You are on page 1of 7

Día Mundial del Agua

El Día Mundial del Agua fue propuesto en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y el Desarrollo efectuada en Río de Janeiro, Brasil del 3 al 14 de junio del año 1992. Después
de la cual, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución
A/RES/47/193 que declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua.1
Celebración
Se invitó a participar de actividades relacionadas con la conservación y el desarrollo de los recursos
hídricos, apelando a la puesta en práctica de las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de
la Agenda 21.
El tema del Día Mundial del Agua de 2015 es: «Agua y Desarrollo Sostenible».
La humanidad necesita agua
Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de agua es más necesaria que
nunca.
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios
que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la
sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene
un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la
seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.
Organización de las Naciones Unidas
Cada año el Día Mundial del Agua ha girado sobre un lema específico.
Cuentos tradicionales

EL CUENTO DE LA PAMPARRAMPUYA
Recopiladora: Berta Fanjul.
Lugar: Navalmoral.
Fecha: otoño del 2002
Informante: ella misma.
Los niños piden a menudo a las abuelas que les cuenten un cuento. Petición lógica y sustentada en la milenaria tradición de
que las abuelas son seres bondadosos y de paciencia infinita. Pero a veces las abuelas están a otras cosas o simplemente no
están muy inspiradas en ese momento, por lo que tienen que recurrir a cuentos como El Cuento de la Pamparrampuya para
salir del paso y entretener un rato al mocoso-a.

Este es el cuento de la Pamparrampuya,


el de las bragas azules y el culo al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
—Sí.
Yo no te digo que digas ni que sí ni que no,
sino que este es el cuento de la Pamparrampuya
el de las bragas azules y el culo al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
—¡No!
Yo no te digo que digas ni que sí ni que no,
sino que este es el cuento de la Pamparrampuya
el de las bragas azules y el culo al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
......Y así hasta el infinito.

LA GALLINA Y EL POLLITO
Recopiladora: Alba Sanz Piris.
Lugar: Navalmoral de la Mata
Fecha: otoño del 2002
Informantes: su madre de 40 años, su padre de 50 y su vecina Isabel.
Una vez, un pollito y una gallina decidieron ir a buscar avellanas para comer. Ambos acordaron que
iban a repartir a partes iguales todas las semillas que recogieran. Pero la gallina, que era un poco
tacaña, decidió no compartir y al encontrar una avellana la engulló y se ahogó. Cuando el pollito fue a
verle, le dijo que fuera a por agua. Apresurándose, el pollito le pidió al pozo el agua, pero el pozo le
dijo que antes le debía dar un ramo de flores de una novia; el pollito le pidió el ramo a la novia, pero
ésta le dijo que antes tenía que ir al zapatero a por sus zapatos; el zapatero le dijo que antes de darle los
zapatos le tendría que pedir al cerdo tres libras de manteca; el cerdo le dijo que antes debería traerle un
poco de hierba fresca; y el prado como era muy bueno no le pidió nada a cambio. El pollito fue
haciendo uno a uno todos los recados, pero cuando llegó la gallina había muerto. Un cazador que por
allí pasaba con unas pinzas logró quitarle la avellana y la gallinita se curó feliz.
Cuentos Populares
Cuento Blancanieves
El cuento de Blancanieves es un cuento de hadas cuya primera versión conocida fue escrita por los
hermanos Grimm. Además, tiene una versión Disney realizada en 1937.
El cuento de Blancanieves cuenta la historia de una reina y un rey que querían tener un hijo con todo su
corazón. Un día, la reina miraba la nieve caer por la venta mientras cosía. Al pincharse un dedo con la aguja y
ver la sangre caer sobre la nieve, deseo tener una hija con la piel blanca como la nieve, de labios rojos como la
sangre y cabello negro como el ébano. Su deseo se cumplió y llamaron a la dulce niña Blancanieves. Sin
embargo, tras dar a luz, la madre murió y pasados unos años, el rey volvió a casarse con una mujer tan cruel
como hermosa obsesionada con su belleza. Esta nueva reina poseía un espejo mágico al que preguntaba cada
día quién era la más hermosa del reino. El espejo, que siempre decía la verdad, le respondía “tú, mi reina”: Sin
embargo, con el paso de los años, Blancanieves superó la belleza de la reina y, desde ese momento, la
malvada reina planearía matar a Blancanieves.
A pesar de que existen diferencias entre las versiones existentes de este cuento, existen una serie de
elementos comunes como, por ejemplo, el espejo mágico o los siete enanos. En este sentido, a veces, el
diálogo con el espejo se hace con la luna o con el sol; mientras que, en ciertas ocasiones, los enanos son
ladrones.
La influencia de este cuento en la cultura occidental es más que patente. Desde diversas investigaciones se
relaciona a Blancanieves con posibles personalidades reales que podrían haber inspirado el personaje
protagonista de Blancanieves. Además, el cuento de Blancanieves ha sido fuente de inspiración para diversas
películas, libros y otros cuentos.

Cuentos literarios

Los relojes
(Cuento)
Ana María Matute

Me avergüenza confesar que hasta hace muy poco no he comprendido el reloj. No me refiero a su
engranaje interior –ni la radio, ni el teléfono, ni los discos de gramófono los comprendo aún: para mí
son magia pura por más que me los expliquen innumerables veces–, sino a la cifra resultante de la
posición de sus agujas. Éstas han sido para mí uno de los mayores y más fascinantes misterios, y
aún me atrevo a decir que lo son en muchas ocasiones. Si me preguntan de improviso qué hora es y
debo mirar un reloj rápidamente, creo que en muy contadas ocasiones responderé con acierto. Sin
embargo, si algo deseo de verdad, es tener un reloj. Nunca en mi vida lo he tenido. De niña, nunca lo
pedí, porque siempre lo consideré algo fuera de mi alcance, más allá de mi comprensión y de mi
ciencia. Me gustaban, eso sí. Recuerdo un reloj alto, de carillón, que daba las horas lentamente,
precedidas de una tonada popular:

Ya se van los pastores a la Extremadura.


Ya se queda la sierra triste v oscura…
También me gustaba un reloj de sol, pintado en la fachada de una iglesia, en el campo. Este reloj me
parecía algo tan cabalístico y extraño que, a veces, tumbada bajo los chopos, junto al río, pasaba
horas mirando cómo la sombra de la barrita de hierro indicaba el paso del tiempo. Esto me
angustiaba y me hundía, a la vez, en una infinita pereza. Como me inquieta y me atrae el tictac
sonando en la oscuridad y el silencio, si me despierto a medianoche. Es algo misterioso y enervante.
Durante la enfermedad, si es larga y debemos permanecer acostados, la compañía del reloj es una
de las cosas imprescindibles y a un tiempo aborrecidas. Me gustan los relojes, me fascinan, pero creo
que los odio. A veces, la sombra de los muebles contra la pared se convierte en un reloj enorme, que
nos indica el paso inevitable. Y acaso, nosotros mismos, ¿no somos un gran reloj implacable,
venciendo nuestro tiempo cantado?
Deseo tener un reloj. Muchas veces he pensado que me es necesario.
No sé si llegaré a comprármelo algún día. ¿Lo necesito de verdad? ¿Lo entenderé acaso?
La montaña
El niño empezó a trepar por el corpachón de su padre, que estaba amodorrado en la butaca, en medio
de la gran siesta, en medio del gran patio. Al sentirlo, el padre, sin abrir los ojos y sotorriéndose, se
puso todo duro para ofrecer al juego del hijo una solidez de montaña. Y el niño lo fue escalando: se
apoyaba en las estribaciones de las piernas, en el talud del pecho, en los brazos, en los hombros,
inmóviles como rocas. Cuando llegó a la cima nevada de la cabeza, el niño no vio a nadie.
-¡Papá, papá! -llamó a punto de llorar.
Un viento frío soplaba allá en lo alto, y el niño, hundido en la nieve, quería caminar y no podía.
-¡Papá, papá!
El niño se echó a llorar, solo sobre el desolado pico de la montaña.

Fabula el Pastor mentiroso

Estaba un pastor de ovejas junto con su rebaño, el cual comenzó a gritar con todas sus fuerzas:
"¡Auxilio! ¡Auxilio! El lobo viene por mis ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos sus quehaceres,
acuden al llamado del joven, para darse cuenta que no es mas que una chanza pesada.

El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo, volvió. Sin embargo, nuevamente no
era mas que una burla. Luego gritó de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo estaba atacando, sin
embargo el pueblo no creyó en sus gritos, por lo que la fiera terminó devorándose el rebaño.

Moraleja: Mentimos y mentimos, y perdemos la confianza que los demás tienen en nosotros. Cuando
digamos la verdad, no nos creerán.

Fabula el Jilguero Tímido

Había una vez un Jilguero que no quería cantar. Todas las demás aves se preguntaban por qué no
quería cantar, y el siempre les respondía: "Jamás cantaré para ser objeto de burla."

Un día, un Perico se le acercó al Jilguero para decirle: "¿Por qué tienes miedo? Canta, que nadie se
reirá de ti." Sin embargo, el Jilguero no quiso cantar, ni tampoco le respondió nada al perico. Luego
llego una Cotorra y también se le acercó al Jilguero y le dijo: "Te escuché una vez mientras cantabas
en el bosque. ¡Tus cantos son hermosos! ¿Por qué no quieres cantar ahora?."

Aún así el Jilguero siguió sin decir nada. Hasta que finalmente se le acercó un Ruiseñor y comenzó a
cantar de una forma muy hermosa. Sin emargo, el Jilguero siguió con apatía, así que le preguntó:
"Jilguero, ¿por qué no te unes a mi en canto? Haríamos un gran dúo." Y el Jilguero le confesó sus
miedos al Ruiseñor. Y este le dijo: "No importa si cantas bien o mal, eso es asunto tuyo. Pero si no
cantas, ni si quiera para ti mismo, entonces no eres un Jilguero, ni eres nada."

Moraleja: Se tu mismo. Cumple con el propósito para el que Dios te diseñó, sin importar si esto
agrada a los demás o no.

MITOS

EL SISIMITE.
Al igual que sus parientes de las nieves, el yeti del Tíbet y el bigfoot de EEUU y Canadá, el sisimite es otra de
esas criaturas que aparecen de la nada y desaparecen del mismo modo. Según el investigador hondureño Jesús
Aguilar Paz, el sisimite o itacayo deambula por las altas montañas y habita en inaccesibles cavernas,
alimentándose de frutas silvestres, de la misma manera que sus parientes cercanos de México y Argentina, el
peludo y el ucumar respectivamente.
"Estos monstruos secuestraban a mujeres, y se las llevaban a sus cuevas. Se dice que de esta unión nacieron
hombres-simio". Aún se comenta en los pueblos de las montañas la historia de una mujer que logró huir del
escondite donde vivía con un sisimite.
Según cuentan, la criatura la persiguió cargando con los tres hijos que habían tenido en común y
enseñándoselos a la madre. Ésta logró cruzar un río mientras la bestia, desde la otra orilla, le mostraba a los
pequeños para lograr atraerla. Al parecer, los intentos del sisimite no surtieron efecto, de tal modo que,
enfurecido, arrojó a los niños al agua y perecieron ahogados.
El fraile italiano Federico Lunardi, uno de los más importantes estudiosos de la cultura hondureña, asociaba
esta criatura al dios Chac de los mayas, "el que sostiene el cielo, el dios del agua". Según Lunardi, la creencia
popular sostiene que en el interior de una de estas cuevas, en una pared, están grabadas "la mano con sus
dedos" y varias huellas que habían dejado los sisimites que acudían a media noche a la caverna para afilar sus
uñas en la roca.

EL COMELENGUAS.
En los años 50, en Nacaome, al sur de Honduras, una misteriosa criatura causaba pavor a los lugareños. En
Literatura oral de la Zona Sur (Tegucigalpa, 1996), Karen Ramos y Melissa Valenzuela describen cómo varios
campesinos observaron un ave gigantesca sobrevolando las haciendas de dicha localidad. Según estos mismos
testigos, al día siguiente de los avistamientos se encontraron algunas reses muertas en extrañas circunstancias.
Un campesino asegura que vio cómo la criatura atacaba a un toro usando su cola, semejante a una gruesa
serpiente, para estrangular al animal y, finalmente, arrancarle la lengua. Sin embargo, esta descripción no
concuerda con otros relatos en los que se asegura que el misterioso animal, bautizado con el descriptivo
nombre de comelenguas, no dejaba signos de violencia tras sus ataques. En aquella época, muchos hacendados
se quejaban de la pérdida de ganado vacuno. Invariablemente, las reses aparecían muertas, con la lengua
cortada de raíz y las quijadas dislocadas. También se recogió informaciones semejantes a miles de kilómetros
de distancia en el estado de Goias (Brasil). Los casos ocurrieron en los años 40 y presentaban características
similares a los que tuvieron lugar en Honduras.
Un pariente cercano al comelenguas es el pájaro-león, que atemorizó a los habitantes de la región de
Sabanagrande. Según la tradición, esta bestia, descrita como un ave de grandes dimensiones y pico enorme,
devoraba o enloquecía a quienes tenían la desgracia de cruzarse en su camino.

EL CADEJO
El cadejo blanco existe en todo el país, de él se cuentan muchas historias, se dice que es un espíritu
bueno, que es por ese motivo que protege a las personas que acompaña. "Es un guardián que
permanentemente prptege al hombre".
Don Sergio, un señor de 79 años, del barrio el Calvario de León, dice que salió el cadejo a la media
noche, después de salir de echarse unos buenos tragos de cususa.
Del barrio de Guadalupe se escuchan más testimonios sobre este misterioso animal. Doña Mariíta una
anciana de 93 años nos cuenta que, el cadejo es un animal que no a toda persona le sale y que protege a
los caminantes nocturnos, y les digo esto, porque a mi papa el cadejo le salió y a mi hermano nunca, y
los dos trasnochaban. Mi papa no tenía ningún vicio, pero le gustaba jugar billar, una noche venía sobre
la calle de Guadalupe del biliar a la casa de mi mama, sintió que un perro le venia siguiendo los pasos.
El perro venía tras él y entonces él se voltea y le dice: "Vállase este animal jodido que me anda
siguiendo, oliéndome los pasos". El lo espantaba todo el tiempo, pero al llegar a casa el pero
desaparecía y el misterioso animal a donde él iba lo acompañaba. Nunca le hizo algo mal a mi papa".

EL CADEJO NEGRO El cadejo existe. dice Don Paulo Silva, un señor de 98 años del barrio de
Sutiava, que existen dos clases de cadejos nos dice Don Paulo con una hermmiosa jicara llena de Liste
en su mano derecha. El blanco es bueno, camina detrás de los caminantes solitarios para protegerlos
por la noche de otros espíritus burlones. Sin embargo, el cadejo negro es un espíritu malo que trata de
matar a los caminantes nocturnos como nos dice su relato Don Paulo: "En el barrio de Guadalupe a
Bacilio, un muchacho recio y muy conocido por andar trasnochando, lo mató una noche el cadejo
negro, lo encontraron en la esquina de los billares Darce. Tenía un vecino que era muy valiente, al
darse cuenta lo que le pasó a su amigo dijo: "Yo quiero que el cadejo me mate. voy a ir a espiarlo
mañana". Así fue salió con un machete a esperar al cadejo y se escondió en el mero Tamarindón
cerquita del Río Chiquito, cuando el animal se le apareció. ra._. Ra... Ra... Ra... Se lo hechó encima. El
pobre hombre amaneció muerto.
En este mundo todos estamos rodeados del bien y el mal.

LA SUCIA
Dicen que cierta noche un joven de un pueblo de Santa Bárbara salió de su casa a visitar una muchacha
que le gustaba, la verdad es que él estaba muy enamorado. Se quedó con la muchacha hasta pasadas de
las 9:00 pm. Cuando regresaba a su casa, al cruzar por una quebrada (riachuelo) vio a una joven
lavando su ropa por lo que debido a que era de noche y que no había nadie más alrededor trató de
seducirla sin que la muchacha le correspondiera y manteniéndolo ignorado sin darle la cara.
Él, abusivo y al sentir el desprecio de la joven, trató de abusar de ella, sujetándola con fuerza y trató de
apartar la enorme cabellera que le cubría el rostro de la mujer sin resultado alguno. La mujer se soltó de
él y apenas alcanzó a escuchar un ligero sollozo de ésta, pero el hombre no estaba dispuesto a dejar
pasar la oportunidad de seducirla.
Se disculpó por el forcejeo y le dijo que lo único que quería era un beso por lo que la mujer asintió con
la cabeza y él se acercó a ella, apartando su pelo para dejar al descubierto su rostro y poderlo besar.
Haciendo esto se escuchó el mayor alarido que garganta humana puede escuchar y el hombre salió
corriendo volviéndose loco en el acto, y lo único que exclamaba era que había visto una mujer con cara
de monstruo y con un aliento pestilente. Hoy en día se dice que esta mujer se le aparece a los hombres
mujeriegos en sitios solitarios de su camino y es muy conocida como La sucia por su costumbre de
aparecerse lavando ropa sucia.

You might also like