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 El sistema político. Se implementó la democracia representativa.

El presidente, los dos


vicepresidentes y los miembros del Congreso serían elegidos cada cinco años (se
abolieron las anteriores renovaciones parlamentarias por tercios o mitades). No se
contemplaban mecanismos de «democracia directa» (referéndum u otro tipo de consulta
popular) entre elección y elección.
 El Presidente de la República.- Se corrigieron los excesivos poderes parlamentaristas
otorgados por la Constitución de 1933, y se reforzó la autoridad del Presidente de la
República. Este podía observar «en todo o en parte» los proyectos de ley aprobados en el
Congreso y podía disolver la Cámara de Diputados si ésta censuraba a tres consejos de
ministros. Podía también conceder indultos y conmutar penas. El derecho de amnistía
quedó reservado al Congreso. Se le otorgó también mayor poder en materia presupuestal,
lo cual le permitió una mayor capacidad de implementar sus políticas.
 El Congreso bicameral. El Congreso se compondría de dos cámaras: la de senadores y
diputados. El Senado, de 60 miembros, sería elegido por las regiones (mientras estas se
implementasen, serían elegidos por distrito electoral único). Además, serían senadores
vitalicios los expresidentes constitucionales de la República. La Cámara de Diputados, de
180 miembros, serían elegidos por las circunscripciones (departamentos). Solamente la
Cámara de Diputados podía interpelar, censurar o negar confianza a los Ministros. Toda
moción de censura contra el Consejo de Ministros o contra cualquiera de los Ministros
debía ser presentada por no menos del 25 % del número legal de diputados, y su
aprobación requeriría del voto de más de la mitad de dicho número. Por su parte, el
Presidente de la República estaba facultado de disolver la Cámara de Diputados si esta
censuraba o negaba la confianza a tres Consejos de Ministros.
 El Poder Judicial. En lo concerniente a este poder, se mantuvo casi la misma
organización dispuesta en la anterior Constitución, incluyendo el nombramiento de los
magistrados por los poderes políticos (lo cual de algún modo le restaba independencia).
El Consejo Nacional de la Magistratura sería el organismo encargado de proponer ante
el Presidente de la República a los magistrados de la Corte Suprema y de las Cortes
Superiores. Asimismo, se restableció el Ministerio Público cuya función sería velar por la
independencia de los órganos judiciales y por la recta administración de justicia, así como
la defensa de los derechos de los ciudadanos.
 Segunda vuelta electoral.- Instauró la segunda vuelta en las elecciones para presidente
de la República: éste debía ser elegido por más de la mitad (el 50% más uno) de los votos
válidamente emitidos. Si el candidato que resultaba con mayor votación no lograba esa
mayoría absoluta, entonces debería procederse a una segunda elección dentro de los 30
días siguientes (en 1984 se especificó que se contaban a partir del momento en que el
Jurado Nacional de Elecciones publicaba sus resultados) entre los candidatos
presidenciales que hubieran obtenido el primer y segundo lugar en los comicios de la
primera ronda. La primera vez que se dio cumplimiento a esta norma fue durante las
elecciones generales de 1990.
 Ciudadanía a los 18 años.- En su artículo 65, estableció la ciudadanía para todos los
peruanos a partir de los 18 años. Se rebajó así la edad, que anteriormente era de 21 años.
El ciudadano debía inscribirse en el Registro Electoral y recabar su documento de
identidad personal (libreta electoral) para ser considerado como tal.
 Voto de los analfabetos.- Todos los peruanos mayores de 18 años, que estuvieran en el
goce de su capacidad civil, tendrían el derecho al voto, que sería de carácter personal,
secreto y obligatorio. Quedó así derogada la restricción al voto de los analfabetos,
consignada en la anterior Constitución. Solo los miembros de las fuerzas armadas y
policiales en servicio activo no podían votar ni ser elegidos.
 Abolición de la pena de muerte (salvo en caso de traición a la patria en guerra exterior).
 Derechos constitucionales.- A diferencia de la anterior constitución, esta carta era
extensa y explícita en cuanto a derechos constitucionales, incorporando una amplia gama
de ellos.
Sumada a las libertades clásicas (personal, de reunión, de expresión, de tránsito,
inviolabilidad del domicilio) y a otros derechos sociales ya tradicionales (seguridad,
cobertura de riesgos, protección de minusválidos), añadió importantes normas sobre
derechos del trabajador a la educación, a la ciencia y la cultura, así como un tratamiento
moderno a la familia. Inclusive, se consideró que la declaración de derechos en el texto
no era taxativa, sino que éstos estaban amparados constitucionalmente. 2

 Derecho a la insurgencia.- Se recogió el principio de la desobediencia civil: «Nadie debe


obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos
en violación de los procedimientos que la Constitución y las leyes establecen». Además,
«son nulos los actos de toda autoridad usurpadora». En definitiva, «el pueblo tiene el
derecho de insurgir en defensa del orden constitucional». Tal derecho de insurgencia
(para defender el orden constitucional y no para alterarlo o quebrantarlo) ha sido motivo
de las más caprichosas y extravagantes interpretaciones, hasta el día de hoy.
 Creación del Tribunal de Garantías Constitucionales, como órgano de control de la
Constitución. Estaría controlado directa e indirectamente por los poderes del Estado, los
cuales también elegían a sus miembros (nueve en total).
 Se establecieron dos figuras para los regímenes de excepción:
 El estado de emergencia, en caso de la perturbación de la paz o del orden interno,
de catástrofe u otra grave circunstancia. Suspendía las garantías por 60 días,
prorrogables, asumiendo las Fuerzas Armadas el control del orden interno.
 El estado de sitio, en caso de invasión, guerra exterior o guerra civil o peligro
inminente de que se produzcan. Se suspendía por 45 días todos los derechos, salvo
los que expresamente se mantuvieran en vigencia.
 El sistema económico. En este aspecto, las reglas básicas serían la economía social de
mercado, el pluralismo empresarial y la libertad de comercio e industria. «Se recogieron
las transformaciones ocurridas en las décadas anteriores, pero bajo una normatividad
ambigua entre un régimen liberal y un régimen donde el Estado cumplía un importante rol
empresarial y de regulación de las relaciones sociales...»3 Esta ambigüedad del modelo
económico permitió, durante la vigencia de esta Constitución, hasta tres políticas
económicas distintas: una moderada (1980-1985), otra populista (1985-1990) y otra
neoliberal (iniciada en 1990).
n.- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1979:
Sancionada por la Asamblea Constituyente y promulgada por Fernando Belaunde Terry,
presidente de la República, tuvo vigencia de 28 de julio de 1980 a 5 de abril de 1992,
cuando Alberto Fujimori crea un Gobierno de Reconstrucción Nacional al que se le
denominó auto-golpe o golpe cívico militar.
En su capítulo XII, artículos 252 al 258 establecía que las municipalidades son los
órganos del Gobierno Local y cuentan autonomía económica y administrativa en los
asuntos de su competencia. Asimismo, disponía que la administración se ejerce a través
de los concejos municipales provinciales, distritales y los que se establezcan conforme a
la ley. Los Alcaldes y Regidores de los Consejos Municipales son elegidos en sufragio
directo, por los vecinos de la respectiva jurisdicción. Los extranjeros residentes por mas
de dos años continuos pueden elegir, también ser elegidos salvo en las municipalidades
fronterizas. El Consejo Municipal es presidido por el Alcalde.

Las Municipalidades son competentes para acordar su régimen de organización interior,


votar su presupuesto, administrar sus bienes y rentas, crear, modificar o suprimir sus
contribuciones, arbitrios y derechos, regular el transporte colectivo, la circulación y el
tránsito, organizar, reglamentar y administrar los servicios públicos locales; contratar con
otras entidades públicas o privadas preferentemente, locales, la atención de los servicios
que no administran directamente, planificar el desarrollo de sus circunscripciones y
ejecutar los planes correspondientes, y las demás atribuciones inherentes a su función de
acuerdo a ley.

Las municipalidades provinciales tienen a su cargo, además de los servicios públicos


locales, la zonificación y urbanismo, la cooperación con la educación primaria y vigilancia
de su normal funcionamiento, cultura, recreación y deporte, turismo y conservación de
monumentos arqueológicos e históricos, en coordinación con el órgano regional,
cementerios y los demás servicios cuya ejecución no está reservada a otros organismos
públicos que tienden a satisfacer necesidades colectivas de carácter local.

El Poder Ejecutivo con facultades otorgadas por el congreso dictó la ley Orgánica de
Municipalidades, previa revisión a cargo de la comisión permanente del Congreso. El
decreto legislativo Nº 51 fue promulgado el 16 de marzo de 1981, y posteriormente fue
derogado por ley Nº 23853 o ley Orgánica de Municipalidades, promulgada el 08 de junio
de 1984.

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