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LA MUJER BELLAS ARTES

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LA MUJER Y DOIM QUIJOTE


Administración: MEJICO 998 Precios de la Suscripción de "LA MUJER"
CAPITAL IXTl-RIOR
Trimestre f)0 Trimt'Slre 3.-
Seiliolre » ó.-
Semestre «
. \ ñu » IL-
Año »
XÚM ero siK'llí"» » 0.2ñ
Número suelto » 0.10 Xúmero .-iir.'isndo » 0.40
Año II BUENOS AIRES, Marzo 9 de I9u0 Núm. 6

LA MUJER
ALBUM-REVISTA DEDICADO Á LAS FAMILIAS
Excelentísimo señor Pyeside}ite de la capital del Sud para recibir esa perso-
República de los Estados Unidos del nalidad?
Brasil, doctor CAMPOS SALLES, fu- Es algo que asombra, que encanta, que
turo huésped de la República Argoi- maravilla eso de los preparativos, y si no
iina. tuviera la seguridad de encontrarme en
Me encuentro verdaaeraniente perplejo. Buenos Aires, por habérseaielo asegura-
¿Cuál de las dos sería más interesante do, creería que me habían transportado á
relatar? La biografía de una personalidad los palacios del sultán Memento Alí.
que apenas tiene biografía ó la cronolo- ¡Qué desgrane de sorpresas y qué pla-
gía, si así puede llamarse, de los prepa- nes }' proyectos tan sorprendentes ! . . .

rativos que se vienen haciendo en la gran Como que hay quien propone hasta
ALBUM -REVISTA «LA MUJER >

hacer de la plaza Victoria un lago con pe- buenos vecinos, en eso de recibir presi-
.ces mulücolores y góndolas poéticas. dentes en países donde debiera imperar
Otros creen que sería conveniente y la verdadera democracia?
hasta de un efecto nunca causado lo de ¿O se le ha tomado al doctor Campos
las músicas aéreas, cuyos ejecutantes no vSalles por mariposa íácil de marear con
necesitarían ser alados, pues estarían con- el brillo de muchas luces?
ducidos en globo con dirección fija. El doctor Campos Salles (y aquí vienen
Yo no sé si todo eso será decente; pero breves rasgos biográficos) fulguró en la
cuando menos me parece que es grotesco vida política de su país cuando la revolu-
y más que grotesco, repugnante. ción Fonseca dió en tierra con el imperio
¿Quién ha dicho que al sucesor de Mo- del ilustredon Pedro II.
raes, doctor Campos Salles,le gusta el exhi- Candidato á la presidencia, sin oposi-
bicionismo pomposo hasta la exageración? ción, cuando aun le largo plazo
tallaba
Cuando al general Roca le dió por ju- para terminar sti mandato al doctor Mo-
gar á las visitas presidenciales y fue allá raes, viajó por Ja vieja Europa cerca de
á la capital ñuminense, el presidente de dos años con el título de futuro presiden-
la república brasileña lo recibió como se te de la república de Estados Unidos del
recibe á un vecino con quien se tiene bue- Brasil. Observó, estudió y, elevado á la
nas relaciones y aquél pueblo, que de fin- prinera magistratura d^ su país, inició y
chado se moteja, demostróle que era un ha llevado á cabo en el corto período que
pueblo bien educado con la sencillez aten- lleva de administrarlo, refonnas funda-
-ciosa de sus demostraciones. Hubieron mentales y especialmente económicas tan
¿fiestas, banquetes, pero sin ostentaciones notables que sería acertado conocer
vanas, sin chavacanerías de rasqiiatoves, Tiene lo que se llama talento práctico.
sin convertir la rúa do Oidor en canal Enemigo del ruido y la ostentación, va
veneciano, ni la de Allandega en lago, ni siempre en derechura de lo que conside-
el Corcovado en ascua de brillantes, niel ra más acertado.
Pan de Azúcar en garapiña. ¿A qué? ¿Pa- Ese es el hombre á quien se pretende
ra qué? No bastaba y aún sobraba con la recibir en palacio prestado, con lagos en
buena voluntad del recibimiento? la plaza de la Victoria y músicas aéreas.
¿Qué más podía apetecer el general Vendrá aquí y al ver esas ridiculeces,
Roca que aquella franqueza verdadera- por no calificarlas mas duramente, nos
mente americana sin embajes, sin trans- dará el mico, como se suele decir y hacer
formaciones teatrales, sin rumbosidades en la tierra de la gracia.
chocantes? Y bien merecido lo tendremos. Un país
¿No es honesto, sano y de buen criterio cuyo gobierno pretende tirar á la calle
pagar con la misma moneda? millones para recibir á un huésped, mien-
¿O, acaso^ se pretende, con el lujo es- tras anda quitándole el pan á los emplea-
candaloso y fuera de qdicio de nuestra dos para equilibrar el presupuesto
situación económica y de la del país, que Ora isto que colisa mais ridicula!
se va á desplegar, aleccionar á nuestros LEATAR.

TRADICIONES
POR
PASTOR OBLIGADO
Allá por el año de los 888, el doctor don costumbres, hombres y mujeres que ac-
Pastor Obligado dió á luz un libro de cerca tuaron en esta tierra desde los primiti-
^quinientas páginas, tamaño mayor titu- vos tiempos de la conquista; ha debido
lado, Tradiciones de Bueíios Aires. poseer, el que eso ha escrito, tal cúmulo
Y decía en su prólogo, escrito con sal y de documentos inéditos, que cada uno de
pimienta, contra la pedantería de un yan- los capítulos en que se dividen los distin-
kee ensoberbecido: tos tomos podría dividirse en otros tan-
«. . .á probar que este viejo país de ayer tes tomos y otras tantas tradiciones por-
tiene muy gloriosas tradiciones viene este que en cada uno ha}^ diez, veinte, cin-
liDro.» cuenta asuntos diferentes á mas del que
Debió salirsuya el doctor Obli-
con la el autor se propone desarrollar.
gado cuando aquella probatura de
tras ¡Qué exhuberancia de imaginación y qué
tradiciones interesantes por cualquier lado abundancia de material exquisito!
que se las busque, nos ha seguido dando No vamos á entrar á hacer juicio crítico
otras pruebas de su preparación en esas detallado porque ni espacio tenemos ni
armas que no son para todos meneallas, cuadra hacerlo cuando ya lo han hecho
en la docenitade años transcurridos desde Carlos Guido Spano, Ricardo Palma. An-
•el de los 888 hasta la fecha. gel Justiniano Carranza, Federico Tobal
Cinco son los tomos de gran tamaño que y otros con favorable opinión. Nos basta
lleva publicados, no yéndole en zaga el decir, y esto en resumen, que las tra-
líltimo al primero en eso de belleza de len- diciones del doctor Obligado honran al
guaje, aunque algunas veces se le va la autor tanto como á la literatura de su pa-
muía doctor;— en lo de tópicos elegidos,
al tria,y que, como muestra La Mujer publi-
—que pocos le han de quedar ya que elegir. cará en breve una de las últimamente pu-
Hay en los cinco tomos publicados tal blicadas.
acopio de conocimientos de los hechos R. B.
y
ALBUIVr - REVISTA « LA MUJER »

hubiera ocurrido jamás escribir semejan-


te sarta de desatinos.
Nadie que haya ido á la escuela y ha3'a
saludado la gramática, puede concordar
plurales con singulares, ni desconocer tan
en abso uto los casos ó personas de la de-
clinación.
Es lástima que hayan fracasado los anun-
ciados juegos florales del colegio de Adro-
gué, porque quizás hubiera obtenido el
primer premio este producto literario de
la Intendencia Municipal.
Yase yo que siguiendo el antiguo pro-
verbio de el último mono se ahoga, tra-
tarán de que recaiga la culpa de tamaños
crímenes de lesa gramática, sobre algún
'^pobre empleado. Pero los verdadero- res-
ponsables son los que firman tales escri-
tos y autorizan su publicación, poniendo
en completo ridículo á la primera autori-
dad de la capital, porque, si un modesto
empleado ó escribiente no sabe redactar
un edicto está disculpado, para eso cobra
un corto sueldo 3^ tiene muchas horas de
trabajo. Los edictos qie se lanzan al pú-
blico^ fijándose en las esquinas, deben ser
redactados, ó siquiera corregidos, por los
altos luncionarios de la Intendencia, que
deben justificar su sueldo, por los menos,
evitando que sus órdenes sirvan de ludi-
brio público.
A LA MINUTA Y decimos esto porque sentiríamos' que
por nuestra culpa pagase algún iníelíz los
jPor qué no confesar :a veraad? El pue- platos rotos.
blo üc Buenos Aires debe eterno agrade- Ysigue: Velocípedos y bicicletas:
cimiento á su Intendente. Con que ¿velocípedos y bicicletas? Cual-
El Sr. Bullrich no sólo ha enseñado al quiera habría pensado hasta ahora que la
mundo entero cómo es posible vivir en bicicleta era uu velocípedo de dos rue-
una población que ni se barre, ni se riega; das; pues, no señor; el sabio y erudito se-
no sólo ha enseñado educación y cultura ñor Intendente, que Dios nos conserve
por medio de los anuncios conminatorios muchos años para que siga proporcio-
colocados á la salida de los mingilorios nando abundante material para los nú-
públicos; no sólo ha demostrado cómo se meros de La Mujer, ha descubierto, y así
puede reír uno de la opinión pública y de lo consigna oficialmente, que velocípedo y
las censuras de teda la prensa, y continúa bicicleta son dos cosas distintas, aunque
sereno y tranquilo gobernando al manso sean un solo instrumento verdadero.
y paciente pueblo de la capital, sino que Y ¿qué ordena á los velocípedos y bici-
ha querido también enseñar como se pue- cletas? Pues lo siguiente:
den publicar edictos, faltando en ellos á plazo para el pago de la patente
todas las reglas gramaticales hasta al }' vence el 15 de Marzo. La falta de cum-
sentido común. plimiento será penada con la prohibición
Prescindamos del lacónico letrero colo- DE CIRCULAR ESTA. SÍ ¡1 perjuicio de hacer
cado en los faroles de la Avenida, en que efectivo su cobro.-¡>
se dice conserve sti izquierda, sin saber ¿Con que la falta de cumplimiento (ig-
quién ha de conservar la izquierda, ni ncramos de qué) será penada co)i la prohi-
qué izquierda es esa que ordena conservar. bición de circular esta} Es decir con la
No; el modelo de dicción y de deliciosa prohibición de circular la patente, porque
construcción gramatical, nos lo ha dado el pronombre esta no puede referirse sino
en el edicto sobre Patentes municipales. á la patente que es el sustantivo inás in-
Y dice ;isí : <^Coches de plaza. VA 15 de mediato, y además porque refiriéndose
Marzo vence el plazo para el pago. (Para la instrucción á velocípedos r bicicletas,
los coches de plaza debe de vencer el claro es que no puede reterirsc á estos
plazo) Los que no dieren cumplimiento aparatos la palabra esta. Y
que á la pa-
SE LE retirará el registro, prohibiéndo- tente se refiere, lo viene á reforzar la se-
sele la circulación del veJiículoy>. gunda parte de la ordenanza al decir sin
Me parece que el pArrafo no tiene des- perjuicio de hacerse efectivo su cobro.
perdicio los que no dieren cunipli)nien-
:
Con que ya lo saben los velocipedistas,
to se le retirará el registro. Muchos des- si no pagan el 15 de Marzo serán pena-
propósitos se atribuyen al cé ebre Cali- dos con la prohibició)! de circular la pa-
fiez, personalización simbólica déla estu- tente sin perjuicio de ¡lacerse efectivo su
pidez humana, pero dudábamos que se le cobro.
!

ALBUM REVISTA LA MUJER


- «

Y continúa la ctiltisima ordenanza: «Pa- Me parece que el edicto no tiene des-


tentes DE PERROS. Hasta el 15 de Marzo perdicio. Felicitamos corJialísimainente al
se a'yonarán las patentes. Vencido este redactor y muy especial nente al señor
plazo, todo perro que se encuentre en la Intendente que autoriza la lijación por
vía pública sin llevar colocada en el co- las esquinas de semejante serie de barba-
llar la chapa, será recojido (con jota) y rismo, delicioso pendant de stis instruccio-
•exterminado ! ! nes sanitarias que forinaron el sabroso
condimento de una de las anteriores Mi-
Sangre y exterminio nutas de La Mujer.
se ha de decretar. ¿Y pedían que dimitiese? No, por Dios;
Muera todo perro si dimite el Intendente, ¿quién va á ha-
sin chapa 3^ collar. cernos reír?
(Música de la Marsellesa). Catasalsas.

A BORDO DE...
(Madrigal)

Cuando en la mañana hermosa Sin tratarla con desvío,


Vayas á regar tus flores Que una lágrima anhelante
Y como ofrenda de amores Es que en alas de la brisa
Beses la púrpurea rosa, Te envia con su sonrisa
Si una gota de roció Un misero navegante.
Llega tu labio á mojar,
Bien la puedes perdonar r. b.

Cerenonia sDle nne de la entrega de la bandera de co.nbate á la oticialidad del


crucero español «Río de la Plata», por las damas que torinaron la comi^'cn ad hoc
con tan patriótico objeto.
ALBUM REVISTA «LA MUJER»
-

I
.

^LBL'M- REVISTA «LA MüJER^

No podemos que ha muerto de


decir llaves; nó. Elcarnaval de 1900 ha muerto
inanición, de anemia, de miseria ó falta envuelto, no en los andrajos de otros tiem-
de espíritu ni que ha huido de la escena pos, sino en la túnica de los dioses del
como los cómicos viejos, ya gastados sin Olimpo, saturado con los aromas de la
facultades, sin recursos, sin que les valga más esquisita cultura, vagando en sus lá*
ocultar tras el albayalde y el colorete las bios la más encantadora de sus sonrisas
arrugas de su rostro, ni la blonda ó en- atrayentes. .

drínica peluca la calvicie del cráneo, ni Fenece cuando el siglo diez y


los espasmódicos movimientos de galvani- nueve vá á fenecer, ese siglo de
zados nervios, la pesantez morbosa de sus las luces, de los grandes descubri-
miembros. mientos y de las grandes locuras
No, no ha muerto como aque- humanas, á que servirá de mor-
llos carnavales de otros años, taja!
enclenques por el abuso ó por Muere dejando tras sí ecos simpáticos
falta de vitalidad, en los que que aún no se pierden de nuestros re-
las sonrisas eran muecas, las cuerdos y de cuyos recuerdos La Mujer
carcajadas gritos de dolor^ dá algunos reflejos en los distintos gra-
los subidos colores de la ale- bados que el lector encontrar.i en la edi-
gría trocados en el amarilloso ción de hov. Ki-Ki-Ri-Kí.
repugnante del ético.
No, ha muerto en toda la plenitud y ex-
huberancia de una naturaleza desbordante
de alegría, de animación, envuelto en los
pliegues de los multicolores del iris, me-
cido en las ondas de un mar de claridades,
entre el eco incesante é imponente de una
algazara eterna; acercando á todos los
séres separados por las montañas sociales;
dando tregua á la severa razón, al orgu-
llo, á la soberbia, confundiendo en ver-
tiginosas mareas á todas las clases, desde
el potentado al pobre, desde el austero
ministro que acaba de hacer economías
cesante.
al infeliz
No ha sido el carnaval de otros tiempos
de bullanguerías insoportables, gritos des-
templados de zaíias palabras, de chorros
de agua limpia y sucia, de desórden, de
bacanales repugnantes, óe pastoras ó con-
des, de negros candomberos, gauchos de
contrabando, nobleza de guardarropía; de
rompedores de tímpano con aquellas or- -

questas ó orquestinas compuestas de jóve-


nes incautos que pasaban 365 días rascan-
do un violin sin cuerdas, soplando una
flauta sin embocadura ó un cornetín sin La Prensa". -Noche del Hall
ALBUM-REVISTA «LA MUJER.

MADRIGALES
I

—Relámpago es el gcniu, á su destello,


lo triste causa horror, lo bello es bello;
cuando luce ante el sol, el día alejjra.
la noche ante su luz se hace mas negr:;.—
Esto tu madre te contaba un día,
y al contártelo así, decir quería
que, si en un alma, cual la tuya, encanta,
en un mal corazón el irenio espanta.

n
Me asomé cierto día,
y apenas rae asomé, Natalia miíi.
V! atmósferas mas íinchas y mas bellas
que esos campos cerrados per estrellas:
caos de iriesistible devaneo,
de miedo, de inocencia y de deseo,
donde el término á ver jamás se alcanza
de la dicha, el placer y la esperan/a.
Abismo que me trae fascinado,
como atrae la muerte á un desíjr^.ciado,
allí mi alma aspiró, de encanto llena,
un néctar delicioso que envenena,
y allí dentro miré tímidamente,
como mira el que tiene el sol enfrente,
mil sombras que dejaron por despojos
almas que en lo hondo asesinó tu encanto.
¿Qué adónde me asomé para ver tanto?.
Me asomé... á la ventanas de tus ojos.
R. DK CAMPOAMOK.

Suda alquitrán, y sus pasos


á la Asistencia dirije,
no por el mucho calor,
sino ^Dor chupar trapiche.

Llevan las niñas


en los sombreros
macetas, g-anchos,
rabos de perros,
alas de moscas,
nueces, pimientos,
rosas de trapo,
bagres, plumeros,
y escobillones
blancos y negros.
¿Qué sijinifica
tanto embeleco?
¿Qué es su cabeza
digno museo
de cosas raras
y de esperpentos
d®nde no falta
mas que el ingenio?
¡Ay, hijas mías!
yo os aconsejo
que entre esas cosas
pongáis, al menos,
botellas Quilmes.
que es buen refresco,
y cuando quieran
nos las bebemos.

Decía doña Enriqueta,


con acento lastimero:
— Eustaquio es un embustero,
me dijo que era poeta
y resultó zapatero.
ALRUxM - REVISTA « LA MUJER .

UNA MUJER POR CUATRO DUROS ¡AT, DEL aUE NACE Ó MUERE!
— Adiós por siempre, hijo del alma mía!
Un triste anciano al espirar clamaba:
Un ciudadano de París se presentó al comisario de Y el tierno infante que su bien besaba,
suplicándole le librase de su mujer, por cuyo
ji^olicía — ¡Adiós —
por siempre! el infeliz decía.
especial favor estaba dispuesto á gratificarle con '20
francos. el viejo la lágrima postrera,
Vertió
Como el mencionado funcionario le manifestase Y
vertió la primera el niño en tanto:
que no podía complacerle, el aburrido esposo se diri- Y
confundidas última y primera,
gió á un agente de seguridad, haciéndole igual pro- Símbolo fuei on de su igual quebranto.
posición, que tampoco fué aceptada. ;Cual lágrima, decid, en mal tan fuerte,
Por fin, compareció el mal avenido matrimonio Brotó del corazón mas dolorida?
ante el mismo comisario, el cual procuró con sesudos ¿I.a del que el mal primero halló en la vida,
razonamientos restablecer la quebrantada armonía O la de aquél que un bien halló en la muerte?
entre la pareia, pero su trabajo y buenos oficios fue-
ron estériles. W*f l.:
R. OK AMPOAMOR.
(

La esposa se prestaba de buen s:ra'o á aban-


donar su marido, por lo cual exigía 330 francos;
fl marido se aferraba en que el negocio no valía
más que 20. v por fin, convinieron en que fueran
100 francos e"l precio de la libertad de uno y otro.
Así arreglado el asunto, marido y mujer se
fueron á un taberna, y él firmó el compromiso
de abonar mensualmente a su mitad 20 francos
hasta extinguir el crédito, entregándole de pre-
sente la cantidad que antes había ofrecido al co-
misario y al agente.
Ella hizo á. su vez constar que si el pago se
retrasaba, se presentaría de nuevo en el domicilio
conyugal.
— ¡No sucederá!— exclamó el esposo. — Pagar*'
con toda puntualidad.
Y por tan sencillo procedimiento han reco-
brado la perdida calm.t dos seres desgraciados
hasta el presente.

INOCENTE
Un padre muy pedantón
llevó á un hijo que tenía
á una casa donde había
numerosa leunión.
—¿Quién hizo el mundo?--le dijo,
y el chico, muy asombrado,
se quedó desconcertado,
pues, lo ignoraba, de fijo.
—¡No sé!- dijo de pronto:
lo
y el padre en un dos por tres
le arrimó dos puntapiés
que lo dejó medio tonto.
A fa!ta de otra disculpa,
pensó chico para sí:
el
— Cuan de me
tratan asi.
yo habré tenido la culpa
y echando la mano atrás,
exclamó en llanto desecho:
— ¡Pues bien papá, yo lo he hecho,
pero ya no lo haré más! \iL DESAPLICADO
ALBUM -REVISTA «LA MUJER >

daba por el patio y como se convenció de


lo contrario
«requirió el bastón, fuese»
y la patrona, que lo vió salir furtivamente,
se quedó murmurando:
—¿Pero será posible que un señorito tan
elegante, que se trata con la sociedad más
encopetada, me deba ya dos meses y me-
dio de pieza y no me pague más que con
promesas?
Llegó nuestro hombre á la redacción,
hizo pasar á las cajas las cuartillas, espe-
ró él mismo la corrección de la prueba v
terminado que hubo, se fue á esperar eh
la confitería próxima la salida del diario,
cuya espera le dió ocasión de acompañar
á almorzar á un amigo agradecido, bombea-
í^o^el día anterior en una gacetilla de salón.
Salió el diario, leyó su reseña y nuestro
hombre, satisfecho, aguardó con impacien-
cia la hora oportuna para realizar un pro-
yecto de un género muy usual en sus
aficiones arribeñas, que se le habia ocurri-
do la noche anterior. Al fin, como todo en
el mundo llega, la deseada hora llegó
y
entrando en la primera victoria que halló-
desocupada, dió al auriga la dirección de
la residencia de los Sres. de Pedantería.

CINEMATÓGRAFO AMBULANTE Pro ¡oh decepción! en victoria fue y vol-


vió derrotado. Esperaba en recompensa de
UNO DE TANTOS susalabanzas una invitaciónpara lacomida,
única en que aquella noche confiaba, y sa-
«Expléndida soirée la de ayer en el lu- lió defraudado; los de Pedantería comían
joso chalet de los ilustres Sres. de Pedan- en casa de los Sres, de Verduguilla.
tería. En los miríficos jardines^ iluminados Nuestro hombre quedó petrificado cuando
á giorno nuestra hantey la créme de la oyó de boca del portero la fatal noticia.
high-life, pasó momentos semirimidía- Pero se repuso y ya no pensó mas que
cos (i ).
!
En la terrasse, en la serré ad-
^ en una venganza que le desahogase de
mirando exótica flora... en el confortable sus lurores. Y con resolución sorpren-
buffet saboreando delicioso lunch... en dente se dispuso á ejecutarla. Con voz
el salón Luis XV, rindiendo cultu á la colérica se dirijió al cochero, ordenándole
ideal Terpsícore Los diletanti del que á galope lo llevara al Telégrafo Na-
sublime arte estuvieron de enhorabuena; cional, Moreno entre Perú y Bolívar; y el
las dos niñas de la casa, ángeles paradi- automedonte, figurándose que su cliente
síacos (¿) que con sus dedos de rosa, más sería algún alto personaje ó quizá el mis-
bien tallos de orquídea, ejecutaron de ma- mo jefe de policía, íustígó los famélicos
nera par adowiskika obras sublimes del pingos, extenuados 3^ malferidos apesar de
Apolo alemán la caritativa protección del insigne Alba-
«¡Y qué sin par galantería la de los rracin, los
magnaneficientes dueños de casa!... «que, dandotumbos y revolcones»
«Allí vimos á las señoritas » emprendieron accidentada carrera en di-
Extrajo con sus perfumados dedos índi- rección al lugar designado.
ce y pulgar del bolsillo interior del ele- El personaje desembarcó, como diría
gante jaquel la no menos perfumada car- Pellicer, de la victoria y entró en las ofi-
tera de apuntes periodísticos, y uno á uno cinas de telégrafos, y .\ á los dos minu-
. .

fue escribiendo en la enanilla empezada tos, saliendo por el portón de Bolívar, se


los nombres de los concurrentes á la fies- perdió en medio de los numerosos tran-
ta que reseñaba, y que durante ella había seúntes que en aquellas horas llenaban
anotado atropelladamente en las hojas de las aceras de la calle.
la cartera. Concluida la operación dobló El cochero esperó una hora, dos....
cuidadosamente las cuartillas escritas y El gomoso revistero se acostó aquella
juntamente con la cartera, los guardó en noche sin comer, y hasta que se durmió no
el bolsillo. Se aseguró bien los lentes de cesó de maldecir á' los Sres. de Pedantería,
cristal común en el lugar correspondien- para escribir de los cuales otra vez no se
te de la nariz, se atusó el bigote, se con- devanaría los sesos haciendo galas de po-
templó un momento en la luna del ropero, líglota y de retórico {sic).
lleno (el ropero ¡eh!) de maldiciones de Pero al fin durmió í-aiisfecho porque
sastres y zapateros, dió una cepilladita al había descargado su furor caloteando al
pantalón, al (que hiciera pasar unas cuan- cochero y aumentando la cuenta de bebi
tas horas estiradito entre los colchones de das y pasteles en la confitería de que era
(a cama, para que no perdiese la prover- cliente sempinterno.
bial doblez, miró á travéz de los visillos ¡Ah! AUGUSTO LOREDO.
de la puerta si la patrona de la casa an- (Remitido)
ALBUM REVIST
- «LA MUJER

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VEN6A

HISTORIA QUE PARECE CUENTO

Rota es un pueblo pequeñito é insignifi-


cante de Andalucía, tan insignificante que
se cuenta el anedócta siguiente:
Había en (^adiz dos hermanos conocidos
por el sobrenombre de los perdigones,
asiduos concurrentes de las tiendas de
montañeses (tabernas), y en las que hacían
un gran consumo de sibrosísimo zumo de
vides. Los dos eran republicanos, como po-
drían haber sido otra cualquier cosa, y
discutiendo un día acerca de si, al fin,
vendría ó no á España el inolvidable y ca-
balleresco monarca español Don Amadeo
de Saboya, decía uno de ellos al otro, con
esa obstinada terquedad del ebrio:
—Te digo que no vendrá.
—Y yo te digo que sí.
— Y yo te apuesto á que no; porque tengo
mis razones,
—¿Con alas?—\Q preguntó el segundo,
dando un traspié.
—¿Pues, lo que dicen los boletines de los
diarios de los papeles públicos de Madrid?
—¿Y qué dice toda esa gente?
—Que ha pedido, para venir, un pueble-
cito. (Quería decir plebiscito).
—¿Un pueblecito na mas? Pues que le
den Rota.

* *

En Rota, y á las siete de la mañana del


mes de Agosto de 1883 gritaba: «¡Eh, qué El hecho detuvo á la multitud, que, alar-
rabia! ¡Qué rabia!» una multitud que per- mada, se aproximó á la víctima dejando
seguía á un perro mastín, de cuya enorme que el perro continuara su camino.
boca pendía un gran pedazo de lengua, y —¡Pobre hombre! ¿Quién es? ¡Socórranle
oue, echando baba, con los ojos uraños y en seguida!— Eran las voces que se escu-
el rabo entre las piernas, corría desafora- chaban.
damente sin sencido fijo por una de las Pronto se supo quien era; se trataba de
calles de la población. un jornalero llegado hacía poco al pueblo
Los gritos de alarma que daban los que con una cuadrilla de peones para la cons-
detrás del perro iban, aunque guardando trucción de la carretera 3" que con el pro-
una respetuosa distancia, hacían correr ducto de su trabajo mantenía á su mujer
aterrorizadas á cuantas personas venían y cuatro hijos.
en opuesta dirección. Las unas se agarra- ¿CóQiose encontraba ebrio hastael punto
ban á las rejas trepando por ellas, las otras de caer en el suelo sin poder dar cuenta
buscaban un asilo en los portales de las de su persona, cuando nadie le conocía
casas; los tenderos cerraban las puertas; semejante vicio?
los dependientes se subían encima de los Precisamente por la falta de costumbre.
mostradores; todos trataban de esquivar Juan, que este era su nombre, 5' había
un peligro tan espantoso. concurrido á la boda de uno de sus com-
El rabiv;so can se abría paso por todas pañeros, donde había pasado una gran
partes. Sin embargo, en la vereda había parte de la noche. Allí le habían obligado
un hombre tendido, que, ó estaba dur- á beber }' á mezclar vinos El calor, la
miendo ó estaba muerto, pues ningún animación, la c^scitación que da el ejem-
electo Cc'iusaban en él los clamores y gri- plo, hicieron que Juan se escediora en la
tos de la muchedumbre. bebida, lín tanto que la escitación duró
De repente, un grito de ang'ustia 3^ te- Juan no sintió nada de particular, pero
rror se escapó de todos los labios. El pe- apenas se despidió de los con vidados para
rro se avalanzó sobre aquel desgraciado, volv&r á su casa y acudir al trabajo, el
sació en una de sus piernas su irresisti- aire fresco del amanecer empezó á per-
ble deseo de morder y continuo su camino turbar su cerebro, sus piernas flaqueaban
con esa vaguedad del perro hidrófobo á su cabeza no coordinaba bien las ideas;
quien esta enl\'rmcdad comunica la nece- bien pronto dejó de ser dueño de sí mismo,
sidad de caminar, pareciendo que como y después de algunos traspiés cayó pesa-
el judío errante sufre la condena de andar damente en el suelo, donde le encontra-
y andar siempre. ron.
ALBUM REVISTA
- «LA MUJER»

Cuanto menos habituado se encuentra Cuando la esposa recibió la noticia, lle-


uno á la acción del alcohol, tanto mas rá- vad.: por una caritativa comadre, rompió
pida y enérgica es su acción, y esto es lo en llanto y en amargas quejas.
que á Juan había acaecido. —¡Ya lo sabía yo! Bien me
decía el cora-
Desgraciadamente para él, su embria- zón que iba á ocurrir una desgracia. !Po-
guez lo había colocado al encuentro de bres hijos míos! Vamos á verle.
un perro rabioso; puede decirse que bien Y sin que sirvieran de nada las frases
pagaba su primera falta. de consuelo que todos la prodig;.ban, se
¡Qué raz'n tenía su mujer al suplicarle lanzó con sus hijos y como una loca, ca-
que no fuera! mino do la casa del albeitar.
—No vayas, Juan; mira que en estas hes- Cuando 1 egó, el albeitar contemplaba al
tas siempre ocurren lances desagradables herido con aire meditabundo, tocándole a
• le decía su esposa, que. con ese instinto punta de la nariz.
especial de la mujer amante, presentía Allí estaban las señales del mordisco;
una desgracia para su marido. era en la pierna derecha; el pantalón ha-
Pero el mal no tenía ya remedio; era bía sido rasgado y aún se notaba en él la
preciso adoptar una resolución; era pre- humedad át la baba del rabioso can.
ciso socorrer á aquel hombre. —Hay que cauterizar en seguida, si he-
— Cerca vive el albeitar, llevémosle- di- mos de llegar á tiempo. A
ver, Federico,
jeron algunos. pon un hierro en la fragua -gritó á su
Y con esa caridad que existe siempre hijo y ayudante.
entre la gente del pueblo, pronto le aga- En aquel momento llegó la esposa con
rraron de los brazos, y condujeron medio sus hijos. La presencia de aquella mujer

arrastras hasta la vecina casa del albeitar con un niño en los brazos, rubio, colorado
del pueblo, que á veces ejercía su profe- y con ojos azules, que parecía una crea-
sión sobre las personas en ausencia del ción de Murillo. y otros tres mas, el ma-
médico titular. yor de seis años, produjo esa impresión
En los corrillos de los vecinos
tanto, dolorosa que se refleja en todos los sem-
hacían sus comentarios. blantes, y que determina ese silencio so-
—¡Pobre hombre!— ¡Tan trabajador!— ¡Pa- lemne con que se compadece y se respeta
ra que se emborracha! —Y tiene cuatro hi- la desgracia.
jos. -¿Tendrán que cortarle la pierna? Todos abrieron paso y pronto la mujer
—Avisemos á su mujer. se arrojaba al cuello de su esposo, aún
Estas y otras frases eran las que se es- tendido en el suelo, cubriéndole de besos
cuchaban acerca del suceso, alrededor de 3^ de lágrimas. Y como si aquellos besos
y
la casa del albeitar. aquellas lágrimas fueran un verdadero
.

ALBUM -REVISTA «LA MUJER

--No, yo quiero verlo. ¿Qué le va usted


á hacer?
—Hay que cauterizar las heridas con el
hierro enrojecido.
—Va usted á hacerle sufrir mucho. Pero
¿se salvará señor Frasquito?
— Allá veremos. Vaya, déjeme, déjeme,
que tengo prisa.
-Puede usted hacer lo que crea conve-
niente; t'índré el valor de presenciarlo sin
dar un grito.
—Sea— dijo el señor Frasquito, y se dis-
puso á cortar el pantalón para poner al
descubierto la herida.
¡Ahí— dijo al mirarlo la mujer— pero es
ahí donde le ha mordido?— y soltó una so-
nora carcajada.
ToduS los presentes la miraron mudos
de asombro, y cambiaron entre sí una mi-
rada compasiva, como el que dice: «está
loca».
Pero la mujer seguía riendo, hasta que
al finpudo dominarse y decir al albeitar:
—Mande usted apagar los hierros, señor
Frasquito, porque no hacen falta.
—¿Qué dice usted?
reactivo, Juan, que hasta entonces había —Que mi marido tiene esa pierna de
permanecido cual si estuviera cadáver, palo.
bajo la acción estupefaciente del alcohol, — En efecto el perro había depositado su
•empezó á dar señales de vida. baba en el pedazo de pino modelado en
—Vamos, señora — dijo
cariñosamente forma conveniente, sobre el que Juan apo-
pero sin perder su cómica gravedad el al- yaba el muñón de su muslo.
beitar, — es preciso tener ánimo. La des- ¡Si hubiera mordido en la pierna iz-
gracia no es tan irremediable, y como de quierda. .

la rapidez con que obremos depende el Pero es que, positivamente, hay una pro-
éxito, ruego á usted que nos deje un mo- videncia para los borrachos.
mento. XAVIER SANTERO.

CUARESMA La religión perdona.


El fanatismo condena.
Moisés dijo: «Las faltas de los padres
RELIGIÓN Y FANATISMO caerán sobre los hijos hasta la cuarta ge-
neración", Ese es el fanatismo encarnado
Todo esceso es pernicioso y el fanatismo en los hombres que no perdonan ni per-
no es otra cosa que el esceso de la religión. donarán á los que Cristo perdonó.
La religión es don del alma. Todas las religiones han sido bellas al
El fanatismo en el alma es dique que es- nacer porque ellas han reconocido un
tanca las propias corrientes. principio y un fin: lo mortal y lo eterno—
La religión alivia lo creado y el Creador.
El fanatismo exaspera. La religión es como la naturaleza que
Aquella es luz. da aroma á las ñores para que deleiten el
Esta es sombra espíritu.
El fanatismo enseña á aborrecer. El fanatismo es como el arte que fascina
La religión enseña á amar. los sentidos corporales
La religión es fe. Cuando una mujer dice: «he amado de-
El fanatismo es duda. masiado>, es porque >io mna; tuvo reli-
Un hombre fanatizado llega al ateísmo. gión por el amor y' el esceso fanatizó su
Un hombre religioso confía. corazón.
La religión nace con el hombre. La mujer que dice: «¡amo!» es como si
El fanatismo se inculca en el hombre. dijera: «¡espero!» _v la esperanza es la ver-
Aquella es obra de Dios. dadera religión.
Esta es obra del hombre. La que ha amado y no ama siente ope-
Un hombre religioso respeta las creen- rarse en su sercomo un crepúsculo que
cias religiosas de los demás hombres. va trayendo la oscuridad de la noche.
Un hombre fanatizado escarnece la reli- En que no se extingue ese fuego su-
la
gión de los demás. blime se desarrolla la aurora que va tra-
El sanedrín de los judíos condenó á vendo la claridad del día.
Cristo. —¡Tengo fe en el objeto de mi amor! -
Y Cristo fue crucificado; pero perdonó á dice ésta.
— ¡Yo dudo ya
sus verdugos. del amor!— replica aquella.
ALBUM-REVISTA. «LA MUJLR

Y aquélla hace todo el mal que puede El fanatismo ha nadado en sangre.


impulsivamente 3' ésta goza, proporcio- ¡La religión no ha derramado sangre
nando bien. jamás!
La religión enseña á ser buena hija, El fanatismo ha convertido al hombre
buena esposa, buena madre; pero el fana- en enemigo del hombre.
tismo por la religión destruye todos los La religión ha hecho hermanos á todos
alectos. los hombres.
Un pueblo fanatizado permanecerá mien- El fanatismo ha traído grandes males á
tras lo esté sumido en la ignorancia y la la humanidad.
abyección. La religión sólo bondad.
Un pueblo
religioso seguirá siempre Fanatismo es sinónimo de esclavitud.
adelante sin retroceder. Religión lo es de libertad.
El fanatismo se espresa tras una nube El fanatismo es vicio.
sombría. La religión es virtud.
La religión se siente dejando tras sí
una huella luminosa. RAFAEL BARREDA.

Sr. Hoy- líoy. —Su composición muy bella y no falta Sr. F.rans-Albcrty. — Se puede amar y ser cobarde
más, para publicarla en La Mujer, que usted se sirva pues nada tiene que ver el.... cura con las témporas.
enviarnos su verdadero nombre. Será reservado si á Por otra parte, ¿á qué le vamos á dar el disgusto á
Vd. le place; pero hace falta su nombre. la señorita María Antonieta -e que sepa que su
amante se ha suicidado? Xo, señor; eso no se publica.
Sr. Arturo F/Za.— Muy aj^radecido á sus elevados
conceptos; pero le prevengo que e.sta otra composi-
ción no tiene parentesco con la primera ni por la Sr. F. C. LoJifcldt.Siga. usted soñando y dele re-
línea de Adam. Ha de haber estado en mal momento. cuerdos á la hermosa con que... sueña.

Sr. Juau José Genta.— Con toda la indulsrencia cfue —


Sr. Adolfo Pico. Mucho muy malo y poco bueno*
usted me pide que los primeros versos ha de
le diré i Lo malo es suyo }' lo bueno es ageno. Conque así ...
ser peores que los segundos. Así es, que cuando com- A otra parte.
pong^íi- los terceros mándemelos y veremos de publi-
carlas, si no son como los primeros. Sr. A. Csar.— No son del todo malos sus versos
«A Sara, Canores Cardenales etc.»; pero esprimién-

Fani Qiieron. Bonito su chascarrillo; pero dema- dolos, se saca tan poco jugo de ellos que casi es me
siado largo para tan poca cosa. jor que haga usted otros con más jugo.

NOTAS DE LA DIRECCION
Comparsas — Entre
los numerosos ecos
del carnaval pasado con que ha venido 3^
viene engalanando sus columnas La Mu-
jer, son y serán de llamar la atención los
fotograbados tomados del natural y que
representan las comparsas que mas han
destacado en el «hall» de La Prensa. H03'
va el de la sociedad «üeíensores de la
Unión Buenos Aires» y seguiremos pu-
blicando en los números subsiguientes los
demás.
«Nueva Judith» — Con este título dare-
mos el próximo número una interesantí-
sima leyenda histórica de nuestro redac-
tor Rafael Barreda, y en la cual figura el
héroe legendario José Garibaldi en los
campos gloriosos de San Antonio, de
donde íue libertado por el valor sublime
de una mujer cuyo nombre aún no ha pa-
sado á la historia.
Buenas noches
es nucsiro Agente en Córdoba y l\o-;ari(i (.le Sania Vú. Tiene-
El Sr. Georgino Linares Ag-encia de Publicaciones, LA LITERARIA, en la Calle Córdoba 937.

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