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BUSCANDO EL ROSTRO DE DIOS.

Pasaje bíblico: Salmos 27:4-8


4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la
hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo
reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo
sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová;

Existen muchas cosas importantes en la vida del ser humano, pero lo mayor y
mejor es buscar y mantenerse dentro de la presencia de Dios. Al ser humano
le corresponde establecer la primera prioridad en su vida, y Dios se encarga
de ordenar las demás.

MUCHAS SON RAZONES POR LAS CUALES HAY QUE BUSCAR LA PRESENCIA DE
DIOS, ALGUNAS SON:

A. Dios quiere tener comunión con sus hijos.

B. Dios te diseño de tal forma que solo puedes ser plenamente feliz a través
de una relación íntima con Él. Salmo 16:11 dice: “Me mostrarás la senda de la
vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para
siempre.”

C. Dios es el único que conoce verdaderamente tus debilidades, el que puede


revelártelas, y el que puede librarte de ellas.

D. Solo ante la presencia de Dios puedes saber cuál es su voluntad para tu


vida. Mat. 6:33ª dice: “Mas buscad primeramente el reino...”

Todos en la vida siempre estamos buscando un punto de apoyo. Si buscamos,


con toda seguridad vamos a alcanzar. Si no buscamos no alcanzamos nada.
Cuando decidimos buscar a Dios lo encontramos. Pero a muchas personas le
resulta difícil buscar a Dios en medio de los conflictos y las corrientes
existentes a su alrededor.

Durante este tiempo tomaremos algunas escenas de la vida de Jacob y


descubriremos como pudo buscar y alcanzar la presencia de Dios para su
vida.

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Génesis 28:10-22 Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque
ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó:
y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que
subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham
tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia
como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán
benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte
a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo:
Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa
que casa de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la
alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la
ciudad primero. E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere
pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he
puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

1. Para buscar la presencia de Dios tiene que existir un cambio de conducta.

La conducta de Jacob no era de alguien con temor de Dios y de confiar en el.

Era de una persona que quería solo la protección de Dios porque:

a) Tenía problemas con su hermano Esaú y temía por su vida.

b) Estaba obligado a huir.

Para descubrir cuan real es la presencia de Dios tiene que existir un cambio
de posición en nosotros.

Nosotros no podemos buscar a Dios de acuerdo a lo que a nosotros nos


conviene o interesa, ni necesitamos los placeres de este mundo, ni seguir las
cosas de las cuales el mundo disfruta. La verdadera 'senda de la vida' se
encuentra en seguir al Señor, y seguir al Señor significa vivir separado de los
placeres del mundo y su sistema y ser consagrados a Él. ¡En la presencia de
Dios no sólo hay gozo, sino plenitud de gozo! ¡Y nosotros no necesitamos
disfrutar de nada sino lo que glorifica y exalta a Dios y sus propósitos!

Una vida sin compromiso y fuera de su perfecta voluntad, no lleva a nada, en


cambio buscando Su rostro, permaneciendo en Su bendita presencia,
encontraremos los verdaderos deleites para siempre.

Esto es lo que Pablo quería decir cuando dijo: "Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece".

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De pronto alguien dirá no me deleito al lado de los hermanos, en la
congregación, en Dios, no encuentro satisfacción. ¡No me deleito en las
cosas de Dios como debo! ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cómo puedo deleitarme
más en Dios? ¿Dónde comienzo? ¿Qué o como lo hago? "

Vuelva a la Cruz, si ¡Vuelve a la cruz! La carne que todavía dicta tus deseos
tiene que montarse en la sangrienta cruz y ser estacada con los clavos de la
mortificación. Gritará y pataleará hasta el final, sin duda, pero necesita ser
dejado y callado. Sigue golpeando en esos clavos hasta que la carne sea
dominada completamente y se mantenga cautiva a la cruz. Todo en tu vida
que sabes que está comprometido con el mundo, que sabes que no agrada a
Dios, necesita ser rendido. Ningunas auto justificaciones están permitidas.
¡Si está contra los principios de las Escrituras, o si sabes en tu corazón que no
glorifica a Dios, deshazte de ello! ¡Si es dudoso, deshazte de ello! Algo que
impida tener una conciencia absolutamente pura necesita ser tratado y
crucificado. Permite que la cruz tenga su obra completa porque es sólo en la
cruz donde puedes empezar a tener comunión con Cristo.

¡Entonces invoca el nombre del Señor! Clama para la presencia de Dios en tu


vida. Comienza pasando tiempo en oración ferviente ante el Trono,
implorando que las misericordias de Dios te perdonen, pero que también te
bendigan con Su presencia y Su compañerismo; que con Su Espíritu te
vivifique con poder en el hombre interior. Que el clamor de tu corazón sea
de simplemente conocerlo más. Aumenta tu tiempo devocional. Ora más
con frecuencia a través del día cuando puedas.

No digas que no tienes tiempo—tu encontrarás tiempo para lo que


realmente quieres hacer.

Y pasa tiempo en la Palabra. Lee la Biblia no como una tarea, pero para
conocerlo más. Estudia para comprender quién es Dios, en que se deleita, e
implora ante Su presencia que Él te dé poder para ser conformado a la
imagen de Su Hijo. Aférrate a las promesas de Dios en ese Libro bendito y
óralas a cumplimiento en tu vida.

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Otra manera de romper la barrera de la carnalidad hacia el reino del Espíritu
es apartando una cantidad determinada de tiempo en buscar a Dios por
medio de ayuno y oración. Toma un día, dos días, tres días, o una semana, y
abstiene de alimentos sólidos, pasa la mayor parte del día en la Palabra, en
oración, alabando y adorando a Dios.

Mientras continuamente crucifiques la carne y andes en el Espíritu con una


conciencia pura, tu espíritu-hombre interior será edificado y hecho fuerte, y
tu corazón será purificado continuamente y tus deseos llegarán a ser deseos
santos, verdaderamente, anhelos para la comunión de la presencia de Dios.

Tu corazón tendrá hambre y sed para justicia, y cuando seas llenado con el
bendito fruto del Espíritu, encontrarás la verdadera delicia interna en Dios, e
incluso podrás testificar con el Salmista, "Serán completamente saciados de
la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias" (Sal.
36:8).

2. Para buscar la Presencia de Dios debe existir un cambio de actitud.

Jacob, después de hacer un voto con Dios, continúa con su misma actitud,
Génesis 30: 25-43 le devuelve la trampa de Labán y tiene que volver a huir.

Un día hace otro pacto, Jura por el Dios que temía su padre Isaac Génesis
31:53 y tiene un encuentro cara a cara con Dios Génesis 32:22-32 y su vida
cambia.

Se reconcilia con su hermano Esaú y empieza una vida fructífera.

Bendice a sus hijos, nietos y hasta a nosotros llega su bendición.

Zaqueo, el recaudador de impuestos, pero también era judío conocedor de la


ley, sabia sobre el Dios creador del cielo y de la tierra, sabia sobre la Ley que
regía a los hombres de su tiempo, pero quería vivir y estaba viviendo bajo su
propia ley, no quería vivir bajo la cobertura del altísimo.

4
Pero ante un encuentro con Jesús dijo. La mitad de mis bienes doy a los
pobres.

Cumplió la ley y si en algo he defraudado a alguno lo devuelvo cuadruplicado.

Ante un encuentro con Dios, no existe otra alternativa, no se puede vivir bajo
la ley del hombre, hay que vivir bajo la ley de Dios, no más actos
desobligantes delante de Dios. No más ……

Tú eres dueño y si eres dueño basta ya, deja de vivir como si vivieras
arrimado y pidiendo limosnas.

3. Buscar la presencia de Dios, despertará en nosotros nuestro compromiso.

Génesis 28:10-22 dice que después del encuentro con Dios,

a) Se levantó de mañana, puso una piedra, derramo aceite sobre ella

b) cambio el nombre de aquel lugar a Betel

c) hizo voto con Dios haciendo referencia en todas sus necesidades básicas

Pan para comer, vestido. El regreso en paz en medio del conflicto familiar y el
compromiso de separar la parte que le corresponde a Dios.

Pero se le olvidó y volvieron los problemas, tuvo que volver a Dios volver a su
compromiso con Dios.

El Apóstol Pablo toma una decisión y dice “señor mi propósito ya no soy


siquiera yo, porque tú vives en mi” Gálatas 2:20

Hasta lo último, soy consciente que pronto voy a ser martirizado, voy a morir,
pero “he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe,
puedo morir en paz. 2Timoteo 4:7

¿Deseas volver a tu compromiso con Dios?

¿Qué clase de bendición deseas una efímera o una duradera?

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¿Cuál decisión tomas hoy?

4. Estar en su presencia tiene grandes beneficios, Dios nunca se olvida de


sus promesas.

a) Dios le había dicho a Jacob la tierra donde estas acostado te la daré a ti y a


tu descendencia.

b) Dios había garantizado su presencia y de no dejarlo solo en la travesía


difícil.

No basta con sólo ir a la iglesia. Necesitamos estar en contacto con Dios


constantemente, escuchando Su voz, Sus órdenes y Su dirección.

Dios no te ha llamado para que pases por la vida como si nada, tú distes un
primer paso, no te olvides de tu compromiso para con Dios.

Él está ansioso de cumplir sus promesas en ti.

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