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BELLAS ARTES
A,,,. T,v„„,.v
LA PROMESA PRLXÍAVERAL
CAPITAL 20 Centavos
•"
JNTERIOR 25 Centavos
—
LA MEJOR
DE
TODAS
LA EUTERPE ii^mm Flor' de lV|ailo
DE
JOSE BOHIGAS
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LA ESPECIAL
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Lo mejor y más Sucursal de "LA LUSITANA"
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elegante que se conoce PARAELJINETE
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Antes de comer
PERA
'IDAN EL DELICIOSO LICOR TÓNICO.
-
Año . . . . » IL-
Año * Nú;)}ei'0 suelto » 0.25
Múmero sur'io > O.'JO Número ntrnsndo . 0.40'
LAS HORCAS CAUDINAS
Para viejos y muchachos
hoy pretende La Mujer
á cualquier precio, vender,
caretas de mamarrachos.
Dr. GREGORIO DE LAFERRERE
\ Ya lo verá si es que
llega otra ocasión como
la de hace dos años.
Mientras tanto el cau-
dal político y de presti-
gio del doctor de Laferrere va en aumento tal, que ya se dice en la provincia laferre-
ristas como podría decirse roqnistas, ó pelle^ri)nsfas dentro del P. A. N. lo que de su
nombre no ha conseguido ni el mismo coronel Dantas, apesar de haber sido el hom-
bre de la situación de ese partido durante una eternidad.
Y ayer nos preguntaba un político hablando de nuestro biografiado;
- Podría usted decirme á dónde marcha? A dónde dirige sus tiros en el presente?
— Pues á lo mismo de siempre: á la gobernación futura. ¿No hubo de apoderarse
de ella en el 98 si hubiera habido mayor destreza en la puntería? Sonó su nombre
entonces y sonó después como sigue sonando con probabilidades de éxito.
—Y será gobernador?
—Lo será ó no lo sirá pues el'o vendrá á depender de que el hoDibre de lumiiñe-
Crt,— que se cree el omnímodo de la actual situación provincial, — le tenga confianza
para la futura presidencia.
ALBUM REVISTA
- «LA MUJER.
CRÓMCA CAMAYALESCA
Muchoantes de la Era Cristiana, casi en los tiempos
fabulosos, los pueblos se entregaban,
en determi-
idolismo sim-
nadas épocas, á los escesivos regocijos del
^ Apis con grandes
Los' egipcios consagraban al buey
<;n1pmnidades v exuberancia de alegría.
Baco (la Ven-
Grecia V Roma á Saturno (el Tiempo), á Universal).
dimia) á Pan (Principio de la
Fecundidad
los escl^os de con-
^^Las saturnales dab^an privilegio á
vertirse en señores quienes
servían a aquellos en las
desorden, con
cinturones
bordados con
hojas de. pa-
rra ó guirnal-
das de flores,
figurando ba-
cantes y nin-
fas que mar-
chaban al sa-
crificio enlo-
quecidas de
'^Aquénos-los hombres-de silenos y sátiros coronado,
t me ro o
el rostro ^on e
de pámpanos, embadurnado
1
gontibc,^^^^^^^^
anunlmen
Sin embargo, aq-llas ^Js
cuando en ^dad Ale
ó farsas paródicas ^
en Jf /5/a^^^^^
verdadet-a representación eJ
pro^hibiruas en sus c.
^r,e^\flÍ^Ii1r"cr6lTca^tulí^^qt^'
cilios.
ALBUM REVISTA LA MUJER
- « »
Pero, ¿qué había de surtir efecto esa Yluego el silencio de la tregua. luego, Y
prohibición cuando los mismos dignatarios en la noche del último día. el i'ortejo de in-
de la Iglesia; los próceres de las Cortes y finitas personas á pie,— ¡toda Roma! -mar-
aun los reyes mismos presidían aquellos chando de un lado para otro, encendiendo
festejos, no desdeñándose en hacer uso y apagando ceril as. cabos de vela y an-
éllos también del antifaz de la farsa? torchas á los distintos diapasones que ^x\-
Consiguióse sólo que en algo se mode- Uihim: - Sea amassato che non porta nwc-
raran V se reglamentaran, entrando en esa collo!
reglamentación un fuerte impuesto á los Era lo que llamamos nosotros entierro
judíos para que las fiestas tuvieran mas del carnaval y los italianos la fiesta de
brillo en la llamada Ciudad Santa, im- los mocolleti.
puesto que sin resistencia abonaban aqué- ¿Tiene ese
llos cuando llegaba el momento porque detalle, si
las carnestolendas les recordaban su fiesta así puede
tradicional consagrada á Pharimo. llamarse,
*
* *
correlación
con el de las
antorc has
que los sec-
tarios d e 1
paganismo
fia me aban
furiosos en
1a s iuper-
caies de la
antigua Ro-
ma?
En mane-
ra alguna.
He aquí el
origen de
esa burlona
fiesta:
En una
tarde de carnaval perdióse la rica pul-
sera de brillantes de una dama princi-
Goethe describe, en páginas admirables, pal, > del palacio donde élla habitaba
los cante-vales de Milán, de Nápoles y, mandóse que la buscara á inñnidad de sir-
especialmente, el grandioso carne-vale de
vientes con antorchas encendidas que
Roma, con los alquiladores de sillas y bal- los máscaras pugnaban por apagar y los
cones, las vertiginosas carreras de caba-
sirvientes por volver á encender.
llos desnudos de arneses y sin ginete, por
€U3^as carreras tantas apuestas se hacían;
Hé ahí la tradición.
*
la lluvia de flores, dulces, frutas, grajeas, * *
bombones ó confecti, que convertían el ¿Quién no recuerda haber leído alguna de
•corso en una verdadera batalla campal
las numerosas descripciones de aquellos
donde pocos eran los heridos y muchos poéticos carnavales de Venecia que la cor-
los victoriosos; el bullicio aturdidor de un
te de Versalles pretendió imitar? A ellos
enjambre de máscaras parodiándolo todo, cantó Byrón como sólo Byrón podía hacer
haciendo farsa de
lo, y en ellos se inspiraron los principales
todo! Con aquella
compositores del mundo.
agrupación dein-
finidad de carrua-
jes en continuo
y rápido movi-
miento, tan dies-
tramente mane-
jados que no cho-
caban ni come-
tían desgracia al-
guna. Y al lado
de dorada carro-
za arrastrada por
s:)berbio tronco,
«la modesta ca-
rreta tirada por
bueyes adorna-
dos con cintas de
todos los colores
y llena de com-
parsas vestidos
con los trajes de Orvíeto y Albania». Felipe IV^ — perdón por la incoherencia
ALBUM REVISTA «LA MUJER»
-
¡JUEGO!
Est-i lleno el garito
de gente maleante,
y al reedor de la mesa
se agolpa de los puntos el enjambre.
Talla el croupier. Conforme van saliendo
las cartas lentamente,
se oyen voces que gritan:— «A !a sota».
— «Al cinco.»— «Al rey.»— «Al siéte.»
—«De primeras al cinco
y al rey.» — «De salto al siete y á la carta.»
De repente penetra en el garito
un obrero de faz tranquila y pálida,
y echa sobre el tapete una moneda,
diciendo en tono decidido y claro:
—¡Juego! Esas dos pesetas á la sota...
contra un pistoletazo.
Pedro B.^rrante*; .
ALBUM -REVISTA «LA MUJER»
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Permítame Vd. que todavía le moleste, Bien es verdad que para lo que del
general dicen, valiera más que se hubie-
y perdonen los lectores de La Mujer que ran callado.
de nuevo les canse con mi sermoneo, pe-
ro, la verdad, aún no repuesto de mi asom- Es imp^sib'.e insertar mayores desati-
bro, al ver reproducidas en instantáneas
nos gramaticales — aquellos bigotes que
fotográficas, las escenas dolorosas de la
crecen eshaustos y raquíticos— E'ih.diW^io^
Asistencia Pública en los calamitosos días de que? Será de la nieve de los años que
pasados, me encuentro, como viniendo á
no se atreve á asomar por ellos. Y si es-
tán exhaustos y raquíticos, cómo crecen?
lortiñcar mis censuras, con un reportage
en Caras y C aretas^ que no sé, si es to- Dirá el ministro de hacienda: ¿cómo ha-
ría yo para que creciese espontáneamente
davía de peor gusto.
la eshausta caja del Tesoro? Se lo pre-
En el mismo número en que aparecen guntaré á Caras y Caretas.
damas distinguidas y personas dignísimas
Añaden, que es' recto, bien proporcio-
y respetares, ^e retrata á un punguista con nado y de recia musculatura. ¿Recto? Ba-
todo los <.letalles de su modo de robar,
jo que punto de vista? Porqué si se refie-
Valiente compañía les han dado á la se-
i
ren, como se deduce de las demáe partes
ñorita de Cuestas, al Vicario capitular, al
general Korner, al ministro norte-ameri- de la oración, á su figura; se usa la pala-
bra derecho; y se refieren á sus condicio-
cano y á los marinos españoles del Rio
nes morales, no debe esta palabra ir mez-
de la Plata, cuyas lotogratías vienen en
clada con las físicas.
el mismo número !
—Qué he de estar,
dicado unas cuaniMS líneas, porqué, in- si aprendí en una Revista
dudablemente, era de más interés para el la manera de robar I
ALBUM-R INVISTA «LA MUJER-
turco, y muni-
Podemos
elegir otros
dos de un viejo
paraguas reco- trajes.l^
rríamos esas ca- Usted de
lles de las que na y yo de
viejo gene-
volvíamos sin
^^
paraguas, vés abachi-
y, 3.
lo á la vereda á ver pasar los coches y las —Hombre, á sus niños los puede llevar
comparsas y la inmensa mucheduníbre. la señora_ disfrazados de payasos ó de
Todo les causa cualquier otra cosa. Si le
admiración, de parece á usted mejor y
ledo se asoir- más propio por temor de
bran. que á la señora no la res-
— Hnm! peten ...
YO QUISIERA
PARA EL ALBUM DE LA DISTINGUIDA ESCRITORA
STA, CARMEN RIVAS PINTOS
SONETO
á la Sta. H. L.
"Calló ya mi pasión; mils el tormento,
A que tu ingratitud me ha condenado,
Sigue su curso sin haber llegado
Al término de mi hondo sufrimiento.
Y á pesar de tu infamia claro siento
¡Marchito el corazón latir callado,
Y en alas de esperanza entusiasmado
Dirijirsc hacia tí mi pensamiento.
Pero... ¿A qué? Si mi súplica fue vana,
Y el secreto de mi alma fue vendido.
Por la tuya tan cruel como inhumana?
¡Más solo te diré que en mi quebranto
Al despertar del sueño que he tenido,
Y ver la realidad me causa espanto!
ARTURO vil A.
Bs. As., Febrero ISiW.
(Remitido)
ALBUM-REVISxA «LA rvlUJKR-
CHIRIGOTAS
Cualquiera creerá que La tendentes, esas fiestas, que digan lo '.;ue-
Mujer le tiene ojeriza á este digan, traen y producen verdadero regocijo
buen señor que desempeña popular, tan mermado en los tiempos que
te-r.porariamente la Inten- alca.^zamos?
dencia Municipal. ¿Teme que si lo hiciera le llamen Inten-
Nada de eso y La Mujer dente de carnaval? Pero si ya lo es. .
LO IDEAL Y LO REAL
Cierto gato adolescente,"
y por ende soñador,
hablaba á su preceptor
de la manera siguiente:
—Maestro, he dado en pensar
que sería un gran placer
tener alas y poder
dejar la tierra y volar;
y ver qué son las estrellas
y de dónde están colgadas;
si hay almas enamoradas
que nos aguardan en ellas;
ver del mundo los confines,
y sabei si el firmamento
es el blando pavimiento
que pisan los serafines;
saber por qué sinsabores,
apenas nacer la aurora,
brillantes lágrimas llora
con que se adornan las flores...
Alas quiero, sí señor;
alas y poder volar
y para siempre dejar
este mundo engañador.
— ¡Esas ideas propalas! —
con sorna el otro le dijo.
¡Bah! ¡Afila las uñas, hijo,
que valen más que las alasi
^ ^^^^ >
CORRESPONDENCIA CRITICA
Sr. J — Los sálicos adónioos que usted se sirve
(.".
mitirme (gracias) tendría algo de Anacreonte si no
enviarme para su publicación desdicen con el soneto fuera por la incalificable indiscreción de ese cefirillo
que también me env a con el mismo ol\ieto. No pare parlanchín... ¡Es lástima!
cen hijos de misma madre; digo, producto de la
la
misma En el últi.no. que no es lal soneto
inteligencia.
Sr. E. R. López.— Su « último esfuerzo » titulado
mientras usted no lo enmiende ó se lo haga enmen ¡ or celos! está escrito con gramática parda. No
¡
dar, hay palabras mal escritas y versos cortos. En
puede ser.
la primera se eleva usted tanto en el sentimi^ntalismo
filial que ya raya en lo imposible. Su cslntrtnra mé-
trica no está del lodo mal; necesita ajustarse un poco Sr. E. Romero.— Ko puedo obsequiarlo á usted con
más á las reglas. Los sáficos son difíciles de hacer por la inserción de su pequeña composición. Razones: no
lo que le aconsejo se dedique á otra clase de compo- disgustar á nuestro público
siciones, escepción sea hecha de los sonetos.
.1. Antoncllt .—'So, señor, La Mijkr no se desde-
Sr.
Quién —
será. Me remite usted dos composiciones que ña en publicar música, mientras que no sea... celes
espera tnc ai^ratfardn Pues se equivoca usted porque
.
lial. Mándeme su Nocturno y veré lo que se puede
si bien la primera, que titúlase .^/¡querer, no empieza hucer de él.
del todo mal, termina de una manera lamentable, muy
lanii ntable Eso del capitán cnibriaí^^atio y de los oji- A. F. F. C—
¿Con que... sí? Con que por ser L.\ Mcjer
lios IwrfHosos comparados nada menos que con cios el único periódico que lee la señorita Sara desea us-
faros Jutuiiiosos me han dejado viendo esn ellas. El
. . ted que le publique sus desahosos.^ Por quién nos ha
fragmento de un largo poema que usted promete re- tomado usted, señor F. F. C?
ALBUM REVISTA «LA MUJER»
—
Pero Grullo. No habiendo usted recibido contesta- Sr. J. R. Mognoni. --Ta.mpoco tengo la satisfacción
ción respecto á unas producciones que me remitió ti- de conocer á usted; pero eso no obsta para que me
tuladas «Cantares é Idilio —A
la Luna», espera de mi vea obligado á manifestarle que su composición
fineza lo haga en este número pués solo la falta de A Corrientes carece de metrificación y de otras cosi-
espacto seria cmisa suficiente para que no hayan vis- tas necesarias para que pueda ver la luz pública. Es
to la luz y al mismo tiempo me envia usted otra de sentirse; pero estudiando tal vez corrija usted esos
composición para que la publique, si está bien. defectillos.
Pués, siento en el alma, señor Pero Grullo, decirle
que si aquellas no se han publicado es porque no Sr. Duque de Olivares ó L. R. /.—¿No seria posible
están bien. que en lugar de hacer acrósticos se edicara usted á...
Su composición A la Luna es trillada y no es tal cualquier otra cosa? Es un consejo de amigo que le
idilio como usted la ha calificado. Además, se ha es- doy y debe usted seguirlo porque si para muestra
crito tanto referente al astro refulgente de la noche basta un botón, el botón que usted me envia no cuela
que poco queda que decir y ese poco usted no lo ni con martillo. iQué atropeilamiento de palabras
dice. tan sin sentido! Vamos á ver, ¿qué daño le ha hecho
En cuanto á La Media Naranja, última de sus á usted la desafortunada señorita elegida para su...
composiciones, le encuentro bastante semejanza con acróstico?
algo que he leido no sé dónde ni cuándo. No quiere
esto decir que usted haya tenido el coraje de copiar-
la y darla como suya; pero qué perdería usted si así
GEROGLIFICO.— POR Monterrejas
fuera y se descubriese?... Un pseudónimo. Y nosotros?...
Venga su nombre propio, sefior Pero Grullo y se pu-
blicará aunque sea con pseudónimo. No terminaré sin
agradecerle sus felicitaciones por la prosperidad de
La Mujer que considero han de ser sinceras.
I,as mejores^
Carnaval de
«^Serpentinas
son las de
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