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Igualmente, los niños con bajo peso al nacer tienen un riesgo incrementado de desarrollar anemia debido a las pequeñas

reservas de hierro con las que nacen, las cuales son proporcionales al peso; y también por el incremento de la velocidad en
el crecimiento. Por lo que si un niño nace prematuramente o con bajo peso, tiene mayor riesgo de sufrir de anemia por
tener reservas reducidas de hierro al momento de nacer. Para asegurar que este periodo no constituya un riesgo, es
importante asegurar niveles adecuados de hierro a la madre durante la gestación por medio de la suplementación (De Pee
et al. 2002; Colomer et al. 1990; Meinzen-Derr et al. 2006; Kalaivani 2009)

Los geohelmintos y las especies de Plasmodium son las causas más frecuentes de anemia por parasitosis (Menendez, a F.
Fleming, et al. 2000). Los mecanismos de anemia por parasitosis incluyen la malabsorción del hierro y de otros
micronutrientes, aumento de las pérdidas y hemólisis

En el Perú, la anemia es también un problema importante de salud pública; y como se describe más adelante, luego de una
pequeña reducción de la prevalencia a nivel nacional de anemia en niños menores de 5 años, se ha visto que en los últimos
tres años ha habido un incremento sostenido de ésta. Este comportamiento epidemiológico de la anemia en la primera
etapa de vida de los niños peruanos, ha generado mucha preocupación en diversos ámbitos y niveles de actores con
responsabilidad en la salud y bienestar de la población peruana. Esto es porque la anemia en esta etapa de la vida tiene
consecuencias que perduran el resto de la vida del individuo. Estas consecuencias a largo plazo de la anemia tiene que ver
principalmente con un desempeño cognitivo deficiente que se establece muy temprano en la vida y que por ello,
repercutirá en la adquisición de las capacidades que todas las personas van aprendiendo y desarrollando desde sus
primeros años. Así, la anemia en la infancia se ha visto asociada con pobres logros educativos y capacidades para el trabajo
deficientes, pero también con un aumento de la mortalidad y morbilidad debido a enfermedades infecciosas, e incluso
pobres desenlaces en el embarazo en aquellas mujeres que de niñas padecieron de anemia (Sen & Kanani 2006; Nelson
1996; Stivelman 2000; Haas & 8 Brownlie 2001). Debido a estas consecuencias a largo plazo, se explica el hallazgo de que la
anemia en los niños pequeños tiene un enorme impacto económico, a través de un efecto negativo en el capital humano,
lo que resulta en pérdidas de billones de dólares anualmente (Balarajan et al. 2011).

La anemia en niños causa bajo rendimiento escolar, palidez, desgano y problemas de salud. Es importante que los niños
siempre coman alimentos de origen animal como carnes rojas, sangrecita, hígado, menestras y verduras de hojas verdes,
pues todos estos alimentos tienen alto contenido en hierro”, indicó la médico pediatra Marilú Chiang de la ONG Prisma.

Para la mejor absorción de hierro se recomienda que los alimentos se acompañen con jugo de frutas como la naranja, y
alimentos que contengan vitamina C; por ejemplo una ensalada con jugo de limón, así los niños podrán absorber en un
100% el contenido de hierro en los alimentos.

Alimentos que ayudan a combatir la anemia:


• Una alimentación saludable debe incluir alimentos ricos en hierro de origen animal, como: la sangrecita, el hígado (pollo,
vacuno, cerdo), bazo, bofe, mollejitas, pescado, carnes rojas, morcillas
• Alimentos que nos ayudan a mejorar la absorción del hierro, como los cítricos (naranjas, limas, limones, mandarinas,
cocona, camu camu), ensaladas de verduras con limón
• El hierro cumple importantes funciones en el organismo posibilitando la formación de la hemoglobina, la proteína de los
glóbulos rojos que permite transportar el oxígeno a los tejidos del organismo, fortaleciendo la calidad de la sangre y
aumentando la resistencia al estrés y las enfermedades, previene la fatiga y estimula la piel sana
• Los alimentos que dificultan o disminuyen la absorción del hierro son: Té, infusiones de hierbas (manzanilla, anís, toronjil,
hierba luisa, etc.) y café
• Los niños pueden iniciar el consumo de sangrecita o hígado machacado junto a las papillas a partir de los 8 meses.

Es mejor prevenir: “No debemos esperar que un niño sufra de anemia para cuidar su alimentación, si bien este mal se
puede superar, es importante que el niño siempre reciba los mejores alimentos para tener mejores defensas”, recomendó
Chiang.

Más del 50% de los niños en el Perú menores de un año de edad son anémicos o padecen de anemia ferropénica por
deficiencia de hierro, según Erika Katiuska Noriega Cabrera, hemato-oncólogo pediatra de la Universidad Cayetano
Heredia. ¿Sabe por qué ocurre esto? Dos razones sustentan esta realidad.
“Por lo general, las madres embarazadas en nuestro país tienen deficiencia de anemia. En el último trimestre de la
gestación el hierro de la madre se va fijando en el hígado del feto, pero cuando no hay hierro los chicos nacen con anemia”,
explicó la especialista.

Además, dijo que “la mayor causa de anemia en los niños por deficiencia de hierro es por falta de aporte, es decir, por no
darle los alimentos que debería recibir el niño”. Por ello, señaló que antes del año del bebé la madre debe procurar
alimentarlos con leche materna.

Noriega explicó que si bien la leche de fórmula tiene 120 mg. de hierro, su biodisponibilidad o capacidad de absorción es
apenas de un 4 o 5%, mientras que la leche materna tiene 80 o 90 mg. de hierro, pero su biodisponibilidad está por encima
del 60 o 70%.

Recomendó que los niños menores de un año no tomen leche entera y que consuman leche de fórmula solo cuando las
madres no puedan alimentarlos con leche materna, que es lo más beneficioso durante el primer año del menor.

¿Cómo reconocer a un niño anémico?

Para la experta, el signo más precoz de un niño con anemia es la palidez de la piel y de las mucosas; también pueden
padecer de astenia o ser niños que realizan poca actividad física o se quedan dormidos con facilidad. Otros síntomas a
evaluar según recientes estudios son la hiperactividad y la pobre atención escolar.

Además del consumo de leche materna durante el primer año, el niño después del año debe consumir ciertos alimentos
ricos en hierro como carnes rojas, vegetales verdes de preferencia brócoli y espinaca, y los cereales o luminosas como
lentejas, alverjas verdes, etcétera.

“Lo mejor es combinar el hierro animal y vegetal, pues la biodisponibilidad del hierro vegetal es muy pobre y difícil de
absorber”, indicó tras agregar que la vitamina C ayuda a fijar el hierro. “Si un niño de diez meses toma hierro en gotas es
mejor dárselo con algún tipo de cítrico porque va a ayudar a su absorción”, precisó.

El pediatra es quien establece el tratamiento de un niño con anemia ferropénica o deficiencia de hierro, el cual consiste en
administrarle al menor sales o compuestos ferrosos y debe durar como mínimo tres meses hasta uno o dos años para
obtener resultados favorables.

“Cuando el niño nace prematuro debe recibir suplemento de hierro desde los dos meses hasta los dos años y si nace
normal en un país donde la anemia es prevalente desde el sexto mes hasta los dos años, advirtió la experta y dijo que
además es recomendable disminuir el consumo puro de leche entera o de fórmula.

Noriega Cabrera explicó que “está demostrado que los niños menores de un año que toman 700 ml. o tres vasos de leche
entera o de fórmula tienen mayor propensión de padecer anemia ferropénica” y además destacó dos periodos de
crecimiento rápido en que los niños suelen tener anemia.

“Todo niño tiene anemia durante las etapas de crecimiento rápido, entre uno y cinco años y diez a trece años. Es cuando el
menor debe consumir suplementos de hierro para evitar tener anemia”, destacó tras advertir que una anemia no tratada
puede traer secuelas lamentables.
La anemia produce “bajo rendimiento escolar, niños que no desarrollan su capacidad cognitiva, retardo en el crecimiento o
niños más pequeños que no logran un desarrollo adecuado, niños con pensamiento más lento. Estos síntomas van a
permanecer hasta adultos”, concluyó.

Según un reciente estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el porcentaje de niños
menores de cinco años con anemia en el Perú en el año 2013 aumentó en 34% en zonas urbanas con relación al año 2012.

La anemia en niños puede ocasionar perjuicios en su desarrollo intelectual, fatiga y otras complicaciones, por esa razón,
prevenirla es de vital importancia. Sepa cómo asegurar la salud de su hijo y prevenir la anemia.

Cómo prevenir la anemia en los niños

La anemia se produce cuando el organismo no cuenta con la cantidad necesaria de glóbulos rojos sanos en la sangre, los
glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno que recogen los pulmones a través de la respiración al resto del
cuerpo. La falta de glóbulos rojos tiene como consecuencia que el cuerpo no reciba suficiente oxígeno.

En los niños provoca además de fatiga, debilidad, retrasos en su desarrollo, problemas de aprendizaje y memoria por
alteraciones en la función cerebral.

Existen varios tipos de anemia, a veces suceden por déficit de ácido fólico, otras por males congénitos, la que se da con más
frecuencia y que trataremos a continuación se origina por la deficiencia de hierro en la alimentación.

Los cuidados empiezan desde el embarazo

Para asegurar la buena salud de la madre durante la gestación y un buen desarrollo del niño en su primera infancia, la
gestante debe consumir hierro en cantidades necesarias a través de la alimentación o suplementos vitamínicos.

Prevenga la anemia en los niños

En los primeros días de su vida el bebé debe ser alimentado con leche materna, esto lo mantendrá con los requerimientos
de hierro necesarios para su adecuado desarrollo.

Los bebés no deben consumir leche de vaca. Según varios estudios los lactantes que toman leche de vaca absorben una
cantidad mínima de hierro de ésta, el 1% aproximadamente, a diferencia de la cantidad absorbida de hierro a través de la
leche materna que es el 50%.

El consumo de leche de vaca sólo es recomendable en niños mayores de un año(1) (la leche de vaca no está recomendada
en niños menores de un año), en lactantes si se da leche de vaca junto con otro alimento, la leche de vaca interfiere con la
absorción del hierro.

Si por alguna razón no se puede amamantar al bebé, la leche materna debe reemplazarse con una fórmula que
proporcione las cantidades de hierro necesarias.

Causas de la anemia en niños menores de cinco años:

Retirar demasiado pronto la lactancia.

Otro de los motivos de la deficiencia de hierro en niños son las parasitosis intestinales.

Depósitos de hierro bajos desde el nacimiento.

Lactancia sin acompañamiento de otros alimentos ricos en hierro.

Alimentar solo con leche de vaca, alternar leche de vaca con leche materna.

Asegúrese que su niño reciba suficientes fuentes de hierro:

Recuerde:

Luego de los seis meses de edad además de la leche materna el bebé debe recibir alimentos ricos en hierro.
Ofrecerle a los niños comidas en forma de papillas o purés. Las papillas deben ser de verduras, cereales, como carne de res,
pollo o pavo sin grasa, evitar la sal.

A los 8 meses puede darle lentejas o frejoles licuados una o dos meses por semana.

A los 10 meses se puede incorporar el huevo y pescado teniendo precaución con las alergias.

Al año puede consumir lo mismo que la familia, evitando demasiados condimentos o picantes.

Los alimentos ricos en hierro son el atún, la espinaca, la avena, albaricoque, pollo, pasas, frejoles, pavo, hígado, uvas,
ciruelas, albaricoques, brócoli, leche materna, fórmula enriquecida con hierro.

Síntomas de la anemia infantil

En anemias leves no se suelen presentar síntomas, en casos más agudos se pueden presentar los siguientes síntomas:

Palidez

Sangre en heces

Uñas quebradizas

Disminución del apetito

Fatiga

Dolor de cabeza

Dificultad para respirar

Dolor en la lengua

Pica (comer tierra)

Debilidad

Jugo de naranja

Las naranjas las puedes consumir como frutas o como jugo (o de las dos formas), ya que mientras más consumas, más
vitamina C estarás adquiriendo, la que forma parte importante del proceso de absorción de hierro en nuestro organismo.
Como la vitamina C es de gran ayuda, el consumo de otros cítricos, como el limón, también será muy beneficioso para
permitirnos combatir la anemia.

Si está pasando por un problema como la anemia, debe cerciorarse de que a su dieta no le está faltando un poco de
huevo. Un solo huevo puede aportar hasta 1 mg de hierro, y por lo tanto, incluirlo con frecuencia le dará un suministro
generoso de nutrientes a la dieta con una pequeña cantidad de calorías. En este caso se recomienda consumir el huevo
acompañado de un vaso de jugo de naranja, ya que esto favorece la asimilación del hierro en el organismo.

Según estudios, la quinua aportaba a la dieta puneña “12 mg [de hierro]/g de materia seca…por lo que es una fuente
natural valiosa para reducir la anemia…”.[1] Y no sólo hierro, sino también proteínas y calcio (para fortalecer huesos y
dientes de niños y combatir la osteoporosis en personas de la Tercera Edad).

La quinoa es un alimento de alto valor biólogo, es decir, tiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo
necesita para funcionar correctamente.

También es una fuente de calcio, hierro y ácidos grasos omega 3 y 6. Al igual que cualquier cereal, es muy rica en fibra,
siendo así una gran fuente de hidratos de carbono. Por otra parte, la quinoa tiene cantidades significativas de vitaminas del
grupo B

LLENA DE PROTEÍNAS, IDEAL PARA LOS MÚSCULOS

La quinoa es una de las mejores fuentes de proteínas en el reino vegetal. Nuestro cuerpo depende de un número de
aminoácidos (los compuestos formadores de proteínas) para funcionar correctamente, y muchos de ellos sólo se logran por
la alimentación. La quinoa tiene todos los aminoácidos esenciales y por lo tanto es un alimento de alto valor biológico.
Siguiendo las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la quinoa es una fuente de proteínas comparable a
la leche.

Para entender las cantidades, cada 100 grs. de quinoa tienen 12 g de proteína, cantidad superior a la encontrada en la soja,
el trigo, el arroz y avena, pero menos que el encontrado en la chía. En comparación con la leche, tiene un promedio de 9 g
de proteína por cada 100 gramos, pero son 150 calorías contra 336 de la quinoa. Las proteínas desempeñan un papel
importante en la formación de los músculos y para mantener la salud del tejido muscular, con la función de reparar las
microlesiones que por lo general se producen en los músculos cuando se practica algún tipo de actividad física.

EVITA ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

La quinoa también le gana a otros granos cuando se trata de la cantidad de grasas – 6,1 g de lípidos en 100 g de quinoa, de
1,5 g en el trigo y 1,0 g en la soja, por ejemplo. Estas grasas en la quinoa son los ácidos grasos omega 3 y omega 6,
beneficiosos para el cuerpo, ayudando principalmente en la prevención de la enfermedad cardiovascular.

Un estudio realizado por la universidad de Tecnología Marilia en Sao Paulo, encontró que después de 30 días de ingesta de
quinoa en forma de barritas de cereales ya es posible notar una reducción en el colesterol y los triglicéridos totales, lo que
tiene efectos positivos sobre el corazón. Los resultados fueron publicados en junio de 2012 en la revista Food Science and
Technology.

PROTEGE LOS HUESOS

Los expertos dicen que la quinoa tiene aproximadamente 66 g de calcio por cada 100 gramos, una cantidad mayor que el
arroz, el trigo, el centeno, la cebada y las habas, pero menos que la avena, maíz, soja, semillas de lino, amaranto y chía, que
es el grano es más rico en calcio. Debe tenerse en cuenta que la mayor fuente de calcio son los productos lácteos, debido a
que tienen menos calorías que el grano y pueden ser consumidos en grandes cantidades. Sin embargo, nada impide que la
quinoa sea una aliada en la lucha contra enfermedades como la osteoporosis.

Es importante que compruebes los efectos “nocivos” del calcio de los lacteos en el cuerpo humano, ya que seguramente no
lo sepas.

VITAMINAS PARA EL CEREBRO

Aunque tiene vitaminas C y E en su composición, que son potentes antioxidantes y antiinflamatorios, no es por estos
nutrientes que se reconoce a la quinoa. El grano se destaca como una importante fuente de vitaminas del grupo B –
especialmente las vitaminas B1, B2, B3 y B6. Estos son una parte esencial para el buen funcionamiento de nuestro sistema
nervioso, el mantenimiento muscular y la síntesis de las hormonas.

EL GRANO CON MÁS HIERRO

La quinoa es el grano que tiene el mayor contenido de hierro (10,9 g por cada 100 gramos de quinoa), sólo superada por
el amaranto (17,4 g por cada 100 gramos), pero con la ventaja de ser mucho más baja en calorías. Para entender mejor lo
que significa esta cifra, los nutricionistas explican que la quinoa tiene cerca de 550 veces más hierro que las habas. Sin
embargo, es importante resaltar que el hierro en esta planta no es absorbido tan fácilmente por el cuerpo como el
presente en la carne. Un buen consejo para aumentar la absorción de este tipo de hierro es el consumo de frutas cítricas,
como las naranjas, ya que la vitamina C ayuda en la absorción del hierro.

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