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Instituto de Educación Superior N° 6029.

Profesorado de nivel primario con orientación en EIB.


Taller de Educación Sexual Integral- Taller de Inclusión
Prof.: Paz- Burgos, Elizabeth
Ciclo Lectivo: 2.018
Alumnas:
 Aparicio, Iris Margarita
 Bono, Liliana
 Maruay, Corina Elizabeth
 Palacios, Noelia Azucena
 Ríos, Belén Valeria
INTRODUCCION
Los estereotipos de género son ideas preconcebidas, es decir prejuicios,
que se han ido construyendo y transmitiendo en las sociedades con el paso del
tiempo. Son, pues, construcciones culturales y sociales que clasifican los
atributos psíquicos y físicos de las personas, dividiéndolos en hombres y
mujeres, y limitando sus respectivas posibilidades de desarrollo de ciertas
capacidades personales, culturales, sociales, económicas, políticas, deportivas,
emocionales, etc.

Por otra parte, los roles de género expresan el comportamiento que, en una
sociedad concreta, se espera de una persona en razón de su sexo. Por ejemplo,
uno de los roles asignados tradicionalmente a los hombres es el de ser
responsables de las actividades productivas y las actividades de representación
política. Por otra parte, uno de los roles asignados tradicionalmente a las
mujeres es cuidar de las personas dependientes (niños y personas mayores), el
cuidado del hogar, aparte de ser la responsable de las relaciones afectivas.

Los estereotipos y los roles de género están muy presentes en nuestra


sociedad. Podemos encontrarlos en los medios de comunicación, en la
publicidad de numerosos productos, en el lenguaje que utilizamos y leemos a
diario, en la asignación de responsabilidades y obligaciones dentro de la familia,
en el desarrollo de las relaciones afectivas. Es pues un elemento transversal en
nuestra sociedad que es necesario trabajar para liberar a los hombres y a las
mujeres de sus condicionantes sociales y de género y conseguir personas
libres, con deseos independientes y expectativas de vida diferentes.

La necesidad de desmontar estos estereotipos de género es una de las


obligaciones que tenemos como sociedad y como estudiantes integrando los
talleres de Educación Sexual Integral y de Inclusión Educativa. Para
conseguirlo, en este trabajo se realizaran diferentes actividades destinadas a
estudiantes del segundo ciclo puntualmente a alumnos de 7° grado respaldado
con un respectivo marco teórico y leyes que amparen el mismo. Nos permitirán
trabajar entre el alumnado LA SIGUIENTE PREGUNTA ¿Por qué se han
asignado unos roles a los varones y otros a las mujeres? ¿Cuáles son las
consecuencias de repetir esas representaciones en la construcción de la
identidad de las y los jóvenes?
MARCO TEORICO

Para la ESI los irrenunciables del eje “Reconocer la perspectiva de género” son:
 Considerar al género como una categoría relacional que abarca a las
mujeres y a los varones.

 Reconocer la diferencia sexual entre unas y otros.

 Analizar las desigualdades entre hombres y mujeres.

 Problematizar las concepciones rígidas sobre lo considerado


exclusivamente masculino o exclusivamente femenino identificando
prejuicios y estereotipos de género y las consecuencias negativas que
provocan a mujeres y varones.
 Incorporar el concepto de igualdad de género para abordar las
desigualdades y hacer realidad la igualdad de todas las personas
independientemente de su género.

En base a lo establecido en el eje Género, correspondiente a la Ley 26.150 del


Programa Nacional de Educación Sexual Integral, donde se establece que todos
los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral, los principales
temas a desarrollar serán los siguientes:
Construcción social del género.
El género está vinculado con la construcción social de la masculinidad y la
femineidad, esto significa que las personas a partir de la diferencia sexual vamos
aprendiendo a ser varones y mujeres. Aparecen aquí la distinción de juguetes,
colores, actividades y demás que evidencian los estereotipos de género que son
representaciones simplificadas, incompletas y generalizadas que se realizan
teniendo como base al sexo biológico. Estos estereotipos funcionan a partir de
asociar una pauta cultural (un rol esperado, una norma, un mandato, etc.) con un
hecho biológico.
La perspectiva de género constituye un modo de mirar la realidad y las
relaciones entre los varones y las mujeres. Estas relaciones, como todas las
relaciones sociales, están mediadas por cuestiones de poder y muchas veces la
distribución de ese poder dejar en desventaja a las mujeres, y cuando esto sucede
suelen aparecer situaciones de vulneración de derechos como la violencia de
género u otro tipo de desigualdades sociales.
Nuestra identidad de género y nuestra orientación sexual forman parte de la
diversidad sexual de nuestras sociedades, sin desconocer que hay determinadas
identidades, relaciones y orientaciones que se han construido como “normales” y
legítimas (por ejemplo la orientación heterosexual), mientras otras han sido
consideradas erróneamente como “patológicas” y problemáticas.

Género

El género se confunde o intercambia con otros conceptos


 Sexo, hablar de sexo, en lugar de género, implica la neutralización o
biologización de las diferencias sexuales. El sexo no es más que una
aproximación para conocer las construcciones de género.
 Sinónimo de mujer, como asuntos de mujeres.
 Se sustituye por feminismo o feminista.
 Se entiende que la aplicación de este concepto significa la lucha por el
poder entre los géneros, que el dominio histórico de un sexo sobre otro
cambie de sentido, que los hombres, que tradicionalmente han dominado y
subyugado a las mujeres, pasen a una posición subordinada. Pero no
significa eso. En muchas ocasiones son visiones androcéntricas y sexista
las que sostienen esta interpretación del género.
Estos usos inadecuados, juntos con otros, se deben a una falta de comprensión
de lo que significa e implica este concepto y su aplicación, a la escasa conciencia
y sensibilidad hacia las desigualdades de género, que sostienen tanto los
individuos como las organizaciones (García, 2005), y al mantenimiento de las
desigualdades y privilegios que los grupos subyugadores poseen.
El género es una categoría analítica, que permite observar de manera integral los
rasgos y funciones psicológicas y socioculturales que le atribuye a cada uno de
los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. El término fue
desarrollado por movimientos feministas. Erróneamente se lo suele asociar solo
con “las mujeres, por el contrario, indaga tanto sobre la situación de las mujeres
como de los hombres, enfatizando en la dinámica relacional entre los universos
femeninos y masculinos. Esta idea permite, comprender la lógica con la que se
construyen identidades y relaciones de género en las diversas formas de
organización de la vida social. Por otra parte, también observar de forma critica las
relaciones entre varones y mujeres y develar las condiciones de subordinación en
que las niñas y las mujeres históricamente, desde su nacimiento, han vivido por el
hecho de ser mujer.
Para los hombres la masculinidad también es un producto de un proceso social y
cultural que impuso límites a su desarrollo integral como seres humanos. Ellos
enfrentan problemas específicos ligados al deber ser del hombre. El rol de
proveedor, la exposición a situaciones de riesgo físico, entre otras.
La mirada de género permite construir una concepción del mundo y de la vida en
diversidad. Hoy se sabe que no hay una única forma de ser mujer y de ser varón
en el mundo.
En resumen la categoría de genero permite dar cuenta de los roles, identidades y
valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los
procesos de socialización en contextos sociales y culturales determinados.
Características y dimensiones según Susana Gamba
1. Es una construcción social e histórica porque varía de una sociedad a otra y
una época a otra;
2. Es una relación social porque descubre las normas que determinan las
relaciones entre mujeres y varones;
3. Es una relación de poder porque nos remite al carácter cualitativo de esas
relaciones.
4. Es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres entre varones y
mujeres admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación
femenina o relaciones igualitarias) en general estas configuran como relaciones de
dominación masculina y subordinación femenina.
Puede decirse que el género permite comprender como las relaciones sociales
son asimétricas y jerárquicas, provocando una distribución desigual de poder,
sumándose así a otras categorías de desigualdades tales como la clase social, la
etnia/la raza, la edad, y la orientación sexual;
5. Es abarcativa porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos,
sino también a otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos
identidades, sistemas económicos y políticos.
6. Es transversal porque las relaciones de género no están aisladas sino que
atraviesan todo el entramado social, articulándose con otros factores como la
edad, estado civil, educación, etnia, la clase social.
7. Es una propuesta de inclusión porque las problemáticas que derivan de las
relaciones de género solo podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios
tanto en las mujeres como en los varones;
8. Es la búsqueda de la equidad que solo será posible si las mujeres conquistan el
ejercicio del poder en su sentido más amplio (poder crear, poder saber, poder
dirigir, poder disfrutar, elegir, ser elegida).
Distinción entre sexo, género y sexualidad.
En cuanto a la primera distinción que ayuda a comprender más el concepto de
género, es aquella entre sexo y género, dos conceptos que, si bien están
conectados significativamente, no son sinónimos aunque muchas veces se los une
como tales.
Tanto sexo como género se diferencian simultáneamente del concepto de
sexualidad, como parte integral de todo ser humano.
Sexo y género y sexualidad son tres caras de una misma realidad que está
integrada a cada una y uno de nosotros, somos seres sexuados biológicamente,
representamos el rol de género según los patrones culturales impuestos y nos
expresamos a través de la sexualidad en cada gesto y acto de la vida desde que
nacemos hasta el final. (Burin, Mabel; 1996).
¿Qué es la violencia?
La violencia: es ejercer una acción violenta contra el natural modo de proceder,
aplicar medios a cosas o personas para vencer su resistencia.
Cuando hablamos de violencia (generalizar en escolar, domestica, familiar, etc)
estamos asociando la misma al concepto del empleo de “fuerza” y el uso de la
mencionada se relaciona con el concepto de “poder”.
Históricamente la violencia siempre ha sido un medio para hacer ejercicio de
poder, relacionada con el predominio a través de la fuerza. El objetivo de una
conducta violenta siempre alude a una lucha de poderes y el daño es casi siempre
a nivel físico, psíquico o emocional.

CRITERIOS PARA LA SEXUALIDAD

Por un lado tenemos criterios para definir la sexualidad y por otro tenemos
resultados al aplicarlos. Los criterios que se aplican son de dos tipos: fenotípicos
-acerca de la anatomía de los sujetos- y genotípicos -relacionados con los
cromosomas-.
Si pensamos en los fenotipos -genitales-, al nacer observo: si tiene pene es
hombre y si tiene vagina es mujer. Otro aspecto fenotípico son las gónadas:
testículos en el varón y ovarios en la mujer. Los gametos producidos:
espermatozoides en el varón y óvulos en la mujer. Las hormonas: testosterona,
androsterona y androstendiona en el varón y estrógeno y progesterona en la
mujer. Estas hormonas intervienen para desarrollar los caracteres sexuales
secundarios: el vello, la musculatura, la voz, desarrollo de los pechos…
Los rasgos genotípicos implican que los varones son XY y que las mujeres son
XX.
Estereotipos

El género, construcción cultural que establece que es lo propio del varón y de la


mujer, se aprende a través de los procesos de socialización y se conforma
mediante:
 La construcción de representaciones de lo femenino y masculino. Estas
representaciones tienden a transformarse en estereotipos, es decir,
versiones simplificadas de la femineidad y masculinidad, que muchas veces
llegan a la “naturalización.”

 La asignación de roles a varones y mujeres.

El estereotipo Implica una simplificación de la realidad, ya que se toman, por


ejemplo, rasgos de una persona en particular y se los traslada y generaliza a todas
las personas que conforman un grupo o a la inversa; sobre la base de opiniones
exageradas y distorsionadas atribuidas a un grupo, se juzga al individuo por ellas y
no por sus características propias.

Identidad de género

La identidad encierra una idea integradora, totalizadora de la persona; ya que


supone al ser humano en permanente relación no sólo consigo mismo sino en la
relación con las personas y con todo lo que lo rodea.
Así en este proceso de construcción, los niños y niñas van incorporando un modo
de ser varón y de ser mujer, a partir de la interacción entre ellos y con las
personas adultas, que les ofrecen normas, modelos y referencias para moverse en
el mundo.
Si bien los niños y las niñas pueden accionar y crear distintas situaciones en el
contexto familiar, no dejan de estar “atravesados”, “mirados“ y “narrados” a partir
de lo que es socialmente aceptado para cada uno de los géneros.
Es entonces, desde los primeros meses de vida y aun antes, durante el embarazo
que se van estableciendo los estereotipos con los correspondientes hábitos,
aprendizajes y pautas de comportamiento totalmente diferenciados para niños y
para niñas; y es en la familia donde se inicia el proceso de asimilación y
constitución de una identidad de género.

Sistema de género y desigualdad de género


El sistema de género es una creación humana que «naturaliza» los mandatos
sociales” (Lezama y Perret), está presente en todas las instituciones de la
sociedad, expresándose de variadas formas y ejerciendo sobre las personas
diversos mecanismos de control y castigo para quienes intentan alejarse.
Las desigualdades de género, hace referencia a la distinta medida en que
hombres y mujeres tienen acceso a los recursos valorados y escasos de su
sociedad. Las diferencias biológicas y genéricas entre hombres y mujeres se
traducen en situaciones de discriminación de las mujeres en relación a los
hombres.
Para Bourdieu, el poder es una presencia ineludible y éste aparece como un
enfrentamiento: “todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra
imponer significados e imponerse como legítimo disimulando las relaciones de
fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir,
propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza”.

Los sistemas de género se pueden analizar como sistemas de poder. Como


plantea Joan Scott
“el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder. Podría
mejor decirse que el género es el campo primario dentro del cual o por medio del
cual se articula el poder” (Scott, 1996:23).
Al ser los sistemas de género creaciones históricas, dependientes de un tiempo y
un espacio, se transforman y son pasibles de ser modificados. Sin embargo, por
tratarse de aspectos culturales, internalizados por el conjunto de personas de una
sociedad, se trata de procesos lentos, costosos, no lineales ni uniformes e incluso
contradictorios.
Las Dimensiones sociales que la atraviesan son:
Edad,
Clase social,
Raza
Etnia.
Es así, que una sociedad no espera lo mismo, por ejemplo, de un varón joven,
blanco y de clase media, que de un varón adulto, afrodescendiente y que vive en
situación de pobreza. Asimismo, la discriminación por género se ve aumentada
cuando entra en relación con otras situaciones que producen desigualdades
dentro de la sociedad. Es decir, así como las oportunidades no son equitativas
entre mujeres y hombres, aquellas mujeres en situación de pobreza suelen sentir
con mayor peso las diferentes oportunidades frente a los hombres en referencia a
las mujeres con acceso a un nivel de vida medio – alto. A su vez, las
oportunidades no serán las mismas entre mujeres con hijos/as que entre aquellas
que no son madres. Esto último es lo que se conoce como las diferencia
intragénero, no sólo las diferencias que se dan entre género sino al interior de uno
de ellos. En particular esto se vivencia más entre las mujeres que parten de una
posición social diferencial frente a los varones, y esto se ve agudizado por una
situación de pobreza.
A partir de la utilización del genérico “hombre” para dar el sentido de lo humano, la
mujer ha quedado relegada en sus necesidades, perspectivas y posibilidades.
De ahí que muchos patrones culturales limitan la plena participación de las
mujeres en la sociedad, priorizándose una concepción patriarcal, construida a
partir del punto de vista del varón blanco, urbano, de clase media, propietario,
heterosexual y de mediana edad; patrones culturales que discriminan en función
del sexo, la edad, la posición social, entre otros atributos.
Los patrones de discriminación por género no son visibles aunque rijan nuestras
vidas. La historia y las costumbres han “naturalizado” esta diferencia, reforzada
con los estereotipos de género que se encarnan en nuestra subjetividad. Es por
esto que se suele hablar de un “orden de género” que permea los distintos
espacios de nuestra vida y de nuestras relaciones: el espacio de la familia, el
comunitario, el del trabajo.

División sexual del trabajo


La división en el ejercicio de los roles de género se ha trasladado al ámbito del
trabajo y esto explica que exista una denominada “división sexual del trabajo” que
define espacios de acción posibles para varones y mujeres; traducida en una
diferente y desigual inserción de varones y mujeres en los ámbitos de trabajo
existentes y en particular en los ámbitos de la reproducción y la producción social.
Así, la mujer “socialmente” definida a partir de su condición de madre desempeña
básicamente las tareas ligadas a la reproducción de la fuerza de trabajo, crianza y
cuidado que se desarrollan primordialmente en el ámbito privado. Por su parte, el
varón -a partir del cumplimiento del rol de proveedor- desempeña actividades
“productivas” ligadas a la provisión del sustento del hogar, tareas que se
desarrollan principalmente en el ámbito público.
El ejercicio de roles de género contribuye a la conformación de dos tipos de
inequidades: aquéllas que se construyen en el ámbito privado-familiar y las que se
generan en el espacio público-productivo:
En el ámbito privado-familiar las mujeres desarrollan trabajo “no remunerado” y
desvalorizado socialmente.
En el ámbito del trabajo remunerado, las mujeres enfrentan mayores restricciones
para participar como “trabajadoras plenas” -por la sobrecarga que representa la
atención de las responsabilidades del hogar- y se insertan en un mercado
altamente segmentado por sexo, en actividades relacionadas con los servicios y
otras ocupaciones que son la extensión de lo “típicamente” femenino, menos
valorizadas en términos de ingresos y productividad y de oportunidades de
desarrollo y mejora de sus calificaciones.
La división sexual del trabajo con la consiguiente demarcación de esferas de
acción para mujeres y varones, es decir, con el trazado de una barrera entre lo
público-masculino y lo privado-femenino, no sólo afecta las condiciones materiales
de vida de unas y otros, sino las posibilidades de participación como
ciudadanos/as.
El reconocimiento y la valoración social de las áreas reproductivas y productivas
es sustancialmente diferente; mientras las primeras han sido históricamente
invisibilizadas y no se las ha considerado “trabajo” y como se ha dicho tampoco se
obtiene por ellas una remuneración, las segundas gozan de toda la estimación
social. Detrás de esta desvalorización suelen invisibilizarse los derechos que les
asisten a las mujeres como trabajadoras-madres y como potenciales trabajadoras
del ámbito público laboral. De allí la importancia de recuperar a través de las
políticas públicas la posición de las mujeres como sujetos con deberes y derechos
reconocidos por la sociedad y promovidos y garantizados desde el Estado
Históricamente los varones y las mujeres no han recibido el mismo trato ni las
mismas oportunidades.
En el sistema patriarcal desde la antigüedad, y en la mayoría de las culturas, los
varones se apropiaron del poder en la esfera pública y delegaron las tareas
domésticas y la crianza de los niños y niñas en las mujeres.
Frente a esta situación las mujeres que comenzaron a integrarse al mundo laboral
lo hicieron en inferioridad de condiciones, pues esta vinculación con la esfera
pública, concretamente con el ámbito del trabajo, no vino acompañada de una
reorganización social en lo referente al reparto de tareas que hacen a la
reproducción, sino que muy por el contrario éstas continuaron siendo estimadas
como responsabilidad primordial de las mujeres y, no como una responsabilidad a
asumir por la sociedad en su conjunto. Frente a esta concepción las mujeres
salieron a la esfera pública en desigualdad de condiciones y oportunidades que los
varones y, a su vez, en desigualdad de condiciones también frente a otras mujeres
sin responsabilidades familiares. Aquellas madres que salieron al mercado laboral
debieron y deben experimentar lo que se conoce como la doble jornada laboral y
doméstica: ser trabajadora y asegurar todas las tareas que hacen al cuidado de
los niños/as y a la reproducción familiar. Esta doble jornada de trabajo trae como
consecuencia un deterioro en la calidad de vida de estas mujeres, pero también
pone un límite a la posibilidad de proyectarse en una vida que comparta lo
doméstico con el desarrollo de un proyecto de vida laboral o comunitaria. Este tipo
de situaciones incide en los modelos que hijos e hijas internalizan como naturales:
la doble jornada laboral femenina, la asunción de ciertas responsabilidades por
parte de varones y mujeres de su familia.
De esta manera, se requiere de una reorganización social en lo referente al
cumplimiento de las tareas necesarias para la reproducción social de forma tal que
las mujeres puedan verse, si así lo necesitaran o desearan, exentas de cumplir
con la totalidad de dichas tareas. Para ello es fundamental el rol del Estado a fin
de promover la participación de todos los actores de la sociedad (familias;
sociedades civiles; empresas; sindicatos; organizaciones comunitarias) en el
reparto solidario de estas tareas.
La perspectiva de género en relación con la familia
La perspectiva de género pretende desnaturalizar, el carácter jerárquico atribuido
a la relación entre los géneros y mostrar que los modelos de varón o de mujer,
son construcciones sociales que establecen formas de interrelación y especifican
lo que cada persona, debe y puede hacer, de acuerdo al lugar que la sociedad
atribuye a su género.
En la actualidad el papel y las funciones de la familia se han modificado debido a
la resignificación de los roles femeninos y masculinos y a los cambios sociales. No
obstante, la familia es el ámbito de socialización primaria y sujeto de crianza de
niños y niñas. Continua siendo la transmisora de valores, hábitos y costumbres,
así como espacio de apoyo emocional y económico.
Si bien la socialización es un proceso que se extiende a lo largo de toda la vida, es
en el transcurso de la primera infancia que se aprende, entre otras cosas, los roles
y funciones de cómo ser hombre y como ser mujer y se internaliza el sistema de
valores diferenciado según el sexo con el que se nace. Es durante este proceso
que la relación de los adultos entre sí, y de ellos con el pequeño/a, será
transmitido como modelo de roles que los hijo e hijas tendrán a mano para imitar.
Efectivamente, las personas aprendemos a ejercer los roles masculinos y
femeninos a partir de la identificación con las figuras adultas que nos son
familiares y significativas. Así, las niñas incorporan las características de la
femineidad repitiendo lo que hace su mama, su abuela, hermanas, otras niñas y
mujeres de su entorno y tal como los modelos de femineidad transmitidos por los
medios de comunicación pretenden que seamos. Es significativa también la carga
de “lo” femenino y masculino que tienen los jugos y juguetes, cuentos y canciones:
las muñecas, el color rosa y cocinitas para las niñas, el color celeste, pelotas y
armas, camiones y construcciones para los varoncitos.
Tempranamente se construye la idea de que son las mujeres las que se ocupan de
las Tareas de la casa y de la crianza, además de realizar actividades fuera del
hogar. Igual situaciones viven los varones desde que nacen, ya que van
aprendiendo a “ser atendidos”, cuidados y respetados por las mujeres. Aprenden
también a ser los proveedores, los que tienen que garantizar el sostén, los que no
pueden demostrar sus emociones, (angustia, miedos ).
Estas formas de aprender hacen “esperables” determinados comportamientos y
actitudes de lo femenino y masculino y en este “hacer y hacer” cotidiano y repetido
nos vamos construyendo como sujetos con determinada identidad de género.
Estas expectativas de comportamiento fijas que están basadas en perjuicios
arraigados y que son transmitidas de generación en generación, constituyen
estereotipos de género.
Las relaciones de género implican también las relaciones entre las propias
mujeres y entre los mismos hombres. Aunque estas relaciones vienen atravesando
cambios extraordinarios a favor de la paridad, ocurre con frecuencia que algunas
madres transmiten a sus hijas que no es conveniente contradecir a los hombres,
menoscabando su autonomía y su propia “voz”, dotando a la palabra del hombre
de una autoridad incuestionable.
Por su parte, las madres y los padres transmitirán a sus hijos que sean fuertes,
valientes en cualquier circunstancia, proveedores y no actuar como mujeres. “los
hombres no lloran será la carga simbólica que crecen y han crecido tantas
generaciones. Esto último también resulta útil para considerar que los diversos
mandatos y patrones culturales no solo definen una modalidad de comportamiento
sino que también influyen en la manera de sentir, de pensar y modelar el deseo,
generando sufrimiento para quienes escapan a sus dictámenes.
En general se acepta como natural que el padre no se ocupe de la tarea
doméstica y crianza aun cuando estén desocupados laboral mente.
A la inversa, las mujeres están convencidas que esa es su verdadera “tarea”.
En la actualidad, las nuevas generaciones parecen tender a compartir las tareas
domésticas y la crianza de los hijos e hijas. Sin embargo todavía no se ha llegado
a la deseable responsabilidad totalmente compartida de estas áreas.
La coeducación implica que las actitudes y valores tradicionalmente considerados
como masculinos y femeninos pueden ser aceptados y asumidos por personas de
cualquier sexo. Significa una educación que integra la experiencia de las mujeres
y de los hombres como el conjunto de la experiencia humana y cuestiona las
formas de conocimientos socialmente dominantes.
Supone educar en igualdad de derechos y oportunidades a niñas y niños, sin que
las diferencias sexuales supongan subordinación o exclusión.
De este modo, este tipo de educación desarrolla todas las potencialidades de las
personas y prepara para una vida satisfactoria responsable y productiva que
incluye el trabajo dentro y fuera del hogar, conlleva transmitir tanto a los hijos
como a las hijas las habilidades domesticas necesarias para la autonomía
personal.
Los estereotipos sexuales que dejan su impronta en la vida futura de las personas
más pequeñas, que establecen bases o modelos para que tanto las niñas como
los niños puedan o no asumir, desde la infancia, las actitudes y tareas que esta
sociedad les atribuye a unas y otros en función de su sexo. En este sentido, el
entorno (familia, barrio, escuela) contribuye a la socialización de las diferencias de
género.
La oferta de juegos y juguetes, cuentos, canciones y libros dan cuenta de la
presencias de algunos rasgos sexistas que colaboran en la reproducción de
estereotipos de género y discriminación por exclusión, subordinación o
degradación del género femenino en detrimento de masculino como ocurre en las
películas y libros que proponen como modelo doncellas pasivas a la espera de
príncipes salvadores
El mercado comercial, en general, no colabora a superar la tradicional orientación
sexista. Los estereotipos que se detectan desde el marketing y que marcan los
juguetes como femenino o masculino también influyen significativamente a la hora
de incentivar los roles de género.

Género y lenguaje
La diferenciación en la consideración de los géneros se expresa también en el
lenguaje, en el uso del masculino para referirse a ambos género.
La utilización del lenguaje sexista es otra forma de discriminación porque
invisibiliza a las mujeres o, por el contrario, dirigirse únicamente a ellas, excluye a
los hombres.
Es decir el lenguaje sexista es aquel que implica una valoración peyorativa de
mujeres y varones. En muchos casos el lenguaje oculta, somete o desprecia,
convirtiéndose así en una poderosa estrategia de opresión y de poder.
El lenguaje a través de su funcionamiento hegemónico, consolida un sistema de
dominio y características de comunidad. En este sentido, una reflexión crítica
sobre el discurso y el lenguaje contribuye a pensar en la igualdad de
oportunidades.
La construcción de una sociedad democrática implica un lenguaje que abra
sentidos, que habilite la intervención de todas y, sobre todos en forma equitativa y,
sobre todo, que no limite, excluya desprecie.
MARCO LEGAL
Ley de Educación Sexual Integral n° 26150

Establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación


sexual integral en los establecimientos educativos públicos y o privados
de la nación.

 Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas


orientadas a la formación armónica equilibrada y permanente de las
personas.

 Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos y confiables


y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación
sexual integral.

 Promover actitudes responsables ante la sexualidad.

 Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud


sexual y reproductiva en particular.

 Procurar igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones.


LEY DE EDUCACION NACIONAL

Ley 26.206

ARTICULO 11. — Los fines y objetivos de la política educativa nacional son:

a) Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y


posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales.

b) Garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones


de la persona y habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para
el acceso a estudios superiores.

c) Brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y


democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de
conflictos, respeto a los derechos humanos, responsabilidad, honestidad,
valoración y preservación del patrimonio natural y cultural.

d) Fortalecer la identidad nacional, basada en el respeto a la diversidad


cultural y a las particularidades locales, abierta a los valores universales y a
la integración regional y latinoamericana.

e) Garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de


estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen
prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

f) Asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las


personas sin admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo.

g) Garantizar, en el ámbito educativo, el respeto a los derechos de los/as


niños/as y adolescentes establecidos en la Ley Nº 26.061.

h) Garantizar a todos/as el acceso y las condiciones para la permanencia y


el egreso de los diferentes niveles del sistema educativo, asegurando la
gratuidad de los servicios de gestión estatal, en todos los niveles y
modalidades.

i) Asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes


en las instituciones educativas de todos los niveles.

j) Concebir la cultura del trabajo y del esfuerzo individual y cooperativo


como principio fundamental de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

k) Desarrollar las capacidades y ofrecer oportunidades de estudio y


aprendizaje necesarias para la educación a lo largo de toda la vida.

I) Fortalecer la centralidad de la lectura y la escritura, corno condiciones


básicas para la educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una
ciudadanía responsable y la libre circulación del conocimiento.

m) Desarrollar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos


lenguajes producidos por las tecnologías de la información y la
comunicación.

n) Brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes,


una propuesta pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus
posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos.

ñ) Asegurar a los pueblos indígenas el respeto a su lengua y a su identidad


cultural, promoviendo la valoración de la multiculturalidad en la formación
de todos/as los/as educandos/as.

o) Comprometer a los medios masivos de comunicación a asumir mayores


grados de responsabilidad ética y social por los contenidos y valores que
transmiten.

p) Brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación


integral de una sexualidad responsable.

q) Promover valores y actitudes que fortalezcan las capacidades de las


personas para prevenir las adicciones y el uso indebido de drogas.

r) Brindar una formación corporal, motriz y deportiva que favorezca el


desarrollo armónico de todos/as los/as educandos/as y su inserción activa
en la sociedad.

s) Promover el aprendizaje de saberes científicos fundamentales para


comprender y participar reflexivamente en la sociedad contemporánea.

t) Brindar una formación que estimule la creatividad, el gusto y la


comprensión de las distintas manifestaciones del arte y la cultura.

u) Coordinar las políticas de educación, ciencia y tecnología con las de


cultura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y comunicaciones, para
atender integralmente las necesidades de la población, aprovechando al
máximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.

v) Promover en todos los niveles educativos y modalidades la comprensión


del concepto de eliminación de todas las formas de discriminación.
IDENTIDAD DE GENERO

Ley 26.743

Establece el derecho a la identidad de género de las personas.

ARTICULO 1º — Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:

a) Al reconocimiento de su identidad de género;

b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;

c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser


identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto
de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.

ARTÍCULO 2° — Definición. Se entiende por identidad de género a la vivencia


interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede
corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la
vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la
apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o
de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras
expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

ARTÍCULO 3º — Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del


sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su
identidad de género auto percibida.

Ley 23.179

CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS


DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER

Los Estados partes en la presente convención.

Considerando que la carta de las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos


fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la
igualdad de los derechos del hombre y la mujer.

Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos 1/ reafirma el


principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona puede invocar todos
los derechos y libertades proclamados en esa declaración, sin distinción alguna y,
por ende, sin distinción de sexo.
Considerando que los Estados partes en los pactos internacionales de derechos
humanos 2/ tienen la obligación de garantizar al hombre y la mujer la igualdad en
el goce de todos los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.

Teniendo en cuenta las convenciones internacionales concertadas bajo los


auspicios de las Naciones Unidas y de los organismos especializados para
favorecer la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.

Teniendo en cuenta asimismo las resoluciones, declaraciones y recomendaciones


aprobadas por las Naciones Unidas y de los organismos especializados para
favorecer la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.

Preocupados, sin embargo, al comprobar que a pesar de estos diversos


instrumentos las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones.

Recordando que la discriminación contra la mujer viola los principios de la


igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la
participación de la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, en la vida
política, social, económica y cultural de su país, que constituye un obstáculo para
el alimento del bienestar de la sociedad y de la familia y que entorpece el pleno
desarrollo de las posibilidades de la mujer para prestar servicio a su país y a la
humanidad.

Preocupados por el hecho de que en situaciones de pobreza la mujer tiene un


acceso mínimo a la alimentación, la salud, la enseñanza, la capacitación y las
oportunidades de empleo, así como a la satisfacción de otras necesidades.

Convencidos de que el establecimiento del nuevo orden económico internacional


basado en la equidad y la justicia contribuirá significativamente a la promoción de
la igualdad entre el hombre y la mujer.

Subrayando que la eliminación del apartheid, de todas las formas de racismo, de


discriminación racial, colonialismo, neocolonialismo, agresión, ocupación y
dominación extranjeras y de la injerencia en los asuntos internos de los Estados
es indispensable para el disfrute cabal de los derechos del hombre y de la mujer.

Afirmando que el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales, el alivio


de la tensión internacional, la cooperación mutua entre todos los Estados con
independencia de sus sistemas económicos y sociales, el desarme nuclear bajo
un control internacional estricto y efectivo, la afirmación de los principios de la
justicia, la igualdad y el provecho mutuo en las relaciones entre países y la
realización del derecho de los pueblos sometidos a dominación colonial y
extranjera o a ocupación extranjera a la libre determinación y la independencia, así
como el respeto de la soberanía nacional y de la integridad territorial, promoverán
el progreso y el desarrollo sociales y, en consecuencia contribuirán al logro de la
plena igualdad entre el hombre y la mujer.
Convencidos de que la máxima participación de la mujer, en igualdad de
condiciones con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el
desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la
paz.

Teniendo presente el gran aporte de la mujer al bienestar de la familia y al


desarrollo de la sociedad, hasta ahora no plenamente reconocido, la importancia
social de la maternidad y la función de los padres en la familia y en la educación
de los hijos, y conscientes de que el papel de la mujer en la procreación no debe
ser causa de discriminación sino que la educación de los niños exige la
responsabilidad compartida entre hombres y mujeres y la sociedad en su conjunto.

Reconociendo que para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer es


necesario modificar el papel tradicional tanto del hombre como de la mujer en la
sociedad y en la familia.

JORNADA DE CONCIENTIZACION SOBRE ROLES Y GENERO

La presente propuesta está dirigida a niños del 2do ciclo, específicamente 7mo.
Grado, se prevé que el mismo tenga una duración de 60 minutos.
OBJETIVOS:
 Identificar estereotipos de género.
 Entender cómo se construyen socialmente las identidades de género.
 Desconstruir roles de género tradicionales y reflexionar sobre nuevos roles de género más
equitativos.
 Socializar las leyes, apuntando a los derechos adquiridos adquiridos luego de la legislación
de cada una

ACTIVIDAD:
1 EN PEQUEÑOS GRUPOS:

a) Mostramos imágenes estereotipadas sobre el comportamiento de niños, niño y


adolecente.
Analizamos y reflexionamos sobre:
 Estereotipos sociales relacionados a la sexualidad.
 Inclusión de las personas con diversas identidades de género.
 El rol de la familia y la sociedad en la conformación de la sexualidad.
 Las leyes vigentes que protegen a los individuos en sus diversas
expresiones relacionadas a la sexualidad.
b) Registrar en anotadores las ideas planteadas por los grupos.
2) De forma individual dibujar una situación sobre roles sociales.
 Explicar a los compañeros lo que quiere plantear con su imagen.
 Registrar las ideas en afiche.
Concluimos la jornada presentando LA CANCION DE DIEGO TORRES “IGUALES”
IGUALES: DIEGO TORRES

Yo no voy avergonzarme de estas lágrimas


Ni callarme mi corazón ni rendirme en el perdón
Por que sincero lo que soy, no bajaré mi bandera

Cada paso y cada huella tuya es única


De la cabeza a los pies, cada uno es como es
Por eso déjame vivir, yo elegiré la manera

Pienso seguir, al borde del sol


Aunque digan lo que digan, yo
Soy más fuerte si me dicen no

A todos se nos quiebra la voz


En todos hay un poco de Dios
Yo soy igual a ti, tu eres igual a mi
Y es uno solo el amor

Rescata de tu alba esa flor


Y olvidarás su sexo y color
Yo soy igual a ti, tu eres igual a mi
Y es uno solo el amor

Siempre hay más de una visión de la película


Otros modos de mirar, muchas formas de escribir
Y nadie tiene la verdad, las voces son infinitas

No voy a cambiar la historia de esta américa


Hoy suena fuerte mi canción, yo defiendo la razón
Y no hay granada ni cañón, que ahuyente aun
Hombre que grita

Pienso seguir, al borde del sol


Aunque digan lo que digan yo
Soy más fuerte si me dicen no

A todos se nos quiebra la voz


En todos hay un poco de Dios
Yo soy igual a ti, tu eres igual a mi
Y es uno solo el amor
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Rescata de tu alma esa flor
Y olvidarás su sexo y color
Yo soy igual a ti, tu eres igual a mi
Y es uno solo el amor
BIBLIOGRAFIA

 Genero………….. DIANA MAFFIA


 Sexo……………….DIANA MAFIA

 Concepción del poder desde las mujeres. Diana Maffia.


 Sexualidades migrantes, género y transgénero. Diana Maffía.
 Ley de Educación Nacional 26206.
 Ley de Educación Sexual Integral n° 26150.

 Ley de Identidad de Género n°26743.


 CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER N°26179.

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