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Historia de la Monja Blanca

Esta es la historia de la Monja Blanca, bautizada así por los españoles en tiempos de la
Colonia, llamada Sak Ijix por los mayas q’eqchi’. Fue declarada flor nacional de
Guatemala en 1934…
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Historia de la Monja Blanca


Publicado el 27 Jul, 2018 - 16:59:58 - Ultima actualización: 27
Jul, 2018 - 17:01:49

La historia de la Monja Blanca empieza antes de la conquista.


Aunque existen muy pocos registros mayas acerca de las
orquídeas, de acuerdo con el botánico guatemalteco Fredy
Archila, la planta fue utilizada por los mayas asociada a rituales
de fertilidad durante varios siglos. Los q’eqchi’es, que habitaban
en las Verapaces, la llamaban Sak Ijix, que significa “Mujer
Blanca”. Una de sus leyendas cuenta que una hermosa princesa
fue convertida en esta flor y que a eso se debe su gran belleza.
Mira también:

 La Monja Blanca: Flor Nacional de Guatemala


 Características de la Monja Blanca
 Extinción y rescate de la Monja Blanca

Tras la llegada de los españoles, fue bautizada Monja Blanca,


debido a que en el centro de la flor, los estambres y pistilos están
fusionados y forman una columna que se asemeja a una monja
que está rezando.

Historia de la Monja Blanca durante el


siglo XIX
La ciencia conoce a la Monja Blanca

En 1840, un comerciante británico llamado George Ure Skinner


(1804 – 1867) llegó a Guatemala, y tras toparse con la peculiar
flor, envió dos especímenes secos al botánico inglés James
Bateman (1811 - 1897).

Bateman era el autor del libro “The Orchidaceae of Mexico and


Guatemala” (Las orquídeas de México y Guatemala), el libro
botánico más grande jamás producido (76 cm de alto x 55 cm de
ancho y un peso de 38 libras) editado entre 1837 y 1843, en
plena época del "Orquidelirium", una manía por las orquídeas
que se desató en Europa y que se caracterizó por una obsesión
por coleccionar y cultivar especies de orquideas exóticas. El
libro, que se imprimió en una edición limitada a 125 copias,
incluía 40 hermosas placas litográficas a color.

Caricatura del libro "Orquideas de México y Guatemala" de James Bateman, que hace burla
del gran tamaño y peso del libro de orquideas donde también apareció la Monja Blanca a
mediados del siglo XIX.

Bateman posteriormente envió las flores a otro famoso botánico


inglés llamado John Lindley (1799 – 1865), quien las estudió y
describió como pertenecientes al género Maxillaria. Ese mismo
año (1840) realizó la publicación del descubrimiento de la nueva
especie en la revista Edwards’s Botanical Register, una revista
de horticultura británica de la época.
Saqueo de los bosques guatemaltecos

Tras la publicación de la Monja Blanca en el registro botánico,


sobrevino una enorme depredación de nuestros bosques en los
que Skinner y otros comerciantes saquearon la flor para enviarla
a Europa. Según registros históricos, para finales del siglo XIX,
se habían exportado miles de orquídeas.

Errores en el nombre científico

Poco tiempo después de la publicación, Lindley pudo observar


una planta viva con flores rosadas, y pensó que era distinta a la
que había descrito con anterioridad. Pero esto fue desmentido por
varios botánicos que pudieron demostrar que la primera
descripción publicada en 1840 era en efecto de la especia de
flores rosadas.

Lindley describió entonces en el Edwards’s Botanical Register


una nueva Maxillaria skinneri en 1842 basándose en una nueva
flor viva que recolectó en una exposición en Londres. Sin
embargo, no pudo registrarla con ese nombre, ya que el código
de nomenclatura de hongos, algas y plantas establece que no se
pueden asignar nombres iguales a materiales diferentes.
John Lidley, botánico inglés que describió erróneamente a la Monja Blanca como
perteneciente al género Maxillaria em 1840.

El problema se dio entonces cuando Lindley transfirió un grupo


de Maxillarias a su nuevo género Lycaste en 1843, ya que utilizó
para Lycaste skinneri el material publicado en 1842, el cual era
considerado inválido, por lo que entonces el nuevo nombre
también debería ser inválido. El código de nomenclaturas
recomendó buscar otro nombre asignado a la especie o crear uno
nuevo.

Por fortuna, en 1842 el botánico belga Joseph François


Scheidweiler (1799 - 1861) describió a la Maxillaria virginalis,
la cual fue transferida al género Lycaste en 1888. De esta
manera, se pudo asignar y validar el nombre Lycaste virginalis
(Scheidweiler) Linden a la especie de flores rosadas.

La Lycaste skinneri alba

Con el correr del tiempo, se fueron observando nuevas variantes,


siendo una de ellas la variante albina. En el año 1889 se realizó
un intercambio botánico entre América y Europa, y por iniciativa
del profesor Ladislao Cordero se expusieron varias orquídeas
guatemaltecas en Viena, en donde se establecieron dos géneros:
el Cattleya y el Lycaste.

En dicha exposición la Monja Blanca se encontraba entre el


género Lycaste y debido a la presión de comerciantes y botánicos
ingleses que quisieron imponerle a esta variante el epíteto
skinneri por ser Skinner un comerciante británico, quedó
determinada como Lycaste skinneri variedad alba por Dombrain
a pesar de que ya se había determinado que era un nombre
inválido.

El nombre Lycaste, se le dio por su original belleza, ya que


Lycaste era el nombre de la bellísima hija de Priamo, rey de
Troya. La palabra skinneri se derivó del apellido de George
Skinner. Y por supuesto, la variedad alba obedece a su color
blanco.

Historia de la Monja Blanca en el siglo


XX
Flor nacional de Guatemala

Tras participar en la Exposición de Flores Internacional de


Miami de 1933, la Monja Blanca impresionó a la presidenta de
dicha exposición, Leticia Southerland, a tal grado que escribió al
presidente Jorge Ubico para que considerara declararla Flor
Nacional.

Tras consultar con botánicos y entidades relacionadas con la


botánica de nuestro país, el presidente aceptó la propuesta de
Southerland, y el 11 de febrero de 1934 emitó un decreto en el
que se declara a la Monja Blanca como flor nacional de
Guatemala.
Orgullo patrio

De acuerdo con el historiador Francisco Reyes, antiguamente en


Cobán las personas solían mantener en sus casas -más grandes
que las actuales- un huerto y un jardín, en donde sembraban
rosas y árboles de níspero donde colocaban una maceta de chut
con orquídeas, y preferiblemente una Monja Blanca por haberse
convertido en símbolo patrio.

Protección de la Monja Blanca

Tras el decreto que declaraba a la Monja Blanca como flor


nacional, la depredación de la orquídea se incrementó, por lo que
en 1946 el presidente Juan José Arévalo emitió un nuevo decreto
para protegerla, en la que se prohibía la recolección y
exportación de la planta. Dicho decreto fue ampliado en 1947
para extender la prohibición a los pseudobulbos y flores, así
como al resto de especies de la misma familia botánica.

Flor de Semana Santa

La Monja Blanca también se volvió muy importante para adornar


las andas de Semana Santa en Alta Verapaz. Juan Medina, un
poblador de Cobán, adorna desde hace años el anda de Viernes
Santo con aproximadamente 3,000 orquídeas moradas y 100
blancas. Sin embargo, conseguir 100 flores blancas se ha vuelto
cada vez más difícil.

Acuñando la flor

Ya finalizando el siglo XX, en 1997 la Monja Blanca fue


utilizada como una de las caras de la nueva moneda de 50
centavos, la cual sigue siendo utilizada en la actualidad.

Historia de la Monja Blanca en el siglo


XXI
Lycaste virginalis forma alba

El nombre erróneo de Lycaste skinneri var alba se mantuvo


durante más de 100 años, pero en 1992, un grupo de botánicos
guatemaltecos da inicio al estudio y análisis del género Lycaste
en nuestro país. Tras casi 20 años de estudio de la planta, el
botánico guatemalteco Fredy Archila logra publicar en 2011 el
nuevo nombre de la flor nacional de Guatemala en la revista
científica francesa Richardiana. Desde entonces, el nombre
científico oficial de la Monja Blanca es: Lycaste virginalis forma
alba (Dombrain) Archila & Chiron.

Extinción de la Monja Blanca

El saqueo de los bosques guatemaltecos en búsqueda de la flor


para su recolección y exportación ocasionó que la flor corriera
peligro desde finales del siglo XIX. A pesar de que en 1946 se
prohibió su recolección y exportación, la flor nunca se pudo
recuperar.

La destrucción de su hábitat natural para dar lugar a áreas de


cultivo, pastizales y viviendas dificultó aún más que la flor se
pudiera desarrollar, y para el año 2005 la Monja Blanca ya no
podía encontrarse en los bosques, por lo que fue declarada
extinta en su estado silvestre.

Rescate de la Monja Blanca

Afortunadamente, la orquídea se cultiva en viveros y existen


varios especímenes en manos de coleccionistas privados. En
2014 se inició un proyecto para reproducir in vitro a la Monja
Blanca, el cual rindió frutos en 2017 con la germinación de 400
plántulas.

El botánico guatemalteco Fredy Archila lucha por evitar la extinción de nuestra flor nacional y
devolverla a su hábitat natural.

Aunque el gobierno retiró el apoyo financiero, el proyecto


continúa de la mano de Fredy Archila, quien con sus propios
recursos espera poder llevar de vuelta a su hábitat natural a
nuestra flor nacional a partir del 2019.

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