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Facultad de Teología, Filosofía y Humanidades

Programa de Historia

Curso: Investigación III

Juan Felipe Zapata Echeverry

UPB

“Del Cartel de Medellín somos culpables”


Pablo Escobar Gaviria, (nació en Rionegro, Antioquia el 1 de diciembre de 1949 y
murió el 2 de diciembre de 1993). Fue un narcotraficante, político y criminal, más
conocido por ser la cabeza y el fundador del Cartel de Medellín. Con su poder
económico corrompió el ejército, la policía, abogados y a cierta parte del gobierno,
de modo que llegó a ser casi que protegido por el mismo estado.

Alrededor de su figura siniestra, fría, calmada y calculadora, hay un montón de


historias, de memorias, de silencios que dan vida al mártir, para algunos, y al
mismísimo “demonio”, según otros. Pablo Escobar suscitó amores y odios entre la
sociedad colombiana, sus actos se dividen entre buenas labores y ayudas
económicas1 y atentados terroristas que causaron la muerte de aproximadamente
15.000 personas entre los años de 1989 y 19932, años de auge del Cartel de
Medellín. En estos años la población paisa vivía entre el terror y escombros, donde
la presencia policiaca en vez de transmitir protección y tranquilidad, generaba
ansiedad, estrés y miedos, esto debido a que Pablo Escobar había puesto precio a
las cabezas de los policías, lo que generó una gran cantidad de atentados a
patrullas. Los habitantes de Medellín anexaron a sus vidas la paranoia causada por
el “Robin Hood Paisa”.

Estas vicisitudes hicieron de él un mito internacional, su figura trascendió


continentes, dejando una marca oscura en el país y en la ciudad, creando así
imaginarios colectivos e identitarios, tanto en nuestro país como en el exterior,
donde todavía Pablo Escobar y la cocaína se utilizan para describir a Colombia.

En este trabajo se trata de reunir las memorias de algunas personas acerca de la


muerte del personaje tratado anteriormente, donde la introducción y las memorias
serán narradas en primera persona.3

1
En su barrio de infancia, La Paz, en Envigado, construyó canchas de fútbol y viviendas.
https://www.abc.es/historia/abci-autentica-muerte-pablo-escobar-suicido-sanguinario-cocaina-
201610190539_noticia.html
2
https://www.semana.com/nacion/articulo/cifras-de-atentados-victimas-de-escobar/365633-3
3
Hermes Zapata, Maria Gladys Echeverry y Beatriz Elena Zapata, mis familiares, son las personas que relatan
este momento coyuntural
El fútbol como acercamiento. ¿Héroe o villano?

Habla Hermes Zapata: En el año de 1981 conocí personalmente a Pablo Escobar


Gaviria, en un torneo de fútbol que él mismo organizó, el cual se llamó Medellín sin
tugurios. Aparentemente la idea que se tenía con el torneo era reunir fondos para
construir un barrio que sería habitado por gente de bajos recursos. Esa fue la idea
que nos vendieron, en la que estos supuestos empresarios, que en realidad hacían
parte del cartel de Medellín, patrocinaban equipos que se prestaban para su causa.
Entonces estas ideas o propuestas que lideraban estos mafiosos camuflaban todos
los crímenes y negocios ilegales, haciendo que estos pareciesen héroes, como
“Robin Hood”, que apoyaban y ayudaban a las personas con pocas posibilidades
económicas. Pero lejos estábamos todos de saber cuáles eran los objetivos
personales y colectivos que ellos perseguían en dicho momento.

En esta misma década de los años 80, coincidí con el señor Pablo Escobar en varios
partidos, pero ya partidos más privados, con el fin de que “el patrón” o “doctor” como
le llamaban todos a su alrededor, se desestresara. En cierta ocasión compartí
equipo con el “patrón”, allí me di cuenta de que presentaba unos dolores de rodilla
y, casualmente me le acerqué y le pregunté: Doctor, ¿Qué le pasó en la rodilla? A
lo cual me respondió que no sabía, pero que le dolía mucho y se sentía muy mal
por el dolor, acto siguiente le pregunté por qué no se hacía operar, y el señor Pablo
Escobar me dijo: “Me da miedo de la cuchilla”. Esto me impactó y todavía lo tengo
grabado como si hubiera sido ayer. En aquel tiempo no teníamos noción de todo lo
que él hacía, ni preveíamos lo que iba a hacer.

Poco después estalló la guerra con el cartel de Cali, de la cual presencié la


conversación entre Elkin Correa y Pablo Escobar en la cancha de Envigado, donde
Elkin Correa regañaba a Escobar por “Soltar esa gente”. Días después de haber
sucedido esto, comenzaron a desaparecer gente, además de aparecer cuerpos
mutilados, torturados, fusilados, etc. Ya a finales de los 80, todo se destapó, cuando
una parte del gobierno comenzó a intervenir en la situación y Pablo Escobar, afín a
su modo de ser, reaccionó contra el estado. Las bombas no se dejaron esperar, los
secuestros, las masacres y los asesinatos de gente perteneciente al mismo cartel
no tuvieron “escapatoria”. De este modo el país y el mundo conocieron (a totalidad)
a Pablo Escobar Gaviria.

Dos de diciembre de 1993, asesinato de Pablo Escobar

Habla Hermes Zapata: Esos recuerdos los tengo todavía muy patenticos. Me
acuerdo que el dos de diciembre de 1993 me encontraba laborando en Química
Antex, una fábrica con sede en Medellín, de allí fui a hacer las compras de unas
herramientas que necesitaba. De regreso, en vez de dirigirme a mi hogar, fui al
barrio Girardot a visitar a mi mamá, al llegar me encontré a toda la familia
sentada en la sala, observando el televisor, mirando impresionados la pantalla y
tratando de dilucidar lo que ésta decía, que el señor Pablo Escobar Gaviria,
héroe y villano había caído abatido en un barrio de la ciudad de Medellín. Yo me
asombré en un principio y luego sentí un alivio, porque había una zozobra en la
sociedad, se vivían momentos tensos. El solo ver pasar un carro de policía
generaba miedo, ya que no se sabía con certeza cuándo tenían puesta una
bomba. Se vivía con el estrés generado por tantos atentados, en el que la
sociedad civil se vio afectada. Entonces, el darse cuenta de que la persona que
ocasionó todos estos daños al país y sus habitantes había muerto, le hacía a
uno sentir un alivio profundo, y más al saber y tener presente a todos los
conocidos inocentes que murieron en medio de esta guerra.

El ambiente luego del deceso de Escobar fue tenso, porque se pensaba que las
personas que lo idolatraban, la cual no era poca, iban a reaccionar frente al
estado.

Habla M. Gladys: ¿Qué hacía yo cuando escuché la noticia? Si la memoria no


me falla, me encontraba trabajando cuando escuchamos mi hermana y yo la
noticia de la muerte de Pablo Escobar, nos parecía imposible, pues decían que
lo cogían y luego lo liberaban y varias veces ocurrió así, como cuando salía y
entraba de las cárceles a su placer, era un rico entre las rejas. Luego de un
momento de solo mirarnos, donde había mucho silencio, recordé las lágrimas de
gente que conocí y a los cuales sus seres queridos perecieron entre tantas
bombas, y sentimos un “fresquito” todos los que nos encontrábamos en ese
momento, un respiro de tranquilidad, pues daba miedo salir a las calles debido
a la tragedia que estaba provocando estos enfrentamientos.

Habla Beatriz Elena: Juan fe, recuerdo que estaba viviendo en Sincelejo. Ya
vamos para casi treinta años cuando se oyó esa noticia, ¿no? Bueno, lo que sí
recuerdo es que todos esos costeños eran asombrados, porque Escobar era
todo un personaje, y nos decían que sin él estábamos “jodidos”, que ahora quién
nos iba a defender ante el mundo. Irónico, porque después de muerto fue que
se supo con certeza todo lo malo que hizo y lo asesino que llegó a ser, antes no,
porque pasaba “platica”, obvio. Bueno, eso es todo, no me acuerdo de muchos
más detalles en cuanto a ese día.

A modo de conclusión, podemos decir que estas reconstrucciones de memoria


histórica nos dan un panorama de lo que significó Pablo Escobar, “El Patrón”
para la historia colombiana, una historia macabra, triste, escrita por una de las
personas más ricas y sangrientas que tuvo el mundo en su momento, pero a su
vez un héroe, un “Santa Claus, un Robin Hood”, para personas que se vieron
beneficiadas por esos “regalos”, por esas “platicas” que repartía.

A lo que se quiere llegar con estas memorias es ver la importancia que tuvo el
personaje en Colombia, donde hay un antes y un después luego del nacimiento
y muerte del personaje ya narrado. No se trata de decir cuáles relatos son ciertos
y cuáles no, pues la memoria es selectiva y subjetiva y se construye
históricamente y socialmente mediante elementos heterogéneos que marcan la
vida de las personas, lo que a ellos les quedó, lo que a ellos los marcó.

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