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¿Qué es?
¿Cómo actúa?
La radioterapia destruye mediante sus rayos la capacidad que tienen las células, tanto las normales como las
enfermas, de crecer y reproducirse. La estructura diana celular que se pretende dañar es el núcleo, y más
concretamente el ADN, célula morirá porque no se podrá dividir al tener anulado su material genético. La
respuesta celular a la radiación es a diferentes niveles: físico, fisicoquímico, químico y biológico.
¿Cuándo se aplica?
Como tratamiento de tumores benignos o malignos y a veces se asocia a otras técnicas, como la cirugía o la
quimioterapia. También puede utilizarse en procesos inflamatorios de tipo crónico.
Tipos de radioterapia
Radioterapia externa
Radioterapia interna
Llegados al Servicio de Radioterapia se realiza una primera visita con el oncoradioterapeuta, que examinará
la historia clínica y, sobretodo, el estado actual del paciente, para escoger el tratamiento más adecuado. Esta
visita se llevará a cabo en el edificio de consultas externas.
La segunda visita se llama simulación y se realiza en la sala de tratamiento en los sótanos del hospital. En el
curso de esta visita se estudia la posición en la cual el paciente estará durante el tratamiento y la localización
exacta de la zona a tratar. Se hará una radiografía de comprobación y unas marcas en la piel. Es muy
importante que las marcas sean bien visibles durante todo el tiempo que dure el tratamiento, ello
comportará que la higiene personal se tenga que “hacer a pedazos”.
Con toda la información recogida y con ayuda del ordenador se diseña el tratamiento individualizado; estos
cálculos se llaman dosimetrías.
Todo este proceso es muy similar, salvando las distancias, a cómo sería hacer un traje a medida por un
sastre.
Efectos secundarios
La radioterapia, como la mayoría de tratamientos médicos, tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero la
finalidad de su aplicación es aumentar los efectos beneficiosos, disminuyendo al máximo los efectos
secundarios.
Estos efectos indeseados se presentan por el hecho de que el campo de tratamiento incluye
inevitablemente tejidos normales.
La actitud del paciente respecto al tratamiento, la aceptación positiva del mismo y la colaboración con el
equipo médico que lo está tratando, aliviará los efectos secundarios.
Que los efectos son temporales y que el paciente puede y debe consultar cualquier alteración, y también
todo lo que le preocupe.
Que todas las personas del equipo médico están para resolver dudas y para ampliar consejos.
El cansancio
Es debido a que el organismo está utilizando gran cantidad de energía para recuperar la salud y para
reponer les células que se destruyen. Hay que descansar y no hacer esfuerzos físicos violentos y/o
innecesarios. Es aconsejable programarse las actividades básicas del día en función de las horas que el
paciente tenga más “pilas”.
La falta de hambre
Sobreviene por diversos factores, de todas formas, hay que comer la cantidad adecuada para que el
organismo pueda mantener el peso inicial.
Algunas recomendaciones:
Comer cuando se tenga hambre, aunque no sea la hora de hacerlo. Hacer pequeños tentempiés frecuentes
y nutritivos.
Variar la dieta y hacerla caprichosa y atractiva.
Comer acompañado y si no es posible, conectar la radio o la televisión.
Utilizar el ingenio y condimentar las comidas con salsas, hierbas aromáticas, etc.
Si a pesar de todo, aún se pierde el apetito, el equipo médico complementará la dieta con
sobrealimentación especial.
La piel
Algunas veces la piel de la zona tratada aparece enrojecida o irritada, como quemada por el sol; ello es
normal y desaparecerá al finalizar el tratamiento. La radioterapia tiene efectos sobre el lugar donde se aplica
y no tiene efectos a nivel general, es decir que no va a caerse el pelo (leer ficha de curas de la piel).
Al finalizar el tratamiento
Una vez acabado el tratamiento y durante una o dos semanas, aún pueden persistir algunos efectos
secundarios, poco a poco se irá volviendo a la normalidad. El radioterapeuta lo citará para un control al cabo
de cuatro semanas aproximadamente.
Después, el paciente seguirá los controles con su médico de referencia, es decir, el oncólogo que
previamente lo había remitido a radioterapia.
Cada tratamiento de radioterapia tiene unas particularidades, no es lo mismo irradiar una mama que un
pulmón. El servicio de radioterapia dispone de unos libretos informativos específicos para cada tratamiento,
que se facilitan al paciente antes de iniciar el tratamiento para ampliar la información facilitada por el
médico.