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son los agentes responsables de este proceso? narse la vida y la que enseña a vivir. La primera
Así pues, una pregunta clave que debería siem- se da cuando se reduce la educación a la mera
pre plantearse es: ¿Educar, para qué? Es nece- instrucción, cuando se educa sólo el intelecto
sario partir de la pregunta esencial en torno al con la mira puesta en la adquisición de cono-
“ n” (”telos” en griego) que se persigue con la cimientos, la competitividad, la productividad
educación; sólo una vez que se responda a esta y el rendimiento económico con un enfoque
pregunta será posible resolver los problemas exclusivamente profesionalizante; la segunda
derivados de los medios. Tomás recurre al mé- tiene lugar si, por el contrario, inculcan valores
todo de análisis de las cuatro causas (material, para que el joven asuma con responsabilidad
formal, eciente y nal), pues
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ellas expresan de su proyecto de vida, para rearmar su voluntad
manera más o menos precisa aquello que se de seguir aprendiendo durante toda la vida,
pretende comprender. Sin embargo, privilegia para saber afrontar la complejidad, las exigen-
en el caso de la educación, la causa nal, puesto cias y las incertidumbres de la vida, para incidir
que ella es la primera en un orden de priorida- positivamente en el desarrollo humano armó-
des. nico, justo y solidario de la comunidad, de su
entorno.
Antes que pensar, pues, en cuestiones acer-
ca de los medios y agentes que intervienen El propósito de todo proceso educativo no
en el proceso educativo, práctica común en el es sólo crear seres humanos libres, lúcidos, ar-
ámbito educativo, para él convendría tener cla- moniosos y expresivos, sino seres con un senti-
ro el n que se persigue con la educación. Lo do profundo de pertenencia a una comunidad.
que realmente interesa no es tanto saber cómo La competitividad extrema estimula el egoís-
educar sino el para qué educar, tener el coraje mo, los ejercicios de cooperación estimulan
de plantearse grandes preguntas referidas a los nuestra conciencia de que necesitamos de los
nes y no a los medios. Los libros, los medios otros, fortalecen nuestro sentido de comuni-
audiovisuales, la estructura del sistema educa- dad (Ospina, 2012, p. 49).
tivo, los talleres, los seminarios son meros ins-
trumentos al servicio del crecimiento personal En otras palabras, la educación nos permite
de cada estudiante. Haber olvidado esta regla crecer como seres humanos, incorporarnos de
fundamental, invirtiendo la relación entre me- la mejor forma a la sociedad y aportarle a ella lo
dios y nes es lo que denuncia con vigor Paul mejor de uno mismo.
Ricoeur cuando habla de la hipertroa de los Así, pues, el gran objetivo que debe perse-
medios y la atroa de los nes que caracteriza guir la educación debe ser, ante todo, la con-
nuestra sociedad. Una sociedad que olvida los
ducción y la promoción del hombre a un esta-
nes y se vuelca sobre los medios hipervalorán- do perfecto que, según Santo Tomás, es el de
dolos, corre el riesgo de perder su brújula y no la virtud. Es decir, la educación debe ayudarle
saber hacia dónde se dirige (Poupard, 2005). al niño, la niña o al joven para que asuma la
La pregunta clave sobre el para qué nos in- construcción de su propio destino, de formar-
duce a analizar distintos aspectos y a meditar se a sí mismo como ser humano. Formar-se es
acerca del sentido de la actividad educativa. la forma pronominal reexiva de “formar”, que
Al hacer este ejercicio podríamos encontrar corrige y purica la idea de pasividad, de una
dos tipos de educación: la que enseña a ga- imposición externa, para asumir por propia
3 Causa material de la educación: Como el verbo enseñar exige do- cuenta la aventura de darse su propia forma
ble acusativo, la primera materia es lo que se enseña, y la otra es u horma, de descubrir el tesoro de su realiza-
aquel a quien se enseña; causa formal: la acción misma de conducir
y promover al estado de virtud; la causa eciente: el mismo educan- ción personal. Formarse signica, pues, ascen-
do, sus padres y maestros; causa nal: la consecución del estado der en humanidad, llegar a ser en plenitud,
perfecto en cuanto hombre, que es la virtud.
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dar forma a las disposiciones y capacidades estado perfecto o plenitud humana, su “bene
naturales que subyacen en estado germinal esse” y que Santo Tomás llama el estado de
(Libanio, 2003). virtud. La virtud (dynamis en griego) la dene
el Doctor Angélico como un hábito operativo
¿Qué querría decir Santo Tomás cuando del bien, es decir, una disposición estable que
armaba que la educación consiste en con- ayuda a obrar pronto, fácil y placenteramen-
ducir y promover al hombre a su estado per- te (prompte, faciliter, delectabiliter) lo debido.
fecto en cuanto hombre? Estado perfecto es Pero es un hábito que hay que adquirir.
sinónimo de algo totalmente hecho, acabado,
estable, sin tacha, cualidad que solamente es Por ejemplo, una persona virtuosa en el
aplicable a Dios, pues el ser humano es siem- arte de tocar el violín o cualquier otro instru-
pre perfectible, en proceso de mejoramiento mento musical, en sus inicios debió esforzarse
continuo, o también defectible, en proceso de para lograr algunas notas quizá con torpeza,
degradación o desmejoramiento. Llegar a ese pero con el tiempo y un trabajo constante
estado perfecto en cuanto hombre, que es el (disciplina) adquirió la virtud de ejecutar o
estado de virtud, no es algo que se logra de componer una pieza musical con facilidad y
la noche a la mañana, sino que se trata de una con gusto, de tal suerte que se convirtió para
empresa que abarca y dura toda la vida, de ella en algo connatural y grati can te. De la
un proceso de lenta maduración, de laborio- misma manera, mediante un trabajo disci-
sa y constante disciplina, que no se agota con plinado y constante, un ser humano puede
una meta u objetivo conseguido. adquirir cualquier virtud tanto en el orden in-
telectual como en el moral. La plenitud de lo
El espíritu humano es “devenir”, vocación de humano está en la adquisición de los hábitos
“llegar a ser”. Como no hay coincidencia entre buenos o virtudes. A la persona que es capaz
el “ser” y el “deber ser”, se puede armar que de hacer sonar una auta, el arte la llevará a
el hombre no es por naturaleza lo que debe hacerla sonar con maestría; a la persona ca-
ser y, justamente por ello, necesita de la for- paz de practicar la justicia o cualquier otra
mación, de la educación. Además, el hombre, virtud, esta la llevará a hacerlo de un modo
por su carácter de espíritu encarnado, está en connatural, con facilidad e incluso con placer.
cierto modo inacabado, imperfecto aunque Así mismo, a la persona que cultiva los hábi-
perfectible. Siempre está y estará insatisfecho tos intelectuales, esto la conducirá a la adqui-
con lo que es, con lo que sabe y con lo que tie- sición de la ciencia y la sabiduría sin mayores
ne, y andará a la búsqueda de algo nuevo, de dicultades y con cierta fruición espiritual, el
algo más perfecto, más pleni can te. La satis- gozo de buscar y encontrar la verdad, es decir,
facción de cualquier necesidad, lejos de apa- gaudium de veritate.
ciguar, crea una tensión hacia otra cosa; cada
necesidad saciada hace brotar otra. Por eso, Puesto que la virtud perfecciona la natura-
su vida requiere un nuevo tipo de perfección leza, con razón se le ha llamado una segunda
que no sea ya substancial sino accidental, naturaleza. En efecto, por la forma sustancial
puesto que no se trata ni basta con el simple (el alma) la materia corpórea llega al “esse”
“ser” (“esse”) sino que lo ideal es alcanzar “el (ser), es decir, a “ser hombre”, y por la práctica
ser bien” (“bene esse”), por ejemplo, ser hones- de la virtud se llega al “bene esse”, (“ser hombre
to, honrado, justo, solidario, puntual o sabio. de bien) vale decir, se logra un valor agregado
al ser simplemente una mujer o un hombre:
Así, la educación debe procurar habilitar y sabio, bueno, honrado, honesto, justo, pru-
perfeccionar todas las potencias o facultades dente, magnánimo, solidario.
del ser humano que lo disponen para lograr el
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mera capacitación profesional, sin cultivar las normalmente dura toda la vida y es de lenta
otras facultades y dimensiones del ser huma- maduración, el mismo individuo, a medida que
no, no basta para sacar adelante los proyectos va aorando la conciencia reexiva y en forma
de la realización personal de cada individuo y progresiva, surge como el principal agente res-
por ende, la comunidad humana. ponsable de dicho proceso, (Santo Tomás, 1996,
I, q. 117, a. 1 y 2; 1953 II, c. 75), de tal suerte que
AGENTES RESPONSABLES DEL PROCESO no puede endosar en la conciencia de los demás
agentes todo el peso de la responsabilidad, so-
EDUCATIVO bre todo cuando termina afectando negativa-
La responsabilidad es la capacidad de res- mente su proyecto de vida. La responsabilidad
ponder por sí mismo y de sí mismo. El verbo es, ante todo, personal e intransferible.
responder y todos sus derivados presentes en
las lenguas romances proceden del verbo lati- 2° Los padres y el ambiente familiar
no “spondeo”, cuyo primer sentido es el de asu- No obstante, otros agentes, instancias y
mir un compromiso solemne. El más frecuente factores tienen incidencia en este proceso,
era aquel en el que el padre se compromete sobre todo en las etapas iniciales. Entre todos
(spondet) a entregar a su hija (sponsa) en ma- los agentes responsables del hecho educati-
trimonio. En esto consistía la ceremonia de los vo, Santo Tomás asigna un papel primordial
“esponsales” (sponsalia). De “spondeo” deriva a los padres y el ambiente hogareño, que es
“respondeo” que signica responder en el sen- el lugar propicio y privilegiado para la educa-
tido preciso de cumplir un compromiso solem- ción del ser humano. Santo Tomás lo expresa
nemente asumido. La responsabilidad es, pues, bellamente cuando arma que “el hijo una vez
la cualidad o condición de quien promete o que ha salido del útero materno estará bajo el
se compromete. Existen dos tipos de respon- cuidado de sus padres, como contenido en un
sabilidad: una personal e intransferible y otra útero espiritual” (Santo Tomás, 1996, I-II, q. 58,
compartida o de grupo, llamada también co- a. 2). En efecto, son quienes engendran al hijo,
rresponsabilidad. Las dos pueden ser “fuertes” dándole el “ser” (“esse”) y todo su patrimonio
o morales y “débiles” o jurídicas. En la ética de genético, son los principales responsables
la responsabilidad existen distintos tipos y gra- de proporcionarle alimento (“nutrimentum”)
dos de responsabilidad. En primer lugar, existe y una crianza adecuada, es decir, ayudarlo a
la responsabilidad personal, que es completa- adquirir las actitudes fundamentales (valores)
mente intransferible y la responsabilidad com- para “ser hombre de bien” (“bene esse”), y que
partida, o también llamada corresponsabilidad, más tarde necesitará para caminar por el sen-
la cual se da en grados diversos y en una doble dero de la vida y hacerle frente a las vicisitudes
dirección, horizontal y vertical, es decir, de una de la misma.
responsabilidad compartida tanto con los coe-
táneos y con quienes se comparte la vida como El Doctor Angélico sitúa la educación como
con el futuro de la sociedad y de las nuevas ge- una prolongación de la generación. Para Aris-
neraciones 4. tóteles, explica Tomás, el bien de la prole no se
logra con la obtención del ser, con el mero he-
1° El propio educando cho de engendrar, sino que se requiere el pro-
¿Sobre quién recae, entonces, principalmen- veer alimento –“nutrimentum”- y una buena
te el peso de la responsabilidad del proceso crianza-“educatio” de los hijos, hasta que estos
educativo? Como se trata de un proceso que logren alcanzar la edad adulta, es decir, hasta
4 Para profundizar en la reexión sobre la responsabilidad, se puede que se conviertan en personas capaces de va-
ver el análisis que hace Sedano (2012) en su libro Hacia una peda- lerse por sí mismas con plena autonomía.
gogía de la respuesta, especialmente en los capítulos I al IV.
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Entre todos los animales, el racional es el que mente; algunas, quizá las más importantes, en
nace y dura un más tiempo en estado de preca- la primera infancia. En la educación inicial se
riedad e indigencia total. El ser humano, para desarrollan las capacidades psicofísicas de los
lograr la madurez y plenitud de su existencia, seres humanos, es la etapa en que el cerebro y
requiere desde las primeras etapas de la vida el sistema neuronal se están acabando de for-
del concurso indispensable tanto del padre mar y en donde las actitudes éticas primarias,
como de la madre. Si falta uno de los dos o no como ser honesto y honrado, decir la verdad,
concurren debidamente en el cumplimiento de respetar al otro y ser solidario, se empiezan a
este deber, la tarea y el objetivo quedarán trun- arraigar. En esta etapa los padres y el ambiente
cados, o bien se cumplirán a medias. Hay espe- familiar juegan un papel vital y son la base de
cies animales –explica Santo Tomás- en las que toda la educación posterior.
la hembra se basta para alimentar a las crías y
otras en las que no, como sucede en algunas Inspiradas en los griegos, quienes conside-
especies de aves, que necesitan la presencia del raban que la vida estaba dividida en escalones
macho. Es evidente que en la especie humana (“Clímax” = grada o escalera por la que se sube),
no basta la mujer sola para la crianza de los hi- la antropología y la psicología evolutiva del
jos, ya que las necesidades de la vida humana hombre medieval también clasicaba el creci-
requieren tanto que no pueden ser satisfechas miento psíquico-biológico por etapas de sep-
sólo por uno (Santo Tomás, 1996, III, c. 122, n.6). tenios (Aristóteles, trad. en 1873). Cada siete o
El estado de indigencia de la prole, en cuanto múltiplo de siete era una época crítica o clima-
prole, debe ser satisfecha tanto por la crianza térica, especialmente la de 7x7= 49 y el 7x9= 63,
como por la educación. La primera sólo termi- que son las edades climatéricas por excelencia.
nará cuando el niño ya se valga por sí mismo en Las personas avanzan a través de distintos esta-
el orden físico, y la segunda cuando ya se valga dios a medida que van madurando biológica y
por sí mismo en el orden intelectual y moral. humanamente. El primer estadio abarca desde
el nacimiento hasta los siete años y se deno-
El “estado de virtud” que propone el Aquina- mina infancia, es la etapa del desarrollo psico-
te como meta y n de la educación, lo podemos motor, del desarrollo del lenguaje no verbal y
calicar ahora, en consecuencia, como la llega- verbal, del desarrollo intelectual, el desarrollo
da a la mayoría de edad. Esta mayoría de edad afectivo, cuyos dos primeros ingredientes son
no se reduce a la mera madurez biológica sino la risa y el llanto. En una palabra, es la etapa de
que implica y abarca los demás componentes y la crianza. De los siete a los catorce va la segun-
dimensiones del ser humano: lo afectivo, lo in- da etapa y se denomina puericia o pubertad, en
telectual, lo moral y lo espiritual, en los cuales la que la condición corpórea permite al niño el
debe crecer hasta alcanzar su plenitud. Se trata uso de la razón más explícito y echar las bases
pues, de favorecer y promover el crecimiento para saciar su sed de conocer y de saber, eso sí
integral de la persona humana. dependiendo de la disciplina y enseñanza por
medio de otro, que es el maestro. Es la etapa
En todo proceso formativo hay dos facto- de la vida en donde la personalidad va adqui-
res, la enseñanza y el aprendizaje. Educar con- riendo ya un perl bastante denido. La tercera
siste en enseñar algo a alguien, que a su vez etapa o adolescencia se inicia a los catorce y
lo aprende. En todo ser humano se dan tres en ella el adolescente va adquiriendo gradual-
procesos de aprendizaje distintos, con vías, rit- mente una relativa autonomía que le permite
mos y cronología muy diversos entre sí. No se asumir ciertos compromisos. La cuarta etapa,
aprenden del mismo modo los conocimientos, denominada juventud, arranca a partir de los
las habilidades y las actitudes. Estas tienen la veintiún años y supone el alejamiento denitivo
característica de aprenderse muy temprana-
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están acompañados de una visión ética y una tos sino también, y principalmente, de aprendi-
cosmovisión losóca de los mismos. zaje. Todo lo que incida en la vida de los estu-
diantes debería preocupar y hacer reexionar
Al educador, en cualquiera de sus niveles, a los docentes: su competencia pedagógica, el
le corresponde la educatividad, es decir, la ca- dominio de la materia que enseña, la mística
pacidad para ejercer inuencias positivas en el que tiene por su profesión, su cultura general,
educando para contribuir así al desarrollo inte- sus cualidades humanas y morales, su manera
gral del ser humano en su fase de crecimiento. de evaluar, entre otros aspectos importantes,
Ejercer inuencias positivas en el educando porque todo tiene una incidencia y repercusión
conlleva la voluntad de guiarse por unos prin- decisiva en la vida de ese ser humano que está
cipios pedagógicos que iluminen la gestión en proceso de formación.
educativa. En primer lugar, tener clara concien-
cia que el maestro en el proceso educativo no El maestro logra promover la plenitud del
juega más que un papel subsidiario, ministerial discípulo de dos modos: con la doctrina pro-
en el pleno sentido de la palabra, es un Minis- pia de cada ciencia o disciplina, por la cual le
ter naturae o ministro de la naturaleza, como lo indica dónde está la verdad, el bien, la belleza.
llama Santo Tomás. Es decir, se trata de alguien La doctrina se debe poseer, en la medida de lo
que ayuda o sirve desde fuera para que el edu- posible, en grado sumo para poderla transmitir
cando se realice vitalmente desde dentro y lo- de modo convincente. Esto supone algo que,
gre así el despliegue de sus capacidades germi- como se ha dicho antes y aunque parezca evi-
nales. El maestro es como el médico. Éste ayuda dente, no siempre se da: el maestro debe saber
a los procesos naturales del enfermo, evita lo y tener un dominio sobre aquello que enseña.
nocivo y corrobora lo que favorece la salud. Lo Debe tener autoridad, una autoridad epistemo-
mismo ha de hacer el maestro. lógica, propia de quien se ha apropiado un sa-
ber especíco, lo ha actualizado y enriquecido
A propósito de esto, cuando hablamos de además, lo sabe transmitir con arte a quienes
perles hacemos alusión a una especie de desi- están ávidos de aprender. Quien se dedica a
deratum que apunta hacia lo óptimo. En el caso enseñar debe tener esa vocación de servicio,
del perl del maestro, éste debería incluir, ade- buscar que el estudiante saque el mayor pro-
más de dominio de la ciencia o disciplina que vecho de aquello que se le enseña, de tal forma
enseña, excelentes relaciones humanas y un que propicie su crecimiento integral. De esta
lenguaje actitudinal positivo. Esto es de gran verdad se desprende, como un corolario, que
trascendencia, pues con su lenguaje actitudi- el docente debe ser claro y didáctico utilizando
nal, el docente debe poner de maniesto que adecuadamente los términos, preparando con-
busca, ante todo, el bien de sus alumnos para venientemente el razonamiento, de tal forma
que ellos se sientan tratados como personas, es que no genere confusión en sus alumnos, sino
decir, con consideración y respeto, con un pro- todo lo contrario, claridad. Como señala Ches-
fundo sentido de justicia. terton (1996) “una idea que no es clara, no es
buena idea; una palabra que no se puede com-
El verbo enseñar en latín exige un doble
prender, no es una buena palabra”.
acusativo: la materia que se enseña y el sujeto
a quien se enseña. Esto quiere decir que en el Un maestro tiene que ser como una especie
proceso educativo debe existir cierto interés de tutor, de asesor, de orientador, un guía, un
tanto por el mensaje o contenido que desea facilitador, un provocador de ideas y proyectos,
transmitirse, como por la persona destinataria una persona cuya palabra o presencia incite a
o el sujeto de la educación. La enseñanza no es una respuesta estimulante y productiva con
sólo un proceso de transmisión de conocimien- aquellos con quienes interactúa, alguien que
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ellos la pasión por el saber, el deseo de aspirar Martínez, E. (2002). Persona y educación en Santo Tomás.
Madrid: Fundación Universitaria Española.
a metas más altas, de no conformarse con los
logros adquiridos. Demuéstrenles con su vida Martínez, E. (2004). Ser y Educar. Fundamentos de pedago-
que es posible realizar la síntesis entre el co- gía tomista. Bogotá: Universidad Santo Tomás.
nocimiento y el amor: que a un mayor conoci-
Ospina, W. (2012). La lámpara maravillosa. Cuatro ensayos
miento del mundo y de la realidad, correspon-
sobre educación y un elogio de la lectura. Bogotá: Ran-
de una vida moral más íntegra, que saber más dom House Mondadori.
signica también ser más sabio y, por tanto,
mejor (Poupard, 2005). Poupard, P. (2005). Santo Tomás de Aquino y la vocación de
la universidad católica. Universidad Católica Argenti-
Sólo a quienes han sido realmente maestros, na: Buenos Aires.
se les recuerda con gratitud durante toda la Rojas, E. (1999). La conquista de la voluntad. Bogotá: Pla-
vida. neta.