Professional Documents
Culture Documents
El cv. Mulato es un híbrido apomíctico del género Brachiaria (lo que significa que aunque híbrido,
es genéticamente estable y por lo tanto no segrega de una generación a otra), que se originó a
partir de cruces iniciados en 1988 en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Cali,
Colombia, entre el clon sexual 44-6 de Brachiaria ruziziensis1 y la especie tetraploide apomíctica B.
brizantha CIAT 6294 (= CIAT 6780), que corresponde al cv. Diamantes 1 en Costa Rica, al cv.
Marandú en Brasil y al cv. Insurgente en México. Estos cruces dieron origen a ocho clones de
primera generación entre los que se contó el clon 625-06, el cual se identificó como sexual
mediante análisis de sacos embrionarios (Miles, 1999).
En 1991 el clon 625-06 se incluyó como parental femenino en nuevos cruces realizados mediante
polinización abierta, en un bloque de recombinación con accesiones apomícticas e híbridos
sexuales y apomícticos de Brachiaria (Miles, 1999). De estos cruces se obtuvieron seis progenies,
una de las cuales dio origen a la planta identificada como FM9201/1873, la que posteriormente se
estableció para estudio en 1993 en Montañita (Caquetá) en la Hacienda La Rueda del Fondo
Ganadero del Valle del Cauca (Colombia). La uniformidad morfológica observada en las plantas de
esta progenie indicó una reproducción apomíctica, y fue incluida a partir de entonces en
evaluaciones agronómicas de adaptación y producción.
El pasto MULATO II es la alternativa más novedosa para mejorar la productividad en sistemas semi-
intensivos de carne y leche. Recomendado para regiones que poseen suelos ácidos, fertilidad media
y baja, periodos de sequía prolongados, altas temperaturas y elevada humedad relativa y
principalmente donde haya riesgo de ataques severos de varias especies de salivazo.
El pasto Mulato II (Brachiaria híbrido CIAT 36087) es el resultado del cruzamiento del B.
ruziziensis(sexual) x B. decumbens (apomíctica) las progenies sexuales se expusieron a polinización
abierta dando origen a una segunda generación de híbridos de donde se seleccionó un genotipo
sexual para volver a cruzar y generar Mulato II. En ambas generaciones de cruzamiento abierto, la
respectiva madre sexual fue expuesta a híbridos o accesiones de B. brizantha. Estudios con
marcadores moleculares muestran que Mulato II tiene alelos que no están presentes en B.
ruziziensis, ni decumbens pero sí en B. Brizantha marandú y otras accesiones de brizantha.
Fijación biológica de nitrógeno por parte de leguminosas
Aunque estemos rodeados por una atmósfera que contiene casi el 80 por ciento
de nitrógeno, nutriente que, junto con el agua, es factor limitante para el
crecimiento de las plantas, la mayoría de los seres vivos son incapaces de
aprovecharlo en la forma en que se encuentra (N2) y sólo algunos organismos
procarióticos pueden reducirlo a amonio, en un proceso conocido como fijación
biológica de nitrógeno. Esta incorporación de nitrógeno a la biosfera ocurre
gracias a la existencia en las bacterias fijadoras de la enzima nitrogenasa, capaz
de realizar en las condiciones ambientales normales, una reacción química que
requiere más de 800o de temperatura y bastantes atmósferas de presión en el
procedimiento industrial Haber Bosch por el que se producen unos 70 millones
de Tn de amonio al año. Este dato es fácil de conocer, mientras que la cantidad
global de nitrógeno fijado biológicamente es pura especulación, aunque se estima
razonablemente que puede estar alrededor de unos 170 millones de Tn año. La
dificultad de una estimación fiel deriva de la gran variedad de microorganismos
fijadores y de los diferentes ecosistemas posibles. Una parte importante de esa
cifra global corresponde al nitrogeno fijado en el mar por las cianobacterias que
allí se desarrollan, y algo más de la mitad se debe a la llamada fijación
simbiótica, que en contraposición con la libre, se da en íntima asociación de los
organismos fijadores con su correspondiente planta hospedadora.
La apomixis es una forma de reproducción clonal a partir de la formación de semillas que portan un embrión
genéticamente idéntico a la planta materna. Este modo de reproducción aparece naturalmente en muchas
especies de plantas como las frutillas, la manzana, los cítricos, el mango, la mandioca y numerosas gramíneas
forrajeras como el pasto horqueta (Paspalum notatum) y el pasto llorón (Eragrostis curvula).
Las plantas apomícticas no realizan las etapas normales de la reproducción sexual: no reducen a la mitad el
contenido de cromosomas durante la formación de las células reproductivas (gametas), ni tampoco llevan a
cabo la fecundación, salvo para generar en algunos casos el endosperma de las semillas. Los embriones se
originan a partir de células maternas, pero lo hacen siempre dentro de los confines del óvulo. Se forma así una
semilla verdadera y perfecta, que contiene adentro un individuo idéntico a la planta materna.
Durante la reproducción sexual una célula del óvulo (célula madre de la megáspora) inicia un proceso de
reducción meiótica que concluye con la formación de cuatro megasporas haploides. En la mayoría de las
angiospermas sólo una de las megásporas es funcional (las demás degeneran) y se divide por mitosis para
formar un saco embrionario octanucleado integrado por una célula huevo, dos sinérgidas, dos núcleos polares
y tres antípodas.
La apomixis representa un beneficio potencial enorme para la agricultura de los países en desarrollo y sus
muchos posibles usos varían de acuerdo a la región considerada. Asia necesita urgentemente nuevas
variedades de sus principales cereales (principalmente arroz) que posean un mayor potencial de rendimiento
que las usadas actualmente, ya que deberá duplicar su producción en los próximos 50 años utilizando el mismo
área de cultivo. Uno de los principales obstáculos que enfrenta la producción de arroz híbrido de mayor calidad
es la imposibilidad de realizar cruzamientos viables de las variedades mejoradas con otras salvajes portadoras
de genes de interés agronómico. La introducción de la apomixis en el arroz facilitaría enormemente la
producción de arroz híbrido, ya que ésta eliminaría las etapas propias de la reproducción sexual (que no pueden
llevarse a cabo correctamente en los híbridos) y permitiría propagar clonalmente a los mismos por innumerables
generaciones. El beneficio potencial calculado para la generación de arroz híbrido usando la tecnología de
apomixis fue calculado entre 2,5 y 4 billones de dólares anuales. En el IRRI (International Rice Research
Institute, Filipinas) se llevan a cabo desde hace varios años intentos por transferir la apomixis al arroz.
Asimismo en África y Latinoamérica se requiere un gran número de variedades mejoradas de diferentes cultivos
(entre ellos algunos tan importantes como el maíz), cada uno de ellos bien adaptados a los diferentes nichos
ecológicos propios de esos continentes. Los agricultores africanos y latinoamericanos podrían beneficiarse
enormemente por el uso de las semillas híbridas de cultivos que se autorepliquen por apomixis conservando
todo su potencial en forma indefinida generación tras generación, y por la reproducción por semillas de especies
como la papa. En el CIMMyT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, México), la Universidad
del Estado de Utah, USA y la Universidad de Georgia, Tifton, Georgia, USA se hacen intentos por introducir el
carácter en el maíz, el trigo y el mijo.
sexualidad versus Apomixis
Las estrategias de manipulación de la apomixis deben desarrollarse cuidadosamente para impedir que el
carácter se disperse en forma indiscriminada a variedades sexuales salvajes, disminuyendo la variabilidad
genética y el potencial evolutivo de las especies en cuestión. Las plantas utilizan la sexualidad para mantener
la variabilidad genética dentro de sus poblaciones, ya que este modo de reproducción implica la recombinación
o rearreglo de genes durante el proceso de formación de las células reproductivas (gametas) seguida de la
reunión en un mismo individuo de genes recombinados provenientes de los progenitores femenino y masculino.
Así, cada individuo generado de la reproducción sexual es único. Esta variabilidad es sumamente importante
para la evolución y supervivencia de las especies.
Las plantas apomícticas naturales no prescinden en absoluto de las ventajas de la sexualidad. Utilizan variadas
estrategias para mantener tanto su capacidad de variar cuando es necesario como de reproducirse velozmente
en forma clonal si esto resulta conveniente. Muchas plantas apomícticas forman una parte de su progenie por
sexualidad y otra por apomixis. Otras usan una táctica más refinada aún: presentan individuos de dos tipos
diferentes, los que tienen un número bajo de cromosomas (diploides) se reproducen por sexualidad y los que
tienen un número alto de cromosomas (poliploides) se reproducen clonalmente por apomixis. Los individuos
sexuales pueden eventualmente duplicar su número de cromosomas y convertirse en individuos apomícticos
poliploides. Esta estrategia compleja de reproducción (conocida como “estrategia Henry Ford”, en memoria del
creador de los conocidos automóviles) le permite a la planta generar variabilidad a niveles diploides hasta
producir un individuo de características superiores, cuya número de cromosomas es luego duplicado para
reproducirlo muy eficientemente en forma clonal. Tal como hizo alguna vez el famoso americano ensayando
miles de modelos infructuosos hasta producir el exitosísimo Ford T, que vendió por millones en todos los
rincones del mundo. No debe extrañarnos entonces que las plantas apomícticas hayan invadido y ocupado
velozmente todas las áreas del planeta que quedaron disponibles luego de la última glaciación, y que muchas
de ellas sean consideradas malezas por su muy eficiente velocidad de propagación.
Aún cuando las condiciones ambientales sean adecuadas para la germinación de semillas,
muchas de ellas no lo hacen, aunque permanezcan viables. La no germinación de las
semillas, también se conoce como latencia o letargo, y esta ligada a causas intrínsecas de
las semillas o frutos, pero también a efectos ambientales.
Temperatura
Existen temperaturas por debajo o encima de las cuales una semilla no germina. La
temperatura óptima para la germinación de las semillas depende de la especie. Temperaturas
muy bajas o muy altas, por consecuencia inducen el letargo.