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LA MUJER BELLAS ARTES

ARO M A Oc la casa rj-o/csíHouc, Cus/a

CAPITAL 20 Centavos IN'iERIOR 25 Centav


LA EUTERPE Úi^m^m de
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180

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de PII\JI Hermanos y Ccmpañia


AVENIDA DE MAYO 1061 - Buenos Aires

LA MUJKR Y DOIM QUIJOTE


Administración: MEJICO 998 — Precms de la Suscripción de "LA MUJER"
C.\rri AL IN ri':RIOR
Trimestre s 'J.oC Irimeslrc- S 3.-
Semestre . 6.-
Semestre « n
IL-
. .

Año .
Año . . .
Número suelto . . , .
* 0.25
Número suelto O.LO Número atrasado » 0.4C
—¡Si escapé como un gazapo
no haga caso á la opinión. '

y absuélvame usted, patrón!


~¡Ego te ahsolvo! y te tapo.


EL INTENDENTE BULLRICH
MONÓLOGO-AUTOTÉLICO

V r. K-.lv. nvls' Ouo no cumplía con mi


presentar mi renun
-Y por qué hémedehan de renuncia).
Pin ni por qué
cuantos zonzos^ h.nten^^^
'"í^oíqír ul.os

^tv'qué ?uípa yo de que la aUn6s-


f^ra cambie" isí tan
de repente, y nos to-
est. obUgado . ser in-
"^C^ '^ctí fn^ínSaf P'í?anca'.ne-.ue. yo crcia que para
ser termólogo?
ALBUM REVISTA LA MUJER
- « »

tendente de un municipio como el de la Yo, en cambio, en los diez y seis meses


capital federal no se necesitaba mucho... que llevo de esperiencia, hé mandado pa-
y acepté, en esas condiciones, esperando vimentar, desempavimentar y volver á pa-
que los hechos me justifícaríafi. vimentar una tracalada de calles, dejando
Yo hé sido, soy y seré rematador, que algunas, es cierto, en peor estado en que
para ello don Mariano Billingurst, de feliz estaban; pero eso no importa: las volveré
memoria, me legó su martillo. Y bien?... á pavimentar.
Un rematador puede ser tan intendente Mando regar diariamente la avenida
como cualquier otro. Vamos á ver, ¿qué donde pasea la jailaife y el frente de
han sido mis antecesores? Don Torcuato^ mi palacio, y si no mando |ue lo hagan en
de quien tanto se habla, aún después de las demás avenidas y calles es porque tie-
muerto, era estanciero. El mismo Roca lo nen bastante con el riego de polvo que les
llevó á la Intendencia y todo su mérito deian diariamente los carros barrenderos.
consistió en llevárselo todo por delante. Por otra parte, si no hay mas riego cul-
Cuando yo hé querido imitarlo no ha fal- pen á la comisión de las Obras de Salubri-
tado quien haya querido llevarme á mí. dad, compuesta de c\x?íiYo chnpastieldos que
Seeber?... Qué ha sido Seeber? Qué hi- aún están por resolver el problema de dar
zo Seeber? Nada y por nada salió de la agua, teniendo alií en frente el río mas
Intendencia. Sin embargo, hay todavía grande del mundo.
quien se acuerda de él! En cuanto á higiene ¿Para qué están
. . .

Cranwell?... Un vendedor de drogas. las comisiones parroquiales?... Están?...


Acaso^ para vender drogas se necesita de Hay seguridad de que están? Yo hé oído . . .

más ciencia que para sacarle buen precio hablar de ellas y sé que existen... de
á un padrillo importado? Cranwell dejó oídas; pero nada mas.
la Intendencia antes de que la Intenden- Por lo que respecta á la salud pública,
cia lo dejara á él. ahí tenemos á la Asistencia, que debe
No hablaré de Panchito Bollini. cuyo cargar con el mochuelo ¿Qué tengo yo . . .

mérito consistió en haber hecho del «Club que ver con la salud de nadie?
del Plata» el rendivú de la mas escogida Dicen que todavía no hé hecho nada nue-
sociedad. Hoy es rematador como yo vo, que imprima carácter á mi administra-
y
diputado, puesto á que yo aspiro sin soli- ción; que me falta actividad, originalidad....
cuando me saquen de la Intenden-
citarlo, No es cierto. Yo soy el intendente mas ori-
cia,que no me sacarán. ginal de todos los intendentes y si no ahí tie-
Crespo y Alcobendas? Esos sí que te-
. . .
nen ustedes mi procedimiento en las in-
nían letra menuda. terpelaciones que el Concejo me ha hecho.
El uno médico afamado, higienista de En la primera me hice escribir el dis-
nota, miembro de qué sé yo cuántas so- curso que pronuncié leído por mí.
ciedades científicas, literarias y... ¡pura
chafalonía!
A la segunda le envié el discurso que
hube de haber pronunciado.
El otro abogado, jurisconsulto, que aban-
donó ó le hicieron abandonar' la Presi-
A la tercera me hice el chancho rengo
y me quedé tan fresco... Verdad es que en-
dencia de la Cámara de Diputados para tonces no hacía el calor que hizo después...
hacerlo intendente. Pues bien, ¿qué ras-
tro luminoso (ejenl) dejaron tras sí esas
y aunque lo hubiere hecho: yo tengo pa-
rasol y el sol que á mí me alumbra en
dos lumbreras? Al primero sólo se le re- lugar de dañarme me conforta.
cuerda por el Censo que hizo Lntzina y Quieren mas originalidad que la de un
al segundo por la cojera de la pierna...
intendente que lleva su discurso escrito y
Mientras tanto, día llegará en que á mí lo lee en las interpelaciones?
se me recuerde por ¿Por qué se me re-
. . .
Dicen que parecía loro. Qué loro ni que
cordará á mi? Es cierto que cuando me cotorra. Originalidad, 77ton cher, orio-ina-
propusieron la Intendencia, sin yo solici- lidad!
tarla -que conste,— y yo acepté, no tenía Allá va otro ejemplo, como prueba de
plan... ni lo tengo, ni lo tendré, pues para mi actividad:— Me levanto con el alba; me
eso se necesita haber aprendido lo que me visto de punta en blanco, ó, mejor dicho,
dicen que yo no sé ni podré saber por de polainas blancas y voy, vengo, entro,
que Bullrich es viejo va para cabrero. salgo, pregunto, respondo, observo, pro-
Pero, ¿acaso son los hombres que saben meto y me aparezco en la Intendencia á
^aquellos que hoy ocupan las primeras po- la hora en que mas gente pasa por las
siciones en nuestra administración pública? avenidas. Por lo general el resultado de
^
Ahí está el Dr. Rosa, que apenas sabe estos paseos suele ser negativo por lo que
¡sumar como del doctor Plaza decía el doc- me han comparado con la ardilla de la fá-
tor Velez Sarsfield. bula que se pasaba el tiempo dando saltos
Ahí está el doctor Magnasco, que sólo
i'
y brincos sin ningún provecho. ¡Qué gente
¡sabe de instrucción pública y de justicia, mas descontentadiza!
¡lo que aprendió en las odas
isn la Divina Comedia del Dante.
de Horacio y Y la verdades, en plata, que si no hu-
biese sido por los referidos zonzos que se
Ahí está el doctor Yoíre (¡puros doctor deiaron golpear
I
{Reflexivo). No. la
. . .

i^es!), que hasta ahora sólo se ha hecho ver


verdad es que si S. E. no se hubiese he-
i:»ara que se supriaian los pomos
y se per- cho ver en la Asistencia Pública, mien-
mitan las serpentinas. tras 3^0 le andaba preparando la vida có-
ALBUM REVISTA LA MUJER
- « »

moda allá en el Tigre, no me echan de hombre honrado y eso basta y sobra para
ser un intendente modelo. No renuncio
menos... {Más rejlexivo) ¿Por que ha-
ni me renuncian... En cuanto á la vox
brá hecho eso S. E. en lugar de avisarme?
popoli (ejen!) pasará como pasa todo en
(Ultra reflexivo) Dicen que no da pun- que
este pueblo de atenienses, y á vivir el
tada sin nudo. ¿Estarán por soplarme la todos
dama?... (Haciendo ima transición), ^'o,
mundo es grande y no se repiten
los días los coiips de chaleur!
Tribuna me defiende. Asegura que soy un L EAFAR.

El contraste, que aquel rostro distin-


guido, formaba ^on la serie de caras vul-
gares y repugnantes que habían desfilado
HOJAS ante mi vista, despertó mi curiosidad, y
me fije en aque la desgraciada, con ver-
DE MI dadero interés Este aumentó, al ver que
en tanto que presentaba para su empeño
DIARIO un vasito de p ata, se desprendían de sus
párpados dos gruesas lágrimas.
— Solo pueden darse de empeño, cinco
pesetas, dijo tasador después de exa-
el
minar el vaso, y comprobar que era de
VASO plata.
DE -¿Nada más. señor?— pregunL. la mujer
con voz tierna y delicada, que hacía más
PLATA delicada y tierna la emoción coi. que for-
muló la pregunta.
—Nada mas.
— Cómo ha de
.

Me encon- ser,— replicó la joven. Y en


traba una tar- tanto que estendían la papeleta, y el ta-
de esperando sador se ocupaba en servirá otra persona,
á uno de mis yo. queme sentía impresionado ante aque-
lla mujer, adivinando en ella, uno
de
clientes, sub-
tantos dramas sociales, que se desarrollan
director del
Monte de pie- en el misterio y en la sombra, la vi llorar
dad, y coi.tem- silenciosamente y con tal espresión de
plaba, sabo- amargura, que me decidí á tratar de des-
reando un de- cubrir lo que pudiera haber en el íondo
licioso habano, de todo aquello.
la galería de -Es indudable,— me dije.-que esta infe-
el carro
figuras que desfilaba por delante del ven- liz es una víctima, aplastada por
ta*nillo del mostr der, en que se electuaba de la fortuna. ;Quién sabe qué desgraciai
la tasación de las prendas que llevaban á puedo socorrer? ¿Quién sabe qué crimen
empeñar. Allí se veían reflejados todos los puedo evitar? j
Decidido á hablarla, me despedí de las
i

matices déla miseria y del vicio; allí iban


todos los desgraciados y todos los perver- personas que allí había, y en la puerta
rae dirijí cortesmente á la joven,
que ves-
sos, en busca de un puñado de plata los modesto,
unos quizás para comer, los otros tal vez tida con un modesto, y más que
raído y pobre vestido negro, trataba
de
para jugar ó embriagarse. espesos plie-
esconder el rostro, entre los
CoQio siempre que me encuentro frente
orues de su manto.
á una de esas colectividades humanas
*='_Señora; perdone V. si me atrevo á
impulsado por la pequeña parte que hay
dentro de mí, de autor dramático, me
hablarla. , ,

—Caballero— me contestó alarmada— si3-


complace el estudiar la espresión de los que me deje; ha debido V. equi-
plico á V.
rostTOS, para deducir de este estudio la
vocarse. Yo no le ccmozco á V.
relación de lo físico con lo moral, y me — No ^

trato de ofen lerla, ni de moicst.ar-


entretenía forjando en mi imaginación,
La he visto á V. en el Monte de pie-
verdaderas novelas sobre las causas que la
sorprendido su dolor y sus Ingii-
dad' he
á cada uno, podría haber llevado á aquel
mas; y deseo serla útil, si me
quiere
grado de miseria.
conceder el honor de aceptar mi oireci-
Entre el conjunto, de viejos, chicos, miento.
hombres v mujeres de todas clases y con- — Ah! Caballero! - dijo
con un acento
,

diciones que asomaban por aquel agujero de profunda am:n-gura -^é, por desgracia.,
de madera, llamó poderosamente mi aten- lo que esos ofrecimientos significan. Ln
ción un rostro de mujer, joven, pálido, cuanto ven V.V. á una mujer joven, sola
ojeroso, demacrado, pero lleno de distin- V sin recursos, pretenden obtener
por el
ción y de De leza; la miseria, ó el vicio, dinero un pedazo de su honra.
no habían podido vencer la delicadeza de Se ha equivo-
.aquellas líneas, v sus grandes ojos vela-
-No pros=íia V., señora. respecto á mis
dos por 1.a tristeza, estaban hermoseados cado V. con^mletamente, de
intenciones. No sov de los que hacen
por dos filas de pestañas negras que da- jamas
la desgracia un obj'eto de
placer, ni.
ban sombra.
ALBUM -REVISTA »LA MUJER»
he abusado de la miseria, que me inspira verdosos le comunicaban un iristc aú:i
un profundo respeto. mas sombrío, pudieran vivir dos seres
Soy médico, y he tenido ocasión en los tan delicados como aquellos.
hospitales, de observar á tantos y tantos Pronto me convencí de qué se trataba:
de esos seres que quedan inutilizados en aquella niña de rostro tan dulce como ex-
la lucha por la existencia, que me precio presivo, tenía hambre.
de leer en los semblantes y en el de V., Parece mentira que en el presente si-
he leído una historia entera, de sufri- glo pueda conocerse todavía esa palabra,
mientos. y, sin embargo, cuántas víctimas causa
A\ joven rompió
oir estas palabras la á. diariamente la miserial
llorar amargamente. No son los verdaderos pobres los que
—Vamos señora, cálmese V.; conozco á mendigan por las calles, importunándo-
personas que pueden ayudarla á salir de nos con estudiados tonos sentimentales, >'
la situación en que se encuentra. Yo no mostrándonos defectos repugnantes ya
llamo casualidad á la Providencia y pienso verdaderos, ya fingidos. No. Los verda-
que por algo la he encontrado á V. y por deros pobres son los que mueren de mi-
algo ha fijado mi atención. seria sin atreverse á demostrarla; las víc-
—Oh Dios mió! es verdad. Por de pronto timas del silencio y de la vergüenza; }'
si es V. médico puede prestarme un ser- de esos se encuentran infinidad en las
vicio. V^enir á ver á mi hija, que está grandes ciudades. Son la carne de cañón
enferma. de las batallas de la vida moderna.
—Señora, esa es mi misión, y la cum- Aquella joven había sido educada bri-
pliré con mucho gusto. llantemente; su padre había sido catedrá-
—Pero; vivo tan lejos... tico de la Universidad de Madrid, y con
— No importa, déme Vd. las señas de su su modesto sueldo, (por cuanto que esos
casa y dentro de una hora estaré allí. puestos, que tanto valen, porque represen-
—Gracias caballero, y Dios se lo pague. ten una vida entera, consagrada al traba-
Y después de indicarme dónde vivía, jo honrado, son remunerados escasamente)
siguió á buen paso su camino. procuró, ya que no podía dejarla una for-
Antes de una hora estaba yo en su ca- tuna, dotarla en una buena educación.
sa, situada en uno de los barrios mas es- María, que este era el nombre de la
treñios de Madrid, y subía los desgastados protagonista de mi historia, tocaba admi-
escalones, de una escalera larga, estrecha rablemente el piano, hacía flores, era una
y obscura. Al entrar en su guardilla pre- verdadera maestra en los labores de su
sencié un cuadro que verdaderamente me sexo y sabía dirijir una casa.
contristó. Llegó á esa
En un rincón edad misterio-
de aquel redu- sa, en que por
cidísimo cuarto, instinto incom-
cuyo techo bajo prensible, así
é inclinado, no como las plan-
me permitía tas se inclinan
permanecer de- buscando la luz
recho, había un del sol, el al-
jergón de paja, ma busca el
y en él echada amor, cuyos pla-
una niña como ceres descono-
de cinco años, cidos adivina.
rubia pero con Un teniente del
ojos negros, ras- ejército solicitó
gados V expresi- y obtuvo su ma-
vosy abrillanta- , no; la feliz pa-
dos por la fiebre reja se quedó á
que la consu- vivir en la casa
mía. de los padres de
Una manta Alaría, y duran-
agujereada era te algunos años,
elúnico abrigo aquel hogar fué
que niña te-
la modelo de dicha
nía y echaral v de virtudes.
una rápida mi- Una niña vino
rada por la ha- á colmar la ven-
bitación vi que tura de los pa-
'

todo su mobilia- dres y de los


rio consisiía en abuelos.
una silla de paja Bien pronto
•casi sin asiento, tras aquellos
y un jarro des- aías de felici-
portellado que contenía agua. Parecía dad, llegaron los de prueba y de sufri-
imposib'e que en aquel zaquizamí, sucio, miento. El cólera ari ebató en pocos días
sin ventilación, en el que la luz penetraba á los padres de María. Los recursos, en-
por una pequeña ventana cuvos cristales tonces, disminuyeron pues quedaron redu-
ALBL'M- REVISTA «LA MUJER

cidos al escaso sueldo de teniente que el El cuidado de su hija por una parte, y la
esposo tenía, faltade ropa parapresentarse decorosamen-
Pero como María era mujer de recur- te, la impelían buscar lecciones, y verda-
sos y resolución, empezó á dar lecciones deramente acobardada, fueron descendien-
de piano y á ayudar con su producto al do de escalón en escalón hasta el grado
mantenimiento de la casa. de miseria en que yo las encontré.
Mas, como cuando la desgracia se em- —No tengo nada que vender, ni nadie
peña en perseguir á una persona, parece que me ampare, y hoy, al ver á mi hija
que no se sacia nunca, en una de tantas enferma y sin medio ninguno para aten-
revoluciones políticas, fué herido grave- derla; después de dos días en que solo ha
mente en el pecho, el esposo de María, comido pan, me he decidido á llevar al
que por £u valor ascendió á capitán. Monte de piedad, el único objeto que con-
servaba, como un recuerdo sagrado. Ese
La amante esposa, tuvo que consagrar vaso de plata se hizo con el cubierto de mi
entonces todos los momentos del día, á madre, y era el primer vaso en que mi
repartir sus cuidados entre su esposo en-
hija bebió, y que usaba siempre.
fermo y su hija, y, naturalmente, no pu- Al llegar á este punto de su triste re-
diendo atender á sus lecciones las tuvo lación, lloraba amargamente, y yo tenía
que ir dejando poco á poco. que hacer esfuerzos para que las lagri-
La enfermedad de su marido se alarga- mas no se me escapasen, influido por la
ba; María no quiso que fuese conducido falsa idea de que el llanto en los ojos del
á la sala de oficiales del Hospital Militar; hombre es ridículo. ¡Ccmo si los hombres
y como la exigua paga de capitán, no no debiéramos tener corazón!
daba para cubrir los gastos que la enfer- —Descuide Vd. señora— le dije — yo no
medad ocasionaba, vino, como es consi- tengo fortuna para poder sacarla de esta
guiente, la usura y el empeño. situación, pero conozco personas que pue-
El marido, murió al cabo á consecuen- den hacerlo, y yo me encargo de conse-
cia de sus heridas, recibidas en el campo guirlo. Por lo pronto la suplico á Vd. que
de batalla y en el cumplimiento de su acepte esta pequeña cantidad para desem-
deber. Su entierro fué una verdadera ma- peñar el vaso de plata, y pora las medicinas
nifestación de simpatía y de respeto,— que su hija necesita.
pero. . á los pocos días la esposa de aquel
. Poco días después, por influencia de una
héroe, era arrojada de su casa, ppr el pro- alta dama, que no se cansa en dedicar
pietario á quien se adeudaban seis
meses de los muebles
alquiler, y
se los llevaba por ladécima parte
de su valor el compasivo usurero,
que había hecho la obra de caridad
de socorrerlos en su desgracia.
Merced á algunos antiguos ami-
gos de su marido, vivió en una
casa de huéspedes con su hija, en
tanto que se entablaba su petición
de viudedad; pero se había ca?ado
siendo su marido subalterno, y la
ley no se la concedía.
"Se dirigió al Congreso solicitan-
do una pensión extraordinaria, pero
los padres de la patria, que en aque-
lla sesión concedieron una pensión
de cinco mil pesetas á la viuda de
un hombre político, que había con-
tribuido á la desgracia de su país,
por sus desaciertos y mala admi-
nistración, negaban una modesta
orfandad á la viuda y á la hija, de
una víctima del honor de su ban-
dera, que había muerto heroica-
mente, defendiendo por disciplina,
la política inmoral de aquel á quien
el Congreso premiaba.
}3icn es verdad, que María era
honrada y no tenía protección, y
la viuda del exministro, sabía conquistarse sus rentas á obras de caridad, María teñí
protectores. trabajo, se encontraba instalada en una af
Desde entonces la miseria se cernió habitación alegre y sana, y la niña, con-
sobre Maria y su hija. valeciente, jugaba, sonriendo, en la cami-
Poco á poco los amigos de su marido, ta. con su vaso de plata.
se fueron cansando y dejaron de verla. X.WIER SANTERO-
ALBUM REV ISTA «LA iMUJER»

EL CRUCERO RIO DE LA PLATA


su LLEGADA Á BUENOS AIRES

El lunes por la tarde entró en el puerto de Buenos Aires,


el crucero '*Rio de la Plata".
La
gallarda nave representa el esfuerzo de las colonias
españolas en las Repúblicas Argenti.ia y Oriental que han
dotado á su patria de un nuevo barco de guerra, con todos
los adelantos modernos.
La bandera roja y gualda al mover sus pliegues, pa-
recía enviar sus cariñosos saludos á aquella multitud api-
ñada en los diques, que contemplaba conmovida la obra
realizada como prueba de su patriotismo.
Los cañonazos de saludo al pabellón argentino, mezclán-
dose con las notas de la marcha real, conque los barcos de
guerra nacionales devolvían el saludo, hizo que el entu-
siasmo tuera delirante.
Dos naciones hermanas se confundían en un abrazo.
Sería un olvido injusto dejar de consignar que muchos
argentinos y orientales han contribuido para la construc-
ción del barco, como prueba de su cariño á la madre
patria, hoy tan necesitada de consuelo.
Conforta el espíritu, en los días de tristeza porque Es-
paña pasa, el amor que hacia ella conservan sus hijos
aun en lejanas tierras.
í^La redacción de L.\ Mujer envía sus salu-
dos respetuosos al honrado pabellón de la
madre y una cariñosa bienvenida á
patria,
los marinos españoles, cuya divisa ha sido y
será siempre: cuando no se puede vencer, se
debe saber morir.
Toda prensa de la R epública ha signifi-
la
cado el placer esperimentado por la llegada
deWRío de la Plata» en términos que no
podrán olvidar jamás los marinos de la nave
española.
Entresacamos un párrafo del saludo de nues-
tro estimado colega «La Prensa», que dice así:
«La visita del *Río de la Plata» á nuestras
aguas contribuirá á estrechar mas y mas
nuestros vínculos con la nación española,
que se han mantenido y se conservan sobre
una base de íeliz intimidad.
Damos nuestra cordial bienvenida á los je-
fes, oficiales y marinos que tripulan el cru-
cero, y á la colectividad española un saludo
cariñoso en este día. que tendrá ocasión de
admirar su patriótica obra.»
Por falta de espacio no damos cuenta de
lo dicho por nuestros apreciables colegas
«La Nación», «El Diario», «El Tiempo» etc., etc.
AMOR
.

ALBUM-REVISTA «LA MUJER»

Conozco yo una familia y á quien mis naval 3' de al:í que, llegado el caso, la co-
lectores deben conocer también, la que, cina marcha no «como bajel sin timón en
desde el mas chico al mas grande, desde aguas procelosas» sino como bola sin ma-
el papá hasta la primogé-
maiiifi, dt-sde el nija, mostaza 3' echa las
fiace cald'is con
nito hasta el último vastago, desde la co- plumas en los guisos en vez de los pollos.
cina hasta la sala, desde el perro al gato, Todo se vuelve preguntar á la mayor de
desde el oro á la cotorra, se ponen en es- las niñas, que es su predilecta por S'ír la
tado de ehiillición revolucionante cuando mas séria:
van llegando las soñadas carnestolendas. —Por supuesto que la patrona me dejará
Y no lo pueden remediar porque está en ir al baile? — cuya pregunta envuelve un
la masa de la sangre. mundo de ilusiones.
- ¿Y va á ir sola?— la pregunta la me-
nor haciendo hipos de admiración fingida.
La mulata se ruboriza ó cosa asi, como
decía Eguilaz; pero, sobreponiéndose á las-
traidoras tentaciones que la cosquillean,
responde con su voz de gallo acatarrado:.
—Yo puedo ir so a. niña, pues ya sabrán
los mozos con quién se meten.
Para añadir, con una ingenuidad casi
sublime:
—A mí siempre me han respetado.
—¿Y de qué piensa disfrazarse?. Por- . .

que es de suponerse que vaya disfrazada?


—Sí, pues— dice la mulata y haciendo re-
milgues que pare-
cen gestos de
orangután, añade:
Cuando aparecen los primeros almana-
— Si la niña qui-
ques del año por venir, la mamá los re- siera aconsejar-
visa con ansia, rodeada de su prole, no me. .

menos ansiosa, para tener conocimiento Un carnaval no


de los días en que caefi las fiestas de la lejano, no lo to-
5'

locura pagana. Si la fecha es á principios men á broma, la


de Febrero baten palmas y triscan gritando; disfrazaron de án-
—¡Ya se acerca! ¡Ya se acerca!. (el mo- . .
gel! Me parece
mento dichoso). estarla viendo en-
Cuando es á fines, como ahora, se eno- vuelta en gasas y
tules; parecía un
jan y protestan:
iris; sueltas la.s
—¡Qué lejos! ¡Qué lejos!
sobre a-
Y por acaso, como suele acontecer,
si,
greñas
caen en Marzo, se enfurecen de tal manera quellas espaldas
que llegan hasta el apóstrofe... contra el rugosas \ aquel
auto) del calendario. seño (si a'sí podía
Pero... caen al fin y aquel hogar se llamarse por an-
convierte en una barabúnda. El papá des- tonomasia mas )

que rugoso, amo-


cuida sus negocios. La mamá deja que la
casa ande conio bajel sin timón en proce- iamado^ mas que
losas aguas... Las niñas no piensan sino
"amojamado: aper-
gaminado. Todo
en los trajes que se han de poner y en las
conquistas futuras. Los chiquilines piden
envuelto en
ello
plata para CGmpvíw agiiacendos, geringui- v^^"''" sendos lametazos-
tas y pomos perfumados los que, en los días de :ilbayalde v parchazos de rojo subido.
felices, Se entretienen en chuparlos como Llevaba" sobre las greñas de su furiosa
si lueran alfeñiques. cabeza una coronila de azahar hecha de
La tal familia tiene de cocinera una mu- papel. Unas alas de talco dorado cayendo
lata vieja, solterona, alta como álamo cre- sobre sus enflaquecidos lomos; zapattto
cido, flaca como los perros que curaba el escotado, medias caladas y guantes blan-
itimortal Grajera, fea como dos sustos; cos de vigilante. .Se había gastado los
.

pero eso no obsta para que aiin posea ahorros del año. IVro ¡qué interesante es-
ilusiones amatorias y para que deje de taba! Seguro de que si al portero del pa-
creer en la factibilidad de hallar aunque raíso se le aparecía, la dejaba entrar sia
más no sea que un solo novio carnavalesco más averiguaciones.
que la busque con buen fin queriendo Ya pueden imaginarse los titeos que se
cargar con su saco de huesos. armarían y cómo^volvería del baile.
He ahí la mas furiosa diletante del car- Pero, sig^amos con la familia.
I

ALBUM REVISTA «LA MUJER»


-

Antes, mucho antes de que llegara la petón un baldazo de agua y el cotorreo


hora fataláQ coger catarros, las niñas, en de improperios se pronuncia por parte de
trajes aparentes, hacían sus saliditas á las la mulata y la Q.\v\\\\Vá:.~¡ Gringo sarnoso!
ventanas por entre cuyas persianas aso- ¡Bachicha traste embreado! etc., etc.
maban un ojo para ver si distinguían al-
gún conocido entre los transeúntes. Por
supuesto que la mamá iba tras éllas ar-
mada de una docenita de pomos, y tras la
mamá la mulata con jarros y palanganas
llenas de agua.
Los conocidos llovían. Sabían que allí
. .

se jugaba y entre pomo viene y agiia-


cendo va, y:— ¡Jesús, qué chorro!... ¡Me ha
puesto á la miseria!.. — las niñas, la mamá,
la mulata, los chiquilines y aun el papá,
\ que acudía á echarles una manita queda-
ban com3 esponja empapada. Pues no di-
gamos nada de los muebles de la sala que,
inadvertidamente, se habían olvidado de
retirar... Pero, en cambio, ¡cuánto se ha-
bían divertido!. .A mudarse y á concluir
.

los preparativos para el corso. Trapos á


un lado, añadidos aquí, guantes, panta-
llas y las inolvidables cajitas de pomos. Ese
día no se come. ¿Quién piensa en darle
lastre al estómago aunque gima de ham- La familia sa^e ó la hacen salir del cor-
bre?... Ya está todo preparado; pero el ca- so cuando ya han apagado las ilumina-
rruajeaún no llega. La emperiíollada ciones. Llegan á su casa empapados más
mamá, que parece un papagallo plumado, de agu'i que de sudor; trasijados, boste-
se deshace en improperios contra el co- zando; los chiquilines dormidos, la señora
chero... ¡Van á llegar de los últimos! Y y las niñas lacias y el marido pensando,
eso que el reloj marca las tres p. m. y que entre suspiro y suspiro en que la plata se
hace un ca'or capaz de rajar un tirante gana despacio y se marcha muy de pri-
de fierro. Pero, aunque caigan rayos, es sa... Pero se toma un poco de descanso,
necesario ir pronto. Llega el vehículo se alivia el estómago con alguna cosa y
adornado de jaramag:)s, cintas y el clá- pocos momentos después, desde la mulata
sico cubre-todo imitación crochet, y los cocinera hasta don Juan... ¡tntti in mas-
chiquilines, mas nerviosos que los demás, c Itera!
atropellan á los demás para ser los primeros Y así, así. hasta que las carnestolendas
en colocarse. Las niñas protestan por las concluyen con el entierro.
arrugas de sus trajes. La mamá sube ma-
gestuosamente y el papá se trepa plegando Ha llegado al conocimiento de esa fa-

sus labios una sonrisa de satisfacción. milia que próximo carnaval estará ex-
el

¡Ah, ya van al corso! Allá va don Juan pléndido y andan radiantes de gozo como
Papanatas con toda su sacra familia á for- si en ella se personificáran las tradicio-
j

mar parte de la procesión, mientras la nales fiestas momisticas.


mulata cocinera y la chinita mucama to- Muchos
corsos, muchos!...
man lugar de las niñas en las ventanas
el
Si ustedes van á ellos estoy seguro de
que en todos encontrarán á don Juan Pa-
y esprimen sobre los descuidados tran-
panatas y familia.
j
seuntes las heces de los pomos... El al-
^ macenero, que las acecha, les suelta de zo- RAFAEL BARREDA.
ALBUM -REVISTA <cLA MUJER»

Señor Director de La Mujer. cada en la literatura periodística, y así es


en efecto.
Confieso que he sido de los que no Dada la insustancialidad que domina al
aprobaban su continuada campaña contra mundo entero, los periódicos en general
Caras y Caretas, es más, la consideraba han tenido que renunciar, para poder vi-
contraproducente, y hasta llevándola sus- vir, al artículo de fondo, bien
didáctico
picacia mííS allá de lo justo, creía entre- escrito y mejor pensado, en los que se
ver á través de su crítica, algo de emu- desarrollaba, con altura de miras, un tema
lación ó de despecho. ya científico, ya filósofo, ya político ya
Pero conforme se han ido produciendo social.
los hechos, he acabado por ponerme abier- ¿Quién lée hoy un artículo que tenga
tamente de su lado. más de una columna de extensión? Ño.
Ks verdad, ¿por qué se ha de dar carta La noticia breve es la que domina y sobre
de naturaleza en el terreno literario y todo el interview, el reportaje y la infor-
artístico, á lo:, que no tienen nada de ar- mación.
tistas ni literatos? El mejor periódico, no es el que está
¿Por qué se ha de permitir y tolerar escrito con más cultura de forma y pro-
con un silencio culpable, que degraden el piedad de fondo, sino el que más noticias-
buen gusto unos cuantos mercenarios que dé, aunque estas vayan escritas en una
ostentan el título de literatos y artistas, algarabía incomprensible y no interesen
porque no sirven para n aldita de Dios la á nadie.
cosa, é invaden los periódicos, porque no Por el interview y por el reportaje
hay una aduana que los decomise como se tratan los más altos problemas
hoy
artículo de contrabando? de la política, los más concienzudos tra-
Para el ejercicio de toda profesión se bajos científicos, como se describen minu-
necesita un título, una prueba que acre- ciosamente los más repugnantes críir.enes.
dite la aptitud y la legitimidad del origen. Lo mismo se tiene una interview con
Para ser escritor, es decir, para ejercer el Papa que con el asesino vulgar de una
de escritor, basta con decir lo soy y na- china en Palermo. La miisma importancia
die se pone á averiguar si es ó no cierto. se conrede á Edisson que á Chímez. La
La audacia propia y la indiferencia ó cuestión es satisfacer la curiosidad pú-
ignorancia de los demás, completan el blica y obtener fama de noticiero.
resto. Para este trabajo, en verdad, que no es
Pen» ya que no haya tribunales que muy necesaria la literatura; buenos pies,
persigan á los intrusos del arte y de la mucha actividad y sobra de sudacia, son
literatura, no se nos vede ni se nos cen- los elementos necesarios.
sure el que procuremos ponerlos en el Admitamos, con cierta pena, el género
sitio que les correspende. dominante y toleremos la notoriedad que
Entre un ingeniero y un albañil, entre se concede á personas que debieran me-
un médico y un curandero, existe un abis- jor estar en la sombra y en el olvido.
mo; entre un literato y un emborronador Concedamos á los periódicos destinados
de papel, debe existir también y no es al público en general, que den cabida en
justo se confundan; que, afortunadamente, sus columnas á trabajos que se adapten á
todavía hay clases. todos los gustos; pero lo que puede ser
La evolución que la literatura periodís- lícito á estos, no lo puede ser á los que
tica ha sufrido en estos últimos tiempos, pretenden servir más altas respiraciones-
ha favorecido el ingreso á la misma de del espíritu.
esos pseudoliteratos, sin base de educa- Un periódico C|ue ostente el calificativo
ción literaria y que al ver reproducidos de artístico y literario, debe ser una publi-
sus renírlones por la máquina de impri- cación élite, que se dirijo á inteligencias
mir y leídas sus insulseces sin protesta, más elevadas, que gustan de saborear pre-
ya se juzgan escritores tan concienzudos cisamente, lo que se les ofrece: arte y lite-
como un Oyuela ó un Pérez Galdós. ratura, y bien lejos están de uno y de
Pero, distingamos; por más que vuele y otra, las instantáneas en que se reprodu-
tenga alas, jamás un moscardón será un cen sucesos y hechos de por sí repugnan-
páiaro. tes y repulsivos.
Decíamos que la culpable de esta inva- La información elegante, culta, puede
sión de nulidades, era la evolución verifi- llenar un puesto en esas publicaciones;
ALBUM -REVISTA «LA MUJER»

pero retratar lo abyecto, lo vulgar, lo in- mer caso de la {soi disant) fiebre bubó-
mundo, es lo mismo que servir en un ban- nica en el Rosario.
quete, el rancho de un hospicio. Pasemos porque se considere como de
Cuando he visto reproducidos en los se- buen gusto, el retrato de un infeliz ajus-
manarios ilustrados que se califican de ticiado, en el momento de recibir el tiro
artísticos y literarios, las escenas de aflic- de gracia.
ción y de dolor que en los pasados días Pero, convertir en espectáculo, en nego-
han tenido lugar, no he podido reprimir cio, y en exhibición, á los desgraciados
mi cólera y mi indignación. enfermos que acudían á recibir los soco-
rros de la ciencia en momentos de supre-
Como ¿es posible que cuando en el local ma angustia. Sacar cuadros plásticos de
de la Asistencia Pública se desarrollaba las operaciones que el personal de la Asis-
la terrible trajedia que ha sembrado el tencia Pública, practicaba ejerciendo el
dolor y el espanto en todo Buenos Aires, más sagrado y el más elevado de los
hubiera quien siguiera Iriamente las faces ministerios, algo tan irrespetuoso, tan
es
del dolor y del sufrimiento, con el objetivo inhumano y tan vituperable, que no nos
de una máquina fotográfica, pensando en atrevemos á darle crédito.
invertir en provecho de su mercantilismo, Tiene usted razón, señor Director, vale
los dolores y las lágrimas? más vender unos números menos, vale más
Es concebible que sean ciertas algunas perder un poco de popu'aridad, que trans-
instantáneas publicadas, en la que aparece íormar en objetos de lucro y explotación,
que los empleados en la Asistencia Pú- losgrandes crímenes y las grandes cala-
blica, se preparan teatralmente para hacer midades públicas.
una inyección á un moribundo? Siga usted en La Mujer la actitud culta
No, no puede ser verdad. Norabuena, que viene observando, y prescinda de esas
que se reproduzcan como datos dignos de informaciones efectistas. Esos éxitos du
pasar á la historia, las casas en donde más ran lo que las luminarias; pero las buenas
ratas se han matado, y el colchón del pri- causas acaban por triunfar.
Juan Claridades.

Una situación comprometida


ALBUM-REVISTA *LA MUJER>
A LA MINUTA
El señor Intendente municipal que dis- Sigamos, que, esto vale un mundo: «Con-
frutamos, es tardio, pero seguro. servar el mas perfecto aseo en la piel y de
¿Ustedes creerán que los días en que las ropas interiores, pues con ello se ga-
mas apretó el calor se marchó al Tigre rante siempre las í\xnQ.{onQSÓ.Q sudor ación.
"hu3^endo de los accidentes (como él llama Este párrafo puede pasar por modelo
-á las desgracias) que tantas víctimas cau- del mal decir, porque peor no hay quien
saron en la Capital? Pues no, señores, se lo diga. La preposición de permanece en
marchó para escribir un documento diri- el texto por respeto á la autoridad, pero
gido al vecindario, que, sin duda ha de si usted dimite, señor Intendente, verá
.pasar (el documento) á la posteridad^ por como enseguida se escapa de ahí.
las lindezas de estilo que contiene y por- Todavía es peor que no sepa usted con-
que además ha sido publicado muy opor- jugar el /erbo garantizar y no es esto sólo
tunamente: á los cinco días de haber deja- sino que además la sintáxis obliga á que el
ndo de mortificarnos el calor. verbo concuerde con el nombre en núme-
El cartel que ha aparecido pegado en las ro, y en este párrafo el verbo garante (en
esquinas se titula: «Instrucciones sanitarias el caso que se dijera así) está en singular
para precaverse de los accidentes que pro- y el nombre funciones está en plural.
ducen las altas temperaturas reinantes.» No me explico, magnánimo señor, cómo
Veamos las instrucciones que da el pater- ignora usted estas cosas que todo el mundo
nal intendente á sus convecinos: aprende en los primeros años de su vida.
«Conseguir el refrescamiento frecuente La palabra sudoración me recuerda á
del organismo con baños y ablusiones un gitano que alardeaba de muy instruido,
(con s) frías en la cabeza y extremidades.» y en una ocasión le preguntaron, que, có-
Señor Intendente, ¿escribe usted siempre mo se pronunciaba la palabra procura-
asi? ¿ó es que en esta ocasión se ha esme- dor y él al punto contestó: -De tres mane-
rado? Me gusta mucho la palabreja refres- ras lo sé decir, precurador, percurador y
camiento. Ha debido usted descubrirla, no porcurador.-- Eso le sucede también á Vd.
con la cabeza, sino con las extremidades. Antes á\]0 sudoríparas, ahora sudoración
Sigamos leyendo: «XP Usartrages holga- y cuando publique otra cosa Dios sabe lo
dos que no ejerzan constricciones^ livia- que será usted capaz de sudorifear.
nos y que favorezcan las funciones sudo- La instrucción 10 es muy curiosa: «Evi-
ríparas de la piel.» tar el hacinamiento de las habitaciones,
^Estas líneas han debido costarle muchos no sólo en las personas sino también co}i
•sudores, porque para cometer tantos deli- los objetos y ropas que ocupan grandes
tos gramaticales, en tan pocas palabras espacios y disminuyen la cubicación.»
se debe sudar tinta por poco sudoríparo ^ Después de esto el diluvio. Haci)iar ha-
-

•que sea uno. bitaciones en las personas en vez de ha-


Apuesto mi sueldo de este mes á que el cinar personas en las habitaciones no se
señor intendente no sabe lo que significa le ocurre más que, al que asó la mante-
la palabra liviano, porque si lo supiera, no ca y al que es Intendente debido á la....
cometería la liviandad de escribirla lan casualidad.
inoportunamente. Trixchaxte.
ALBUM-REVISTA «LA MUJER.

Existe la creencia de que Como que hubo, en aquella


si la temperatura no cambia mañanita de brusco cambio ata-
^i^tan de repente, á esta fecha cados de catarro invernal.
irríigg
vería convertida la gran ¿Y qué me dicen ustedes de
Capital del Sitd en un ho- la terapéutica?
rrendo cementerio. ¡Oh, la terapéutica! . .

Pues se equivocan de rr.e- De todos los sistemas elque _


dio á medio los que tal pien- se ha llevadj palma, ha sido el del
la
san, porque lo que nos ha li- médico inmortal del no menos inmor-
brado de seguir avante con los coiips de tal Lesage; pero á la inversa, como de-
chaleur^ ha sido ese cúmulo de multi- cía el payo; esto, es por la parte exte-
plicadas medidas que, por vía de pasa- rior.
tiempo ó á la manera de hacer algo, to- Venga agua! Déle agua!— y algunos cre-
maron nuestras admirables autoridades, y, yeron que ya estábamos en carnaval... á
con especia idad, eso que le llaman Asis- la antigua.
tencia Pública.
Y sino que lo digan las que las em- Y
después inyecciones de... cualquier
presas tomaron con los empleados de que cosa. Y" después... á curarse ó al montón
disponen. de la Chacarita, que el remedio era in-
Hay algunas curiosísimas. Como, por falible.
ejemplo, la de la Destilería del señor Jo- En cuanto á las medidas de preservación
selín Huergo, donde se prohibió en abso- han habido muchas las propuestas; pero la
luto «beber licores ó líquidos alcoholiza- mas resaltante ha sido la de convertir
dos», cuando, justamente, son líquidos al- á este pueblo eminentemente carnívoro
coholizados y licores los que se fabrican en herbívoro^ como los monos de Dar-
en esa Destilería. Ergo... (que los beban win.
otros). - -No comáis carne! Se prohibe co-
Por su parte Poder Ejecutivo,
el mer carne!
no en consideración de los que lo —Y qué hacemos de la carne?
forman y de la larga lista de sus —Pues haced con ella lo que Huer-
agregados, si no por la clientela que go con su alcohol, que la coman...
va diariamente á palacio y que po- otros.
dría ser ataca'3a de chaleur en las Y como á río revuelto ganancia de
horas ordinarias, dispuso cambiar las pescadores, cátate que los puesteros
horas de despacho. de verduras abrieror. tamaño ojo
Oh, previsión humanitaria! subiendo de una manera bárbara su mer-
Y de dónde ha sacado el Poder Ejecu- cancía.
tivo eso de cambiar?. . No hay mal que por bien no venga.
De Norte América, cuando en el 93 fue- Como que la enfer medad asfixiante vino
ron golpeados lo mismo que nosotros para bien.
(ellos— los que murieron) en el 900. Es una Hay quién lo dude? Será porque no lo
moda yanki que nos ha traído de allá el ha observ¿ido.
flamante ministro, doctor García Merou. Vamos á ver:— ¿Qué enfermedad predo-
Y como la tal medida les pareció cómo- minaba antes de la asfixiante?
da tras el Poder Ejecutivo siguieron los —¡La bubónica!
señores jueces (en feria). Pues. ¿hemos necesitado de mas reme-
. .

Sin embargo, la Córte Suprema no lo dio para ahuyentarla ó asfixiarla?


creyó oportuno y así lo declaró llamando Quién se ocupa ya de esa... boherla?
con justicia la atención de que entre tan- Por otra parte, cuenta uno de los lite-
tos locos hubiera alguien cuerdo. ratos protegidos por El País, que el conp
— Egoistones los señores que la forman, de chalenr ha hecho un gran bien lleván-
— nos dijo un orden mza de la ex-casa del dose á los alcoholizados, á los débiles y
Banco Hipotecario Provincial,— como ellos á los oifer mizos del corazóji.
tienen aquí baños, ventiladores Como si dijéramos: miel so-
y todo cuanto ha inventado el bre hojuelas; ó, mejor dicho,
conrme il faut, á los clientes que losque habemos que-
que los parta un rayo. solar.
. . dado somos los templados,
Acabáramos! los fuertes y sanos del mús-
Pero resulta que al día si- culo izquierdo. .

guiente de la tal medida cam- ¡Alabado sea Dios!


bia la temperatura. CUASI-MODO.
-

ALBUM REVISTA
- «LA MUJER»

Palomas mensajeras Niñas Japonesas Por fin solos

OTROS l^UEVOS CASOS


La distinguida señora Rebol de Mil- El inspector jefe de la sección 11 de
berg^ Avenida Montes de Oca 1157— impuestos internos del Rosario, domici-
Buenos Aires, Febrero 9 de 1900.— Deses- liado San Juan 764.— Rosario, Febrero 9
perada por dolencias de estómago que de 1900.— Muy complacido hago constar el
me proporcionaban los mas crueles sufri- maravilloso resultado que he obtenido con
mientos, tomé el DIGESTIVO mojarrieta y tomar el digestivo mojarrieta; el cual me
he quedado por com.pleto sana. Padecia ha sanado la dispepsia flatulenta y dila-
fuertes dolores al estómago y al vien- tación de estómago, que venía padeciendo
tre, náuseas, diarreas y malestar general desde hace mucho tiempo y en que los
que me privaba de alimentarme. Todos los otros remedios fueron ineficaces.—
cuales sufrimientos fuéronse mejorando Ribero.
desde los primeros tubos del digestivo la Aduana de Bahia Blaiica
MOJARRIETA, liasta terminar por curarse
El Adm. de
radicalmente. Habiendo pasado un año
— Bahia Blanca, Febrero 7 de 1900. —
Can-
sado por mi larga enfermedad del estó-
desde que terminé de tomar el digestivo
MOJARRIETA, durante cuyo año he podido
mago y la ineficacia de los diversos tra-
tamientos á que en mi desesperación me
usar cualquier alimento sin resentirse mis
sometí, llegué
digestiones, en bien de la humanidad soy HASTA EL VIERNES
á tomar el di-
entusiasta propagandista del incomparable
gestivo MOJA-
DIGESTIVO MOJARRIETA por tener la convic-
RRIETA, y once
ción de que es el único verdadero reme-
tubos de éste,
dio superior para el estómago. -Crtj'^-
-

bastaron para
tana Rebol de Milberg.
curar radical-
El canónigo del Paraná, domiciliado mente mi cró-
Monte Caseros i76.— Paraná, Enero 28 de nica dispepsia.
l'^OO. He tomado el digestivo mojarrieta
Este brillan-
y por bien de los enfermos del estómago te resul tado
hago constar que reconozco su superiori- me demuestra
dad sobre los demás específicos indicados
para el estómago.—
que el mejor
Yani.
y mas eficaz
El Presidente de la Suprema Cámara específico pa-
de Apelacio)¡es de Santa 7^?.— Santa Fé, ra las dolen-
Febrero 8 de 1000. Con satisfacción mani- cias del estó-
fiesto el excelente resultado que he obte- mago es el DI-
nido con las obleas mojarrieta en mi cró- GESTIVO MOJA-
nica enfermedad del estómago. El diges- RRIETA, y lo re-
tivo mojarrieta ha sido el único remedio comiendo con
bastante poderoso para regularizar por entusiasmo ;i
completo mi estómago, lo cual me autori- todos los en-
za para recomendarlo á todos los enfer- BUENAS NOCHES
lermos.--/. J/o-
mos de dicho órgano como el único ver- ra)idio Calan.
dadero remedio coniplctamente eficaz.
F. Garda Alberdi.
ALBUiM - REVISTA * LA MUJER »

darle la satisfación de publicar eso en La Mujer; pe-


ro en cambio me permitiré darle un consejo. Si usted
quiere que la diosa que invoca no se le aleie del todo
deje de escribir en Terso ó cuando lo haga mídalos si-
qtiiera con un mondadientes.
Sr. N. Machuca —
Debería usted cambiar la u de su
apellido por otra a y llamarse Machaca. ¿No ha com-
Sr. Etisebio B. Lopes — Tres son las composiciones prendido usted, desgraciado, que el que calla otorga?
que Vd.me manda: Testamento abierto, Expósitos y Pues desde que he callado es señal de que ninguna de
La Orfandad y me dice usted: «Puede que de tantas sus lucubraciones pueden ver la luz en «La Mujer» Va-
acierte alg'una». Pues ni por esas, señor López; ni por mos, ¿y ahora dejará usted de machacar?
esas. Usted no tiene malas ideas; pero carect* de pa-
ciencia para versificar como se debe. Sin embargo, Sr. C. H. D. — Sus versos titulados Limosna de amor
siga usted escribiendo y puede ser que alguna vez no están del todo mal; pero encuentro algunos largos y
acierte si no pierde antes la afición. otros cojos, como diría Pellicer. Además, ellos se cir-
cunscriben á que su novia halle digna su boca de la su-
A Carlos — Recibo su petición y adjunta La Felici- ya y esas cosas nada le importan al respetable público.
dad, á que usted se permite llamar poesía. No pue^^Q Asi es que por esta vez perdone.

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