You are on page 1of 53

Nicolás Maquiavelo

El príncipe
De Principatibus
EDICIÓN BILINGÜE

Texto italiano establecidopor


GIORGIO INGLESE
Estudio preliminar,traduccióny notas de
HELENA PUIGDOMÉNECH
Estudio de contextualizaciónde
JOHN G. POCOCK
Nota bibliográficade
JULIO A. PARDOS

te!ios
NICOLAUS MACHIAVELLUS
MAGNIFICO LAURENTIO MEDICI
IUNIORI SALUTEM

Soglionoel piu delle volte coloro che desiderano


acquistargrazia appresso uno príncipe farseliincon-
tro con quelle cose che infra le loro abbino piu care
o delle quali vegghino lui piu dilettarsi; donde si
vedemolte volte essereloro presentati cavalli,arme,
drappi d' oro, pietre preziose e simili ornamenti deg-
ni della grandezza di quelli. Desiderando io, adun-
que,offerirmi alla vostra Magnificenziacon qualche
testimonedella servitu mia verso di quella, non ho
trovato,intra lamia supellettile,cosa quale io abbia
pi~ c~ra o.tanto esistimi quanto !&1 . cognizio~ delle
az1on1delh uomini grandi, imparata da me con una
}u~S't e~~~l!~ dellecose moderne et una continua
l~zion~delleantiche; le quali avendo io con gran di-
~igenzialungamente escogitate et examínate et ora
lll ·
u~o picco1o volume ridotte, mando alla Magnifi-
'
cenz1avostra.

[2]
NICOLAUSMACHIAVELLUS
MAGNIFICOLAURENTIOMEDICI
IUNIORI SALUTEM1

Suelen, las más de las veces, aquellos que desean


captar la gracia de un Príncipe 2 presentarse a él con
aquellas cosas, de entre sus pertenencias, que más es-
timan o con lo que ven más ha de deleitarse; por eso
1
En el original en latín, como el título de la obra y los tí-
tulos de los veintiséis capítulos del Príncipe.Así figura en casi
todos los manuscritos y así fueron pensados por Maquiavelo;
que primero había decidido (carta de 1Ode diciembre de 1513 a
Francesco Vettori) dedicar el opúsculo a Giuliano, hijo de Lo-
renzo el Magnífico, duque de Nemours; pero luego lo dirige a
Lorenzo, hijo de Pedro de Medici que sería proclamado más
tarde capitán general de los florentinos y que parecía mejor ins-
trumento para los propósitos expansionistas de León X (Gio-
vanni de Medici).
2 El uso del termino Príncipe es en Maquiavelo muy varia-

do, unas veces hace referencia al fundador del Estado en sus


diversas formas, otras príncipe «tot court», otras sirve para de-
signar al gobernante o incluso al tirano. Vease al respecto las
consideraciones de John Pocock en el Estudio de Contextuali-
zación en esta edición .

[3]
4 DE PRIN CIPATIBVS

E benché io giudichi questa opera indegna della


presenza di quella, tamen confido assa~ che per sua
umanita gli debba essere accetta, cons1derato come
da me non gli possa essere fatto maggiore dono che
darle faculta a potere in brevissimo tempo intendere
tutto quello che io, in tanti anni e con tanti mía disagi
e pericoli, ho conosciuto et inteso. La qual opera io
non ho ornata né ripiena di clausule ample o di paro-
le ampullose e magnifiche o dÍ qúafunque altro leno-
cinio et ornamento extrínseco, con li quali molti so-
gliono le loro cose descrivere et ornare, perché io ho
voluto o che veruna cosa la onori o che solamente la
varieta della materia e la gravita del subietto la facci
grata. Né voglio sia imputata prosumptione se uno
uomo di basso et ínfimo stato ardisce discorrere e re-
golare e governi de' principi; perché, cosi come coloro
che disegnano e paesi si pongono bassi nel piano a
considerare la natura de' monti e de' luoghi alti e, per
considerare quella de' luoghi bassi, si pongono alto
sopra' monti, similmente, a conoscere bene la natura
de' populi, bisogna essere príncipe, et a conoscere
bene quella de' principi, conviene essere populare.
Pigli, adunque, vostra Magnificenzia questo picc9-
lo don ,g con quello animo che io lo mando; il quale se
da quella fia diligentemente considerato e letto, vi co-
noscera dentro uno estremo mio desiderio che lei per-
venga aquella grandezza che la fortuna e l'altre sua
qu~lita le promettano. E se vostra Magnificenzia dallo
ap1cedella sua altezza qualche volta volgera li occhi in
questi l~oghi bassi, conoscera quanto io indegnamente
sopportt una grande e continua malignita di fortuna.
EL PRÍNCIPE 5

vemosa menudo cómo les son ofrecidoscaballos ar-


mas, telas tejidas con oro, piedras preciosasy dtros
adornos semejantesdignos de su grandeza.Deseando
yo, pues, ofrecerme a Vuestra Magnificenciacon al-
gún testimonio de mi devoción,no he encontradoen-
tre todas mis pertenencias cosa alguna que considere
más valiosa o estime tanto como el conocimientode
las acciones de los grandes hombres, aprendidome-
diante uná..larga'~ñ ~!ii ~..deTas cosas modernasy
una continuada lectura de las antíg'üasT:Tas=cüaTes,
despuésde haberlas meditado y examinadocon gran
diligencia,recogidas ahora en un pequeño volumen,
mando a Vuestra Magnificencia.
Y aunque juzgo esta obra indigna de seros pre-
sentada, tengo, no obstante, confianza en que vues-
tra benevolenciadeberá aceptarla, teniendoen cuen-
ta que yo no puedo haceros ningún presente mejor
que el de ofrecerosla facultad de poder en brevísimo
tiempo comprender todo cuanto yo, en tantos años
y con tantas incomodidades y peligros,he conocido
y entendido. Esta obra no la he adornado ni rellena-
do con amplios párrafos o ampulosasy solemnespa-
labras o con cualquier otro artificiou ornamento ex-
trínsecocon los que muchos acostumbran a describir
Y adornar sus cosas, porque he querido o que nada
la distinga o que tan sólo la variedad de la materia Y
la gravedad del tema la hagan grata. Y no quiero
tampoco que se tuviera por presunción el que un
hombre de bajo e ínfimo estado se atreva a discurrir
Y dar reglas sobre el gobierno de los príncipes;por-

3
Frase que se ha convertido casi en proverbio, citada para
resumir la formación de la experiencia de Maquiavelo.
6 DE PRINCIPATIBUS

*****


EL PRÍNCIPE 7
que así como aquellos que dibujan paisaJ·esse s'tú'
, b . d 1 an
en los pun t os mas aJos : la llanura para estudiar
la naturalez.a de las montanas y de los lugaresaltos,
y para considerar la de los lugares bajos asciendena
lo más alto de las montañas, igualmente,para cono-
cer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser
príncipe y para conocer bien la de los príncipeshay
que ser del pueblo.
Reciba, pues, Vuestra Magnificenciaeste peque-
ño presente con el mismo ánimo con que yo os lo
envío: y si lo leéis y meditáis diligentemente,descu-
briréis dentro mi más profundo deseo: que logréis
conseguir aquella grandeza que la fortuna vuestra y
vuestras otras cualidades os prometen4 •
Y si Vuestra Magnificencia,desde el·ápice de su
grandeza se digna alguna vez volverla mirada hacia
estos humildes lugares, conocerá cuán inmerecida-
mente soporto la enorme y continua malignidadde
la fortuna.

4
En el capítulo XXVI Maquiavelo propondrá a los Medici
que se conviertan en los líderes del movimiento que ha de salvar
a Italia del dominio extranjero. Es además en este párrafo ~onde
Maquiavelo ha concentrado toda la adulación de esta dedicato-
ria, que no podemos decir sea exagerada , sobre todo ,en compa-
ración con tantas y tantas otras dedicatorias de la epoca O de
siempre; ni en alguien tan desesperado como él por enc?nt~ar
un receptor que tenga en cuenta su larga y variada experiencia, -
esos quince años que no ha perdido en ":ªn~: .«Per.ques~acosa,
quando la fussi letta, si vedrebbe che qumd1c1anm c.h~ 10 s?no
stato a studio all'arte dello stato non gli ho ne dormitt ne grno-
. ' · · d' no che
catt; et doverrebbe chiascheduno haver caro servirsi u
alle spese d'altri fussi pieno di experientia» ... Carta a Francesco
Vettori, 10 de diciembre de 1513.
8 DE PRJN
CIPATIBVS

NICOLAlMACLAVELLJ
DEPRlNCIPATIBUS
AD MAGNIFICUM
LAURENTIUMMEDICEM

Quotsint generaprincipatuumet quibusmodis


acquirantur

Tutti gli stati, tutti e' dominii che hanno avutoet


hanno imperio sopra gli uomini, sono stati e sonoo
republicheo principati. E' principati sono o eredita-
rii, de' quali el sangue del loro signore ne sia suto
lungo tempo principe,o sono nuovi.
E' nuovi, o sono nuovi tutti, come fu Milano a
FrancescoSforza5, o sono co1nemembri aggiuntiallo
statoereditaríodelpríncipeche gli acquista,comeeel
regnodi Napolial re di Spagna6,Sono questidominii
cosiacquistatio consuetia viveresotto uno príncipe
o usi ad essere liberi; et acquistonsi o con l'arme
d'altrí o con le propríe,o per fortuna o per virtu7•
5
FrancescoSforza,1401-1466.Señor de la Marca Anconita-
n~ .secasó c~n BiancaMaria Visconti,hija del duque de Milán,
F~tppoMana Visconti.Fue nombrado capitán del ejércitomila-
nesen 1~guer~aque la ciudad, convertidaen repúblicaa la muer-
te del_Yiscontt,sosteníacontra Venecia. Pero de acuerdo con los
ven~cianos , acosó Mil~n.y se convirtió en su príncipe de 1450.
Feman~o el Catohco y Luis XII de Francia, decidendes-
poseer.del remo de Nápoles a Federico de Aragón y dividirsela
~ºf qmSta (1S_O?). Pero posteriores desacuerdos y las victorias
~ Gran Capitan en Cerignola (1503)y Garigliano (1504),con·
viertena Nápol · .
7 e~en un virremado aragonés.
FortunaYvirtud. El significadode ambos términos,queapa·
rtecetn
repetidamenteen las obras de Maquiavelo dependedelcon·
ex o, aun cuandod '
e maneraescueta«fortuna»puede ser la mar-
EL PRINCIPE 9
NICOLAI MACLAVELLI
DE PRINCIPATIBUSAD MAGNIFICUM
LAURENTIUMMEDICEM

I
Quot sint generaprincipatuumet quibusmodis
acquirantur*

Todos los estados, todos los dominios que han


tenido y tie~e~ _im~-~~~ so~re los hombres, han sido
y son o repubhcas o pnnc1pados. Los principados o
son hereditarios, es el caso de aquellos que desde
hace tiempo pertenecen a la sangre de su señor, o
son nuevos. Los nuevos, o son totalmente nuevos,
como fue Milán para Francesco Sforza5 o son como
miembros añadidos al estado hereditario del prínci-
pe que los adquiere, como es el reino de Nápoles
para el rey de España 6 • Los dominios así adquiridos
o están acostumbrados a vivir sometidos a un prín-
cipe o acostumbrados a ser libres; y se ganan o con
las armas ajenas o con las propias, o por fortuna o
por virtud 7•

• De cuántos son los géneros de principados y de qué mo-


dos se adquieren.
}44 DE PRIN CIPATIBUS

XV

De his rebus quibus homines et presertim príncipes


laudantur aut vituperantur

Resta ora a vedere quali debbano essere e' modie


140
govemi di uno principe o co' subditi o con li amici •
E perché io so che molti di questo hanno scripto,
dubito, scrivendone ancora io, non essere tenuto

140
Capítulo fundamental para la comprensión del «méto-
do» de Maquiavelo. Se ha discutido mucho sobre quiénes pue-
den ser los autores contra los que el nuestro dirige sus polémicos
razona~i~ntos. Evidentemente todos los que él pudo ~~nocer
que escnb1endo sobre política lo hicieron en el modo cnttcado,
desde Platón a los tratadistas medievales de regimineprincipwn,
El PRÍN CIPE 145

XV

De his rebus quibus homines et praesertimprincipes


laudantur aut vituperantur*

Nos queda ahora por ver cuálesdeben ser el com-


portamiento y gobierno de un príncipecon súbditos
y amigos140• Y como sé que muchos han escrito so-
bre esto, temo, al escribir yo también sobre ello, ser
tenido por presuntuoso, máxime al alejarme,hablan-
do de esta materia, de los órdenes seguidospor los
demás. Pero siendo mi intención escribir algo útil
para quien lo lea, me ha parecido más conveniente

• De aquellas cosas por las que los hombresy especialmen-


te los príncipes son alabados o vituperados.
146 DE PRJNCIPATJBUS

prosumptuoso, part~ndo~i. max~me, ~el disputare


questa materia, dalh or~1n1 delh altn .. M~ sendo
l'intenzionemia stata scnvere cosa che sta utde a chi
la intende, mi é parso piu conveniente an~are drieto
alla verita effettuale141della cosa che alla 1mmagina-
zione di epsa. E molti si sono immaginati republiche
e principati che non si sono mai v~stiné conosciuti in
vero essere142• Perché gli tanto dtscosto da come si
vivea come si doverrebbe vivere, che colui che lascia
quello che si fa, per quello che si doverrebbe faro,
impara piu presto la ruina che la perservazione sua:
perché uno uorno che voglia fare in tutte le parte
professione di buono, conviene che ruini infra tan tí
che non sono buoni. Onde e necessario, volendosí
uno príncipe mantenere, imparare a potere essere
non buono et usarlo e non usarlo secondo la neces-
sita.
Lasciando, adunque, adrieto le cose circa uno
princi~eimmaginate,e discorrendo quelle che sono
vere,_d1co,ch~ t~t~ili uomini, quando se ne parla, e
m~xu~ee pnnc_1p1, per essereposti piu alti, sono no-
t~ti ~1 alcune di queste qualita che arrecano loro o
b1as1moo laud_e.E questo eche alcuno etenuto libe-
rale, alcuno misero -usan d o uno termine . toscano,

141 E l . .
n e ongmal «veritá ffi
quiaveloprocede más que de e ettual_e». El pesimismo de Ma-
humano, de una concret ~na radical desconfianza en el ser
actuación del hombre enª1r t!rect? observación de la frecuente
verdadera realidad ª tSíona. De la comprobación de la
t42 E d'fi . .
s 1 icd precisar a · ,
sa en Platón, pero lo que 9uien se refiere, probablemente pien-
a ~n~ larga tradición de si que~a claro es su radical oposición
quizasse puede exceptua~:sa~;ento polí!i~o teórico de la que
n s O ª Mars1ho de Padua.
EL PRÍNCIPE )47
buscarla verdadera realidad141de las cosasque la sim-
ple imaginaciónde las mismas.Y muchosse han ima-
ginadorepúblicasYprincipadosque nuncase han visto
ni se ha s~bido.queexistieranrealmente142; porque es
tanta la d1stanc1aentre cómo se vivey cómo se debe
vivir,que quien deja lo que se hace por lo que se de~
ria hacer, aprende antes su ruina que su preservación:
porque un hombre que quieraen todo hacer profesión
de bueno encontrará su ruina entre tantos que no lo
son. De donde le es necesarioal príncipeque quierase-
guir siéndoloaprender a poder no ser bueno y utilizar
o no este conocimientosegúnla necesidad.
Dejando por lo tanto de lado todo lo imaginado
acerca de un príncipe y razonando sobre lo que es la
realidad,digo que todos los nombres,cuando se habla
de ellos -y sobre todo los príncipespor su situación
preeminente-, son juzgadospor algunade estascua-
lidades que les acarrean o censura o alabanza:y así,
uno es tenido por liberal,otro por mezquino(usando
un término toscano,ya que «avaro»,en nuestralengua
es aquel que desea poseerpor rapiña, mientrasllama-
mos «mezquino»al que se abstieneen demasíade uti-
lizar lo propio)143; uno es consideradogeneroso,otro
rapaz; uno cruel, otro compasivo;uno desleal, otro
fiel;uno afeminado y pusilánime,otro ferozy atrevi-
do; uno humano, otro soberbio;uno lascivo,otro cas-
to; uno rígido, otro astuto; uno duro, otro flexible;
uno ponderado otro frívolo;uno religioso,otro incré-
dulo y así sucesivamente.Y yo sé que todos admitirán
que sería muy encomiableque en un príncipe se re-
unieran de todas las cualidadesmencionadas,aque-
llas que' se consideran como buenas.Pero puesto que
no se pueden tener todas ni observarlasplenamente,
148 DE PRJNCIPATIBUS

perché avaro in n?stra ling~a ean:ora. colui che J)er


rapina desidera dt avere: misero ch1am1amonoi que..
no che si astiene troppo di usare il suo 143- ; alcunoe
tenuto donatore, alcuno rapace; alcuno crudele,al.
cuno piatoso; l'uno fedifrago, l'altro fedele; l'uno
efeminato e pusillanime, 1'altro feroce et animoso·
l'uno umano, l'altro superbo; l'uno lascivo, l'altr~
casto; l'uno intero, l'altro astuto; l'uno duro, l'altro
facile; l'uno grave, l' altro leggieri; l'uno religioso,
l'altro incredulo, e simili. Et io so che ciascuno con-
fessera che sarebbe laudabilissima cosa in uno prin..
cipe trovarsi, di tutte le soprascripte qualita, quelle
che sono tenute buone. Ma perché le non si possono
avere tutte né interamente observare, perle condi-
zioni umane che non lo consentono 144, e necessario
essere tanto prudente che sappi fuggire la infamia di
quegli vizii che gli torrebbono lo stato; e da quegli
che non gliene tolgano guardarsi, se gli e possibile:
ma non possendo, vi si puó con meno respecto las-
ciare andare. Et etiam non si curi di incorrere nella
infamia di quelli vizii, sanza e' quali possa difficil-
mente salvare lo stato; perché, se si considera bene

143
En el original «misero-avaro»: Como muy bien nota L.
Russo, es una «deliziosa osservazione lingüística» de alguien
que aunque fundamentalmente preocupado por la verdad po-
lítica no lo está menos.por su arte y por la gloria de su lengua.
144
La regla moral, primero aceptada, es negada luego fun-
dándose en una situación de hecho. Pero hay que precisar que
Maquiavelo no habla de una total maldad humana (las buenas
cuahd~des no se pueden observar por entero) ni tampoco hace
provenir esta maldad de una inmodificable estructura de la na-
t~raleza humana . Lo que hace que el bien no pueda respetarse
siempre, lo que a veces empuja al mal son las «condizione uma-
ne», las condiciones de la historia, la~ cosas de este mundo.
EL PRINCIPE 149

ya que las condicioneshumanasno lo consienten144,


tiene que ser tan prudenteque sepaevitarla infamia
de aquellosviciosque le arrebataríanel estadoy guar·
darse,si le es posible,de aquellosque no se lo quiten;
pero si no fuera así que incurraen elloscon pocosmi·
ramientos.Y aún más, que no se preocupede caer en
la infamiade aquellosviciossinloscualesdificilmente
podría salvarel Estado;porquesi consideramostodo
cuidadosamente,encontraremosalgo que parecerá
virtud, pero que si lo siguieseseriasu ruinay algoque
pareceráviciopero que, siguiéndolole proporcionará
la seguridady el bienestarpropio.
150 DE PRINCIPATIBUS

tutto, si troverra qualche cosa che parra virtu, e se-


guendola sare' la ruina sua: e qualcu.na altra ~he pa-
rra vizio, e seguendola ne nasce la s1curta et ti bene
essere suo.

XVI

De liberalitate et parsimonia

Cominciandomi, adunque, alle prime soprascrip-


te qualita, dico come sarebbe bene essere tenuto libe-
rale145.N ondimanco la liberalita, usata in modo che
tu sia tenuto, ti offende: perché, se ella si usa virtuo-
samente e come ella si debbe usare, la non fia conos-
ciuta e non ti caschera la infamia del suo contrario;
e pero, a volersi mantenere infra li uomini el nome di
liberale, e necessario non lasciare indrieto alcuna
qualita di sumptuosita: talmente che sempre uno
príncipe cosi fatto consumera in simili opere tutte le
sua faculta; e sara necessitato alla fine, se si vorrá
mantenere el nome de liberale, gravare li populi ex-
traordinariamente et essere fiscale 146 e fare tutte que-
lle cose che si possono fare per avere danari; il che
comincerá a farlo odioso a' subditi, o poco stimare
da ciascuno divenendo povero. In modo che, con
questa sua liberalitá, avendo offeso gli assai e pre-

145
Como es obvio, liberal aquí significa: generoso, dadivo-
so, espléndido.
146
Para mantener su reputación de «liberal», el príncipe fal-
tará a uno de los preceptos fundamentales del «principado ci-
vil», es decir, se granjeará la enemistad del pueblo al exigir los
impuestos más allá del límite soportable.
ELPRiNCIPE 151

XVI

De liberalitateet parsimonia*

Empezando,pues,por las primerascualidadesmen-


cionadas,reconozcolo buenoque seríaser considera-
do liberal145: no obstante,la liberalidadusadade modo
que todos te tengan por generoso,puedeperjudicarte;
porque si se practicavirtuosamentey comoes debido,
de manera que no se note, no te evitaráel ser tachado
de lo contrario.Y además,si se quieremantenerentre
los hombres el título de liberales necesariono olvidar
ninguno de los componentesde la suntuosidad;de tal
manera que siempreun príncipede talescaracterísticas
consumirátodo su patrimonioen esto,y al fin,si quie-
re mantener su fama de liberal, se veráobligadoagra-
var con fuertesimpuestosal puebloy a serexigente146y
a hacer todo lo que pueda para conseguirdinero, lo
que le acarreará el odio de sus súbditoso la poca esti-
ma de todos cuando se haya vueltopobre; de manera
que con esta liberalidad suya, habiendo ofendido a
muchosy premiadoa pocos147se resentiráal primerin-
convenientey peligrará a la primera ocasión;por lo
que sabiendo todo esto y queriéndoloevitar,se gana
enseguidafama de miserable.

* De la liberalidad y la parsimonia .
152 DE PRINCIPATIBUS

miato e pochi 147, sente ogni primo disagio e periclita


in qualunque primo periculo: il che conoscendo luí e
volendosene ritrarre, incorre subito nella infamia
del misero. Uno príncipe adunque, non potendo
usare questa virtú de liberale, sanza suo danno, in
modo che la sia conosciuta, debba, se gli é prudente,
non si curare del nome del misero; perché col tempo
sará tenuto sempre piú liberale veggendo che, con la
sua parsimonia, le sua entrate gli bastano, puó di-
fendersi da chi gli fa guerra, puó fare imprese sanza
gravare i populi. Talmente che viene ad usare libera-
litá a tutti quelli a chi egli non toglie, che sono infi-
niti, e miseria a tutti coloro a chi egli non da, che
son o pochi 148 •
Nelli nostri tempi noi non abbiamo veduto fare
gran cose se non a quelli che sono tenuti miseri; 1ial-
tri, essersi spenti.
49
Papa lulio 111 , como si fu servito del nome de

liberale per aggiugnere al papato, non pensó poi a


mantenerselo, per poter far guerra. El re di Francia
presente ha fatto tante guerre senza porre uno dazio
extraordinario a' sua, solum perché alle superflue

147
Así el príncipe invierte los términos de la regla funda-
mental del «principado civil» definida en el capítulo IX, que era
la de perjudicar a los grandes (que son pocos) y mantener la fi-
delidad del pueblo, que son los más.
148
De nuevo la regla fundamental, antagonizar a los menos
posibles. Ser considerado espléndido por muchos a los que no
perjudicas con impuestos extras y odiado por los pocos que no
habrán podido gozar de una corte suntuosa.
149
Sobre la liberalidad de Julio II al hacer promesas (a Cé-
sar Borja) véase la carta de Maquiavelo desde Roma de 26 de
noviembre de 1503 en Legazioni, II, pp. 411-412 y cfr. Guicciar-
dini, Storia d'Italia, VI, 5.
EL PRÍNCIPE 153

Un prín~ipe, pu_es,no pudiendo practicar de ma-


nera conocida la vutud del liberal, sin salir por ello
perjudicado, debe~si es prudente, no preocuparse de
s~r tachad_o de tn1serable: porque con el tiempo irá
siendo tenido cada vez por más liberal al ver sus súb-
ditos que con su parsimonia le bastan sus rentas,
puede defenderse de los que le hacen la guerra, y pue-
de llevar a cabo grandes empresassin gravar al pueblo;
de manera que es liberal con todos aquellos a los
que no quita nada, que son muchísimos, y miserable
con todos aquellos a los que no da, que son pocos 148•
En nuestros días, sólo vimos hacer grandes cosas a
quienes fueron considerados miserables y fracasar
a los otros. El papa Julio 11149
una vez aprovechada
su fama de liberal para obtener el papado, no pen-
só ya en man tenerla para poder así hacer la guerra;
el actual rey de Francia ha hecho tantas guerras sin
imponer una sola contribución extraordinaria a
sus súbditos gracias a que su gran parsimonia ha
sabido compensar los gastos superfluos; el actual
rey de España, si hubiera sido tenido por liberal
no hubiera emprendido ni superado tantas empre-
sas 150.
Por lo tanto, un príncipe debe preocuparse bien
poco de que lo tachen de miserable mientras no ten-
ga que robar a sus súbditos para defenderse, ni se
vea abocado a la pobreza y al desprecio, ni se vea
forzado a convertirse en rapaz, porque este es uno de
aquellos vicios que lo hacen reinar. Y, si al~uien ~ije-
ra: César con su liberalidad alcanzo el 1mpeno, Y
muchos otros precisamente por haber sido liberal~s
Y considerados como tales, alcanzaron grados emi-
nentes, respondo: o bien eres ya príncipe o estás en
154 DE PRINCIPATJBUS

spese ha subministrato la lunga parsimonia sua. El


re di Spagna presente, se fussi tenuto liberale, non
arebbe né fatto né vinte tante imprese 150• Pertanto
uno príncipe debbe existimare poco - per non avere
a rubare e' sudditi, per potere dif endersi, per non di-
ventare povero e contennendo, per non essere forza-
to di diventare rapace, - di incorrere nel nome del
misero: perché questo é uno di quelli vizii che lo fan-
no regnare. E se alcuno dicessi: Cesare con la libera-
litá pervenne allo imperio, e molti altri, per essere
stati et essere tenuti liberali, sono venuti a gradi
grandissimi; rispondo: o tu se' príncipe fatto o tu se'
in via di acquistarlo. Nel primo caso questa liberali-
tá dannosa. Nel secondo, bene necessario essere ed
essere tenuto liberale; e Cesare era uno di quelli che
voleva pervenire al principato di Roma: mase, poi
che vi fu pervenuto, fussi sopravvissuto e non si fus-
si temperato da quclle spese, are' destrutto quello
.
1mpeno.
E se alcuno replicassi: molti sono stati principi e
con li exerciti han no fatto gran cose, che son o stati te-
nu ti liberalissimi; ti rispondo: o el príncipe spende del
suo e de' sua subditi, o di quello di altri. Nel primo
caso debbe essere parco. Nell'altro, non de' lasciare
indrieto alcuna parte di liberalitá. E quel príncipe che
va con li exerciti, che si pasee di prede, di sacchi e di
taglie, maneggia quello di altri, gli enecessaria questa
liberalitá: altrimenti non sare' seguito da' soldati. E di

150
De la parsimonia del rey de Francia había hablado en
carta escrita desde la corte francesa el 27 de agosto de 1500,
Legazioni, I, p. 160. En carta a Vettori del 26 de agosto de 1513
(la época del Príncipe) Fernando el Católico es definido como
«taccagno et avaro».
EL PRÍNCIPE ( 55

vías de serlo; en el primer caso esta l'b . l'd d


· d· · 1 1 era 1 a es
perJu 1c,1a, en el segundo,es muy necesarioser teni-
do por hberal.
. . Y César era uno de los que quena , e-
11
gar a1p~1nc1pado~e .Roma;pero si una vezalcanza-
do, hubiera sobrev1v1doy no hubiera moderadosus
gast~s, habría destruido aquel imperio.y si alguien
rephcase: muchos príncipes tenidos por liberales
han hecho,gr~ndescosas con susejércitos,le respon-
do: o el pnnc1pe gasta lo suyoy lo de sus súbditoso
lo de otros; en el primer caso debe ser parco; en el
segundo no debe olvidar ningunode los aspectosde
la liberalidad. Y el príncipe que va con sus ejércitos
que se nutre de botines, de saqueosy rescates,mane-
ja lo que es de otros, y le es necesariaesta liberali-
dad, de lo contrario sus soldadosno le seguirían. Y
de lo que no es tuyo o de tus súbditosse puedeser
mucho más espléndido, como fueron Ciro, César y
Alejandro; porque el gastar lo de los demás no te
quita reputación, sino que te la aumenta:sóloel gas-
tar lo tuyo te perjudica. Y no hay nada que se con-
suma tanto a sí mismo como la liberalidad:porque
mientras la usas pierdes la facultad de usarla_Yte
conviertes O en pobre y despreciableo para huir de
la pobreza, en rapaz y odioso. Y de entre todas,las
cosas de las que un príncipe deb~guarda~sees~ala
de ser digno de desprecio Y de odio; Y la hberahd~d
te conduce a lo uno y a lo otro. Por lo tanto, es mas
sabio. ganarse e1nombre de mísero que genera una
d l'be
infamia sin odio que por pretender la fama e 1 -
ral, verse obligarlo a incurrir en la de rapaz, que pro-
, &'. , con od'10151.
duce 1n1am1a
156 DE PRINCIPATIBUS

e
quello che non tuo o de' subditi tuoi si puó essere
piú largo donatore, come fu Ciro, Cesare et Alexan-
dro: perché lo spendere quel d'altri non ti toglie repu-
tazione, ma te ne aggiunge; solamente lo spendere el
tuo quello che ti nuoce. E non ci ecosa che consumí
sé stessa quanto la liberalita, la quale mentre che tu
usi perdi la faculta di usarla, e diventi o povero e con-
tennendo o, per fuggire la poverta, rapace et odioso.
Et intra tutte le cose di che uno principe si de' guarda-
re lo essere contennendo et odioso: e la liberalita
all'una e 1'altra cosa ti conduce. Pertanto e piú sa-
pienza tenersi el nome del misero, che parturisce una
infamia sanza odio, che, per volere el nome del libera-
le, essere necessitato incorrere nel nome del rapace,
che partorisce una infamia con odio 151•

XVII

De crudelitate et pietate; et an sit melius amari quam


timeri, ve/ e contra

Scendendo appresso alle altre qualitá preallegate,


dico che ciascuno principe debbe desiderare di essere
tenuto piatoso e non crudele: nondimanco debbe ad-
vertire di non usare male questa pietá 152• Era tenuto

151
Se resume aquí muy eficazmente la «moral» del capítulo:
mejor la fama de avaro, que no acarrea odio, que la de liberal
que a la larga no puede por menos que acarrearlo .
152
La contraposición no es entre «cruelta e pieta», crueldad
y compasión, sino entre «pieta» y «pieta», es decir, entre compa-
sión bien entendida o mal entendida . Pensemos en la crueldad
bien o mal usadas del capitulo VIII.
El PRÍNCIPE J57

XVII

De crudelitateet pietate;et an sit meliusamariquam


timeri,ve/e contra*

Prosiguiendocon las otras cualidadesmenciona-


das, digo que todo príncipedebe desearser tenido
por compasivo y no por cruel: no obstante,ha de
procurar no hacer mal uso de su compasión152• Cé-
sar Borja era consideradocruel y sin embargosu
crueldadrestablecióel ordenen la Romaña,la unifi-
co y la redujo a la paz y a la lealtadal soberano153• Si
se estudia bien todo esto,se veraquefuemuchomás

* De la crueldady la compasión;y de si es mejorser amado


que temido,o todo lo contrario.
158 DE PRINCIPATIBUS

Cesare Borgia crudele; nondimanco quella sua cru-


delta aveva racconcia la Romagna, unitola, ridottola
in pace et in fede 153• 11che se si considera ben e, si ve-
dra quello essere stato molto piú pietoso che il popu-
lo florentino, il quale, per fuggire il nome di crudele,
lasció distruggere Pistoia 154• Debbe pertanto uno
principe non si curare della infamia di crudele per
ten ere e' subditi suoi uniti et in fede 155; perché con
pochissimi esempli sará piu pietoso che quelli e' qua-
li per troppa pieta lasciono seguire e' disordini, di
che ne nasca uccisioni o rapine; perché queste so-
gliono offendere una universalita intera, e quelle
esecuzioni che vengano dal principe offendono uno
particulare 156• Et infra tutti e' principi al principe

153 He aquí una «crueldad» para los que no entienden de po-


lítica, que se convierte en «pieta» para los que consideran el he-
cho sin prejuicios morales. Maquiavelo alude con este ejemplo a
la obra de destrucción de la fuerza feudal emprendida por César
en los pocos años en que fue señor de la Romaña, aprovechada
luego muy bien por Julio 11,y que en toda la historiografia pos-
terior, incluso la más negativa a la hora de juzgar a los Borja, ha
sido considerada como ejemplo de buena administración. Véa-
se, Guicciardini, Storia d'italia VI, y A. Gramsci, Note sul Ma-
chiavelli,su/lapolítica e sullo Stato moderno.
154
Maquiavelo presenta claramente el ejemplo de «crudelta-
pietosa», ya delineado en el capítulo VIII al hablar de los actos
de crueldad que deben llevarse a cabo de una sola vez para que
luego puedan ser utilizados en beneficio del pueblo.
155
También en Discorsi,I, 9: «Colui che é violento per guas-
tare, non quello che é per racconciare, si debbe riprendere». La
violencia, puede justificarse tan sólo si contribuye a la creación
de la paz y el orden, en beneficio del pueblo, es decir de muchos
contra pocos.
156
De nuevo, el concepto de que es más fácil asegurarse de
~nos pocos, ~ue de muchos. Russo observó que el termino «par-
tlculare» aqm usado, es la contraposición de universalidad y en
EL PRINCJPE 159
compasivo que el pueblO fl .
ser tachado de cruel .º~~nttno,que para evitar
·
t 01a . or 1o tanto un , . la destrucciónde Pis-
1s4 p 'permitto
d 1 f; d pnncipe no debepreocuparse
e a ~dma e cruel si con ello mantienea sus súbdi-
t os un1 os y lealesiss. ,
· ' porque, con poqu1simoscasti-
gos eJemplare~,será más compasivoque aquellos
q~e, por excesivaclemencia,dejan prosperarlos de-
sordene~ de los que resultan asesinatosy rapiñas·
porque_estas suelen perjudicar a toda una comuni:
d~d, m1~ntr_as las ejecucionesordenadaspor el prín-
cipe perJud1cantan sólo a los menos156• Y de entre
todo~ los príncipeses el nuevoal que le es imposible
rehutr la fama de cruel, porque el estado nuevoestá
lleno de peligros.Y Virgilio,en boca de Dido, dice:

Res dura,et regninovitasme taliacogunt


mo/iri,et latefines custodetueri151

No obstante ha de ser circunspectoen el creer y


en el actuar, no temersea sí mismoy procedermode-
radamente con prudencia y humanidad,para que el
exceso de confianza no le haga incauto y la excesiva
desconfianza no le vuelvaintolerable.
Surge de esto una duda: si es mejor ser amado
que temido o viceversa. La respuestaes que conven-
dría ser lo uno y lo otro; pero como es dificilcombi-
nar ambas cosas, es mucho más seguro ser temido
que amado cuando se haya de prescindirde una de
las dos. Porque de los hombres, en general,se puede
decir esto: que son ingratos, volubles, hipócritas, fal-
sos, temerosos del peligro y ávidos de ganancias; y
mientras les favoreces,son todo tuyos, te ofrecen su
sangre, sus bienes,la vida e incluso los hijos -como
160 DE PRJNCIPATIBUS

e
nuovo impossibile fuggire il nome di crudele, per
essere gli stati nuovi pieni di pericoli. E Virgilio nella
bocea di Didon, dice:

Res dura et regni novitas me ta/ia cogunt


moliri et latefines custode tueri157•

Nondimanco de' essere grave al credere et al


muoversi, né si fare paura da sé stesso: e procedere in
modo, temperato con prudenza et umanitá, che la
troppa confidenzia non lo facci incauto e la troppa
diffidenzia non lo renda intollerabile.
Nasce da questo una disputa, s'egli é meglio essere
amato che temuto o e converso. Rispondesi che si vo-
rre' essere l'uno e l 'altro; ma perché egli é difficile ac-
cozzarli insieme emolto piú sicuro essere temuto che
amato, quando si abbi a mancare dell'uno delli duoi.
Perché degli uomini si puó dire questo generalmente:
che sieno ingrati, volubili, simulatori e dissimulatori,
fuggitori de' pericoli, cupidi del guadagno; e mentre
fai loro bene son o tutti tua, offeronti el sangue, la
roba, la vita, e figliuoli, come di sopra dissi, quando il
bisogno e discosto: ma quando ti si appressa, si rivol-
tono158,e quello principe che si tutto fondato in su le

lugar de traducir por privado, particular, hay que traducir por


«los menos», es decir, el menor, respecto al mayor número.
157
«La dura necesidad y la novedad del reino me obligan a
adoptar tales medidas y a defender con vasta guardia las fronte-
ras». Eneida, I, versos 562-563.
158
Este es uno de los fragmentos más populares del Prínci-
pe uno de los raros momentos en los que Maquiavelo, según G.
Sasso (en edición de El Príncipe) razona sobre la maldad huma-
na en términos «bassamente psicologici», ya que es más frecuen-
EL PRINCl/'t 161
ya dije antes- mientrasno los necesitas;pero,cuan-
do ll~gael momento, te dan la espalda'ss.y aquel
príncipeque lo ha fundado todo en la palabrade Jos
hom.bres,encontrándo.sefalto de otro apoyo se
a~ruina;porque las amistadesque se adquierencon
dinero Y no con grandeza y noblezade ánimo se
.
compran pero no se tienen, y en los momentos ' de
necesidadno puedes contar con ellas.Además,los
hombres tienen menos miedo de ofenderal que se
hace querer, que al que se hace temer;porque el
amor está mantenido por un vínculode obligación,
que dada la maliciahumana,serompepor cualquier
motivode utilidadpropia;peroel temorsemantiene
gracias
,
al miedo al castigoque no nos abandonaja-
mas.
Debe, no obstante, el príncipehacersetemerde
manera que si no se gana el amor,eviteel odio;por-
que puede muy bien ser temidoy a la vezodiado;lo
que conseguirásiempreque se abstengade tocarlos
bienesy las mujeresde susciudadanosy de sussúb-
ditos.Y si alguna veztuvieraque procedercontrala
sangre de alguno de ellos,ha de hacerlocon causa
159
manifiestay convenientejustificación , pero sobre
todo, debe respetar la haciendaajena, porque los
hombres olvidan antes la muerte del padre que la
pérdida del patrimonio160• Y además~uncafalta~án
pretextos para arrebatar los bienesaJen?s;Yquien
empiezaa vivir de la rapiña,encuentrasiempre~o-
tivospara apoderarsede lo de los demás;encambio,
los motivospara matar a alguienson masescasosY
duran menos. ., .
Pero cuando el príncipeestá con sus eJercitosY
tienea sus órdenesa multitudde soldados,entonces
) 62 DE PRINCll'ATIBUS

parole loro, trovandosi nudo di altre preparazione,


ruina. Perché le amicizie che si acquistono col pre1.20,
e non con grandezza e nobilitá di animo, si meritano,
ma elle non si hanno, et allí tempi non si possono
spendere; e Jiuomini hanno meno rispetto a offendere
uno che si facci amare, che uno che si facci temere:
perché lo amore e tenuto da uno vinculo di obligo, il
quale, per essere gl'uomini tristi, da ogni occasione di
propria utilitia rotto, ma il timore e tenuto da una
paura di pena che non ti abbandona mai.
Debbe nondimanco el príncipe farsi temere in
modo che, se non acquista lo amore, che fugga ro-
dio: perché puó molto bene stare insieme essere te-
muto e non odiato. II che fara sempre, quando si
abstenga dalla roba de' sua ciptadini e delli sua sub-
diti e dalle donne loro; e quando pure gli bisognassi
procedere contro al sangue di al cuno, farlo quando
vi sía iustificazione conveniente e causa manifesta 159•
Ma soprattutto abstenersi dalla roba di altri, perché
li uomini sdimenticano piú presto la morte del padre
che la perdita del patrimonio 16º; dipoi, le cagione del

te el que nuestro autor atribuya esta inclinación humana al mal


a la compleja e insidiosa «situación del hombre en la historia»
que a su estructura psicológica.
159 p
ara no caer en 1a m1am1a
. &'. • anteriormente

comenta da de
«contennendo», es decir, para no hacerse odioso.
160
Otro de los célebres comentarios de Maquiavelo sobre
la mald.ad humana, que ha adquirido casi rango de proverbio.
S~sso. cita un b~evee.sc.ri~ode 1512 en que se repite este mismo
cnteno: «[...] gh uomm1 s1dolgono piú d'uno podere che sia loro
tolto, c~e ?'uno. fratello o padre che fussi loro morto, perché la
.morte s1d1m~ntica qualche volta, la roba mai...» (Cfr. tambié~
a este propósito el comentario de L. Russo en Machiavelli,Unt-
versale Laterza, Bari, 1966,p. 26, entre otras).
El PRINCIPE 163

es absolutamentenecesarioque no se preocupede la
fama de cruel; porque sin esta fama no se mantiene
nunca un ejército_unidoni dispuestoa acciónalgu-
na. Entre las admirablesaccionesde Aníbal se enu-
mera ésta: 9ue teniendo un ejército grandísimo,
mezcla de diversasrazas, llevadoa luchar a tierras
ajenas,_jamássurgióen él disensiónalguna,ni entre
ellos ni contra el príncipe, tanto en la adversidad
como en la buena fortuna. Lo que no podía provenir
de nada más que de su inhumanacrueldad;la cual,
junto a su infinita virtud, lo hizo siempre,a los ojos
de sus soldados, temibley venerado;sin ella, no le
hubieran bastado sus otras virtudespara conseguir
aquel resultado161• Y los escritores,en este tema
poco ponderados, por una parte admiransu proeza
pero por otra condenanla causa principalde ésta.
Y que sea verdadeso de que sus otras virtudesno
le habrían bastado, se puedecomprobarcon el ejem-
plo de Escipión, hombre excepcionalno sólo en su
tiempo sino en todo el que alcanza la memoria, al
que se le rebelaron sus ejércitosen España162; y la
causa no fue otra que su excesivaclemencia,puesto
que había concedido a sus soldadosmás licenciade
la que conveníaa la disciplinamilitar.Y todo eso se
lo reprochó Fabio Máximoen el Senado,llamándo-
le corruptor de la miliciaromana. Y cuando los ha-
bitantes de Locres fueron destruidospor un legado
suyo, ni les vengó ni corrigió la insol~nciadel lega-
do y todo provenía de su naturaleza indulgente,de
tai' manera que, queriendo alguien excusarloen el
Senado, dijo que había muchos h~mbres a los ~~e
1
les era más fácil no errar que corregtrlos errores , y
tal naturaleza, con el tiempo, habría empañado la
164 DE PRJNCJPATIBUS

torre la roba non mancano mai, e sempre, colui che


comincia a vivere per rapina, truova cagione di oc-
cupare quello di altri: e per adverso contro al sangue
sono piú rare e mancano piú presto.
Ma quando el principe é con li eserciti et ha in
governo moltitudine di soldati, allora al tutto e ne-
cessario non si curare del nome del crudele: perché
sanza questo nome non si tenue mai exercito unito
né disposto ad alcuna fazione. Intra le mirabili ac-
tioni di Annibale si connumera questa, che, avendo
uno exercito grossissimo, mixto di infinite genera-
zioni di uomini, condotto a militare in terra aliena,
non vi surgessi mai alcuna dissensione, né infra loro,
né contro al príncipe, cosí nella captiva come nella
sua buona fortuna. II che non pos sé nascere da altro
che da quella sua inumana crudelta: la quale, insie-
me con infinite sua virtú, lo fece sempre nel cons-
petto de' sua soldati, venerando e terribile. E sanza
quella, a fare quello effetto, l 'altre sua virtú non
bastavano 161: e li scriptori, in questo, poco conside-
rati dall'una parte admirano questa .sua actione,
dall' altra dannano la principale cagione di epsa.
E che sia vero che le altre sua virtú non sarebbo-
no bastate, si puó considerare in Scipione, rarissimo
non solamente ne' tempi sua ma in tutta la memoria
delle cose che si sanno, dal quale li exerciti sua in Is-
pagna si ribellorno 162: il che non nacque da altro che

161
Maquiavelo habla también de Aníbal y de su «innumana
crudeltá» en los «ghiribizzi» a Soderini, publicados en las Lette-
re; y en los Discorsi, 11,21.
162
Maquiavelo saca seguramente el ejemplo de Livio, 28,
24. El motivo principal de la rebelión, que tuvo lugar en el ~ño
206 a. C. fue la enfermedad de Escipión, pero nuestro amigo,
EL PRÍNCIPE 165

fama y la gloriade Escipiónde haberperseveradoen


él, ejerciendoel mando; pero viviendobajo el go-
bierno del Senado,esta cualidadsuya,negativa,no
sólo quedo oculta sinoque le procurogloria.
Concluyo,pues,volviendoa eso de ser temidoy
amado, que -amando loshombressegúnsu volun-
tad y temiendosegúnla del príncipe- un príncipe
sabio debe apoyarseen lo quees suyoy no en lo que
comohe-
es de otros; debe solamenteingeniárselas,
mos dicho,para evitarel odio.
166 DE PRINCIPATIBUS

dalla sua troppa pieta, la quale aveva data alli suoi


soldati piú licenza che alla disciplina militare non si
conveniva . La qual cosa gli fu da Fabio Maximo in
Senato rimproverata e chi~mato da luí corruptore
della romana milizia. E Locrensi, essendo suti da
uno legato di Scipione destrutti, non furono vendi-
cati né fu da lui la insolenzia di quello legato co-
rretta, tutto nascendo da quella sua natura facile;
talmente che, volendolo alcuno excusare in Senato,
dixe come gli erano molti uomini che sapevano me-
glio non errare che correggere gli errori 163• La qual
natura arebbe col tempo viola to la fama e la gloria
di Scipione, se egli avessi con epsa perseverato nello
imperio : ma, vivendo sotto il govemo del Senato,
questa sua qualitá dannosa non solum si nascose,
ma gli fu a gloria.
Concludo adunque, tomando allo essere temuto
et amato, che, amando li uomini a posta loro e te-
mendo a posta del principe, debbe uno principe sa-
vio fondarsí in su quello che e suo, non in su quello
ch'e di altri; debbe solamente ingegnarsi di fuggire
l' odio, come é detto .

como en otros momentos, arregla un poco la historia para que


sirva mejor a sus propósitos .
13
~ Co~? en los ejemplos anteriores Maquiavelo hace refe-
rencia a L1v10,tal como ya notó Burd en su excelente comenta-
~º al Príncipe y al que ya nos hemos referido en distintas oca-
s10nes.
EL PR}NCIPE 167

*****
168 DE PRINCIPATIBUS

XVIII

Quomodofides a principibussit servanda

Quanto sia laudabile in uno principe il mantenere


la fede e vivere con in te grita e non con astuzia, cias-
cuno lo intende; nondimanco si vede per experienza
nelli nos tri tempi quelli principi avere fatto gran
cose, che della fede hanno ten u to poco con to e che
hanno saputo con l'astuzia aggirare e cervelli delli
uomini: et alla fine hanno superato quelli che si sono
fondati in sulla lealtá 164•
Dovete adunque sapere come e' sono dua genera-
zioni di combattere: l'uno, con le legge; l'altro, con
la forza. Quel primo proprio dello uomo; quel se-
condo, delle bestie. Ma perché el primo molte volte
non basta, conviene ricorrere al secondo: pertanto
ad uno príncipe enecessario sapere ben usare la bes-
tia e lo uomo. Questa parte é suta insegnata alli prin-
cipi copertamente dalli antichi scriptori, li quali scri-

164
Este capítulo del Príncipe es, como dice Burd, el quema-
yor escándalo ha producido, «greater offence»; y según Sasso
en sus notas al Príncipe, el texto mas «tormentato, studiato, vi-
lipeso, maledetto, tra quantine annoveri non solo l'intera opera
del Machiavelli, ma l'intero pensiero político moderno». Es éste,
efectivamente, un capítulo fundamental para entender no solo
la teoría de que de la situación del hombre en el mundo, en la
historia, deriva la necesidad del mal, sino también el drama de
la conciencia moral de Maquiavelo que, a pesar de saber cuán
deseable sería el ejercicio exclusivo del bien ve cómo el mundo
de la política hace tal cosa imposible. Hay 'amargura y resenti-
miento en la constatación de que las circunstancias y el control
de las mismas imponen al hombre, ineludiblemente, la elección
del mal.
EL PRÍNCIPE 169
XVIII

Quomodofides a principibussit servanda•

Todos sabemos cuán loable es en un príncipe


mantener ~ap~labra dada y vivir con integridad y no
con astucia; sin embargo se ve por experiencia en
nuestros días cómo aquellos que han tenido muy
poco en cuenta la palabra dada y han sabido burlar
con astucia el ingenio de los hombres, han hecho
grandes cosas superando al final a aquellos que se
han basado en la lealtad 164•
Debéis, pues, saber que hay dos modos de com-
batir: uno con las leyes; el otro con la fuerza; el pri-
mero es propio de los hombres, el segundo de las
bestias; pero, puesto que el primero muchas veces
no basta, conviene recurrir al segundo. Por lo tanto
es necesario que un príncipe sepa actuar según con-
venga, como bestia y como hombre. Este punto ha
sido enseñado, de manera velada, a los príncipes
por los antiguos escritores, que nos cuentan cómo
Aquiles y otros muchos príncipes antiguos fueron
llevados al centauro Quirón, para que bajo su disci-
plina les educara. El hecho de tener por preceptor a
un ser que es medio bestia y medio hombre, no quie-
re decir otra cosa que el príncipe necesita saber ser
una y otra cosa; y que sin ambas naturalezas no es
perdurable .
Estando pues el príncipe obligado a saber com-
portarse a veces como una bestia, de entre ellas ha de
elegir a la zorra y al león 165; porque el león no sabe

* De cómo los príncipeshan de mantenerla palabra dada.


170 DE PRINCIPATIBUS

vono come Achille e molti altri di quelli principi


antichi furono dati a nutrire a Chirone centauro, che
sotto la sua disciplina Ji custodissi. 11che non vuole
dire altro, avere per preceptore uno mezzo bestia e
mezzo uomo, se non che bisogna ad uno principe
sapere usare l'uma e l'altra natura: e ]'una sanza
l'altra non edurabile.
Sendo, dungue, necessitato uno principe sapere
bene usare la bestia, debbe di guelle pigliare la volpe
et il lione: perché el lione 165 non si difende da' lacci,
la volpe non si difende da' lupi; bisogna adungue es-
sere volpe a conoscere e lacci, e lione a sbigottire e
lupi: coloro che stanno semplicemente in sul lione,
non se ne intendono. Non puó pertanto uno signore
prudente, né debbe, observare la fede guando tale
observanzia gli torni contro e che sono spente le ca-
gioni che la feciono promettere 166• E se li u omini fus-
sino tutti buoni, guesto precepto non sare' buono:
ma perché son o tris ti e non la o bserverebbono a te,
tu etiam non l'hai ad observare a loro; né mai ad
uno principe mancorno cagioni legittime di colorire
la inobservanzia. Di guesto se ne potre' dare infiniti
exempli moderni e mostrare guante pace, guante
promisse son o state fatte irrite e vane perla infidelita

165
Esta imagen tiene varios antecedentes cultos: Cicerón,
De officiis,I, XIII,41; en el párrafo anterior es evidente el eco ci-
ceroniano de «generazioni» (dos modos de combatir), De officiis
I, XI, 34; Dante, Infierno XVII, 74-75, e infinidad de populares.
Pero la novedad de Maquiavelo radica en el principio que quiere
expresar, y en su frecuente actitud de revestir la abstracción inte-
lectual con imágenes sensibles.
166
Primera formulación, según Sasso, del gran tema de la
«relatividad» de la palabra dada, de la reducción «militarista»
del principio de derecho natural: «pacta sunt servanda».
EJ.,PRINCIPE J71

defendersed~ las trampas ni Ja zorra de los lobos.Es


pues necesano se.rzorra para conocer las trampas y
leónpara atemorizar a los lobos.Los que sólo imitan
aJ le?n no sabe~ lo que llevanentre manos.Por con-
s1gu1enteun senor prudente no puede,ni debe,man-
tener la palabra dada cuando tal cumplimientose
vuelva en contra suya y hayan desaparecidolos mo-
tivosque le obligaron a darla166• Y si los hombresfue-
sen todos buenos, este precepto no Jo sería, pero
como son malos y no observanJo que te prometen,
tú tampoco tienes por qué observarlo.Además,ja-
más le han faltado a un príncipemotivoslegítimos
con los que disimularsu inobservancia.Sobreesto se
podrían aducir infinidad de ejemplosmodernos y
mostrar cuántas paces,cuántas promesasse han re-
velado vanas y sin efecto, por la infidelidadde los
príncipes:y el que mejor ha sabidoimitar a la zorra
ha salido mejor librado.Pero hay que saberdisfrazar
bien tal naturaleza y ser un gran simuladory disimu-
lador, y los hombresson tan simplesy tan obedientes
a las necesidadesdel presente,que el que engañaen-
contrará siemprequién se dejeengañar.
No quiero callar uno de los ejemplo~más ~ecien-
tes. Alejandro VI no hizo nunca nada ~1pensonada
más que en engañar a los hombres:y s1e~pr~encon-
tró con quién poder hacerlo167• No huboJa~as ~om-
bre alguno que aseveraracon mayoreficacian1q~e
afirmara cosa alguna con másjuramentosy qu~,sin
embargo menos la observara:y a pesarde ellosiem-
pre le saÚeronlos engaños segúnsus deseos168, por-
que conocía bien este aspectodel mun.do.
, . no ha de tener necesanamente
Un pnnc1pe . todas
las cualidadescitadas,pero es muynecesanoquepa-
172 DE PRJNCIPATJBUS

de' principi: e quello che ha saputo meglio usare la


volpe, emeglio capitato. Ma é necessario questa na-
tura saperla bene colorire et essere gran simulatore e
dissimulatore: e sono tanto semplici gli uomini, e tan-
to ubbidiscono alle necessitá presentí, che colui che
inganna troverra sempre chi si lascera ingannare.
lo non voglio, delli exempli freschi, tacerne uno.
Alexandro VI non fece mai altro, non pensó mai ad
altro che ad ingannare uomini, e sempre trovó su-
bietto da poterlo fare 167: e non fu mai uomo che
avessi maggiore efficacia in asseverare, e con mag-
giori iuramenti affermassi una cosa, che la observas-
si meno; nondimeno sempre gli succederono
gl'inganni ad votum 168, perché conosceva bene ques-
ta parte del mondo.
A uno príncipe adunque non é necessario avere in
fatto tutte le soprascritte qualitá, Ín a benn ecessario
..Earere. di ay~w ; anzi ardiró di dire que~to 169: en e:
aven o e et observandole sempre, sono dannose, e,
parendo di averle, sono J.U,ili; come ars:s.,.piatoso,
fedele, umano, intero, relligioso, et essere: ma stare
in modo edificato con lo animo che, bisognando
non essere, tu possa e sappia diventare il contrario.
.. . l -~ ~ ....... ~~ ~"*'

167
En el original «subietto», ocasión, materia, individuo, es
decir gente dispuesta a dejarse engañar. La astucia de Alejandro
VI había ya alcanzado dimensiones proverbiales entre sus con-
temporáneos.
168 E
ne 1 ongma
. . 1 «a d votum», según su deseo, sus esperan-
zas. Frecuentemente usado por Maquiavelo.
169
El termino «ardiró», me atreveré, lo utiliza Maquiavelo
para subrayar la gravedad, la excepcional crudeza de lo que va
a decir, no la novedad, ya que tales cosas no las dice de ninguna
manera ~or primera vez en este párrafo; las ha dicho ya en otros
lugares, mcluso en el mismo capítulo.
EL PRÍNCJPE 173
rezca que las tiene. Es más, me atrevería169 a dec1r
. d' .
·
e~to: que son ~e~Ju t~talessi las posees y observas
siempre,Yson uttles s1tan sólo hacesver que las po-
sees: c~~o parecer. compasivo, fiel, humano, ínte-
gro, rehg1oso,y seno, pero estar con el ánimo dis-
puesto de tal manera que si es necesario no serlo
puedas y sepas cambiar a todo lo contrario. Y hay
que tener bien en cuenta que el príncipe,y máxime
uno nuevo, no puede observar todo lo que hace que
los hombres sean tenidos por buenos,ya que a me-
nudo se ve forzado para conservarel estado a obrar
contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad,
contra la religión. Por eso tiene que contar con un
ánimo dispuesto a moversesegún los vientos de la
fortuna y la variación de las cosas se lo exijan, y
como ya dije antes, no alejarsedel bien, si es posible,
pero sabiendo entrar en el mal si es necesario.
Debe, por lo tanto, el príncipetener buen cuida-
do de que no se le escapejamás de la boca cosa algu-
na que no esté llena de las citadas cinco cualidades,
y debe parecer, al verlo y oírlo, todo compasión,
todo lealtad, todo integridad, todo humanidad,
todo religión. Y no hay nada que sea más necesario
aparentar que se practica, que esta última cualidad.
Y los hombres, en general,juzgan más por los ojos
que por las manos17 º; que a todos es dado ver,pero
tocar a pocos. Todos ven lo que parecespero pocos
sienten lo que eres y esos poco~no se ~trevena ~po-
nerse a la opinión de la mayona que tiene ade~as el
poder111del Estado que les protege;y en las acc1?n~s
de todos los hombres, especialmentede los p~1nc1-
pes, donde no hay tribunal al que a~el~r,se atiende
al resultado112.Procure pues el pnnc1pe ganar y
174 DE PRINCJPATIBVS

Et hassi ad intendere questo, che uno príncipe e


maxime uno príncipe nuovo non puó observare tutte
quelle cose per le quali gli uomini sono chiamati
buoni, sendo spesso necessitato, per mantenere lo
stato, operare contro alla fede, contro alla carita,
contro alla umanita, contro alla religione. E peró bi-
sogna che egli abbia uno animo disposto a volgersi
secondo che e venti della fortuna e la variazione de-
lle cose gli comandano; e, come di sopra dissi, non
partirsi dal bene, potendo, ma sapere entrare nel
male, necessitato.
Debba adunque uno príncipe avere gran cura che
non gli esca mai di bocea cosa che non sia piena de-
lle soprascripte cinque qualitá; e paia, ad udirlo e
vederlo, tutto pieta, tutto fede, tutto integrita, tutto
umanita, tutto religione: e non ecosa piii necessaria,
a parere di avere, che questa ultima qualitá. E li uo-
mini in universali iudicano piú alli occhi che alle
mani 17º; perché tocca a vedere ad ognuno, a sentire a
pochi: ognuno vede quello che tu pari, pochi sento-
no quello che tu se'; e quelli pochi non ardiscono
opporsi alla opinione di molti che abbino la maesta
dello stato 171 che gli difenda; e nelle actione di tutti li
uomini, e maxime de' principi, dove non e iudizio a
chi reclamare, si guarda al fine 172•

110
En el original: «iudicano piu alli occhi che alle mani»,
juzgan más por lo que se ve (por las apariencias) que por lo que
se toca (por la realidad). Confrontar con Discorsi, I, 25.
171
En el texto: «maesta dello stato», el poder, la fuerza, el
prestigio, el peso del Estado.
172
Ya en 1512, en los «Ghiribizzi» a Soderini, publicados
junto a sus Lettere, Maquiavelo había escrito: «Donde io vedo...
che si habbia nelle cose a giudicare il fine come le son fatte, et
EL PRINCIPE 175

mantener el estado: los medios serán siempre juzga-


dos honorables y alabados por todos; ya que el vul-
go se deja cautivar por la apariencia y el éxito 173, y en
el mundo no hay más que vulgo; y los pocos no tie-
nen sitio cuando la mayoría tiene donde apoyarse.
Cierto príncipe de nuestro tiempo, al que no es opor-
tuno nombrar 174 no predica más qué paz y lealtad,
cuando de la una y de la otra es acérrimo enemigo; y
tanto la una como la otra, de haberlas observado, le
habrían arrebatado o la reputación o el Estado.
176 DE PRINCIPATIBVS

Facci dunque uno príncipe di vincere e mantene-


re lo stato: e' mezzi sempre saramo iudicati onorevo-
li e da ciascuno saranno laudati; perché el x,ulgo ne
va preso con quello che pare e con lo evento aetfa
cosa 173: e nel mondo non ese non vulgo, e' pochi non
ci hanno luogo quando gli assai hanno dove appog-
giarsi. Alcuno principe de' presentí tempi, il quale
non é bene nominare 174, non predica mai altro che
pace e fede, e dell'una e dell'altra e inimicissimo: e
l'una e l'altra, quando egli l 'avessi observata, gli
arebbe piu volte tolto o la riputazione o lo stato.

--"
246 DE pRJNCIPATIBUS
XXV

Quantumfortuna in rebushumanispossit
et quomodoillisit occurrendum

e
E' non mi incognito come molti hanno avuto et
hanno opinione che le cose del mondo sieno in modo
governate dalla fortuna e da Dio, che 1iuomin.i con
la prudenza loro non possino correggerle, anz1 non
vi abbino remedio alcuno 249; e per questo potrebbo-
no iudicare che non fussi da insudare 250 molto nelle
cose, ma lasciarsi governare alla sorte. Questa opi-
nione suta piú creduta nelli nostri tempi perle varia-
zione grande delle cose che si sono viste e veggonsi
ogni di, fuora di ogni umana coniettura. A che pen-
sando, io, qualche volta, mi sono in qualche parte
inclinato nella opinione loro 251• N ondimanco, per-
ché il nostro libero arbitrio non sia spento, iudico

249
Para Sasso el problema de la fortuna y de la relación del
gobernante con la fortuna es el problema mismo de la génesis y
del significado del Príncipe. Para el concepto de Fortuna en la
obra de Maquiavelo ver además: Discursos 11 1 y 29 1119 21
, '
44; Carta a Pier Soderini ( Lettere, 119) generalmente ' conocida
' ' '
como «Ghiribizzi» a Pier Soderini; capítulo Di fortuna, Istorie
fiorentine, V, 1.
2SOE 1 . . 1.
. ne ongma '. <~msudare».Esforzarse, empeñarse dema-
siad~ en empresas militares o políticas. Pero el verbo «insuda-
re» tiene un valor muy expresivo y dificil de traducir con una
paráfrasis.
251
Efectivamente aquellos últimos años de la historia italia-
na estaban llenos de casos «fuora d'ogni umana coniettura» y
no era sólo 1.acla_se dirigente la que estaba asombrada y aterrada
p~r su propia ruma. También Maquiavelo a veces se siente pesi-
rmst~ Ycansa~~; recuérdese el tono de sus cartas, en los prime-
ros dias del exiho, en especial las que dirige a Vettori. .
EL PRINCIPE 247
XXV

Quantumfortuna in rebus humanispossit


et quomodoilli sit occurrendum*

Ya sé que muchos han creído y creen que lasco-


sas del mundo están hasta tal punto gobernadas
por la fortuna y por Dios, que los hombres con su
inteligencia no pueden modificarlas ni siquiera re-
mediarlas249;y por eso se podía creer que no vale la
pena esforzarse 250mucho en las cosas sino más bien
dejarse llevar por la suerte. Esta opinión se ha ex-
tendido mucho en nuestra época, dada la gran va-
riación de cosas que se han visto y se ven cada día,
más allá de cualquier humana conjetura. Yo mis-
mo, pensando en ello, algunas veces me he inclina-
do, en parte, hacia esta opinión general251.No obs-
tante, puesto que nuestro libre albedrío no se ha
extinguido, creo que quizás es verdad que la fortu-
na es árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero
que también es verdad que nos deja gobernar la
otra mitad, o casi 252 , a nosotros. Y la comparo a
uno de esos ríos impetuosos que cuando se enfure-
cen inundan las llanuras, destrozan árboles y edifi-
cios, se llevan tierra de aquí para dejarla allá; todos
les huyen, todos ceden a su furia sin poder oponer-
les resistencia alguna. Y aunque sea así, nada impi-
de que los hombres, en tiempos de bonanza, pue-
dan tomar precauciones, o con diques o con
márgenes, de manera que en crecidas posteriores o

* Cuál es el poder de la fortuna en las cosas humanas y


cómo hay que enfrentarse a ella.
248 DE PRINCIPATIBUS

potere essere vero che la fortuna sia arbitra della


meta delle azioni nostre, mache etiam lei ne lasci go-
vernare l' altra meta, o presso, a noi252• Et assimiglio
quella a uno di questi fiumi rovinosi, che, quando si
adirano allagano e piani, rovinano li albori e li edifi-
zii, lievano da questa parte terreno, pongono da
quella altra; ciascuno fugge loro dinanzi, ognuno
cede all'impeto loro sanza potervi in alcuna parte
obstare. E benché sieno cosi fatti, non resta pero che
gli uomini, quando sono tempi queti, non vi potessi-
no fare provedimento, e con ripari e con argini, in
modo che, crescendo poi, o egli andrebbono per uno
canale o l'impeto loro non sarebbe né si dannoso né
si licenzioso253 • Similmente interviene della fortuna,
la quale dimostra la sua potenza, dove non eordina-
ta virtu a resisterle; e quivi volta e' sua impeti dovela
sache non sono fatti gli argini né' ripari a tenerla 254•
E se voi considerrete la Italia, che ela sedia di queste
variazioni e quella che ha dato loro il moto, vedrete
essere una campagna sanza argini e sanza alcuno ri-

252
A pesar de querer reaccionar contra el fatalismo y de rei-
vindicar el valor de la «virtud», Maquiavelo se deja aún vencer
por un cierto pesimismo y así se le escapa este «o casi», con lo
que también el control del hombre sobre la mitad de sus accio-
nes parece peligrar.
253
Una de las comparaciones más famosas de Maquiavelo,
que se repite en distintos textos, como por ejemplo en el ya ci-
tado capítulo, De fortuna. Como precedentes, se citan: Horacio,
Odas, 111,29, y sobre todo un fragmento de las /ntercoena/es,de
L. B. Alberti.
25
~ Otra famosa expresión que aparece en varios textos. Ver
por eJemplo Paro/e da dire sopra la provisione del danaio... escri-
tas en marzo de 1503, en Opere, edición Mazzoni, Casella, Flo-
rencia, 1929, p. 791.
EL PRÍNCIPE 249
bien sigui~ran por un canal o bien su ímpetu no
fu~ra ya n1 tan desenfrenado ni tan peligroso253• Lo
mismo ocurre con la fortuna que demuestra su
fuerza allí ?onde no hay una virtud preparada ca-
paz de res1stírsele y así dirige sus ímpetus hacia
donde sabe que no se han hecho ni márgenes ni di-
ques que puedan contenerla 254• Y si observáis aten-
tamente Italia, que es la sede de todos estos cam-
bios y la que los ha suscitado, veréis que es un
campo sin diques y sin protección alguna; porque
si estuviera protegida por una adecuada virtud,
como Alemania, España o Francia, esta riada no
habría provocado tan grandes trastornos, o ni si-
quiera se hubiera producido.
Y baste lo dicho para oponerse, en general, a la
fortuna. Pero ciñéndome más a los casos particula-
res, digo que se ve a los príncipes prosperar hoy y
caer mañana, sin haber visto cambio alguno en su
naturaleza o en sus cualidades. Lo que creo que pro-
viene, ante todo, de las razones ampliamente ex..:
puestas más arriba, es decir que el príncipe que sólo
se apoya en la fortuna se arruina tan pronto como
ésta cambia. Creo, también, que triunfa el que aco-
moda su manera de proceder a las circunstancias del
momento, e igualmente fracasa quien en su proceder
entra en desacuerdo con ellas. Porque vemos cómo
en las cosas que les llevan a alcanzar el resultado de-
seado, eso es, gloria y riquezas, los hombres pr~~e-
den de muy distinta manera: uno con precauc1on,
otro con ímpetu; uno con violencia, otro con as~u-
cia; uno con paciencia, el otro con todo lo contrario;
y todos con tan distintos métodos pueden lograrlo.
Se ve también que de dos circunspectos, uno alcanza
250 DE PRINCIPATIBUS

paro: che, s'ella fussi riparata da conveniente virtu,


come e la Magna, la Spagna e la Francia, o questa
piena non arebbe fatto le variazioni grande che la
ha, o la non ci sare' venuta. E questo voglio basti
avere detto quanto allo opporsi alla fortuna, in uni-
versali.
Ma, ristringendomi piu a particulari, dico come
si vede oggi questo príncipe felicitare e domanni rui-
nare, sanza avergli veduto mutare natura o qualita
alcuna; il che credo che nasca, prima, dalle cagioni
che si sono lungamente per lo adrieto discorse: cioé
che quel príncipe, che si appoggia tutto in sulla for-
tuna, rovina come quella varia. Credo, ancora, che
sia felice quello che riscontra il modo del procedere
suo con la qualita de' tempi, e similmente sia infelice
quello che con il procedere suo si discordano e' tem-
pi. Perché si vede gli uomini , nelle cose che gli con-
ducano al fine quale ciascuno ha innanzi, cioé gloria
e ricchezze, procedervi variamente; l'uno con ris-
petto, l'altro con impeto; l 'uno per violenzia, l'altro
con arte; l'uno con pazienza, 1'altro col suo contra-
rio; e ciascuno con questi diversi mordí vi puó perve-
nire. E vedesi ancora dua respettivi, l'uno pervenire
al suo disegno, l 'altro no; e similmente dua equal-
mente felicitare con diversi studii, sendo 1'uno ris-
pettivo e l'altro impetuoso: il che non nasce da altro,
se non da la qualitá de' tempi che si conformano, o
no, col procedere loro. Di qui nasce quello ho detto ,
che dua, diversamente operando, sortiscono el me-
desimo effetto; e dua, equalmente operando, l'uno si
conduce al suo fine e l'altro no. Da questo ancora
depende la variazione del bene; perché se uno, che si
governa con rispetti e pazienza, e tempi e le cose gi-
EL PRÍNCIPE 25J
l? que se pr~poní~ yel otro no; o bien que otros dos
tienen el mismo exito con dos maneras distintas de
actuar, al ser uno circunspecto y el otro impetuoso:
y todo eso no proviene sino de la cualidad de los
tiempos, que se conforman o no a su manera de pro-
ceder. De ahí que, como he dicho, dos hombres, ac-
tuando de una manera distinta consigan el mismo
resultado, y que en cambio otros dos que actúan del
mismo modo, uno consiga su propósito y el otro no.
De eso depende también la variedad de los resulta-
dos; porque, si uno se comporta con cautela y pa-
ciencia y los tiempos y las cosas van de manera que
su forma de gobernar sea buena, tiene éxito; pero si
los tiempos y las cosas cambian, se arruina porque
no cambia su manera de proceder; no existe el hom-
bre tan prudente que sepa adaptarse a esta norma 255,
ya sea porque no pueda desviarse de aquello a lo que
le inclina su propia naturaleza, ya sea porque ha-
biendo triunfado avanzando siempre por un mismo
camino, no puede ahora persuadirse a sí mismo de la
conveniencia de alejarse de él. Y así el hombre cauto
cuando es hora de proceder con ímpetu no sabe ha-
cerlo y fracasa; mientras que si modificase su natu-
raleza de acuerdo con los tiempos y con las cosas no
cambiaría su fortuna. El papa Julio 11procedió im-
petuosamente en todas sus empresas; y encontró los
tiempos y las cosas tan conformes a ~umodo d~ pro-
ceder, que todo le salió bien 256• c,onsi?~ra s~ pnm~ra
empresa de Bolonia, cuando aun vivia micer Gio-
vanni Bentivoglio 257• Los venecianos no estab.an ?e
acuerdo; el rey de España tampoco; con Francia dis-
cutía sobre el asunto, y a pesar de todo. e~!º' con su
peculiar violencia e impetuosidad decidio llevar a
252 DE PRINCIPATIBVS

rano in modo che il governo suo sia buono, e' viene


felicitando; ma se e' tempi e le cose si mutano, rovi-
na, perché non muta modo di procedere. Né si truo-
va uomo si prudente che si sappia accommodare a
questo 255 : si perché non si puó deviare da quello a
che la natura lo inclina, si etiam perché, avendo sem-
pre uno prosperato camminando per una via, non si
puó persuadere che sia bene partirsi da quella. E
pero, l'uomo respettivo, quando, egli e tempo di ve-
nire allo impeto , non lo sa fare: donde rovina; che se
si mutassi di natura con li tempi e con le cose, non si
muterebbe fortuna.
Papa lulio 11 procedé in ogni sua actione impe-
tuosamente, e trovó tanto e' tempi e le cose confor-
me aquello suo modo di procedere, che sempre sor-
ti felice fine256. Considerate la prima impresa che fe'
di Bologna, vivendo autor messer Giovanni Benti-
vogli257.Viniziani non se ne contentavano; el re di
Spagna, quel medesimo; con Francia aveva ragiona-
menti di tale impresa; e luí nondimanco con la sua
255
Ver los fragmentos de Discorsi y de la carta a Soderini
citados en la nota 2 de este capítulo. En el duelo entre «virtú»
y «fortuna», que según Puppo constituye el tema dramático del
Príncipe, la victoria, en última instancia se la lleva la fortuna ,
ya que no hay virtud humana tan dúctil como para acomodar-
se a todas las variaciones. Quien dicta, pues, las reglas del jue-
go es la fortuna. Esta fortuna que para F. Adorno, en «La crisi
dell'umanesimo civile florentino da Alamanno Rinuccini al Ma-
chia~ellí», en Rivista critica di storia deliaji/osojia, VII , 1952,1,
consiste en: «aver la fortuna di concordaré con la fortuna, con
li tempi» .
2 6
~ El ejemplo de Julio II lo encontramos ya en la tantas ve-
ces citada carta a Soderini y en Discursos III 9.
251 E . ' en' capítulo XI, y en
n 1506; Maquiavelo habla de ello
la carta a Soderini.
El PR/NCIPE 253
cabo personal?len!e .la expedición. Tal decisión dejó
en suspenso ~ inmovlles a España y a los venecianos;
estos por miedo, aquél258 por el deseo que tenía de
recupe~ar todo el reino de N ápoles; y, por otra parte,
arra~tro tras de sí al rey de Francia , porque habien-
do visto el rey que el Papa se movía y deseando ga-
nárselo como aliado para someter a los venecianos,
estimó que no podía negarle su apoyo militar sin in-
juriarle abiertamente 259• Consiguió, pues, Julio, con
su jugada impetuosa, aquello que nunca ningún otro
pontífice, con toda la humana prudencia, habría
conseguido: porque si hubiera esperado a partir de
Roma con los acuerdos firmes y todas las cosas en
regla, como habría hecho cualquier otro pontífice,
no lo habría logrado; porque el rey de Francia ha-
bría encontrado mil excusas y los demás mil amena-
zas. No quiero hablar de sus otras empresas, que to-
das fueron similares y todas le salieron bien. Y la
brevedad de su vida 260 no le ha permitido experimen-
tar lo contrario; porque si hubieran venido tiempos
en los que hubiera sido necesario proceder con pre-
caución, su ruina hubiera sido segura; pues nunca se
habría desviado de aquellos procedimientos a lqs
que su naturaleza le inclinaba. Concluyo, pues, que
al cambiar la fortuna y aferrándose obstinadamente
los hombres a su modo de actuar, tienen éxito mien-
tras ambos coinciden y cuando no, fracasan. Yo creo
firmemente esto: que es mejor ser impetuoso que cir-
cunspecto, porque la fortuna es mujer, y es necesa-
rio, queriéndola doblegar~ so~~terla y gol~earla. Y
se ve que se deja vencer mas .facllmente por es~os que
por los que actúan con fn~Jdad; ya que siempre,
como mujer, es amiga de los Jovenes, porque son me-
254 DE PRJNCIPATIBUS

ferocia et impeto si mosse personalmente aquella


expedizione. La qual mossa fece stare sospesi e fet-
mi Spagna e Viniziani, quegli per paura e
quell' altro 258 per il desiderio aveva di recuperare
tutto el regno di Napoli; e dall'altro canto si tiró
dietro il re di Francia perché, vedutolo quel re mos-
so e desiderando farselo amico per abbassare e' Vi-
niziani, iudicó non poterli negare gli eserciti sua
sanza iniuriarlo manifestamente 259• Condusse adun-
que Iulio con la sua mossa impetuosa quello che
mai altro pontefice, con tutta la umana prudenza,
arebbe condotto. Perché, se egli aspettava di partirsi
da Roma con le conclusioni ferme e tutte le cose or-
dinate, come qualunque altro pontefice arebbe
fatto, mai gli riusciva: perché il re di Francia arebbe
avuto mille scuse e 1i altri 1i arebbono messo mille
paure. lo voglio lasciare stare le altre sua actioni,
che tutte sono state simili e tutte gli sono successe
bene. E la brevitá della vita 260 non li ha lasciato sen-
tire il contrario; perché, se fussino sopravvenuti
tempi che fussi bisognato procedere con respetti, ne
seguiva la sua rovina: né mai arebbe deviato da que-
gli modi alli quali la natura lo inclinava.

258
España es Fernando el Católico, de ahí este aquel y no
aquella como sería normal habiendo citado antes España. Fer-
nando el Católico quería recuperar algunas plazas en las costas
adriática y jónica que Femando II había cedido a los venecianos
a cambio de ayuda contra Carlos VIII.
259
Para este episodio ver también Discursos, 111,44. Pero
Maquiavelo no cita aquí el más clásico ejemplo de la impetuosi-
dad y temeridad del Papa; ver Discursos I 27.
2
~ N~ la vida, sino el pontificado f~e' breve, duró la medi~
de diez anos (1503-1513) que en el capítulo XI ha estimado vi-
ven como máximo los Papas.
EL PRINCIPE 255

nos circunspectos,más ferocesy la dotninan con


más audacia 261•
256 DE PRINCIPATIBUS

Concludo, ad un que, che, variando la fortuna


tempi e stando li uomini nelli loro modi obstinati,
son o felici mentre concordano insieme e, come discor-
dano, infelici. lo iudico bene questo, che sia meglio
essere impetuoso che respettivo: perché la fortuna e
donna et e necessario, volendola tenere sotto, bat-
terla et urtarla. E si vede che la si lascia piu vincere
da questi, che da quegli che freddamente procedano;
e peró sempre, come donna, eamica de' giovani, per-
ché son o meno respettivi, piu feroci e con piu auda-
cia la comandano 261 •
~ ..

You might also like