El derecho a volverse loco, de los pocos textos donde el nobel de literatura de 1982, Gabriel García Márquez, publicado el 21 de enero de 1950 en una columna del diario El Heraldo, a la que hacía llamar curiosamente, “La Jirafa”, hace alusión directa a el carnaval de Barranquilla, aunque ya lo había hecho de una u otra manera en obras como, “Los Funerales de la Mama Grande”, donde destaca su importancia, y su carácter libertario. “Por fin, después de haber vivido un año entero sometidos a la fastidiosa vigilancia de la cordura, llega el instante en que se nos garantiza el derecho a volvernos locos”, Gabo describe el carnaval como un momento de éxtasis, de liberación de sofocantes cargas, donde dejamos atrás los estresantes estándares de la sociedad. Gabo rescata la idea de que somos personas siguiendo simples lineamientos de cosas que la sociedad junto a la iglesia han calificado como buenas, diciendo que la única pizca de libertad se ve cuando vestimos de distintos colores cincuenta semanas al año, “La cordura es un estado simple, adocenado, completamente vulgar, bajo cuyo imperio lo único extravagante que podemos permitirnos, de vez en cuando, es la muy normal e inofensiva de vestir colores Durante cincuenta semanas, quienes todavía no tenemos suficientes méritos para ingresar a un manicomio debemos limitarnos a vivir disfrazados de ciudadanos comunes y corrientes. Pobres transeúntes que van a su oficina, a la universidad, al café, simplemente, con el propósito de hacer algo completamente ridículo, pero que ya la comunidad cristiana se ha encargado de clasificar como honesto y edificante”, el yugo del burgués es dejado atrás según Gabriel en pocos instantes. La esencia del carnaval sólo es el simple deseo de cada uno de nosotros de desatar la locura acumulada, dando golpes en nuestro interior casi 365 días al año. Destaca una cierta falta de originalidad de quienes diseñan nuestros modelos de vida, de vulgares patrones opresores. Márquez resalta la cultura parisina donde se da cierto privilegio a la idea liberal de ser original, contando la anécdota de Ramón Gómez de la Serna saliendo de los campos Elíseos comiendo huevos de tortuga sobre un elefante, dice que tal vez la exorbitante grandeza de este país se deba a que la locura es un hecho inherente y para nada sorpresivo, nadie mejor que uno de los mejores escritores de la historia para hablar de originalidad. BIBLIOGRAFÍA… “El derecho a la locura”, Heriberto Fiorillo. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/heriberto-fiorillo/el-derecho-a-la- locura-6-de-marzo-de-2017-64558