has hecho."
William: "ahora podré estar al día en mis obligaciones. Te agradezco mucho."
Narrador:
Sin pensarlo dos veces, José volvió a las oficinas de la empresa mientras planeaba sus próximos pasos.
José: "Ahora retiro mi computador personal, la llevo a la casa y la conecto al modem; luego de pedir al
sistema que se comunique al teléfono de la oficina. Esas llamadas las paso a la casa y listo... y la próxima
semana ya me veo esquiando en Suiza!"
Narrador:Durante el camino a casa iba pensando en todos los pasos que debía dar para cumplir sus
malévolos objetivos.
José: "Debo poner una orden de pedido, para lo cual debo introducir el código del proveedor.
Narrador:
En sus muchos años en la empresa, José había aprendido que los códigos de cuenta de los proveedores
tenían seis dígitos, pero las órdenes de pedidos tenían siete dígitos, ese dígito adicional era el dígito
verificador.
Como en los cambios a los programas que debía realizar en su trabajo había tenido acceso a muchos
números completos de órdenes de pedido, le sería muy fácil añadir el séptimo dígito de verificación para
el sistema.
Al llegar a la casa ni saludó a su familia, cavilando en la que iba a hacer.
José: "Como ahora tengo acceso total al sistema, desarrollaré un programita que me permita ver todos
los números de las cuentas. Si tengo el proceso de dígitos de verificación y las palabras claves, puedo
crear números de cuentas que el sistema aceptará de inmediato."
Utilizando el listado de códigos que le obsequiara William, su pobre amigo jugador, ingresó al sistema
utilizando el código y la palabra clave de Jairo Potes el gerente de Operaciones.
José: (riendo) "Si es que hay algún control y se llegan a dar cuenta, lo culparán al pobre ingenuo de Jairo.
Narrador:
Una vez que ingresó al programa. José trabajó durante media hora, creando las cuentas de proveedor y
de orden de pedido. Utilizó para ello el editor en línea disponible: el TSO. Al terminar esta fase,
simplemente cambió los números de las cuentas.
José: "Esto es más fácil de lo que yo había creído. Es súper fácil. Y pensar en toda la plata que se gastan en
un sistema tan costoso”.
Narrador:
En el último capítulo dejamos a José Ruiz a punto de dar el gran golpe en contra de las finanzas de la
empresa de Construcciones Nacionales, la empresa en donde prestaba servicios desde hace 8 años. Una
vez que ingresó al sistema y creó las cuentas ficticias que necesitaba, ordenar que se transfiera a ella la
cantidad de 1 Millón. Así esperaba retirarse a los Alpes Suizos en goce de unas vacaciones de por vida.
Lo que José había pasado por alto era que el sistema de seguridad de Empresas de Construcciones
Nacionales no había sido tan ingenuo como él. Aquella noche durmió plácidamente pensando en la
felicidad que le aguardaba del otro lado del charco y sonando que le quedaban pocas de esclavo en
empresa de Construcciones Nacionales.
Todo habría marchado sobre ruedas si no hubiera sido porque al día siguiente el Jefe de seguridad de
empresa los había llamado, a Jairo Potes y a él, para que ofrecieran explicaciones sobre un mensaje que el
sistema de seguridad del equipo de computación había emitido:
¡WARNING!
OPERADOR IDENTIFICADO: GERENTE DE OPERACIONES
CÓDIGO DE ACCESO: 5490S
TERMINAL: 3215
INCIDENTE: OPERACIÓN NO AUTORlZADA
TIPO DE ACCESO: CONEXIÓN DIAL UP – TELÉFONO 3456789
ACCESO AL PROGRAMA DESDE: 20:43:25
HASTA: 21:15:18
FECHA: 05/05/2015
"Que había pasado? José se repetía incansablemente en su interior la misma pregunta.
Haciendo gala de cualidades histriónicas, se declaró absolutamente desconocedor de lo sucedido, usando
los mismos modos que el inculpado inocente, el pobre Colombiano. Una vez que el jefe de seguridad hizo
todas las preguntas que debía, le dejo ir a su puesto de trabajo.
José: "Que pudo fallar. No lo comprendo... Ah, ya lo tengo. Existe en el sistema un control adicional sobre
la seguridad de los terminales. Ahora no me queda sino salir de este apuro y la próxima semana
aprovechar esta valiosa experiencia, que casi me cuesta el camello."
Narrador:
El jefe de seguridad y el auditor hicieron otras averiguaciones tanto sobre las operaciones registradas en
el sistema como sobre la vida de Jairo Potes y la de José Ruiz, sin que estos tuvieran el menor aviso de
sospecha. Por precaución, pusieron un resumen de los acontecimientos en las respectivas carpetas de
personal de uno y otro. Nadie les pudo asegurar si José Ruiz o Jairo Potes habían llevado sus micros a la
casa el día anterior.
José estaba consciente de que durante unos días lo tendrían bajo vigilancia, pero a la semana siguiente,
sintiéndose más aliviado por no haber ningún cargo en su contra, comenzó a tramar su golpe maestro.
José: "Hoy es el día, mañana viernes hacen los pagos del sistema de compras. Tengo que ver la manera de
arreglármelas para sacar la terminal del intratable gerente y dar mi golpe el día de hoy.
Después de otro día largo de trabajo, al salir José se dirigió a Pedro, el vigilante de turno.

José: "Oye Pedro, mi terminal se ha descompuesto y tengo todavía muchas cosas que hacer en la casa,
que te parece si me abres la puerta de la gerencia de programación para sacar el terminal del gerente y
poder avanzar con la gran carga de trabajo que tengo para la noche? Además, él me ha autorizado a
usarlo cuando quiera."
Pedro sin ponerle demasiada atención a lo que el gran trabajador de José decía le acompaño al primer
piso para abrir la puerta y sacar el terminal que le solicitaban.
Pedro: "Vea Señor José, cuando salga de la oficina, dejara cerrando, por favor."
José: "No Te preocupes Pedro, todo quedara en orden”
Narrador:
José tenía la mente completamente alucinada, ante la inminencia de su tan esperada recompensa. En
forma atolondrada salió de la oficina del gerente de programación y poco le faltó para derribar a Julia, la
encargada de la limpieza de las oficinas. Sin siquiera disculparse, José bajó las gradas a toda velocidad y al
salir por la puerta se despidió de Pedro.
Julia quedó muy disgustada con la actitud de José, que se unía a una cadena de detalles que para ella
hacían de este analista de sistema un tipo antipático y desagradable.
Julia, por su parte, llevaba 18 años en la empresa. Había entrado a trabajar el mismo año que Hugo
Martínez, quien era la sazón del auditor general de la empresa y con ella unía una amistad alimentada por
sus buenos modales. Hugo siempre se interesaba por sus problemas y hasta alguna ocasión le había
ayudado en obtener una mejoría en su remuneración. Basada precisamente en esa amistad Julia resolvió
hablar cuanto antes con el auditor para informarle de la sospechosa y desatinada actitud de José Ruiz.
Mientras tanto, José volaba en dirección a su casa. Tan pronto llegó hizo todos los preparativos. Módem,
terminal, anotaciones... y su programa bomba.
EI programa bomba era el que iba a borrar toda la secuencia de pagos que José daría esa noche; es decir,
borraría todos los números de cuenta creados y todos los procesos realizados.
"Manos a la obra" gruño en forma desacostumbrada el analista y estuvo trabajando por espacio de una
hora.
A la madrugada siguiente, nuestro José se levantó antes que sonara el despertador y hecho un bólido
salió catapultado hacia su oficina donde tenía que llegar antes que su gerente de programación, para
devolver la terminal.
Al llegar se encontró con Esteban, un compañero del departamento.
José: "Ha llegado el gerente?
Esteban: "No, no ha llegado todavía."
José: "Yo, ayer tuve que usar el terminal del gerente porque el mío se ha dañado y tengo mucha carga de
trabajo."
Narrador:
El desasosiego bullía dentro de José y no le permitía controlar sus reacciones, ni percatarse de la forma en
que lo observaba Esteban.
José: "Esteban, ábreme la puerta para colocar dentro la máquina."
Narrador:
Acto seguido desconectó la transmisión de llamadas a su casa y se dijo así mismo.
"Estoy en Suiza!"
Mientras tanto, Julia se encontraba en la oficina de su amigo, Hugo Martínez, el auditor general,
refiriéndose al encontrón de la noche con el maleducado de José. Hugo la escuchaba atentamente
mientras sorbía su taza de café caliente. Luego llamó a su colega, el jefe de seguridad, le narró lo sucedido
y al final añadió:
Hugo: "Esto me huele mal, pero no perdamos el tiempo. Haz una revisión de operaciones en el
departamento de Jairo Potes que yo iré a conversar con el gerente de programación."
Hugo ataba cabos con la ocasión anterior, en la que tanto sobre Potes como sobre Ruiz se había levantado
una sombra de duda.

Después de conversar por unos minutos con el gerente de programación recibió una llamada del jefe de
seguridad.
Jefe de seguridad: "Oye Hugo, existe un registro de control en la base de datos que muestra una
inconformidad con los datos registrados el día de ayer y el desbalance es grueso. Es de un millón de
dólares y no ha existido ninguna transacción por ese monto el día de ayer, puesto que todas las
transacciones mayores de 10.000 dólares requieren de la firma del contralor. Que opinas?”
Hugo: "Bueno, gracias por avisarme. Tengo una leve idea de que se trata. Ahora no te puedo decir nada,
luego te llamo".
Narrador:
Durante el transcurso del viernes y el sábado, tanto el jefe de seguridad como Hugo estuvieron
contrastando valores de diferentes cuentas y llegaron a la conclusión de que se había desvanecido un
millón de dólares de la empresa. Aunque no podían culpar a nadie, para ambos el responsable era José
Ruiz, quien con su comportamiento extraño levantaba todas las sospechas en su contra... pero no habían
pruebas, porque la bomba de tiempo había hecho su trabajo.
Al día siguiente, domingo, José se encontraba con sus maletas, esquíes, botas y abrigos de invierno en el
aeropuerto en la fila de pasajeros con rumbo a Zurich.
Sin que él se percatara se le acercaron por ambos lados dos rostros que creyó desafortunadamente
reconocer: el jefe de seguridad y Hugo Martínez, quien rápidamente le tomó del brazo.
Hugo: "Dime, José, que ibas a hacer con todo ese dinero?”
Narrador:
José sintió que se le hundían los pies y casi desvanecido le contesto: "Pero ...era simplemente perfecto ...
Como lo descubriste?
Narrador:
Sólo resta decir que el buen criterio del auditor había dado resultado y los controles del sistema habían
jugado un buen papel. Además, y como ya lo dijo Eliot Ness en su momento: ¡El crimen no paga!.

PEDIDO:
Determine los controles que fueron utilizados cuándo y de qué tipo, cuáles de ellos fueron eficaces y
cuáles debieron ponerse en práctica para evitar que ocurra el ilícito.
INVOLUCRADOS:
José Ruíz, William, Narrador, Pedro, Esteban, Hugo, Jefe de Seguridad

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