“Las condiciones materiales de existencia definen la conciencia social de
los pueblos”. Principio marxista, que indica la acción o reacción de la
gente ante la abundancia o carestía de los bienes necesarios para la vida misma.
Existe una ecuación macroeconómica que define estos fenómenos de
inflación y escasez que se presentan en la economía: M*V = Q*P. Es decir, la cantidad de dinero que circula en una economía (M), multiplicado por su velocidad de circulación (V), la rapidez con que un billete pasa de una mano a la otra, debe ser igual al volumen de bienes y servicios que se producen (Q) multiplicado por su valor de adquisición o precio (P).
Si la masa monetaria que circula en un país es mayor al valor de los
bienes y servicios producidos en un período determinado, señalamos entonces, que la inflación está inducida por exceso de liquidez en la economía. Ello depende de las políticas de ingreso y gasto fiscal que se establecen en el presupuesto nacional para un período determinado. Si el presupuesto nacional es deficitario, entonces la cantidad de dinero presupuestado por el gobierno para el gasto es insuficiente, y debe recurrir a créditos adicionales para cubrir el déficit fiscal, y/o devaluar el signo monetario, es decir, crear dinero inorgánico, lo cual es también una política que genera inflación.
Las condiciones se hacen entonces propicias para trasladar el excedente
de valor de los B y S al resto del mundo, con lo que se nivela la presión bajista en los precios de los B y S, bajo la premisa que la demanda de la población de tales B y S está satisfecha Japón y China son ejemplo de aplicación este tipo de política económica. Ello estimularía la producción nacional sin envilecer los precios de estos B y S bajo una estrategia de diversificación y apertura hacia mercados internacionales.
De tal manera, en un país con pulcritud y sanidad financiera la ecuación
antes señalada bebe estar en equilibrio. Luego, por mandato de su propia ley, el Banco Central de Venezuela garante del mayor poder adquisitivo de la moneda y por tanto regulador de la inflación, debe tener una autonomía financiera que garantice el equilibrio de la economía circulatoria (M*V) con relación a la economía real (Q*P).
En Venezuela, esta política de exceso o escasez de dinero en la
economía está muy vinculada a la producción de petróleo y a los niveles de los precios de los hidrocarburos a nivel internacional, desde los años 70 hasta la actualidad. Es decir hemos tenido niveles altos de inflación en periodos de vacas gordas y también en períodos de vacas flacas, por la irresponsabilidad de los gobiernos de turno en el manejo de las finanzas públicas en una sociedad rentista. De tal manera, la dinámica económica del país no obedece a la producción nacional de bienes y servicios no
petroleros, para nuestro consumo y exportación (Q*P), sino que la
dinámica del oro negro define nuestro flujo de caja (M*V).
En macro economía esa ecuación descrita anteriormente debe ser,
necesariamente, igualitaria, so pena, de desequilibrios macroeconómicos recurrentes.
Las grandes crisis económicas de la mal llamada cuarta república se
dieron entre: 1970, 1974, 1983, 1994 y 1998. Todas con las siguientes características: • Caída de las Reservas Internacionales. • Fuerte deuda externa. • Incremento del gasto público. • Déficit fiscal. • Déficit en tesorería. • Oferta de bienes y servicios insuficiente. • Incremento de las importaciones. • Inflación y devaluación con creación de dinero inorgánico. • Fuga de capitales. • Control de cambio. • Surgimiento del mercado negro de divisas. • Caída del aparato productivo. • Deterioro generalizado de los servicios públicos. • Crisis políticas y alzamientos militares. • Depauperación progresiva de la sociedad.
La crisis social que ha producido el régimen chavista/madurista, desde
hace 18 años de gobierno, tiene las mismas características macroeconómicas antes señaladas pero con varios ingredientes que la hacen explosiva.
El deterioro económico es de tal magnitud, que surge otros fenómenos
que acrecientan la inflación de forma exponencial. Uno, El haber destruido el aparato productivo nacional, público y privado, en un 60% , ha determinado que el PIB nacional se halla contraído en los últimos 4 años en aproximadamente 35% generando escasez estructural en la economía, tenido, entonces, que importar el 75% de los bienes para el consumo general, dentro de ello la cesta básica. Dos, brota entonces un fenómeno inflacionario nunca antes visto en la economía venezolana: el bachaqueo generalizado, inclusive inducido por el gobierno. La escasez de producto ha llegado a tal dimensión que el bachaqueo forma parte hoy, de la inflación estructural del país. Bachaquea el pueblo y bachaquea el gobierno con las bolsas CLAP, duplicando y triplicado los precios de los bienes en una escalada sin límites producto de la carestía.
Otro nuevo producto inflacionario es el denominado cono monetario. La
inflación tan prolongada en el país que hoy raya en el 23% intermensual, preámbulo de la híper inflación, ha destruido drásticamente el poder adquisitivo del papel moneda. El régimen en una jugada macabra que nadie entiende, menos las mafias incrustadas en las más altas esferas de gobierno, retiraron en solo tres días el billete de 100 bolívares, el papel moneda de más alta circulación nacional. La medida trajo como consecuencia muerte y saqueos en todo el país, en especial en los estados mineros. Vuelven a incorporar el billete de 100 bolívares, y añaden, en forma ineficiente, el nuevo cono monetario, sin desincorporar los billetes de 100 bolívares del circulante. Este proceso así ejecutado es inflacionario, o sea, más fuego a la candela.
Según la BBC en su portal electrónico la política monetaria del BCV ha
estado a cargo del economista español Alfredo Serrano el "Jesucristo de la Economía", según Nicolás Maduro, este economista señaló que "Hay más fortalezas en la economía que debilidades", en su visión sobre Venezuela; asimismo indico que "La ampliación del cono monetario hará más eficiente el sistema de pagos, facilitará las transacciones comerciales y minimizará los costos de producción, reposición y traslado de especies monetarias, lo que se traducirá en beneficios para la banca, el comercio y la población en general", expresó en un comunicado el BCV.
La realidad se ha encargado de desmentir categóricamente las
apreciaciones de este economista español.
Es sabido que el billete de más alta denominación es el de Bs. 20.000, y
que la Canasta Básica Familiar (CBF) llegó en agosto de 2017 a Bs. 2.043.083,39, lo que correspondería a Bs. 68.102,77 diarios para poder costearla, según informó el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM). Una simple operación aritmética demuestra que cada familia venezolana requerirá mensualmente de 102 billetes de 20 mil por lo que la rotación de inventario de este billete se hace insuficiente para el de más alta denominación.
Según el INE el número de hogares en el país, pasó de 3 millones 750
mil 940 en el censo de 1990 a 7 millones 147 mil 904 en el censo 2011. Una simple proyección lineal hace suponer la existencia de 8.118.465 núcleos familiares al presente año. Al relacionar la demanda mensual de billetes de Bs. 20.000 por la cantidad de 102 de estas piezas con la cifra proyectada del número de familias se requerirán de la asombrosa cifra de 829.335.064 piezas de este cono monetario para cubrir los requerimientos básicos de las familiar en el país.. Se haría necesario bancarizar aun más a la población para paliar esta demanda de billetes. A mayor incremento de precios en los B y S se requerirá de mayor cantidad de efectivo para la adquisición de estos bienes reales. Al inyectarse más efectivo en la liquidez monetaria se disparará la inflación en el comercio al menudeo y en la generalizada. Se observa entonces un extraño círculo vicioso entre la inflación y la demanda de billetes para satisfacer las necesidades de efectivo. Ahora es cuando el billete de 100 tiene larga vida.
Según CENDAS, la variación mensual de la Canasta Básica Familiar se
debe al incremento de precios de seis de los siete grupos que la integran. El alquiler de vivienda aumentó 22,5%, de 40.000,00 a 49.000,00 bolívares, la educación subió 18,6%, de 141.032,60 a 167.201,77 bolívares. La diferencia entre los precios controlados y los precios de mercado es de 10.433,5%.
En cuanto al tema de la escasez quince productos presentaron
problemas de suministro: leche en polvo, margarina, azúcar, aceite de maíz, queso blanco duro Santa Bárbara, queso amarillo, arvejas, lentejas, caraotas, arroz, harina de trigo, avena, pan, pastas alimenticias y harina de maíz. El 25,9% de los 58 productos que contiene la canasta, señaló el Cendas en su informe.
Adicionalmente, escasean otros productos básicos como: jabón de baño,
detergente, cera para pisos, compotas, Nenerina, papel sanitario, pañales, toallas sanitarias, toallines, toallitas, leche condesada, leche líquida de un litro, suavizante, desodorante, entre otros.
El precio de los servicios públicos básicos no varió y se estima que un
almuerzo cuesta al menos 9.600,00 bolívares en promedio.
El billete de mayor denominación, el de Bs. 20.000, equivaldrá a unos 6
dólares calculados al mayor tipo de cambio (DICOM) de 11.311 Bs/US$, pero apenas podrá comprar 1,08 dólares en el mercado paralelo, donde un billete verde se vende a cerca de 18.500 bolívares.
De acuerdo con un artículo reciente publicado en el portal Prodavinci, el
billete de 100 bolívares de 2008 tenía una capacidad de compra equivalente a 10.000 bolívares de hoy.
Según el mercado de cambio paralelo ilegal, se requieren más de 185
piezas del icónico billete de Bs.100 para tener el equivalente a un dólar norteamericano. No hace falta ser un genio de la economía para entender la asimétrica relación que existe entre el salario básico mensual de Bs. 250.531 y la cesta básica con su astronómica cifra de Bs. 2.043.083,39. Es así como una familia promedio de cuatro (4) personas con un ingreso mensual de Bs. 501.062 requeriría de Cuatro (4) salarios básicos solo para cubrir la Canasta alimentaria de productos regulados por el gobierno mismo para satisfacer sus necesidades primarias.
En otras palabras la composición de las familias en Venezuela debería
ser de Ocho (8) individuos, cada uno aportando Bs. 250.531 para cubrir las necesidades alimentarias del grupo familiar.
Entonces se infiere que bajo estas circunstancias el salario básico
debería ser de Bs. 1.021.541,70 al mes para que el ingreso del núcleo familiar cubra el valor de la canastica de alimentos regulados, indexado a una variación intermensual de precios de la canasta, del 22,5% antes indicada.
Con una producción petrolera actual de 1.972.000 barriles en el volumen
de producción de nuestro único rubro de exportación diarios un precio de 42,52 US$/barril, una caída en el primer trimestre de 2017 de 7,7% y una anual prevista del 20%, resulta cuesta arriba disponer de los recursos para lograr un aumento del salario básico a Bs. 1.021.541,70 para satisfacer los niveles mínimos de subsistencia de la población venezolana.
Adicionalmente, con un aparato productivo contraído en más de un 60%
según Conindustria, la oferta de Bienes y Servicios seguirá dependiendo de la política de importaciones del gobierno, con su conocida secuela de escasez y con la consecuente espiral inflacionaria en el sector de alimentos, bebidas y medicinas en especial en los estratos más bajos de la población quienes dedican más de un 70% de su presupuesto familiar a la compra de estos rubros, y donde según CENDAS la inflación implícita del sector superó el 400% en el año 2016.
Luego, la inflación es tan descomunal que en menos de tres meses el
incremento vertiginoso de los precios de bienes y servicios se tragó, literalmente, el nuevo cono monetario, lo que induce, una vez más, la escasez de papel moneda. Surge entonces el denominado corralito financiero. Los bancos por escasez de billetes no pueden cubrir la demanda de dinero en los cajeros automáticos, limitan el monto en la emisión de cheques, etc. El pueblo cuyo ingreso no cubre la cesta básica mínima para su sustento, tiene que recurrir a comercios, inescrupulosos, que les cobran entre el 12% y el 15% por adelanto de efectivo. Entonces, Juan Bimba, entre lo poco que le da el cajero automático y el corralito en efectivo pueda, a dura pena, adquirir comida para el consumo diario. Esta trilogía de inflación indetenible, escasez y corralito es un cóctel explosivo, que dentro de poco pondrá calentar las calles.
Por otra parte, la presidenta de la inconstitucional y fraudulenta ANC, ha
señalado que el culpable de la escasez y la inflación es el, imperialismo mismo, con las restricciones económicas impuestas al país.
Esta misma presidenta de la nueva Asamblea Nacional Constituyente,
hasta hace poco Ministra de Relaciones Exteriores, en este mismo año declaro que en el país había suficiente producción de alimentos y medicinas como para cubrir las necesidades de siete países latinoamericanos, y que en Venezuela no había crisis de este aspecto. Tan pronto el presidente Trump cambio su discurso y declaro a raíz de la toma de medidas financieras contra PDVSA y los planes de endeudamiento del gobierno, que el culpable de la crisis económica, política y social que está viviendo el país es responsabilidad exclusiva y directa del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Las medidas económicas adoptadas por gobierno de Donald Trump,
obedecen en primer término. Sancionar un régimen, violatorio de todas las libertades democráticas contenidas en la CRBV, lo mismo sucedió con el régimen del apartheid en Sudáfrica. Violaban todos los derechos humanos de los negros nativos de esa nación, y la mayoría de los países demócratas del mundo impusieron sanciones al régimen del apartheid, inclusive Venezuela. En segundo lugar, Venezuela tiene el riesgo país más alto del mundo. Este índice mide el diferencial entre la tasa de interés que pagan los bonos del tesoro de los EEUU y los bonos emitidos por países emergentes: nuestro país cierra el año 2016 con un índice de 2.600 puntos base (PB) por lo cual tenemos que cancelar un interés, promedio, de más de 20 puntos porcentuales por encima de lo que pagan los Estados Unidos por su deuda pública. Tercero, PDVSA se ha transformado en una centrifuga de lavado de dinero, como lo señalan los voluminosos depósitos en la banca europea (Andorra) que nada tienen que ver con el negocio petrolero.
El régimen de Maduro ha utilizado la irresponsable política económica de
permanente renovación de la deuda externa, corriendo la arruga, y refinanciando los bonos con descuentos hasta del 70% con intereses que oscilan entre 12% y 25%, lo que representa un verdadero desfalco a las finanzas públicas. Por eso, la medida de calificar a los bonos como activos ácidos o bonos chatarra. Pues las autoridades monetarias de los EEUU están conscientes de que el impago de esos instrumentos financieros es cuestión de tiempo. En un país que no tiene flujo de caja a futuro para cubrir esos altos compromisos financieros, dado el impresionante deterioro de la industria petrolera venezolana, y la tendencia en el mediano y largo plazo de un estancamiento de los precios de los hidrocarburos en torno a los 60$/barril. Ello unido al profundo deterioro económico del país imposibilita el pago oportuno de la deuda externa.
El gobierno de Hugo Chávez recibió en 1.999 una deuda de 27.000
millones de dólares, para el año 2.006 la deuda alcanzaba los 30.000 millones de dólares, para el año 2.017 la duda alcanza la astronómica cifra de 200.000 millones de dólares. Teniendo es ese período un ingreso por factura petrolera que se aproxima a los 2 billones de dólares. Porque esta gigantesca deuda en el período de mayor bonanza financiara en la historia republicana de Venezuela. Esa es la triste realidad de las finanzas públicas en el período chavista.
Luego la crisis triangular de la economía venezolana: Inflación, Escasez,
Corralito financiero y las sanciones económicas ponen al régimen al borde de la explosión social.
El 10 de septiembre son las primarias de la oposición participa con
entusiasmo democrático, y luego obliguemos al régimen que fije la fecha definitiva en el mes de octubre para las elecciones de gobernadores. Les daremos una espeluznante paliza, y demostraremos el fraude constituyente. Luego la inminente salida del régimen de Maduro.
Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.
Miembro del Secretariado Nacional de Movimiento Progresista de Venezuela. MPV. nelsonapv1948@hotmail.com @nelsonperezv