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LA MUJER BELLAS ARTES

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180

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AVENIDA DE MAYO 1061 - Buenos Aires

LA MUJEIR —Y DOIVI QUIJOTE


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CAPITAL INTERIOR
Trimestre $ 2.50 Trimestre $ 3.-
Semestre > 6.-
Semestre « 5.— IL-
Año >
Año 9.— Número suelto . . , .
» 0.25
Número suelto » O.'.O Número atrasado , .
. 0.40
Año II BUENOS AIRES, Febrero 2 de 1900. Núm

que la que ataca al comercio


que desde el noventa es crónica.
ALBUM REVISTA «LA MUJER*
-

PÁGINA POLÍTICA MA¡T,UFIERA


PELA-GRINGOS

Si gobernase el País
cual gobierna su diario,
puede volverse á París
por que aquí no es necesario.

DOCTOR RAFAEL IGARZABAL (Caricatura en verso)

En los setenta años cumplidos —Este orador que os habla sabe... sabe
Con que ya cuenta don Rafael Lo que tiene... entre manos.
Aun no ha dejado bien definidos ¡Cómo cambian los tiempos y las rosas!
Los rasgos cómicos Riin ruñes maldicientes
De su papel. Llegaron á envolver antecedentes
Fué diputado y es senador, De su hasta entonces bien sentado
Cursó en las aulas; más no es doctor nombre
Cuando en San Juan, provincia.
Aunque lo nombren con ese título, Se asesinara á U7t hombre.
Que él agradece Esas murmuraciones,
Pues lo merece. Y en sério 3-0 lo digo,
En su conciencia,
Las lanzó sii enemigo,
Por su sapiencia, Fueron solo invenciones
Que es innegable, Que forjara el deseo
En la \iablc
De verle hundirse en mar de maldiciones.
Inti igui 11 a- político- local.
Que por ello le llama el general, No las creí jamás y... no las creo!
No si con buen fin
sé :
Hoy se encuentra encumbrado
—El comodín. A lider del partido nacional
En los tiempos de bárbaras naciones Gracias al general;
Hizo, allá en el Congreso, oposiciones. Pero, bien observado,
Por su fecunda labia. Según dice la gente.
Su fogoso decir y su malicia Se ve muy claramente
Obuivo. con justicia, Que aunque preside el pan
Y con constancia rara, Con acendrado afán
Que el vulgo le llamara: Es solo una veleta dirigente.
—Orador casca-rabia. Y en vez de /ider, que tan mal le sienta
Y hoy que finita el siglo de las luces, Al qu"" viene, al que va
Sus frases son melosas, Al que se ostenta
Sus argumentos llanos. Según sople la brisa ó la tormenta
Su aspecto bondadoso aunque grave A ustedes le presento
Y palabra sonriendo
al pedir la Como fué, como es, como será.
Parece que dijera ó va diciendo I.E.\F.-\R.
MU
ALBUM REVISTA «LA MUJER.
-

PASCUAL DE LACUEVA Por suponerse debe que antes de venir mandó


comprar en el pueblo vecino cuantos pertrechos, pil-
chas, zarandajas y sonajas necesitaban para hacerlo
de una manera presentable, que no era cosa de ve-
nirse de chiripá y alpargatas.
Tusados y rasqueteados llegaron á la estación del
ferrocarril y embaulados en un coche llegaron á la
metrópoli, donde, desde el primer momento se queda
ron con tamaña boca abierta al ver las maravillosas
transformaciones operadas en la gran capital de su
patria.
Y andaban como bola sin manija, aturdidos, asom-
brados, estupefactos ante el cúmulo de vidrieras de
las calles centrales, ante esos palacios más altos que
todos los árboles de sus pagos, ante los tramvías, las
plazas, los paseos y, sobre todo, ante la avenida de
Mayo.
—Pero., pero..— decía Pascual, cada vez más con-
fundido; y parándose delante de un vigilante le pre-
guntó:
— Diga, amigo, y perdónela confianza: ¿no nos ha-
bremos equivocado?
—¿De qué?
— De ciudad. ¿Es esta Buenos Aires?
— Sí, pues, Buenos Aires, capital federal de la Re-
pública. ¿De dónde viene que no sabe?
— De iifuera, donde sólo me han llegado las men-
tas. Hace veinte años que vine la táliima vez y ya
Buenos Aires no es Buenos Aires. Perdone, amigo.
-No hay de qué y tenga cuidado no le vayan á
hacer el cuento del tío — añadió el vigilante retirándose
á su parada.
—¿El cuento del tío?— repitió el paisano más ad-
mirado que nunca.
Mientras ña Cata, sofocada ante la inmensidad
de gente que atravesaba calles y transitaba veredas,
decíale:
— Pero, en esta ciudad todo el mundo viV-e en la
calle.
No es de aquellos legendarios gauchos de busto — Sí, pues, no vés que las casas se vuelven puras
•envue to en espesas y luengas greñas, negras como tiendas. ¿No tienen hambre, rruchachos? Pues vamos
lia lacia barba, de tez encostrada por la á meternos en alguna fonda y co-
lántemperie, de mirada aviesa ó salvaje, meremos como Dios manda.
•de lábios plegados por sonrisas de pro- Y siguieron unos tras otros mi-
vocador ó soberbio desprecio. — centau- rando Pascual y ña Cata los letre-
ros de las pampas, que vagaban de ros para caer en la buscada f'^nda.
;galpón en pulpería, de estancia en es- Pero como todos los letreros que
itancia, de puesto en puesto, con la encontraba estaban en estrangis
-guitarra en la espalda, el puñal en la daban vueltas v revueltas sin en--
cintura, prontos para armar una paya-
da, festejar á la más linda de las mozas
<ó deshacer el baile peleando al que ra-
yase, sino un crioUazo de faz abierta á
aa franqueza, y que no por ello deja
de saberse de memoria el himno de la
patria, los inmortales versos de Ani-
c^to, el gallo (1), Anastasio, el pollo (2),
Martin Fierro (3) y cuanta décima ó
relación, cielo ó malambo, vidalita ó
¡triste se ha cantado por sus pagos.
Y no concluyen ahí sus habilidades en el arte de
.trovar, que á Pascual de Lacueva le llaman el mentao
por su habilidad en rasguear la guitarra y por sus contrarla hasta que decidieron volver á preguntarle
rimprovisaciones en las fiestas que se solían armar en al vigilante.
las yerras y trasquilas. —Nada más fácil— les contestó éste señalándoles
¿Quién como él para domar un potro y salir parado un Restaurant franguis,—i\.\\í tienen una.
rsi rodara el animal? ¿Quién como él encajarle en las — Pues ya podíamos estar buscando una fonda por
mismitas aspas el lazo ó pialarlo con certero impulso el letrero. Gracias, amigo y perdone tanta molestia.
al toro más chucaro y bravio? Y Pascual, indicando á la familia que lo siguiera,
Allí vivía en su rancho con el mate y el churrasco se entró en el Restaurant fraugais.
y un trago de caña para refrescar el gañote en ve- Pronto se hallaron en un salón inmenso lleno de
o-ano ó calentar el estómago en invierno, al uso de comensales que comían, mozos que corrían de un lado
.nuestra tierra, como él dice, porque á mi no me en- á otro, cientos de luces que oscilaban. Aquello les
itran las zonceras de los gringos. espantó.
— Déjenme de jerins^ar con todas esas comodida — Caramba — murmuró Pascual, — esto es peor que
•des que les dan á los animales para que se entequen hacer el aparte con la hacienda alzada.
o se vuelvan delicados como si fueran gente pueblera. Mas, reponiéndose, agregó:
ÍEn el corral y al aire libre la oveja se cría más sana —Pero ya estamos aquí y hay que hacer pata an
y más gorda cuidando que no coma yerba maldita, y cha. Vamos á ver si hay quien nos despache.
'el que venga atrás que arrée. Y empezó á golpear con las manos, á cuyo inusi-
"Nacido en el campo y encariñado con todo lo que tado ruido todas las vistas se fijaron en la estraña
tío rodeaba no venía á la metrópoli ni aun de uvas á familia.
t)revas sino cuando repicaban gordo en un 25 de Ma- Un mozo, con la servilleta al hombro, acudió.
3'0 ó un 9 de Julio. — Aver— le dijo Pascual— si nos da de comer, pa
Y así fué que después de mucho tiempo, y ya es- gando, se entiende.
'tanciero rico, se le ocurrió, con motivvo de las próxi- —A vostre dispositión, vionsieur et inadame,— con
-mas fiestas carnavalescas, venirse acoirpañado, como testó mozo observándoles é indicándoles con el
el
en broma dice, de la tropilla y de la yegua madrina; gesto que lo siguieran.
•esto es: de su mujer, ña Cata, criolla como él aunque Pascual, su mujer y los siete muchachos siguie-
más refinada, y de sus siete hijos, muchachones espi- ron al mozo por entre aquella doble fila de mesas
ígados. grandotes y fornidos, criados como las ovejas,
(1) Pseudónimo que usaba cl poeta argentino Silario ,ABCASabi.
.'á la intemperie
y con todos los trabajos de una es-
.
(2) Idem Estanislao del Campo.
»aancia criolla. (3) Idem José Hemúndex.

ALBUM-REVISTA «LA MUJER

donde se les señalaba, se cuchicheaba y se reía de Digo si es usted el patrón de esta fonda? — pre-
aqi ellas cataduras. guntó Pascual impaciente.
Pascual, que, como buen criollo de sangre fría, ha- — Ahs no, monsieur.
bía logrado reponerse, comprendió que se burlaban — Pues entonces, dígale al patrón que venga.
de él. El mozo se retiró, volviendo después acompañado

Rían no más, gringos zonzos— murmuraba mi- del dueño.
rándolos de reojo,— que si ustedes fueran por mis pa- —¿Qué deseaba, señor?— le preguntó éste á Pas.-
gos me reiría yo de ustedes. cual.
Por íin tomaron asiento en tina mesa de familia; —Hacerle una pregunta. Diga: ;usted es hijo d«
pero se encontraron perplejos cuando el mozo les pre- esta tierra?
guntó en francés que deseaban comer. — No, señor; soy francés.
Pascual, que no le entendió ni jota, se acordó de
que allí, en la fonda del pueblo cercano á su estancia,
se cervía por la lista.
—Traiga la lista y nos entenderemos mejor le —
dijo al mozo que debió entenderlo, pues, volviendo
en seguida, se la presentó diciendo:
— Voila le carie, vionsieur.
—¡Qué carta ni que naipe me ha dado á guardar!
le contestó Pascual tomando la lista y tratando de
leer lo que en ella se encontraba apuntado.
Pero después de un rato se encojió de hombros,
miró á su mujer, á sus hijos, al mozo, hasta que, alar-
gándosela á aquélla le dijo:
— Mirá vos, á ver si entendés e«?a geriii^onsa. ,

Ña Cata tomó la lista y después de deletrear al-'


gunos renglones se quedó parada, diciendo:
— De esta escritura no me enseñaron en la escuela.
Bueno, mozo— le dijo Pascual, — vea si puede

decirnos lo que hay.
Tres bien, itionsieur—y tomando la lista se puso
á leer: — C'oc//ow de lait sanee tartare.
E interrogó con la vista á madama y á monsieur,
n entras con la vista Pascual interrogaba á ña Cata
\ tsta á sus siete hijos.

Consommés á la tortne? —
preguntó el mozo si
g' icndo en la lectura y siguiendo las mismas interro-
g c ones. —
Grenanille Saint Cande laire? Saucisses
ai X tallarins?
Pascual, ña Cata y los siete hijos miraban al mo-
zi con tamaña boca abierta, queriendo descifrar lo —Pues entonces, vea, cuando yo vaya á la suya
qi e aquello quería decir. hágame servir en ^rinzo; pero aquí estoy en la mía
El mozo, sin darse por entendido, continuó: y debe hacerlo en criollo. Si sus mozos no saben, que
— Vol-an-vent aux petii pois? aprendan que para eso se les paga. Ahora, pre<runte
—Que lo parió, por si acaso— murmuró Pascual. por ahí lo que quiere decir puchero y asado y traiga-
— Qii'est ce que vous díte, monsieur? RAFAEL BARREDA.
— Que si quiero budin? No.
ALBUM -REVISTA «LA MUJER>

COSAS DE CARNAVAL

—No voy al baile Pilar,


Me asaltan terribles dudas, de luto estoy por mi suegro.
ellos se van de bolina —Se podría conciliar,
Y creo que esta esterlina todo, queriendo llevar
esta, es más falsa que Judas, una careta de nc<rro.

Untando de almazairon
la punta de su nariz
piensa más de un infeliz
que causará sensación

Vino á caer Jacobino


y otro vino por su vino
.

ALBUM REVISTA - *LA MUJER»

A LA MINUTA bre es fatalísimo, como le llamaba el difunta


don Antonino — el fatalísimo,— y eso que
don Carlos se la echaba de su amigo. Pai
Como no fueran bastantes los desca-
si
los pavos— decía el difunto antes de serlo
bellados y arbitrarios simplicisimos co- — que amigos como tu los tuvo Cristo y
metidos por el honorable y patriótico Con- lo vendieron.
sejo Deliberante— que no goza de dieta Sin embargo, ya verán ustedes como-
por lo que le doy los calificativos de iib todavía nos hace dar el gran susto del si-
supra,—^Q aparece en la república la fie- glo futuro - no el dilunto sino el vivo -
bre bubónica como se nos apareció y se queriendo ser presidente de la futura. Co-
está desarrollando de una manera lamen- mo que él mismo ha declarado modesta-
table el sistema proteccionista, propia- mente, que no hay más hombre que él en
mente llamado de,
el país. Y por eso se ha hecho dueño de
para ó en beneficio El País, fundado con ese objeto, con los
áe El País. dineros de los industriales que son y se-
Bien vengas mal rán protegidos con detrimento de usce-
si vienes solo y... sál-
des, de mí, del vecino de enfrente, que so-
vese el que pueda mos y seremos los paganos de ese protec-
del Aníbal ad por-
cionismo al parecer patriótico. (La proce-
tas encarnado en un
sión va por dentro.) Sí, pues, la brasa con
Concejo Deliberan- mano agena, aunque nos sobre muñeca.
te por una fiebre bu-
¿Pues no decía el programa de El PaiSy
bónica y un protec- lanzado á todos los vientos y aún inserto
cionismo industrial en todos los cliché del «Estómago Artifi-
mal llamado del país. cial» que publica «La Nación», que ^/ P<^i/s
Tres calamidades no se mezclaría en política? Sí, lo decía;pero
distintas y un Pela-
está visto que no hay que fiar en progra-
gringos verdadero. mas y sobre todo en programas de esa gui-
Porque es induda- sa, formados nada menos que por el futuro.
ble que esa calami-
dad que se llama
En cuantito lo leí y miré la firma le canté-
lo del otro:— Eres turco y no te creo . .

Concejo Deliberante Ahora no aue se mantiene de veranO'


—ya no es ni hono- y como á la siesta con los sueños soporí-
rable ni patriota y sin embargo, no cobra feros de Grousac, las notas rápidas (hasta
dieta, —ha sido y es obra, no del espíritu-
por ahí no mas) del literato Monsalve. los
santo sino del espíritu pelíegrinesco que íolletines económicos (?) de un señor Khon
se va extendiendo como la gota de aceite. que hizo su debute hü.h\3.x\'lo dQ\c\s perium-
¿Habrá quien no crea que la bubónica bras confundidas con las siluetas som-
la ha traido el teniente^ como le llama el
brías y una infinidad de títulos bombásti-
general, sin nombrarlo, en aquella carti- cos y variados para cualquier triquitraque,,
ta de engaña-pichanga? ¿Pues á qué otra
que más parece la hoja de reclamos que
cosa se ha ido tierra adentro el pseudo hizo mi almacenero que la hoja de ua
de la muñeca? ¿A descansar? ¡Mamolais! Se diario que se quiere llamar sério.
dice y aún se asegura que se ha ido á
la histórica provincia de Córdoba á po-
nerse al habla con los gobernadores y de-
más tenientes del P. A. N. á objeto de
.¡segurarse la futura, con permiso del
presente, se entiende, pues aunque el re-
irán reza que á Segura llevan preso,
también hay otro que advierte que hom-
bre prevenido vale por dos, y no sería di-
fícil que le soplaran la dama, pues no por
mucho madrugar, amanece más temprano.

Ya verán usic(i(.s cuando la cosa se


aproxime á donde irá á parar el protec-
cionismo.
¿A dónde? A
protejer al futuro candidato.
Claro: caridad bien entendida debe
la
No ha ido á eso sino á lo otro~í\ man- empezar... por Pela-gringos.
darnos la bubónica y nada nií^s. Si eve hom- MARMITÓN.
ALBUM-REVISTA «LA MUJER

ROMANCE
Cuando deje de existir
Poi-que así lo mande el cielo

Antes, vida de mi vida,


Morir amándote quiero.
Que los pesares del mundo,
Que del mundo los desvelos.
Que mis penas y mis lágrimas
Se acaban con tu recuerdo
Y vivo, porque tu vives
Y sueño porque en tí sueño,
Y sin s^ber lo que hago
Si de tí me encuentro léjo<;,

Un poder á tí me lleva
Con imponderable empeño
Y es que á este mundo nacin o-^

Como puedes comprenderlo,


Cuul ¡a atracción poderosa
Del imán y del acero.

Cuando en la callada noche


Vamos las flores cogiendo
De tu arabesco jardín
A la vida de tu alma,
De mi amor á los reflejos
Con éxtasis sin igual
Vida mía te contemplo,
Y tú,— besando una flor

Que al sentir ese embeleso

Plega sus hojas dichosa


Como si fuera del cielo.
Dejas vagar en tus lábios
Un suspiro y un:— Te quiero!
Y yo recojo la flor
Que se escapa de tus dedos
Y acercándola á mi boca
Le doy uno... dos... ¡mil besos!
Y tu mano entre mis manos
Y tu aliento con mi aliento
Y tus ojos en mis > jos
Fijos, dulces, puros, tiernos,
Y tu cariñoso brazo
Enlazándose á mi cuello,
Y vuelves á suspirar
Me llamas y yo me acerco
Con la atracción poderosa
Del imán y del acero.
R. B.

SONETO
A cuantas dije amor, no me entendieron Y engaño fué cuanto mis ojos vieron.
Cuantas mujeres quise me engañaron; Que ahogue, loco, la existencia mía

^ Por juguete, mi amor, tal vez, tomaron De impura bacanal en los fui ores!
Y conmigo y mi amor se divirtieron! Flores hay que no viven más que un día!
Que mucho, pues, si de mi amor rieron, Yo envidio la existencia de esas flores;
Sin ninguna creencia me dejaron, Ellas tienen un día de ventura,
Si siempre con su burla me engañaron ¡Yo un siglo de tormentos y dolores!
FRANCISCO MARTINEZ.
(Español).
ALBUM- RliVISTA «LA MUJLR

EN MAR DEL PLATA

Don Trifon Zaraballeta


y su hijita Leocadia,
desde la sierra de Córdoba
se fueron á Mar del Plata.
Allí se encontró Trifon
con Don Jaime Garrapata,
con Adela Remolinos,
y Pepito Remolacha.

En los salones del Bristol


se bailó una contradanza,
luego se fueron al baño
y oculto desde una casa
Marcelino Sanguijuela,
hí¿o una hermosa instantánea
de unas lindas señoritas,
que estaban junto á la playa.
Luego puso el objetivo
en una linda muchacha,
que resultó por las señas,
según se vé por la placa,
la hijita de Don Trifon
la preciosa Leocadia.
Nep-tl'xo.

EN lJN EXAMEN DE
HISTORIA
— ¿Quit'n fué Pérez de Oliva?
— Un escritor que á pesar de su
mucha grasa dió muy poco aceite.
—¿Sabe algo de Platón?
—Que como buen filósofo fué
aficionado á comer en plato grande.
— Y ¿ qué cuenta del general
Riego ?

— (.)ue en verano apaciguaba el

polvo haciendo mucho bien ¿i las


calles.
— Basta, aprobado.
A LBL'M- REVISTA «LA MUJER.

MASCARAS Y COMPARSAS
TERCETO DE LAS VIRTUDES TEOLOGALES

Un upo de tres muchachas


g-i

Que en el Carnaval saldrán


Representando las tres,
Según me pude informar,
Las virtudes teologales
Que no están nunca de más;
Y menos si se presentan, De esta comparsa ó lo que pueda ser
Que sí se presentarán, Va á hablaros Pellicer:

De esa guisa, de esa suerte. «Cuando se abra en París la Exnosición


Con tan a.egre disfraz. Todos juntos iremos por allí.
Pues de fijo que llaman la atención
Tocando en el corazón,
Y, ¿cuál se resistirá?
Los talentos que admiran por aquí.»
En actitud suplicante,
Veréis á la Caridad,
La Esperanza, que yo espero
No hará desesperanzar.
En vez de áncora (de escape).
Un anzuelo llevará
Con el que no habrá pescado
Que no se deje pescar,
Con los brazos y una flecha
Que ha robado del carcax
Del niño Amor, una cruz
La tercera formará,
'Imblemando así la Fe
Oculta en un antifáz.
Ya las veréis; son hermosas
Y geniales á cual más,
Que han buscado disfrazarse
De que en el mundo real
lo
Va desapareciendo:
3"a
Fe, Esperanza y Caridad.

También ya se prepara otra comparsa


Que no es de broma ó farsa.
Pues ella representa.
Según por ahí se cuenta,
Lo que después de tanto menosprecio
Ha quedado del mísero Comercio.

Los cocheros que, obligados,


Fueron antes retratados
Por don Adolfo Bulrrí,
Se verán representados
Por el lord mayor guiados, Y aquí dió fin la diversión
Como se muestran aquí. Bailando un gato ó un pericón.
ALBUM REVISTA LA MUJER
- « »

ENRIQUE ES-CARBO
Diputado y IMinistro en su tier ra,
Defensor de Menores, Doctor,
Concejal y Gimnasta }' Torero
y de todo'en el mundo Es-Carbó

DOMINGO MORRON
Fué dos veces diputado,
dos veces Gobernador,
y dos veces Senador
y dos veces PAN-y-aguado.

MANUEL MANTILLA
¡Tu senador! ¿Quién dispuso
tamaño contrasentido,
-cuando eres por tu apellido,
Mantilla, pr ;nda en desuso?

Ti LA
MIGUEL CARNE CARLOS DONCEL
TIBURCIO Í3ENEGAS Decir sería molesto Todo el que es Gobernador
las pichinchas de Carné, aunque haga muy mal papel
Un senador sin espiche si quiere enterarse usté, hace lo que hizo Doncel
y vendedor de Trapiche. pregúntele al... presupuesto V se nombra Senador.
: FRUTERA GENOVESA:']
.

ALBUM REVISTA LA MUJER


- * »

UNA CENA POR SUSCRIPCIÓN


EPISODIO DE ANTAÑO

Máries dej Carnaval y terminaba el tulias altas de puro ahitos. . Un abani-


.

corso. cazo que suena y una carcajada que reper-


Un enjambre de máscaras fémines iba cute... Un trompifai que se arma y vigi-
y venía... Las puertas de los teatros se lantes que acuden.
hallaban agrupadas de parejas. Los pal- De pronto un grupo que se mueve en el
cos y salones del de la Opera rebosaban. patio que va de aquí para allá creciendo
El murmullo enloquecedor crecía. Sona- . .
y arrastrando á las parejas. Son dos más-
ban los alegres compases de la orques- caras extravagantemente vestidos. Uno de
ta... Gritos, carcajadas, piruetas... allá, Y éllos, colosalmente grueso, lleva una túni-
en un rincón del foyer, apurando las ca de merino blanco, una esclavina de co-
heces de un modesto choppe^ dos miste- leta negra, un sombrero de grandes alas,
riosos habitantes de la luna... ¿Os acor- una barba gris, un cayado y de él pendien-
dais de aquella comparsa desbordante? te dos calabazas: era el traje con que
¡Cuánti s de los que hoy forman en pri- Ernam se presenta en el primer acto.
mera han de acordarse!... --Caballeros y niñas,— á\ce con voz su-
—Adiós lnndticos,—\QS decían al pasar, plicante á los que se encuentran á su alre-
di ver os tan si endosos. dedor, -este pobre peregrino no viene
No contestaban. aquí á causaros hilaridad, sino á recojer
—Gordito, ¿querés que te eche un cho- la limosna de las almas caritativas para
rrzYo.^— preguntaba una mascarita. poder seguir su viaje. A ver si se pronun-
—Más falta te hace á tí,— le contestaba cia la más hermosa de las mujeres que
el a udido, secamente. debe ser la más caritativa...
—Che, ¿dónde has dejado la barriga?— Y sacándose el sombrerote y dejando
lepreííuntaba otra. ver una peluca de largas crines, extendió
Eh, á freír sesos de mosquito!— gritaba
- la mano hacia las que estaban en los pal-
malhumorado el barrigón. cos, suplicando con plañideros ecos:
Después de un momento y con voz se- —Una limosna para el pobre peregrino!
pulcral: Una mascarita, que se consideró indu-
—No tengo un peso,— dijo uno. dablemente la más bella, al par que la más-
—Ni yo un centavo,— añadió el otro. caritativa, fue la primera en meter la ma-
— Sin embargo, es necesario... no en el bolsillo de su acompañante y sa-
—¿Cómo necesario? Imprescindible! carle de él un billete de banco que depo-
—Sí, señor, imprescindible. sitó en el sombrero del peregrino.
—Que cenemos. El ejemplo cundió y otras y otros, entre
—Que cenemos. la algazara de todos la imitaron y í?in dar
Se evantaron. toda la vuelta á la herradura el sombre-
—Vague i'os,— dijo uno. ro del peregrino se hallaba repleto de bi-
—Vaguemos, — repitió el otro. lletes, los que, antes de que á alguno se le
Y después de aplazarle al garcon la
cuenta de los modestos choppes, desapa-
recieron de allí.
Bajaron al peristilo de salida.
Salieron y silenciosamente se dirigieron
calle arriba.
Pronto se hallaron en la de Artes y do-
blaron á la izquierda.
Se detuvieron en una ropavejería de
trajes carnavalescos; era la de Pratczzi.
Allí había disfraces de todas las óperas,
desde la caballeresca dalmática de Man-
rique {Trovador), hasta la túnica talar de
Moisés.
Consultáronse en voz baja...
Entraron . .

Mientras tanto el baile continuaba cada


vez más animado allá en la Opera... Las
bromas picantes se multiplicaban. Había
disfrazadas para todos los gustos. Mu-
chachas de buen humor que ecJiaban el
resto luciendo en los palcos á ^us res-
plandecientes amantes, como quien luce
algo por pura vanidad. Parejas que ibai
. .

á seguir la conversación en los antepalcos


délos corredores... V^'ejos respetables
que se dormían en su asiento de las ter-
.

ALBUM-REVISTA «LA MUJER»

antojara la gracia de examinarlos desa- Gales, con firuletes de Champagne rouge


parecieron en las anchas mangas de aquel. frapé. ¡Allons!. .

Los dos misteriosos habitantes de la Pronto acudieron otros habitantes de la


luna desaparecieron del patio como por luna que por allí vagaban...
arte de encantamiento. — ¿Convidas, ché Bena vente? - le pregun -

Pocos momentos después se les veía taron al monstruo abdominal.


entrar en el sa'ón principal de la Rotti- — Caballeros -replicó éste con rumbosa
serie. con la túnica remangada el más actitud,- el que quiera llenarse que nos.
gordo, el sombrerote, la barba y la clinu- acompañe. Opera paga. Ya sabéis nuestro
á? peluca co'gada del cayado gritando lema: Une per tutti.
con sus pulmones de fierro: Y los demás contestaron:
— GarQon, una cena á lo príncipe de — Tutti per une. rafael barrada.

ESCURSIONES GUERRA ANGLO-A FRICAN A


POLÍTICO - VERANIEGAS

La Albión orgullosa
No escarmentó en Majuba
Y buscando el desquite.
Creyéndolo carnero, á Kruger hurga.
Trata de encadenarlo con melosas
Palabras que no turban
Del bravo anciano su sin par espíritu,
Pues antes de que acuda
Se arroja sobre ella, la sorprende
Y la derrota en cien batallas rudas!

— «Sin
derecho y sin Dijs (1) podrán vencer
A quien Dios y el derecho les escuda;
Pero la admiración del mundo entero
Se encontrará grabada en nuestra tumba.»

Con paraguas y maleta,


Y así fue y así es; más no sucumben
En la tremenda lucha
Y en traje d_ Carnaval Esos héroes invictos,
Pronto saldrá el general Los héroes de Majuba,
En vapor ó bicicleta Porque en cada combate triunfan éllos
A hacer su es^cursión concreta; Y su victoria, al fin, ya se vislumbra.
Solo espera que el teniente,
Se nos venga para acá ¿Dónde está el charlatán...?
Para n archar liacia allá. ¿Dónde se oculta
Lo que está urdiendo esa gente, El bravatero aquél, único autor
¿Qué será? ¿Qué no será? De la sangiienta lucha
PELA-RATAS. En que se mira la Inglaterra envuelta
Por su altanera burla?
BOER.
(1) Diev et mon droit, lema del escudo in
glés.

— «Si no hay plata no te quiero


— Yo ganar "mucho dinero
— Gavaoho del alma mía.
— Tocando la sinfonía. »

VENTURA DE LA VEGA.
ALBUM REVISTA *LA MUJER»
SINFONIA Y CANTO

Vamos, hombre,
que al finnos ve-
mos obligados á fe-
licitar á los de Caras
y Caretas. Sí, señor;
hay que felicitarlos
por el acierto con
que dicen sus nove-
díides.
Ya no nos dan re- Déjate de hacer chancletas
tratos ministro
del y hagamos Caras Caretas.
norte-americano, ni
fe icitacion^is á la lle-
gada de ese perso-
naje; pero, en cam-
bio, tampoco han
dicho una sola pala-
bra sobre el arribo
del crucero español
Río de la Plata,
cuyo croquis dimos
nosotros en nuestro
número pasado.
Es mucho; pero
mucho más mtere-
sante reprodi cir los
despojos de un insignificante incendio 3'
sobre todo la ternera de cmco paias colo- Desde ho> somos literatos.
cada en distintas posturas de frente, de ¡Al demonio los zapatos
costado, por arriba, por ahajo, por delante
1

y por detrás.
Cuando les digo á ustedes que merecen
felicitaciones esos portentos de Caras y
'Caretas\

Pellicer, el de Caras y Caretas advier-


te (?) tina errata (¡una!) que va (ó viene)
al pie (sin zapato) ae la carátula {porta-
da, debió decir), por cuya errata (según
Pellicer) el verso es cojo. ¡Verso cojo! Lo
-que son resabios déla zapatería! Los ver-
sos podrán ser largos ó cortos; pero á
Pellicer se le antoja que deben ser cojos.
Sin embargo no hay versos cojos y la Huele el diario á betún,
palabra no deberí¿x emplearla aquí Pelli- mucho
pero como ha\' atún...
cer ni como verbo, porque sería una inde-
cencia.

Dice Caras y Caretas:


«En el año 1800 fueron introducidas al
Río de la P.ata las primeras placas de
vacuna.
Las introdujo el mtdico catalán doctor
Cosme Argerich fundador de la cono-
cida famiüTi de su apellido»...
¡Qué erudición á la vacuna la de Caras
y Caretasl... Pero resulta que, pregun-
tándole á cualquiera que lo sepa, les dirá
que ni el doctor Cosme Argerich fue cata-
láfi sino nacido en Buenos Aires en 1758,
ni tue fundador de esa lamilla, que lo
fueron don l^'^i'ancisco Argerich (catalán) y
doña Josela del Castillo, ni t^l introductor
de las placas, que lo fue el canónigo don
Saturnino Seguróla. Logra fama por su rima
C. V C. un maestro de obra prima.
ALBUM-REVISTA «LA MUJER*
Hablábase en la Bolsa de los últimos aconteci-
mienlos de la guerra aj'glo-boer, sosteniendo,
un decidido partidario de lo últimos, que los pri-
meros no tienen un solo general que haya he-
cho acciones memorables.
— ¿Y Warren?
— A ese lo están barriendo los boers.

En un teatro del género chico.


— Cuando entré y se daba la primera sección,
apenas me apuntaba el bozo.
Estos ingleses son los hombres más- prácticos del —¿Y ahora?
mundo. — Ahora que entro en la tercera me encuentro con
La prueba la están dando en la guerra con los canas. Seguro que cuando conclu3a esta paite, si es
boers. Como por aquellos pagos (Africa) hace un calor que alcanzo á verla, me llevan en coche de puro vifjo.
insoportable, le han mandado á sus tropas un general
de refresco.
Ya están frescas las tropas inglesas con el gerip-
ralísimo Roberts. ¿Qué más quieren?
¿De dónde vienes?
— Del Ateneo donde ha hablado X (aquí el nombre
de un ilustre desconocido). ¡Qué verbosidad la suya!
Un telegrama inglés:
— Pero si X no conoce ni siquiera el castellano
en que quiere hablar. ''

«Los boers sis>uen haciéndenos un fuego molesto.'' — Tampoco lo conocía Cicerón y, sin cnbargo, era
¿C(m que molesto? ¿Y per qué no agradable? un orador de primera.

— ¿En qué se parece la eternidad á las secciones ¿Qué es un diario lien pensado?
que representan en los teatros del género chico}
sf^
El que opina lo mismo que la persona que lo lee.
— En que nunca concluyen.

Proudhon decía que la propiedad es un rot'o y la


Sin ofender su memoria, cuentan que señor Le- el Constitución Argent'na aseguia que la propiedad es
zama, cuvo nombre lleva el parque del sur, tenía unos inviolable.
contenentes de las columnas movibles, como diría un ¿Por cuál de las dos se quedan ustedes?
decadente de los pies, colosales. Que diga la Intendencia Municipal, que á fuerza
lo
—A veces— le decía á un su ar igo — es ventajoso de darle niveles y desniveles á las calles, está hacien-
tenerlos. Vea usted, el otro día pasó un carro sobre do de la propiedad lo que le da la gana.
los míos y . . •

—¿Se los aplastaron?


—No, señor; se volcó el carro.
Pensamiento de un periodista amigo mío:
*** — Cienos individuos furiosos por carecer de ideas.
pretenden imponernos sus opiniones.
El doctor Quirno Costa, vice del general, no le
gustan los baños de su tierra y por ello se va á to-
marlos á Montevideo, donde tuvo una entrevista con
Cuestas. Don Adolfo Bullrrich, que desde que es In tendente
— Y que tal, doctor, ¿qué se dice de lo cue por aquí usa polainas blancas, decía, olvidado sin duda, de que
pasa? lo era:
— Se
dice que le andan haciendo trabajar demasiado _
—¡Esto es insufrible Es tal el polvo !
y lodo que
los revolucionarios. existe por esas calles que no hay polainas que lo so-
— No crea, á la distancia suelen verse las cosas porten.
con ojos torcidos. Ydecía la verdad.

He aquí una indirecta que no puedo mirar, aun-
que quiera, con ojos derechos,— le contestó el vice aigo
amostazado.
Un problema etimológico.
—¿De dónde le viene a José Alva-
rez elllamarse mocho?
Que lo resuelvan los de Caras y Ca-
retas.

—¿Cómo califica usted la disposición


delConcejo Deliberante suprimiendo po-
mos y -erpentinas en el pró.ximo Carnaval?
—De tercera en discordia. Hov se dis-
putan el predominio estos dos sistemas^
económicos: ei protector y el libre cam-
bista. Libres carnbi.sias son los que in-
troducen las serpentinas y protegidos,
los que fabrican pomos. No permitiendo
que ni uno ni otro funcione, queda bien
con los dos ó con ninguno.
—¡Qué talen-o el de la rauv honora-
ble! |Ni Salomón!

—¿Qué diferencia hay entre la enci-


na y matrimonio?
el
— Que la encina es un palo que tiene
muchos nudosy el mattimonio es un nu-
do que suele tener muchos palos.
Familia Campesina Kl-KI Rl-Kl.
. .

ALBUM -REVISTA LA MUJER» .

A un moronero.—
Jl A de Vidanova.
T. —
-"Manda usted una com- Recibo a Ijunt j á su
.posición dedicada á carta el recorte de El
las lectoras de «La Correo Espa ''al del 23
Mujer». Pero, amig-o, Me hace
del corriente.
•eso no es composición que ese
usted notar
sino descomposición del sentido común y de la diario dice: «Hubieron inmensos con-
gramática. Cuando usted se enmiende habla- tusos y heridos, etc.» Error de im-
remos. prenta, porque no es de suponer
Dr. Cdrlos Malbran.—Se me remite unas que en ese diario se escriba como
carillas en que se elogia á este señor. Parece en Caras y Caretas.
'Circular para los diarios. Las Diciembre.— ^no^s
circulares cuando no son de in ..-.y
" nada, señor ó señora
'terés público dejan de publicarse.
Diciembre sus dos pe-
Al carnero. queñas prosas, como
Eduardo Héctor Dufour.—Sn composición usted las llama, van á
de usted tilulada Si fuera. .tiene algunas cosas
.
tener la misma suerte
•buenas y muchas malas. Si no Juera por esto que las precedentes
'úitimo merecería publicarse. Pertenece género decadente y con ese género no se
al
M. Niiñez Regueiro. — he podieio darme viste «La Mujer». Un consejo" no pierda usted su
•cuenta. En el día de ^eyes, titula usted lo que usted tiempo en esas cosas.
llama Leyenda. Leyenda podrá ser; pero lo que no
puede ser es que los Reyes hayan tenido que ver en A. Monterrejas —El jeroglífico que usted nos manda
sus días con esas diez carillas de letra menuda. Le está regularmente hecho agradezco la intención de
3"

aconsejo que lo imprima en libro y lo dé como reme- su idea; pero los versos que lo solucionan son malitos
dio contra el insomnio. Es de sentirse y gracias.
Capitán Namsug.—Sxx composición á Ana Horten Jorge A. Breso.—^^oX^ii su tarjeta en que agrade-
-siano nos parece propia de «La Mujer», Está fuera de ce la publicación de sus versos. No hay de qué y
tono. Mándesela á Pellicer para su sinfonía. ustea mande otros como aquellos.

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que el miércoles 27 del p. p. Diciembre
ha tenido tal éxito, que en pocos días
seguramente ha de quedar agotada la
edición que hemos hecho de este ele-
gante y artístico libro.
No somos nosotros los llamados á es-
tremar la nota de los elogios y si hace-
mos la afirmación anterior, es posterior
en nosotros á la que en igual sentido le
ha prodigado la prensa nacional y ex-
tranjera bonaerense.
Rogamos á nuestros agentes, en vis-
la de este resultado, que se apresuren
á hacer sus nuevos pedidos, antes de
dar lugar á que no pudieran servírseles
por no quedar en nuestro poder los ne-
cesarios ejemplares.
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