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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA

LA MOLINA

EPG
ESCUELA DE POSTGRADO

ESPECIALIDAD DE PRODUCCION
ANIMAL

Sistemas Silvopastoriles

Métodos de Protección de Árboles en


Pasturas

DOCENTE : Ph.D. María Helena Souza de Abreu.

ALUMNO : Ing. José Carlos Guzmán Barzola .

LIMA – PERÚ
2010

INDICE

Página.

I. Introducción 2

II. Revisión de Literatura 3

2.1 Antecedentes de los Sistemas Silvopastoriles. 4

2.2 Efecto del pastoreo sobre las leñosas 4-6

2.3 Estudios de Protección de árboles en potreros pastoreados 6-9

III. Conclusiones 10

3.1 El manejo del pastoreo. 10-11

3.2El uso de repelentes. 11

3.3La protección mecánica. 11


3.4 Protección de plántulas con bosta 11
IV. Bibliografía Consultada 12-13
I. Introducción

La actividad ganadera en la actualidad es lograr una producción acelerada y


sostenida congruente con el uso racional de los recursos naturales. Los
sistemas silvopastoriles constituyen un enfoque valido, necesario y actual para
la investigación y el desarrollo de estrategias de producción pecuaria que
combinen la producción de alimentos de origen animal de alto valor biológico
(leche y la carne), simultáneamente con aquellos productos de origen vegetal
(madera, frutos), contribuyendo así a la preservación del medio ambiente y los
recursos naturales de los cuales hacemos uso.

En los sistemas silvopastoriles en que los animales tienen acceso directo a las
áreas donde se encuentran las leñosas perennes palatables para el ganado,
los animales consumen sus hojas y frutos. Sin embargo, independientemente
de si las leñosas son comestibles o no, los animales son fuentes potenciales de
daño para las leñosas, si es que raspan la corteza, se rascan en el tronco,
cosechan los nuevos brotes o pisotean las plántulas recién emergidas.
La inclusión de árboles dentro de potreros, que son pastoreados, es una de las
principales limitantes para el establecimiento de un sistema silvopastoril, debido
a que durante la fase de establecimiento los árboles sufren daños mecánicos
por parte de los animales. Lo anterior, hace necesario la implementación de
sistemas sencillos de protección para estos árboles que permitan el
establecimiento de los mismos en las áreas que están siendo utilizadas para
pastoreo.

Con la finalidad de mostrar alternativas que concilien la convivencia de leñosas


y la actividad de criar animales en potreros de forrajes, el presente trabajo
tiene como objetivo; dar a conocer los métodos que permitan una mayor
sobrevivencia de árboles plantados en potreros bajo pastoreo.
II. Revisión de Literatura

2.1 Antecedentes de los sistemas silvopastoriles

Los sistemas ganaderos tradicionales han perdido competitividad económica


debido a tendencias estructurales en la baja de precios y a la disminución del
rendimiento de las pasturas por degradación biofísica (Guillén et al., 1998;
Hirvela et al., 1989). En contraste, la madera se ha revalorizado
comercialmente más que la ganadería de carne (Howard, 1995). Un incremento
de la producción forestal, a través del manejo de árboles en fincas en sistemas
agroforestales, podrían ser una vía para evitar los altos costos financieros que
implica el largo plazo del retorno en las plantaciones puras

Sin embargo, la siembra de árboles en potreros está muy limitada por los
daños, principalmente el ramoneo y pisoteo, causado por los animales a los
árboles de interés maderable, especialmente durante las fases iniciales del
establecimiento de los árboles.

Los sistemas silvopastoriles vienen destacándose debido a las innumerables


ventajas en relación a los sistemas basados en monocultivos de forrajeras.
Estos están basados en prácticas de manejo que implican la presencia de
animales pastoreando debajo de los árboles. Los árboles pueden ser de
vegetaciones naturales o plantadas, con fines diversos como madera,
productos industriales, o con el doble propósitos de nutrición y sombra para los
animales, pensando en la producción animal (Sánchez y Rosales, 1999),
citados por Andrade, J, Hernán y Muhammad Ibrahim, (2000). De esta forma la
implementación de sistemas silvopastoriles representa una alternativa para la
recuperación de áreas degradadas y se podría promover la sustentabilidad de
la producción agropecuaria en armonía con el medio ambiente.

En un sistema silvopastoril con plantaciones de Acer pseudoplatanus L.,


manejadas bajo pastoreo, (Wairiu et al. 1993), citado por Andrade, J. Hernán y
Muhammad Ibrahim, (2000). Detectaron mayor resistencia a la penetración de
los rayos solares debajo de la copa de los árboles que en los espacios abiertos,
lo cual atribuyó a que los animales usaran los árboles como protección, y
permanecieron más tiempo debajo de sus copas, lo que redundó en una mayor
compactación del suelo.

Sánchez, G.A. y Payne, L. (1997). Enfatizan que la conversión de los sistemas


tradicionales de pasturas (monocultivos) en sistemas silvopastoriles requiere
superar desafíos tecnológicos relacionados a la implantación de árboles en
áreas ya establecidas con pasturas.

2.2 Efecto del pastoreo sobre las leñosas

(Simón, 2000). El ganado dentro del potrero complementa su dieta con brotes
tiernos de árboles, principalmente en invierno cuando la disponibilidad forrajera
de los pastizales disminuye. El daño que causan los animales a los árboles
cuando consumen el follaje es mayor cuando las plantas se encuentran en
estadíos juveniles en los cuales el meristemo apical, es fácilmente consumido
por estar al alcance de los animales y que el tallo no haya engrosado lo
suficiente como para resistir la presión de los animales al rascarse en ellos. El
daño por la presión al rascado también lo pueden sufrir árboles y arbustos que
no son de propósito forrajero, mayormente por animales como los caprinos.

Así, el ramoneo afecta la estructura de los árboles y la calidad de los individuos


jóvenes, lo cual en muchas especies resulta en la pérdida de su valor comercial
(Givaldo, V. Botero, L. Saldarieaga, J. y David, P. 1995). Ya que al ser destruido
el ápice de los árboles, brotan yemas laterales y de esta manera pierden su
porte arbóreo para tomar una forma arbustiva o achaparrada. De esta manera
se han encontrado individuos de cerca de 50 años pero solo de 150 cm. de
altura mientras que en ausencia de este estrés, la planta alcanzaría los 14
metros. El grado del daño está directamente relacionado con la carga animal y
la disponibilidad de forraje en el potrero. Además argumenta Skerman, (1991).
El problema puede complicarse si las heridas provocadas por el ramoneo
favorecen el ingreso de patógenos (p.e. hongos) que comenzarán a pudrir su
interior desde temprana edad.

Pezo e Ibrahim, (1998). Mencionan que; el efecto de los animales sobre los
árboles es variado, y es crucial en las primeras etapas de vida: ya que las
plántulas pueden morir por pisoteo de animales pesados como los bovinos, o
ser consumida su corteza por caprinos, ovinos que cortan el brote apical
disminuyendo así las probabilidades de desarrollo.

Pero la protección del tronco, aunque muy importante, es sólo una parte de la
protección a los árboles. Un efecto indirecto que puede afectar la productividad
de los árboles en plantaciones manejadas bajo pastoreo, es la compactación
ejercida por los movimientos y actividades de los animales cuando buscan
protección de los rayos solares, ya que estos aplican presiones sobre el suelo
comprimiendo sus partículas y agregados; pudiendo interferir con el desarrollo
radicular de los árboles dentro de las pasturas, reduciendo el espacio libre en el
suelo (porosidad), restringiendo el movimiento del aire (oxígeno), dificultando el
ingreso del agua. Todo esto altera las características físicas del suelo pudiendo
presentar densidades aparentes superiores a los 2gr/cm3, es decir tan densos
como el ladrillo o el hormigón, aumentando así su resistencia mecánica; ya que
la zona de compactación se encuentra en los 30cm superficiales del suelo,
misma área que ocupan las raíces, siendo el daño mayor cuando el suelo es
arcilloso. (Montoya, O.1980).

2.3 Estudios de protección de árboles en potreros pastoreados

Según refiere, Romero et al. (1991), citado por Pezo e Ibrahim, (1998). En una
prueba para lograr protección contra el daño físico ejercido por los animales en
pastoreo, cuando introdujeron estacas de poró (Erythrina beteroana) en
campos de pastoreo degradados. Observo que la mayor sobrevivencia de
árboles (59%) se logro cuando amarraron tres estacas de poró con dos cañas
bravas dispuestas en forma de “X” y cuando las estacas fueron amarradas a
1.8m de alto, usando un alambre liso templado entre dos postes. En contraste,
cuando no se utilizo protección, la sobrevivencia de las estacas fue de solo
21% cuando existían otros árboles en el potrero y 0% cuando solo las estacas
se encontraban en los potreros.

Toit, J y Natis, A. (1991). En un estudio con ovejas que habían consumido una
dosis de 3 gramos de LiCl en un concentrado calfmana, se observo que
mostraron una aversión estadísticamente significativa para este alimento la
segunda vez que se les ofreció. Por lo que los investigadores concluyen que
después de una sola dosis de LiCl se puede inducir a la aversión asociada con
el alimento que contenía la toxina, y el grado de aversión varia según la dosis a
la que fueron expuestos los animales. Pudiendo considerarse la aspersión de
LiCl sobre árboles con fines comerciales o de alto valor dentro de potreros
como una potencial hipótesis a someter a prueba en posteriores experimentos.

Montoya (1980) citado por Ramírez, M y Romero, O. (1988). evaluaron, en un


potrero ubicado en Mato Grosso en Brasil, los costos de establecimiento de
árboles forestales con plántulas altas en pasturas con animales a pasto. Los
resultados demostraron que el tratamiento utilizado (protección de las plántulas
con alambre con púas en espiral con una estaca) fue capaz de permitir el
crecimiento de los arbolitos. El análisis económico de los resultados demostró
un aumento de 9% en el costo de la actividad ganadera, lo que llevaría a una
disminución de 27% en el retorno económico. Este retorno económico negativo
solo sería compensado cuando la sombra proporcionada por los árboles
aumentase la ganancia de peso de 0.04 kg/día.

Por otra parte Pezo e Ibrahim, (1998). Proponen retirar los animales por un
largo período de 2 a 3 años para el crecimiento de los árboles hasta que estos
logren una altura de 1.5 a 2.0 metros donde no puedan ser consumidos sus
meristemos apicales por los animales en pastoreo; o la construcción de cercas
de protección. También; García y Couto (1997) citados por Rasmo et al., (2000)
recomendaron la entrada de animales en sistemas compuestos por eucaliptos y
pasturas solamente cuando los árboles alcancen los 2 metros o sea después
de 2 años de edad. En la mayoría de los casos, estas prácticas no son viables
debido a alto costo de la tierra, de la mano de obra y del material, además de
no poder contar con un ingreso constante de dinero durante el período de
crecimiento de los árboles.

Ribask y Montoya (2000), citados por Virgilio, M. Rogério, M. Mauricio, R.


(2001). Trabajaron en un experimento que se instaló en la Hacienda Modelo del
Instituto Agronómico de Paraná/IAPAR, situada en el municipio de Ponta
Grossa. El objetivo fue probar especies forestales y métodos de protección de
plantas altas establecidas en pasturas naturales, para propiciar con mayor
rapidez y durabilidad los efectos benéficos de la arborización sobre el ganado.
Los tratamientos fueron combinaciones factoriales de cuatro tipos de protección
de plantas y de ocho especies forestales. Los tipos de protección utilizados
fueron: T0 - sin protección (testigo), T1 - con tres estacas (cerca triangular) de
alambre de púas; T2 - con dos estacas en espiral de alambre de púas; T3 - con
una estaca guía. Las especies forestales fueron: leucaena (Leucaena
leucocephala), ipê-roxo (Tabebuia avellaneade), angico (Parapiptadenia rigida),
araçá (Psidium cattleianum), dedaleiro (Lafoensia pacari), alfeneiro (Ligustrum
lucidum), tipuana (Tipuana tipu) y monjoleiro (Acacia polyphyla). Estas
combinaciones fueron dispuestas en un delineamiento completamente al azar,
con cinco repeticiones. El área del experimento fue de 23 040 m 2 de pastura
natural.

Los resultados mostraron: a) la espiral de alambre de púas (engrapado con una


estaca presa a la planta y enrollado en vueltas sueltas hasta el suelo) fue la
que mejor protegió a los árboles. La cerca triangular, a pesar de ser más
eficiente, no fue suficientemente fuerte para soportar la presión de los
animales, pues fueron utilizados soportes de 5-8 cm. Para prensar los
alambres. Los otros tratamientos fueron totalmente ineficientes. La destrucción
de los árboles sembrados directamente en el pasto, con presencia del ganado,
fue generalizada, restando apenas cerca de 10% intactos. Los motivos
principales de este resultado negativo fueron el tamaño insuficiente de las
plantas al momento de su traslado al campo y la poca resistencia de las
protecciones usadas. Las plantas mayores y bien protegidas no sufrieron daño,
mientras aquellas con alturas de hasta 2.0 metros fueron ramoneadas y
quebradas por los animales, aún con la cerca de protección.

Por las observaciones de campo durante 6 meses, se concluyó que los árboles
deben ser mayores que 3.0 m de altura, con diámetros superiores a 5-6 cm, y
que las estacas de protección deben ser más resistentes, con más de 8 cm de
diámetro y por lo menos 1.8 m de altura.

En otro estudio conducido por el MAG – IDA – CATIE/CIID.(1990). Para


evaluar los métodos de Protección de estacas de árboles leguminosos en
potreros pastoreados en dos zonas; el primero se localizó en Neguev y el
segundo en campo cuatro de Cariari, ambos pertenecientes a campamentos
campesinos de IDA. La especie bajo estudio fue madero negro (Gliricidia
sepium), evaluándose siete tratamientos y siete repeticiones (Cuadro 1). Los
tratamientos estudiados fueron:

1. Tres estacas de madero negro ligadas entre sí por una caña brava
horizontal.
2. Cinco estacas de madero negro ligadas entre sí por una caña brava
horizontal.
3. Tres estacas de madero negro ligadas entre sí por dos cañas bravas en
forma de “X”.
4. Tres estacas de madero negro colocadas en forma de trípode.
5. Tres estacas de madero negro enrolladas con alambre de púas.
6. Tres estacas de madero negro situadas entre dos postes gruesos, los
que sostienen un alambre a 1.8 m. de altura al cual están atadas las
estacas.
7. Sin protección (testigo).
8. Se obtuvieron los siguientes resultados:

Después de 18 meses del establecimiento del ensayo los datos arrojan


diferencias significativas (P<0.005) entre tratamientos y entre sitios. Hubo
sobre vivencia de estacas de Gliricidia sepium establecidas en pasturas, según
tratamiento y sitio.

Cuadro 1. Se puede observar que en ambos sitios, los tratamientos 3, 5,6


fueron los mejores, ya que presentaron las menores mortalidades, siendo los
tratamientos 1, 2,7 de Cariari los de mayor mortalidad (más de 92%).
TRATAM SOBREVIVENCIA (%)
IENTO Neguev Cariari Promedio
Tres estacas de madero negro ligadas entre sí 38 4 21
por una caña brava horizontal.
Cinco estacas de madero negro ligadas entre 31 8 20
sí por una caña brava horizontal.
Tres estacas de madero negro ligadas entre sí 61 57 59
por dos cañas bravas en forma de “X”.
Tres estacas de madero negro colocadas en 33 33 33
forma de trípode.
Tres estacas de madero negro enrolladas con 57 47 52
alambre de púas.
Tres estacas de madero negro situadas entre 61 57 59
dos postes gruesos, los que sostienen un
alambre a 1.8 m. de altura al cual están
atadas las estacas.
Testigo 42 0 21
Fuente: MAG – IDA – CATIE/CIID. (1990).
III. Conclusiones

De acuerdo a los estudios anteriormente descritos en sistemas silvopastoriles


que incluyen árboles maderables o frutales, se han propuesto diferentes formas
de protección o prevención a las perdidas potenciales que pueden causar los
animales en pastoreo a las leñosas; entre estas se pueden mencionar:
3.1 El manejo del pastoreo.
3.2 El uso de repelentes.
3.3 La protección mecánica.
3.4 Protección de plántulas con bosta

3.1 El manejo del Pastoreo.


En aquellos sistemas en que los árboles también son fuente de forraje, la
respuesta a la ramoneo de los árboles prácticamente sigue los mismos
principios de consumo que el de las pasturas. Por lo cual es recomendable:
 Dejar área foliar remanente luego de una defoliación; con el objetivo de
minimizar el consumo excesivo de las reservas del árbol durante el rebrote.
 Alargar el intervalo entre ciclos de pastoreo; para lograr que se restituyan
las reservas que fueron utilizadas durante el rebrote. Otra técnica consiste
en hacer la primera defoliación hasta que los tallos hayan alcanzado una
altura de 1.0m a 1.5m, para lograr un adecuado engrosamiento de los tallos
y un desarrollo radicular que permita la acumulación de reservas.
 Otra alternativa de manejo silvopastoril es la clausura temporal de los
potreros para promover el redoblamiento de las leñosas. Hay que tener en
cuenta un potrero suplementario o alternativo para el pastoreo de los
animales por lo cual esta opción no resulta muy práctica en la actualidad.
 El uso de genotipos que tienen espinas (p.e. Bombacopis quinatum, Eritrina
spp.). En el caso de las leñosas que poseen espinas, con una corteza
suave y palatable, es frecuente el raspado de la corteza con los dientes,
pero también pueden ocurrir daños en las capas superficiales del tronco
cuando los animales rascan en él.
 Tenemos que considerar el buen balance que debe de existir entre la
disponibilidad de la pastura y la carga animal ya que una carga animal
adecuada previene daños por defoliación excesivas al follaje.
 También es recomendable postergar el ingreso de los animales mayores
(sea el caso de bovinos), hasta que transcurran los dos primeros años,
momento en el que los árboles hayan alcanzado una altura en la cual los
animales no puedan causar daños potenciales por defoliación de los
meristemos apicales. Pero es posible aprovechar la pastura durante estos
dos años con el ingreso de ovinos.

3.2 El uso de repelentes.


En las propuestas para el uso de repelentes podemos mencionar:
 Pintar el tallo con aceite mineral luego de la poda; para evitar patógenos
como hongos, entre otros.
 Pintar el tallo con Boñiga. Según Sánchez y Payne, (1997). El pintar el tallo
con excretas frescas previene la defoliación de aquellas leñosas que están
en estadios juveniles.

 Se puede considerar también, el uso del cloruro de litio como un causante


de aversión hacia especies de leñosas dentro del potrero.

3.3 Protección Mecánica.


Dentro de las alternativas de protección mecánica tenemos las siguientes:
 Construcción de estructuras parecidas a jaulas.
 Protección con estacas alrededor de los árboles.
 También el uso de cercas individuales, construidas con alambre de púas y
sostenedores, que de acuerdo al CATIE (1991), han demostrado ser
efectivos, incrementando así la sobre vivencia de las leñosas presentes en
pasturas.
 Vallas de protección; su efecto es separar los árboles de los movimientos y
actividades de los animales en pastoreo, para reducir el efecto de la
compactación del suelo
 Establecimiento de cercas eléctricas.
Esta opción, es muy costosa en aquellos potreros con alta densidad de árboles,
pero puede justificarse económicamente en aquellos sistemas en que los
árboles tienen fines maderables de alto valor de mercado.

3.4 Protección de plántulas con bosta

Dentro de las alternativas de protección manual tenemos las siguientes

Las bostas disminuyen los principales efectos negativos del pastoreo (ramoneo
y pisoteo) y al proveer un micro sitio favorable, mejora la sobrevivencia y el
crecimiento de los arbolitos.

Con el substrato bostas, se obtuvo los mejores resultados cuando se utilizó


una carga animal mas alta de lo normal en la zona. Si se planta los arbolitos
directamente al suelo, es necesario no exceder la carga normal.

La clave del sistema parece ser el uso de una carga óptima para manipular las
preferencias del ganado por el pasto y mantener la altura del pasto a un nivel
adecuado para los arbolitos (sombreo, disminuir evaporación, proteger suelo).

Esta opción, es mas barata en aquellos potreros con poca densidad de árboles
IV. Bibliografía consultada

Andrade, J, Hernán y Muhammad Ibrahim, (2000). Sistemas Silvopastoriles:


Una Estrategia para Alcanzar la Sostenibilidad Ganadera, Curso Taller
Latinoamericano de Ganadería Orgánica con Énfasis en Bovinos Fundación
AMBIO UNED EARTH, San José Costa Rica.

Givaldo, V. Botero, L. Saldarieaga, J. y David, P. (1995). Efecto de tres


densidades de árboles en el potencial forrajero de un sistema silvipastoril
natural, en la región atlántica de Colombia. Agroforestería en las Américas,
Turrialba, 2(8):13-19.

MAG – IDA – CATIE/CIID. (1990). Métodos de establecimiento de árboles


leguminosos. Sistemas Silvopastoriles para el trópico húmedo bajo. Primer
informe Anual, segunda fase CATIE/CIID. Turrialba – Costa Rica. Pp. 95-98.

Montoya, O. J. (1980). “Efecto del arbolado de las dehesas sobre los factores
ecológicos que actúan a nivel del sotobosque”. XX Reunión de la Sociedad
Española para el estudio de los Pastos. Badajoz. 19 p.

Pezo D. e Ibrahim M. 1998. Sistemas silvopastoriles. Modulo de enseñanza


agroforestal No. 2. CATIE-GTZ. Turrialba, Costa Rica. 275 Pp.

Ramírez M, Romero, O. (1988). Encuesta Nacional del Café. Dic. IHCAFE.


Honduras.

Sánchez, G.A. y Payne, L. (1997). Survey of the cultural practices and uses of
Gliricidia sepium by farmers in Costa Rica. En: Gliricidia sepium (Jack) walp:
management and improvement NFTA y CATIE. Turrialba, Costa Rica.

Simón, L. (2000). Manual Práctico sobre el Silvopastoreo, CIC – DECAP. La


Habana, Cuba Pág. 19.
Skerman, P.J. 1991. Ramón de Leguminosas. Catálogo. En: Leguminosas
Forrajeras Tropicales. Colección FAO: Producción y Protección Vegetal. No. 2,
Roma, Italia. Pp602.

Toit, J. T. du, Provenza F. d. & Natis, A. (1991).Aversiones condicionales al


gusto. Que tan enfermo debe estar un rumiante antes de que este aprenda
acerca de la toxicidad en el alimento. Applied Animal behaviour Science,
volumen 30. Pp. 35-46.

Virgilio, M. Rogério, M. Mauricio, R. (1999). Manejo de la Regeneración Natural


para la Formación de Sistemas Agroforestales Ganaderos. Depto. de Ciencias
Forestales, ESALQ/USP, Horizonte MG Brasil.

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