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ARQUEOLOGIA DE COLOMBIA:

Un texto Introductorio.
Gerardo Reichel-Dolmatoff.

Capítulo II: El País

Colombia está situada en el extremo noroccidental Magdalena recibe las aguas del Cauca, ya sobre las
de América del Sur, donde ocupa un área de más de tierras bajas de la Costa Caribe.
1.100.000 km², o sea, una extensión equivalente a la Al este de los Andes y más allá de las cordilleras ya-
de Francia, España y Portugal. Este inmenso país, cu- cen los Llanos del Orinoco y las Selvas del Amazonas,
yas selvas exuberantes y montañas escarpadas se ex- ambas regiones abarcan las dos terceras partes del
tienden desde el Mar Caribe hasta el Amazonas, es la territorio nacional.
"casa de esquina" de Suramérica. Colombia está situada entre los 12° 30' Norte y 4°
La extrema diversidad de la configuración del terre- 13' Sur de la línea ecuatorial, y la mayor parte del terri-
no, de las características climatológicas y de los desa- torio tiene un clima tropical, pero ya que la temperatu-
rrollos culturales de Colombia ha desafiado siempre ra depende de la altura, la variación climática en las
cualquier tentativa de descripción generalizada. Pocos zonas montañosas del país abarca toda la escala,
países del mundo la igualan en lo que se refiere a va- desde el trópico húmedo o seco, hasta las tierras altas
riación ambiental. Debido a su ubicación geográfica, y los nevados de las cordilleras. Una división cuádru-
como a sus particularidades tan complejas de fisiogra- ple en grandes pisos térmicos muestra una escala
fía y climatología, Colombia forma el epicentro del Á- donde primero está la tierra caliente, desde el nivel del
rea Intermedia, es decir, de aquellas tierras que yacen mar hasta aproximadamente 1.000 metros, abarcando
entre los dos grandes centros de civilización indígena el 83% del territorio nacional, con una temperatura
americana. En el curso de su historia aborigen, esta ti- media anual que no excede los 24° centígrados. La
erra colombiana ha desempeñado un papel muy varia- tierra templada sigue entre los 1.000 y 2.000 metros,
do pero siempre importante. Debido a su posición geo- abarcando aproximadamente el 9% del territorio y con
gráfica general, Colombia ha sido la entrada y salida una temperatura media de no menos de 17.50. Entre
de América del Sur, mientras que por su complejidad los 2.000 y 3.000 metros está la tierra fría, que abarca
interna ha constituido una encrucijada y un mosaico el 6% del territorio nacional y tiene una temperatura de
de nichos ecológicos donde la lucha entre los recursos no menos de 12° centígrados, y arriba de los 3.000
adaptativos del hombre y el medio ambiente físico han metros comienzan los páramos, aquella zona alta se-
continuado hasta la época presente. En efecto, todos mejante a la tundra siberiana, que cubre más o menos
estos factores han tendido a producir un ambiente de el 2% del territorio y con una temperatura por debajo
grandes contrastes, y en cualquier reflexión sobre te- de los 12°. El límite inferior de las nieves perpetuas se
mas colombianos, el problema de los contrastes, sean halla aproximadamente entre los 4.500 y 4.800 metros
cuales fuesen, será siempre el punto focal. sobre el nivel del mar.
El rasgo estructural más sobresaliente en el país son En Colombia las estaciones están marcadas por la
las cordilleras que dividen su territorio en tres grandes lluviosidad y no por notables fluctuaciones de tempe-
áreas: la Andina, las Costas y el área de Orinoquía y ratura. En las tierras bajas de la Costa Caribe, al norte
Amazonia. Al penetrar a Colombia por el sur, los An- de lat. 8° N, hay una estación lluviosa de unos ocho
des pierden su unidad anterior y se dividen en tres e- meses (abril a noviembre), seguida por una estación
normes cadenas montañosas: las Cordilleras Occiden- seca de unos cuatro meses (diciembre a marzo), mi-
tal, Central y Oriental, que se despliegan desde el sur entras que al sur de esta latitud la estación de lluvias
y se extienden luego a través del país, desde las tie- está generalmente interrumpida por un corto período
rras altas ecuatorianas hasta las llanuras del Caribe. intermedio de poca lluviosidad ("veranillo") durante los
Aproximadamente paralelos a las cordilleras yacen los meses de junio y julio. En las tierras bajas de la Costa
inmensos valles de los ríos Magdalena y Cauca, a- del Pacífico prácticamente no existe una estación seca
compañados de cada lado por montañas coronadas y las lluvias caen durante todo el año. Tanto la distri-
aquí y allá por altos picos nevados o elevados volca- bución anual como la frecuencia y la cantidad de la
nes. Estos dos ríos, las arterias vitales del país, de- precipitación dependen naturalmente de muchos fac-
sembocan en el Mar Caribe, poco después de que el tores locales. Por ejemplo, mientras que la Península

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de la Guajira recibe sólo unos 200 milímetros de preci- menos expuestas a los vientos y cubiertas de exten-
pitación anual, la Costa Pacífica, con una precipitación siones más grandes de selva.
de hasta 10.000 milímetros, es probablemente la zona Hacia el occidente, las tierras bajas del Caribe se
más lluviosa y húmeda de los trópicos americanos. confunden gradualmente con las selvas pluviales del
De acuerdo con los factores meteorológicos y morfo- Golfo de Urabá y de la Serranía del Darién. Allí el pai-
lógicos, se pueden distinguir cinco grandes regiones saje es de planicies aluviales pantanosas y de man-
naturales que, aunque contienen muchas subregiones glares interrumpidos a trechos por oscuros riscos y ba-
cada una, se caracterizan por sus aspectos más o hías pedregosas.
menos coherentes. Dichas regiones son: La Costa Ca- Las tierras bajas de la Costa Pacífica presentan un
ribe, La Costa Pacífica, La Región Andina, Los Llanos cuadro totalmente diferente de la Costa Caribe. Tupi-
del Orinoco y Las Selvas del Amazonas. das y enmarañadas selvas pluviales se extienden por
Las tierras bajas de la Costa Caribe se extienden más de 1.300 kms sobre la costa baja, entre Panamá
aproximadamente 1.600 kms desde la frontera vene- y Ecuador, a todo lo largo del país. Grandes ríos tales
zolana hasta Panamá, o sea desde los desiertos de la como el San Juan, el Atrato y el Baudó atraviesan este
Península de la Guajira, hasta las selvas del Darién. territorio, junto con centenares de arroyos y riachue-
La Guajira forma el extremo más septentrional del los. El sector norte está formado por una costa escar-
Continente Suramericano. Durante la estación seca pada, con muchas caletas, ensenadas y puertos natu-
los vientos alisios corren constantemente sobre aque- rales, pero a partir de Cabo Corrientes hacia el sur, si-
lla extensión plana y arenosa y, ya que no hay barre- guen vastos manglares y esteros cuya extensión au-
ras que permitan condensar su humedad, la Guajira menta hacia la frontera con el Ecuador. Ya que la pre-
es un vasto desierto ardiente cubierto sólo por rastro- cipitación anual excede los 7.000 milímetros en la par-
jos xerofíticos, cactus y bromeliáceas. Sólo durante los te central del Chocó —nombre que se da al sector nor-
meses de octubre a noviembre caen leves lluvias y en- te de la Costa— se trata aquí de una de las grandes
tonces el monótono desierto se ve súbitamente cubier- selvas pluviales ecuatoriales de América. La vegeta-
to de matices verdosos. Pero durante la mayor parte ción hidrófila, con su abundancia de trepadoras y epi-
del año, la Guajira es el territorio más desértico de Co- fitas, es un mundo aparte, totalmente distinto de las
lombia —un vasto tracto de tierras estériles rodeadas áridas sabanas de norte o de las escarpadas monta-
por un mar violento—. ñas del interior andino.
Las tierras bajas del Caribe continúan hacia el sudo- La región Andina ya se ha mencionado al esbozar
este y cambian paulatinamente de desiertos a saba- las grandes líneas estructurales del país. La Cordillera
nas semiáridas, con colinas onduladas a veces con Central es la más elevada, con una altura promedio de
extensos bosques de árboles deciduos, hasta que al 3.000 metros; es algo más baja hacia su extremo sep-
llegar al río Magdalena se abre la amplia llanura alu- tentrional donde se divide en varias serranías que pa-
vial, cubierta aquí y allá por lagunas y brazos muertos, ulatinamente terminan en la Costa Caribe. La Cordille-
constituyendo un laberinto verde de caños y pantanos. ra Oriental tiene una altura promedio de aproximada-
Hacia el occidente del Magdalena siguen lomas cu- mente 2.000 metros. Siendo considerablemente más
biertas de pastos y pequeños bosques, pero al paso ancha que las demás, forma varios altiplanos; pero
que los vientos alisios pierden su fuerza, la precipita- también se bifurca en dos Serranías, una de las cua-
ción anual aumenta. Esta gran llanura que, hoy en día, les, la Sierra de Perijá, continúa hacia el Caribe y ter-
es el centro ganadero del país, está atravesada por mina apenas al llegar a la Península de la Guajira, mi-
dos grandes ríos cuyas cabeceras yacen cerca la una entras que la otra se extiende hacia el este y continúa
de la otra, en las montañas del sur. El río Sinú corre en territorio venezolano La Cordillera Occidental es la
en dirección norte, hacia el Mar Caribe, mientras que menos elevada y la más corta. Pero hay también otras
el río San Jorge se dirige hacia el nordeste y se une montañas y serranías que no forman parte del sistema
con el río Magdalena un poco más abajo de la con- andino. La Sierra Nevada de Santa Marta, la montaña
fluencia de éste con el río Cauca. más alta de Colombia (5.775 metros), no parece estar
Al este del bajo río Magdalena surge la Sierra Neva- relacionada estructuralmente con las cordilleras. Lo
da de Santa Marta, un gran macizo aislado que se le- mismo ocurre con la Serranía del Darién en la frontera
vanta abruptamente sobre las tierras bajas que se ex- con Panamá, la cual forma el divorcio de aguas con-
tienden entre el delta del gran río y las estribaciones tinental, o también es el caso de la Serranía de la Ma-
septentrionales de la Cordillera Oriental. Este macizo, carena, en el borde occidental de los Llanos del Ori-
de forma aproximadamente piramidal, constituye un noco, y la cual geológicamente pertenece al antiguo
rasgo fisiográfico sobresaliente de la Costa Caribe. En escudo de Guyana. Además esto ocurre en algunas
la Sierra Nevada, el clima y la vegetación varían no montañas de menor extensión.
sólo de acuerdo con la altura, sino también según la Las tres cadenas de las cordilleras forman un relieve
orientación de las vertientes; las faldas surorientales extremadamente irregular y complejo, de hoyas inter-
que yacen bajo los vientos alisios están cubiertas por montanas, sabanas, vertientes selváticas, altiplanos y
pastos, por escasos arbustos y pequeños bosques, los páramos. La gran variedad de factores locales tales
cuales sólo se hallan a lo largo de algunas corrientes como altura, orientación de vertientes, comentes de ai-
de agua o en hondonadas protegidas del viento. Las re, humedad, y la naturaleza de los suelos, constitu-
vertientes septentrionales y occidentales están mucho yen aquí un mosaico de complejidad extrema. La va-
riedad de microambientes que componen cada zona

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ecológica, las cuales además varían cada una tanto el pasado y quizás eran poco propicias a migraciones
horizontal como verticalmente, es la característica más por vía terrestre. Las condiciones locales del terreno
distintiva de las cordilleras colombianas y de sus va- presentan grandes obstáculos para viajar por tierra a
lles montañosos. Una región de especial importancia lo largo del litoral; densos manglares, riscos, farallones
es el altiplano cundiboyacense, que ocupa aproxima- e innumerables ríos dificultan cualquier movimiento
damente el centro de la Cordillera Oriental. Más de humano paralelo a la Costa, excepto algo más hacia el
una docena de cuencas planas se encuentran allí a este, donde los ríos San Juan y Atrato ofrecen sus
una altura de unos 2.700 metros y forman con sus ex- cursos de aguas como vías naturales. Por otro lado,
celentes tierras una de las zonas más fértiles del país. aún más hacia el este, existen varios puntos donde es
La cuenca más meridional forma la llamada Sabana relativamente fácil cruzar la Cordillera Occidental ha-
de Bogotá, a una altura de 2.600 metros sobre el nivel cia el Valle del Cauca. Dicha Cordillera, en casi toda
del mar1. su extensión, es comparativamente baja, y al seguir el
Es obvio que la particular naturaleza y alcance de curso de ciertos ríos, ante todo en las regiones de los
los desarrollos indígenas de Colombia deben exami- bajos ríos San Juan y Calima o del río Patía, se puede
narse y evaluarse como fenómenos estrechamente re- penetrar fácilmente hacia los valles del interior.
lacionados con la posición física y cultural tan única Los amplios valles de los ríos Magdalena y Cauca
que el país ocupa en el Área Intermedia. son, desde luego, rutas migratorias naturales que si-
Las anteriores observaciones plantean el problema empre han desempeñado un papel importante. Desde
de las rutas migratorias y de zonas de contacto. Las las cabeceras del río Magdalena, la Cordillera Oriental
extensas tierras bajas de la Costa Caribe han sido in- se puede atravesar en varios lugares. Más allá, se ex-
dudablemente desde miles de años una región a tra- tienden los Llanos del Orinoco y las Selvas del Ama-
vés de la cual se movieron grupos humanos en una di- zonas, con sus innumerables ríos que corren hacia el
rección o la otra: de los ríos hacia las selvas interflu- Oriente y constituyen vías hacia las tierras bajas del
viales o del litoral hacia las estribaciones de las serra- Perú, del Brasil y de las Guyanas.
nías. La abundancia, la naturaleza y la profundidad Antes de finalizar esta somera introducción geográfi-
temporal de los vestigios arqueológicos locales lo indi- ca, caben algunas observaciones sobre las posibilida-
can claramente. El extremo septentrional de la Cordi- des de navegación costanera de los indígenas. Al mi-
llera Oriental seguramente no constituyó un obstáculo rar el mapa de Colombia no siempre se cae en la cu-
para estos movimientos migratorios; ellos podían cru- enta de que es posible viajar en canoa desde la Bahía
zar por varios desfiladeros que se abren hacia lo que de Buenaventura hasta el Ecuador sin salir al mar abi-
hoy es territorio venezolano, y la hoya del Lago de Ma- erto (con excepción de un trayecto muy corto a través
racaibo también podía alcanzarse atravesando la par- del Golfo de Tortugas), simplemente usando la inter-
te baja de la Guajira. comunicación de esteros y canales que atraviesan los
La región del Darién, en la esquina más norocciden- manglares. Lo mismo es factible al viajar hacia el nor-
tal de Colombia, donde América Central se une al te, desde el delta del río San Juan hasta la desembo-
Continente de América del Sur, es por cierto, una zona cadura del río Baudó. Sólo al norte del Baudó es obli-
crucial de contacto ya que todas las migraciones anti- gatorio dejar el abrigo de los manglares y salir al mar
guas deben haber pasado por allí, por lo menos hasta abierto, pero durante varios meses del año, sobre todo
aquel período cuando la navegación costanera estuvo entre los meses de enero y abril, el Océano Pacífico
suficientemente desarrollada. es suficientemente calmado como para hacer posible
Las tierras bajas de la Costa Pacífica probablemente la navegación en canoas no descubiertas. Hay algu-
no han experimentado notables cambios climáticos en nos puntos que ofrecen cierto peligro: Cabo Corrien-
tes, Cabo Marzo y algunos otros, pero aún en la actu-
1 alidad los indios del Chocó viajan ocasionalmente en
Como introducción a la geografía del país. véase Guhl, Ernesto.
Colombia: Bosquejo de su Geografía Tropical. Biblioteca Básica Co- sus canoas a remo de ensenada en ensenada. Tron-
lombiana, Vols. 5 y 11, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, cos de madera de balso, amarrados a lo largo de las
1.975/1.976. Obras geográficas regionales de importancia son: bordas, les sirven de flotadores y estabilizadores. Para
Crist, Raymond E. The Cauca Valley. Baltimore, 1.952; West, Ro- una población indígena, con un mínimo de conocimi-
bert C. The Pacific Lowlands of Colombia: A Negroid Area of the A-
merican Tropics. Baton Rouge, 1.957; Wilhelmy, Herbert "Die klima- entos de navegación marítima, estas costas no pre-
morphologische und pflanzengeographiscbe Entwicklung des Troc- sentan mayores riesgos, y la navegación costanera
kengebietes am Nordrand Südamerikas seit dem Pleistozän", Die bien puede haber sido un factor importante en las anti-
Erde, 3-4, Berlín, 1954. Para climatología véase Trojer, Hans "El ti- guas migraciones, las relaciones comerciales y exten-
empo reinante en Colombia" Boletín Técnico, II, 13, pp. 1-43, FEDE-
ración Nacional de Cafeteros, Chinchiná, 1.954. Fuentes indispen- sos contactos culturales. Lo mismo puede afirmarse
sables son: Atlas de Colombia, Instituto Geográfico "Agustín Codaz- de las condiciones en la Costa Caribe donde, aunque
zi", Bogotá (varias ediciones). Atlas de mapas antiguos de Colombia actualmente faltan casi por completo los manglares,
- Siglos XVI a XIX. (Eduardo Acevedo Latorre, editor), Editorial Arco, es posible navegar de bahía en bahía, cuando hace
Bogotá (varias ediciones), así como la serie de atlas regionales y
nacionales publicada por el Banco de la República y por el Instituto buen tiempo. Hasta hace poco observamos canoas
Geográfico "Agustín Codazzi". Una excelente introducción popular cubiertas de los indios Cuna (Golfo de Urabá) y de los
sigue siendo el libro de Katleen Romoli.Colombia: Gateway to South indios de la Guajira, recorriendo a remo largos tre-
America. New York, 1941, traducido ahora al español con prólogo de chos, hasta la boca del río Magdalena. A veces una
Juan Gustavo Cobo Borda e incluido en esta misma serie de la
Biblioteca Familiar Colombiana de la Presidencia de la República, gran hoja de palma puede servirles de vela.
1.996.

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Existen pues amplias rutas para movimientos migra-
torios, así como zonas de contacto con otras áreas Gerardo Reichel-Dolmatoff
geográficas y culturales: América Central, la Costa del
Ecuador, el noroeste de Venezuela, las Antillas y la ARQUEOLOGIA DE COLOMBIA
Costa Caribe de los Estados Unidos, así como los Lla- Un texto Introductorio
nos del Orinoco y las Selvas Amazónicas. Debemos Presidencia de la república.
tener presente estas posibilidades al comenzar a tra- Fundación Segunda Expedición Botánica.
zar los desarrollos de las culturas indígenas de Colom- Editorial Arco
bia. Bogotá 1.986

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