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Tal vez fuera D. Miguel de Unamuno el Oeste, Portugal. Fue escrito en plena pos-
primero en dejarnos constancia de sus de- guerra, publicado en 1946 y reimpreso en
vaneos rayanos al quedar agrupados (1941) 1973, un año antes de la Revolución de los
en su ya clásica colección de artículos Por Claveles. La recuperación de las libertades
tierras de Portugal y España. En 2013 el democráticas en Portugal y España, el lógi-
periodista y distinguido lusófilo zamorano co deshielo en las relaciones bilaterales y,
Agustín Remesal ha recreado esos viajes del finalmente, el ingreso de ambos países en la
rector de Salamanca en un libro con el mis- Europa comunitaria, provocaron el natural
mo título que va ya por su segunda edición. acercamiento en regiones fronterizas como
Desde Extremadura, debemos a la pluma de Alentejo y Extremadura, que tradicional-
Pedro de Lorenzo la primera aproximación mente habían vivido dándose la espalda. Ese
literaria a la Raya, plasmada en su libro Y al acercamiento ha tenido múltiples y varia-
Michelet: “Quien conozca solo la historia Raya, de ese otro gran cronista del mismo
de su país nunca comprenderá la historia espacio fronterizo que es José R. Alonso
de su país.” Como historiador de la Raya, de la Torre (Mérida: De la luna libros,
Moisés Cayetano la cabalga, la cruza con- 2009). La guía de Moisés, crónica de sus
tinuamente. Al igual que los cronistas lo- viajes bellamente ilustrada con fotografías
cales de los pueblos fronterizos, está obli- todas originales, es para el lector una doble
gado a ser un estudioso de las relaciones invitación al viaje. Nos invita a redescu-
internacionales, a profundizar verticalmen- brir lo que creemos ya conocer (la cister-
te en el pasado de ésta o aquella localidad, na, por ejemplo, del acueducto de Elvas...)
pero sin perder de vista en ningún momen- y a descubrir lo desconocido apartándonos
to la dimensión horizontal, el punto de de la autopista o de la carretera nacional
vista supranacional. (para sorprendernos, por ejemplo, con los
Al hojear esta entrega de Moisés se azulejos del convento de São Paulo, en el
nos ha venido de inmediato a la memoria corazón de la Serra da Ossa…)
La Raya de Portugal, frontera del subde- Si tuviéramos que caracterizar con un
sarrollo, el libro que publicaron en 1972 solo adjetivo el libro que reseñamos diría-
Eduardo Barrenaechea y Luis Carandell mos que nos parece, sobre todo, equilibra-
(bajo el seudónimo de Antonio Pintado, do. Ninguna de las diversas materias trata-
pues aún existía la censura...) Frente a las das predomina sobre las demás, y en él lo
carencias de todo tipo que sufría el bauti- objetivo y lo subjetivo se complementan y
zado entonces como “telón de corcho”, contrapesan. A un mismo tiempo Moisés
denunciadas por aquellos dos valientes re- describe, alaba, denuncia y guarda, también,
porteros, casi medio siglo después Moisés significativos silencios. Como correspon-
Cayetano pone el acento en las potencia- de al género al que pertenece, su tono es
lidades de sus recursos, a los que no duda en esencialmente informativo y neutro. Mas
calificar de auténticos tesoros, algunos vi- no por ello faltan en él los calificativos
sibles, otros escondidos. Tesoros suficien- encomiásticos, que los amantes de la so-
tes para reunirlos y aspirar con ellos a la briedad podrían calificar de excesivos, ni
declaración de la Raya como Patrimonio se escatiman elogios a meritorias inter-
de la Humanidad. Nos consta que el autor venciones de rehabilitación patrimonial,
viene reivindicando desde hace años el pre- como las ejecutadas en el Forte da Graça
ciado galardón de la UNESCO. ¡Lástima de Elvas, la fortaleza de Almeida, o el Forte
que mezquinas rivalidades políticas resten da Ínsua, en la desembocadura del Miño.
fuerza a lo que debiera ser un proyecto Junto a las descripciones neutras y las va-
unitario! loraciones elogiosas, la denuncia de los
Y es que la Raya cuenta no solo con un abandonos y atentados que salpican la
rico patrimonio natural y paisajístico, con Raya, bien por la soberbia de los arquitec-
la dehesa como joya medioambiental, sino tos, bien por la ignorancia de los políticos
también con un vasto catálogo de arqui- de turno, si es que no se juntan el hambre
tectura religiosa y militar monumental, con las ganas de comer. Los casos que
tanto medieval como abaluartada, tal vez Moisés trae a colación son algo más que
su más acusada seña de identidad. Todo lo anécdotas aisladas: el fuerte de San Cristó-
enfatiza Moisés en su libro, sin olvidar el bal de Badajoz, con su autenticidad e inte-
patrimonio etnográfico presente en esas gridad sacrificadas al uso hostelero, el cas-
fiestas populares únicas que son las rúas tillo de Alburquerque, cuyos cimientos tem-
floridas de Campo Maior, o en su variada blaron por culpa de una hospedería, la igle-
gastronomía. Objeto, por cierto, de una sia de Talaván, que huyendo de la imitatio
guía específica: R & R: restaurantes de la cae en el bodrio, o el fuerte de Goián, a
orillas del Miño, saqueado en la paz más transfronterizas que el autor dirige desde
que en la guerra y teniendo que soportar la 2009.
vecindad de una moderna construcción en Hacemos votos para que la Fundación
la que una pintada acusa a la alcaldesa: Caja Badajoz haga una nueva edición de este
“Sandra, mentideira. Isto é ilegal.” libro, que se presentó con enorme éxito de
Para no convertir sus Tesoros de la público en el emblemático recinto del Forte
Raya en un rosario de agravios con las de- de Lippe en marzo de 2016. Esperemos tam-
nuncias de los muchos crímenes cometidos bién que en su segunda edición se caiga del
contra la Ley de Patrimonio tantas veces, título el infeliz calificativo de la Raya co-
¡ay!, por los mismos encargados de velar mún como hispano-lusa (el burriquito de-
por ella, Moisés Cayetano guarda un pia- lante...) y pase a ser calificada como luso-
doso silencio sobre otros. Como es el caso española. No solo por debida cortesía hacia
del baluarticidio perpetrado en torno al el vecino, sino por justicia, ya que la mayo-
convento-hospital de San Juan de Dios en ría de los tesoros que nos descubre Moisés
Olivenza, síntesis de la Raya luso-españo- están al otro lado.
la, denunciado en su momento en las pági-
nas de O Pelourinho, boletín de relaciones
L UIS ALFONSO LIMPO PÍRIZ
Está claro que existe siempre una supe- amor que siempre otorga el conocimiento
rioridad de la historia sobre las historias. histórico, reivindicador de la continuidad y
Estoy de acuerdo, pero también creo que humanizador del tiempo. Que quienes acce-
hay que dar cabida en la historia a ciertas den por primera vez a este libro disfruten de
historias o, mejor aún, que hay que contar él como yo lo he disfrutado: evocando nos-
historias desde la propia Historia. Y, la his- tálgicamente el pasado.
toria es, fundamentalmente, historia ciuda- Un trabajo de esta índole tan sólo podía
dana. Sería esfuerzo inútil querer describir venir de la mano de los investigadores José
una población como Campo Lugar como Antonio Ramos y Óscar de San Macario
intentan vanamente algunos, quedándose en que han venido desgranando en sucesivas
la morfología urbana. Podríamos describir publicaciones y noticias recogidas los ha-
minuciosamente todos y cada uno de sus llazgos y estudios que han ido localizando
bellos rincones, pero para captar su esencia de Campo Lugar. Autores que cuentan con
debemos de partir de sus orígenes, de perso- un importante bagaje profesional, con nu-
nas ilustres, acontecimientos señalados, fe- merosas publicaciones históricas cuyo úni-
chas importantes, evocaciones nostálgicas co objetivo ha sido el de airear y revalorizar
del pasado. Libros como el que ahora tengo el pasado histórico de Extremadura, sus pue-
el honor de prologar sirven para eso, para blos, sus gentes, han merecido que sus traba-
conocernos mejor, para que conozcamos jos hayan sido considerados dignos de te-
mejor la historia de Campo Lugar, sus mo- nerse muy en cuenta por otros investigado-
numentos, y aprendamos a amarla con ese res. José Antonio y Oscar no han escatima-