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Comunicaciones

LA TREPONEMATOSIS EN EL OCCIDENTE DEL MÉXICO PREHISPÁNICO

Torres Sanders, L.

Dirección de Antropología Física.


Instituto Nacional de Antropología e Historia. México D.F.

RESUMEN
Este trabajo es una revisión de los recientes hallazgos de poblaciones en el Occidente de México que han
sido afectados por la treponematosis. Se parte de una introducción con los indicadores de afectación
que permiten establecer éste diagnóstico; se ubican espacial y temporalmente a estos grupos humanos; y
finalmente se presentan las características particulares de las lesiones treponematosas dentro del contexto
del medio ambiente y tipo de vida en estas regiones del México prehispánico.

Palabras clave: México prehispánico, Occidente, Treponematosis.

ABSTRACT:
In base on recent founds of Prehispanic populations in Occident, which had been affected by
treponematosis, this paper treat about paleopathologic signs to obtain these diagnostic, and among call on
particular localization and ancient behavior of these sites.

Key words: Prehispanic México, Occident, Treponematosis.

MATERIAL

En México contamos con una gran riqueza de restos humanos pertenecientes a poblaciones
prehispánicas, sin embargo es poco lo que se ha estudiado o publicado en cuanto a resultados sobre
análisis paleopatológicos y en especial sobre restos humanos encontrados en el Occidente.
A pesar de lo anterior poco a poco van surgiendo reportes aislados de hallazgos de sujetos con
alteraciones que bien pueden adjudicarse a una treponematosis que llego a su tercer estadio, así como los
resultados de un estudio minucioso de la población antigua del Cañón de Bolaños donde una gran parte de
la población fue afectada por Bejel, uno de los tipos de treponemas endémicos.
La denominada zona cultural de Occidente, para el México prehispánico la componen, según lo más
aceptado, los estados, actualmente conocidos cómo Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, ya que
comparten diversos rasgos culturales (MEIGHAN 1972). A esto algunos autores añaden Zacatecas y Durango
como la frontera noroeste y Guanajuato como punto intermedio entre ambos (Mapa 1).

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Mapa 1.- La región de Occidente de la República Mexicana.

Sobre casos del Occidente reportados formalmente como treponematosis los tenemos principalmente en
Jalisco y Zacatecas, pero se sospecha que varios de los informes generales de esta misma zona sobre
esqueletos con cráneos y tibias afectados por engrosamientos, periostitis y secuestros craneales pudieran
tratarse de casos treponematosos. También se han reconocido casos de treponematosis en zonas más al
norte de Zacatecas y en zonas aledañas como Sonora y Coahuila. En cuanto al medio ambiente en que
vivían los grupos de Occidente en México, al ser un área muy amplia, es que presenta notables
variaciones en topografía, clima, flora y fauna, siendo común el cambio drástico del paisaje aún en
distancias muy cortas. La vegetación varía de acuerdo con la altitud, la clase de suelos y la precipitación
pluvial. Los niveles más altos están ocupados por coníferas (pinos y abetos); más abajo sigue una vegetación
de pinos y encinas para dar después lugar a la vegetación de follaje caduco, típica de áreas cálidas, con
temporadas bien definidas de lluvias y sequía. En muchos lugares cálidos del Occidente, el tipo de
vegetación predominante es el conocido con el nombre de chaparral espinoso.
Las plantas y árboles siempre verdes de tipo tropical sólo existen a lo largo de los ríos y en las orillas de las
lagunas y esteros de la costa, en donde se suele tener una humedad constante. Dos zonas del Occidente se
caracterizan por su vegetación de tipo xerófilo o desértico; y son la depresión del Balsas y parte de la costa de
Sinaloa, donde el calor es agobiante y la lluvia escasa (BERNAL 1974).

En el Occidente, la topografía con su flora y fauna correspondientes, favoreció el aislamiento de los grupos,
realidad que se manifiesta en las diversas características arqueológicas. Sin embargo diversos estudios en el
área también han demostrado la existencia de sistemas de intercambio comercial que favorecieron la difusión,
la adopción de ideas y conceptos, y además el abastecimiento de productos de lujo entre los grupos que la
integran, así como con los grupos del Noroeste e incluso Mesoamérica (CABRERO 1995).
Si se analiza el arte de Occidente se encuentran representaciones de personajes con malformaciones
congénitas o producidas por deficiencias alimentarías y enfermedades epidémicas o endémicas que los
asolaron. Hay representaciones de jorobados, con labio leporino, ciegos, paralíticos, sujetos con
enfermedades postulosas, etcétera. (SHÖNDUBE 1972).

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MÉTODOS Y TÉCNICAS

Después del hallazgo, según el estudio paleopatológico detallado macroscópico, radiológico e


histológico de sujetos provenientes de tumbas de tiro en Jalisco, afectados por treponematosis, se realizó
una búsqueda sobre otros casos en el occidente con la misma afectación, ya sea en publicaciones,
informes o directamente con investigadores que están trabajando esta zona.

La Treponematosis.-

La treponematosis es una enfermedad infecciosa sistémica y crónica, esto es, una infección que puede
afectar diversos órganos y tejidos corporales, de entre ellos a varios de los componentes del esqueleto, esto
se debe a que viaja por el cuerpo por el torrente sanguíneo. Es causada por microorganismos llamados
espiroquetas del género Treponema.
Presenta diferentes manifestaciones, por lo que ha sido dividida en cuatro tipos (Pinta, Frambesia, Bejel y
Sífilis venérea), las que se caracterizan por presentar lesiones primarias y secundarias, un periodo libre de
padecimiento clínico y lesiones tardías que son frecuentemente destructivas, particularmente del hueso y la
piel. El contagio se da por contacto directo o indirecto con personas infectadas, objetos o animales que
puedan transmitirlas, y en sus estadios terminales afecta principalmente huesos largos y en especial a
cráneo y tibias (AUFDERHEIDE Y RODRÍGUEZ 1998).

Se ha sugerido, según estudios en la secuencia del ADN, que los cuatro tipos de treponemas en general entre
ellos son iguales y que las diferencias en relación a los efectos patológicos que producen son puramente
cuantitativas o de grado y no cualitativas. Sin embargo, se observa que la distribución mundial de estos
cuatro tipos no es isomorfa y está asociada a características geográficas, climáticas y socioculturales distintas
(AUFERHEIDE Y RODRÍGUEZ 1998).

Indicadores para establecer el diagnóstico.-

En la actualidad no se tienen reportes médicos de la afectación en estado terciario de la treponematosis


terciaria, única que llega a atacar al hueso además de otros órganos, dado que con la existencia de
antibióticos ya no se llega a tan grave estadio. Es así como se debe retomar las crónicas de antiguos médicos
que aún lograron encontrarla y describieron los síntomas en su época, así como detallar los grados de
severidad que nos muestran los huesos antiguos y sus particularidades en cada parte el mundo en donde
se han presentado.

Los paleopatólogos indican que en la treponematosis las lesiones óseas generalizadas son:

Predominio de los granulomas gomosos y la periostitis, y puede ocurrir la destrucción de hueso y tejido
blando en el área nasal (POWELL 1988; ARRIZABALAGA 1993 citados por AUFDERHEIDE Y
RODRÍGUEZ 1998).
En el Bejel la tibia es el hueso más afectado y puede o no tomar la forma de sable, aunque otros huesos
pueden afectarse con capas de hueso nuevo que son usualmente paralelas a la diáfisis. Las lesiones
tempranas pueden curarse espontáneamente o progresar hasta el estadio en que la cavidad medular se
estrecha por hueso endostal. En el tejido cortical actúan destrucciones gomosas, creando áreas
circunscritas de rarefacción (STEINBOCK 1976; ORTNER Y PUTSCHAR 1981). Otros huesos
frecuentemente involucrados son peroné, cubito y radio, clavícula, falanges y calcáneo. En la sífilis
venérea, que es transmitida de la madre a su producto, los dientes tienen malformaciones en incisivos,
llamados dientes de Hutchinson, y molares en forma de mora, se dan las osteocondritis porque ocurren
cuando los treponemas invaden al feto "in útero" (ZIMMERMAN Y KELLEY, citados por AUFDERHEIDE Y
RODRÍGUEZ1998).

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Ubicación espacial y temporal

Los trabajos realizados por antropólogos mexicanos que hablan de algún tipo de treponematosis (sífilis
venérea, sífilis endémica o bejel, o Frambesia) en Occidente, han sido:
Los trabajos realizados por URUÑUELA (1994,1996 y 1998) en una colección esquelética recuperada del
Fraccionamiento Atoyac en Jalisco, México. Esta colección corresponde a un grupo de entierros directos
de la cuenca en Sayula en Jalisco, y la mayoría de ellos destacan entre el 1100 a 1520 d. C.
Identifica casos de treponematosis en una muestra que constó de 78 individuos.
En Alta vista se han encontrado, en estudios resientes, al menos más de 10 casos con treponematosis (Olga
Villanueva Sánchez -Centro INAH Zacatecas, comunicación personal).
Se sospecha de la presencia de casos de afectación treponematosa pertenecientes a la Colección
Solórzano del Museo de Paleontología de Guadalajara "Federico A. Solórzano Bárrelo" (Josefina
Bautista- Departamento de Antropología Física del Museo nacional de México, comunicación personal).
Y en los estudios realizados en restos humanos de las Tumbas de Tiro en Solanos, Jalisco, de un
mínimo de 88 individuos inmaduros (infantes, adolescentes y subadultos) y mínimo 84 adultos
recuperados de cuatro tumbas de Tiro, al menos el 30% de los infantes y el 82% de los adultos fueron
afectados por Treponematosis endémica (Bejel) (TORRES 2001).

Signos particulares en Occidente

Refiriéndonos a Solanos, por ser el material del que tenemos una descripción más detallada, y al
coincidir con lo encontrado en los demás sitios del Occidente arriba referidos, podemos ahora decir que los
huesos afectados por este mal, en esta región del México Prehispánico, eran:
En cuanto a las lesiones óseas que corresponden a una reacción por infección treponematosa en
sujetos inmaduros, los cráneos con parietales donde el diploe presenta un aspecto coraliforme y donde la
capa externa presenta zonas con puntilleo o lesiones radiales; esto mismo se presenta en occipitales.
En cuanto a huesos postcraneales, hay costillas y vértebras con zonas focalizadas de aposición de tejido
poco consistente parecido a la espuma y con puntilleo generalizado; lo mismo que en radios, costillas,
húmero, fémur y tibias, aunque en estas últimas hay también engrosamientos de la cortical y periostitis en
forma de corteza de árbol (Figuras 1 y 2).
Entre los restos de sujetos de tercera infancia se han encontrado parietales con cavidades circulares
orientadas en línea sobre la tabla interna, lo que corresponde a huellas de hipervascularización.
En adolescentes se dio la periostitis en vértebras, falanges de mano, clavículas, y húmeros, con la ya
común apariencia espumosa en esta muestra, además de la microporosidad (Figura 3).
Los adultos muestran:
Los cráneos con engrosamientos severos que van de los 8 a los 15 mm., los cuales afectan más a
frontal y parietales y en menor grado a temporales y occipital.
Hay un engrosamiento y enrarecimiento trabecular en algunos nasales que presentan una imagen
osteocondensada uniforme pero combinada con lagunas hipertransparentes (Figura 5).
Las afectaciones en la capa externa de los cráneos van desde zonas aisladas con puntilleo, hasta pasar por
abombamientos sobre zonas engrosadas o depresiones marcadas con lesiones radiales alrededor y
micropuntilleo abundante. Las trabéculas en el diploe en algunas zonas toman un aspecto coraliforme.
En la cara o zona facial, en la región maxilar, sólo hay un puntilleo generalizado.
Huesos largos y otros componentes postcraneales como clavículas, costillas, vértebras, húmero, radio,
huesos de manos y pies, pelvis y sacros se engrasan en algunos de sus segmentos, presentándose
periostitis con puntilleo generalizado, algunas veces con una constitución que recuerda la espuma, en otros
casos las aposiciones de neoformación ósea dan la apariencia de una corteza de árbol, y en muchos de
ellos a parte del engrosamiento se encuentran zonas endostales inflamadas o una total invasión del canal
medular.
Los huesos más afectados fueron tibias, fémures, peronés, cubitos y radios (en ese orden), presentando los
mismos cambios arriba mencionados, pero con un grado más severo que los deforma, e incluso refleja
evidentes improntas de hipervascularidad (TORRES 2001) (Figura 6).

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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Existe otro tipo de entidades patológicas que pueden producir engrosamientos en el esqueleto, y por lo
mismo, condensaciones radiológicas. Sin embargo el patrón de afectación en el esqueleto es distinto ya que,
esas otras entidades se presentan en individuos muy seleccionados de una población -como en casos de
Morgagni o de Pager-, o lo que es lo mismo en un porcentaje muy bajo de la población; y sobretodo en
sujetos con una edad superior a los 45 años, casos difíciles de encontrar en cualquier población
prehispánica.
La inclinación del diagnóstico más a una treponematosis que a cualquier otro proceso infeccioso, se debe a
que todas las características de afectación en cráneo y huesos postcraneales coinciden perfectamente con
lo descrito en estudios previos paleopatológicos, los que en muchas ocasiones contaron con la
información de la causa de fallecimiento, y tienen una relación directa con las anormalidades y grados
que se presentan en huesos afectados por treponematosis; además de no presentar alteraciones clásicas
en columna, manos, o pies como en procesos infecciosos con neoformación ósea y osteoesclerosis como
en tuberculosis y osteomielitis.
Ahora, bien el problema se presenta al intentar establecer qué tipo de treponematosis es la que afecto a cada
grupo de individuos, dado que como se comenta líneas arriba las diferencias entre los tipos están dadas en
el grado de afectación no en el tipo o segmentos alterados. Sin embargo, por las características que se
han definido para cada tipo; la edad a la que se presenta cada una; y los cambios morfológicos que presenta
cada uno de estos tipos, junto con las diferencias geográficas y medioambientales, sean una mejor guía
para descartar el tipo de treponematosis padecida.

CONCLUSIONES

Lo importante para la Antropología con estos estudios es tratar de constatar la existencia en la


antigüedad de determinadas enfermedades, para después relacionarlas con el conjunto de elementos
derivados de la forma de vida de la población estudiada. Ese conocimiento permitirá precisar acerca de la
Paleopatología en Occidente y analizar con una perspectiva multifocal el origen, desarrollo y causas que las
habían determinado.
El clima cálido-subhúmedo que persistía en algunas zonas de Occidente y el aislamiento geográfico donde
además las relaciones de parentesco debieron tener un cierto grado de endogamia, englobarían todas las
condiciones óptimas para que el treponema se desarrollara en alguno de sus tipos. Finalmente si seguimos
los antecedentes sobre afectación treponematosa, reportados en poblaciones de los distintos estados que
conforman esta región de la República Mexicana, en cuanto al número de sujetos y las edades a las que se
presentan los cambios, todo nos apunta hacia la presencia de una treponematosis endémica.

BIBLIOGRAFÍA

AUFDERHEIDE, AC.; RODRÍGUEZ, C.; LANGS, OJ. (1998) The Cambrige Enciclopedia of Human Paleopathology. Cambridge University
Press.

BERNAL 1974 "Introducción a las épocas Preclásica y Clásica". En: Historia de México I: 215-226. México Salvat.

CABRERO, G. MaT (1995) Informe de la VIII temporada de campo del "Proyecto arqueológico de la Cañada del río Bolaños, Jalisco".
Informe al Consejo de Arqueología. Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México.

MANSILLA, LJ.; CM. PIJOAN A. (1993) "Treponematosis in México, Les tréponématoses au Mexique" En: Bulletins et Mémories de la
Sociéte d'Anthropologie de Paris. Tomo X, no.1-2:185-188.

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Anthropology no.28 Smithsonian Institution Press, Washington.

SHÖNDUBE, O. (1972) "La religión en el Occidente de México" en: Religión Mesoaméricana XII Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana
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TORRES, S. (2001) "Condiciones de Salud en Individuos depositados en Tumbas de Tiro del Cañón de Solanos, México". Tesis Doctoral,
Laboratorio de Antropología del Departamento de Ciencias Morfológicas, Universidad de Granada, España.

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En: El Occidente de México: Arqueología, Historia y Medio ambiente. Perspectivas regionales. Actas del IV Coloquio de Occidentalistas.
Universidad de Guadalajara, Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación (ORSTOM), Guadalajara
Jalisco, México.

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Índice de Figuras

Figura 1.- Tercio distal de tibia, procedente de Solanos Jalisco, con micropuntilleo, engrosamiento cortical y
apariencia espumosa.

Figura 2.- Hueso largo con apariencia espumosa y engrosamiento periosteal.

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Figura 3.- Metatarso con reacción con apariencia espumosa en superficie externa.

Figura 4.- Frontal con engrosamiento severo en diploe.

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Figura 5.- Frontal mostrando engrosamiento en senos frontales y zona nasal.

Figura 6.- Tibia con engrosamiento periosteal severo y con improntas hipervasculares en algunas zonas, apariencia
espumosa y micropuntilleo.

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