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El estudio de los sentimientos y las emociones ha tomado auge en la última década mediante el
modelo de la inteligencia emocional. Los científicos afirman que la verdadera medida de la
inteligencia no es el coeficiente intelectual sino las emociones, dependiendo de estos en un 80%.
Este autor define la inteligencia emocional como la capacidad de sentir, entender, controlar y
modificar nuestros propios estados anímicos y los ajenos. Inteligencia emocional no es ahogar las
emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. En general, la inteligencia emocional es aquella que
permite interactuar con los demás, trabajar en grupo, tolerar situaciones difíciles y de conflicto,
fortalecer vínculos afectivos, establecer una empatía social, controlar los impulsos y mantener
niveles adecuados de humor. La carencia de las aptitudes anteriores se denomina actualmente
analfabetismo emocional. A la hora de hablar de inteligencia emocional (I.E.) se hace referencia a
cinco habilidades:
• Autoconciencia.
• Control emocional.
• Motivarse y motivar.
• Empatía.
• Habilidades sociales.
En el área social y laboral-profesional la I.E significa llevar a un nivel óptimo la relación entre las
personas: determina qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo),
con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo). Las emociones
determinan como respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo
y/o empresa.
CONFIANZA
RENDIMIENTO LABORAL
Entre ellas, hemos citado la mejora del clima laboral, la reducción del absentismo, el favorecer la
permanencia del talento en la organización, el incremento de la eficacia en las reuniones de
trabajo…También hemos hecho hincapié en la mejora de los procesos empresariales como pueden
ser la toma de decisiones, la gestión del conocimiento, la innovación, el liderazgo, el
emprendedurismo, la responsabilidad social corporativa… Incluso hemos señalado hasta la
saciedad la doble ventaja que tiene la IE en la organización: su aplicación por parte de los
trabajadores tanto en su vida laboral como personal mejorando, de esta forma, su bienestar y
aumentando su desarrollo personal, familiar y social.
Si se acepta que hay un papel para la I.E en el trabajo es importante reconocer el papel de la
comunicación en relación con la I.E. De manera superficial, podría estar relacionado con el modo
en que vestimos y con el nivel de expectación que nuestra apariencia visual crea en los demás. El
‘poder de la forma de vestir’ y ‘vestirse para una audiencia concreta’ han sido reconocidos como
un elemento de comunicación, así como la idea de que inconscientemente valoramos a las
personas después de siete segundos de haberlas conocido y si han adquirido un status social. Por
ejemplo, muchas personas esperarían que un gerente masculino vista un traje y corbata a menos
que se trate de negocios creativos, tales como el diseño gráfico y Web, actuación y producción
teatral y musical, donde otras formas de vestir son perfectamente respetables y esperadas. En la
comunicación influyen más cosas que la imagen y podría ocurrir que desarrollando la I.E nos
volvamos más sensibles para reconocer que no sólo evaluamos a los demás sino que también
damos una impresión, a través de nuestras acciones e interacciones, que influyen en nuestra
habilidad para comunicarnos. Para aclarar la relación entre I.E y Comunicación es necesario definir
y reconocer las distintas formas que la comunicación adopta en el lugar de trabajo y por qué la
comunicación exitosa reside en los niveles elevados de la Inteligencia Emocional. Una parte de la
I.E consiste en aprender a tomar conciencia de tus emociones y de las emociones del otro. Esto
último, la conciencia de las emociones del otro es un elemento muy importante si queremos
comunicarnos de forma más respetuosa y más comprensiva con los demás. A diferencia del
sistema de comunicaron convencional que únicamente tiene en cuenta al emisor, al receptor y al
mensaje, la comunicación emocional tiene en cuenta, además, la relación emocional: como
conecto yo con mis emociones y como conecto con las emociones del otro. Por ejemplo nos
hemos preguntado alguna vez ¿cómo me sentí cuando mi jefe me anuncio aquella promoción?
¿Que sentí cuando me ridiculizaron delante de mis compañeros?
Es importante aprender a tener conciencia de las emociones del otro, primero intuyéndolas a
través de su lenguaje verbal y no verbal.
ESCUCHAR
La habilidad de escuchar es un rasgo esencial para alcanzar el éxito en la comunicación con los
demás, especialmente, pero no sólo, cuando se busca asesoramiento, feedback, cuando se
evalúan situaciones específicas, se gestionan cronogramas y fechas límite, cuando se responde a
los consumidores y a los clientes potenciales y cuando se maximizan las oportunidades de
relacionarse. El gerente I.E será alguien que tenga la habilidad de escuchar y de responder de una
forma que haga que los trabajadores sientan que son parte de un equipo y que sus pensamientos
y sentimientos han sido reconocidos, contribuyendo al sentimiento de bienestar en el lugar de
trabajo. Si estamos alerta y escuchamos realmente con todos nuestros sentidos, sabremos lo que
es adecuado y lo que no. Por supuesto, la persona que no escucha difícilmente sentirá empatía por
los demás y este ‘no oyente’ puede ser definido como alguien que interrumpe las conversaciones,
pide feedback y no se da cuenta de lo que se dice, o rara vez escucha atentamente e interrumpe
con su deseo de imponer su opinión sobre la de los demás. Un oyente cualificado mantendrá el
contacto visual, asentirá cuando esté de acuerdo, se asegurará de que su teléfono móvil está en
silencio, incluirá indicaciones de idioma y no implicará a otras personas en la conversación hasta
que la persona que está hablando haya terminado lo que está diciendo. HABLAR La afirmación
tradicional de que ‘no es lo que dices sino el modo en que lo dices’ realmente se aplica al analizar
el uso del lenguaje y el modo en que los gerentes y los trabajadores se comunican a través de la
palabra hablada. ‘Durante la conversación toma tiempo para escuchar a la otra persona sin
preocuparte por lo que vas a decir a continuación y sin anticiparte o interrumpirle. Permanece con
la persona que habla y su proceso de pensamiento en vez de seguir el tuyo propio¨. Los
componentes de la voz y el uso e interpretación del idioma puede expresarse visualmente: tono,
volumen, longitud de la frase, pausa y ritmo, uso del lenguaje adecuado. En todos estos aspectos,
el reconocimiento de la I.E y su relación directa con cómo nos comunicamos con los demás no
puede ser subestimada ya que es una forma de comunicación que normalmente no se tiene en
cuenta y a menudo se da por sentado.
ESCRIBIR
Las personas emocionalmente inteligentes son más eficaces en la vida. Sin embargo, eso no
significa que quienes no lo sean no puedan alcanzar el éxito. La inteligencia emocional puede
mejorar a lo largo de la vida. Las personas emocionalmente inteligentes son realistas respecto a las
metas que se trazan y logran un equilibrio interno, apoyándose fundamentalmente en las
fortalezas para minimizar las debilidades y amenazas. Son personas constructivas, es decir, son
capaces de aprovechar lo que se les ofrece, superando todos los obstáculos que se le presentan.
Es oportuno destacar que no se trata reprimir el sentimiento o la emoción que no nos gusta, esto
puede conducir a desajustes de la personalidad, sino de adecuar la expresión emocional al
contexto. Es importante luchar por el logro de una organización emocionalmente inteligente, de
modo que en cada uno de sus empleados resulte en beneficios que mejoren su calidad de vida. En
una empresa con estas características, los empleados tienen como responsabilidad aumentar su
inteligencia emocional mediante el desarrollo de la autoconciencia, el control de las emociones y
la automotivación; también responden por el uso que hacen de la inteligencia emocional en las
relaciones con los demás, el desarrollo de técnicas de comunicación eficaces, el buen
conocimiento interpersonal y la ayuda a los demás y ayudarse a sí mismo; además, todos se sirven
de esta inteligencia para aplicar mejoras a la organización. La inteligencia emocional en la
organización empieza por nosotros mismos. Al usar nuestras emociones para reforzar el
rendimiento y las relaciones laborales, estamos ante el reto de fomentar e inspirar el desarrollo de
la inteligencia emocional entre los empleados de la empresa. Algunos aspectos a considerar en el
entrenamiento de las emociones, derivados de la teoría sobre alfabetización emocional son la
identificación de sentimientos propios y la de los demás, el control de impulsos, el reconocimiento
de situaciones problemáticas y su verbalización, la empatía, la búsqueda de soluciones adecuadas
a diferentes situaciones problemáticas, el mejoramiento de la actitud pro social y armoniosa en el
trabajo en grupo y el mejoramiento de la cooperación, la ayuda y la actitud de compartir. Las
personas que obtienen el mayor éxito en las organizaciones, no son siempre las que tienen más
capacidades, y ni siquiera las que tienen más méritos y eficacia real. Todo eso son parámetros
importantes, pero no suficientes: el verdadero éxito requiere alfo más: habilidad para tratar de
forma conveniente a las personas convenientes.
https://es.slideshare.net/EncarniGarcaMancebo/inteligencia-emocional-empresa
https://es.scribd.com/doc/3480159/monografia-inteligencia-emocional