¿Qué es la literatura?

Los discursos sociales

Cada vez que usamos la lengua, es decir, cada vez que hablamos, leemos o
escribimos, nos enfrentamos con discursos. Se denominan discursos aquellas
expresiones lingüísticas concretas que surgen en una situación de comunicación real.
Los discursos pueden ser orales o escritos, breves o extensos.
La sociedad elabora para cada actividad humana formas discursivas típicas que
presentan ciertos temas en común, un estilo particular y una estructura común.
A estas tipos discursivos relativamente estables se los llama géneros
discursivos. Existen tantos géneros discursivos como actividades humanas. Además,
cada uno de ellos presenta variedades.
Como los géneros son producidos social e históricamente no sólo varían sino
que también desaparecen y a veces dejan lugar al nacimiento de otros nuevos.

La literatura frente a los restantes discursos sociales

Para muchos investigadores existen dos aspectos que definen la literatura y la

diferencian de los restantes discursos sociales: su carácter ficcional y su función
estética.

El carácter ficcional

Se caracterizan como ficciones todos aquellos discursos en los que se simulan

acciones o acontecimientos imaginarios que son producto de la invención o recreación
de un autor.
El discurso literario se caracteriza por su naturaleza ficcional. Esto significa que
todos sus elementos (personajes, hechos, tiempo, lugar) no remiten a un mundo real
sino imaginario.

La función estética

La función estética se manifiesta en el modo en que se aprovechan todas las

posibilidades de la lengua: sintácticas, semánticas, sonoras, gráficas, morfológicas.
Por medio de la función estética la literatura se centra en su propio mensaje.

Definición de literatura

La literatura es un discurso social que se caracteriza por su naturaleza

ficcional (representa un mundo imaginario, inventado o recreado) y por el predominio
de la función estética de la lengua (el mensaje está volcado sobre sí mismo).
El discurso literario es relativamente autónomo (como ficción y como objeto
estético), sin embargo se relaciona indirectamente con la realidad de su época y de otras
al representar los estantes discursos sociales.

Las instituciones

La escuela, la universidad, las revistas literarias, las agrupaciones de escritores,

ente otras, son instituciones que imponen sus valoraciones al resto de la sociedad. Pero
estas instituciones no siempre están de acuerdo ente sí acerca de sus juicios de valor.
Cada una establece un canon de lectura: un listado de libros y autores que merecen ser
leídos.

El escritor

El escritor se relaciona con su obra de manera indirecta. Lo que escribe suele

vincularse con sus experiencias de vida, pero eso no quiere decir que sus escritos las
reflejen directamente.
Puede relacionarse con las instituciones de varios modos: formando parte de
alguna, realizando su obra apartado de ellas o enfrentándolas.
Se relaciona con los lectores de dos maneras. Por un lado con el lector
imaginario, aquel que tiene en mente o que nombra en la propia obra. Por otro lado,
con sus lectores reales, el público en general. Estos dos tipos de lectores no
necesariamente coinciden.

El lector

El lector es el destinatario de la obra. En principio, su lectura está determinada

por las intenciones del escritor (lo que quiso decir) y lo que señalan las instituciones.
Sin embargo, el lector tiene libertad para interpretar de un modo particular una
obra, independientemente de lo que digan el autor o las instituciones.
Las lecturas pueden ser más o menos completas; por ejemplo, conocer el
contexto en el que se produjo una obra permite una lectura más amplia. No hay una
única lectura correcta, pero tampoco infinitas, porque el texto impone ciertos límites a la
interpretación.