22 • ENTREVISTA
SAMIR AMIN
Intelectual neo-marxista, El Cairo (Egip-
to) 1931, educado en estudios políticos,
económicos y estadísticos en París. Hoy
reside en Dakar (Senegal), desde donde
dirige el Foro del Tercer Mundo, una aso-
ciación de intelectuales independientes
de África, América Latina y Asia para
fortalecer los lazos entre sus países y
crear un orden mundial más justo. Ha
dedicado su tiempo y esfuerzos al estu-
dio de las desigualdades en las relacio-
nes Norte-Sur, a sus causas y a sus po-
sibles soluciones.
“El desarrollo desigual es
inherente al capitalismo”
“La mundialización deseable es el
internacionalismo del proletariado”
ACTO para Tribuna
Texto: Iñaki Chaves
Fotos: Beatriz Múnera
Traducción: Carla L. Adrover
Dicotomía entre globaliza-
ción o mundialización.
El problema no está en la
elección del término, el proble-
ma es qué contenido le damos.
El contenido que se le da en el
discurso dominante es la mun-
dialización “liberal”, es decir, la
mundialización organizada por
el capital dominante en las for-
mas que convienen a la repro-
ducción y a la profundización de
la dominación de ese capital.
La mundialización en sí, no
es algo nuevo, algunos podrían
decir que la mundialización es
tan vieja como el mundo. Yo soy
de los que afirma que el capita-
lismo está en el origen de la glo-
balización. La colonización tam-
bién es una forma de mundiali-
zación asociada a la expansión
capitalista. Estamos evidente-
mente en una nueva etapa de la
mundialización.
Mucha gente en el mundo so-
mos partidarios de otras formas
de mundialización que corres-
ponden al interés común de los
pueblos, al intercambio en todos
los ámbitos, no únicamente co-
mercial, tecnológico, cultural,
para un enriquecimiento mutuo.
Pero bueno, estamos muy lejos.
Para mi la mundialización dese-
able tiene un viejo nombre que
conocemos, es el internaciona-
lismo del proletariado, de los
pueblos en el sentido amplio del
término.
¿Que vigencia tiene hoy su
tesis de la desconexión para el
desarrollo del tercer mundo?
Yo defiendo todavía la tesis
de la desconexión. Pero seamos
precisos en los términos. Desco-
nexión no es sinónimo de autar-
quía, ni de un repliegue econó-
mico, político y cultural sobre sí
mismo y de ignorancia sobre el
resto del mundo. Es una estrate-
gia dónde se intenta someter las
relaciones exteriores a una lógi-
ca de transformación interna
progresiva. El concepto de des-
PENSADOR CRÍTICO
conexión es lo contrario del con-
cepto impuesto por el capital do-
minante de ajuste estructural, del
ajuste de los más débiles a las
exigencias de expansión del sis-
tema capitalista. Por tanto rela-
ciones desiguales norte-sur. La
desconexión es un desarrollo au-
tocentrado que es irrenunciable.
No es una política de coexisten-
cia, es una batalla difícil de
aceptar por las dos partes. La
desconexión sólo puede ser im-
puesta a través de luchas contra
las tendencias dominantes en el
norte. El resultado es siempre re-
lativo, no hay una desconexión
perfecta, hay un grado de desco-
nexión que se controla más o
menos, en función de las fuerzas
sociales y del tamaño del país.
¿Es viable dentro del capi-
talismo un desarrollo igualita-
rio?
No, no. El capitalismo, para
mí, es sinónimo de imperialis-
mo, este no es una etapa, es una
característica del capitalismo en
todas las etapas de su desarrollo.
El desarrollo desigual, de la
mundialización capitalista y por
la construcción del contrato cen-
tro-periferia, es inherente al ca-
pitalismo. Ese contrato centro-
periferia ha existido siempre. Se
profundizó en el siglo diecinue-
ve a partir de la revolución in-
dustrial y se convirtió, en siglo y
medio, en sinónimo de países in-
Octubre 2007
dustrializados versus países no
industrializados, hayan sido co-
lonizados o no.
Actualmente estamos en una
nueva tentativa de mundializa-
ción impuesta unilateralmente
por los centros dominantes del
capitalismo oligo-político-finan-
ciero, es decir, la autocracia de
grandes grupos financieros mun-
diales.
No creo que este liberalismo
sea un proyecto viable, le falta
un ala y se está saliendo de la ca-
rretera. Pero eso no quiere decir
que la alternativa, que es una al-
ternativa de desarrollo autocen-
trado, nacional y popular a dife-
rentes niveles, como el plan AL-
BA para América Latina, res-
ponda al desafío.
¿Qué papel tiene que jugar
la comunicación?
La comunicación ha jugado
siempre un papel importante en
la historia. Ahora nos comunica-
mos por medios más rápidos y
menos costosos, pero a lo largo
del desarrollo, el control de la
comunicación se ha convertido
en algo cada vez más costoso.
Cuando la comunicación se
hacía por imprenta, estaba al al-
cance de todos los grupos socia-
les, aunque con un área de co-
municación limitada. Hoy, la te-
levisión, internet, son instrumen-
tos e inversiones extremadamen-
te caros, lo que ha dado la oca-
Octubre 2007
sión al capital dominante de con-
trolarlos. Decir que en las demo-
cracias hay libertad de comuni-
cación no es verdad, miras todas
las televisiones y no ves otra co-
sa que el discurso dominante, re-
petido bajo formas a veces di-
versas, pero sin gran diferencia.
Seamos realistas, pensemos
en lo que dice Serge Halimi en
“Los nuevos perros guardianes”
sobre el papel del periodista co-
mo arma en defensa de los inte-
reses de los grandes medios de
comunicación, imbricados con el
poder económico y político.
¿Y las nuevas tecnologías de
la información y la comunica-
ción?
Aquí hay un discurso que es
muy dudoso. Vivimos un mo-
mento de revolución científica y
tecnológica, aunque no es la pri-
mera vez en la historia de la hu-
manidad, ni siquiera en la histo-
ria del capitalismo. La revolu-
ción tecnológica contemporánea
no es la información. Hay cuatro
ámbitos: informática, biotecno-
logía, espacio y nuclear.
Y todos tienen importancias
diferentes. A la informática por
su penetración en la reorganiza-
ción de los sistemas productivos,
que ha facilitado las estrategias
del capital y ha llevado a la des-
localización y la precarización.
Estamos en una nueva etapa
que transforma la relación. El
noventa por ciento de la gente
que trabaja con los medios tec-
nológicos más modernos perma-
necen dominados por el capital.
Tanto asalariados como freelan-
ce, dependen del mercado y es el
capital el que impone qué pro-
ducto producir.
¿Cuál ha de ser el papel del
Estado para paliar las desi-
gualdades?
El Estado ha existido siem-
pre, en los tiempos modernos, y
su existencia es indispensable.
No hay capitalismo sin el Esta-
do. Proponen un modelo de mer-
cado sin Estado pero eso no es la
teoría del capitalismo existente,
sino de un sistema imaginario.
Cuando se demanda la desre-
gulación se pide que el Estado
no intervenga más pero se deja
la regulación hecha por otros. El
sistema capitalista está perfecta-
mente regulado. ¿Por quién? Por
la oligarquía financiera, que es
una forma de centralización.
Hoy un pequeño número de gru-
pos financieros regulan, privada-
mente, los dos mercados princi-
pales, el de tipos de interés y el
del cambio flexible. Los regulan
en su beneficio, para su acumu-
lación financiera. Por tanto,
cuando decimos desregulación,
queremos decir desmantela-
miento de las formas anteriores
de regulación, que son el pro-
ducto de la victoria de la demo-
cracia sobre el fascismo y el pro-
ducto de la victoria del movi-
miento de liberación nacional
sobre el colonialismo antiguo.
Eso es lo que llamamos una
disfunción del nuevo Estado que
implica, para que funcione, una
ideología del consenso, en la
cual la derecha y la izquierda se
someten a las mismas exigencias
del rey mercado, asociado al in-
dividuo rey. Este individuo en
cuestión no es un elogio de la li-
bertad individual sino el indivi-
duo fabricado por el mercado
mismo.
“La desconexión
es una estrategia
dónde se intenta
someter las
relaciones
exteriores a una
lógica de
transformación
interna
progresiva
¿Forman los sindicatos par-
te de todo el mecanismo capi-
talista?
Los sindicatos se someten a
menudo, desgraciadamente de-
masiado a menudo en mi opi-
nión, por temor, por oportunis-
mo o por la lógica interna de or-
ganización y la importancia so-
bre la lógica de la lucha. Pero los
sindicatos siguen siendo organi-
zaciones de las clases trabajado-
ras, pese a que a veces no juegan
el potencial que tienen que jugar,
como elemento constitutivo de
la alternativa nacional popular y
de la vía de la redención de lo
que llamamos el socialismo de
principios de siglo.
Creo que todas las formas de
organización sindical que cono-
cemos se han quedado muy a
menudo ligadas al pasado. Su re-
lación hay que revisarla, por va-
rios motivos: primero, porque el
nivel medio de educación de la
clase trabajadora no es como ha-
ce cincuenta años; segundo, por
las nuevas formas de comunica-
ción, y tercero, para aprobar la
conciencia democrática.
En la actual situación de las
clases trabajadoras, con franjas
de paro importante, y que puede
ser permanente, con precariza-
ción, con la entrada de la inmi-
gración, con las mujeres, creo
que los sindicatos deberían pen-
sar en nuevas formas de organi-
ENTREVISTA • 23
zación que les permitan recons-
truir la unidad de lucha de los tra-
bajadores con una multiplicidad
de fórmulas. Pienso en Argenti-
na, con movimientos sociales re-
cientes como los “piqueteros”.
¿Cuál es la labor del Foro
del Tercer Mundo que presi-
des?
Funcionamos desde hace
treinta años y nos constituimos
en otra época, en la era de Ban-
dung (*), como tentativa de darle
a la izquierda radical, a través de
un diálogo constructivo y con los
movimientos ligados a las políti-
cas nacionales populares de la
época, una mayor eficacia. Aho-
ra trabajamos en otras condicio-
nes y somos, desde 1997, parte
de un foro más amplio que es el
Foro de Nuevas Alternativas.
¿Hay alguna alternativa po-
sible al poder de los Estados
Unidos?
Por supuesto que sí. En este
imperialismo colectivo de hoy,
que dispone de instrumentos de
gestión del mundo (BM, FMI,
G-8, OTAN), los EEUU intentan
imponer en cierta manera su he-
gemonía. Porque se ven amena-
zados, como todos sabemos, por
las debilidades y deficiencias de
su sistema económico. Su déficit
exterior es gigantesco y estructu-
ral, no puede ser corregido por la
manipulación de los tipos de in-
terés o las tasas de cambio. Y lo
tratan de compensar con su ven-
taja militar, en la que tienen casi
el monopolio de los instrumen-
tos de destrucción masiva, inten-
tando imponer su dirección al
imperialismo colectivo. Y la re-
sistencia no la encontramos en el
lado europeo.
¿Hay lugar para la ilusión,
la utopía?
Hay lo que yo llamo avances
revolucionarios, y mirando atrás
en el tiempo estoy tentado de cali-
ficar las grandes revoluciones de
los tiempos modernos, rusa, chi-
na, cubana, más bien como avan-
ces revolucionarios que como re-
voluciones. En el momento ac-
tual, los movimientos de resisten-
cia a la ofensiva capitalista e im-
perialista son muy potentes y ya
han tenido algunos éxitos, pero Pasó por Madrid a finales de junio para
son en su conjunto movimientos
defensivos, de resistencia. Tienen
participar en el Foro “Globalización y
que pasar a la ofensiva. Y puede
ser que el pasaje se decida en
Desarrollo desigual” organizado por la
América Latina, donde hay fuer- Fundación de la Universidad Compluten-
zas capaces de imponer avances
revolucionarios importantes. ◆ se y la Universidad Nómada que tuvo lu-
(*) Conferencia que se celebró gar en la Biblioteca Marqués de Valdeci-
en abril de 1955 en Bandung,
Indonesia, con el objetivo de lla. No podíamos perder la oportunidad
favorecer la cooperación de charlar con una de las mentes más
económica y cultural
afroasiática, en oposición al claras del pensamiento político y social
colonialismo y el neocolonialis-
mo de las antiguas metrópolis. hoy, defensor de Otro mundo es posible.