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Urbano Martínez, José Joaquín.

Nueva estructura probatoria


del proceso penal, Bogotá, ediciones jurídicas Andrés
Morales, 2008, 70 páginas.

De revolución probatoria califica país, o se trata simplemente de un giro


Urbano la transformación agenciada en de 360 grados que nos vuelve a colocar
la ley 906 de 2004 C.P.P., pues “de un al frente de la cultura de la excepción
sistema en el que el juez podía apoyar y de las prácticas simbólicas que han
la sentencia en la prueba practicada caracterizado los sistemas penales en
antes del juzgamiento, se ha pasado a el país. 
un modelo en el que el juez únicamente Según el autor, la cultura inquisi­
puede dictar la sentencia con base en tiva definitoria del proceso penal
las pruebas practicadas en el juicio” (p. colombiano ha tenido una lenta trans­
XIII). Al análisis de las transformaciones formación, pasando de un proceso
concretas que implica este ejercicio caracterizado por la concentración de
probatorio se dedica la obra que ahora las funciones básicas procesales-penales
se reseña, no sin antes advertir el autor en cabe­za de un mismo funcionario
sobre la necesidad de superar los judicial, siendo éste el encargado de las
esquemas mentales propios del anterior indagaciones preliminares, la instruc­
régimen procesal, los que imponen la ción o sumario, la calificación del
instrumentalización del ordenamiento mérito de la investigación, el trámite
jurídico en aras de las finalidades inqui­ del juicio y la emisión de la sentencia
sitivas en la averiguación de la verdad que ponía fin al proceso, a un proceso
y el tratamiento del procesado. A con­ caracterizado por la diferenciación de
tinuación se presentarán algunas de las funciones de acusación, defensa y
las instituciones que trae Urbano como juzgamiento inherentes al “moderno
características de dicha “revolución proceso penal”.
pro­ ba­
toria”, para discutir nosotros si Con la creación de la Fiscalía
dicha revolución genera realmente un General de la Nación en la Constitución
cambio en las prácticas procesales del de 1991, y la instauración con ello del

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Bibliografía

principio acusatorio, por lo menos en en el nuevo sistema procesal penal,


términos formales, se avanzó en el se le habría asignado como objetivo
intento de diferenciar las funciones de la superación de viejos esquemas
los participantes en el proceso penal, inquisitivos que, como el mencionado
aunque al mismo tiempo, para poner principio de permanencia de la prueba,
una importante contradicción político- se oponen a un ejercicio público, oral,
cultural, se le entregaron funciones con inmediación, concentración y
judiciales, estrechamente vinculadas a contradicción de la prueba, principios
problemas de libertad y de derechos, derivados de las exigencias que en
lo que evidentemente significó la materia probatoria impone el “valor
relegitimación de la cultura inquisitiva. normativo de la constitución”. En ese
De esta manera, la Fiscalía quedó con orden de ideas dice el autor que “si
funciones relativas a la posibilidad de bien la carta política habla hoy de los
restringir derechos fundamentales de principios probatorios de publicidad,
los procesados, emitir decisiones con oralidad, inmediación, contradicción
valor de cosa juzgada, y realizar un y concentración, ellos no tienen nada
trabajo preinvestigativo e investigativo que ver con otras instituciones del
que vinculaba a los jueces y tribunales, mismo nombre, de naturaleza legal y
lo que explicaría que “la práctica compatibles con el principio de perma­
probatoria haya sido casi inexistente nencia de la prueba, de que da fe la
y que los jueces y tribunales se hayan historia del proceso penal colombiano”
limitado a tramitar un juicio formal al (p. 10), y para que no queden dudas,
final del cual se emitía una sentencia según el autor, de la necesidad de
que tenía como soporte la prueba cambiar los esquemas mentales junto
practicada antes del juicio” (p. 7), con los esquemas procesales y proba­
consecuencia todo ello de lo que se torios, agrega que “muchas de las
llamó “Principio de permanencia de la dificultades que se advierten en el
prueba”, en virtud del cual la prueba proceso penal de hoy, se explican
producida por la Fiscalía durante la como consecuencia de la pretensión
instrucción podía servir para funda­ de explicitar el alcance de esa norma
mentar la sentencia, sin que se exigiese constitucional a partir de premisas
como condición de su validez la hermenéuticas incompatibles con su
repetición en el juicio y de cara al juez. nuevo contenido y sintonizadas con la
Quizá por ello resultaba muy extraño visión estrictamente formal que hasta
que en un proceso hubiese pruebas ahora se ha tenido de esos principios”
producidas durante la etapa de la (p. 11). 
causa.  De ahí que, según el profesor
En este sentido, al proyecto de Urbano, una de las principales fina­
transformación probatoria introducido lidades de la obra sea aportar a una

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Nueva estructura probatoria del proceso penal

determinada lectura que desde los respetar unos límites operacionales,


estándares mínimos impuestos por temporales y normativos ineludibles (p.
la comunidad internacional1 y desde 30). También se ocupa de realizar un
los fundamentos constitucionales del análisis de los nuevos fundamentos de
sistema procesal -y la consiguiente las pruebas penales, los cuales imponen
construcción y desarrollo de institucio­ exigencias a dos niveles. La primera,
nes procesales compatibles con de carácter sustancial, propugna por
el mismo2-, permita destacar una el respeto y materialización de los
nueva estructura constitucional de derechos fundamentales del procesado.
investigación y juzgamiento, de la La segunda, de carácter metodológico,
que hacen parte instituciones como se refiere a los deberes impuestos por
la regla de exclusión de la prueba el constituyente a la Fiscalía en materia
ilícita, los deberes de aseguramiento probatoria y a los principios probatorios
y descubrimiento que le asisten a la del juicio. A partir de estas exigencias
Fiscalía en materia probatoria y los se concluye que el fundamento legítimo
principios de publicidad, oralidad, de la decisión a tomar por el juzgador
inme­diación, contradicción y concen­ “únicamente puede estar determinado
tra­ción, instituciones de cuyo desarrollo por la prueba practicada en el juicio”
se ocupa Urbano en la caracterización (p. 36). 
de la nueva estructura probatoria del Dentro de esta caracterización,
proceso.  Urbano Martínez se ocupa de lo que
El autor hace una referencia a la él denomina “particularidades” de la
finalidad de las pruebas penales y a nueva estructura probatoria del proceso
los fines del proceso penal, entre los penal, las que constituirían verdaderas
que destaca la posibilidad de alcanzar excepciones al principio acusatorio de
una verdad que armonice la necesidad la nueva estructura probatoria.
de fundamentación fáctica planteada Una de estas particularidades sería
a la jurisdicción con el imperativo de la denominada prueba de referencia.
Respecto a la práctica de esta clase de
1
“La estructura acusatoria del proceso penal de prueba, concluye Urbano que “[…]
hoy, es un imperativo de civilidad impuesto constituye un supuesto de manifiesto
por la comunidad internacional a los distintos
Estados” (p. 17) desconocimiento de los principios
2
constitucionales de las pruebas penales
“Comprender que la Constitución es un
sistema normativo, permite advertir que las y por lo mismo resulta inadmisible” (p.
normas superiores referidas al proceso penal 54), y agrega que “[…] Es discutible que
y a las pruebas penales tienen un alcance que
trasciende su tenor literal y que él se determina los elementos materiales probatorios
a partir del lugar que ocupan en un sistema recaudados antes del juicio puedan
armónico de valores, principios, derechos y
deberes y de la capacidad configuradora que
contribuir a la convicción del juzgador,
estos tienen sobre aquél” (p. 20.) pues con ello se está rodeando de

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Bibliografía

la calidad de prueba a actuaciones un muy elemental fraude de etiquetas,


cumplidas fuera del juicio y, como ha pretendido que el problema que allí
es obvio, sin cumplimiento de los se implica no es un tema de legalidad,
principios consagrados en el artículo sino de credibilidad, es decir, no de
250.4” (p. 55). exclusión, sino de discusión “racional y
Significa ello que en el nuevo crítica” sobre algo, sea de ello lo que
sistema procesal penal colombiano es fuere, verdaderamente sospechoso.
Ahora bien, a pesar de que Urbano,
posible la prueba de referencia, y que
tan comprometido en la tarea de
así, por vía excepcional, se conserva
promover una nueva mentalidad pro­
una de las instituciones que desarrollan
ce­­
sal en clave de las exigencias del
el principio de permanencia de la
Estado de derecho –al parecer entre
prueba. De ello, y de las contradicciones nosotros sintetizado modernamente
que implica, se ha dado cuenta el en la Constitución de 1991 y en los
profesor Urbano, aunque no haya Tratados internacionales-4, manifiesta
desarrollado suficientemente la crítica inicialmente su rechazo a la tesis
que ello merecería, lo que habría sido de la Sala de Casación Penal, de
muy importante, habida cuenta su modo sorprendente declina su crítica
condición de jurista acatado, para evitar inicial, para entrar en un juego de
la consolidación de tan contradictoria contemplaciones con dicha doctrina.
situación en el derecho nacional. Así lo hace, a pesar de los problemas
Esa crítica debió hacerse, muy de coherencia que ello implica5, para
especialmente, a la doctrina de la proponer una fórmula, a través de la
Sala de Casación Penal de la Corte cual se llega a la admisión de la prueba
Suprema de Justicia, expresada en la de referencia: podrá ser utilizada,
sentencia que recoge Urbano3, en la siempre que la misma no desnaturalice
la estructura del proceso.
cual se legitima la llamada prueba de
referencia, con argumentos de eficacia,
Lo que desde una lectura no torcida de los
4
en detrimento de las razones que en artículos 93 y 94 de la Carta haría a la mejor
términos de legalidad constitucional definición de lo que se ha llamado el bloque de
definirían el asunto mismo de la validez. constitucionalidad.

Con una gravedad especial, y es que la En el nivel de la coherencia, “las reglas


5

(identificadas y sistematizadas) son evaluadas


doctrina en cuestión, a la manera de y comparadas con aquellos principios jurídicos
que rigen en el sistema normativo involucrado,
3
Cfr. Sentencia de 30 de marzo de 2006, radicado sean principios implícitos o explícitos (…).
24.468, MP Edgar Lombana Trujillo: “Es que la En los sistemas jurídicos constitucionales el
problemática real sobre la prueba de referencia rol evaluativo de la coherencia es de singular
gira esencialmente en torno de su credibilidad importancia toda vez que, al presuponerse la
o poder suasorio, antes que en torno de su jerarquía de los principios constitucionales, se
pertinencia o legalidad”). También, casación exige que las normas inferiores sean coherentes
de 21 de febrero de 2007, Sala Penal, Radicado con relación a tales principios”, Alonso, Juan
25.920, MP. Javier Zapata Ortiz, cursiva fuera Pablo. Interpretación de las normas y derecho
del texto. penal, Buenos Aires, Del Puerto, 2005, p. 155

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Una segunda particularidad que parece correcto en la discusión sobre


destaca Urbano del régimen positivo derechos y garantías, caso éste donde
contentivo de la estructura probatoria impera la Constitución, y si se quiere
del proceso penal acusatorio, se el bloque de constitucionalidad, muy
presenta a propósito de la sentencia a pesar de lo que pretendidamente se
C-782 de 2005, en la cual la Corte derivara de la vigencia de una particu­
Constitucional se ocupa de la rele­van­ lar metodología procesal penal. Resuel­
cia constitucional del artículo 364 que tamente, en dicha materia ese tema es
regula la participación del acusado o de la pura competencia constitucional
coacusado como testigo en la audiencia y el modelo procesal penal –cualquiera
de juicio oral. Frente a la impugnación que fuese- no podría aspirar a su
del demandante que considera que validez y a su legitimidad sino sobre ese
la exigencia de prestar juramento al reconocimiento.
acusado o coacusado cuando éste actúa Y es por ello quizá, que Urbano
como testigo implica una violación a no repara en la gravedad del pronun­
la prohibición de auto­ incriminación, ciamiento de constitucionalidad –con­-
la Corte desestimó la misma, en el di­
cionada– del art. 394. En la sen­
entendido de que el juramento pres­ ten­cia C 782 de 2005, se diseña un
tado por el acusado o coacusado procedimiento de incorporación de la
declarante no tendrá efectos penales declaración del acusado al juicio, bajo la
adversos respecto de la declaración gravedad del juramento, que en sí mismo
sobre su propia conducta; y que, en traduce un atentado formidable a los
todo caso, de ello se le informará principios de presunción de inocencia
previamente por el juez, así como del y de prohibición de autoincriminación
derecho que le asiste a guardar silencio o de incoercibilidad. Lo que no es
y a no autoincriminarse. Y que, ni del menos, porque la Corte haya dicho
silencio, ni de la negativa a responder, que si se trata de una declaración a los
podría derivarse ninguna consecuencia efectos de su propia situación procesal,
penal adversa al declarante. del juramento no se podría pasar a una
A las consideraciones realizadas por consecuencia penalmente adversa, lo
la Corte y retomadas por el autor, cabe que sí sucederá en los casos en que se
hacer tres observaciones críticas. declare en contra de terceros.
En primer lugar, la lectura que hace Nos parece que tan ligera ha
del problema el profesor Urbano podría sido la glosa del profesor Urbano a
entenderse a la manera de la moda en la doctrina de la Corte, como el jui­
las discusiones procesales penales: que cio de nuestro máximo tribunal de
si un asunto es así o no, dependería de la constitucionalidad: ¿por qué mantener
propia naturaleza de una determinada la vigencia del juramento (está bien
metodología procesal penal. Y ello no que sin consecuencias punitivas), pero

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Bibliografía

sí con altas cargas coercitivas, en vez de Sala de Casación Penal de la Corte


mostrar su impertinencia constitucional, Suprema de Justicia, según la cual
justamente como una importante “la Fiscalía sí se encuentra legitimada
condición para la vigencia de los para solicitar, como prueba directa
principios de presunción de inocencia de cargo, el testimonio del acusado”.
y de prohibición de autoincriminación La descomposición de cualquier
–que era a lo que iba la sustancia aspiración igualitaria –si se nos permite
de la pretensión del demandante pensarlo de cara a las estructuras
de inconstitucionalidad-?. ¿Por qué procesales penales, inmanentes y fisio­
no decir lo que debía traducir una lógicamente desigualitarias- resulta
vocación verdaderamente democrática evidente con semejante suposición. Y
–verdaderamente acusatoria, si en es muy grave que así no lo considere
términos políticos lo acusatorio se el profesor Urbano, quien podría más
confundiría con un tendencial compro­ bien contemplar la posibilidad de su
miso con el discurso de los derechos legitimidad, sobre un presupuesto
y de las libertades-, que el art. 394 polí­ti­
camente bastante extraño, que
de la ley 906 merecía permanecer el acusado siempre estará en su
en el ordenamiento jurídico, porque derecho de de guardar silencio frente
el juramento que en dicha norma se al interrogatorio directo de la fiscalía.
menciona no resulta concebible sino Si se quería apostar por la vigencia
para aquellos eventos en que el acusado de todo lo que de bueno hay en los
declara en contra de terceros? principios de inocencia y de prohibición
En tercer lugar, finalmente y sobre de autoincriminación, entonces la con­
ese mismo asunto, resulta sorprendente dición estaba en prohibir tajante­mente
que el profesor Urbano no lleve hasta que la fiscalía siquiera ensayara la
sus últimas consecuencias la idea citación del acusado.
de que sobre el lomo de los prin­ Para terminar, destaca el autor
cipios de presunción de inocencia y la “necesidad de contextualizar la
de prohibición de autoincriminación jurisprudencia constitucional y penal”.
resulta acusatoriamente insoportable Si una adecuada aproximación al
que la Fiscalía General de la Nación sistema procesal vigente requiere el
pueda llamar como “prueba directa conocimiento de las decisiones de la
de cargo” al acusado en la búsqueda Corte Constitucional y de la Corte
de su testimonio. Decimos que, en Suprema de Justicia, entonces la
vez de defender drásticamente esa impor­ tancia que Urbano Martínez
línea de principios, entra en una cierta le atribuye a una “recepción que se
condescendencia con actitudes que enmarque en el contexto impuesto por
la relativizarían, por ejemplo, con estándares normativos internacionales
la manifestada en la doctrina de la vigentes en materia procesal penal,

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en los niveles de fundamentación que la nueva estructura probatoria


constitucional del proceso penal y en las iría dirigida a la construcción de
líneas jurisprudenciales que recogen la un proceso penal marcado por los
doctrina de las Altas Corporaciones de derechos como límite a las actuaciones
Justicia” (p. 60) parecería indiscutible, de poder, y a la consolidación de un
siempre al precio, y en ello no repararía juicio oral, público, con inmediación,
suficientemente el autor, de que el contradicción y concentración acorde
ejercicio hermenéutico no renuncie a la con un “sistema procesal de tendencia
superación crítica de las contradicciones acusatoria propio de un régimen
–muy comúnmente, con marcados demo­crático” (p. 16), también las hay,
problemas de constitucionalidad– que y desgraciadamente muchísimas, para
se presenten al interior de cada una entender la potencialidad, que late
de esas corporaciones y entre ellas tras la sistemática procesal penal
mismas. de la ley 906 de 2004, de construir
Por todo lo anterior, se hacen nece­ sentencias condenatorias con bajos
sarias dos consideraciones finales. niveles epistemológicos en materia
La primera va dirigida a relativizar la
de oralidad, publicidad, inmediación,
excesiva confianza que se le asigna
concentración y contradicción.
a los instrumentos internacionales,
Es precisamente este aspecto, la
como coordenadas definitorias de los
posibilidad de construir sentencias
discursos y de las prácticas procesal-
condenatorias sin garantizar el derecho
penales. Es indudable que un régimen
de defensa y las demás garantías
procesal penal nacional está vinculado
presentadas como innovadoras en la
al respeto de los valores que en
recensión del nuevo sistema procesal
materia de derechos humanos ha
penal, del cual el profesor Urbano no
creado la comunidad internacional,
pero también es cierto que muchos de parece percatarse, el que perfila una
ellos se imponen a contextos donde la doble vía de incriminación procesal,
mentalidad sigue siendo abiertamente dispuesta a juzgar con dos lógicas a
inquisitiva y frustradora de derechos los sujetos objeto de la persecución
y garantías individuales, por lo que penal. Por un lado y afiliada a los
cabe preguntarse qué posibilidades más preclaros desarrollos del ideario
de cambio ofrece un texto (como la liberal, con el cumplimiento pleno
normativa internacional) sin contexto de las garantías procesal-penales,
(debido a la ausencia de la construcción y cuyo escenario es el juicio oral,
de nuestros legisladores e intervinientes encontramos la lógica del “proceso
procesales de una cultura de respeto a penal con tendencia acusatoria”; por
los derechos individuales).  otro lado, derivada de las prácticas de
Y la segunda, que si bien es allanarse, anticipar sentencia, acordar
cierto habría razones para admitir los cargos, encontramos una lógica

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Bibliografía

procesal penal huérfana de discusión humanos, que tan fervorosamente


probatoria, que construye sentencias propone el profesor Urbano, aun tiene
condenatorias con la mera declaración que deshacerse de las perversiones que
del procesado (pura aceptación), lo se inscriben en esa traducción binaria
que se legítima con escasos niveles en materia procesal-penal.
probatorios, una lógica propia de la
eficacia que orbita como fundamento Juan Guillermo Valencia
legitimador de nuestras prácticas David Enrique Valencia
procesales, construyendo un proceso “Observatorio procesal penal”.
paralelo carente de garantías. Es en Facultad de Derecho y
este sentido que la mencionada “nueva Ciencias Políticas de
mentalidad” del respeto a los derechos la Universidad de Antioquia.

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