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y otros sinsentidos huellas

Memoria y Texto de Creación

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La colección huellas resume la memoria y los textos de creación que potencian el
conocimiento social del porvenir. Se refiere a los grandes creadores de cultura y a sus
más destacados
investigadores. Se propone darlos a conocer a un público amplio, de manera
asequible pero seria y documentada, a través de series mutuamente complementarias.
Serie
Problemas: la complejidad negada

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y otros sinsentidos
ANDRÉS ORTIZ-OSÉS

PRÓLOGO DE

FÉLIX GERENABARRENA ARTAMENDI


Del sentido de vivir y otros sinsentidos / Andrés Ortiz-Osés ; prólogo de Félix Gerenabarrena Artamendi. —
Rubí (Barcelona) : Anthropos Editorial, 2005
143 p. ; 18 cm. — (Huellas. Memoria y Texto de Creación ; 9. Serie : Problemas: la complejidad negada)
ISBN 84-7658-725-2
1. Aforismos y apotegmas 2. Antropología filosófica - Máximas y aforismos 3. Filosofía I. Gerenabarrena
Artamendi, Félix, pr. II. Título III. Colección
130.2
82-84
Primera edición: 2005

© Andrés Ortiz-Osés, 2005


© Anthropos Editorial, 2005
Edita: Anthropos Editorial. Rubí (Barcelona)
www.anthropos-editorial.com
ISBN: 84-7658-725-2
Depósito legal: B. 4.520-2005
Diseño, realización y coordinación: Plural, Servicios Editoriales
(Nariño, S.L.), Rubí. Tel. y fax 93 697 22 96
Impresión: Novagràfik. Vivaldi, 5. Montcada i Reixac
Impreso en España - Printed in Spain
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ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

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Prólogo
Andrés Ortiz-Osés nos entrega una nueva muestra de su producción aforística. La
obra del filósofo vasco-aragonés, sofisticada y delicada, exige al lector una predisposición
del ánimo y una apertura del ánima. En efecto, el aforismo de Ortiz-Osés es símbolo de
complicidad. De reconocimiento mutuo entre autor y lector, de aventura compartida, de
convivencia diferida, mediada textualmente.
Y la complicidad se presenta en el mundo de los sentimientos reconocidos, de los
sentidos auscultados. Exige la presencia de Eros y Psyche, amor y alma. Reclama la
participación de Afrodita, «permitiendo al otro la entrada y la ocupación de áreas enteras
del alma, ceder, ser penetrado, pero no poseído».1 Filosofía de la intimidad, de los
templos y cavernas del espíritu.
Los grandes cultivadores del género aforístico, Schopenhauer, Nietzsche, Cioran...,
han encontrado en el aforismo una tabla de salvamento en el naufragio de sus existencias.
El aforismo ha dado testimonio de su devastación anímica. Pero el aforismo de Ortiz-
Osés es distinto. En Nietzsche, se siente el desgarro, la amargura. En OrtizOsés la
amargura se reinterpreta euskéricamente como ama-har-gura o anhelo materno.
Verdadero sello que marca su obra entera, como por su parte el anhelo del padre marca
el legado de Lacan.
1. James Hillman, A terrible love of war, The Penguin Press, 2004, p. 175.
Por lo que hace al estilo lingüístico de nuestro autor, su característica es la
plasticidad. Por la maleabilidad de los significados. Por las torsiones semánticas. Es una
realidad blanda, daliniana. Donde las palabras cobran vida propia, no son meros signos,
sino complejos autónomos, arquetipos. Personajes de la trama. Por eso el estilo ortiz-
osesiano es un verdadero desafío a la racionalidad lingüística. Un reto a los afanes
uniformizadores de cierta Ilustración. El contrapunto al espíritu de la Enciclopedia, que
delimita el sentido de las palabras. Frente al lema de la Academia de la Lengua, que
«limpia, fija y da esplendor», nos acerca un universo de claroscuros, de sombras
buscadas.
Guarda el aforismo de Ortiz-Osés cierta familiaridad con el arte del Tàpies joven, el
de los cuadros surreales, que no surrealistas. Pinturas de cajones que se abren. De luces
que encubren enigmas. De bestias en pose mística. Tàpies y Ortiz-Osés, dos maestros de
la mater-materia. Del imperio del tacto, del relieve, del pliegue. Lo ordinario, cotidiano,
convertido en figura simbólica. Aforismo plástico. Vivimos la era posmoderna. Asistimos
al declive del ojo como supremo juez de lo valioso, de lo verdadero. Es el final de una
era retiniana (Duchamp) que comienza con Descartes y sus ideas claras y distintas. En el
arte de Ortiz-Osés, el alma es la textura del ser, realidad de arpillera. Realidad co-sida,
tapiz simbólico.
Kant definió la Ilustración como «la salida del hombre de su autoculpable minoría de
edad».2 Reinterpretamos posmodernamente este ideal afirmando el desvalimiento del
individuo y su constitución interpersonal. El ideal ya no consiste en crecer sino en

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individuarse (Jung, Nietzsche). Y la individuación es asunto supraindividual,
interpersonal.
También la aforística de Ortiz-Osés representa la contrafigura del ideal Ilustrado en
otro aspecto. Es una filosofía de lo cotidiano, para andar por casa. Sea la casa la morada
diaria, nuestro pisito, como guía para un mejor vivir. Novela formativa de fácil
asimilación y enseñanza profunda. La perfecta puerta de entrada para el amateur de la
filosofía. Sea la casa la morada primordial del ser, ese universo inhóspito de Kierkegaard,
Heidegger, Sartre. El aforismo suaviza climas. Sirve de refugio al alma. Porque se trata
de filosofía peripatética y paseo filosófico. Todo ello en un solo libro. Que usted lo
disfrute.
2 I. Kant, Respuesta a la pregunta ¿Qué es Ilustración?, Tecnos, 1988.
FÉLIX GERENABARRENA ARTAMENDI Universidad de Deusto-Bilbao

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Presentación
J.GIL-ALBERT
Decir lo mínimo y, en ese mínimo, todo lo demás.
Este es un libro de aforismos: breverías que, a modo de máximas mínimas, recogen
el rescoldo latente y latiente de nuestros avatares en la vida, los vericuetos de nuestra
existencia, las transiciones del sentido. Pues en la aforística la verdad revierte en verdad-
sentido, que es la verdad vivida. Por eso el poeta Juan Gil-Albert ha podido concebir esta
verdad-sentido como una verdad contingente, por cuanto acaece accidentalmente; como
dice en su Breviario de vida:
La verdad no es nada determinado, nada absoluto; pero en cada momento se nos
puede hacer patente por alguien, por algo, una presencia, una palabra, un suceso.
Muchos dicen que Cristo es la verdad, pero porque lo han convertido en una abstracción:
olvidan que Cristo dijo ser la verdad y la vida, lo que, ya lo advirtió Unamuno, complica
considerablemente la cuestión. La vida puede ser, en un momento dado, microscópico, la
verdad [Breviarium vitae, II].
El aforismo puede ser, en un momento dado, microscópico, la verdad. En efecto, la
aforística funciona como una hermenéutica contingente, en cuyo lenguaje la verdad se
encarna vivencialmente en microscópicos sentidos —los aforismos—, los cuales se
engarzan en una trama simbólica trasunto oblicuo de la existencia. Por eso revelan una
verdad oscura minimalistamente, apalabrando umbrales de experiencia simbólicamente.
De aquí el claroscuro propio de la aforística, así como su revisión críptica de nuestros
saberes en un lenguaje transversal basado en una razón sensible: la razón-sentido.
Se trata de una razón impura o encarnada, formada por la amalgama de aferencia,
intuición y humor, una especie de razón cromática o colorista por cuanto abierta a los
meandros de nuestro discurrir por este laberinto que es el mundo. Mas no podemos
paralizar la vida perecedera para eternizarla, eso sería idolatría. Por eso hay que
proseguir el flujo y la fluencia sólo compensada con algunos altos en el camino: así los
aforismos cual bucles simbólicos o signos flotantes del sentido huidizo. Porque no es el
tiempo el que propiamente huye, es el sentido el que se evade a través de las grietas del
tiempo evanescente.
ANDRÉS ORTIZ-OSÉS Universidad Deusto-Bilbao

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Pórtico. Erótica cultural
La verdad os hará libres: y el sentido os librará de la verdad.
Quisiera concitar al comienzo de esta obrita mía aforística la singular trayectoria
humanística de Juan Gil-Albert, un fino poeta (Poesía completa) y un prosista estetizante
(Concierto en mi menor, La trama inextricable), destacando como narrador intimista
(Heraclés, Valentín, Los arcángeles, Tobeyo), memorialista meditativo (Memorabilia,
España: historia de un empeño, Los días están contados) y pensador psicológico y sutil
(Breviarium vitae, Razonamiento inagotable). Este literato animista, como lo ha llamado
L.A. Villena, es nuestro Montaigne, afrancesado e italianizante, cuya vida y escritura se
caracterizan por su galanura de fondo heleno, así como su pensamiento por la razón-
sentido de signo mediterráneo. Recuperemos a este escritor considerado como sereno,
aunque se trate de un autor serenado, que es cosa distinta, y serenado precisamente a
través de su propia escritura sutil y demorada, yo diría que entre plateresca y modernista
a causa de su lenguaje vegetal (ni mineral ni animal). Esa serenidad se hace posible por
mediación de un lenguaje que se sitúa entre las cosas y el hombre, la realidad y la
idealidad, a modo de puente y comunicación: ya que sin la realidad no se puede vivir,
pero sin la idealidad no se puede sobrevivir.
Pues bien, ese es precisamente el reproche que nuestro autor proyecta contra nuestra
propia tradición española, el no haber propiciado el encuentro entre lo real y lo ideal, Don
Quijote y Sancho, la voluntad y la vida. Nuestra historia habría sido la historia de un
excesivo voluntarismo que choca con la realidad, de unas ilusiones excedentes que
acaban desilusionadas, de un quererlo todo cuyo abismo es la nada. La extremosidad
española se concentraría y centralizaría en un proyecto ilimitado que nos ha llevado a
querer lo imposible y a creer lo increíble.1
Podríamos hablar entonces del rapto de España por sus Conquistadores, sean
político-militares como Cortés, sean mito-eróticos como Don Juan o eclesiástico-
espirituales como Ignacio de Loyola. Desde nuestra posición hermenéutica, la clave de
nuestro proyecto de Conquista estaría en tomar el Ideal de un modo real o literal, no de
modo simbólico o relativo: de aquí el absolutismo de nuestra tradición y su dogmatismo,
así como la recaída en el mito que no se sabe tal mito ni se toma mitológicamente sino
como verdad sacralizada. Esto es lo que, a nuestro entender, quiere decir J. Gil-Albert
cuando afirma que ser español ha seguido siendo un mito sin racionalizar: por eso define
al español tradicional como «un ser emotivo con intuiciones idólatras».2
Y sin embargo, a raíz de nuestra transición democrática, asistimos hoy a nuestra
apertura salvadora a Europa y, por lo tanto, a una racionalización de nuestra mitología.
Es el momento adecuado para redefinir al español como un ser emotivo, sí, pero con
intuiciones ya no idólatras sino simbólicas, y ello dice humanas y relativas. He aquí que
al reconectarnos con Europa recontactamos con nuestro propio fondo común europeo,
así por ejemplo con el Renacimiento en el que, además de nuestro sensitivo estilo
plateresco, aportamos seres emotivos que, como Fray Luis de León, hacen gala de

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intuiciones simbólicas y no dogmáticas. Con el Barroco la cuestión es más ambivalente,
ya que aquí se realiza una yuxtaposición de fuerzas opuestas que no logran su
(re)mediación, aunque en el caso de B. Gracián la materia y la forma, la vida y la idea
logran una especie de retorcido contubernio jesuítico.
1. Puede consultarse Juan Gil-Albert, Breviarium vitae, en Obra Completa, vol. 9 y 10, Institución Alfonso
el Magnánimo, Valencia, 1985.
2. Consúltese al respecto, J. Gil-Albert, «España: empeño de una ficción», en Obra Completa, vol. 11, edición
citada, p. 191.
Pero el caso más intrigante al respecto lo representa la genial figura de Velázquez,
cuya pintura representaría para unos el ser compacto o sólido y para otros el ser
transfigurado o insólito (insólido). Por mi parte, pienso que este enigma no es tal, ya que
en la pintura velazqueña se representa el ser flotando en la nada simbólica, de modo que
la vida como realidad irracional reflota con su trasfondo viscoso en una especie de
libertad o liberación racional-abstracta: en donde lo medial es el famoso aire de flotación,
la velazqueña aura de plasmación/pasmación de sus personajes ingrávidos, es decir,
grávidos pero gráciles. Mas si esto es así, entonces Velázquez pertenece por derecho
propio a la Europa común caracterizada como un ámbito cultural donde reflotan
ingrávidamente nuestras gravitaciones.
En efecto, Europa es el ámbito común en el que se articulan y racionalizan nuestras
irracionalidades y sentimientos particulares. En esta perspectiva europea se resolvería
positivamente nuestro viejo litigio entre lo racional y lo irracional, ya que ha sido
característica española, al decir de Gil-Albert, el apetecer una razón plena que incluyera
la vivencia irracional. Se trata de una prototípica aspiración hispana a favor de una razón
aferente, por así llamarla, la cual ha sido filosóficamente concebida sea como razón
sentimental por Unamuno, razón vital por Ortega, inteligencia sentiente por Zubiri o
razón poética por M.ª Zambrano. Podríamos hablar de inteligente afectiva, la cual
parecería remitir a lo que el propio Gil-Albert, entre tantos otros, ha considerado como
una tipicidad hispano/latina: ese sustrato psicoanímico de carácter matrial que simboliza
en nuestros lares lo más sagrado, y frente al cual reactivamente se alza la figura clásica
del héroe bajo una forma machista o chulesca, donjuanesca o anarcoide. En efecto, la
revancha del varón se dirige a esa potencia maternal o tutela materna, desmadrándose o
saliéndose de madre machistamente:
España es un país en que la mujer, además de mujer es una institución, la hembra-
madre. Pero se me representa el español como un pueblo que quiere aparecer como
«hombre» ante la historia.3
En fin, quizás en Europa encuentre sentido la «gentileza latina» y nuestra
«humanidad intransigente» como la ha llamado nuestro concitado literato mediterráneo.
En todo caso, quiero ofrendar a su memoria estos aforismos que, cual raíces o
tubérculos, hojas y flores, han de entenderse como se han escrito: simbólica y no
dogmáticamente, ofreciendo un diálogo inconcluso entre el sentido común
sanchopancesco y su crítica quijotesca. En efecto, nuestro lenguaje aforístico pretende
ofrecer una cierta mediación entre las cosas y el hombre, la realidad y la idealidad,
proyectando cuasi velazqueñamente el ser que flota en la nada simbólica, así pues, la

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vida que reflota en las aguas de la muerte (para decirlo hispanamente).
Pues la muerte es nuestra última abstracción, la libertad última y también la razón
definitiva de nuestra sinrazón: una sinrazón ya no celebrada tradicionalmente sino
asumida críticamente, es decir, filtrada y remediada siquiera simbólicamente. Por eso
nuestra aforística es un foro o aforo de lo desaforado o desforado, y la articulación de lo
caótico o indiferenciado. Pero nuestra aforística no es un discurso que está de vuelta, en
todo caso torna o se vuelve a lo húmedo y vital tras haber pensado lo duro o seco, como
quería Hölderlin. Yo diría entonces que el aforismo es como el famoso «pájaro ofidio»
protomexicano: aquél pájaro que reflota sobre las aguas de sus orígenes serpentinos. O el
aforismo como pájaro serpentinado o serpiente emplumada: intuición simbólica (y no
dogmática), ser que nada en la nada, sentido flotante, eros alado en logos, erótica
cultural.
3. Ver J. Gil-Albert, o.c., pág. 91 y 95; así como «La trama inextricable», en o.c., vol. II, p. 166.
De aquí que el aforismo proyecte, gil-albertianamente, una serenidad inestable, es
decir, fluctuante: la serenidad del hombre que asume el desasosiego como humano. En
este aspecto la aforística sería el logos que coimplica al mito, la razón que reconcilia al
corazón y la luz que acoge a la sombra: la cual simboliza al decir de E. Trías «las
reservas de oscuridad y tiniebla, donde se atesoran las mejores esencias, el lado oscuro,
ese secreto tras la puerta, el castillo interior con sus aspectos sombríos, y que corre el
riesgo de aniquilarse por una artificial operación de iluminación radical irresponsable».4
Nuestro filósofo se refiere aquí a su experiencia con el Opus Dei y su represión de la
sombra en nombre de una transparencia absoluta. Pues bien, la aforística representa un
Opus hominis: una obra del hombre situada entre lo divino y lo demónico, obra humana
sitiada por el espíritu y el cuerpo: obra anímica (opus animicum).
4. Véase Eugenio Trías, El árbol de la vida, Destino, Barcelona 2003.

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Introducción. Aforística y arte de ingenio
No basta la sustancia, requiérese también la circunstancia.
B. GRACIÁN
La aforística refleja el arte de ingenio: la intuición y la agudeza, la captación concisa
de la experiencia, la visión transversal de la vivencia. El punto de partida del arte
aforístico es una especie de «desengaño de la razón» típicamente escéptico que,
procedente del Renacimiento tardío o manierista, arriba al barroco B. Gracián. Y es que
en el Barroco la realidad parece enmohecerse mientras que la razón se reviene como
atravesada por una humedad simbólica que hincha aquélla y reverdece a ésta, de acuerdo
con el diagnóstico médico de Huarte de San Juan en su Examen de ingenios, según el
cual la vida se desdobla por la memoria húmeda. Pero esta humedad vital proveniente del
pasado debe secarse a la luz del entendimiento racional, de modo que la comprensión
hermenéutica pase del pasado (húmedo) al presente (seco) y se proyecte en un futuro
abierto por la imaginación (cálida). Así que lo único que nuestro humanista renacentista
desecha médicamente es la frialdad (frigiditas), la cual entumece no sólo los miembros
del cuerpo sino las potencias del alma.1
La aforística y su arte de ingenio se expresa en un lenguaje propio ya no de la razón
abstracta sino de la razón encarnada lingüísticamente: razón-sentido que da cuenta y
relación no de la sustancia pura sino de la sustancia impura o accidentada, así pues de su
circunstancia. Aquí el lenguaje ya no funge como mero medio de la idea preconcebida,
sino como médium de ideación o concepción sensible, ya que el lenguaje conjuga
humanamente el juego ontológico de la realidad. La realidad ahora es un juego que se
conjuega/ conjuga en el lenguaje como auténtica mediación de conocimiento y realidad,
hombre y mundo, subjetividad y objetividad. Un tal lenguaje interpreta la realidad no
sólo apercibiendo sino creando similitudes entre las cosas y, por lo tanto, estructuras y
categorías cognoscitivas a través de la metaforización:
1. Huarte de San Juan, Examen de ingenios, Austral, Madrid, 1948, cap. V.
Lo literal y lo metafórico se distinguen como lo metaforizado y el metaforizar, donde
la prioridad es de la metáfora y lo literal tiene un carácter potencial con respecto a lo
metafórico porque la metáfora opera de modo interpretativo sobre los significados ya
establecidos.2
De donde la importancia del lenguaje en la aforística como arte de ingenio, puesto
que el lenguaje comparece no sólo como el filtro de la realidad sino como el artificio o
simulacro del ser que articula. Se trata de la tesis hermenéutica, según la cual la realidad
es lingüística, ya que comparece en el médium humano por excelencia. Lo cual es como
decir que la realidad se concibe como realidad humana o humanada, con todo el carácter
relacional/relativo que ello coimplica, así como con la presencia oblicua de la sofistería
que todo lo humano lleva consigo en su manifestación en el mundo. Ahora bien, ello no
significa que el hombre se conciba como medida de todas las cosas, pero sí como medio
de ellas precisamente porque está en medio.
2. M. Vega, Aristóteles y la metáfora, Universidad de Valladolid, 2004, p. 51. Conviene recordar aquí que la

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metaforicidad fundamental del lenguaje tiene que ver con que éste es convencional-humano (y no natural-dado).
He aquí que el Ser aparece en el lenguaje, lo cual cosignifica que el ser deviene
humanamente. El ser esencial deviene ser existencial a través del tiempo humano de la
significación lingüística, la cual no funda verdades racional-abstractas (eternas) sino
verdades-sentido temporales. Por eso el raciocinio lógico cede hermenéuticamente el
puesto al relaciocinio axiológico, el cual concibe las correspondencias simbólicas entre
las cosas y el hombre a través de las palabras, lo que conlleva un grave giro retórico que
relativiza el concepto clásico. Pues el concepto ya no es absoluto sino relacional, ya no
define sino que expresa un juego de sentido (Sinnspiel, como lo llamó Curtius). Cabe
hablar de conceptos simbólicos por cuanto operan relacionalmente a través de imágenes:
A diferencia del saber tradicional de la ratio, el ingenio no aspira a un conocimiento
de lo universal mediante la abstracción o la definición. La meta del filosofar ingenioso es,
por el contrario, el conocimiento de lo particular y la expresión imaginativa de las
semejanzas, de las correspondencias y de aquellas relaciones que constituyen la
historicidad y las nuevas circunstancias de la res: lo aún no dicho. Aquí es donde se nos
revela la palabra en movimiento (la metáfora): el lenguaje ingenioso.
Por medio de conceptos metafísicos e imaginativos consigue el hombre expresar lo
pasajero y cuanto no puede ser reducido a fórmulas racionales y apriorísticas. Sólo en el
ámbito de lo relativo obtiene el concepto, la imagen y la metáfora su más profundo
significado filosófico y cognoscitivo. En Gracián las «conceptuosas imágenes» son ante
todo la expresión propia de lo relativo y de la verdad concreta y singular de lo existente.3
3. E. Hidalgo, El pensamiento ingenioso en B. Gracián, Anthropos, Barcelona, 1993, pp. 6 y 104. El arte de
ingenio se enfrentaría a Aristóteles, el cual pretende conocer algo de forma absoluta y no accidentalmente al
modo sofístico (Analytica Posteriora).
Así que las «conceptuosas imágenes» serían a modo de arquetipos no platónicos sino
(pos)junguianos que captan en su relaciocinio el sentido de lo real vivido. Ahora captar el
sentido no es entender in vacuo sino en-tender la dirección del ser contingentemente. De
aquí la curvatura del aforismo que, a modo de arabesco, trata de adecuarse al recoveco
de lo real en su fluencia. En realidad la comprensión aforística de lo real es una
comprensión ingeniosa en la que el saber intelectual no se concibe sin el sabor sensitivo:
por eso Gracián habla de «saber sabiéndose», lo cual implica un conocimiento
autoimplicativo en el que la subjetividad no se excluye sino que se incluye como parte
dinámica de la realidad. De esta guisa, el viejo conceptismo da paso a un nuevo
conceptivismo, ya que el concepto ingenioso tiene que ver con la pro-creación (in-
gigno), es decir, con la recreación de lo real a raíz de nuestra creatividad (frente a la
tradicional imitación clásica). El concitado Huarte de San Juan ha defendido el ingenio
que él llama inventivo o productivo (caprino) frente a la mera reproducción (ovina) del
siguiente tenor:
A los ingenios inventivos llaman en lengua toscana caprichos, por la semejanza que
tienen con la cabra en el andar y pascer: todo es andar inquieta buscando cosas nuevas
que saber y entender. Pues como dijo Hipócrates, paseo del alma es el pensar del
hombre. Los ingenios caprichosos descubren a los oviles nuevos secretos de la
naturaleza.4

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A partir de semejante planteamiento a favor del ingenio en cuanto facultad
fundamental del hombre, cabe plantear una nueva ética o moral abierta basada en lo que
Gracián llamaba «la valentía del entender», la cual consiste no meramente en
conocer(se) sino en aplicar(se). Se trata del «bel portarse», el cual puede traducirse como
una moral estética: una moral que reconcilia naturaleza y arte, representadas
correspondientemente por Andrenio y Critilo en su obra el Criticón. Una tal moral
estética no procede deductivamente de arriba abajo sino inductivamente de abajo arriba,
de lo contingente a lo conceptual, de lo real a lo ideal, de la materia al espíritu. Nos las
habemos con una moralidad estética que parte del Renacimiento (Huarte, Vives),
atraviesa el Barroco (Gracián) y arriba a la (pos)modernidad, tal y como puede
comprobarse fehacientemente en la obra de nuestro Gil-Albert, para el cual el mundo del
espíritu refleja o refracta el mundo de la naturaleza aunque autónomamente:
4. Huarte, o.c., p. 181-182. Por eso el hombre inteligente, dice La Bruyère, es desigual.
El mundo del espíritu, aunque reflejo, posee la solidez, la tersa solidez, de los árboles
que se espejan en las aguas aunque intocables, seguros de su firmeza espectral.5
Entre la firmeza de la materialidad corpórea y la amplitud del espíritu, una moral
estética situaría el alma como ámbito intermediado del «buen gusto»: del sabor que anida
en la sabiduría, del sentido que inhabita el corazón, quizás porque sólo el corazón es
capaz de conciliar las cosas contrarias y aún admitir las incompatibles (como dice La
Bruyère). Llegaríamos así a un ámbito de oscilación entre los contrarios, tan bien
personificado por el propio Gracián a la vez religioso y secular, jesuítico y transversal, un
auténtico hombre-diptongo que contrae los contrarios en su persona y obra
ingeniosamente, cuya intención oblicua radica en «gozar de cada cosa en su
complemento».6
Y es que, como dijo el Abate D’Olivet, el hombre auténtico ni busca ni huye del
placer: porque no renuncia al placer humano pero no se aliena en el placer deshumano.
Por eso discierne entre la alegría auténtica e inauténtica, así como entre la libertad sin
protección y la protección sin libertad. Cierto, hay que hacer transacciones y acomodarse
a los demás, pero adecuándose a uno mismo. Mas la clave de todo estaría en moderar
nuestros apetitos y matizar nuestros deseos para que no nos esclavicen, ser lúcidos y
entrever la relatividad de todo, tomar conciencia de los límites y de la contingencia de la
vida, por la cual el hombre paradójicamente se mata pues, como dice el mismo La
Bruyére, nada hay que los hombres deseen conservar tanto y les depare peor trato que la
propia vida.
5. Juan Gil-Albert, Tobeyo, Pre-textos, Valencia, 1990, p. 63.
6. B. Gracián, Agudeza y arte de ingenio, en Obras Completas, Ed. A. Hoyo, Madrid, 1967.
Una moral estética no suplantaría el tiempo por la eternidad ni viceversa, sino que
entre el tiempo del devenir y la eternidad del ser instala ese tiempo anímico del revenir
de simbólico carácter húmedo al que hicimos referencia. Es el tiempo de la coimplicación
y la aferencia, el tiempo del advenir en que se inscribe la condensación barroca. El
auténtico moralista sabe bien que el mismo tiempo que debilita el exterior por
desmoronamiento puede fortalecer el interior por rememoramiento. No se trata por tanto

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de superar el tiempo ni tampoco de perdernos en él, se trata de articular el tiempo y
asumirlo a favor de nuestra circunstancia humana: vivir el tiempo sin desvivirse, supurar
el tiempo sin apurarse demasiado, prepararse finalmente para el tiempo sin tiempo.
Precisamente esta entrevisión de la muerte en vida procura a esta, ya que no consistencia
exterior, una especie de consistencia interior, significación humana o sentido (frente a la
abstracta verdad eterna).
Una auténtica moral estética no consiste por tanto en vencer heroicamente pasiones
sino en encauzarlas, no en sobrevolar nuestros afectos sino en asimilarlos. El símbolo de
semejante autoasunción estaría representado por la escultura del Vencedor con la que se
identificaba Miguel Ángel: se trata de un bello muchacho que domina a un viejo barbudo
pero que, en lugar de vencerlo, se detiene, aparta la mirada y su brazo se repliega, de
modo que la victoria del joven sobre el viejo es la victoria del tiempo sobre el tiempo y
resulta paradójica y melancólica. Romain Rolland la llama la Victoria con las alas rotas, el
Vencedor vencido, la Duda heroica, mientras que para nosotros representa la Victoria
antiheroica del Cristo del Juicio Final miguelangeliano, en el que un joven Cristo contiene
su ira destructiva del «hombre viejo» por compasión o amor humano (encarnado). Se
trata del Vencedor antiheroico, aquel que profesa una filosofía de la implicación:
Hay una filosofía que nos eleva sobre la ambición y la fortuna, que nos sitúa por
encima y nos exime de desear, que nos libra de los afanes. Hay otra filosofía que nos
somete y sujeta a todas esas cosas a favor de nuestros allegados y amigos: he aquí la
mejor.7
Yo hablaría más exactamente de una filosofía de la implicación simbólica, en la que
valoramos la realidad de acuerdo con la razón humana en cuanto razón encarnada: la
razón-sentido.
7. La Bruyère, Los caracteres, Edhasa, Barcelona, 2004, n.º 486. También R. Rolland, Los premios Nobel,
Janés, Barcelona, 1956. La escultura Victoria es la única obra de Miguel Ángel que permaneció hasta su muerte
en su taller de Florencia porque, como dijo Volterra, significaba el ideario del genial artista; actualmente puede
contemplarse en el Palacio de la Signoría (Palazzo Vecchio) en Florencia.

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Obertura policultural. Sentido y vida
I. Sobre el sentido de vivir
Podemos distinguir tres actitudes fundamentales sobre el sentido de vivir: la actitud
heroica, la actitud antiheroica y, finalmente, la actitud asuntiva o asuntora.
La actitud heroica es la clásica postura conquistadora del mundo y dominadora de la
realidad, puesto que trata de domeñar las cosas haciéndose dueño de las situaciones: una
posición que tiende a tener todo bajo control de arriba abajo, lo que conduce a un
perfeccionismo impositivo que suele llevar consigo el fanatismo o dogmatismo,
caracterizándose por una postura deshumanizada de carácter patriarcal (cuyo arquetipo
es el héroe clásico matadragones).
La actitud antiheroica es la típica reacción de cierta posmodernidad al heroísmo
tradicional, y se caracteriza por pasar del influjo o influencia exterior a la fluencia interior,
apostando por un repliegue pasivo o pasota en una intimidad que pretende evitar toda
intimidación externa. Aquí se refugia la cultura de la «autoayuda», proponiendo en
general un cierto escape cuasi oriental de nuestro heroísmo occidental, basándose en un
optimismo algo ingenuo que trata de promover la autoestima y lo positivo, predicando el
fluir o flotar evanescentemente, obviando lo negativo y olvidando su asunción (crítica).
Por último, la tercera postura fundamental ante el sentido de la vida sería
precisamente la actitud asuntiva o asuntora, o sea, aquella que no escamotea la
negatividad sino que la asume críticamente tratando de remediarla. En donde asumir lo
negativo no significa aceptarlo (pasivamente) sino tomarlo dinámica y críticamente, de
modo que ello nos lleve no meramente a fluir o flotar narcisistamente sino a reflotar o
confluir relacionalmente con los demás (heteroayuda). La actitud asuntiva realiza pues
una apertura vital de abajo arriba, a través de un ahuecamiento anímico que nos capacite
la recepción del otro y la apercepción de la otredad (tanto la propia como la ajena). Esta
última posición dice entonces asunción de lo real y apertura radical hasta el límite de la
muerte, así pues coimplicación o coimplicidad existencial: interrelacionismo.
Podríamos sintetizar nuestra posición afirmando que en la existencia humana no se
trataría ni de vencer (heroicamente) ni de ser vencido (antiheroicamente): sino de
empatar/empazar a través de la paz y la empatía como compasión universal.
II. El mito de Carmen, hoy y aquí
Tú quieres matarme: Darte vida quiero. Al amor, F. Torre
El hombre es un animal mitologista o mitologizador, por eso no es posible acabar con
los mitos so pena de acabar con el hombre. Por lo mismo vuelven los mitos, como ahora
de nuevo el mito de Carmen, ya que el mito es el cuento que cuenta lo que cuenta, es
decir, lo más interesante o intrigante de nuestra existencia humana aunque de un modo
figurado o cifrado, metafórico o simbólico. Ahora bien, se trata de interpretar
críticamente los mitos, distinguiendo lo positivo y lo negativo que anida en ellos, puesto
que hay mitos verdaderos y falsos, auténticos e inauténticos, biófilos y necrófilos, con
sentido o sin sentido. En realidad, mito significarelato, y hay relatos buenos y malos,
como hay historias buenas y malas. Mas no podemos superar los mitos en nombre de

15
una presunta razón pura, ya que este concepto de razón pura es precisamente un mito
falso: el mito puritano de un racionalismo trasnochado, y digo trasnochado porque hoy
asumimos que la razón humana no es pura sino impura o mezclada de sentimientos.
El mito de Carmen
Pues bien, el mito de Carmen es un mito sin duda intrigante, ya que nos ofrece nada
más y nada menos que el conflicto típicamente humano entre el amor y la muerte, la
libertad y el destino, el deseo y los celos, el deber y la pasión, en una palabra, el bien y el
mal. En la novela de Merimèe, el coprotagonista don José es un navarro que representa
en principio el orden y lo recto, lo militar y la voluntad, mientras que Carmen la gitana
simbolizaría lo oscuro y pasional, la libertad y la tentación sudista.
Sin embargo ya en el libreto que sirve de texto a la ópera Carmen de Bizet, sus
autores Meilhac y Halèvy presentan a un don José indeciso y confuso, como previendo
su turbio camino posterior. En efecto, el militar don José desecha a la bondadosa Micaela
para caer fascinado por Carmen, hasta el punto de quedar como embrujado, hechizado o
aojado por su «belleza agresiva». Así que el recto don José queda torcido por la curva
figura de Carmen la andaluza, la cual lo enamora para posteriormente abandonarlo por el
torero Escamillo. Ante lo cual, como sabemos, don José mata de una puñalada a
Carmen, pagando su crimen en la cárcel. En esta tragedia (pos)romántica, celebrada por
Wagner y Nietzsche, el presunto héroe es un antihéroe que al matar se mata. La ópera
parece sugerir que sin el amor la vida no tiene sentido, pero que con amor la vida obtiene
un sentido trágico por la compresencia de la muerte (muerte que incluye la propia muerte
del amor).
Hoy y aquí
Decía Bernard Shaw que la ópera es la historia de una soprano y de un tenor que
quieren acostarse juntos, pero un barítono se lo impide (es el tercero en litigio). Esto no
resulta así literalmente en el caso de Carmen aunque sí simbólicamente, ya que don José
es el tenor, Micaela la soprano y Carmen la mezzosoprano. De todas formas, lo que más
impresiona en esta ópera es la contigüidad entre el amor y el odio. Hay amores que
matan y muertes de amor. En esta ópera don José profesa un fundamentalismo del amor
que no puede soportar la libertad feminista de Carmen, por eso se convierte en el
Matador literal de Carmen la Tora, mientras que el torero Escamillo es sólo un matador
simbólico por cuanto mata toros pero no personas.
No puedo reprimir un último comentario político-cultural actual, porque el navarro
don José, que habla euskera, es carlistoide y se apellida Lizarrabengoa, está obsesionado
con Carmen, la de la falda roja y mantilla gualda, el arquetipo romántico de la España
profunda. Así que don José acaba odiando a Carmen por la fascinación o fijación del
vasconavarro por la gitana española cuya conquista le resulta imposible. Pero entonces su
odio comparece como un deseo indómito de poseerla imposiblemente.
He aquí que todo conflicto entre bandos/bandas en lucha suele ofrecer un trasfondo o
trastienda de frustración especular amor-odio. En efecto, matamos lo que amamos para
apropiárnoslo indebidamente: y matamos lo que queremos poseer para que no nos posea
(se podría hablar del amor-poder). Esta parece ser la tremenda verdad que nos ofrece la

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ópera Carmen hoy y aquí: una verdad crítica de nuestros amores posesivos por cuanto
poseídos o posesos. El mito de Carmen representa la fascinación de la otredad y su
simultánea denegación violenta.
III. Realidad y realeza
Se dice que la boda del Príncipe se realizó con una plebeya, pero ello es incierto: hoy
el poder está en los medios. Cuando don Felipe afirmaba que, de no ser Príncipe, hubiera
sido periodista, afirmaba casi una tautología, ya que principado y periodismo representan
el poder. En efecto, los medios no sólo son hoy los que median los fines, sino también
los que mediatizan la opinión pública: la cual representa a una democracia representativa
como la nuestra. Acaso por ello nuestra princesa Letizia Ortiz se infiltró en los medios,
especialmente en los medios que brillan —la televisión— como presentadora de lo Real.
Ya decía nuestro Zubiri que la realidad es brillo, por cuanto brilla por su presencia y
figura o imagen. En realidad la realidad auténticamente real es la Realeza, la realidad
regia, lo real Real. En efecto, conviene distinguir entre la realidad sin brillo, en latín «res»
(realidad banal que en catalán llega a significar nada), y la realidad brillante de lo Real (en
latín Rex que consignifica el todo); pues bien, sólo esta realidad realmente Real porta
corona o diadema de brillantes y cetro deslumbrante. Solamente hay hoy otra realidad
que brilla por su presencia, la realidad de la televisión como Ente trasparente. Por eso el
Príncipe, al casarse con una periodista presentadora de la televisión, se casa con los
medios, y desde McLuhan sabemos que los media median (aunque no remedian).
Así que el Poder se casa con el poder. Acaso por ello, el viejo poder eclesiástico
decidió reservar impoluta y brillante la Catedral de la Almudena para la ceremonia
matrimonial del Príncipe, prohibiendo todo otro matrimonio plebeyo o sin brillo hasta que
se celebrara el Principal. Me temo que esto se llama Césaropapismo, y habría que haber
cesado al Deán responsable de dicha iglesia edificada sobre la roca de monseñor Rouco.
Pero no quisiera aguar la fiesta a nuestro futuro Felipe VI que eligió a una guapa e
inteligente asturiana como futura Reina que, además, redime nuestro apellido Ortiz con
leticia o alegría.
De la alegría de nuestros Reyes depende nuestra alegría, afirmaban ingenuamente
algunos entrevistados por la propia televisión que reconstruye la realidad brillantemente.
Se trata de una versión moderna del viejo platonismo, según el cual la realidad real se
funda en la realidad Real: la realidad regia en cuanto realidad del regidor: la realidad
realizada por el realizador.
IV. Nazi/onanismo
La autoafirmación cuasi erótica y la autorreproducción libidinal del nacionalismo
tanto vasco como español plantea el delicado tema psicoanalítico del nacionalismo en
general como nazionanismo en particular. Y ha involucrado tanto al jesuítico Arzallus
como al opusdeíctico Aznar en su aojamiento mutuo. El cual se enmarcó en el mutuo
espejeo entre Madrid como matriz política y Euskadi como matrix inextricable: si allá
tienen al Ente Lequio, aquí ya tenemos la Entelequia. Y es que todo espejo acaba en
espejismo o lleva a la especularidad y la especulación sin fin.
Ahora bien, este mutuo espejeo no se reduce a los políticos sino también a la política,

17
y alcanza al propio mapa de Euskadi, cuya reproducción oficiosa entre nosotros es un
calco del mapa de España —la piel de toro— a una escala menor, como si de un
Encierro se tratara. No extrañará pues que el juego de espejos prosiga en la curiosa
correlación de la boina o chapela vasca, auténtica funda mental símbolo de cierto
fundamentalismo, con el casque/te mental del viejo gobierno central.
Supongo que necesitaríamos un Maragall para evitar semejante espejeo narcisista
entre nacionalistas: mas quizás ya lo tenemos y no lo reconocemos, bien podría ser
Joseba Arregui, el disidente socialista del Partido Nacionalista Vasco, el Consejero de
Cultura que nos trajo el Museo Guggenheim a unos y otros para posibilitar la apertura a
la otredad cultural. Tiene la ventaja de haber sido teólogo y ser sociólogo, lo cual le
facilitaría la coimplicación de los contrarios.
Ahora bien, ello no significa preconizar situarse en la presunta equidistancia
incontaminada entre los extremos o extremidades, pues no se trata de quedarse en el
medio sino en la (re)mediación de dichos/dichosos nazionanistas hasta hacerles ver su
contaminación y conducirlos a su mutuo desaojo/desalojo. Dejando ver que su
autosatisfacción es una mera autosatisficción artificiosa, ya que ni Euskadi ni España son
realmente así, puesto que el personal suele tener menos humos pero más humor.
De seguir con el viejo nivel de melopea política, la tradicional expresión éuskara para
dar las gracias —eskerrikasko— se podría reconvertir en Euskadi-qué-asko. Incluso
definitivamente en Euskadi-kaskó. Estoy convencido que esto es lo que preferiría cierta
España: la vieja España que aún rima con castaña.
V. El fratriarcado
La más relevante aportación humana del Cristianismo sería su concepción de la
Fraternidad: el Fratriarcalismo que remedia el viejo dualismo entre la mitología
matriarcal-naturalista y la ideología patriarcal-racionalista, aportando la noción radical de
Persona (interpersonalismo). A pesar de la perversión de la fraternidad cristiana por la
Santa Hermandad Inquisitorial y las guerras de religión, ese sustrato cristiano posibilitará
el que la Ilustración (romántica) considere la Fraternidad como la mediación entre la
igualdad (proveniente del mito matricial) y la libertad (procedente de la ideología
patricial). De aquí surgirá asimismo la idea de Europa como Fratria interpuesta
democráticamente entre las patrias o estados y las matrias o naciones.
La complicidad entre Europa y el Cristianismo resulta entonces obvia, pero se trata
de obviar hoy esta obviedad prosiguiendo el proceso típicamente cristiano de
secularización de todo absolutismo en nombre de la relativización que la Encarnación
cristiana simboliza. La cual expresa la radical coimplicación del Logos de Dios en el
Hombre (Logos-sarx), de la Palabra en el corazón (Verbum cordis) y del Ser en la
existencia (Esse-hic, Da-sein). Lo cual redefine al Dios clásico como una divinidad
implicada, al Hombre como cómplice democrático de la común creación, y a la razón
abstracta como razón afectiva o razón-sentido.
En consecuencia de todo ello, y para evitar susceptibilidades, yo preferiría que en la
Constitución Europea no se nombrara a Dios sino a la Diosa Madre: y no se concitara al
Cristianismo sino a Sócrates y Jesús como maestros de Occidente.

18
VI. Amor y sentido
El amor se ha secularizado entre nosotros, lo cual es bien positivo en el sentido de
que ha obtenido libertad, aunque a veces esa liberación se convierte en mera banalización
del amor, trivializado grotescamente por los medios de comunicación para venderlo
reproductivamente. En todo caso, el amor importa mucho a todos, aunque a veces
también se camufle o se esconda su compresencia. En nuestro ámbito hispano y latino el
amor comparece más extrovertidamente que en los países nórdicos, como lo muestran
las revistas y programas del «corazón» que pululan entre nosotros.
Tanto el pueblo como los sabios han comprendido bien que el amor representa el
«sentido de la vida». En el amor se entrelazan los hilos dispersos de la existencia
humana: el afecto y la reacción desafectiva, el gozo del encantamiento y el dolor de la
decepción, la apertura al otro y el egoísmo, la comunicación y la incomunicación. Así
que el amor es el sentido de la vida, pero un sentido atravesado de sinsentido, una
positividad cercada de negatividad, un bien amenazado por el mal. En definitiva, un
modo radical de vivir pero en el horizonte de la muerte, que todo lo conculca y concluye.
Tanto los griegos Sócrates y Platón como Jesús y el cristianismo han considerado el
amor como algo esencial en la existencia humana, hasta el punto de concebirlo como
salvador o redentor del hombre. Se trata del amor como apertura al otro, afecto y
donación. San Agustín acuñó la mejor divisa sobre el amor: «Ama, y haz lo que
quieras», aunque la traducción adecuada sería: «Ama, y haz lo que quieres»
auténticamente, ya que no se trata de amar y hacer lo que nos dé la gana o nos pida el
cuerpo. Se trata de hacer lo que nos pide el alma, aunque ya no concebida como la
sustancia gris tradicional, sino como el principio de animación de la persona.
En el cristianismo católico inspirado por San Pedro se ha dado mucha importancia a
las obras piadosas, mientras que en el cristianismo protestante inspirado por San Pablo se
le ha dado relevancia a la fe o confianza en Dios. Pero en ambos casos hemos olvidado
el cristianismo de San Juan Evangelista, que se centra en el amor como síntesis de la fe y
las obras, ya que amar es creer en el otro y obrar en consecuencia.
Desde mi posición posjunguiana, yo diría que el auténtico amor humano no es ni
meramente corporal o material (sexual) ni puramente espiritual o místico, sino que el
amor es anímico: cohabita el alma, cuyo símbolo radical es el «corazón». Por eso la
máxima ética se basa en llegar a ser «amables», o sea, hacerse dignos del amor, ser
dignos de ser amados.
Según algunos el amor sería una ilusión y, en efecto, el amor es una ilusión: pero una
ilusión constitutiva o esencial de la persona humana, ya que la define radicalmente.
Podríamos entonces recrear la divisa agustiniana y formularla posmodernamente así:
Ama, y haz lo que puedas. En mi obra Amor y sentido explicito esta divisa
hermenéuticamente.

19
Aforística
Guía de términos lúcido/lúdicos
(Preámbulo)
Como guía de lectura de nuestra aforística presentamos este elenco informal de
términos lúcido/lúdicos que pretenden ofrecer las claves irónicas en un tono menor de
cierto ludibrio. De esta guisa, nuestra aforística asume un toque de humor como
categoría transversal que trata de criticar todo dogmatismo desde una perspectiva abierta,
plural y hermenéutica, es decir, correlativizadora.
España: país de excombatientes.
Expaña: país de excombatidos.
Sentido: sensación de vivir.
Sinsentido: sensación de desvivir.
Amor: el canto de la vida.
Desamor: el cante de la vida.
Odio: el cantazo del hombre.
Hombre: el cantor del cante.
Vida: lo que le pasa a los muertos.
Muerte: lo que le pasa a los vivos.
Eros: demonio divino o dios diablesco.
Ser: estar ahí.
Estar: ser aquí.
No-ser: ni estar ahí ni ser aquí.
Nada: desierto de la deserción.
Armas de destrucción masiva de Satán Husein: Armas
de destrucción más IVA (americano).
Existencia: concentración humana, colonia. Esencia: colonia concentrada.
Demonio: el tentador.
Carne: la tentación.
Mundo: el detentador.
Eva: la detonadora.
Yahvé: el detectador.
Adán: el detectado.
Nosotros: los atestados.
Humanidad: estado posparadisíaco. Cielo: extancia.
Purgatorio: instancia crítica.
Infierno: crítica estancia.
Diablo: Jodot.
Dios: el creador de todo.

20
Creyente: el creador de Dios.
Dinero: dinosaurio virtual contemporáneo.
Globalización: globo hinchado o inflado (flotación abstracta).
Antiglobalización: globo desinflado o pinchado (localización concreta).
Vivir: nacer-morir, llenar-vaciar, meter-sacar, entrar-salir, inspirar-expirar, agobio-
desagobio, existir-desixtir.
Apolítico: el que pasa.
Político: el que se queda.
Filosofía: palique intrascendente.
Teología: palique trascendente.
Aforismo: chispa que te deja helado.
Amigo/amiga: con el/la que hago migas.
Amante: con el/la que necesito desodorante.
Masculino: musculado.
Femenino: emasculado.
Gay: guay.
Homosexual: ay!
Alegría: salir del pozo.
Dolor: caer al pozo.
Gozo: flotar de alegría.
Felicidad: flotar sin pozo.
Eternidad: flotar sin peso ni pausa.
Falo: halo.
Halo: flato.
Tiempo: el gozo en el pozo.
Espacio: la pared del pozo.
Experiencia: el poso del pozo.
Sabiduría: el reposo del poso.
Devenir: lo que viene para ir.
Aburguesamiento: hamburguesamiento.
Silencio: el ruido de fondo.
Ruido: la superficie del silencio.
Deusto: universidad vasca jesuítica de origen divino por cuanto emparentada
lingüísticamente con Deus-Dios
Ilusión: pájaro.
Desilusión: pájara.
Sanidad: santidad laica.
Enfermedad: pecado laico.
Pobre: enfermedad sagrada.
Tonto: pobre.
Inteligente: listo.
Intelectual: alistado.

21
Ilustración: luces.
Romanticismo: sombras.
Posmodernidad: luces y sombras. Racional: el que razona la realidad. Filósofo: el que
razona la irrealidad. Razonable: el que razona por razones. Irracional: el que razona por
raciones Relación: la razón de las razones. Guerra: agresión externa.
Paz: agresión interna.
Envidia: deseo de lo otro.
Otro: deseo de lo propio.
Justicia: ajustar cuentas.
Cuenta: recuento/recontamiento.
Verdad: cuenta sin cuento.
Ficción: cuento sin cuenta.
Razón: cuentacuentas.
Corazón: cuentacuentos.
Historia: recuenta.
Economía: descuenta.
Hermenéutica: farmacéutica simbólica que elabora fármacos racionales y medicinas
intelectuales, así como remedios filosóficos y remediaciones culturales.
Concepto: concebido.
Símbolo: parido.
Idea: visión racional.
Imagen: visión relacional.
Conciencia: consciencia.
Ciencia: inconciencia/inconsciencia.
Profundidad: la cara numinosa de la superficie. Superficie: la cara luminosa de la
profundidad. Hermenéutico: intérprete cuasi náutico (acuático, relacional).
Hermético: intérprete submarino (subacuático, subliminal).
Caletre: el que cala el ser (cal´être).
Alumno antiguo: marxiano.
Alumno actual: marciano.
Patria: ámbito de abstracción del Estado cual Padre putativo (por ejemplo España).
Nación: matria o región de extracción, nacimiento o pacimiento (por ejemplo Euskadi).
Europa: fratria o hermandad continental.
Fratría: hermandad, fraternidad local o cofradía locuela (por ejemplo la hermandad de
excombatientes).
Filia: filiación o afiliación (por ejemplo Hispanoamérica).
Civilización: cultura ad extra o exterior.
Cultura: civilización ad intra o interior.
Identidad: diferencia asumida.
Diferencia: identidad asumida.
País Vasco: comunidad histórica.
Euskadi: comunidad prehistórica.

22
Libro hispano: libro vano o en vano.
Escolástica: filosofía con la cual y sin la cual todo se queda tal cual.
Multiculturalismo: yuxtaposición de culturas.
Interculturalidad: diálogo de culturas.
Iglesia: cristianismo después de Cristo.
Cristo: cristianismo antes de la iglesia.
Jesús: cristianismo antes de Cristo.
Caridad: el cristianismo de Cristo.
Inquisición: el cristianismo contra todo Cristo. Nacionalcatolicismo: Cristo, qué
cristianismo (cristianismo mortificante).
Teología escolástica: cristianismo frígido.
Cristiandad: cruzada de los cristianos.
Cruzada: cristianismo crucificador.
Moral cristiana: cristianismo crucificado.
Trento: cristianismo alambicado.
Seminario tridentino: campo de concentración juvenil
en el que se reprimía hacer las necesidades (e incluso hablar de ellas).
Catolicismo: cristianismo en conserva.
Protestantismo: cristianismo en comida-rápida.
Hombría: hombre con hombreras. Fanático: hombre con anteojeras.
Fundamentalista: hombre sin fundamento humano que se funde en cemento
inhumano.
Franquista: frankensteiniano.
Mitólogo: fluidificador del logos, antidogmático.
Vasco: no soy de aquí ni soy de allá, soy de acullá.
Apertura: abertura versus apretura.
Laicización: lightización.
Apolo: lúcido no lúdico.
Dioniso: lúdico no lúcido.
Hermes: lúcido/lúdico.
Loco: dislocado de sí.
Cuerdo: acordado consigo.
Trabucodonosor: nombre para un cura trabucaire con donaire.
Sexo: seso sensual con equis (para adultos adúlteros). Seso: sexo mental sin equis
(para adultos adulterados). Moral sexual: minusturbación.
Acaso: acoso del caso.
Caso: cosa sin causa.
Causa: lo que no viene al caso.
Destino: sino.
Sino: hado.
Libertad: sí y no.
Libertino: sí pero no no.

23
Lúcido: de luz.
Lúdico: de juego.
Lúcido/lúdico: juego de luces.
Sombra: contraluz del juego.
Asombro: conjugación de luces y sombras.
Ludibrio: equilibrio en la cuerda floja de los contrarios.
Gente: contingente ingente.
Regente: restringente constringente. Bruto: animal con patas.
Humano: bruto con manos.
Esposos: esposados.
Expósitos: expuestos.
Militante: el que milita.
Ideólogo: el que delimita.
Indígena: indigente.
Exígena: exigente.
Barroco: barro rococó.
Mito: caverna.
Logos: paraguas.
Bacía: vacío relleno por el barbero. Yelmo: bacía rellena por Don Quijote.
Aufwiedersehen: olvídensen.
(Consistencia)
La vida en qué consiste no se sabe quizás consiste en no saberlo todo quizás consista
en no saber de nada o quizás ocurre que saber no basta.
La vida no se sabe en qué consiste quizás consiste en consistir tan sólo quizás
consista en existir tan solo o acaso lo que ocurre es que soy tonto.
La vida en qué consiste no se sabe quizás ocurre que ha ocurrido tanto quizás ocurra
que ocurrió de todo quizás ocurre que pasamos todos.
La vida no se sabe en qué consiste no se sabe siquiera por qué existe no se sabe
siquiera por qué insiste no se sabe si incluso preexiste
mucho menos si acaso posexiste. La vida en qué consiste no se sabe quizás la vida no
consiste en algo porque la vida consistiera en alguien la vida en quién consiste no se sabe.
Quizás consiste en ti y aún no lo sabes quizás consista en mí y aún no lo sepa: acaso
seas tú y yo no me entero acaso sea yo y tú sin saberlo.

24
Aforismos de circunstancias
La Aforística representa para la Hermenéutica algo así como su circunstancia vital: el
trasfondo vivencial, la melopea o melodía de fondo, el material primigenio, la urdimbre
existencial que sirve de contrapunto al Logos y su articulación a modo de relaciocinio. En
efecto, el Logos aforístico lleva a cabo una hermenéutica in situ (situacional) del sentido
(con)vivido, a través de una lógica lingüística o apalabramento relacional. A partir de
nuestro Baltasar Gracián podemos hablar de una lógica hermenéutico-aforística: «La
lógica del ingenio consiste en un método que respeta la relatividad y la concreción
ontológica de los entes. Es una lógica de las relaciones y correspondencias».1
He aquí que en la Hermenéutica aforística el yo y el mundo, el sujeto y su
circunstancia quedan coimplicados y coimplantados: ahora las cosas nos son
cómplicemente, como sabía Ortega (serme flor la flor). Ya el joven Heidegger hablaba
del ser como un ser-me (mir-sein) afectivamente, de donde la comprensión
hermenéutica como comprensión tonal o valorativa (befindliches Verstehen). Pues bien,
la Hermenéutica aforística realiza semejante interpretación valorativa del mundo al
comprender aferentemente lo real en su sentido humano: lo cual es un modo de
reconciliar a los amigos de Zeus y de las Ideas con los amigos de Tellus y de la materia.
1. E. Hidalgo-Serna, El pensamiento ingenioso de B.Gracián, Anthropos, Barcelona 1993; al respecto véase
la obra de F.J. Martín, La tradición velada, Madrid 1999.

25
(Aforismos)
0
La comprensión integra lo que se odia, dice Thomas Mann: pero entonces la
comprensión integra no sólo el sentido sino también el sinsentido.
1
La comprensión hermenéutica es anímica y, por lo tanto, axiológica: porque el alma
es axiología, aferencia empática, captación valorativa del mundo.
2
El simbolismo consiste en echarle literatura a las cosas: la vida queda transfigurada y la
realidad transignificada. 3
Echar literatura o echar cultura: la naturaleza humanizada.
4
El conocimiento es fe mediada por símbolos: pues las cosas no son en sí sino en ti. (G.
Santayana).
5
La lanza del héroe como pluma mojada en la tinta del dragón-pulpo.
6
No se puede estar contento si uno no se contenta. 7
La contingencia del hombre consiste en tener que contar contigo: contingencia
proviene del latín «contigo» = contiguar o confinar.
8
Nuestras concepciones son coacepciones (con-cipere). El espacio espacia el tiempo: el
tiempo atempera el espacio.
10
Hay que ser fuerte: para asumir la debilidad. 11
Dios es lo que queda cuando ya no queda nada ni creemos en él.
12
El aforismo da fuero/aforo a las afueras del ser. 13
Qué grande es vivir: cuán pequeña la vida.
14
Tradicionalmente la debilidad del hombre señalaba la fuerza de Dios: pero
posteriormente el hombre ha experimentado la debilidad de Dios como posible fuerza del
hombre.
15
El conocimiento como fe mediada por símbolos: la creencia y las credenciales.
16
El pensamiento griego es extrovertido, visual y espacial, mientras que el pensamiento
hebreo es introversor, auditivo y temporal: por eso Heidegger reinterpreta el Ser espacial
heleno como Ser temporal judeocristiano.
17
En el Nombre del Padre: en el Prenombre de la Madre: y en el Verbo encarnado del

26
Hermano.
18
La mentalidad de metalidad de nuestro tiempo. La conciencia: la escisión esciente del
hombre respecto a la naturaleza.
20
Tengo un amor sin amado: el dolor de un sujeto sin objeto.
21
El mito celebra la primera vez: érase una vez por siempre.
22
El color/calor proviene del sur por sudorificación: la mortificación proviene del norte
como nortificación. 23
En la filosofía de E. Trías el Espíritu es más patrial (modelo ortodoxo-bizantino); en
mi filosofía el Espíritu es más matrial (modelo latino-agustiniano): el Alma.
24
De joven aún no tienes espíritu: y de viejo ya no te queda cuerpo: así que sólo subsiste el
alma.
25
El simbolismo es verbalidad gestual: un ademán de más. 26
Lo español como cruce entre lo africano (ibero-arábigo) y lo europeo (romano-
germano): incrustado en el catolicismo latino.
27
Matar a Dios es morir la muerte: porque Dios es el archisímbolo acogedor de la muerte.
28
La aforística como conocimiento trasero: trastero. 29
El amor es transitivo y acaba transido: trans-ido. Ateo militante: lucha por el todo
pero/porque milita en la nada.
31
La vida no es democrática: pero la vida humana —la existencia— puede/debe serlo.
32
En la mitología germana de carácter patriarcal los dioses Ases son los ases
(patriarcales): los dioses/diosas Vanes son los vanos (matriarcales).
33
Siempre me pongo en el medio/mediación: por ello me suelen quitar del medio.
34
El logos habla porque el mito posibilita hablar: fabular. 35
Sólo puede existir un Dios del mal si hay un mal de Dios: así en el cristianismo nazareno.
36
Se nos juzgará por el amor: pero también se juzgará nuestro amor.
37
En una pirámide egipcia Dios copula con su sombra: el resultado no nos asombra (somos
nosotros mismos). 38
Lo peor es creer en lo mejor: lo mejor es pensar en lo peor.

27
39
El lenguaje es el templo (templum) del ser: Heidegger, Para qué poetas.
En la obra La muerte en Venecia de T. Mann / L. Visconti, el protagonista
Aschenbach es Adán que asume su pecado en la playa, comiendo la fresa prohibida de la
homoerótica: pero la culpa resulta redentora, como en S. Agustín, porque le hominiza y
humaniza
41
El pecado de Adán y Aschebach sería entonces un pecado de amor que se perdona por
amor (amando). 42
En Nietzsche la eternidad es la finitud repetida infinitamente (eterno retorno de lo
mismo): en el cristianismo la finitud se inserta en la eternidad.
43
La democracia expresa la vida: coimplicación de contrarios.
44
Amaréis a vuestro mezquino vecino con vuestro corazón mezquino (W.H. Auden).
45
Que no hay sentido ya lo sabemos: la cuestión es (pro)ponerlo.
46
La vida tiene un sentido natural: la existencia tiene un sentido humano.
47
La inmortalidad sería matemática, dice G. Hardy: porque la matemática es inmortal.
48
Con la iglesia católica hasta la muerte: pero no más allá. Echar filosofía a las cosas para
que nos devuelva sentido. 50
En la vida los contrarios están sin mediar: en la vida humana deben remediarse.
51
¿Fue testigo el cielo y no se apiadó? (Shakespeare). 52
Podríamos reinterpretar la vieja obediencia como fidelidad, la vieja castidad como
sublimación y la vieja pobreza como sencillez.
53
Ya lo dijo Dostoievski, nos creemos dioses pero somos pobres diablos.
54
La religión como estadio mágico: a conservar racionalmente como apertura radical a la
otredad.
55
Que a un mísero la luz siempre fue odiosa (J. Meléndez Valdés).
56
Los españoles no serían fanáticos sino fonéticos (apud Bergamín).
57
¿Qué farfulla el agua corriente? Parece arrullar lo verde y murmurar contra la tierra que
la encauza.
58

28
Amarás a tu prójimo aproximadamente: y a tu distante distendidamente.
El pensamiento es global, el sentimiento es local: glocalización.
60
Wittgenstein chapoteando como todos en la existencia: así en sus Últimas
conversaciones.
61
El amor es eterno: pero amar es contingente. 62
En la Cábala los números son arquetipos eternos y las letras tipos temporales: porque las
encarnan.
63
Tengo miedo como Gracián de vivir solo: tengo miedo como Gracián de vivir en
sociedad.
64
La manía de Wittgenstein por la limpieza sea corporal sea lingüística sea moral.
65
No tengo razones para vivir: pero entonces tengo razones para morir.
66
El dolmen vasco como chapela o boina pétrea: cobijo primigenio del hombre.
67
La Hermenéutica como filosofía de la contingencia: una filosofía de lo que (nos) pasa.
68
En la muerte nuestro límite se torna ilímite. 69
Las cosas consisten pero no coexisten: hasta que se las nombra (humanización).
Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe, dice San Pablo: pero si ha resucitado, vana
es nuestra muerte. 71
En su poemario, José G. Nieto pide a Dios que le mienta o engañe al final de sus
días: Dios como transfigurador de lo real.
72
Dios simboliza el símbolo (el simbolismo).
73
El ser aristotélico es sustancia (eidético-racional): el ser hermenéutico es sustancioso
(simbólico-relacional). 74
Hemos pasado de la instalación en el sentido a la instalación en el sinsentido.
75
Verdades como puños: la fuerza de la verdad: el puñetazo está cerca.
76
Donde no hay dioses, pululan los fantasmas (Novalis). 77
Lo bueno es lo que contribuye al bien-estar (O.K. Bouwsma). 78
Hay ilusiones constitutivas de la vida humana. 79
Amamos a personas valiosas y no valiosas: precisamente porque son desvalidas.
80
La vida que no tiene sentido concluye en la muerte donde lo obtiene (lógicamente): y

29
la vida que obtiene sentido sobrevive (teológicamente).
El cubismo como pintura sin espacio (C. Fuentes): pero yo diría que es una pintura sin
tiempo.
82
La hembra/hombre Sara Montiel exigiendo hombría: machistamente.
83
Hitler y su lucha a favor de los de su especie: la especie contra los individuos.
84
La gracia del amor: un don que se recibe para darlo. 85
El totalitarismo es el todo que en nombre de sus partes pudendas no admite sus partes
impudendas.
86
El Führer como el Furioso en Gil-Albert.
87
La falta de sentido nos libera del sentido: libertad. 88
Estoy perdiendo facultades: acabaré perdiendo hasta la facultad de filosofía.
89
Pide a Dios lo que necesites: pero si Dios te pide lo que necesita puede ser el diablo.
90
La vida es el ser real: la muerte es el ser realísimo. 91
Oí triste los tangos de Gardel, y me llovían: los oí alegre, y me sobrevolaban.
Bach y las cigarras en Gil-Albert: aserrando la melodía en armonía, lo lineal en
simultaneidad, lo transeúnte en permanente, lo huidizo en fatalista, lo humano en lo
cósmico.
93
El destino convierte el tiempo humano en espacio mítico: transhumano.
94
Pensar lógicamente es pensar irrealmente.
95
Si en la cultura no cultivas la mitología, acabarás dogmatizando.
96
El amor como vino espumoso que acaba espumado: esfumado.
97
Resignarse es signarse doblemente: persignarse. 98
Autocrítica del pensamiento débil: asumir su debilidad ya es fortaleza.
99
No soy sabio porque soy precipitado: soy un precipitado de sabiduría (aforística).
100
Para algunos el placer es un deber: para otros el deber es un placer.
101
Apertura versus apretura.
102

30
En Rembrandt hay esa oscuridad que cobija la luz: en
Vermeer hay esa luz que cobija la oscuridad.
Dios no lo sería para sí mismo: lo es para el hombre.
104
Dios es la vida y la muerte: Cristo.
105
No contemos con la verdad que no cuenta con nosotros. 106
La verdad que cuenta con nosotros: la verdad-sentido. 107
Tomás Moro y su utopía católica contra la riqueza protestante: así nos ha ido.
108
Estoy viejo: esperando la mano de nácar que me deje frío. 109
El aforismo y su concisión: circuncisión.
110
El amor como embarazo de otredad.
111
Simbolizar es animar.
112
La desmesura del existir en Heidegger: así lo vió K. Jaspers. 113
El arquetipo español no es el torero, el toro o el caballista: es el espontáneo.
114
Las palomas cantan ruedas dentadas de reloj averiado (Lobo Antunes).
115
La luz anaranjada del sur: la luz alimonada del norte.
Hay que aguantar a los otros para no tener que aguantarse a sí mismo: hay que
aguantarse a sí mismo para no tener que aguantar a los otros.
117
Poder suicidarse: mañana.
118
El triunfo inasumido es un fracaso: el fracaso asumido es un triunfo.
119
Sin los griegos estaríamos con la Inquisición: sin el cristianismo estaríamos con la
Esclavitud.
120
Los héroes más fuertes aman lo más frágil: así Heraclés/ Hércules al muchacho Hylas.
121
El adiós vasco se dedicaba a la divinidad lunar (ilargi): era un a-diosa.
122
Celebrar el fracaso de la vida como mortales: cómplicemente.
123
A menudo menuda gente.
124
Como diría Popper, ser mejor es poder mejorar. 125

31
El río de Heráclito contrapunteado por el mar de Parménides.
126
Detrás del hombre hay oquedad: el alma. La actitud, y no el acto, imprime carácter.
128
El hombre es tiempo: la mujer es tempo.
129
El fin del hombre quizá sea su fin o final.
130
Raspar levemente la piel de un hombre es encontrar una llaga, conflicto o abismo.
131
El hombre entre la Natura como madre/madrastra de lo real y Dios como padre/putativo
de lo surreal.
132
La misma fricción del encuentro amoroso borraba el encanto a fuerza de transgredirlo
(Gil-Albert).
133
Así que Dios ayudaría al mal cuando es más fuerte que el bien: pero entonces Dios es la
potencia/poder (ciegos). 134
En el exilio de mi voz existo (J.G. Nieto).
135
Reír antes de ser feliz: para no morir sin haber reído (La Bruyère).
136
Los matrimonios heterosexuales podrían denominarse patrimonios: y los matrimonios
homosexuales podría llamarse fratrimonios.
137
La vida: toda ella discurre en desear (La Bruyère). En el cuarto de servicio es donde
discurro mejor: porque discurro al servicio de las necesidades.
139
Por lo que vemos de violencia machista de género, la vieja imagen edípica del padre
que maltrata a la madre no era tan descabellada.
140
El mito en Gil-Albert es lo más vivo: por eso permanece paradójicamente el mito muerto
(cristalizado). 141
Dice alguien que es moderadamente feliz: porque es felizmente moderado.
142
El lema de los Reyes Católicos inspirado en Alejandro Magno dice «tanto monta»
(cortar el nudo como desatarlo): pero no es lo mismo cortarlo militarmente que desatarlo
políticamente (este ha sido el equívoco de España).
143
El arte musulmán: contraste entre los motivos vegetales y el enmarcamiento geométrico.
144
La aforística como escritura poco grave: de ahí su agravio. 145

32
Caducidad: todo lo que acaece cae.
146
El franquismo no impidió nada: al impedido. 147
Nacer —la mayor xodienda (calderoniana).
148
Hoy por hoy el hombre es un pobre hombre. En público nos estiramos: en privado nos
encogemos. 150
La virtud no está en el medio: es que media los contrarios. 151
El espíritu fuerte es el espíritu débil, dice La Bruyère: el alma dura es el alma
desalmada (el auténtico espíritu fuerte es el que asume la debilidad).
152
Mito es la mitad del mundo: y timo la otra mitad. 153
Decía Miguel Ángel que su alegría era melancolía ( maninconía): que el Aretino
traducía perversamente por mariconía.
154
Cristo no vence, no reina, no impera: ese no es el estilo de Jesús sino de Radio Vaticana.
155
Ni el tonto ni el loco saben que lo son: porque si lo supieran no lo serían.
156
Como el Inquisidor dominico en El nombre de la rosa, el inquisidor Gobierno de
Aznar dedujo que en el atentado del 11-M debió actuar Eta (la brujería vasca): pero
como en la novela-film fue la inducción cuasi franciscana la que condujo al asesino (el
fundamentalismo islámico).
157
La felicidad consiste en que no consiste: desconsistencia. 158
Hölderlin y la síntesis Dioniso-Cristo: aún pendiente. El ser como ajuste: y la realidad
como desajuste. 160
Que esta vida no tiene sentido se muestra en que, cuando lo tiene, el sentido nos saca de
este mundo: así el amor. 161
Ignoramos si la vida tiene sentido porque ignoramos si hay otra vida: por lo que
respecta a esta vida (humana) obtiene un sentido contingente (en ello estaríamos de
acuerdo creyentes y no creyentes).
162
Me ignoran ignorantes: me ningunean ningunos: me nadean nadies.
163
Se piensa la mitología como arbitraria cuando en realidad arbitra nuestras visiones del
mundo : por eso hay que concienciarla críticamente.
164
Lo último que escribe C. Pavese en su Diario antes de suicidarse es que no escribirá
más: el escritor liga así escritura y vida (incluso vida post mortem). O la escritura como
vida simbólica.

33
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34
Meditación frente al mar
0
Meditación frente al mar: todo lo demás queda desleído. 1
Raspas un poco a un hombre y aparece el animal: urgas en el vegetal y surge la tierra:
indagas un poco en Dios y comparece el diablo.
2
Hay que programar la vida simbólicamente como un aparato de telecomunicación: de
lo contrario se desprograma, desimboliza y aplana.
3
Según el filósofo M. Conche, en el hombre surge la diferenciación entre el hecho y el
derecho, y el hombre debe dar cuenta y razón de ambos.
4
Frente a lo que se dice, pienso que todos estamos fundamentalmente de acuerdo en
que este mundo no tiene sentido: creyentes y ateos, cristianos y paganos, agnósticos y
gnósticos, materialistas e idealistas. El desacuerdo se refiere al otro mundo, afirmado por
creyentes y negado por increyentes.
5
Vivir es cabrearse con la vida: por eso el dios Pan símbolo del todo era un capro.
Alguien dice que hay una conspiración de la sociedad contra la iglesia: quizás se trate
de una conspiración de la iglesia contra la sociedad.
7
No hay sentido sin sentidor.
8
Shakespeare: arquetipos vivos y en movimiento. 9
Me atrae la sensualidad verbal: la cofusión de las palabras y las cosas.
10
El amor desnuda: por eso avergüenza.
11
La Hermenéutica tiene por patrón a Hermes el heraldo: la Hermenéutica es heráldica
(simbólica).
12
El origen germano de la Hermenéutica: Germenéutica. 13
La belleza resulta hierática, severa y marmórea: como piedra fina de pedernal que
enciende el fuego del amor. 14
Que este mundo carece de sentido lo sabe todo el mundo menos los filósofos: son los
últimos en enterarse de todo (porque están fascinados por el todo).
15
Quizá es que los filósofos no se resignan al sinsentido. 16
La verdadera vida no quiere la felicidad: se desvía de ella (F. Nietzsche).
Se dice que el poder corrompe: yo creo que manipula. 18
Sentido vendo: y para mí no tengo.

35
19
Ciertos encuentros desencadenan cuentos.
20
Hermes es el mensajero que traspone los hechos en palabras: mediación lingüística.
21
Dios habría creado el Ser (real): pero como Posible (realización, apertura).
22
Obtener algo es tenerlo: tenerlo que mantener. 23
Lo bueno de la madurez es también lo malo: desprenderse del árbol de la vida (así
convertido en árbol del bien y del mal).
24
Eros duerme en los pliegues (J. Harrison): y se desvela en los despliegues.
25
En su estilística C. Pavese transita de la imagen-relato al vínculo-símbolo: así pues, del
logos al mito.
26
Las ideas griegas son esculturas: inmóviles. 27
Lo escrito se fija espacialmente y se lee ocularmente: lo oral se recita temporalmente y se
apercibe auditivamente.
Según Alain, la tragedia consta de materia pasional y forma temporal: por su parte en
la novela el personaje sufre un conflicto entre el ensueño y la acción.
29
Las personas griegas son como las ideas: estatuarias, máscaras, prototipos que
cumplen el destino final representado por el coro colectivo.
30
Hemos definido a Dios como la Potencia y el Poder: pero Dios sería la Autoridad
como Potenciación (Auctoritas): puede verse L. Chestov sobre Kierkegaard.
31
En mis juveniles Diarios de Huesca y Comillas me refugio en la aferencia anímico-
lingüística (el verbo interior del corazón): pero he supurado la maraña afectiva (como
muestra mi aforística).
32
Dios es el nombre del Enigma en filosofía: la Esfinge vital. 33
Se dice que muere sereno de quien muere sedado. 34
Consulto mi Diario de Comillas para recordar mi primera impresión nunca olvidada
del mar: «terriblemente horizontal» (me lo imaginaba más elevado).
35
En mi adolescencia la afectividad refluyó hacia adentro al no poder/saber
manifestarse: de ahí mi amor por las palabras y su textura interior.
36
No sé, quizás el sinsentido es más divertido que el sentido: más ligero de cascos.
El naturalismo de Conche: la naturaleza como apariencia absoluta.

36
38
Proseguir nuestro (dis)curso.
39
Estaba encolerizado por la frialdad ambiente: pero el verano me ha encalorizado.
40
Visiono las imágenes reales de la filmación de Muerte en Venecia: Visconti navega
por los canales venecianos como un Aschenbach escéptico fumando melancólicamente.
41
El realismo de Judas y el idealismo de Jesús: ¿o es al revés?
42
En Jesucristo Superstar; Jesús comparece entre el amor y el desamor: la Magdalena y
Judas.
43
La soledad nos hace audaces con los demás: porque allí son lo de/menos.
44
En nuestro lenguaje los demás parecen estar de más y, además, son demasiados: por
su parte los menos son los de-menos.
45
Algo pasa en tu pasado: algo que sigue pasando (La Chicana, Tango agazapado).
46
La crisis del comunismo y del catolicismo: por su colectivismo y fundamentalismo.
Curiosamente en Muerte en Venecia, el cólera proviene de las aguas contaminadas
del río Ganges, nombre que remite a la diosa madre Ganga: así que sintomáticamente
tanto la peste del cólera como la peste homoerótica remiten a la Madre contaminante (sea
física, sea psicoanalíticamente).
48
Ideas que sin sangre son sangrantes (Jesús Tomé): porque no sangran pero hacen
sangrar.
49
Las cosas son relativas a la vida: pero la vida no es meramente relativa a las cosas.
50
El otoño es bueno para recogerse y el invierno para adentrarse: la primavera es buena
para expandirse y el verano para salirse.
51
Mi verano es bueno para divagar: recreativamente. 52
Me place Plentzia y su plaza: emplazada junto a un mar complaciente.
53
Nuestros intelectuales niegan la identidad cultural: sin duda esta negación se refiere a
nuestra propia cultura que incluye la suya: quizás podríamos hablar entonces de una
identidad incultural.
54
El deber suele ser ajeno: el derecho suele ser propio. 55

37
Es un lujo asiático tener como dialogador a R. Panikkar. El significado consiste en su
uso: es así que el viejo está en desuso: luego no obtiene significado (y a menudo abuso).
57
La realidad pura en Zubiri: el realismo casto: el puritanismo castizo.
58
El bote abandonado en la orilla de la ría parece un gran pez: con las maderas cual
vértebras al aire.
59
He bajado al mar a escuchar su mensaje: pero estaba apaciguado (un recado rumoroso).
60
Qué gozada el verano: qué desfachatez.
61
El héroe se muestra impertérrito: en base a preterir a los demás.
62
Consiguió un beso en la mejilla tras veinte años de cortejo: algo es mucho en España.
63
Todo viaje es un viraje.
64
Conocí al filósofo psiquiatra F. Guattari, pero no me aclaré: me ha quedado su mirada
evaporosa.
65
Mira al amor, mira el dolor: mira la luz, a contraluz (B. Gandiaga cantado por G.
Mendibil): el amor es la luz, mirado a contraluz es dolor.
66
Sublimar es destilar lo bueno: supurar es exudar lo malo. Han esperado a que el amigo
Bello Portu parta a la Parca para ofrecerle un homenaje (como siempre). 68
Afección es apego, libertad es disolvencia: apego y disolución.
69
Cuanto más conozco al hombre más amo a mi perro (Schopenhauer): y cuanto más
conozco a la mujer más amo a mi gato.
70
Me tumbo en la playa cara al cielo: pero este parece pintado de azulete (ya no tiene
aquella profundidad con la que me fusionaba de joven cósmicamente).
71
La vida es irradiación energética: morimos cuando ya no irradiamos más.
72
De la exaltación de la juventud a la ex/altación de la vejetud.
73
Lo fanático del español se expresa en lo fonético: frenético.
74
El rostro es el alma: su encarnación es el cuerpo. 75
Otra vez la belleza ante mí: su rostro encarnado (el sentido consentido).

38
76
Y casi sin transición la fealdad se ofrece desviadamente: me adviene la compasión y una
ternura ciega.
Al querer atrapar el sentido del ser, Heidegger queda atrapado por el ser del sentido:
confinitud.
78
El poeta franciscano B. Gandiaga le decía melancólico al escultor Oteiza que escribía
para la papelera: Oteiza le responde que buena falta nos hacen aquí las papeleras.
79
Los humanos como homínidos hermanos: hermonos. 80
Los pobres quieren ser ricos: y los ricos quieren vivir como los pobres –libremente.
81
Así que algunos países africanos se consideran más felices que nosotros: será porque
la inconsciencia hace feliz. O bien porque la felicidad no es nuestro fuerte.
82
Exigen que seas crítico: pero si lo eres ya no les gusta (quieren que lo seas con los
demás).
83
No se ve la luz del día a la luz del día (B. Gandiaga): no se ve el sentido a la luz de los
sentidos.
84
A Goethe no se le ocurre otra cosa al ver Venecia que recordar un viejo juego de niño
con góndola: y al ver Roma no piensa sino en sus amigos de Alemania (deben ser cosas
de sabios).
85
Ser es decir: expresar, manifestar, exponer.
La cuestión cuantitativa no es cuantitativa sino cualitativa (Heidegger): porque su
problema está en el hecho trascendental de ser.
87
La experiencia flexibiliza y al mismo tiempo refuerza. 88
La aldea global sería el catolicismo: el católico como aldeano global.
89
Lo real absoluto, según M. Raymond, es lo psíquico concreto.
90
El romántico es el individuo independiente que, como contrapunto, se siente partícipe de
todo y del todo. 91
Los cubos-paneles holográficos de H. Yamagata junto al Guggenheim: la
descomposición de la luz recompone una miríada de colores refulgentes.
92
Si Cristo no fuera Dios sería divino: divino-humano. 93
Quizás sea desmesurado el plantearnos el sentido de la vida: pues al no conocerlo
deducimos que no existe (nos queda la pregunta abierta).

39
94
En su pintura La última Cena de Leonardo, la figura feminoide a la derecha de Cristo
—San Juan— sería según Dan Brown la figura de María Magdalena (véase El código
Da Vinci): pero no se toma en serio aquí la tradicional figuración feminoide de San Juan,
el discípulo amado por Jesús (tan bien captado por la propia homoerótica de Leonardo da
Vinci). La escritura sacral de Heidegger.
96
Ser es acontecer, dice Heidegger: pero también el noacontecer y lo que trasciende el
acontecer (la coimplicación). 97
Dios mío, no sé quién eres ni quién soy yo: dime quién eres y quién soy yo (aunque esto
lo sospeche).
98
Frente a la España machista y cerril, me gustaría una España que flotara en el mar
posmodernamente: como una matriarca dulce y serena.
99
La mitología es cósmica: sobrehumana.
100
La metafísica supera el tiempo: el simbolismo supura el tiempo.
101
Tener una actitud ante la vida no da felicidad sino facilidad: para vivir con fidelidad.
102
Se vuelve uno igual que el enemigo (C. Pavese): la cercanía del odio y del amor.
103
Para el ánimo (racional) todo es signo: para el ánima (afectiva) todo es símbolo.
104
Conocerse a sí mismo: para saberse, asumirse y pacificarse.
105
El interés de los Diarios de C. Pavese está en descubrir el trasfondo de nuestra
cultura: la culpabilización del individuo, la búsqueda de infinitud, la experiencia del
tiempo como dolor, la fatalidad.
106
El efímero resplandor de lo imperecedero (Gil-Albert): el ser comparece en devenir.
107
El sentido como efluvio metafísico.
108
Lo bueno de no hacer nada es que no haces nada mal. 109
Somos música: atonal.
110
Mi pájaro feliz, mi tordo amargo (Gil-Albert). 111
Cuidado con Aristóteles: no tuvo cuidado con lo existencial.
112
Entre mi querencia y el sentido estás tú huido: entre tu querencia y el sentido estoy yo

40
herido.
113
El alma de musgo: y el corazón de liquen.
114
Supuro la vida a través de las palabras: plateadas. 115
Quizás el universo espera aún otro habitante más inteligente que el hombre para
desentrañar su enigmático secreto. 116
La belleza no sabe lo que quiere, dice Gil-Albert: pero lo sabe el amor.
La aforística como delimitación: poder decirlo todo aunque no del todo.
118
La razón musical: la abstracción cromática. 119
La música abstrae relaciones cuantitativas: pero cualificadas sinfónicamente.
120
El Corán es la copia literal de un Libro celeste dictado a Mahoma directamente por
Alá o bien a través del arcángel Gabriel: literalismo islámico (dictadura de la letra).
121
España: mucho bullicio y poco servicio.
122
La soledad y el aislamiento de Wittgenstein son los de Nietzsche y Pessoa: desasosiego.
123
El tonto, dice Wittgenstein, no tiene dolor de cabeza: pero tampoco el gozo capital.
124
Ya vuelven las penas, decía un resignado Wittgenstein: menos mal que también vuelven
los gozos.
125
La naciencia como xodienda: y la muerte como dexodienda.
126
Decía Aranguren que mi hermenéutica necesita otra hermenéutica: porque no
pretende ser explicacativa sino implicativa.
Mis compañeros son los bedeles, los libreros, los viandantes, los enfermeros: las personas
contingentes y no necesarias.
128
Se me estropea el ordenador: así puedo desordenarme un poco.
129
Somos felices pensando en la persona amada: quizás la felicidad es un pensamiento de
amor.
130
La estructura existencial del hombre: la nerviosidad. 131
Riendo mueves muchos músculos: que sin reír ellos descansan y nosotros también.
132
La vida no tiene significación cabal sino cabalística. 133
La cópula «es» significa «es decir»: lenguaje. 134

41
Ricoeur propugna que muera el ídolo para que viva el símbolo: porque el ídolo es
mortífero (fijador) y el símbolo es vivificador (dinámico).
135
He invertido el dicho clásico: pues yo estudio a gusto después de comer (aunque sin
excederme).
136
Cambiar el sentido de la vida: su dirección debe ser coimplicativa.
Todo hombre ha sufrido y ha gozado: ha vivido y estará muerto.
138
Según C. Pavese, Shakespeare realizaría una intepretación imaginista del estado de
ánimo: evocación actual de una imagen que actúa ante nuestros ojos (imagen-relato).
139
La aforística como sentencia: no jurídica sino simbólica (en la que se resume y rezuma la
existencia).
140
Hay que vivir trágicamente y no voluptuosamente, dice C. Pavese: previendo la desgracia
generalizada. 141
Centroeuropa me dio la forma: pero yo llevaba la materia (hispana).
142
La vivencia constituye la cosa: la palabra la sustituye: la escritura la instituye: y el silencio
la destituye.
143
La mujer es materia formalizada: el hombre es forma enmaterializada.
144
En su obra vital El oficio de vivir, C. Pavese concibe la realidad como lo vegetal
acuático: adornado por el hombre culturalmente.
145
La escritura salva la realidad: pero artificiosamente. 146
Según H.G. Gadamer, se trataría de coimplicar (verwinden) la vivencia del dolor en el
contexto vital.
La metáfora no sólo apercibe sino crea similitudes entre las realidades: se trata de una
creación estructural o categorial basada en una auténtica interpretación.
148
Renunciar a lo exterior para obtenerlo interiormente: pero también hay que renunciar
al interior para mantener el exterior.
149
La inteligencia comienza por uno mismo: autoimplicación.
150
Los domingos errantes (C. Pavese): los demás días errados. 151
El sentido como color/calor.
152
Hacer el amor: lo sagrado profanado.

42
153
La Encarnación de Dios en el Hombre (Cristo) es en el catolicismo literal-realista: y
en el protestantismo real-simbólica.
154
Quizás ofrecer sentido al otro sea obtenerlo uno mismo. 155
Mi tío canónigo guardó sus lacios sermones para después de su muerte: yo resguardaré
mis pobres aforismos. 156
Las músicas orientales tremolan más que la occidental. 157
El hombre está en celo permanente: el hombre es celoso, recela y tiende celadas.
El pueblo espeso y espacial: el intelectual fino y temporal. 159
El hombre es un animal ladino: su razón es la astucia. 160
El suicida carga contra sí: exonerando de culpa a la sociedad (el suicida es ingenuo).
161
K. Rahner habla a partir de Hegel de la alienación de Dios: el Dios alienado en la
Encarnación.
162
Iglesias barrocas: lujosos gimnasios para santos atletas (A. Zagajewski).
163
El cielo azul solar de Zaragoza y el cielo lechoso lunar de Bilbao: extroversión
mediterránea e introversión atlántica. 164
Me encandilo en el acantilado ante el mar inquieto como mi corazón: a cuyo ritmo me
arrimo/arritmo.
165
La pesca como antideporte: pescar pescado, cazar cazado, capturar capturado, atrapar
atrapado, matar muermo. 166
Lo que tiene de nórdico y bárbaro el País Vasco: sin romanizar.
167
Ser es ser en el mundo, dice Heidegger: yo diría que ser en el mar (ser como estar).
168
El conductor del autobús silbando: el silbo vulnerado. Un niño increpa al mar
personalizándolo: metáfora humana del cosmos viviente.
170
Revisito la Playa Salvaje: ya tan domeñada y decadente como yo mismo.
171
No te vengues: en su vivir le va su penitencia. 172
El amor como acto de transustanciación: comunión. 173
La Ópera de Pekín (Beijing) en la clausura de los Juegos Olímpicos de Atenas: la
vibración gestual, el colorido ritual y la oblicuidad oriental.
174
El espíritu racional es unitarista: el espíritu barroco es multipolar (D’Ors).
175
No cómo es el mundo sino que el mundo es: he ahí lo místico (Wittgenstein).

43
176
Cristo o lo sublime en el alma: porque no hay sublimación sin alma.
177
El alma es lo sublime: la sublimación (logos) de lo subliminal o corporal (eros).
178
Beethoven es cósmico, Mozart mundano, Bach trascendente.
Creando convalecí (Heine): porque creamos lo que (nos) falta.
180
En sus Aforismos, Wittgenstein critica nuestra civilización científico-técnica en
nombre de una cultura basada en el valor: el cual proviene de la auténtica mirada humana
que hace valiosas las cosas.
181
Según Kierkegaard, la fe es pasión.
182
El Pilar es un árbol petrificado: por eso inundaría la Plaza del Pilar de palmeras y
estatuas presididas por El Profeta de Gargallo (un Museo al aire libre).
183
La severidad de tantos santos: me desagrada. 184
Sólo se puede ser feliz por la tangente (C. Pavese): la felicidad es tangencial (yo diría
transversal, porque atraviesa lo dado).
185
Nuestros historiadores tratan de presentar a España sin mitos ni sentimientos: pero
una Nación se basa en el mito convivido y en el consentimiento.
186
Pido a Dios por una cosa pero no me hace caso: quizás la cosa no haga al caso. O
acaso Dios no hace caso de las cosas sino de las causas.
187
La filosofía o el búho contra el burro. (El lema de nuestro tiempo) Prohibido quitar
anuncios: responsable la empresa renunciadora.
189
El desprecio cruel y el blando ruego: María de Zayas sobre el amor.
190
Un nombre en que esconderte (Caballero Bonald). 191
Entre los pigmeos domina la mujer y el hombre no trabaja (A.S. Pinyol).
192
El Crucificado en su cruz parece una paloma o gaviota extática: así en el Santuario de
San Antonio de Padua en Zaragoza.
193
La nostalgia de irnos, abandonarlo todo, dejar el mundo: una melancolía dulce y amarga.
194
En el Seminario de San Carlos una pintura de la Última Cena representa a San Juan
sentado como un niño sobre las rodillas de Jesús.

44
195
A menudo el salvador quiere salvarnos condenándonos. 196
Me incitan a vivir bien los que quisieran que viviera mal: me hacen sonreir los que me
miran mal queriendo entristecer: me sirve de acicate la envidia y celosía del desdén.
197
El diario atrapa introversoramente: la aforística suelta extroversoramente: aquel es
constriñente, esta es laxa y luxuriosa.
El maestro Broto lee la prensa cuasi musicalmente: con un ligero tono gregoriano.
199
El mito como imaginación: relaciocinio.
200
Es el amor: quien lo perdió lo sabe (Juan Bonilla). 201
Oscilo en vida entre el acatamiento y el atacamiento. 202
A Cesare Pavese le falló el humor, el cachondeo vital, la relativización: demasiado lúcido
y obsesivo.
203
A la lucidez le falta el contrapunto de la oscuridad: asumida.
204
Velada es velar con vela a los que velan vivos: velatorio es velar con vela a los velados
muertos.
205
Los Escribas: los Escrivás de Balaguer.
206
Democracia deliberativa: la deliberación como voluntad común (consentimiento) a
través de la (de)liberación intersubjetiva (libre balanceo de contrarios).
207
Carmen París renueva nuestra música popular: toda auténtica interpretación es
renovadora. Su mérito estriba en la mezcla folklórica y la suavización de la brusca jota
aragonesa, cantada en pulcro tono menor y con letras renovadas.
Decía C.J. Cela que somos aficionados: lo malo es que nos falle la afición o afección por
lo que hacemos. 209
Vuelvo sin melancolía a la Universidad de Zaragoza donde comencé dando clases de
filosofía: la dirección no me pagaba y los alumnos me atendían pero no me entendían
(eran marxianos en pleno franquismo).
210
En este país creyentes e increyentes suelen ser bastante dogmáticos.
211
Solemos criticar situaciones en las que a menudo no hemos sabido adaptarnos y salir
airosos: incluso sacarles provecho.
212
El Director del Colegio austríaco donde estudié me despidió públicamente afirmando
que nuestro tiempo de estudiantes no tienen por-qué ser el mejor: pero yo bien sabía que

45
para mí sería el mejor.
213
Amar es desnudarse de los nombres (O. Paz). 214
Mi mayor decisión espiritual: ordenarme cura y no ejercer de tal.
215
El ánimo es el temor conquistado (Wittgenstein): y el ánima es el temor asumido.
216
El mundo creado por el demiurgo: dios demónico. Vivir bien no es tan difícil: más difícil
es morir bien. 218
El ámbito germano me posibilitó la racionalización de lo irracional.
219
Te quiero si he bebido (E. Moliner).
220
El comienzo del filosofar es el no entender: para poder entender.
221
Hacer lo que nos sale del alma.
222
La claridad es obscena: la oscuridad es lasciva. 223
Aprendí a sumar lo lógico y lo incierto (Manolo García). 224
Esto es dolor de amor: quien lo siente lo sabe. 225
El español dominante oprime a los muchos que han dejado atrás a esa España: sucia,
cruel y chillona (J.A. Herrero Brasas).
226
El encanto de las grandes catedrales (Valle-Inclán). 227
El arcano está en el arca: y el malestar está en la molestia. 228
La eternidad callada está en la rosa (J.R. Sender).
Cuando era más joven buscaba el placer engañando al dolor: cuando era más joven la
vida era dura, distinta y feliz (J. Sabina).
230
Fiel como el mar y como el mar cambiante (L. López Anglada).
231
Aún vives pero ya no existes, amigo: sólo existe mi amistad y tu pasado.
232
Limitar con el otro: limarse mutuamente.
233
Las palabras que al fin terminan rescatándonos: la realidad no dura mucho tiempo (I.
Mengíbar).
234
No tengo nada que decir y escribo: no tengo nada que vivir y vivo (J. Dabines).
235
Mi pobreza, Señor, mi pobreza: a dónde llega la pobreza humana.
236

46
Cuán bella fue la vida y cuán inútil (Cernuda). 237
El amor nos deja ver a los otros como los ve la divinidad (Borges).
238
Las palabras que luego abandonamos para subir a más (Gil de Biedma).
239
Sé entero: sé todo en cada cosa (Pessoa). Mi vida tiende a encerrarse: se abre con un
libro abierto (a los demás).
241
No estoy hundido: estoy hendido.
242
Hay autoayuda válida e inválida.
243
Qué feliz pasa alguna gente: qué feliz anda una parte de mí.
244
Inconstante y altivo pero educado y atento: así describen los informes del Seminario
de San Carlos al estudiante Josemaría Escrivá de Balaguer.
245
Esto es España: quien la sufrió lo sabe.
246
Sólo lo admirable es mirable.
247
Sin epicureísmo no se puede vivir: sin estoicismo cínico no se puede sobrevivir.
248
No hay belleza excelsa que no contenga cierta extrañeza en la proporción (F. Bacon): por
eso lo sublime nos extraña. 249
Dios es el símbolo del todo: hacer las cosas por Dios es hacerlas por (el) todo.
250
Sí, asumir la negatividad es desnegativizarla. Si no he sufrido no he vivido: vivir es sufrir
la vida. 252
Sin superficialidad no hay profundidad: y sin profundidad no hay superficie.
253
La literatura es una defensa contra las ofensas de la vida (C. Pavese).
254
Ciertas religiones son una ofensa contra las defensas de la vida.
255
La impotencia de C. Pavese: no sólo libidinal sino vital (al final se suicida).
256
Una periodista me comenta que esto no es una democracia verdadera: pero una
democracia verdadera suena a fundamentalismo.
257
Don Quijote como arquetipo del intelectual: imbuido por sus libros y enamorado del
amor, libra batalla junto con su sombra (Sancho Panza) contra los obtusos molinos del

47
mundo: hasta que topa con los límites naturales, los asume y se retira cuerdo del mundo
al trasmundo (muerte).
258
(Supuración)
Sí, la vida Andrés te ha superado,
reconócelo ya no hay remedio:
sólo te queda un tiempo ensimismado para salir de ti y entrar al trapo.
Quizás reconociendo tu fracaso
puedas salir de aquí más reforzado:
quizás reconociendo el desconcierto
aún puedas desfacer el desacierto. El desacierto de haber vivido poco y el desconcierto
de haber vivido tanto: que malo es el exceso y el defecto cuando se trata de vivir tan
solo. Tan sólo de vivir libre y afecto:
qué bueno Andrés el supurarlo todo.

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48
La realidad animada
1
Quizás el mundo es la lucha arquetipal entre el Caos y Dios: este proseguiría su
Creación continuada de la realidad en la historia (sobre el trasfondo del Caos aniquilante).
Pero entonces hay que entender el Génesis bíblico no sólo en pasado sino en presente-
futuro.
2
En nuestra visión de Dios y el Caos, el primero simboliza al Héroe y el segundo al
dragón: pero en nuestra interpretación Dios no es el Héroe clásico que aniquila al dragón
sino que crea el Ser sobre el trasfondo dracontiano del Caos amenazante (el famoso
tohuwawohu del Génesis).
3
El motivo trágico griego es algo oculto, de ordinario una perversidad divina, que al
aclararse produce la muerte-purificación o el final feliz: y esa perversidad es lo que debe
ser (C. Pavese).
4
La perversidad divina en la tragedia griega encontraría eco en la arbitrariedad divina
defendida por Duns Escoto y su discípulo Ockham: la diferencia estriba en que la
perversidad divina está lastrada de destino (pagano), mientras que la arbitrariedad divina
es libérrima (por cuanto cristiana).
Pero incluso en el caso del Dios libérrimo, este estaría religado a una libertad que, en
cuanto ligadora, ya no es pura sino impura: de nuevo el contrapunto antidivino de fondo.
6
España es la síntesis entre la sensitividad africana (iberoarábiga) y la racionalización
indoeuropea (romanogermana): el precipitado es la razón sensitiva (el sentido como
categoría hispana).
7
El dios Pan es el dios del pánico: porque personifica el todo inexcrutable.
8
Identidad local: identidad locuela.
9
Mientras vivimos estamos inquietos: quietos sólo estamos muertos (y a menudo
removidos).
10
Nada digno de ser probado puede probarse ni desaprobarse y, por tanto, sé prudente:
atente a lo más soleado de la duda y acógete a la fe más allá de sus formas (Tennyson).
11
La fe como apertura: obertura a la otredad. 12
Ciertos cantantes posmodernos malean las canciones clásicas tratando de hacerlas
maleables: tal es el caso del argentino A. Calamaro: se trata de un cantante maleador de
temas clásicos y maleante de letras clasicotas.

49
13
Nombramos en nuestro Testamento a la gente querida: el problema adviene cuando
dudamos de la querencia (propia o ajena).
La realidad nuda o desnuda de Zubiri se corresponde con la realidad típicamente
occidental de carácter visual: frente a la tradicional realidad oriental cubierta de velos y de
carácter invisible.
15
De jóvenes nos enamoramos de un tipo: de mayores de un arquetipo (el tipo ha
madurado).
16
El hombre aspira a lo sobrehumano: y suele advenirle lo inhumano.
17
Las cosas, en cuanto interesan, son humanas (C. Pavese). 18
La auténtica vivencia es asuntiva: la auténtica experiencia es coimplicativa.
19
El destino no es el sentido: el sentido es la destinación. 20
Celebrar las cosas en el todo: y concelebrar el todo en las cosas.
21
No es seguro que el tiempo exista verdaderamente, dice Pavese: no, pero existe
inveritativamente.
22
El Ángel de Salzillo como ángel lunar: Hermes que muestra a Cristo lo abierto al fondo.
23
Tratamos de superar las cosas con las palabras: pero sólo logramos supurarlas.
La señal de la cruz como signo de regeneración simbólica, cruz y raya o recomienzo,
pero también de exorcismo y afianzamiento.
25
Tantas cosas nos han faltado en el mundo, no importa: nos acaba faltando el propio
mundo.
26
Disfrutar de todas las cosas profanamente pero con despego sagrado (C. Pavese).
27
La posmodernidad como época neobarroca: en la que se fragmenta la totalidad.
28
El homoerotismo es la encarnación corporal de la helenidad (J.A.G. Iglesias).
29
Cuando la decepción vital arriba a los ámbitos más sensibles: la familia, el amor y los
amigos.
30
Las mujeres tendrían el cerebro más conectado y los hombres más dividido: las
mujeres serían más compasivas y los hombres menos.
31

50
La imaginación aleja las cosas de su centro, dice J.G. Nieto: para alojarlas en el cosmos.
32
El mundo, el demonio y el tiempo: los enemigos del alma según L. Durrell.
Pero el alma refracta el mundo, soslaya al diablo, sublima la carne y condensa el tiempo.
34
La insatisfacción de C. Pavese es nuestra insatisfacción moderna: la insatisfacción
por no ser ya sino sólo estar: estar de paso en un mundo sin poso.
35
Vuelvo a ver-oír cantar a Urko su preciosa canción Maite, y me emociona su
romanticismo: pero yo he tomado el romanticismo vasco simbólicamente (y no literal-
mortíferamente).
36
Los símbolos sólo son símbolos: en efecto, no son bombas.
37
De viejo se relativizan las cosas vitalmente: por suerte de joven la filosofía nos
enseñó ya a relativizarlas mentalmente (ello evita todo absolutismo del sentido).
38
Dios mío, vuelvo al polvo de donde salí.
39
La aforística como contrapunto de la hermenéutica: la asunción de restos o residuos,
material reciclable, humus vital.
40
Me quito las gafas para verte peor: pues no puedo ni verte.
41
Dejarse vivir voluptuosamente: una buena baza de la edad tardía.
Ya lo dice la palabra: quedó noqueado (y no siqueado). 43
Dios mío, por qué me has abandonado (Eli, lamna sabactani): Dios mío, por qué te has
ido de sabat o sábado. 44
La aforística es un género raro: pero con raros pega (autor y lectores).
45
Eso es el sexo: quien se privó lo sabe.
46
Hay que reírse para poder ser serio: y hay que ser serio para poder reírse.
47
No hay libertad sin juego de contrarios: no hay democracia sin conjugación de opuestos.
48
Cesare Pavese: el pavoroso.
49
Juan Pablo II en el Santuario de Loreto: el lorito-locutor español no nos deja oír con
su monserga al Papa ya de por sí inaudible, pero tampoco la bella música de la bella
liturgia al aire libre.
50

51
Mírate en el espejo cuando estás bien y admira el voluptuoso funcionar del
organismo: cuídalo y prepárate a su inevitable deterioro.
51
Aprendizaje de actitudes: y no de meros actos o actuaciones.
El mar Cantábrico canta con brío.
53
La vida es el aprendizaje de la desilusión consistente en salir de la vida: muerto.
54
Diferenciar la amistad de las relaciones amistosas. 55
Me acojo a mi sendero verde y apacible, silencioso y campestre, oloroso y tibio.
56
Si como quiere Wittgenstein el sentido de la vida no está en la vida, estará en la muerte o
tras la muerte (si está). 57
Mircea Eliade y su ciencia orfeizante (según Ortega). 58
El Dios patriarcal sería el Héroe aniquilador del dragón convertido en nada de la que
crea el todo: pero esa nada persiste en el Génesis como símbolo del caos de fondo
(ineliminable).
59
Bien se está solo: mal se está solitario.
60
Me entrevista la revista Qriterio Aragonés: Qriterio versus Griterío.
61
Tengo discípulos locuelos que han abierto consulta terapéutica: quizás el locuelo entienda
mejor al locoide. 62
El hombre es un animal desorientado: pero no siempre desodorado.
Supurar la pasión: disiparla.
64
El placer de recibir: y el gozo de dar.
65
En un país de tontos un tonto le dijo a otro: qué listos somos.
66
La fasinación de los mitos griegos nece del hecho de que posiciones iniciales mágicas,
totémicas, matriarcales, iniciáticas fueron elaboradas y reinterpretadas según razón (C.
Pavese).
67
Como es el principio así es el final, dice Hegel: porque al final volvemos al principio.
68
Soy un aragonés de pro: y un vasco de proa. 69
Una parte de mis aforismos son desaforismos: por lo desaforado de su desafuero.
70
La filosofía no soluciona los problemas pero los replantea: la filosofía como
replanteamiento.

52
71
Situado entre Madrid y el País Vasco soy un vascoaragonés asociado a la autopista
del mismo nombre: no en vano preconizo una vía mediadora de los contrarios.
72
Yo sigo apostando por la aforística: espero no acabar apestando.
Escribo oleadas de aforismos: me gustaría inundar el mundo marítimamente
(fecundándolo maritalmente). 74
Me interesa el ultrarrealismo expresionista de P. Serrano: sus «bóvedas para el
hombre» representan el lenguaje como cobijo.
75
No escatimo en libros que estimo: pero temo su timo. 76
La lengua castellana es rápida: la lengua vasca es lenta (B. Atxaga).
77
Con palabras escritas puedo recomponer las cosas, dice A. Crespo: deleitándose en
ver el mar en la piedra (véase Vuelos).
78
No dar pábulo para apagar el pábilo que aún humea. 79
Se dice que el romanticismo vasco lleva a la violencia: será la falta de romanticismo.
80
Al infierno caminan los que viven mal (por autodefinición) y a la gloria los que viven bien
(por lo mismo). 81
La aforística es humilde: ausculta el humus vital 82
Todos somos de carne y hueso: pero unos tienen más carne y otros tienen más hueso.
(Autoconsciencia sexual) Acuérdate hombre que eres polvo: acuérdate mujer que eres
pelvis.
84
El juego olímpico: el juego limpio.
85
Me hago en todo pero lo hago por amor, dice el decadente A. Calamaro: y añade que
no se puede vivir del amor porque es tan fácil perder la razón.
86
La pelota vasca: la energía (indar) a través de la magia (adur), la fuerza (indar) en
favor de la maña (adur): por eso se sale del laberinto del frontón con ayuda del hilo de
Ariadna.
87
En la pelota la maña (matriarcal, lunar) domeña al músculo (patriarcal, solar): al revés
que en el caso del cortador de troncos donde la maña está al servicio de la fuerza.
88
En el fútbol habría cierto equilibrio entre fuerza y maña: simbolizados
respectivamente por la defensa y los delanteros.
89
El sentido de vivir bien: el sinsentido de vivir mal. 90

53
En C. Pavese el destino comparece en el mito como lo salvaje o lo demónico, y
pertenece a la esfera de lo místico: la poesía realizaría su interpretación humana
(contingente).
91
Trasformar el destino (ciego) en destinación (racional). La realidad nuda: el amor (acaso
porque desnuda). 93
C. Pavese vive mientras escribe, deja de escribir y se suicida: su última frase escrita
—«no escribiré más»— viene a significar no viviré más (18.Agosto.1951).
94
Junto a ti buscaré otro mar, dice un canto litúrgico referido al Pescador de Galilea.
95
De amores ando bien porque no los tengo o, mejor dicho, no me tienen: no hay como
amar sin amor, no hay como amor sin amores.
96
La adulación sería un culto de dulía: pomposo 97
Todo lo que vapuleo me gusta, pero me purifico contándolo (Alex de la Iglesia).
98
Mis aforismos según R. Panikkar: borbotones, chispas, luces, oscuridad.
99
Vivir como Dios conllevaría no creer ya en Dios. 100
Regredo a las faldas de la madre natura para regenerar: asimilando su ciclicidad.
101
Cría palomas, y te ensuciarán.
102
El arroyo está seco como mi corazón: malditas las raíces de las cosas secas.
El sufrimiento es la infrastructura de la vida: la felicidad es su suprastructura (y en medio
estamos). 104
Me solicitan mis Memorias: pero ya no puedo escribir mi vida (se ha vuelto inextricable).
105
Siempre se pierde algo: siempre se encuentra algo. 106
Los nórdicos son de piel clara y alma oscura: los sudistas somos de piel oscura y alma
clara (incluso desleída). 107
La posición del Antiguo Testamento acentúa más la omnipotencia de Dios que su
bondad: la posición del Nuevo Testamento enfatiza más la bondad que la omnipotencia.
108
Un elefante tiene más ser que un hombre: pero un hombre tiene más valor que un
elefante (Rickert).
109
Del generalísimo Franco al particularísimo Aznar. 110
Sólo cae el que sube: los otros ya están caídos. 111
En la relación socrática entre discípulo y maestro hay un intercambio de eros y logos: a
través del diálogos. 112

54
Los aforismos: exabruptos simbólicos.
113
Dialéctica de ser y parecer: para su coimplicación. La escultora B. Hepworth y la
maternidad de sus formas: la maternidad como forma primera de creación (N. Casares).
115
Mi espíritu no tuvo punto de reposo en Tróada, dice San Pablo, pues no encontré a
mi hermano Tito (II. Cor., 2, 13): y mi espíritu no tiene punto de reposo pues no
encontré al hermano en la tierra (buscaré en el mar).
116
El sopor castrante del amor (A. Tesán): y la confusión humosa de la amistad.
117
El mundo es un cementerio en el que enterramos vivas a las personas queridas y
desamadas: su posterior muerte es la muerte de un muerto.
118
Al nombrar las cosas comenzamos a perderlas (M.L. Vega): porque el nombre sustituye a
la cosa.
119
No se puede prohibir una pregunta: y mucho menos condenarla.
120
El amor se siente en el corazón: la amistad se siente en el alma.
121
Los amigos que me daban vida: ahora me la quitan. 122
El amor nos aglutina con nosotros mismos: a través del otro.
Distinguir entre lo que se hace (nivel objetivo), cómo se hace (nivel subjetivo) y para
qué/quién se hace (nivel ético). 124
La Diosa Madre como gran Hechicera: a cuyo servicio están las Brujas.
125
El todólogo lo trata todo como un podólogo: por sus extremidades.
126
La peligrosidad del ser clásico como definición cuasi dogmática de lo real.
127
Estamos siendo una gota de agua, viene a decir R. Panikkar, pero somos agua que
procede del mar de la vida divina y a él volverá: así que somos alma o soplo vital
encapsulado o encajonado hasta su desencajonamiento final.
128
Una amistad que duele a fondo es como una muela que se carea: hay que empastarla o
sacarla.
129
Necesitamos una mitología racional: en la que coimplicarnos.
130
No se puede tener a todos contentos.
131

55
Prefiero un tonto a un pseudolisto.
132
Los aforismos me afloran y desfloran.
133
No hay cosa más lastimera que tener amigos que no lo son. Tener un hijo es aceptar la
vida, dice Pavese: y no tenerlo es tener que asumirla.
135
El joven busca la madurez (huída) y el viejo busca la juventud (perdida).
136
Tan vulnerable corazón adentro (A. Bautista). 137
Entre tontos anda el juego.
138
(Versión psicoanalítica) El que no hace el amor hace la guerra: el que no xode te xoderá.
139
De jóvenes somos plutónicos y dionisianos: de viejos platónicos y apolíneos.
140
No pasa nada: que es lo peor que puede pasar. 141
(La muerte) Yo contigo seré por siempre el que se ha ido: yo sin ti seré por siempre el
que aún no ha sido. 142
Cuanto más se hunde, más creativo es el creador: porque ahonda.
143
Cuanto más me hundo más ahondo: y abundo. 144
Era un eructo eruptivo.
145
Parecer sin ser es ficción: ser sin parecer es enigma.
Recuerdo a mi madre hasta su muerte en mi adolescencia como una persona mayor
encantadora: pero al hacerme mayor la recuerdo como una persona joven amorosa.
147
Cabrearse con el mundo occidentalmente: o adaptarse al mundo confucianamente.
148
Yo pensaba que mis amigos me acompañarían al morir: pero me acompañarán muerto.
149
De la carencia surge la plenitud: como del vacío el relleno. 150
La razón consiste en articular nuestras razones. 151
En su Diario tropical, A. Escohotado describe el óvalo agraciado y la sonrisa
tailandesa: pero también el contrapunto de su gregarismo contraindividualista.
152
No dominar heroicamente la realidad desde arriba: no adaptarse antiheroicamente a
ella desde abajo: articularla relacionalmente de forma horizontal (coimplicativa).
153
Quién soy: cómo soy: para qué soy.
154

56
El desamor huele a azufre.
155
Las personas se hacen mayores cuando se reconocen como menores: las personas
maduran cuando se reconocen inmaduras.
El placer de xoder o jorobar a otro es un eros sádico: y su aceptación masoquista.
157
La resaca del amor: el reseco del no-amor.
158
Quien tiene grandes virtudes puede/suele tener grandes defectos.
159
Cuchillos de luz atraviesan mis sienes: cuchillos de luz atraviesan tus senos.
160
Dios como No-Otro en Nicolás de Cusa se define trinitariamente como No-Otro que
es No-Otro que No-Otro (Non aliud est non aliud quam non aliud): el Padre que se dice
en/ como el Verbo del Hijo, el cual se expone en/como Espíritu Santo: el cual se expresa
en/como Alma (humanada).
161
Era un país penco y zopenco: rudo y testarudo. 162
Alguno cree que vivo doble vida: y sólo vivo media vida (la diurna).
163
Nadie se fija en mí: así nadie me aoja.
164
Se me ocurren muchas cosas: ligadas a las palabras. 165
La historia occidental sería la historia de la domesticación del hombre por la mujer
(Carlos Moya).
La mística como articulación del caos: sublimación simbólica.
167
En el follaje del bosque, reconcentrada e intensa, se encuentra la luz (Javier Barreiro).
168
La poesía deja en suspensión las palabras: reflotando pasmada/pasmosamente.
169
En su poema «Ave María», Ramón J. Sender parece referirse a la vieja Diosa Madre
bajo la advocación folklórica de la Virgen del Llano: evocando la fertilidad y fecundidad
de la madre Natura que regenera la vida y la muerte (re)generosamente. Curiosamente el
autor enfrenta este trasfondo matriarcal-naturalista de religiosidad popular pagana a la
religión oficial asociada patriarcalmente a lo ario («era el dies irae de los cien curas
arios»).
170
Los curas arios: corsarios.
171
Ojo con los ojos: ojos que no ven, corazón que se resiente. 172
Quisiera decir antes de morir que me voy a morir: que nos morimos todos y nadie

57
aún se percata (excepto demasiado tarde).
173
La ortodoxia contra el contubernio turbio y la conturbación de las turbas tanto social
como sexual: minusturbación. 174
Si el Movimiento Olímpico es griego, el Movimiento Paralímpico parece cristiano:
pero suena a Movimiento poco limpio (para colmo el locutor pronuncia Movimiento
Paralítico).
175
La pasión amorosa es una demencia que se cura en dos años (J. Wagensberg).
176
Hay días divinos y días demoníacos: quizás Dios sea lo divino y el diablo lo demoníaco.
177
Debo encontrar el más allá en la vida (L. Plana). 178
En la escritura encontramos algunos cierto sentido existencial.
179
Dios es riquísimo, así que no puede estar en contra de la riqueza: compartida.
180
Estoy triste pero soy libre: apertura.
181
Mis amigos están bien acompañados: pero yo no tanto. 182
Vida: pasaje por un paraje de pasatiempo.
183
El Círculo de Deusto se convierte en cuadrado: seguimos siendo cuatro pero ya no
rotamos.
184
El sentido del escritor es la escritura: el sentido del panadero el pan: el sentido del
político la política: el sentido del ocioso el ocio: el sentido del nihilista la nada: el sentido
del religioso Dios: el sentido del enfermo la enfermedad (cuidada): el sentido del
intelectual el intelecto (cultivado): el sentido del pobre la pobreza (conscienciada): el
sentido del loco la locura (supurada): el sentido del viejo la vejez (asumida).
185
Nos decepcionamos de los demás con culpabilidad: porque nos decepcionamos de
nuestra propia decepción. 186
Para la iglesia de la Cienciología Dios creó el bien: el mal es una ilusión a superar por la
fe.
187
Amor: sudoración espasmódica con jadeo enervante y resultado nirvánico.
188
En la Trinidad cristiana el Espíritu Santo es el que trina: real-simbólicamente.
189
El aforismo como daga de fuego (J.L. Iturrate). 190
El sentido de Dios es Dios: el sentido del hombre es el hombre: el sentido de la vida

58
es la vida: el sentido del sentido es el sentido.
191
El sentido dice estáticamente aferencia y dinámicamente dirección: implicación y
apertura.
192
Don Quijote: Don Quejote.
193
Jubilación: descanso temporal previo al descanso eterno.
194
Fálico: sádico.
195
Onfálico: masoquista.
196 Arquetipo: tipazo.
197 Tipo: tipejo.
198
Ortega: filósofo de la vida.
199
Unamuno: filósofo de la muerte.
200
Globalización: abstracción.
201
Localización: extracción
202
Los epicúreos como epicuras: los curas curadores de su tiempo (curatores).

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59
De la felicidad y otras ilusiones
0
Por la abertura a la otredad: por la apertura a la libertad: por la obertura a la salida.
1
En la existencia nos acaba fallando todo: la naturaleza, los dioses, el hombre, el amor y
finalmente la propia vida. 2
En la vida nos falla todo menos la falla o fallo, el desfallecer y el fallecer, el
desfallecimiento y lo fallido: el desgarrón o hueco, el roto y el agujero, lo abierto.
3
En nuestra existencia sólo nos queda lo abierto porque acabamos abiertos en canal:
pero en lo abierto se cuela la abertura a la otredad.
4
Este mundo no tiene un sentido humano sino transhumano: trashumante (otra vez la
apertura a lo incógnito). 5
Las grandes vivencias de la vida son vivencias de oquedad: así el amor como experiencia
de concavidad. 6
En la muerte experienciamos el envés de lo real: el vacío o vaciado existencial de esta
vida.
La ascética-mística como experiencia de ahuecamiento: vaciamiento y relleno simbólico.
8
El saber como abertura: la libertad como apertura: el arte y la religión como obertura
respectivamente inmanente y trascendente.
9
Lo abierto está significado por el alma: cuenco/cuenca del ser.
10
Qué será de mí sin ti: qué será de ti sin mí.
11
No poner el sentido de la vida en el ser que deja de ser: ponerlo en la nada que recapitula
el ser (la nada simbólica). 12
Cuando el sentido llega al límite de su exasperación lo perdemos: para salvarnos de su
dolor.
13
Perderse para encontrarse: vaciarse para llenarse: descender para ascender: desandar
para poder andar: ahuecarse para recibir: dar para obtener: quitar para poner: perder
lastre para ganar lustre: coimplicar.
14
Buscar el sentido de la vida posibilita vivir: encontrarlo sería detener la búsqueda y la
vida (al quedarnos sin dirección dinámica).
15
El sentido como apertura (fluencia y transición): y el sinsentido como apretura
(detención y fijación). Pero también el sinsentido, como la enfermedad, acaba

60
disolviéndose como todo: en el sentido y la vida o en la disolución final (muerte).
La vida es lo que más temía Aristóteles: la disolución sin fin. Por eso tratamos de
oponer artilugios y aparatos, construcciones e instituciones, bibliotecas y archivos,
memoria y recuerdo.
17
¿A dónde van las cosas que se evaden? ¿De dónde viene la realidad que nos sobreviene?
18
Dios sería el archisímbolo de la Oquedad radical del mundo, es decir, de lo que le
falta: Dios no como Tapagujeros sino como Abreagujeros, o sea, como la Nada matricial
de la que promana y a la que se precipita el ser.
19
El poeta es el descubridor del mundo (C. Pavese): y el filósofo su intérprete.
20
Pensar es sopesar: hasta dejarlo posar.
21
Yahvé (YHWH) saca a Abraham de su lugar (Ur de Caldea) para llevarlo al desierto; es
decir, a lo abierto. 22
La razón no es la razón de la vida: es sólo la vía (el método).
23
La ciencia racionaliza lo repetible pero no capta lo irrepetible (la muerte, el amor, la
contemplación): por eso dice R. Panikkar que la razón sólo tiene poder de veto.
24
El tiempo, según cierta tradición griega, es la vida de las cosas: la vida y la muerte.
La escritura amplifica la vida y la condensa: la abre y la articula, la analiza y la sintetiza.
26
Ya que no puedo ser libre agrandaré mis prisiones (M. Altolaguirre).
27 Dios: la Nada oceánica. 28
Buda vaciando la interior concavidad en la exterior convexidad: Sócrates preguntando
desde el hueco del no-saber: Jesús abierto y rajado en su costado: María resguardando
las cosas en el recoveco del corazón: los místicos cultivando el vacío de ser: Oteiza
desocupando el espaciotiempo: Heidegger rescatando la nada que horada el ser: la vida
depositándonos en la oquedad de la muerte: lo real revertido en surreal y el hombre
desdoblado en alma: lo racional reconvertido en virtual y la materia en energía: lo
entitativo liquidado por la flotación posmoderna: la razón como simbolización y el sentido
como sublimación.
29
Los pies en la tierra, la cabeza en los cielos y el almacorazón mediando.
30
(El eros erosionado) La creatividad decae como productividad, el carisma como
burocracia, la vida como tinglado, la realidad como cartón-piedra.
31
La apertura es matriarcal-femenina: onfálica. 32

61
Al primer síntoma de frío: aforamiento/forramiento. Fumar puede matar: y no fumar
acaba matando. 34
Hasta que no acabe no acabo: tozudez vascoaragonesa. 35
Defiendo la razón anímica: la razón reticular como una red relacional.
36
La emergencia del Guggenheim en medio del viejo oscuro Bilbao: el Museo ha lavado y
blanqueado la ciudad. 37
El filósofo hace profesión de la búsqueda del sentido, los demás hacen procesión tras
el sentido: el filósofo profesa el sentido, los demás lo procesan ex profeso.
38
Existencia: de la soledad primera a través de la compañía hasta la soledad final.
39
El salmista define al hombre como pobre hombre pero único : pauper et unicus.
40
La iglesia enseña cómo ir al cielo, la ciencia cómo funciona el cielo (Galileo).
41
La filosofía señala la dirección del sentido: la razón indica el camino practicable.
42
La razón de la vida: la vida de la razón. 43
Estar en paro: pero no parado.
España es el país del «homo antecesor»: el ascendiente, la ascendencia y los
antecedentes humanos están aquí, pero su descendencia y consecuencias últimas están
fuera de aquí.
45
Jesús como maestro cínico mediterráneo: así lo presenta el Jesus-Seminar americano
(B.L.Mack y J.D. Grossan). 46
Era un autor incisivo y molar: incidía y molía al mismo tiempo (pero no molaba).
47
El círculo de Deusto soy yo: el círculo cuadrado. 48
Tengo un amigo taoísta: si es una amiga me convierto. 49
Un año de estos me descubrirán mis males: un año de esos me morirán mis males.
50
Rezar es hablar con Dios: blasfemar es hablar con el diablo.
51
Las preciosas niñas chinas adoptadas en España: con su misteriosa oblicuidad y su
enigmática sonrisa: con su melancolía rasgada y su seriedad de fondo oriental.
52
El cartero siempre vuelve: pero no trae la misma carta de siempre.
53
Nunca se puede saber todo: pero hay que saber para poder saberlo.
Nunca se puede vivir del todo: pero hay que vivir para poder saberlo.
55

62
Según Pessoa, el español es apasionado y frío: y el portugués tierno y sentimental
(romántico).
56
El español como apasionado y frío: pero una pasión fría es la crueldad y una frialdad
caliente es el fanatismo. Se trataría entonces del español tradicional: toros y religión (en el
fondo la misma sacralidad fundamental).
57
Apasionamiento y frialdad: su síntesis buena es el carácter sensible o empático (la
simpatía hispana). 58
Mar: conjunto de agua rodeado de tierra por todas partes menos por aquella por la que
deja de serlo evaporándose. 59
Según un estudio, la audición de canto gregoriano adelgaza a los animales: no en vano
se trata de una música ascética.
60
Existe la hermandad de excombatientes: debería existir la hermandad de excombatidos.
61
La majestad del absurdo que testimonia la presencia de lo humano (P. Celan).
62
En el conocimiento humano, según Merleau-Ponty, no hay adecuación entre nuestro
entendimiento y la realidad: porque no hay trasparencia, ni fusión ni coincidencia sino
acercamiento y distancia (quiasma).
Quiasma: juntura y disjunción.
64
El sentimiento es sentirse-sí-mismo: pura revelación (M. Henry).
65
La esencia de la afectividad es la aferencia o afección: consentirse-sí-mismo (afectación).
66
En el horizonte se recorta la figura orteguiana del simbólico escorzo, es decir, del
corzo amoroso: en la clásica terminología cinegética se trata de dar a la caza alcance, así
pues preparar la batida para abatir o ser abatido (entramos en el claroscuro del
abatimiento amoroso).
67
El alma como sagrario interior cohabitado por la blanca forma: símbolo de la
transustanciación de la carne en espíritu y del espíritu en carne.
68
Los americanos compran sueños: los demás sueñan con comprar.
69
No te importe mucho nada: no te importe poco todo. 70
El sentido de la vida es la búsqueda de la felicidad: abrimiento existencial.
71
Felicidad: cumplimiento del ser, realización de lo real, complección del sentido.
Lo terrible como lo desvalido que pide ayuda (Rilke): lo horrible como desgracia.

63
73
Lo tremendo como contraposición de lo sublime.
74
(Historia de la felicidad) La felicidad se vincula con el vacío (budismo), la naturaleza
(naturalismo), el cielo (supranaturalismo), con la verdad y la razón (intelectualismo), el
amor y la voluntad (voluntarismo), la voluntad de la diosa griega de la Fortuna (eutyjía),
la Suerte germánica (Glückseligkeit), con la perfección (idealismo), la complección
(holismo), el placer (hedonismo), la virtud (eticismo), la divinidad (trascendentalismo), la
voluntad de Dios (teísmo), el destino (fatalismo), la evolución (materialismo).
75
Sin sublimación el hombre es un mono: sin el mono el hombre es un perchero abstracto.
76
En nuestra filosofía, el sentido se vincula con la apertura y la asunción crítica de lo
real (coimplicacionismo): y la felicidad se vincula con el sentido consentido
(consentimentalismo).
77
Entre los griegos la razón se asocia a Apolo o a la diosa patriarcal Atenea: pero la
felicidad se asocia matriarcalmente a la diosa Fortuna y a su vástago el buen demon o
genio.
78
Si te quieres ayudar ayuda al otro: y si simplemente te quieres autoasúmete y sal de ti.
El sentido como apertura asuntiva de la otredad: y la felicidad como consentimiento
de esa otredad (por eso su archisímbolo es el amor).
80
Hoy el mar marea con su fuerte olor a moluscos y algas removidas por el oleaje inquieto
bajo un cielo ventoso. 81
El amor es la eternidad temporal y nosotros el tiempo eterno: procedemos del mar y
volvemos al mar. 82
Tener el mar cerca es un chollo existencial: porque licúa la realidad compacta y dura.
83
La sonrisa del amigo hace feliz: aún hace más feliz la sonrisa del enemigo.
84
Estar solo no es sentirse solo: sentirse solo no es estar solo sino estar desolado/asolado.
85
La felicidad es una ilusión vivida: por eso resulta surreal. 86
La realidad está transida de irrealidad: surrealidad. 87
Más que la felicidad: vivir feliz, felizmente vivir. 88
El bienestar como estar-bien: estar a bien (con la vida y la muerte).
89
España: encrucijada de una cruzada mágica entre Aznar (el cruzado) y Zapatero (el
mágico).
Amor: amistad radical. 91

64
Amistad: amor radicado.
92
Los viejos alumnos marxianos: los nuevos alumnos marcianos
93
En uno de mis ojos te llagaste: y en el otro te allegaste. 94
Amistad es intimidad: enemistad es intimidación. 95
Distinguir entre amistad y relación amistosa, entre el amigo y el amigote: con el
primero hay confianza interior, con el segundo confianza exterior.
96
Inglaterra, un imperio en decadencia: España, una decadencia en emergencia.
97
El que quiera acompañarme que tome su luz e ilumine nuestro común camino.
98
Los aforismos como delicatessen: delicadezas. 99
Consenso es asenso con asenso: consentimiento es asenso con sentimiento.
100
Lo que hay al fondo de la gran vía de la vida: la nulidad o anulación, la nada abierta.
E. Trías o la filosofía como Sociedad Limitada por el Límite: F. Savater o la filosofía
como Sociedad Anónima Ilimitada.
102
La memoria recoge el pasado: la inteligencia elabora el presente: la voluntad abre el
futuro.
103
El significado es lógico-gramatical: el sentido es existencial-antropológico (ver L. Rohden,
Veritas, junio 2004). 104
Aforística: género a tomar tan en serio cuanto en broma. 105
Todo se nos va de las manos: queda el hueco de la mano y la oquedad de lo ido/sido.
106
El concepto es un símbolo muerto: el símbolo es un concepto vivo.
107
¿Has visto que alguna cosa acabe bien? Acabáramos. 108
Pero si todo acaba mal (con la muerte) el final es también el acabóse del mal.
109
Así que todo acaba mal pero acaba: felizmente. 110
Donde hay peligro, allí se cuece la salvación (Hölderlin): o se cuece la locura, como
le pasó al propio Hölderlin (quizás entonces la locura fue su salvación).
La perla no se explica por la ostra (Proust): pero se implica en ella.
112
¿Cómo hablar de un amor sin ensuciarlo? (José Mateos). 113
Amor es buscar al otro: el que nos esquiva o dibla diablescamente.
114
Andé pero no anduve: y necesito andar bien para dormir mejor.

65
115
El Dios aristotélico es onanista: como la serpiente que se muerde la cola (urooboros,
autocoitio, autocognición, autoafirmación).
116
A menudo una persona muy inteligente se enamora de otra muy tonta: la cual
representa para aquél el tiempo retenido, ralentizado o estático (cuasi extático).
117
Hay trechos de la vida que los andamos con la piel a cuestas como San Bartolomé: y
hay otros trechos en los que la piel se ajusta/ajunta a nuestra carne con exactitud
serpentina.
118
La soledad como ahuecamiento interior: a la sombra del sol.
119
Permanecer en lo abierto es no permanecer: sino transitivamente.
El futuro es nuestro: lo sostendremos bajo tierra. 121
Ahuecar el ala: el silencio es cóncavo.
122
Por lo demás no hay elección (J.A. Goytisolo): sólo nos queda la selección.
123
Hace un aire iracundo que en mi pueblo llaman airera: he salido aireado aunque airoso.
124
Me encanta la libertad: para no hacer nada. 125
Azul marino: azul mariano.
126
El alma es la guía: los movimientos anímicos son el cauce. 127
Cuidado con los impulsos del alma: atenerse a los pulsos (y no a las pulsiones súbitas).
128
Cuidado con las pasiones del alma y su curso rápido: respetar los movimientos lentos.
129
Diferenciar entre los afectos superficiales y las afecciones hondas.
130
Situarse entre el exceso y el defecto: entre el desborde y la sequía: nadando en el curso
del río o flujo.
La mitología no explica hechos: los enmarca simbólicamente.
132
No tratar de superar nada: supurarlo todo.
133
Seguir lo movimientos rápidos del alma si son creativos: desactivarlos si son destructivos.
134
Hay que saber con quién nos las habemos: a veces mis alumnos no saben con quién se
las han.
135

66
Nuestros símbolos patrios son demasiado pétreos: el día de la Patria es el día del Pilar.
136
La actual filosofía de la autoayuda sigue siendo ingenuamente optimista ya que no
suele tomar en serio la negatividad: yo prefiero hablar de heteroayuda como alterterapia
(la ayuda que asume la otredad).
137
La actitud heroica consiste en influir en los demás, la actitud de autoayuda es
antiheroica y consiste en influir en uno para fluir después: la actitud de heteroayuda
consiste en confluir (coimplicarse, abrirse al otro).
138
La autoayuda funciona entrando en sí para influirnos dentro y fluir fuera: la
heteroayuda funciona por asunción interior y salida de sí al otro.
139
La clave está en la autoasunción abierta: exposición existencial (ecce homo).
Asumirse no es aceptarse pasivamente: es aceptarse dinámicamente.
141
De pequeño me enseñaron a ser mayor: de mayor voy a aprender a ser pequeño
(Bunbury).
142
La educación clásica consistía en un despliegue extroversor tratando de dominar la
situación: la reacción de autoayuda consiste en un repliegue cuasi narcisista basado en la
autoestima: por su parte la heteroayuda consistiría en el redespliegue o coimplicación de
alma y mundo, yo y la otredad (dialéctica de los contrarios).
143
Fluir es flotar evanescentemente: confluir es reflotar activamente.
144
Heteroayuda no es sólo ayudar al otro sino dejarse ayudar por él: nos abrimos al abrirnos
al otro porque este nos abre. 145
Nos ayudamos al ayudar al otro: porque al hacerlo somos ayudados consecuentemente
por el otro.
146
Sócrates, según Hegel, sería el héroe viril que asume la muerte frente a la ley
tradicional de Atenas: pero Kierkegaard ve en Sócrates un héroe racional de fondo
religioso (podríamos hablar de un héroe antiheroico).
147
Amor es nombre de persona (Tomás de Aquino). 148
La realidad es seísmica: Dios, el ser y el sentido bailan en el abismo.
Resistiremos hasta que no resistamos: lucharemos hasta la derrota final.
150
Hermes marca el sentido vital con su falo: el sentido de la falicidad como felicidad.
151
La auténtica libertad como liberación de sí mismo: del sí-mismo (creatividad).

67
152
El amo ofrece la comida a su perro con desafecto: el perro toma la comida afectado
(afectado por esta y por su amo).
153
El vacío en Oteiza como vaciado de la materia: vacío matricial.
154
La vida es luchar con el ser hasta horadarlo: obteniendo su ahuecamiento (nada
simbólica).
155
Me acerco a la nada simbólica a pasos certeros: en su gran bola de cristal veo brillar
opacamente la síntesis de mi vida, el desfile del existir, el fulgor y el desierto, la llama y la
nieve, los rostros que suben y bajan bailando, el amor y el resquemor, la estroma
esencial.
156
A través de su masculinidad externa se entreveía su feminidad interna: por allí se coló mi
lascivia amorosa. 157
El amor no es verdad: porque es bondad.
Descubrir un amigo es descubrir un nuevo continente: de viejo contenido personal.
159
A. Escohotado reconvertido en anarcocapitalista. 160
El loto es símbolo de apertura: procede de las aguas sobre las que se abre.
161
Amor sepultura me abra en la tierra (Cervantes). 162
Allí donde hay belleza hay amor: y allí donde hay amor hay belleza o se concrea.
163
A cierta edad casi todo es perjudicial: porque lo que se recibe se hace según el que lo
recibe.
164
Y, sin embargo, lo bueno de cierta edad es que ya no haces cola tras la felicidad: la
cual puede entonces colarse y advenir subrepticiamente con un leve toque gratificante.
165
Qué visto está nuestro pequeño mundo: los arquetipos se repiten como estereotipos y
los tipos repiten como prototipos.
166
Amar es proyectar una especie de rayo láser violeta sobre el campo magnético de la
persona amada: induciendo en su almario un cromatismo inédito.
167
Mi filosofía propugna el asuncionismo o asuntivismo, es decir, la asunción de lo real:
recogiendo lo bajo en lo alto, la materia en el espíritu, lo sensible en lo inteligible, la tierra
en el cielo y lo humano en lo divino (así en la Asunción de la Virgen María en cuerpo y
alma a los cielos).
168

68
Es fácil hablar de asumir la muerte: aún es más fácil practicarlo (ya que lo hace por
nosotros la naturaleza). 169
El amar como descubrimiento del mutuo secreto: el mutuo secretar del corazón abierto.
170
Sin amores la vida es aburrida e insípida pero tranquila: con amores la vida es abigarrada
y picante pero turbulenta. 171
Otra vez la presencia arrebatadora con su voz niña, los ojos de noche cerrada y los
bucles caídos: otra vez la presencia arrebatadora con sus miembros cual aspas al viento,
la cara redonda lunar y el torso convexo: y otra vez mi corazón amotinado, el alma
enhiesta y el pensamiento en vilo.
172
Me adormezco acechando lo que sucederá: ¿qué será? 173
Sin el desamor no se notaría el amor: sin la infelicidad no se notaría la felicidad: sin el
nacimiento y la muerte no se notaría la vida: sin el sinsentido no se notaría el sentido: sin
el diablo no se notaría Dios (y viceversa).
174
Sin la mujer no se notaría el hombre, y viceversa: y sin viceversa no habría versión
de la realidad, la cual consiste por lo tanto en la coversión de los contrarios.
175
La filosofía es la loca de la casa: y el filósofo el loco del lugar (genius loci).
Era el colega más loco y ahora es el más cuerdo: milagros del acuerdo, efectos del afecto,
coimplicidad. 177
Distanciarse de unos y acercarse a otros: los movimientos del corazón.
178
La tierra reverdece, el agua promana, mi corazón titila: y tú emboscada.
179
La soledad (acompañada) evita la compañía (desolada). 180
La compañía (solidaria) evita los problemas de la soledad (solitaria).
181
Hacemos cosas bien hechas que han salido mal: hagamos alguna cosa mal por si sale
bien (si es que no hay mal que por bien no venga).
182
El amor está latente: y la violencia latiente.
183
No ganar ni ser vencido: empatar (empatía). 184
Las Vírgenes Negras probablemente simbolizan la tierra matricial (acaso ennegrecida por
el Sol divino). 185
La inquietante belleza de este mundo contrasta con la aquietante tranquilidad del otro
mundo.
186
Las tierras volcánicas de Canarias: duras y frágiles como sus gentes (J.A. Labordeta).
Poner el corazón en una creatura para hacerse creador: el hombre imita así a Dios.

69
188
Tengo todos los límites: y omnímodas posibilidades. 189
La equivocación del País vasco-español consiste en no haber tenido en cuenta al País
vasco-francés: que nos lleva años luz (empezando por San Juan de Luz).
190
Enseño filosofía a gente afilosófica: como otros enseñan Derecho a gente sentada.
191
Mis Diarios de Comillas muestran un alma encharcada y un corazón empantanado: la
propia escritura está anegada. 192
El dragón oriental y el león occidental se conjugan en el Circo del Sol.
193
Como te ven te tratan: como te vendes te contratan (J. Muniain).
194
La globalización contra la gleba.
195
No superar nada sino supurarlo todo: porque superar es sofocar, mas supurar es traspirar.
196
Tengo una felicidad fatua: quizá es que sólo el fatuo puede enfatizar la felicidad.
La buhardilla como símbolo de la vida: bella pero desvencijada, y finalmente
vencida/vendida.
198
Buda medita bajo la higuera sagrada: pero muchos seguidores meditan directamente en la
higuera.
199
Tengo un toque delirante: un toque de lira lírica. 200
La autoestima consiste en no buscarla: el sentido consiste en no reclamarlo: la
felicidad consiste en no exigirla: y Dios consiste en no demostrarlo.
201
Es tan pueril que le gustan los niños: es tan juvenil que le gustan los jóvenes: es tan
maduro que le disgusta lo crudo: es tan viejo que ya le gustan los ángeles/ángelas.
202
Me han puesto a parir por hablar tanto de la madre: y, en efecto, la madre es la causa
de todos los males porque es la causa de todo(s).
203
Yo veo al hombre de hoy como siempre: asustado, inseguro y perplejo ante la propia
vida.
204
En la vida es importante entretenerse con algo útil o interesante: por ejemplo una afición
cultural.
205
La gente celebra el año 2005, pero estamos en el año 2011: Jesús debió nacer el año
sexto antes de nuestra Era.

70
Oclusión: Carta a un discípulo que sufre amor
Amor: creer que el cielo en un infierno cabe. LOPE DE VEGA
Querido amigo:
Ayer me trasmitió un común colega helvético que padeces amor y, aunque quise
enviarte un e-mail de apoyo, prefiero esta carta de apoyatura. El correo electrónico es
frío y virtual, esta carta está escrita a mano tras una comida caliente en la que he podido
recordarte recortando tu silueta en el breve horizonte que diviso a través de la ventana
por la que trasluce a contraluz el sol.
Recordándote y recortándote alto y altivo, joven y bien parecido, simpático e
inteligente —todas esas calidades que seguramente tú mismo te niegas ahora a
reconocerte porque alguien ha renegado de ti. Pero tú las tienes, además de ardiente
humanidad, y si aun así padeces por amor es que la cosa se las trae: el amor no se
compadece con el hombre. Digámoslo más claro, si tú el afortunado tienes cuitas de
amor, ¿qué será del pobre cuitado? Si tú el afortunado tienes problemas de amor,
entonces es que el mismo amor/ amar es un problema humano.
Quizás ocurre que el más apuesto apuesta más por el amor hasta quedar expuesto,
devengando entonces el amor intereses especiales. O dicho desde la otra perspectiva,
acaso el menos apuesto sea fácilmente depuesto en las lides del amor y sus lances,
debiendo adoptar una postura adaptativa a las exigencias de eros. Si ello fuere así, como
parece, nos hallaríamos ante una obviedad flagrante que solemos olvidar fácilmente: que
es la belleza la que padece el amor precisamente porque el eros se inflama al primer
golpe de vista de la pura guapura impura.
De aquí procedería cierta dificultad sublimatoria propia del agraciado ante la súbita
aparición ciega por cuanto deslumbrada del amor, ceguedad que fácilmente puede
resultar aciaga. Por eso los menos agraciados no solemos, desde Sócrates, sufrir la
desgracia del amor ciego, puesto que portamos el amor a la belleza pero no la belleza
fúlgida. Lo cual nos obliga a buscar vías indirectas y artilugios retóricos para compensar
la falla, así como sublimaciones, elevaciones o suspiraciones ante la falta de lumbre
amorosa. Sin duda, el tradicional artilugio simbólico es la consabida trasfusión de los
deseos carnales en efluvios anímicos y consolaciones espirituales (entre las que se
encuentran las intelectuales), trasmutando alquímicamente la libido sexual en eros, la
erótica en afección anímica, el afecto en amor y, ya en los llamados pneumáticos, el
amor en caridad agapeística. Todo un proceso de sublimación de lo subliminal que
excepcionalmente allega al umbral de lo sublime, a través de la sutilización y el
simbolismo que trasforma al animal en hombre, al hombre en humano y al humano en
trashumano, es decir, en trashumante de las praderas celestiales (nuestro Juan de la
Cruz).
Pero no temas, no quiero darte ninguna lección de filosofía platónico-cristiana, a la
que eres aún desafecto, sólo quiero recordarte y recordarme —recordarnos— que la
propia visión nietzscheana de la trasfiguración artística, a la que eres más adicto, no deja
de obtener relación tanto con la sublimación socrático-platónica como con la

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transustanciación cristiana. Cabría hablar de algún tipo de superación no-represora de la
libido, superación que yo denominaría «supuración»: la cual consistiría en la
amplificación o expansión de eros y no en su reclusión tradicional, así pues en la
autoasunción del fondo abismático de lo real constituido por la pulsión de la vida y de la
muerte (Eros y Thanatos).
Y es que el amor encarna esa pulsión vital-mortificante: por eso amar es vivir y morir,
y por lo mismo ser amado es ser (con)vivido y mortificado, como lo muestra nuestra
experiencia cotidiana. Mas detrás de nuestra vida y nuestra muerte está radicalmente
nuestro propio nacimiento causado por la pulsión de amor de nuestros padres. Por lo
tanto el amor encarna el bien y el mal, la gracia y el pecado, la expansión y la impansión,
la inspiración y la expiración. Y, en efecto, así lo presenta el Génesis bíblico en un
lenguaje cifrado, cuando narra el simbólico acto de amor entre Adán y Eva como
manducación de la manzana mitológica, cuya consecuencia dramática consiste en
abandonar el infantil Paraíso irreal y entrar consciente y consecuentemente en la historia
real de la humanidad en el mundo.
Y bien, me dirás irónicamente que la historia de Adán y Eva, el Hombre y la Mujer,
no es exactamente tu historia, y te sonreirás de mi perorata filosófica. Motivos ya no te
faltan para sonreír maliciosamente, ya que, por una parte, remedios vendo y para mí no
tengo. Por otra parte, tu rictus sonriente bien puede deberse al hecho de que tu pareja de
breve trecho/hecho —ahora maltrecho y deshecho— no fuera precisamente una Eva sino
un Adán, cuyo desfalco amoroso es el motivo de tu actual desazón homoerótica. La
complicación de eros se reduplica en el caso del eros homoerótico, aunque nada más
fuere por la larga tradición de traición a ese dios pagano y criptocristiano, cuyas
consecuencias han sido a la par el machismo y el antifeminismo (por no hablar de la
ignominia histórica y psicosocial). A ello se adjunta la minoridad que el eros homosexual
representa en el mundo, lo que lo ha convertido en fácil chivo expiatorio en ámbitos no
democráticos.
Y, sin embargo, he de recordarte, joven amigo, que vives en el privilegiado ámbito
democrático centroeuropeo, en una bonita ciudad suiza en cuya universidad impartes
brillantes lecciones a estudiantes y estudiantas. Considera y pondera, querido amigo, qué
hubiera sido de ti si, en lugar de pasar tu florida juventud allá, la hubieras pasado acá
entre nosotros los celtíberos en unos tiempos no tan lejanos. Es verdad que ahora España
es democrática y abierta, pero su apertura aparece a veces frágil y artificiosa, así en el
caso de la proclamación oficial de los derechos de los homosexuales y la permisión legal
de matrimonios gays, que parece realizarse sin naturalidad y a contracorriente o, como
dice insidiosamente la oposición conservadora, por decreto-ley.
En efecto, aquí no ha habido una previa cultura homoerótica como en el norte
europeo, y aún hoy día el estigma del marica sigue latente entre nosotros, por eso hemos
importado el término gay para no tener que hablar, ay, de homosexual: se trata de un
término extranjero que suena bien (alegre), es corto y cauto, cuya pronunciación no da el
cante ni, por tanto, tanto corte, disipando las dudas autóctonas sobre nuestra hombría de
pelo en pecho. Pero nuestros viejos términos inquisitoriales —mariquita y maricón— aún

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prosiguen su curso legal, otrora reforzados por el bravucón Queipo de Llano y hoy en día
por el castrense/castrante Fidel Castro.
Por otro lado, sostengo la maliciosa hipótesis de que la proyección actual de la
homosexualidad hispana podría ser un refuerzo de cierto machismo ibérico, a juzgar por
sus bigotudos representantes, excluidos y ridiculizados los afeminados (o bien
folklorizados todos por Almodóvar en sus películas). No olvides pues, buen amigo, que
aún hay diferencias culturales entre la rubiandad efébica suizogermana y nuestra hirsuta
morenez hermana, aunque debo decir en honor de la verdad-sentido que la rigidez
helvética es compensada aquí por nuestra espontaneidad, clima y gastronomía (factores
todos bien enjundiosos como para poder enjugar cualquier defecto o defección, desafecto
o desafección).
Bueno, amigo, pensaba haberte escrito una misiva breve e incisiva, mas me ha salido
este churrigueresco churro o rollo. Quería solamente intercalar o intertextualizar tu
padecimiento que expresa la cruel disarmonía del hombre en este mundo. Mi experiencia
de hombre viejo y viejo filósofo me ha enseñado que el padecer constituiría la
infraestructura de la vida, cuya suprastructura sería la alegría y el gozo. Lo enigmático
del caso es que ambas parecen coimplicarse mutuamente, de modo que no hay alegría
sin sufrimiento, ni gozo sin padecimiento. Esta no es una consideración religiosa, aunque
también, sino el ejemplo de una dialéctica universal de los contrarios que configura
nuestra existencia en el mundo sobre bases metafísicas.
Por eso hay gente que para no intoxicarse, prefiere contener sus apetitos (calidad
versus cantidad, frugalidad exquisita, contentamiento): lo cual no es ninguna tontería
tratándose de drogas tan duras como el sexo y otros estupefacientes que a menudo dejan
no sólo estupefacto sino estupidofacto. Tanto el platonismo como el cristianismo, por no
hablar del budismo, pero también el estoicismo y el epicureísmo, han insistido en la
distancia crítica respecto al mundo y sus luengos atributos. Interesante resulta al respecto
la figuración de la amistad como actitud personalizadora del amor, aunque la amistad
tampoco resista al tiempo y su demolición. Pues sí, todo se nos va de las manos, todo se
desvanece, todo fenece, todos desfallecemos y finalmente fallecemos. Y bien, quedará
flotando en el hueco de la mano la ternura, aún nos queda la oquedad del alma,
permanece la muerte como abertura radical a la otredad.
El amor que nos da la vida nos acaba matando: nos salva y aniquila a un tiempo. El
amor nos mata y regenera (dicho paganamente), nos mata y resucita (dicho
cristianamente), nos mata y abre (dicho filosóficamente). En esa abertura está a la vez la
herida y su sutura, porque por ella circula el sentido de la vida y de la muerte, el sentido
de la muerte y de la vida: agujero del ser desreificado, rajadura del mundo descosificado,
trascendencia inmanente, cuya figuración-límite es...
[...] eso que se da discreto, tangencial, inabordable: eso que a sabiendas de no ser se
busca.
[Enrique Noriega].
Eso que sabiendo que no es resiste: lo que no existe pero persiste, el amor más allá y
más acá del amor, a su través, transido.

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Adiós amigo: sé que lo que te escribo suena algo ridículo en nuestro tiempo. Ojalá lo
percibas así y el rictus de tu rostro se rice en risa: entonces se abrirá tu rostro al rastro del
sentido, y ya no tratarás de superar nada sino de supurarlo todo. Esperando empero
hayas encontrado aquí alguna referencia o al menos aferencia, te envío mi mejor agur,
augurium o augurio.
Posdata . Cabría resumir lo dicho afirmando que el amor expresa la aceptación de la
vida, por ello Dios crea y se encarna por amor, por eso el Hombre procrea y se
reencarna por amor. Pero aceptar la vida es aceptar la muerte, simbolizada por el
desamor: el cual sólo se supera/supura con un amor más depurado, al asumir el desamor
como una especie de ahuecamiento anímico y a la muerte de amor como un tocar el
fondo de emergencia. Pues eso es amor: quien lo sufrió lo sabe.
Vale.

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Índice
Prólogo, por Félix Gerenabarrena Artamendi .................. 007
Presentación .................................................................... 011
Pórtico. Erótica cultural .................................................. 013
Introducción. Aforística y arte de ingenio ..................... 019
Obertura policultural. Sentido y vida ............................. 027
AFORÍSTICA
Guía de términos lúcido/lúdicos ..................................... 039
Aforismos de circunstancias ........................................... 047
Meditación frente al mar ................................................. 065
La realidad animada ........................................................ 093
De la felicidad y otras ilusiones ...................................... 115
Oclusión. Carta a un discípulo que sufre amor ............. 137

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Índice
Presentación .................................................................... 011 7
Pórtico. Erótica cultural .................................................. 013 8
Introducción. Aforística y arte de ingenio ..................... 019 11
Obertura policultural. Sentido y vida ............................. 027 15
AFORÍSTICA 20
Aforismos de circunstancias ........................................... 047 25
Meditación frente al mar ................................................. 065 35
La realidad animada ........................................................ 093 49
De la felicidad y otras ilusiones ...................................... 115 60
Oclusión. Carta a un discípulo que sufre amor ............. 137 71

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