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Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-
1474)
Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-
1474)
Tras la invasión musulmana las tierras situadas al norte del Duero y del Ebro no fueron ocupadas,
quedaron fuera del control musulmán. A partir de esta situación se fueron configurando pequeños
grupos de resistencia que se convertirán en Estados, reinos que se fueron consolidando e
iniciaron un lento avance hacia el sur que culminó ocho siglos después con la desaparición del
reino de Granada.
El proceso de formación, consolidación y expansión de los reinos cristianos se denomina
Reconquista, no se establece vinculación entre el reino visigodo y estos reinos cristianos y el
avance hacia el sur fue, sobre todo, fruto del crecimiento demográfico y el proceso de
feudalización de los estados cristianos, el elemento religioso existió pero no fue preponderante.
La expansión cristiana coincidió con la debilidad y crisis de al Andalus y tuvieron mucha
importancia los procesos de reorganización territorial de las tierras conquistadas, la dinámica
interna de los reinos y las disputas entre los diferentes reinos cristianos.
Eje cronológico
3) Los reinos cristianos en la Edad Media: las formas de ocupación del territorio y
su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y
organización social.
La organización social en el medioevo cristiano fue consecuencia de tres factores: los modelos de
repoblación, el protagonismo de la Iglesia y la importancia de lo militar en una sociedad en
permanente estado de guerra.
La repoblación fue un proceso paralelo al de Reconquista, suponía el reparto de las tierras y la
organización de su explotación tras ser arrebatadas a los musulmanes. A lo largo de los siglos VIII
al XIII se sucedieron diferentes modelos, adaptándose a las circunstancias, necesidades y
características de las tierras reconquistadas:
La presura o aprisio (siglos VIII al X) consistía en la ocupación de una tierra despoblada o de
muy baja ocupación, se aplicó en parte de Galicia, la cuenca del Duero, el alto Ebro y el
prepirineo. Estos territorios fueron ocupados por la nobleza guerrera y por campesinos que se
ocuparon de su explotación, se les reconocía la propiedad con solo cultivarlas, luego legitimada
por los reyes. Hacia el siglo X la repoblación se encargó a monasterios, obispos y nobles, que
podían ceder partes de sus tierras a colonos que pagaban una renta. Había además tierras
comunales. Se consolido la pequeña propiedad, característica en la Península Ibérica al norte de
la línea del Duero.
La repoblación concejil se desarrolló en los siglos XI y XII en las tierras comprendidas entre el
Duero y el Tajo. El territorio reconquistado era dividido en concejos con grandes términos regidos
por una ciudad de cuyo gobierno se ocupaba un representante real. El rey otorgaba a la ciudad un
Fuero o Carta Puebla que regulaban la vida municipal lo que permitió la aparición de comunidades
de villa y tierra integradas por una ciudad que actuaba como capital y el territorio circundante, el
alfoz, formado por numerosas aldeas. La estructura de la propiedad que resultó de este sistema
repoblador se caracterizó por el predominio de la mediana propiedad libre y la abundancia de
tierras comunales (pastos y bosques).
El repartimiento fue el modelo repoblador característico del siglo XIII y de la zona del valle del
Guadalquivir y del sur de Levante. Se adjudicaron casas y lotes de tierra con la población
musulmana adscrita entre los nobles y las órdenes militares que habían participado en la
conquista como pago por su apoyo militar. En territorios más vacíos como Extremadura o el valle
del Guadiana la escasez de colono favoreció que la tierra se adjudicase en grandes latifundios.
2. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: crisis demográfica, económica y política.
El periodo de la Baja Edad Media fue de crisis generalizada, estuvo marcado por el hambre, crisis
demográfica y los conflictos sociales.
La primera parte del siglo XIV se corresponde con una fuerte crisis de subsistencia al romperse el
equilibrio entre población y recursos tras numerosos ciclos de malas cosechas debido a
condiciones meteorológicas adversas (la llamada pequeña edad glacial). La escasez de cereales
provocó la carestía, el abandono de tierras y el hambre. En este contexto se produce la epidemia
de peste negra de 1348 que llegó a la Península Ibérica por la costa mediterránea. Afectó tanto a
la Corona de Aragón como a Castilla y fue especialmente virulenta en las ciudades. Las pérdidas
demográficas fueron importantes, entre un 25% y un 35% de la población, además la peste se
convirtió en una enfermedad endémica, provocando nuevos repuntes en la mortalidad y
manteniendo a la población aterrorizada; los efectos de la peste negra se multiplicaron sobre las
poblaciones subalimentadas e incrementaron el despoblamiento. Durante el resto del siglo XIV se
mantuvo la regresión demográfica, no sólo por las epidemias, también por las guerras y el hambre.
La crisis demográfica fue mayor en Cataluña y algunas regiones del norte de Castilla y menos
acusada en Aragón, Valencia y en el sur. Durante el siglo XV asistimos a una recuperación
demográfica en Castilla y el reino de Valencia, mientras que en Cataluña la crisis se mantuvo.
La crisis económica estuvo relacionada con la subordinación del sistema económico medieval a
la agricultura, el ciclo de malas cosechas provocó la aparición del hambre; la despoblación de
regiones y campos debido a la peste contribuyó al desastre económico. Los precios tendieron al
alza y los grupos más desfavorecidos tuvieron problemas para acceder a la alimentación. Este
contexto de crisis agraria y demográfica favoreció el auge de la ganadería trashumante, que fue
privilegiada en Castilla con la creación del Honrado Concejo de la Mesta (Alfonso X 1273). Esto
provocó un aumento de la producción de lana que supuso tanto el crecimiento de actividad
artesanal en varias ciudades como la exportación en bruto. También la crisis demográfica tuvo
consecuencias negativas en la producción artesanal, en este caso en Cataluña; tanto Valencia
como Castilla iniciaran su recuperación en el siglo XV.
La combinación de la crisis demográfica y de la crisis económica generó una serie de problemas
sociales que se concretan en enfrentamientos entre la nobleza y los campesinos y en conflictos
de carácter urbano.
En Castilla los nobles había incrementado su poder y los reyes les cedieron jurisdicción. Este
proceso se produjo en paralelo al un incremento de la explotación feudal que se tradujo en
exigencias, nuevos tributos y abusos por parte de los señores, las protestas ante el rey y las
reclamaciones ante las cortes fueron continuas y se concretaron en los llamados memoriales de
agravios. Se generalizaron los movimientos de protestas, el más grave de todos fue la revuelta de
los irmandiños, se desarrolló en Galicia.
En la Corona de Aragón, sobre todo en Cataluña, la existencia de los malos usos hacía que la
situación de explotación de los campesinos fuese más dura. Los payeses catalanes estaban
sometidos, entre otras exigencias feudales a la remença, un impuesto que debían pagar si querían
abandonar la tierra, esto significaba la falta de libertad (servidumbre). En la segunda mitad del
siglo XIV la crisis hace que los señores aumenten sus exigencias, los payeses de remença
comenzaron a organizarse y a enfrentarse a sus señores; el rey Alfonso V les apoyó y suspendió
los malos usos y la remença. Aunque no se solucionó el problema de la remença hasta que
Fernando el Católico declaró extinguidos los malos usos en la Sentencia Arbitral de Guadalupe
(1468).
Otros conflictos, estos en el ámbito urbano fueron los que enfrentaron en Barcelona a la oligarquía
con los sectores populares; también en Mallorca se produjo una rebelión muy grave cuando los
campesinos (forans) se enfrentaron a los señores que vivían en Palma.
Las minorías religiosas también fueron protagonistas de los conflictos sociales de los siglos XIV y
XV. Los mudéjares eran población musulmana, bastante numerosa en Aragón y Valencia donde
trabajaban en el campo y no disminuyó, menos numerosa en Castilla y sometida a una mayor
presión social que hizo que en el siglo XV fueran una minoría. Los judíos eran bastante
numerosos en muchas ciudades, inicialmente gozaron de cierta tolerancia, pero la mayor parte de
la población siempre fue hostil: Vivían aislados en sus barrios (juderías y alhamas) e incluso
debían llevar un distintivo en su ropa. Desde mediados del siglo XIV el antisemitismo creció y la
protección de los reyes no pudo evitar los ataques indiscriminados a las juderías (progroms). El
antisemitismo fue utilizado como válvula de escape a las tensiones sociales y a los conflictos de
clase, la pobreza, la búsqueda de culpables para las catástrofes y los sermones fanáticos fueron
algunas de las causas que explican la persecución de los judíos.
Los conflictos políticos durante estos dos siglos tienen, tanto en Castilla como en Aragón, un
denominador común: el enfrentamiento entre los reyes y la nobleza . La nobleza lucha por
mantener y aumentar su poder y aprovecha los momentos de debilidad de la Corona para lanzarse
contra ella.
En Castilla, tras la muerte de Alfonso X el Sabio se abrió una etapa de crisis marcada por las
minorías de edad de los monarcas. La crisis política fue también constante en el reinado de Pedro
I el Cruel (1350-1369); en primer lugar se produjo el enfrentamiento con el rey de Aragón (guerra
de los dos Pedros) debido a problemas fronterizos y de rivalidad comercial. Después en 1366
estalló una guerra civil en Castilla que enfrentó al rey, que en su intento de someter a la nobleza y
a la Iglesia hizo que estos apoyaran a su hermanastro, Enrique de Trastámara que le disputaba el
trono, y que al final venció y se coronó como Enrique II instaurando una nueva dinastía en Castilla,
y en cuyo reinado se produjo un reforzamiento de los privilegios de nobles e Iglesia para tener su
apoyo. (S. XIV)
Los reinados de Juan II y Enrique IV en el siglo XV se caracterizaron por múltiples conflictos
cuando los monarcas intentan reforzar el poder real y de la administración central. A Enrique IV le
sucedió su hermana Isabel de Castilla. A pesar de todo Castilla salió fortalecida, por el crecimiento
económico y por la consolidación del Estado.
En la Corona Aragonesa la situación fue de constante inestabilidad, por un lado estaba la dificultad
de controlar un conglomerado de reinos, por otro el enorme esfuerzo que suponía la política de
expansión por el Mediterráneo y por último, las pretensiones de la nobleza, más fuerte y mejor
organizada que en Castilla. A todo esto hay que sumar las desastrosas consecuencias de la peste
y de la guerra con Castilla.
La crisis dinástica provocada por la muerte sin descendencia de Martín el Humano se zanjó en
1412 con el compromiso de Caspe y la llegada a Aragón de la Casa de Trastámara con Fernando
I. Alfonso V " el Magnífico" (1416-58) intentó reafirmar el poder de la Corona pero tuvo que
enfrentarse al rechazo de nobles. Sin embargo su labor fue importante en la consolidación de las
posesiones catalano-aragonesas en Italia. Durante el reinado de Juan II la oposición entre el
autoritarismo real y el pactismo de las instituciones catalanas provocó la guerra civil catalana, a
pesar de la victoria del rey, a su muerte la Corona de Aragón quedó arrasada por los conflictos y la
prolongada crisis.
Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-
1474)
1ª. Siglos VIII al X: formación, consolidación de los reinos cristianos y ocupación del
valle del Duero.
- El reino astur-leonés surgió en torno a un grupo de nobles visigodos refugiados en la zona
cantábrica, encabezados por Pelayo, noble de origen visigodo a quien proclamaron rey y con
capital en Oviedo. Se organizó el Estado sobre la base del derecho visigodo, (Fuero Juzgo), se
configuró una iglesia independiente de la de Toledo, justo cuando se inicia el mito de Santiago,
potenciado por la corona por razones ideológicas y económicas. El periodo de máximo esplendor
llega con Alfonso III a finales del siglo IX, la frontera se sitúa en el valle del Duero, siempre
entendiendo que el éxito tuvo mucho que ver con la crisis que atravesaba el emirato. A comienzos
del s. X la capital del reino se traslada a León, comenzamos a hablar de reino de León. Aparece el
condado de Castilla.
La zona de los Pirineos era zona de frontera entre el reino franco y el poder musulmán.
Carlomagno, creó una frontera, la Marca Hispánica, para frenar a los musulmanes territorios que
serán gobernados por condes, primero francos luego autóctonos.
- El reino de Pamplona, embrión del futuro reino de Navarra. Se constituyó en el siglo IX en el
Pirineo occidental los orígenes del reino son confusos, en el siglo IX está en el poder la familia
Arista, sin embargo en el siglo X se consolida la dinastía Jimena que extendió su poder por tierras
de La Rioja. El reino llegó a su máximo esplendor con Sancho III (1000-1030). Tras su muerte el
reino se divide entre sus hijos lo que supuso el fin de esta hegemonía política.
- El condado de Aragón, surgió en los valles pirenaicos en torno a Jaca. En el s. IX eran vasallos
de los francos, un siglo después Aznar Galíndez iniciaba una dinastía condal sólida, desde Jaca el
condado se fue extendiendo al tiempo que desaparecía la influencia carolingia.
- Los condados catalanes. Los territorios del Pirineo oriental fueron conquistados e incorporados
por los carolingios a finales del s. VIII, constituyeron la Marca Hispánica. Eran un conjunto de
condados gobernados por familias francas. A finales del s. IX Wilfredo el Belloso, conde de Urgell,
consiguió el control de otros condados, que pasaron a su sucesor, formando un núcleo de poder
de cierta importancia; no se puede hablar de independencia hasta finales del siglo X, con Borrell II,
que aprovechó el cambio en la dinastía francesa para dejar de prestar juramento a los reyes
francos. La conexión con el reino franco explica la penetración de las instituciones feudales
europeas en Cataluña.
El modelo de repoblación de esta etapa es la presura o aprisio que consistía en la ocupación de
una tierra despoblada o de muy baja ocupación, por la nobleza guerrera y por campesinos que se
ocuparon de su explotación, se les reconocía la propiedad con solo cultivarlas, luego legitimada
por los reyesHabía además tierras comunales. Se consolido la pequeña propiedad, característica
en la Península Ibérica al norte de la línea del Duero.
2ª. Siglo XI y primera mitad del XII: conquista de los valles del Tajo y del Ebro.
Las causas que permitieron el avance cristiano están en la debilidad de al-Ándalus y también en el
crecimiento demográfico y económico de los reinos cristianos.
La caída del Califato y la formación de las taifas fue aprovechada por los reyes cristianos
aprovecharon para exigir a los soberanos musulmanes el pago de parias a cambio de no atacarles
e incluso de ayudarles en caso de ser atacados por otros reinos cristianos o musulmanes. Las
parias proporcionaron a los reyes enormes sumas de oro que permitieron afianzar su autoridad y
fortalecer a los ejércitos cristianos al tiempo que favorecían el desarrollo económico.
En la conquista del valle del Tajo fue clave la toma de Toledo dirigida en 1085 por Alfonso VI que
logró unificar de nuevo los reinos de Castilla y León. Tras esta los almorávides detuvieron el
avance cristiano en Sagrajas (1086) y reunificaron al Ándalus.
Los núcleos de resistencia orientales tomarán también la iniciativa frente al poder musulmán en el
siglo XI. El reino de Navarra será el menos activo. Aragón, condado convertido en reino desde
Ramiro I, atacó al rey taifa de Zaragoza. Sus sucesores continuaron con las campañas avanzando
por el valle del Ebro. El territorio ganado por el monarca aragonés era extenso y rico, tanto por
sus ciudades como por sus extensas zonas de regadío.
La repoblación concejil es la forma de repoblación que se desarrolló en las tierras
comprendidas entre el Duero y el Tajo. El territorio reconquistado era dividido en concejos con
grandes términos regidos por una ciudad. El rey otorgaba a la ciudad un Fuero o Carta Puebla que
regulaban la vida municipal lo que permitió la aparición de comunidades de villa y tierra integradas
por una ciudad que actuaba como capital y el territorio circundante, el alfoz, formado por
numerosas aldeas. La estructura de la propiedad que resultó de este sistema repoblador se
caracterizó por el predominio de la mediana propiedad libre y la abundancia de tierras comunales
(pastos y bosques).
3ª. La segunda mitad del siglo XII: la conquista del valle del Guadiana, alto Júcar y
Turia.
A mediados del siglo XII se produce la independencia de Portugal y se firmó los Tratados de
Tudillén y Cazorla en el que se fijaba la distribución del territorio de Al -Ándalus que quedaba por
conquistar entre los dos reinos.
El reino de Navarra consiguió mantener su independencia pero no pudo evitar la anexión definitiva
de Álava y Guipúzcoa por Castilla (1200).
El siglo terminaba con la derrota de los castellanos ante los almohades en Alarcos (1195)
Durante la segunda mitad del siglo XII nacen en tierras de Castilla y León las órdenes militares
españolas, la primera fue la Orden de Calatrava (1158), modelo de las posteriores; Alcántara y
Santiago. Su papel fue clave en la lucha contra los musulmanes y en la actividad repobladora.
4ª. Siglo XIII: conquista del valle del Guadalquivir, Levante y Baleares.
La derrota de Alarcos consiguió la unión de los reyes de Castilla (Alfonso VIII), Aragón (Pedro II) y
Navarra (Sancho VII) y en 1212 los cristianos infringieron una severa derrota a los musulmanes
en las Navas de Tolosa, que permitió un rápido avance.
Alfonso IX de León conquistó Extremadura , mientras que Andalucía y Murcia fueron conquistadas
por Fernando III de Castilla, que además consiguió la reunificación definitiva de Castilla y León
tras la muerte de Alfonso IX (1230). El dominio musulmán quedaba reducido al reino nazarí de
Granada, vasallo de la Corona castellana hasta el s. XV.
Respecto a la Corona de Aragón, Jaime I el Conquistador, tomó Baleares en 1229. La conquista
de Valencia fue realizada de forma conjunta por la nobleza catalana y aragonesa cuyos intereses
económicos y territoriales coincidían. La frontera con el reino de Castilla quedó establecida en la
actual Alicante.
El repartimiento fue el modelo repoblador característico del siglo XIII y de la zona del valle del
Guadalquivir y del sur de Levante. Se adjudicaron casas y lotes de tierra con la población
musulmana adscrita entre los nobles y las órdenes militares que habían participado en la
conquista como pago por su apoyo militar. En territorios más vacíos como Extremadura o el valle
del Guadiana la escasez de colono favoreció que la tierra se adjudicase en grandes latifundios.
2.5 Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y
sociedad estamental.
Durante la Edad Media surgirán diferentes fórmulas de gobierno que perdurarán durante siglos y
que tendrán gran repercusión en la historia de la península.
El rey es la figura fundamental del gobierno, ostenta todos los poderes, y en torno a él surgirá la
corte o curia regia, un consejo consultivo, que con el tiempo se amplía con consejeros y cargos
especializados: mayordomo, alférez…Los reyes no tenían capital fija.
A partir del siglo XIII (León 1188) surgirán nuevas instituciones como las Cortes donde se reunían
representantes de los estamentos: nobleza, clero y estado llano o ciudades, pero carecían de
poder legislativo, sus funciones eran aconsejar al rey, jurar al heredero y vigilar nuevos impuestos.
La Corona de Castilla acabará englobando a los reinos y territorios de Galicia, Asturias, León,
País Vasco, Castilla, Extremadura, Andalucía y Canarias. La monarquía tuvo un gran peso político,
se impone un modelo autoritario, pero los enormes territorios entregados en la repoblación a las
Órdenes Religiosas, a la Iglesia y a los nobles hicieron surgir una nobleza terrateniente muy
poderosa, en algunos casos incluso más que la misma monarquía. Con el fin de simplificar las
diferencias legales, Alfonso X "el Sabio" elaboró el "Código de las Partidas" y concedió el "Fuero
General " a todas las ciudades.
En la administración local el órgano más importante era el concejo gobernado por los regidores.
A finales del XIV surge la figura del corregidor, con funciones judiciales y militares, que
representaba a los reyes en los municipios.
En la Corona de Aragón la monarquía tendrá un modelo pactista, cada territorio que lo formaba
(Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares…) mantendrá unas cortes e instituciones propias que
vigilarán el poder del rey, y unas leyes y fueros diferentes. Estos territorios solo tienen en común
el monarca. Destaca el Justicia Mayor de Aragón que juzgaba conflictos entre los nobles y el rey.
La administración municipal variaba según los reinos. En Aragón gobernaba un justicia o alcalde
nombrado por el rey. En Cataluña gobernaban unos magistrados locales, los jurats, asesorados
por un Consell. El Consejo de Ciento era una institución municipal con carácter asesor y
administrativo.
Respecto a la organización social de los reinos cristianos peninsulares se consolidó una
estructura estamental: el clero, la nobleza y los campesinos. La división social se caracterizaba por
la rigidez, la movilidad vertical era muy escasa, sólo el clero puede considerarse un estamento
abierto. La Reconquista impulsó en la Península Ibérica el proceso de expansión del sistema
feudal, similar al del resto de Europa, caracterizado por la debilidad del poder de los reyes,
carentes de un ejército propio y un fortalecimiento de la nobleza que se atribuirá los poderes del
Estado en sus territorios (defensa militar, poder judicial, cobro de impuestos...)
La nobleza era uno de los estamentos privilegiados, a cambio de su función recibía del rey un
territorio del cual obtener rentas para sufragar sus gastos; no pagaban impuestos y tenían sus
propios tribunales. Protagonizaron enfrentamientos con la monarquía.
El clero era el otro estamento privilegiado, disfrutaba de propiedades y privilegios semejantes a los
de la nobleza, cobraba el diezmo y no pagaba impuestos.
El tercero de los ordenes sociales era el estado llano, la mayoría de la población, estaba formado
en su inmensa mayoría por campesinos que, a lo largo del proceso de feudalización y repoblación
habían perdido sus tierras y pasado a depender de señores a los que les unían lazos de
dependencia; los campesinos libres eran mayoría solo en el norte. En las ciudades vivían
fundamentalmente artesanos y comerciantes libres, los burgueses y a partir de la expansión
comercial del s. XIII se forma una oligarquía urbana protegida por la monarquía.
La economía fue fundamentalmente agraria. La propiedad de la tierra era muy diversa; los nobles
y la jerarquía eclesiástica tenían señoríos (trabajados por siervos) y grandes latifundios donados
por la monarquía durante la repoblación. En el centro y en el norte peninsular predominaba la
mediana y pequeña propiedad agraria de las zonas repobladas con presura y con el método
concejil. En los valles del Ebro, Levante y Andalucía permanecieron grandes grupos mudéjares
que siguieron manteniendo una agricultura de regadío.
Dentro de la economía agraria destaca la ganadería, así surgirán el Honrado Concejo de la Mesta
la Mesta, creado por Alfonso X “el Sabio” en 1273 que perduró hasta 1836. Es una institución que
se encargaba de regular todos los aspectos relativos a la ganadería trashumante de ovejas
merinas Juzgaba los litigios y se encargaban de recaudar los impuestos y los derechos reales.
A lo largo del siglo XIII se consolidan dos modelos diferentes en las dos principales coronas
peninsulares, así el rasgo más acusado de la Corona de Castilla es el proceso de fortalecimiento
del papel de la monarquía (más autoritaria) mientras en la Corona de Aragón se impone el
“pactismo”
En la Corona Castellana a partir del siglo XIII se producen dos cambios institucionales
importantes: la aparición de las Cortes (1188) y la unificación legal a partir del la reintroducción del
Derecho Romano, que además defendía que la autoridad debía concentrarse en manos del rey,
único que tenía capacidad para aprobar o derogar leyes; así se establece en las Partidas de
Alfonso X y en el Ordenamiento de Alcalá de 1348 que reforzó el poder del rey.
En la evolución del Estado castellano lo más importante es el desarrollo y consolidación de las
instituciones, iniciado por Alfonso X y continuado por los Trastámara: El Consejo Real que había
nacido como órgano consultivo se convirtió en el principal instrumento de gobierno en el s. XIV. La
creación de la Audiencia o Chancillería , con sede en Valladolid, regularizó la función de la
justicia. La Corte incluía una serie de cargos y oficiales al servicio del rey como Mayordomo (a
cargo del patrimonio real), Chanciller (burocracia), Condestable (fuerza militar) o Almirante
(armada); prácticamente todos estaban en manos de la nobleza. La Hacienda se especializó y
cobró importancia, el progresivo aumento de impuestos (alcabala, servicio, montazgo) favoreció la
creación de las Contadurías de Hacienda y Cuenta y se organizó una red de recaudadores por
todo el territorio. Además se dieron pasos hacia la creación de un ejército permanente al servicio
de la corona, además cada vez desempeñaran un papel más importante en las tareas de gobierno
los letrados, formadas en leyes en las universidades.
Las Cortes de Castilla tienen su origen en 1188 cuando Alfonso IX de León convoca en una
sesión extraordinaria de la Curia Regia (órgano consultivo formado por los nobles) a
representantes de las ciudades para contrarrestar el poder de los señores y afianzar la autoridad
real. Este hecho se considera como el inicio de las Cortes leonesas que precedieron a las de
Castilla. Aunque se ha resaltado su talante democrático, lo más que consiguieron los
representantes de las ciudades fue el ejercicio del derecho de petición al Rey. Pronto se instaló la
costumbre de reuniones periódicas que tenían como objetivo aprobar subsidios a la Corona; la
actividad de las Cortes castellanas fue intensa e importante a pesar de su carácter consultivo,
debido, en parte, a la representación de las ciudades, principal apoyo de los reyes frente a las
aspiraciones de la nobleza. Sus participantes se agrupan en función de los tres estamentos. A
partir del siglo XV pierden importancia.
Respecto a la organización territorial, en tiempos de Alfonso X se dividió en reino en provincias y
merindades, el gobierno estaba en manos de los concejos, cada vez más en manos de las
oligarquías locales; se impuso el intervencionismo real sobre los concejos mediante el sistema de
regimiento y la extensión de la figura de los corregidores.
La Corona de Aragón era una confederación de reinos, Aragón, Valencia, Mallorca y el
principado de Cataluña tenían distintas instituciones y leyes, esto explica la debilidad de la mayor
parte de los reyes aragoneses; además, los gastos de la expansión mediterránea permitieron a la
nobleza exigir a la monarquía importantes contrapartidas que se consolidan con el Privilegio
General y los distintos Fueros que Pedro III se vio obligado a jurar.
A lo largo de la Baja Edad Media se consolidan las Cortes integradas por representantes de la
nobleza, el clero y la alta burguesía urbana, defendían los intereses feudales frente a la Corona,
existían en Aragón (1245), Cataluña (1214) y Valencia (1238). Aparecen las Diputaciones, en
origen comisiones temporales de las Cortes que pasaron a ser permanentes en los distintos
reinos: La Generalitat Catalana (1359) estaba formada por seis miembros, renovables por tres
años, y estaba encargada de velar por el cumplimiento de las leyes y el mantenimiento del orden
público, se convirtió en el máximo órgano político del Principado. La Diputación del Reino de
Aragón (1412) y la del Reino de Valencia (1419). En Aragón se impuso la jurisdicción del Justicia
Mayor, un cargo en manos de un noble que defendía los privilegios estamentales frente al rey. En
cada reino existía un virrey, lugarteniente o gobernador.
Por lo que respecta a la administración local, los municipios fueron cayendo bajo el control de las
oligarquías urbanas, el gobierno era ejercido por un representante del rey y un concejo asesor.
El reino de Navarra estuvo unido a Aragón hasta el siglo XII en que se independizará. Navarra
careció de la posibilidad de expansión territorial a costa de los musulmanes. Encerrado entre
poderosos vecinos- Castilla, Francia y Aragón- inició un acercamiento a Francia desde el siglo XIV,
que significó la entrada de dinastías Francesas en el gobierno del reino. En los últimos siglos de la
Edad Media se buscó acabar con la presencia francesa en los cargos de gobierno potenciando a
los navarros. Navarra tenía un importante Fuero General, normativa que limitaba las atribuciones
del rey y garantizaba muchos derechos políticos de los súbditos y derechos esenciales jurídicos de
la vida privada. Las Cortes nacidas tardíamente tuvieron gran vitalidad en los siglos XIV y XV.
La situación de predomino francés llegó hasta que en 1425 Juan II de Aragón fue proclamado
también rey de Navarra. El enfrentamiento con su hijo, que desencadenó una guerra civil, debilitó
al reino y facilito que en 1512 fuera conquistado por Fernando el Católico quien lo incorporó al
reino de Castilla.
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