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EN LA ESPAÑA MODERNA
TOMO I
MÁLAGA 2003
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Mª. Isabel Pérez de Colosía Rodríguez
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2
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 325 - 335.
ISBN: 84-688-2633-2.
EN BUSCA DE FORTUNA.
LA PRESENCIA DE FLAMENCOS EN ESPAÑA1
1480-1560
Raymond Fagel
Universidad de Leiden
1
Quiero agradecer a María José Calvo y a Eugenio Simón por su ayuda con el texto neerlandés.
2
R. FOULCHE-DELBOSC (ed.), “Voyage à la côte occidentale d‘Afrique et en Espagne (1479-1480)“.
Revue Hispanique, 4, (1897) pp. 174-201; D. EXCUDIER (ed.), Voyage d‘Eustache Delafosse sur la côte de
Guinée, au Portugal et en Espagne (1479-1481), Paris, 1992; R.P. FAGEL, De Hispano-Vlaamse wereld. De
contacten tussen Spanjaarden en Nederlanders 1496-1555, Bruselas y Nimega, 1996, pp. 210-211.
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res, donde –a pesar de su aspecto de pobre mendigo- su compatriota le abraza a la manera
del país. Ambos viajan después a Burgos, Eustache con ropa nueva y una mula que toma
prestada. Al llegar a esta ciudad el factor de su compañía le devolverá al librero el dinero
prestado. Desde Burgos, nuestro mercader flamenco viaja a Medina del Campo, y desde
allí a Sevilla, donde había dejado una parte de sus documentos.
El tercer acto se desarrolla al tiempo que Eustache vuelve, de nuevo, al norte de
la Península. De camino se encuentra con un mercader de Brujas y juntos continúan su
viaje. Cuando Eustache quiere proseguir su camino a Burgos, y el otro debe ir en direc-
ción a Santiago de Compostela, este último rompe a llorar. No habla el idioma de la zona
y pide a Eustache que le acompañe hasta Galicia, y que le pagaría su caballo y sus gastos.
Nuestro mercader debió ser una persona de buen corazón, o bien que tuviese una menta-
lidad ahorrativa, ya que aceptó la oferta. Pasando por Santiago, llegan a la Coruña donde
venden sus caballos y mulas. Un navío les lleva a su país de vuelta a Esclusa en un viaje
de unos seis días.
Hemos utilizado la historia de Eustache de la Fosse como punto de partida para
un pequeño estudio sobre la presencia de flamencos en España entre 1480 y 1560. Gra-
cias a la conservación del manuscrito, poseemos el mejor ejemplo de la vida itinerante de
los mercaderes flamencos. Viajaban –a menudo solos- por el interior del país, utilizando
una ruta que une Burgos y los demás centros castellanos con los puertos y los núcleos
comerciales de Andalucía. Por el camino se encontraban albergues, como en Toledo,
donde los mercaderes extranjeros solían alojarse. También hemos podido ver que utiliza-
ban los puertos del mar cantábrico para entrar en España. No obstante, en otro pequeño
relato de un mercader flamenco en la España de los Reyes Católicos, vemos que igual-
mente se podía elegir el camino terrestre a través de Francia3.
La historia de nuestro mercader nos informa, también, de otra tendencia. En
Burgos se encuentra con el factor de su compañía comercial. Parece que existían enton-
ces flamencos –presumimos, por tanto, que se trata de un flamenco- que residían de una
manera más permanente en España. A este grupo de extranjeros se les halla con más
facilidad en las fuentes de la época, aunque tampoco abunda mucha información al res-
pecto. Un buen ejemplo es el de Cornelis Deque, que residió alrededor del 1500 durante
muchos años en Valladolid4. Este mercader flamenco había conseguido la vecindad de la
ciudad castellana y poseía algunas casas allí. No obstante, el hecho de que no estuviera
casado con una vallisoletana ponía en duda su estatus de vecino. ¿No seguía siendo, en
realidad, un mercader extranjero, un natural de Flandes? El debate jurídico sobre su
posición legal demuestra que la vecindad podía ser utilizada por los mercaderes extranje-
3
J. FINOT, Etude historique sur les relations commerciales entre la Flandre et l‘Espagne au Moyen-Age,
París, 1899, pp. 10-16; E. VANDEN BUSSCHE, “Mémoires sur les relations qui existèrent autrefois entre
les Flamands de Flandre –particulièrement ceux de Bruges- et les Portugais“. La Flandre (1872-1873) pp.
32-56, 117-148 y 247-286.
4
R.P. FAGEL, “Cornelis Deque, un mercader flamenco en la Castilla del siglo XV. Un debate sobre el
concepto de “vecindad“ y “naturaleza“ entre mercaderes“. H. CASADO ALONSO (Ed.), Castilla y Europa.
Comercio y mercaderes en los siglos XIV, XV y XVI, Burgos, 1995, pp. 241-263.
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ros, pero que, para ello, se necesitaba la intención de haber cambiado permanentemente
de residencia. La mejor prueba era el matrimonio con una vecina de la ciudad. Otros dos
medios utilizados por el mercader extranjero para llevar a cabo sus negocios con seguri-
dad aparecen en el siguiente debate: la libertad de comercio cuando se trata de mercade-
rías para las ferias de Castilla, y la existencia de un salvoconducto real para una quincena
de mercaderes flamencos que negociaban en Castilla.
5
R.P. FAGEL, “Spanish merchants in the Low Countries: stabilitas loci or peregrinatio?“. P. STABEL, B.
BLONDE y A. GREVE. Eds., International trade in the Low Countries (14th-16th centuries). Merchants,
organisation, infrastructure. Lovaina y Apeldoorn, 2000, pp. 87-104.
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Artistas y artesanos: entre la fama y el desconocimiento
Otra idea que quiero demostrar aquí es que la migración general sigue los mis-
mos caminos que los mercaderes y sus productos. Cuando existe un mercado para ciertos
productos de Flandes, surge la posibilidad de que un flamenco decida viajar a España
para producir estos productos in situ. Sobre todo cuando se trata de productos artesanales
que no necesitan una cadena de productores, como sucede, por ejemplo, con la produc-
ción de textiles. Los españoles de finales del siglo XV y de la primera mitad del siglo
XVI, tenían gran interés en los productos de los Países Bajos. Al principio vemos como
todavía la moda gótica, también llamada borgoñona, obtuvo mucho éxito, tratándose en
primer lugar de arquitectos, pintores y escultores6 , así también de artesanos como zapa-
teros y sastres. Seguramente la unión dinástica haya impulsado este desarrollo. Vemos
como, por ejemplo, a principios del siglo XVI el joven duque de Medinaceli tenía una
enfermedad en las piernas y dos criados debían ayudarle al andar. Según las fuentes, la
enfermedad venía causada por llevar zapatos a la moda de Borgoña7. A finales de la
época, vemos cada vez con más frecuencia cómo a los flamencos también se les relaciona
con la nueva moda del Renacimiento, el estilo nuevo o italiano, como es, por ejemplo, el
caso de los vidrieros8.
Aparte de la calidad de los vidrieros flamencos, a los clientes también les impor-
taba la rapidez con la que se llevaba a cabo su trabajo, y seguramente aún más importan-
te, el precio de sus productos, que en general era más bajo que el de la producción local.
El cabildo de la catedral de Salamanca se percató, a través de sus contactos, que las
vidrieras eran más baratas en los Países Bajos. Por ello decidieron:
“escribir alla para que luego se enviasen los vidrios de colores y vinieran maestros
para hacerlas y asentarlas, trayendo patrones y dibujos de diversas historias para
que acá se escogiesen las que más convinieran”.
Y así ocurrió: en 1556, las vidrieras llegaron a Salamanca desde los Países Bajos,
junto con un grupo de artesanos9.
No había una diferencia clara entre la artesanía y lo que ahora solemos llamar
arte. Los representantes del arte flamenco han sido hallados, a menudo, por los historia-
dores de arte que han trabajado en los archivos con gran éxito, sobre todo en los de las
catedrales e iglesias. Los artesanos de menor valor artístico sólo han aparecido en inves-
tigaciones donde se ha trabajado con los documentos fiscales y notariales. Defiendo la
6
Abunda la información sobre este tema. Por ejemplo para la época de los Reyes Católicos: J.V.L. BRANS,
Isabel la Católica y el arte Hispano-Flamenco, Madrid, 1952; I. Vandevivere, Juan de Flandes. Brujas,
1985; R. CASAS DOMINGUEZ, Arte y etiqueta de los Reyes Católicos. Artistas, residencias, jardines y
bosques, Madrid, 1993;
7
A. DE LALAING, “Relation du premier voyage de Philippe le Beau en Espagne, en 1501“. L.P. GACHARD,
Ed., Collection des voyages des souverains des Pays-Bas. Bruselas, 1876, vol. I, pp. 121-385, p. 230.
8
V. NIETO ALCAIDE, La vidriera del Renacimiento en España, Madrid, 1970.
9
M. GOMEZ MORENO, Ed., Catálogo monumental de Salamanca, Madrid, 1967, pp. 213-214.
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idea de que la presencia de artistas flamencos en las fuentes refleja casi siempre la pre-
sencia de representantes flamencos en otros gremios menos artísticos. El zapatero se
esconde en la sombra del pintor, pero es la existencia de este pintor la que parece indicar
la presencia del zapatero.
Otro problema para la investigación que quiero mencionar aquí está relacionado
con la cronología. Si analizamos la información que poseemos sobre la presencia fla-
menca en España, es significativo que estamos mejor documentados sobre la época de
los Reyes Católicos que de gran parte del reinado de Carlos V. Es sólo a partir de los años
cincuenta y sesenta cuando volvemos a encontrar de nuevo más información sobre los
flamencos10. Un buen ejemplo es el caso de Valladolid, estudiado de una manera ejem-
plar por Adeline Rucquoi y Bartolomé Bennassar11. A partir de sus estudios tenemos
información sobre los flamencos en la ciudad en el siglo XV (Rucquoi) y a partir de los
años sesenta del siglo XVI (Bennassar), pero ¿dónde están los flamencos en la ciudad
durante la época de Carlos V? Bennassar describió el problema de la siguiente manera:
‘Chose surprenante la présence des flamands pendant les années du “grand boom” de
Valladolid, c’est à dire entre 1544 et 1559, n’a guêre laissé de traces’12.
Ni Bartolomé Bennassar ni yo podemos creer que la ausencia de flamencos en
las fuentes signifique, en realidad, que no hubiese flamencos en Valladolid durante la
época de Carlos V. Una investigación no exhaustiva en los protocolos notariales13 y la
consulta de los libros de bautismos conservados hasta 156114, ya ha aportado la prueba de
10
H. LAPEYRE, “Les marchands étrangers dans le Royaume de Valence aux XVe et XVIe siècle“. H.
KELLENBENZ (Ed.), Fremde Kaufleute auf der iberischen Halbinsel. Colonia y Viena, 1970, pp. 100-117.
11
B. BENNASSAR, Valladolid en el siglo de oro, Valladolid, 1989; B. BENNASSAR, “Marchands flamands
et italiens à Valladolid au XVIe siècle“. H. KELLENBENZ, Ed., Fremde Kaufleute, pp. 48-55; A. RUCQUOI,
Valladolid en la Edad Media. Vol. I-II. Valladolid 1989; A. RUCQUOI, “Valladolid, pole d‘immigration au
XVIème siècle“. P. TUCOO-CHALA, Ed., Les communications dans la péninsule ibérique au Moyen-Age.
Actes du colloque tenu à Pau les 28 et 29 Mars 1980, pp. 179-189; R.P. FAGEL, “Valladolid y Flandes en la
época de Carlos V: ¿Rechazo o atracción?“. Valladolid. Historia de una ciudad. Vol II. Valladolid, 1999, pp.
679-690, p. 680.
12
B. BENNASSAR, “Marchands flamands“, p. 50.
13
Archivo Histórico Provincial de Valladolid (AHPV). Se trata de una investigación a base de los siguientes
registros: los protocolos notariales conservados para el año 1533 (Bartolomé Palacios, Antonio Cigales,
Domingo Santamaria, Simón de Cabezón y Cristóbal de Montesino), unos protocolos de principios del siglo
XVI (Gonzalo Rodríguez Valencia (1502), Pedro de Portilla (1508), Pedro Azcoitia (1514-1516), Alonso
Salamanca (1509) y Pedro Copero (1515-1525). De los dos escribanos que poseían mayor información sobre
flamencos en 1533, he consultado unos registros más: Domingo Santamaría (1532-1534 y 1544-1545) y
Simón de Cabezón (1533-1540).
14
Archivo Diocesano de Valladolid (ADV), Libros de Bautismos: San Pedro (1550-), San Nicolás (1544-
1555 y 1557-), Santa María (1549-), La Antigua (1530-), San Salvador (1541-), San Julián (1553-), San
Miguel (1528-1551), San Andrés (1557-), San Juan Bautista (1545-1552), María Magdalena (1531-), San
Esteban (1542-) y Santiago (1540).
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que existiera una cierta cantidad de flamencos hasta entonces desconocida. Además de
algunos residentes y vecinos, estas fuentes también reflejan, a menudo, la presencia de
flamencos que estaban en Valladolid con la corte de Carlos V. Creo que los historiadores
todavía pueden encontrar mucha más información utilizando este tipo de fuentes. La
importancia de los protocolos notariales ya ha sido reflejada, asimismo, en trabajos ante-
riores como, por ejemplo, en los realizados sobre Sanlúcar de Barrameda y Sevilla15.
El problema existente con las fuentes no sólo se refiere a la investigación en
España. Mientras que por un lado los protocolos notariales son poco estudiados en Espa-
ña debido a su abundancia, por otro lado apenas se conservan en los archivos de los
Países Bajos. En ciudades tan importantes en el siglo XVI como Brujas y Amberes, sólo
se han conservado algunos registros sueltos, y todos datan del período posterior a 153516.
Para dar un ejemplo: tenemos el caso de un joven aprendiz que trabajaba en Sevilla al
servicio de un mercader compatriota suyo. Este no le trataba bien y el chico iba por la
ciudad con ropa vieja y con zapatos hechos de cuerdas. Los demás flamencos presentes
en la ciudad le daban de comer y de beber para que sobreviviera en Sevilla. Como en el
caso de Eustache de la Fosse, vemos lo importante que era la ayuda prestada por los
compatriotas. Conocemos el caso de este aprendiz porque tuvo problemas y alguien recu-
rrió a uno de los pocos escribanos de Amberes de quienes conservamos algún registro17.
Son hallazgos afortunados.
Un último problema para la investigación sobre la presencia de los flamencos en
España se basa en la facilidad con que los extranjeros podían desaparecer en los docu-
mentos. Al contrario de la situación en los Países Bajos, donde los descendientes de los
mercaderes extranjeros mantuvieron en general sus apellidos, que les distinguía perfec-
tamente de la población autóctona, en España los inmigrantes a menudo cambiaban sus
apellidos en un rápido proceso de hispanización. Un buen ejemplo es la familia llamada
‘De la Corte’ que llegó probablemente a Valladolid alrededor de 1450. En las fuentes de
la época esta familia de origen flamenco no se distingue en nada de las familias locales.
Pero tenemos la suerte de que en el siglo XVI la familia necesitaba probar su hidalguía y,
por este motivo, se conservan documentos en el Archivo Real de la Chancillería de Valla-
dolid que se refieren al pleito original de 1488. Resulta que un tal Juan van Hof, De la
Corte en traducción castellana, había dejado el hogar familiar cerca de Bolduque (Bois-
le-Duc) en Brabante debido a problemas familiares. Si no fuese por este pleito, el origen
15
A. MORENO OLLERO, San Lúcar de Barrameda a fines de la Edad Media, Cádiz, 1983, pp. 132-133; J.
GESTOSO Y PEREZ, “Notice historique et biographique des principaux artistes flamands qui travaillèrent à
Séville depuis le XVIe siècle jusqu‘à la fin du XVIIIe“. Les arts anciens de Flandres, 3, s.a., pp. 157-182; 4,
s.a., pp. 31-45, 51-65, 136-151 y 186-197; 5, s.a., pp. 32-43 y 114-117. J. GESTOSO Y PEREZ, Ensayo de
un diccionario de los artífices que florecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII inclusive. 3 vols.,
Sevilla, 1899-1909. En una investigación muy limitada en el Archivo Histórico Provincial de Burgos hemos
encontrado aparte del imaginario Cornelio de Amberes, las siguientes profesiones para flamencos: fabricante
de mallas, zapatero, sastre, y mantero. R.P. FAGEL, Hispano-Vlaamse wereld, pp. 242-244.
16
R.P. FAGEL, “Spanish merchants in the Low Countries“.
17
Archivo Municipal de Amberes, Protocolos de ‘s Hertoghen 1540, 139v.
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flamenco de esta familia vallisoletana habría sido totalmente desconocido. Es más, gra-
cias al interrogatorio que se ha conservado, conocemos los nombres de más flamencos
que vivían en Valladolid alrededor de 1488, lo que de otra manera habría pasado inadvertido.
Es una situación en la que el investigador se encuentra muy a menudo: en el
momento que ha hallado una fuente explícita aparecen siempre más nombres de otros
compatriotas. Sobre todo los pleitos, con sus interrogatorios, son muy importantes, pues-
to que la persona involucrada va a buscar testigos a su favor, que a menudo son origina-
rios de su propia región18. Igualmente el hallazgo de un testamento puede llevar consigo
el descubrimiento de más flamencos en España. En 1518, el mercader Juan de Haarlem,
nacido en la ciudad holandesa del mismo nombre, escribió su testamento en Sevilla, en la
casa del famoso impresor alemán Jacob Cromberger. Este mercader holandés, tanto de
libros como de textiles, mantenía contactos con otros flamencos en España y Portugal19.
Otra fuente histórica que puede resultar beneficiosa es la documentación de compañías
mercantiles. Por ejemplo, a través de la compañía Despars de la ciudad de Brujas, esta-
mos informados de las actividades de algunos mercaderes flamencos en la España de
finales del siglo XV20.
El carácter de la migración: procedencia y destino
Los problemas para la investigación de la presencia flamenca en la España del
siglo XVI, ampliamente analizados anteriormente, traen como consecuencia que sea di-
fícil desarrollar una visión general acerca de su carácter. Existe un gran número de estu-
dios locales y temáticos, y en muchas investigaciones sobre temas muy diversos es posi-
ble que aparezca algún inmigrante flamenco. Por esta razón, por el momento no es posi-
ble ofrecerles más que una imagen provisional, enfocada en la corona de Castilla21, que
consta de cuatro elementos: la procedencia de los inmigrantes y sus destinos en España,
sus actividades y su estatus legal.
18
Otro ejemplo para una época algo más tarde en: R.P. FAGEL, “De koopmansboeken van Juan Bautista de
Olanda: een Nederlands koopman in Medina del Campo 1565-1566“, Archives et bibliothèques de Belgique,
68, (1997) pp. 225-311.
19
C. GRIFFIN, The Crombergers of Seville. The history of a printing and merchant dynasty. Oxford, 1988, p. 59.
20
O. MUS, “De Brugse compagnie Despars op het einde van de vijftiende eeuw“, Handelingen van het
genootschap voor geschiedenis gesticht onder de benaming “Société d‘Emulation“ te Brugge, 101, (1964),
pp. 5-118. Para 1565-66 véase igualmente R.P. FAGEL, “Koopmansboeken“.
21
Es dominante la investigación sobre el reino de Castilla. Véase por ejemplo: J.M. BELLO LEON, Extranjeros
en Castilla (1474-1501). Notas y documentos para el estudio de su presencia en el reino a fines del siglo XV.
La Laguna, 1984; CH. VERLINDEN, “Quelques types de marchands italiens et flamands dans la Péninsule
et dans les premières colonies ibériques au Xve siècle“. H. KELLENBENZ. Ed., Fremde Kaufleute, pp. 31-
47. Por ejemplo no encontramos información sobre flamencos en: H. LAPEYRE, “Les marchands étrangers
dans le Royaume de Valence aux Xve et XVIe siècle“. H. KELLENBENZ. Ed., Fremde Kaufleute, pp. 100-
117. Sobre los flamencos en las Islas Canarias se ha escrito relativamente mucho. Un resúmen reciente en
Ana VIÑA BRITO, “El azúcar canario y la cultura flamenca. Un viaje de ida y vuelta“. Congreso Internacional
“España y las 17 provincias de los Países Bajos. Una revisión histórica, Siglos XVI-XVIII (en publicación).
Véase igualmente la aportación de Elisa TORRES SANTANA y Manuel LOBO CABRERA al presente
coloquio de Málaga.
331
Hablando de los lugares de origen de los flamencos, salta a la vista inmediata-
mente la importancia de las grandes ciudades de Brujas y Amberes. Esta constatación es
igualmente válida, tanto para los mercaderes como para los artesanos. A un nivel más
general encontramos una posición dominante del condado de Flandes y el ducado de
Brabante. En Brabante se trata de ciudades como Malinas, Lovaina, Bruselas, Vergas
(Bergen-op-Zoom) y Bolduque (Bois-le-Duc). Más general aún, podemos constatar una
predominancia del mundo urbano, que directamente se puede relacionar con la misma
situación dominante de Brabante y Flandes, siendo estas dos las provincias con mayor
número de ciudades grandes22.
No obstante debemos tener cuidado con estas dos últimas conclusiones. En pri-
mer lugar porque es posible que en las fuentes se nombre la ciudad cercana, y quizá
conocida, en lugar del pequeño pueblo de origen. También se reconocen más fácilmente
apellidos hispanizados, haciendo referencia más a los nombres de grandes ciudades que
a los de pueblos pequeños, como por ejemplo un Cornelio de Amberes o un Juan de
Malinas. En tercer lugar, se puede constatar claramente una migración escalonada. El
habitante de un pueblo pequeño suele emigrar en primera instancia a la capital de la
provincia, o directamente a uno de los centros urbanos de los Países Bajos. No cabe
ninguna duda de que los núcleos como Amberes y Bruselas atraían a muchos inmigrantes
procedentes de todas las provincias. Iban a la ciudad para aprender una profesión o en
busca de aventura. De esta manera, en muchos tipos de documentos vamos a encontrar a
estos inmigrantes como habitantes o, en ciertos casos, como vecinos de la ciudad. Sólo
en el caso de que el documento mencione el lugar de nacimiento del inmigrante podemos
detectar un origen menos urbano.
Tomemos el ejemplo de Sevilla. En la categoría de los mercaderes flamencos en
esta ciudad predominan los habitantes de Brujas y Amberes, aunque también encontra-
mos algunos de Malinas, Vergas y Bolduque, aparte del ya mencionado Juan de Haarlem.
Entre los artistas que menciona José Gestoso y Pérez en su estudio biográfico, encontra-
mos un origen comparable: Amberes y Brujas como los núcleos más importantes, pero
también se menciona a Gante, Bruselas, Malinas, y de nuevo a Bolduque. Basándonos en
los apellidos encontramos a su vez a habitantes de Breda (también una ciudad brabanzona)
y Amsterdam en el condado de Holanda. El famoso pintor Hernando de Sturmes era
procedente de la ciudad zelandesa de Zierikzee.
Encontramos a los flamencos en muchos lugares diferentes de España. El hecho
de que una parte de los inmigrantes mantuvieran una vida itinerante hace posible una
gran dispersión. Vemos como las grandes ciudades son los polos de atracción más impor-
22
En los trabajos de Werner Thomas aparecen como lugares de descendencia para flamencos presentes en
España hasta 1560: Amberes, Amersfoort, Ath, Brujas, Bruselas, Gante, Gravelinas, Maastricht, Malinas,
Mons, Nimega, Valenciennes. W. THOMAS, Een spel van kat en muis. Zuidnederlanders voor de Inquisitie
in Spanje 1530-1750. Bruselas, 1991; W. THOMAS, La represión del protestantismo en España 1517-1648.
Lovaina 2001 y W. THOMAS, Los protestantes y la Inquisición en España en tiempos de Reforma y
Contrarreforma. Lovaina 2001.
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tantes. Basándome en una investigación provisional de la corona de Castilla, realizada
para mi tesis doctoral, he llegado a la conclusión de que probablemente se encuentren
flamencos en todas las ciudades y villas de España durante la época de Carlos V23. La
historiografía ha dedicado mucha más atención a los grandes núcleos, pero a través de
estudios locales es posible ampliar nuestro horizonte: en una ciudad como Zamora vivían
entre 1512 y 1516 cuatro vecinos de origen flamenco: dos escultores, un encajero, y un
cerrajero y relojero24.
Es posible aumentar todavía más esta lista de ciudades y villas con muchos pue-
blos de España, sobre todo utilizando datos sobre el estudio de las obras de arte en las
pequeñas iglesias parroquiales. Un ejemplo es el imaginero Arnao de Bruselas, cuya
ocupación le condujo a numerosos lugares del valle del Ebro25. Otro ejemplo es la pre-
sencia de un flamenco llamado Janne van Hilst, que había arrendado, junto a un hombre
procedente de Colonia, las minas de Almagro. Esperaban mejorar los resultados de las
minas trayendo a mineros de Alemania y los Países Bajos26.
Pero en general los flamencos eran mercaderes y artesanos, incluidos los artistas, que
vivían en los grandes núcleos urbanos. Es imposible sumar aquí todos los tipos de comer-
cio y de artesanía a los que se dedicaban. Ya hemos hecho referencia anteriormente a
cierto número de actividades diferentes, por lo que no es necesario ofrecerles una lista
más amplia de las ocupaciones. Se puede decir que abarcaba toda la escala social, desde
el príncipe hasta el mendigo, es decir, desde Carlos V mismo, nacido en Gante, hasta una
flamenca desnuda en Santiago que recibió una limosna en forma de tela por parte de
Isabel la Católica para que se hiciese una saya27.
23
En los núcleos comerciales y los puertos de Andalucía (Jerez de la Frontera, Málaga, Granada, Sevilla,
Cádiz, San Lúcar de Barrameda); en las grandes y medianas villas del interior de la corona de Castilla (Alcalá
de Henares, Ávila, Badajoz, Burgo de Osma, Burgos, Cáceres, Cuenca, León, Logroño, Madrid, Medina de
Ríoseco, Medina del Campo, Palencia, Plasencia, Sahagún, Salamanca, Santo Domingo, Segovia, Toledo,
Trujillo, Valladolid, Vitoria, Zamora); y en la costa cantábrica (Santiago de Compostela, La Coruña, Santander,
Laredo, Bilbao). R.P. FAGEL, Hispano-Vlaamse wereld, pp. 209-280. Las investigaciones de Werner Thomas
sobre los protestantes ante la inquisición también aportan muchos lugares donde se podían encontrar flamencos
entre 1517 y 1560: Alcalá de Henares, Barcelona, Baza, Burgos, Cádiz, Cuenca, Granada, Laredo, Málaga,
Ocaña, San Sebastián, Santa María del Campo Rus (La Mancha), Sevilla, Toledo, Tortuera, Valencia, Valladolid,
Zaragoza. W. THOMAS, Een spel van kat en muis; W. THOMAS, La represión del protestantismo y Los
protestantes y la inquisición.
24
C. FERNANDEZ DURO, Memorias históricas de la ciudad de Zamora, su provincia y obispado. Madrid,
1982, pp. 182-183; M. GOMEZ MORENO, Ed., Catálogo monumental de España. Provincia de Zamora, 2
vols.. Madrid, 1927, p. 113.
25
J. RUIZ-NAVARRO PEREZ, Arnao de Bruselas, imaginero renecentista y su obra en el valle medio del
Ebro. Logroño, 1981.
26
Archivo Municipal de Amberes, Libros Municipales de Certificación, vol. X, 337r (28-5-1555).
27
E. BENITO RUANO, Ed., El libro del limosnero de Isabel la Católica. Madrid, 1989, 26r.
333
Una característica importante de la presencia flamenca en España es la difusa
separación entre los mercaderes y los artesanos. Encontramos a muchos artesanos que a
la vez llevan su propio negocio. Como el joyero Juan de la Corte en Valladolid, que tenía
su tienda en la Plaza del Mercado de la ciudad. Su hijo Rodrigo trabajaba en la tienda de
su padre, pero se consideraba mercader. Parece posible considerar a los flamencos como
pertenecientes a un grupo social de nivel medio. En general no encontramos a grandes
comerciantes y banqueros, como muchos de los italianos en España, pero tampoco son
jornaleros y trabajadores pobres, como muchos de los franceses que traspasaban los Piri-
neos. Creo que es posible generalizar esta imagen de los flamencos como un grupo de
artesanos y pequeños comerciantes, lo que ya constató Eddy Stols en 1969 para los fla-
mencos en Sevilla, a la situación de todos los flamencos en la España de Carlos V28.
Tomemos otra vez el ejemplo de los artistas en Sevilla del libro de José Gestoso
y Pérez. Aunque en su búsqueda en los protocolos notariales de la ciudad no se fijaba en
todas las artesanías, sino sólo en los trabajos considerados “arte”, ya nos da una imagen
de las ocupaciones de los flamencos en la ciudad: artillero, bordador, cerrajero, entallador,
impresor, lapidario, lombardero, naipero, pintor, platero, polvorista, relojero, tapicero, y
vidriero29. No he podido tratar aquí otros grupos específicos de inmigrantes30 , ni a los
peregrinos que se dirigían a la tumba de Santiago, ni a los marinos que frecuentaban los
puertos españoles. Tanto en Santiago como en alguno de los puertos hubo posadas con
dueños flamencos para este tipo de viajeros, como por ejemplo “La paloma negra” en
Santiago31. Finalmente debo decir que tampoco he prestado mucha atención a los flamen-
cos relacionados con la corte, no sólo a los de la corte de Carlos V32 , sino tampoco a los
que formaban el pequeño núcleo de cortesanos flamencos en la corte de Juana la Loca en
Tordesillas33.
28
E. STOLS, “La colonia flamenca de Sevilla y el comercio de los Países Bajos españoles en la primera
mitad del siglo XVII“, Anuario de historia económica y social, 2, (1969), pp. 363-381.
29
A esta lista se pueden añadir los siguientes: mercader, librero, bonetero, y unas mujeres, que sólo aparecen
en relación con sus maridos y sus padres. R.P. FAGEL, Hispano-Vlaamse wereld, pp. 267-274.
30
Para la mejor descripción reciente en español de la presencia de los flamencos en España: W. THOMAS y
E. STOLS, “La integración de Flandes en la Monarquía Hispánica“, W. THOMAS y R.B. VERDONK, Ed.,
Encuentros en Flandes. Lovaina y Soria, 2000, pp. 1-73, pp. 35-54. En los trabajos de Werner Thomas sobre
los protestantes y la Inquisición encontramos hasta 1560 las siguientes profesiones para los flamencos:
alabardero, calcetero, cartero, cerrajero, cocinero y pastelero, hilador de seda, imaginario, impresor, librero,
marinero, mendigo, pintor, relojero, tapicero, tonelero, vidriero, y zapatero.. W. THOMAS, Een spel van kat
en muis; W. THOMAS, La represión del protestantismo y W. THOMAS, Los protestantes y la Inquisición.
31
A. VIAENE, Vlaamse pelgrimstochten. Brujas, 1982.
32
J. MARTINEZ MILLAN. Ed., La corte de Carlos V. Vols. I-V. Madrid, 2000.
33
R.P. FAGEL, “Juana y Cornelia. Flamencos en la corte de Juana la Loca en Tordesillas“, El tratado de
Tordesillas y su época. Congreso internacional de historia. Vol. III. Valladolid, 1995, pp. 241-263.
334
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 325 - 335.
ISBN: 84-688-2633-2.
El estatus jurídico: consulado, naturaleza y vecindad
Conclusión
335
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 9 - 13.
ISBN: 84-688-2633-2.
ÍNDICE TOMO I
PRESENTACIÓN
VILLAR GARCÍA , Mª. Begoña . .................................................................................................................... 15
PONENCIAS
COMUNICACIONES
9
Les étrangers dans les Pays-Bas espagnols (XVIe-XVIIe. Siécles)
BERNARD, Bruno . .......................................................................................................................................... 175
10
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 9 - 13.
ISBN: 84-688-2633-2.
Sospechosos habituales: contrabando de tabaco y comerciantes extranjeros en los
puertos españoles
ESCOBEDO, Rafael . ...................................................................................................................................... 313
Carew, Langton and Power, an irish trading house in Cádiz, 1745 – 1761
FANNIN, Samuel . ............................................................................................................................................. 347
El atractivo gaditano para los suizos de la segunda mitad del siglo XVIII. Del
capitalismo mercantil hasta los pequeños probadores de fortuna
JAHIER, Hugues . ............................................................................................................................................. 401
11
Franceses en Valencia en 1674
LORENZO LOZANO, Julia . .......................................................................................................................... 457
12
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo I, pp. 9 - 13.
ISBN: 84-688-2633-2.
Los extranjeros que llegaron a Andalucía como colonos de las Nuevas Poblacio-
nes de Sierra Morena y Andalucía en el siglo XVIII
SÁNCHEZ-BATALLA MARTÍNEZ, Carlos . ................................................................................................ 611
“Los hombres de negocios” extranjeros en la Málaga del último tercio del siglo
XVII
SANTOS ARREBOLA, María Soledad . ....................................................................................................... 635
Los comerciantes extranjeros y el negocio del tabaco en la España del siglo XVIII
SOLBES FERRI, Sergio . ................................................................................................................................ 643
13
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo II, pp. 3 - 8.
ISBN: 84-688-2633-2.
ÍNDICE TOMO II
PONENCIAS
COMUNICACIONES
Los Fornari y las rentas de Orán a comienzos del siglo XVI. Financiación del rey
y negocio familiar
ALONSO GARCÍA, David . ............................................................................................................................ 101
Los extranjeros en la Alta Administración española del siglo XVIII: El caso de los
Capitanes Generales de Mallorca
CAIMARI CALAFAT, Tomeu . ........................................................................................................................ 149
3
Nación extranjera y cofradía de mercaderes: el rostro piadoso de la integración
social
CRESPO SOLANA, Ana . ................................................................................................................................ 175
La estratificación social de España vista por los viajeros extranjeros del siglo XIX
DEL PINO ARTACHO, Juan . ........................................................................................................................ 189
Andalucía vista por Christian August Fischer, viajero alemán del siglo XVIII
FRIEDERICH-STEGMANN, Hiltrud . ......................................................................................................... 217
Notas para un estudio historiográfico de los viajeros por España y Portugal duran-
te los siglos XV al XVII
GARCÍA-ROMERAL PÉREZ, Carlos . ......................................................................................................... 281
4
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo II, pp. 3 - 8.
ISBN: 84-688-2633-2.
El flamenco Joris Hoefnagle pintor de las capitales andaluzas del Quinientos
GIL SANJUÁN, Joaquín y SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio . .............................................................. 341
Imágenes de la Nobleza: La nobleza castellana ante los ojos de los viajeros ex-
tranjeros en la Edad Moderna
GUILLÉN BERRENDERO, José Antonio . ................................................................................................. 415
Los viajeros extranjeros de la Edad Moderna como fuente para la Historia del
Arte: Su aplicación al patrimonio artístico sevillano
HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador . ........................................................................................................ 427
5
Diplomáticos europeos en la España de mediados del siglo XVIII. Inmigrantes de
ida y vuelta
LAVANDEIRA HERMOSO, Juan Carlos . .................................................................................................. 485
Entre Málaga y Granada: La aventura de viajar en la primera mitad del siglo XIX
LÓPEZ-BURGOS, Mª Antonia . .................................................................................................................... 511
Los extranjeros en España e Indias según el ilustrado peruano José Eusebio Llano
Zapata (1756-1770)
PERALTA RUIZ, Victor . ................................................................................................................................. 595
6
I Coloquio Internacional “Los Extranjeros en la España Moderna”, Málaga 2003, Tomo II, pp. 3 - 8.
ISBN: 84-688-2633-2.
Unidades extranjeras en el ejército borbónico español del siglo XVIII
PÉREZ FRÍAS, Pedro Luis . ........................................................................................................................... 631
Los viajeros extranjeros y la crisis del Antiguo Régimen en España: el viaje como
fuente histórica
REPETO GARCÍA, Diana . ............................................................................................................................ 657
Cesare Arbassia, un pintor italiano para los círculos humanistas hispanos del siglo
XVI
SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio . ............................................................................................................... 699
7
Extranjeros en España y sus aportaciones a la ciencia y la técnica ilustradas
VILLAS TINOCO, Siro . .................................................................................................................................. 781