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Politécnico de la costa atlántica

Juan Daniel Pabon Pertuz

Pensamiento administrativo

Ensayo
La soledad

Profesor
Guillermo Rodriguez

17 de septiembre del 2018


La soledad “la nueva futura epidemia social”

Las personas, como seres sociales, necesitan convivir en compañía de los otros.
No obstante, es frecuente encontrar a individuos que presentan un gran sentimiento
de aislamiento a pesar de poder estar rodeados por un amplio círculo social. Es por
ello que en este ensayo, la tesis que se va a definir es “si el ser humano es social
por naturaleza, entonces que causa el sentirnos solos incluso estando rodeados de
muchas personas”.
Hasta hace pocos años, el sentimiento de soledad ha sido vinculado a patologías
como la depresión, considerándolo un subproducto o una consecuencia de la
misma. No obstante, en esta misma línea, autores como Karnick afirman que la
soledad es una problemática que tradicionalmente ha carecido de una atención
seria debida a que no ha sido considerada una posible raíz de otras dolencias o
porque no se ha percibido como una problemática independiente. Asimismo, el autor
informa que parte de esta situación se debe a que las personas que experimentan
este sentimiento de forma desmedida no suelen reconocerlo, en su mayoría, debido
a la vergüenza y la dificultad para superar la sensación de aislamiento.
Una persona que se siente sola suele estar más angustiada, deprimida y hostil, y
tiene menos probabilidades de llevar a cabo actividades físicas. Como las personas
solitarias tienden más a tener relaciones negativas con otros, el sentimiento puede
ser contagioso. Las pruebas biológicas realizadas muestran que la soledad tiene
varias consecuencias físicas: se elevan los niveles de cortisol —una hormona del
estrés—, se incrementa la resistencia a la circulación de la sangre y disminuyen
ciertos aspectos de la inmunidad. Y los efectos dañinos de la soledad no se acaban
cuando se apaga la luz: la soledad es una enfermedad que no descansa, que
aumenta la frecuencia de los microdespertares durante el sueño, por lo que la
persona se levanta agotada.
Los familiares y amigos suelen ser los primeros en detectar los síntomas de soledad
crónica. Cuando una persona está triste e irritable, quizá está pidiendo en silencio
que alguien la ayude y conecte con ella. La paciencia, la empatía, el apoyo de
amigos y familiares, compartir buenos momentos con ellos, todo eso puede hacer
que sea más fácil recuperar la confianza y los vínculos y, en definitiva, reducir la
soledad crónica.
El remedio para la soledad siempre ha sido la familia. Nadie está realmente solo si
hay una familia detrás que le acoge, aunque sea mucha la distancia que les separe.
El sentir que somos la preocupación de alguien, que alguien está pensando en
nosotros o que alguien ríe o sufre con nosotros, nos hace más humanos, más
humildes y alimenta nuestra esperanza y nuestro equilibrio.

La soledad también va relacionada con el suicidio siendo uno de los principales


causante,
Ahora viendo, el escritor Robert Fisher en su libro titulado “El caballero de la
armadura oxidada”, muestra la soledad en uno de los castillos en el sendero de la
verdad. El castillo del silencio, el caballero, al estar allí en un silencio tan profundo,
se da cuenta de todo lo que ha sufrido Julieta su esposa estando siempre en esa
soledad tan dolorosa que él mismo había provocado durante tanto tiempo, con esto
el caballero se da cuenta tenía miedo a la soledad, ya que se pasó su vida
complaciendo a lo demás para que estos no los abandonaran, sin darse cuenta que
así estaba dejando solo a las persona que realmente lo querían. Con esto Fisher
nos muestra un punto importante en las personas, ya que con tal de no sentir ese
sentimiento de soledad compramos afecto de personas a las que no le importamos,
alejando así a las personas a las que realmente les importamos, como es la familia,
en contraste con lo mencionado anteriormente la familia es el remedo para la
soledad.
¿Las redes sociales pueden abrir nuevas vías para conectar con los demás?
Depende de cómo se usen. Cuando la gente utiliza las redes para enriquecer las
interacciones personales, pueden ayudar a disminuir la soledad. Pero cuando sirven
de sustitutas de una auténtica relación humana, causan el resultado opuesto.
Imaginen un coche. Si una persona conduce para compartir un rato agradable con
sus amigos, seguramente se sentirá menos sola; si se pasea solo para saludar de
lejos y ver cómo los demás se lo pasan bien, su soledad seguramente seguirá
siendo igual o peor.
Por desgracia, muchas personas solas tienden a considerar las redes sociales como
refugios relativamente seguros para relacionarse con los demás. Como en el
ciberespacio resulta difícil juzgar si los otros son dignos de confianza, la relación es
superficial. Además, una conexión a través de Internet no sustituye a una real.
Cuando un niño se cae y se hace daño en la rodilla, una nota comprensiva o una
llamada a través de Skype no sustituye al abrazo consolador de sus padres.
Es preciso decir que la soledad que la soledad es acusada por muchos motivos ya
mencionados pero, es importante cambiar el significado que le damos a la soledad.
La soledad también se puede disfrutar, puesto que nos permite tener más tiempo
para nosotros, nos ofrece una oportunidad para redescubrirnos y un espacio para
cambiar los objetivos que tenemos en la vida.

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