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Lengua Española Básica

Prof. Sonia Gómez Díaz

Actividades con el capítulo VIII del libro de Redacción: Métodos de organización y


expresión del pensamiento del autor
Bartolo García Molina

Parte III
I. En el siguiente texto hay cinco párrafos que no están visualmente divididos. Su tarea es encontrar
donde deberían separarse y marcar con una raya oblicua ese lugar (/).

La calidad puede definirse como la adecuación de un objeto (material o inmaterial) a una norma o modelo
ideal, que permite evaluarlo y determinar el grado de adecuación de las características de ese objeto a esa
norma. La evaluación resultante nos permite decidir sobre su mala o buena calidad. Cuando decimos que un
egresado universitario es de buena calidad, estamos comparando varias de sus características
(conocimientos, capacidad para resolver problemas, desempeño profesional, etc.), con el modelo normativo
representativo de un egresado de un sistema educativo determinado y situado dentro de un contexto de
desempeño concreto, que nos permite clasificarlo como bueno, regular o malo. Los criterios evaluativos
variarán de uno a otro contexto, posiblemente, pero la aplicación genérica del concepto de calidad y el acto
evaluativo mediante la cual se construye nuestro concepto de calidad se mantienen invariables. El concepto
de calidad se aplica por igual a un automóvil, un producto farmacéutico, un servicio hospitalario, un servicio
educativo, un avión, una agencia de turismo, un resultado de investigación etc. La calidad se relaciona
estrechamente con otros conceptos, tales como, efectividad, eficiencia, productividad y pertinencia. La
efectividad es una medida del grado en el cual se logra un objetivo. Para juzgar sobre la efectividad hacemos
una simple comparación de metas propuestas con metas logradas, sin hacer intervenir ningún otro factor
evaluativo. La eficiencia se refiere también al logro de un objetivo, pero en su medición intervienen, una
apreciación del tiempo y el gasto de energía y recursos empleados para ello. Dos personas pueden lograr un
objetivo en el mismo grado y tendrán la misma efectividad, pero si el individuo A emplea menos tiempo y
otros recursos que el individuo B para alcanzarlo habrá sido más eficiente. La pertinencia, en cambio, se
refiere al grado en el cual un objeto se adapta a los requerimientos de un ambiente determinado. Se dice que
la educación superior es más o menos pertinente según responda o no a los requerimientos del sistema
económico y social, por ejemplo. Se puede lograr un objetivo con un alto nivel de efectividad y eficiencia,
pero el resultado puede ser inadecuado o no pertinente para el ambiente en el cual se inserta. Por ejemplo,
se pueden formar ingenieros que hayan cumplido la totalidad de sus exigencias curriculares (en un sentido
amplio), con un alto nivel de conocimiento, en un tiempo relativamente corto, con un empleo mínimo de
recursos, pero el tipo de formación recibida puede ser inadecuada a las necesidades del sistema económico.
Ejemplos de la falta de pertinencia de la educación superior en relación con las necesidades económicas y
sociales abundan y son ya un lugar entre las críticas que se formulan a las universidades latinoamericanas.
Por ellos no es necesario insistir más en la búsqueda de ejemplos ilustrativos de este concepto. La
productividad es una medida de la cantidad de unidades de un producto o servicio, que se obtiene utilizando
una determinada cantidad de insumos y recursos. Así, se dirá que un individuo, organización, máquina,
servicio, etc, será más o menos productivo en la medida que logre producir el máximo de unidades de
producto con una mínima cantidad de insumos para elaborarlo. Un investigador será más productivo que
otro, si logra producir, por ejemplo, más investigaciones que otro, con una menor cantidad de recursos, si
adoptamos solo como ejemplo, un a medida cuantitativa de la producción científica. Hay aspectos de la
productividad científica y academice que no pueden ser cuantificables, cuando consideramos el tipo, la
significación, la profundidad, etc., de la contribución de un investigador al conocimiento científico. Pero, al
igual que en los otros casos examinados, si adoptamos la productividad como un criterio de calidad, mientras
mayor sea la primera, mejor será la segunda. Estos conceptos, que a la vez son instrumentos metodológicos
de evaluación, están estrechamente relacionados.
(F. Silvio, Calidad, tecnología y globalización en la educación superior latinoamericana. UNESCO/RESALC.
Caracas, 1992)

Práctica No. 6. Letra 012

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