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»n.— .

» 9.— Número suelto » 0.25:

Número suelto » O.CO Número atrasado » 0.40

i
Año II BUKNOS AIRES, Mnrzo 16 de 19C0 Núm. 7

Llegó á ser. rntoncc;s, una de las pocas
celebridades que en la Argentina cimen-
tarán con bases inconmovibles su nombre
de escritores científicos y iterarios desde
;
entonces, las sociedades dedicadas al Sa-
ber Humano, Uí abrieron sus puertas y
ocupó en aquellas los puestos de mayoV
labor y de mavores responsabilidades.'
Supo cnniplir con el deber impuesto
como hoy lo cuinple en demasía al Irente
de La Re vis/ a Xactonal, que es una ver-
v.dadera joya int,elcclmal.
Fue político; pero no en los estrechos
límites del partidismo egoísta; lo l'ue por
serle útil á su país en otras esferas de las
en que ya lo servía. Fue diputado, minis-
KS ANISLAO ZEBALLOS
J
Poco mas de treinta años han
transcurrido desde aquellos tiem-
pos en que un jóven, casi un niño,
desconocido de Ja generalidad, se
abría paso en las tribunas popula-
res de su provincia natal, Santa Fe
y de la capital de la república, pa-
ra defender, con la santa unción
del patriotismo, á ese paria infeliz,
desherededo, de nuestros campos,
llamado gancho.
Poco mas de esos seis lustros
hará desde que aquel estudiante,
—hoy uno de nuestros más nota-
bles jurisconsultos,— empezara su
carrera periodística con tan bue-
nos auspicios, que al poco tiempo
redactaba en gefe La Prensa y si-
guió redactándola más de diez
años seguidos!
Pero no le '.bastaba ser orador
de nota, — como después probólo
en el parlamento de su patria tra-
tando las más arduas cuestiones,
ni ser periodista de élite, ni aboga-
do notable, que aquel cerebro pri-
vilegiadamente organizado; aquel
espíritu ansioso de luz, necesitaba
m.is ancho campo, ambiente más
infinito y íuélo á buscar en las ex-
ploraciones de la ciencia, allá en
las pampas desiertas, más allá de
las pampas, en las últimas
guaridas de los indios sal-
vajes.
Cuántas bellas páginas
¡
escribió después !
¡Cuánta enseñanz:i de
los preciosos misterios
que la naturaleza encerra-
ba en esos inmensos cam-
pos recorridos por él. sin
que las contrariedades, ni
los peligros, ni la sed, ni
el hambre lo arredráran !
No volvió como vuelven
loshéroes de Osían de
lassangrientas batallas,
coronadas las sienes cor
el laurel de la victoria.
Volvió con la frente sur-
cada por la huella del sa-
ber y la experienca, hen-
chido su cerebro de todas
esas maravillas que derra-
mó en las páginas de sus
preciosos libros,
tro y marchó d los Estados Unidos como
plenipotenciario de la Argentina en el li-
tigio con el 13rasil.
De allá volvió lacerada el alma }' em-
pobrecido en sus intereses, abandonados
por servir á su patria.
Desde entonces á acá, se ha dedicado
al crédito de su estudio, que es hoy uno
de los más cimentados en el foro argen-
tino y trabaja incesantemente, porque es
tan activa }' sólida su inteligencia, que si
se pudiera personificar en lín cerebro el
movimiento continuo, ese cerebro sería el
del doctor don Estanislao Zeballos.
K. B.
 ALBUM REVISTA «LA MUJER.
-

«El Comité espera que la inmensa ma-

yoría de opinión espresará con esta
la
oportunidad en las urnas su inapelable
veredicto ...»
Y concluye esa gramática parda mani-
festándole á la in.nensa mayoría de la
opinión «que el Comité Cívico Nacional
ORDENA (textual) que la espresada lista (la
del acuerdo) no sea alterada en lo más
mínimo .
.

En ménos palabras no puede decirse ma-

yor número de dislates.
Con que inapelable el veredicto de la
inmensa niayoría de la opinión? Pues y
el veredicto de la Cámara, «único juez
inapelable de las elecciones de sus miem-
bros?»
Y si ordena el Comité Cívico Nacional
que no se altere la lista, ¿cómo podía es-
perar que la inmensa mayoría de la opi-
nión espresara su inapelable veredicto?
¿O es que el veredicto inapelable de la
opinión, debía espresarlo según las órde-
nes del Comité Central Directivo de la
«Unión Cívica Nacional»?
No se explica de otra manera Ó hace :

usted lo que yo le ordeno ó deja usted

de tener opinión.
Claro. ¿Qué apostamos á que el autor
de eso es el doctor Morel, que lo escribió
por si acaso la mayoría de la opinión hu-
biese entrado en tentaciones áQ carnerear-
lo? Por lo que potes . .

A LA MINUTA * *
•i:

Aún no
se habían perdido los ecos déla Hasta ahora nos habíamos imaginado
'farsacarnavalesca, cuando repercutieron que las asambleas electorales la compo-
nuevos ecos de farsa las pretendidas elec-
:
nen los Comicios.
ciones de diputados nacionales.
¡Qué cuadros más churriguerescos pre-
-sentaban los atrios de los templos acá en
la capital!
-¿Por quién vota usted?
—¿Y á usted que le importa? Soy socia-
lista .

—No es aquí, pase al almacén de en-

frente. ¿Y usted?
—Me han dicho que vote por los mesmos.
— ¿A ver? Si, los w^s/'/íOS somos nosotros.
Vote no más.
Y como si fuera tabla rasa, allá iban vo-
tos á la urna por los elegidos en el acuer-
•do de Igarzabal, Morel y Cia.
Triuntó en toda la línea Como que
. . .

-era una elección de línea, según la califi-

có de antemano La Prensa.
Y era de presumirse que el triunfo lo
obtuvieran sin discrepancia después de la
sublime proclama que al pueblo de la ca-
pital, lanzara el Comité Central Directi-
í
vo de la «Unión Cívica Nacional», refor-
zada por otra del Comité Central Direc-
tivo del P. A. N.
Veamos aquella y dejemos esta, en la
que no hay más que notar que los mis-
mos candidatos que la firman, piden que
voten por éllos. (¡Muy democrático!)
Entre otras cosas lindas que dice la
proclama del Comité Directivo de la «Unión
Cívica Nacional» se e icuentra lo siguiente:
 album-revista «la mujer

Pues, no, señor; la proclama de Morel ciones, tachas (!) protestas

agrega, refiriéndose á la no carnereada
«porque ni hay derecho ni justicia en mo-
dilicar sanciones solemnes áe]a asamblea
e/ectoral.» Y la asamblea
gún lamente de la proclama, la compone
el Comité Directivo de la «Unión Cívico
Nacion-i'» en unión del Comité de Igarza-
bal y CM
¡Pobre pueblo., en manos de mi hijo Eus-
toquio !
JLa elección tuvo lugar con
mayoría de las mesas que tuvieron un
...
trabajo enorme en vaciar padrones en
las urnas, salvo honrosas excepciones que
votaron por los mesmos.
La lista del acuerdo triunfó en toda la
línea, como ya lo decimos, sin lucha y sin
oposición mencionante ni emocionante y
la inmensa mayoría de la opinión con-
ciente contempló aquel cuadro, como con-
templábamos, no hace mucho, las mascara-
das carnavalescas.
¡Qué divertido!
* padre Castañeda, cuyas verdades del año
* *
Si fuéramos legisladores ó algo de lo
que á éllos se parezca, presentaríamos un
proyecto de ley á la muy honorable, por
clubs polí- (!!)
. . ticos y demás sonajas y zarandajas y
crea-
ríamos por esa ley la elección privada_^ó^
más propiamente dicho, privativa
electoral, se- Sí, pues, ¿á que andarse con cencerros
tapados, ni con disfraces fuera de carna-
va'? ¿Para qué todo ese aparato de mesas
inscriptoras y me-as receptoras y padro-
nes y urnas y fuerza pública y gastar en
los dispuestos, si el amasijo se hace antes?-
Bastaría que se juntaran unos cuantos
la inmensa gefes de menor cuantía, como Igarzabal y
Morel; se computaran las recomendacio-
nes de los taitas y aunq^ie los candidatos
fueran pólvora chingada, se les nombraría
en nombre del pueblo soberano sin mas-
dimes ni diretes.
Nada; derecho y parejo, y á la que -te
criaste, que por eso se tiene la sartén por
el mango.
¿No les gusta la formula?
Pues no es oira la que hoy usan los
que disponen de la túnica de Cristo, sola-
mente que Ir. nuestra iría desnuda de es-
crúpulos como le gustaba al memorable
20 tanta falta nos hace repetirlas en este
fin de siglo en que la mentira electoral
se ha perfeccionado de tal manera que
raya en la quinta esencia. ^
Cuestión de economía y de vergüenza
i

el que suprimiríamos las elecciones pú-

blicas con todos sus accesorios de inscrip- MARMITÓN.

ECOS DEL CARNAVAL

> jatt.

Vista del palco de la Comisión del Corso de la Calle Belgrano, en el momento de pasar las con par aj

que fueron premiadas.

 ALBUM -REVISTA «LA MUJER*

Se escucha á lo lejos, confuso,

un rumor siniestro
que producen las veloces ráfagas
del ciclón violento.

¡Qué triste la noche!

¡Qué helado está el suelo!
¡Qué ardientes tus manos, tus ojos!
¡Qué ardiente tu aliento!
Mientras mueren de frío las aves,
me mata tu fuego.

El viento levanta
en rápido vértigo,
cual blancos plumajes de garza
de indómito vuelo,
de la pálida alfombra de nieve
livianos fragmentos.

Acércate un poco:
No importa que luego
si beso tus labios, me abrase.
Tu desdén es hielo. .

Si la muerte en tus brazos me espera.

la muerte prefiero.

Acércate un poco.
No tengas recelos.
¿Por qué dudas? Sin Dios y sin patria,
sólo en tu amor creo.
Yo soy tuyo y tu eres mi vida,
mi Dios y mi cielo.

Acércate un poco.
Atiende mi ruego.
Acerca á los míos tus labios. .

Mi bien.mi consuelo.
. . .

Nunca, nunca de mí te separes.

Mi amor es eterno.

¡Que noche tan fría!

¡Que lúgubre el cielo!
L:is aves nocturnas se esconden.
Los blancos reflejos
de la nieve á las nubes envían
LA NEVASCA fulgor ceniciento.

Á ALCIKA ENRIQUE PLA.

¡Qué noche tan fría! (Remitido),
¡Qué lúgubre el cielo!
Las aves nocturnas se esconden.
Los blancos reflejos
*de la nieve, á las nubes envían
íulgor ceniciento.

Los copos de nieve

.prosiguen cayendo.
 ALBUM REVISTA LA MUJER
- « »

i • i g ""^
maestro Giovaneili, conceitador y direc-
tor de la obra, á quien enviamos un doble
3" merecido aplauso, por su im.portante
cooperación, habiéndole s(.'cundado bien
los artistas intérpretes Sra. Botti (Quenti,
esposa de Atahualpa) y los señores Ferra-
ri (protagonista), Poggi (barítono), y los-
bajos Morí y Resplandino.
Los coros y orquesta se desempeñaroni
cumplidamente, siendo esta como lo deci-
mos más arriba hábilmente dirigida [por
el maestro Giovaneili; las decoraciones
apropiadas y de hermoso efecto, particu-
larmente las del 3'^ acto.
Réstanos solamente decir que el simpá-
tico como modesto autor de Atahualpa
no es un desconocido entre nosotros. Co-
mo concertista de violín \' compositor 3'a
nos ha ofrecido varias obras importantes
que se han ejecutado en varios concier-
tos, como por ejemplo, la sinfonía en J/z\
una overtura para cuarteto, un quinteto^

Maestro Francesco Cattelani, autor de la

Opera "Atahualpa"

El estreno de la ópera Atahualpa en el !

teatro «San Martín» constituye la nove-

dad teatral y musi:al de estos momentos,
tan pobres en espectáculos teatrales.
Conocidos é inteligentes críticos musi-
cales de la prensa nacional y extranjera,
han dado sus opiniones muy sinceras y
favorables á la obra, salvo algunos peque-
ños defectos anotados que el distinguido y
jóven maestro Cattelani subsanará á no
dudarlo en otros trabajos, opiniones que
xieben estimularle para proseguir en el
•camino con tanto acierto emprendido.
L:i música es bellísima, imponiéndose el
preludio del tercer acto que, sin ser como
yo, muy entendido en la materia, se re-
vela todo un poema de ternura y pasión,
ima melodía purísima que deja en el oyen-
te el más grato recuerdo.
Se destaca en primera línea lafigura del Primer^Soprano Señora Adela Botti
 ALBUM REVISTA LA MUJER
- « >

y un concierto para violín, y su última

obra Atahttalpa que le ha valido tantos
aplausos, un verdadero triunfo artístico,
poniendo una vez más de manifiesto su
talento musical y el caudal de conoci-
mientos con que cuenta para la ópera
lírica.
Reciba el maestro Cattelani nuestras
más csprisivas felicitaciones, augurándole
nuevos triunfos si persiste como debe ha-
cerlo, llevando á cabo otras obras de ma-
yor alcance, para las cuales le sobra ima-
ginación y sentimiento artístico.
Honramos nuestra publicación, presen-
tando los retratos del autor Sr. Cattelani,
é intérpretes principales Sra. Botti y tenor
Ferrari.
F. M.

El eximio tenor Cav. Pietro Ferrari

ECOS CARNAVALESCOS
SOCIEDAD CENTRO UNIVERSAL

Este Centro, que obtuvo un gran éxito magnolia (indicado con el número 1); pri-
en ?u último baile (sábado de Piñata) dado mer premio, señorita Blanca Ferrari, irage
en los salones del Operaio Italiano, ofre- de arpillera bordado (indicado con el nú-
ció un bellísimo cuadro por las familias mero 2); segundo premio, señoritas Victo-
concurrentes, entre las que se destacaban ria y Rosa Ponse\ trages de legumbres,
las señoritas cuyos nombres damos más (indicados con el número 3); diploma de
adelante, por sus caprichosos y originales mérito, señorita Mercedes Faría, trage de
trages, que fueron premiados de la siguien- Mirasol (indicado con el número 4); seño-
te manera rita Isabel Banús. trage de tréboles (indi-
Gran premio, señorita Torres, trage de cado ccn el número 5); señorita Leocadia
San Román, trage de
Lotería (indicado con
el número 7); señori-
ta María Banus, tra-
ge de Corazón (indi-
cado con el número 6.)
La Comisión Direc-
tiva de este Centro 36
compone de los si-
guientes señores:
Presidente, J. Ben-
ce; Vice, A. San Ro-
mán; Secretario, A.
Marquiani ;
Pro, L.
Chouby; Tesorero, C,
Canaro; Pro, N. Bate-
lie. Vocales:
J. Vila,
R. Rodríguez, F. Ra-
mírez, E. Cabaleiro,
M. Arzani. F. Boggia-
no, S.Brumana, F.
Poncio, E. Gamboa.

Esta fotografía fué sacrda de noche en fl memento de la reparticicn de los pren-ios, por el
. ,
distinguido aficionado D. Ramón Ulle?, (gran ciclista)
 ALBUM-REVISTA. «LA MUJER»

LOS NUEVOS^^DIPUTADOS POR LA CAPITAL

Dr. 1). Manuel Quintana
Allá en los tiempos de Mari-Castaña
Brillaba don Manuel por su oratoria,
Que era orador de talco y leniejuela
Y de muchas figuras de retórica.
Al Supremo Poder lúe candidato
Y en serlo sólo se fundó su gloria,
Pues no llegóse á imaginar siquiera
Que conseguir pudiera la poltrona.
Ya ha sido diputado muchas veces
Y hasta Ministro fué de última hora
Durante presidió don Luis Sáenz Peña,
Donde sufrió la más atroz derrota
Que suirir ha podido algún Ministro
Desde que este país nació cá la historia.

General de división don Francisco Bosch

Ha sido independiente en la Provincia,
Y por tal desacato lo pusieron
Al general de guardia en San Cristóbal
Donde tuvo que andar con pie derecho
Cumpliendo los caprichos de Igarzabal,
Que es taita caprichoso con esceso.
Cumplió de tal manera la consigna
Y puso en ello tan sublime anhel{>
Que el taita complacido lo propuso
Y Pellegrini refrendóle el premio

jb R.'^RuFi NO Vár ela Ortiz

Elvseñor Várela Ortiz

Fué reelecto y ese vis,
Lo digo como lo siento, Francisco Bollini
Lo debe á su atrevimiento Buen muchacho, aunque va li viejo,
Y no á su materia gris. Y aunque ciego, de gran vista.
No tiene más que un defecto:
El ser tan pellegrinista.

i' Marco Al. Avellaneda

Dr.
Marquito, como le llaman
Los que su saber no adulan,
Es ya más que una esperanza.
Una espléndida ligura
En la cátedra del mrestro
O en la Sala si coadyuba
A formación de iJves
la
Que rigen en la República.
Con razón dice el refrán
Que el que hereda no lo hurla.

Mariano de \ edia
lis hombre del general
V cuentan que es un primoi
En lo Constitucional;
Pero en que no hay igual
lo
Es para de interventor.
ir
Nada le hace sonreír
Con más placer y alegría.
Según he oido decir,
Que cuando le llega el día
De tener... que intervenir.
 ALBUM -REVISTA «LA MUJER.
Ing. Guillermo Villanueva
Nació el ingeniero Guillermo Villanueva
Prendido al Presupuesto,
Pues antes de ser nubil aseguran
Le dieron cien empleos;
Más nunca don Gmo. en sus hartazgos
Se encuentra satisíecho,
Pues cuanto más le daban más pedía
Y pedía angurriento!
Fué todo lo que quiso allá en su tierra,
Y no saciado de ello
Se vino á que le diera la Nación
Manjar más suculento.
Fué, qué sé yo las veces, diputado,
Se supone con sueldo,
Y de salubridad allá en las obras
Estuvo presidiendo
Llegando, por los bombos de Fray Mocho,
Hasta ser un portento!
Ministro de la Guerra y de Marina
Fué don Guillermo luego;
Más como no entendiera de esas cosas,
Lleno de aturdimiento,
A difunto llamóse y enseguida
Se hizo nombrar muv presto
Director de la Casa de Moneda
•Que es una canongia para un muerto;
Más la creyó bicoca y don Guillermo
No se hallaba contento
Hasta que al fin logró que lo incluyeran
En el nuevo Congreso,
No por lo de los mil que á cada uno
Le asigna el Presupuesto,
Sino porque á él le place ó le acomoda
El gozar de dos sueldos.
Sr. Salvador Benedit
Ilustre desconocido
l^n los fastos del Congreso...
—¿ Pero ha sido reelegido
Porque es sportman? -Vor eso!
Dr. Emilio Gouchon
Es un hombre original
El cívico nacional
Doctor Emilio Gouchon;
Cuando hiere con tesón
Hiere como Juv^enal.
Dr. Miguel G. Morel
El doctor Miguel Morel
Vivió en perpetua agonía
Cuando dicen que escribía
El fondo de La Nación.
— ¿Habr.'i otro cual yó?— decía,—
Que siendo niitrista puro
No encuentre para un apuro
En donde se halla el filón?
Ahí están mis compañeros
Gozando del Presupuesto,
Y siendo yo más apuesto
Nadie se acuerda de mí!
Pero el acuerdo surgió
Y lo hicieron diputado....
¡Qué veta! Ya ni enlazado
Lo saca nadie de allí!
Dr. Lino Loureyro
Tiene un nombre peregrino
Este señor, que me pasma,
Pues nadie ignora que lino
Sirve para cataplasma.
Don Juan Videla
Yo no sé por qué don J"an
Se hace nombrar diputado,
Pues siendo rico, del PAN
No se halla necesitado.
LEAFAR.
Channberlain (subiendo en la cucaña africana):
— Y
¿ si me caigo ?
 ALBUM -REVISTA «LA MUJER »

En escaparates
los ilumina una extrema
de Barón Hnos., de la sonrisa, cual si en ese
avenida de Mayo, se momento viera ya cla-
encuentra en exhibi- ridades lejanas de su
ción un crucifijo en patria inmortal; la ca-
lironce, verdadera obra beza y cuerpo admira-

de arte ejecutada por blemente modelados,

el distinguido escultor forman un inmejorable
italiano señor Andreo- conjunto que revelan
1i, cu}'os trabajos han en el autor propieda-
llamado justamente la des artísticas de valía.
atención de la prensa El señor Andreoli
nacional y extranjera. prepara actualmente
Como se podrá juz- algunos nuevos traba-
gar por la fotografía jos originales que han
que reproducimos, su de cimentar la fama
modelación es correcta que goza entre los en-
en sus líneas genera- tendidos.
les, imponiéndose el es- Próximos á la Sema-
tudio paciente y labo- na Santa, publicare-
rioso del artista que ha mos varios cuadros so-
cuidado hasta sus mas bre la Pasión y muerte
insignificantes detalles. de N. S. Jesucristo.
El Cristo de Andreo Obras todas de los
li no está muerto, es principales pintores
en el momento en que que supieron inspirar-
el Todopoderoso se en el sublime
encomienda su drama del Mártir
espíritu en las del Gólgota.
manos de su pa- Alberto Dura-
dr"e"^divinot El ra, Velázquez y
artista lla- Puf Rembrandi
ma al cruci- compiten
fijo <fEl es- en dichas
pejo del al- obras que
ma» y, en hemos pro-
efecto, la curado co-
cara del piar fiel-
mártir del mente para
Gó:gota no dicho nú-
trasluce sutrimientos morales, su rostro mero.
\
ALBUM-REVISTA «LA MUJER»

NUEVA JUDIJ

TRÁNSITO LASCANO

(histórico)

El cielo se abría en inmensas grietas cabellera; azotado su rostro por las furias
que vomitaban fuego; el fragor del trueno del huracán; los brazos cruzados; la mi-
no cesaba un solo instante; las aguas de rada altiva y el ademán arrogante, se ha-
las cascadas y los ríos bramaban como fie- llaba el bravo legendario José Garibaldi,
ras indómitas; corrían como mares sin di- con su camiseta del color de sangre, cual
que, impelidas por el huracán, las corrien- un fantasma, de esterminio, contemplando
tes de las montañas. con su mirada de águila como debió ha-
Yen uno y en otro campamento, con- cerlo Napoleón I en los campos de Water-
fundíanse con la salvaje armonía de los loo, las escarpadas distancias que pronto
ele nentos, el alerta de los centinelas. se convertirían en campos de agonía.
;::^Mas de seis mil eran los sitiadores, y no —Morir. — murmuraba amenazante.
. .
—
llegaba á doscientos el número de los si- Si, moriremos; pero con gloria!
tiados.
-Señores : — decía el general Servando * *
Gómez á los gefes del ejército que se ha-
llaban en su carpa,— esta noche á las diez
El general Servando Gómez se encuen-
daremos el asalto y caerá en nuestras ma-
nos ese malvado advenedizo. Tengo mi
plan.
—¿Puede saberse, general? -le preguntó
el coronel Cesáreo Domínguez, que co-
mandaba el batallón de patricios.
—Estrecharlos hasta formar un anillo al
caserón eii que se guarecen é inmediata-
mente una rápida carga á la bayoneta.
Que toda la gente esté dispuesta y prepa-
rada para el momento en que envíe mis
órdenes. Hasta entonces que nadie se
mueva.

tra solo en su carpa, cuando penetra en

j ella una joven de belleza tropical.
--¡Tránsito! — murmura el general, con-
templándola con las ansias del deseo. -¡Al
fin! Dos van á ser las victorias que conse-
guiré de ese rival odioso. iQ\ié quieres?
—Verte.
—¿Accedes por fin á ser mía?
-¡Servando!
—¿Qué tienes?
—Frío. Supe que te encontrabas aquí
he caminado toda la tarde por encontrarte.
Mira, estoy empapada y sin embargo tengo
sed.
El general Gómez colocó en una mesa
de campaña que aHi había una botella y
dos vasos, diciéndole:
—¿Por encontrarme ó por saber de él
has venido? Me obligas á tener celos.
-¿Celos? ¿De quién?
—De tu amante.
—Sólo te amo á ti. Servando, -contestó
Tránsito, lanzando destellos de voluptuoso
amor de sus rasgados ojos.
—¡Tránsito! — exclamó el general, que-
riendo atraerla á sus brazos.
—¿Qué es eso? -exclamó Tránsito fingién-
V allí de pie; sobre la cumbre más alta; dose sobresaltada y diriiziendo la mirada á
sueltos al viento los flotantes rizos de su la puerta.
 ALRUAl- REVISTA « LA MUJER '

El general Servando Gómez se contuvo; —Parece imposible que quepa en la mu-

prestó atención y salió de la carpa. Cuando jer tanto escarnio!
volvió los vasos estaban llenos del conte-
nido de la botella.
—Me hubiese entregado á tu enemigo
mortal y hubiese sido su querida, 03^endo
—¿Qué fue? - preguntó Tránsito, cuyo ros-
de sus labios todo lo que podía ultrajarte.
tro se hallaba demudado.
—Venían á avisarme que un centinela Brilló la hoja de un puñal y el héroe li-
se había dormido. Mañana será lusilado. bertador rugió como la tormenta. La atrajo
—¡Mañana!... —
murmuró Tránsito som- con sus hercúleas manos y Tránsito, tem-
bría, y, haciendo una transición, repuso: blorosos los labios, añadió:
—Bebamos, Servando, y Jio pensemos en — Oye: esta noche iban á dar el asalto á
el mañana —añadió nerviosa. lus trincheras. Só.o se espera la voz del
- Si, Tránsito, bebamos porque nuestro general Gómez para llevarlo á cabo; pero
amor sea eterno. Servando Gómez duerme y no despertará
—Porque lo sea, — murmuró élla mirán- hasta mañ.ana, porque, sin que me viese,
;_dolo intensamente. derramé en el vaso en que bebió un narcó-
tico. Mira, mis vestidos no sólo están em-
papados por el agua que cae á torren-
tes... También hay sangre en mis ma-
nos... ¡El centinela que podía estorbar
Pasaron algunos instantes, y á la luz de vuestra retirada hacia la ciudad ha muerto!
Jas centellas, veíase un bulto elevándose Corre, reúne tu legión y escapa por allí'

por la empinada loma donde estaban los que en el Salto te esperan nuevas fuer-
sitiados. zas.
El legendario vió que aquel bulto on- El legendario comprende al ñn la subli-
deaba hacia él un pañuelo blanco. me acción de aquella mujer, y trocando su
.
Se acercaron y se reconocieron. •*t)dio por amor, la atrae á sí diciéndolar
"/^ijosé! '/><' — ¡Bendita sea<^! Vamos.
^ ¡Tú! ¡Infame! —Si, yo te serviré de guía. Vamos.
—Si hubiera delinquido te diría: «Mata
y
mi' cuerpo y deja el alma que viva que es
toda tuya».
—Tú, que me abandonaste!
—Cuando ya no esperabas sino la
muerte, Poco después la legión sitiada baja p<'r
acorralado, perdido, sin esperanzas de sal- la pendiente, marcha por la orilla de un
vación.í bosque y oculta por una zanja logra eva-
 ALBUM-RIÍVISTA «L \ MUJER»

dirse llegando esa misma noche al Salto anécdota sublime que acabo de narra-
oriental, donde es recibida con vuelos de ros.
campana. Brillaban en sus rasgados ojos las lágri-
Al día siguiente un ejército numeroso se mas de una conmoción intima.
presenta á la vista del enemigo sitiador, Se llamaba doña Tránsito Lascano y era
quien fue vencido en los can, pos de San ella la venerada heroína de aquella noche,
Antonio por el bravo legendario José Ga- en la que. como nueva Judit, salvó, por su
n bal di. cariño de mujer amante, al que lla-
* móse despuí's el héroe de ambos mitn-
* *
dos.
Veinticinco años después una anciana
de hermosura peregrina me contaba la RAFAEL B.VKRED.A.

CUENTO MUDO

VA (

El guerrero incorí»T.cvible ó coces contra el aguijón

 ALBUM - REVIS^J A LA MUJER
< >

ECOS DEL CARNAVAL

La «Marina^Nacional» en el hall de <La Prensa»

He aquí los premios obtenidos por esta comparsa:
Corso Cabildo (Belgrano), gran premio de honor; corso Entre-Ríos, gran premio;
<:orso Suárez, gran pre.nio especial; corso Suárez Independiente, gran premio de ho-
nor; corso Perü, primer gran premio; corso Moreno, primer premio especial; corso
])Uen Orden, primer premio; «La Prensa», medalla oro y plata; corso Brasil, premio es-
l^ecial; corso Belgrano, premio especial; corso Defensa, primer premio; artística tar-
.](íta obsequiada por los socios Spinetti y Locatelli; artística corona de oro obsequio
del miembro honorario teniente coronel David Marambio Catán.

•Corso en General Acha— Vista tomada desde la casa municipal, á la parada del corso, por la calle de
Conesa, tomada por el señor J. Crasin, fotójrrafo aficionado de la «Juventud Defensora de la Capital
 ALBUM -REVISTA «LA MUJKR.

ECOS DEL CARNAVAL

El «ORFEON GALLEGO PRIMITIVO» en el hall de «LA PRENSA»

(Fotografía sacada de noche por nuestro fotógrafo señor Costa)

He aquí la nota de los premios obtenidos por este orfeón en el carnaval pasado:
Grandes premios de honor: en Defensa, Artes, Brasil, Buen Orden^ Moreno, Perú,
Estados Unidos y Cuyo de Callao á Ombú.
Gran premio: «La Prensa», Belgrano, Entre-Ríos y Cuyo de Florida á Artes.
Premios particulares: una placa de oro y plata del presidente de esta sociedad;
una id, de id., una estrella y una lira de oro, obsequio de varios socios; una estre-
J. U. Sabariz (Artes 726); gran pre-
lla de oro y plata, obsequio del compatriota señor
mio consistente en una porcelana con pie y adornos de bronce dorado y plateado
representando al crucero «Río déla Plata», pintado al humo y con sentida dedicatoria,
obsequio del presidente del corso Estados Unidos capitán del Ejército z^^rgentino don
Rafael Guerrero; multitud de liras y coronas de flores artificiales donadas por vanos
y otras muchas que por falta de tieuipo no han podido recogerse.

NOTAS DE LA DIRECCION
Aumento de material— Nuestro próximo res, y entre las setecientas' reducciones
\

número lo daremos con aumento de pá- presenladas obtuvo el premio la titulada

ginas.
Cuento premiado-«E1 Liberal» de Ma-
drid ofreció 500 pesetas de premio al me-
jor cuento que se le presentara y 200 al
seííundo. Formóse el iurv de las eminen-
cias literarias señores don José Echeíja-
ray, don Juan Valera v Fernández Flo-
«Las tres cosas del tío Juan», original del
periodista Robles y Robles.
En nuestro próximo número transcribi-
remos esa producción que es una verda-
dera jo3^a de la literatura española, dando
el retrato de su autt)r i'ustrándola con di-
bujos de nuestro colaborador artístico, se-
ñor Olivella.
 ALBUM-REVIS'xA <LA MUJER»

El señor Luis Dulour, agente deposita-
rio del Agua Mineral
Salas, asegura que
el químico de Caras y Caretas (¿cuá'? ¿Pe-
Uicer ó Fray MccJio?) ^e afanan en vano
en descubrir en e.'-a agua bacterio alguno.
Pues vayase á la olicina bactereológica
jnunicipaTy ya verá como se les encuen-
tran, señor Dutour, porque otra cosa es con
-guitarra.
Bullrich se encuentra tan indignado que
ni siquiera dirige la visual á sus polainas
blancas, como lo tiene por costumbre.
Pasea, levanta el rostro rojo como cres-
ta de garó inglés y estalla:
— Con que el señor ministro del Interior
ha dicho que 3^0 carezco en absoluto de
actitud para el puesto que desempeño!

En la Intendencia Municipal
Bullrich se pasea y Williams se
rasca la oreja izquierda con el
cabo de la lapicera.
—¿En qué piensa, señor In-
tendente? ¿En algún proyecto
de pavimentación^
—Oh, no; pienso en que desde
que me he puesto polainas
blancas todo lo veo negro.
—Ha leído La Mujer? Dice
que usted escribe sin ortografía.
— Es un colmo.
— ¿Cómo?
— Claro: ¿Qué mujer sabe si
se escribe con eso ó sin eso?
La ortografía está demás para
la mujer y para mí también
que no vine á la Intendencia
para dar lecciones de terapéu-
tica.Máxime cuando todo el
mundo sabe que yo no escribo
ni mis discursos que me los
hago escribir.
-(Dígalo yo).
—Con que . . . ¿Cuántas ratas
se han pagado ayer?
Cinco.
— ¡Cinco,
nada más! Y des-
pués se dice que hay pobreza
en este país, cuando con meter-
se á raticida cualquiera podría
mantenerse decentemente.
*

Eli el acto de un comicio

De elecciones nacionales:
— ¿r.uánto te dieron Simplicio?
— J^^l del galerón, dos nales.
— ¡Qué ruQibo'iidad tan rara!
— líiUiende la biblia el hombre.
Los dió para que su noir.bre
De la lista no borrara.

Cincuenta mil perros feos victorias tan victorir^as

Otra conferencia entre el Intendente y
vencieron á cuatro ffatos, no precisan comentarios.
su secretario.
 ALBUM -REVISTA «LA MUJEI>Í»

— Asi será, -dice Williams— pero ha de- Ayer pasaba un paisano

clarado después que no lo ha dicho. por la casa de Gobierno
—¿V cómo se entiende eso? ¿Ese minis- y le preguntó á la guardia :

tro tiene dos opiniones ó es que le tiene "-Diga, ¿es este el cementerio?
miedo á las resultantes?
--Pura calumnia, señor Intendente. *

— De
la calumnia algo
queda, como decía el pa- En las orillas de
dre Camargo exclama — Mar del [Mata.
Bullrich, echándoselas de
— Che, líjate en
erudito. aquel bulto que se
--Puede . .
vé entre las blan-
—Y cuando el río suena. quizcas olas,-ledice
Lolita á Amalita.
—Agua lleva.
—¿Renuncio? —Hace rato que lo
-•¡Nunca! Es más dig- estoy mirando.
no que lo renuncien (3^ á —¿No te parees un
mí también). pescado?
—Decir que yo carezco de actitud es -¡Pero qué vista
cuánto se puede decir. Pues no faltaba un jo-
tienes! Si es
más. Que diga el general Roca si yo ten- ven que se baña.
gojactitud para para
. . ¿para que ten-
. . . .
—¡Un jóven!
dré yo actitud? —Sí, mi novio.
Williams lo mira y sigue rascándose la Lolita, desp.iés de un momento, réplica
•orejajizquierda con el cabo de la lapicera. haciendo un mohín picaresco :

— Pues ahora insisto más que antes.

*
* *
— ¿En qué?
—En que es un pescado.
CANTARES Chuchumitco.
vSi me han de cruciíicar
porque te tengo pasión,
se^n tus brazos la cruz, EN CONFIANZA
los clavos tu corazón.
Por el insigne Colón,
descubridor de este mundo,
siento un respeto profundo
y profunda admiración;
más no entra en mi convicción
que es de un mérito sin par,
lo que él descubrió en el mar,
porque le tiene mas cierto
todo el que haya descubierto...
el vivir sin trabajar.
José Jesús
Buenos Aires, Marzo 12/98.
(Remitido)

Peñas ablanda la mar,

y mi cariño y mi llanto
aún no ha podido ablandar
erpecho de mi tirano.

Si|hay luz en mis ojos, mi alma,

es la llama de la hoguera
que encendistes en mi pecho
Al verte la vez primera.

Flores nacen en el campo Entro y salgo, sin parar

y hay estrellas en el cielo; ¡santo Dios, dichoso oficio!
pero nada es tan hermoso y aún se quejan del servicio
como lo es mi dulce dueño. y tardan tanto en pagar!
 ALBUM REVISTA .LA MUJER
-

4^

José Singrossi, Campeón de Velocidad ArgentinV y Sud-Americano. 1900

Uno de sus triunfos mas ruidosos lo ob-
tuvo último domingo el conocido cam-
el
peón mundial italiano José Singrossi, en
el Velódromo de Palermo, á quien ei ju-
rado declaró vencedor del gran premio
del Brazal de Velocidad, donado por la
«Unión Velocipédica Argentina».
Damos hoy la fotografía del inteligente
amateur que se ha hecho notar en la pre-
sente temporada sportiva por sus brillan-
tes condiciones ciclistas.
Hace cinco meses solamente que reside
entre nosotros, ha corrido en la actual
temporada 26 carreras, siendo vencedor eif
todas ellas.
El joven Singrossi parte el 15 de Abril
próximo para Paris, con el objeto de asis-
tir al gran torneo ciclista, donde dispu-
tará el gran premio de la Exposición. ^
estará aquí Ce regreso en Noviembre,
época en que principiará la temporada
sportiva.
Nuestra cariñosa despedida al distin-
guido campeón y nuestros votos porqué-
salga triunfante en la prueba Universal.
F. M.

CORRESPONDENCIA CRÍTICA
Sr. Carlos Angel GalliSw Buitre debe
haber volado á otro nido pues no parece.
¿No le queda otro ejemp ar? Si lo tiene,
mándelo y se verá si se puede publicar.
Sansón Héli - Quiere usted demasiadas
cosas y yo quisiera menos pretenciones
y mas" ideas. Mude el paso y hablaremos.
Sr. Leongüdo Agiíirre -- lcl(:^c\h\áos sus
dibujos que ya están grabados é irán en
este número en el otro. Gracias.
Sr. A. L de C. —
En números anteriores
le di mi opinión sobre "í^as declaraciones
de amor''. Adolece de lo que usted dice y
el original no se halla ya en mi poder.
A. ¿Hasta cuándo? No gaste
usted papel de vakle y déjeme descansar...
¿O se ha propuesto usted tomarme por
víctima suya?
A. Yani-Qneron ~
Iden per iden. .Adole- Buenas noches
ce del mismo defecto.
 V

VINO GORDSRb
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