You are on page 1of 3

Desde las épocas más antiguas de la cultura humana se ha manifestado siempre la

humillación de las mujeres respecto a los hombres. Este fenómeno no se ha limitado sólo
a concebir la inferioridad femenina, sino a manifestarse mediante comportamientos
agresivos, acreditados por el patriarcado y por las sociedades. Además algunos datan del
año 400 a.C., cuando las leyes de Bizancio establecían que el marido era un Dios al que
la mujer debía adorar, y la mujer ocupaba un lugar tan insignificante que ni siquiera podía
recibir herencia o beneficio alguno.

En las antiguas sociedades esclavistas, el hombre ocupaba una posición de superioridad


en la familia. En Grecia, cuando la pareja era acusada de cometer un delito, la pena sólo
se acusaba a la mujer. En Roma, el padre de familia tenía la autoridad sobre todas las
personas con quienes convivía, además, tenía potestad sobre la mujer como poder, por
considerarla inferior, venderla, castigarla o matarla según sus deseos. En la India, los
testimonios más antiguos aseguran que si la mujer quedaba viuda era quemada viva junto
al cadáver del esposo en una ceremonia llamaba “Sati”, acto que estaba incluido dentro
de las obligaciones de la mujer como esposa. También la mujer infecunda era rechazada,
al igual que la que gestaba sólo hijas; el nacimiento de una mujer era una deshonra, siendo
bajeza, debilidad y desgracia.

En esta época, la mujer tenía casi la misma condición de un esclavo, era vista como un
objeto y se la excluía de tener derechos civiles y políticos. La palabra “matrimonio”, era
en donde se gesta la vida; por ello se convenía o se pagaba por una mujer a fin de obtener
un futuro heredero.

En la Edad Media, hubo una mujer llamada María Magdalena a quien en un tiempo se le
consideró como “pecadora”, por el hecho de formar parte del acompañamiento de Jesús
en Palestina, siendo los propios seguidores de Jesús quienes veían con malos ojos la
relación estrecha que unía a María Magdalena con su maestro. Se llegó a señalar la
misoginia (odio o aversión a las mujeres), al grado de que las casas reformadas de las
prostitutas se les llamaban “Magdalenas”. Posteriormente, en la constitución de la iglesia
católica se agravó el estatus de la mujer, considerándola como poca cosa, donde el hombre
se estableció con más derechos y como el ser más importante de la creación,
constituyendo a la mujer sólo a servir al hombre. Por ello, la autoridad espiritual recaía
en el hombre, para que él funcionara como líder, tanto así que actualmente se señala al
hombre como cabeza del hogar.

En Islam, la situación legal de la mujer es discriminatoria, pues a partir del casamiento


adquiere la condición de propiedad privada del marido. El Corán, el libro sagrado de
Islam, concierta como deber del hombre pegarle a la esposa rebelde, así como el encierro
perpetuo de las infieles en la casa. El castigo corporal no está limitado, sino es parte de
su cónyuge.

La Edad Media no trajo diferencias sustanciales, ya que los nobles golpeaban a sus
esposas con la misma regularidad que a sus sirvientes. Esta práctica llegó a ser controlada
en Inglaterra, denominándose “Regla del dedo pulgar“, referida al derecho del esposo a
golpear a su pareja con una vara no más gruesa que el dedo pulgar para someterla a su
obediencia, los daños ocasionados llevaban al fallecimiento de la víctima. También en
esta época, la mujer podía ser utilizada como instrumento de paz a través de matrimonios
entre Estados.

En Europa, específicamente en Burdeos, Francia, en 1359 se estableció por costumbre


que cuando un hombre mataba a su esposa en un exceso de cólera, siempre que se
confesara arrepentido mediante juramento, no era castigado.

La palabra “feminicidio” es mencionada por primera vez en el libro A Satiral View of


London de Jhon Corry, publicado en 1801, para referirse al asesinato de una mujer.

En Nueva York, 1825, no existieron diferencias en el trato a la mujer, pues un ejemplo


de un caso judicial consta la agresión recibida con un cuchillo y fractura de brazo de una
mujer a manos de su esposo. El tribunal no concedió el divorcio por considerar honesta y
razonable la actuación masculina, porque tenía intención de ayudar y enseñar a su esposa
para que no cometiera más errores. Más adelante, en 1882, se dicta en el Estado de
Maryland, Estados Unidos, la primera ley para castigar el maltrato conyugal, imponían
como pena cuarenta latigazos o un año de privación de libertad. En el Perú fue otorgado
el derecho a voto a las mujeres mediante la Ley Nº 12391, decretada en 1955 por Manuel
A. Odría, pero solo a las mayores de 21 años y a las casadas mayores de 18 que supieran
leer y escribir.
Más adelante, en 1976, el término “feminicidio” fue acuñado por primera por Diana
Russell, lo emplea ante el Tribunal Internacional sobre crímenes contra las mujeres, por lo
cual surgió con el fin político de reconocer y visibilizar la discriminación, además de la
desigualdad y la violencia contra la mujer donde predomina la muerte.

En 1979, una nueva ley incorporó a la población electoral y se elevó la participación


femenina. El Perú fue el penúltimo país de América Latina, antes de Paraguay, en aceptar
el voto femenino.

En la actualidad las cifras reales del problema no se conocen en su totalidad, pues muchas
mujeres no denuncian tales hechos, pero las informaciones existentes son indicadores de
preocupación, como el caso de Costa Rica tiene una de cada dos mujeres siendo víctima
de agresión por parte de su pareja; en Puerto Rico, el 50 % de las mujeres víctimas de
homicidios o asesinatos mueren en manos de sus ex-esposos o esposos actuales; en
Colombia una de cada tres féminas es objeto de malos tratos emocionales o verbales por
parte del hombre, en Canadá el 62% son asesinadas, asimismo en otros países de igual
modo las cifras son alarmantes. En un año seis millones de norteamericanas son golpeadas
por sus esposos o amantes y 4000 de ellas son asesinadas.

En las últimas dos décadas, la violencia ha tenido un incremento, de acuerdo con la


Organización Mundial de la Salud, en el año 2000 una de cada cinco mujeres en el mundo
fue objeto de violencia en alguna etapa de su vida. Siendo las noticias más recientes de la
violencia de género, lo cual causa más muertes e incapacidades entre las mujeres de 15 a
45 años que el cáncer, la malaria o los accidentes de tráfico. Estas cifras evidencian la
situación degradante en la que se encuentran las mujeres víctimas, además de realizar
esfuerzos encaminados a minimizarlo, perduran efectos colaterales como el machismo y
las relaciones violentas sobre la mujer, que hoy persisten sobre media humanidad.

Por otro lado, la tipificación del feminicidio como delito autónomo fue aprobada en el
2011 por el Congreso de la República, refiriéndose a crímenes realizados en una relación
de pareja. Sin embargo, el 2013 se modificó la ley de feminicidio y se incorporó como
delito el asesinato de mujeres incluso cuando el victimario no haya sido esposo o pareja
de la víctima.

You might also like