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tico y de lo agresivo. De la censura Bibliografia Una ojeada a la producción literaria


aplastante se ha pasado a un hedonismo de mujeres latinoamericanas en lo que
consumista mal regulado, que parece BRAINSKY, Salomón ( 1945), Gentes en la va de este siglo (y en las postrimerías
desafiar la represión pero que en mu- noria, Antares, 1973. del pasado) revela cómo la educación
chos aspectos más bien la refuerza, por BRAINSKY, Simón (1993), "Algunas católica y el acondicionamiento para la
el incremento de la culpa persecutoria. consideraciones sobre sexualidad pasividad impuesto por la sociedad
La ciudad vibra con la modernización femenina, identidad y maternidad", en G. patriarcal crean una intertextualidad de
pero el desarrollo es muy desigual. Las Sánchez, Técnica y clfnica obsesiones, frustraciones y compulsio-
cadencias, antes marcadas por las cam- psicoanalítica, Bogotá. Centro nes que muchas veces derivan a una
panas, son definidas ahora por ruidos Profesional Gráfico, 1994. temática de lo fantástico y lo extraño.
aparentemente más vitales, a veces DEUTCH, Ellen (1942), Some Fonns of La magia no está nunca ausente de un
estruendosos y en ocasiones desarticu- Emotional Disturbances and Their realismo inspirado por una voluntad de
lados. La movilidad social ascendente Relationship to Schizophrenia. Neurosis concienciación y de testimonio social,
se refleja en códigos fluctuantes y and Character Types, Nueva York, lnt. en mujeres que se quieren racionales y
transicionales en los que la opulencia Univ. Press, 1965. lúcidas sin ser infieles a los orígenes
se entremezcla con la miseria y el des- FANON, Franz ( 1966), Sociologfa de una míticos de la tradición literaria.
precio por la vida, propia y ajena. La revolución, México, Editorial Era, 1968.
revuelta de la mujer parece haber cam- FREUD, Sigmund (1911 ), Formulations on
biado el nombre del juego. Cabe the two principies of mental functioning,
cuestionarse, sin embargo, si la suble- S.E. 12, Hogarth Press, London, 1968.
vación sexual logra el ideal de unificar FREUD, Sigmund (1915), Instincts and
sexo y amor. Nuestros abuelos victo- their Vicissitudes, Londres, Hogarth
rianos tenían mucho sentimentalismo Press, 1968.
erótico y poca sexualidad (o al menos KLEIN, Melanie (1957), Envidia y gratitud,
configuraban de esta manera un proto- Buenos Aires, Editorial Horme, 1969.
tipo social). La generación de la píldo- KOHUT, Heinz ( 1971 ), The Analys~s of the
ra y la liberación tiene mucho sexo pero self, Nueva York, Int. Univ. Press Inc.,
se aleja de los afectos que lo acompa- 1971.
ñan, con lo que disocia igualmente la
nostalgia de la congruencia genital,
vivenciada como mutualidad, erotismo
y proyecto común relacionados con los
placeres (Brainsky, 1994). Geografía Por lo demás, cuando las narradoras
intentan proyectar su rebeldía en ele-
de lo fantástico en la mentos simbólicos representativos del

: .~ -:
.: .... ..... _ escritura femenina
latinoamericana*
yo, su aparente aceptación de las nor-
mas patriarcales choca contra súbitos
ánimos de rechazo. De ahí los episo-
dios de encierro y fuga, los personajes
Helena Araújo
violentos funcionando como substitu-
tos, la incidencia de lo obsesivo y lo
alucinante 1• Tácitamente, a nivel del
En alguna conversación que sostuvimos discurso, se propende a una ruptura con
durante un congreso reciente, Rafael lo normal y lo cotidiano. Y con frecuen-
Gutiérrez Girardot me dijo que en cia, esta misma ruptura sucede en un
Latinoamérica no había realmente lite- clima emocional álgido y traumático,
raturas nacionales, ya que los inventores que sugiere una relación conflictual con
de formas narrativas y poéticas evolucio- el cuerpo y un desorden afín a la histe-
Los placeres maduros, elaborados, ~aban en circunstancias históricas y so- ria. La histeria... sin osar definir una
complementados por el principio de ciales comunes a todos los países. Se me palabra que en los diccionarios abarca
realidad y que toman en cuenta la exis- ocurrió entonces que, con respecto a no- desde la clasificación anómala del fu-
tencia del otro, continúan siendo. una velistas y escritoras, se podría intentar ror uterino hasta la figura retórica que
tendencia ideal huidiza, en medio de un una topografía, o mejor, una geografía trastorna el orden de las ideas2 , nos li-
mar de· violencia, y en el contexto de de géneros, tomandq en cuenta los pro-
cesos de transculturación e intertex-
* Una versión más amplia de este texto fue
una modernidad que en muchos aspec- leída como conferencia en Standford
tos se fragmenta antes de llegar a ser. tualidad y abarcando el romanticismo, el University (California), el lo. de octubre
regionalismo, el realismo y, ¿por qué no?, de 1992, en un ciclo organizado por Jorge
• r SIMóN BRAINSKY L. el género fantástico. • Ruffinelli y Fernando Alegría.

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Bol.eUn ~ y. Bibliogrtfico, Vol! 32, ndm. 38, 1995 141

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mitamos a repetir con Kemy Oyarzun que pueden anticiparse en un lenguaje entonces, puede venir a través de la "li-
que la histeria ha de ser fenómeno rele- exacerbado, pero veraz, un lenguaje en bre asociación": esa sucesión de ideas y
vante en la semántica femenina, pues que el cuerpo intenta expresar su de imágenes que, como ya dijimos, fun-
"sólo desde una posición de medio-loca. arritmia, un lenguaje que sólo ha de ser damentarán el stream of consciousness,
medio-mentirosa, puede la mujer seña- considerado patológico en épocas como flujo de la conciencia, mpnólogo interior
lar la sinrazón de las razones del Esta- ésta, tan adversas a todo lo que no sea que ha de revolucionar el discurso litera-
do", aunque "el diagnóstico de anorma- analizable y racional, tan indiferentes a rio7 . Desde entonces, poco a poco, en la
lidad neutralice el significado potencial- tradiciones míticas o mágico-religiosas. narrativa, la voz de la histérica irá dotán-
mente subversivo de sus síntomas" 3 . dose de consistencia actancial y arque-
"Mistéricas" y brujas típica: la histérica-madre, la histérica-
n. r Histeria, mito, magia, religión... si hu-
hija, la histérica-esposa, la histérica-
amante, protagonistas de un drama que
biera un hilo conductor de todo aque- se vive y se repite en todas las etapas de
../" T
llo, ¿no lo constituirían las mujeres? Lo la sociedad patriarcal: Así en el Viejo
mítico y lo mágico se han vinculado a Mundo, y así en el Nuevo, sobre todo en
1\ lo sobrenatural desde remotos rituales
de culto arcaico: son profetisas, pitoni-
tierras conquistadas por una España ca-
tólica e inquisitorial.
sas, sacerdotisas quienes perpetúan la Elemento estructurante en una pro-
adhesión primitiva a un centro original ducción literaria de contextos clasistas
sagrado. Mujeres-médiums, adivinas y sexistas, el arquetipo de la histérica
~~
../ 1' ' para quienes la oración puede inducir
al trance y al delirio. Venidas de la tra-
dición mesopotárnica o de la cultura
tendrá contraparte en el de la hechice-
ra, personaje legendario de espacios
rurales o selváticos. Si, con el tiempo,
greco-latina, llegan a presentir la tra- la histérica va abandonando los ámbi-
gedia y a anunciarla a alaridos o a tra- tos de la religión y la mitología para
ducir, estremeciéndose, mensajes del concentrarse en ficciones laicas de con-
más allá. Visionarias, videntes, ebrias notación burguesa, la hechicera se man-
de fe, se convertirán, ya cristianas, en tendrá afianzada a la madre naturaleza,
V
- V

Censurada en una sociedad que se


-.....

perpetúa en el disimulo y el autoengaño,


eremitas o iluminadas, en transmisoras
de un discurso en que la palabra "se
desarticula en vociferaciones, como si
la mujer, accionada por Dios, buscara
viviendo la magia como un poder so-
bre el cuerpo y una·fuente de corres-
pondencias entre las cosas y los seres.
Maga o bruja, hallará su saber en las
la histérica denuncia a su modo fallas encontrar un lenguaje original. No re- fuentes primigenias y los mitos funda-
de un sistema autoritario y jerarquizado. presión, sino creación"5 • Es allí en la dores. Hembra sempiterna, los secretos
Vinculados a lo imaginario y a lo sim- protohistoria, en la antigüedad y en la del mundo vegetal, animal a mineral le
bólico, sus síntomas desconciertan. Edad Media, donde surge una histeria aún pennitirán invadir y superar los domi-
Además, su lenguaje atropellado e in- religiosa que favorecerán ciertos ambien- nio$ masculinos8• Supuesta heredera de
coherente no puede hallar pautas sino tes del culto durante siglos. Al expresar- un paganismo anirnista o demoníaco,
en los automatismos y las analogías. Sin se, las místicas -o las "mistéricas", será abominada en el medievo como
embargo, esa voz que se exacerba y se como las llama Luce Irigaray-subvier- enemiga satánica de los cultos ma-
desarticula en un torrente de emocio- ten el orden simbólico atentando contra rianos, encarnando el mal para una Igle-
nes, intuiciones e imágenes, ha de con- la lógica del sistema lingüístico. Dadas a sia que o_rdena a las mujeres "abstener-
tribuir a la transformación del discurso la invocación y a la adoración del Señor, se de toda iniciativa porque su cuerpo
literario. Verdad, al romper el siglo, la inquietan a sus superiores al incurrir en mismo las lleva inexorablemente a la
angustia de mujeres que intentan fases psicosomáticas de amor y fervor. transgresión: no son un sujeto come-
verbalizar sus traumas en trance de his- En América, el dogmatismo de una Es- tiendo un pecado sino un medio de pe-
teria, induce a una nueva sintaxis, a una paña inquisitorial incita a sus confesores car ofrecido al hombre•t9.
nueva semántica. ¿Cómo desconocer, a vigilarlas, censurarlas y reprimirlas. El famoso Martillo de las brujas,
por ejemplo, sus contribuciones a una Muchas veces, su confesión se prolonga publicado a finales del siglo XV, luego
"libre .asociación" psicoanalítica que y se pormenoriza en relatos auto- de una bula papal contra la hechicería,
cristalizará en el monólogo interior de biográficos que hacen de ellas, según Jean no sólo acusa a la "fémina" porque
las vanguardias literarias? El psicoaná- Franco, "escritoras a pesar de sí mis- etimológicamente el sustaptivo que la
lisis se divulga a través de la histeria, mas•>6. Monjas en su mayoría padece- designa implica un rebajaíniento de la
"enfermedad de mujeres y del sexo. rán de una histeria que sólo más tarde fe, sino qu~lé achaca relaciones con el
Pero sobre todo, enfermedad de la re- principiará a hacerse laica y a identifi- diablo. ¿Qué mejor·justificación para
lación entre el cuerpo y el espíritu"4 • carse con desórdenes nerviosos, encau- desencadenar una represión misógina?
Un cuerpo reprimido, rebajado o vio- zándose hacia una anomalía diagnosti- Pronto, las hogueras arden a lo largo y
lentado, precipitando somatizaciones cada por los psicoanalistas. La cura, lo ancho del Sacro Imperio: además de

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Alemania y Francia, el Flandes espa- ~omo prescribeTodorov- dejando al su escabroso encanto para destruir toda
ñol. Se trata, según los doctos, de "un lector en la duda de su verosimilitud. Y una dinastía de varones. Al urdir situa-
movimiento de conquista de las almas, si a veces el discurso poético o el discur- ciones oníricas y delirantes, Bomba!
emprendido por las iglesias renovadas, so alegórico tienden a desvirtuar una lec- intenta encabalgamientos de lo impo-
ya sean católicas o protestantes" 10• Y tura de lo maravilloso real, casi siempre sible y lo verosímil, lo factible y lo
aunque por herejía se juzguen también queda un trasfondo de oscuros desórde- inusitado, suscitando perplejidad en un
ciertos hombres, la proporción es de 3 nes, vinculado a la vida latente del cuer- discurso irisado de connotaciones má-
ó 4 mujeres por cada supliciado. Natu- po, a su represión y opresión. La gicas. Sus protagonistas, mitómanas y
ralmente, las proscritas son curanderas, metamorfosis del yo, el determinismo, deliciosamente narcisas, se describen a
yerbateras o comadronas, aficionadas a la multiplicación de la personalidad, las sí mismas alternando la megalomanía
filtros y brebajes. Sin duda alguna, "el transformaciones del tiempo y el espa- con la melancolía y aproximándose a
temor a que la mujer pueda ejercer po- cio, proliferan en una fantasmagoría mis- la histeria. Contemporánea de Bomba!
deres reservados al sexo masculino y teriosa y concupiscente. "El deseo como y merecedora de un premio literario en
el miedo provocado por un cuerpo del tentación sexual - insisteTodorov- en- Santiago, Magdalena Petit deja una
cual se teme la seducción perversa son cuentra su encamación en figuras de for- novela que tiene mucho de folletín
dos aspectos - y seguro no los úni- ma sobrenatural" 14• ¿No cobra validez decimonónico en la caracterización
cos- presentes en la obsesión contra esta afirmación en sociedades como la estereotipada de la protagonista. Dama
la hechicería" 11 • En España, claro está, criolla, que rodean a las mujeres de en- de apellidos nobles, heredera de tierras
es la Inquisición la que acecha, aprisio- tredichos y tabúes? Para quienes deben y encomiendas, Catalina de los Ríos,
na y tortura. elegir entre la virginidad o la frigidez apodada La Quintrala, es tan sólo acu-
"En el reino de Isabel la pía se que- como condición de decencia, "la tenta- sada de estar endemoniada por atrever-
man mujeres", dice Jules Michelet 12 • Y ción de la carne", sólo puede proyectarse se a proceder con los hombres como
es durante ese reino cuando se descu- en códigos de satanismo o alucinación. ellos procedían con las mujeres en épo-
bre a América. Entonces, "la Iglesia, en Esta narrativa inspirada y esotérica cas en que el libertinaje era atributo vi-
su afán de borrar todo vestigio del do- resulta frecuente entre novelistas de las ril. La novela, que queda entre el
minio del diablo, termina por afilar su primeras décadas del siglo, sobre todo naturalismo y el estilo "gótico", se asi-
acero sobre los eventos más fantásticos argentinas y uruguayas. Sin embargo, mila al género fantástico por el supues-
y entre ellos el de las brujas, sus autén- en los países andinos, donde prima el to satanismo de su protagonista.
ticas sacerdotisas" 13 • Las brujas, sin género indigenista y de reivindicación
embargo, pertenecen en realidad a con- social, también abundan obras que pro-
glomerados paupérrimos, que atentan tagonizan un rompimiento con lo nor-
con la supuesta herejía de su magia con- mal y lo cotidiano. Con Juana Manuela
tra las jerarquías eclesiásticas y estata- Gorriti (1819-1891), nacida en Argen-
les. Dueñas de lo que podría definirse tina pero exiliada en Bolivia y residen-
como una contracultura, denuncian a su te muchos años en el Perú, comienza a
manera la injusticia social. Y van con- definirse el relato fantástico en que se
virtiéndose con el tiempo en persona- destacarán tantas narradoras del cono
jes ficcionalizados por la tradición oral, sur15 • Aunque acusen cierta influencia
legendarias protagonistas de crónicas y romántica, sus cuentos de emparedados
testimonios. y aparecidos se eximen prodigiosa-
mente del costumbrismo, conservando
Un trasfondo cierta idiosincrasia criolla. Más adelante
de oscuros desórdenes... hacia los años veinte y treinta, esta
corriente de lo extraño y lo alucinante
En Latinoamérica, un vasto corpus de se imbricará en el surrealismo. Al des- Catalizadores de fuerzas ocultas
novelas y relatos introduce los arqueti- cribir su vida introversa, delimitando su
pos de la histérica y la hechicera en una subjetividad, la chilena María Luisa Mientras Bomba! y Petit escriben en
narrativa adensada por indicios demiúr- Bombal entra en ambigüedad, incorpo- Chile sobre alucinaciones y embruja-
gicos. Del delirio al trance, al ritual y ra lo maravilloso a lo real, lo incons- mientos, en Argentina, en los años cua-
al conjuro, una y otra traducen su re- ciente a lo consciente16• renta, principia a publicar Silvina
beldía en procesos semánticos de con- Reducidas a la inmanencia, sus pro- Ocampo una narrativa que ofrece as-
notación sexual. Imbricados en una te- tagonistas derivan hacia la quimera y pectos parapsicológicos y es tan ajena
mática que a veces tiende al estereoti- la ensoñación, mientras en un balbuceo a los valores éticos tradicionales como
po, pero que con mayor frecuencia de colorritmos e imágenes relatan cómo a los datos históricos. Sabias de naci-
implica los traumas de la somatización, una mujer puede vivir un episodio amo- miento, sus protagonistas alternan la
los textos femeninos de literatura fan- roso en la irrealidad, cómo otra puede videncia y la premonición con una es-
tástica:eumplen con las normas del gé- viajar al centro de la tierra más allá de peluznante vocación hacia la crueldad.
nero. Ciertamente, lo extraño se impone la muerte o cómo o~ puede valerse de En sus relatos, las abstracciones inte-

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lectuales se proyectan en personajes que Somers urde imágenes en torno a una sión al sistema de productividad y
obran como catalizadores de fuerzas temática de contenido social que, sin jerarquización que les toca en suerte, ro-
ocultas con respecto a entidades de sen- embargo, admite premoniciones o deándose de personajes que sucumben a
timiento o emotividad. Frecuentemen., desdoblamientos. La intuición desem- sus razonamientos o se atreven a abor-
te, las imágenes de transitoriedad o de peña un gran papel en montajes maca- dar lo maravilloso al hcillar
'
en sí mismos
reencarnación involucran un futuro que bros, donde una religiosidad latente huellas de una inocencia originaria
sólo puede ser enfocado desde el pasa- parece exacerbar figuras sensuales hasta
do en formas cíclicas. Allí, el elemento la obscenidad, en un ámbito de difuso La simbología del destino
cotidiano tiene un papel preponderan- erotismo. Pulsionales o maquiavélicos,
te: es en él "que se da la denuncia de un los personajes de Somers transitan en Si el género fantástico prevalece sobre
don sobrenatural inservible, en el inte- la inmediatez del encierro, la asfixia y todo en el cono sur, las narradoras de
rior mismo del lenguaje" 17 • A Luisa la muerte, fascinados y a la vez aterra- lo esotérico y de lo mágico no escasean
Mercedes Levinson, contemporánea de dos por presencias amenazantes. Obse- ni en los Andes, ni en el Caribe, ni en
Ocampo, le obsesiona sobre todo el sionados también por el mundo animal, Centroamérica. Basta recordar que
tran scurso del tiempo y tiende a crean situaciones inusitadas de identi- Borges y Bioy Casares incluyen en su
mistificarlo en versiones mágicas o le- ficación o simbiosis. En un relato suyo, famosa antología a Elena Garro con una
gendarias. Como Quiroga, se inspira una mujer que debe entrevistar a un si- comedia insólita en que los personajes
casi siempre en las zonas tropicales, mio enjaulado termina al final siendo en- dialogan dentro de una tumba. Publi-
donde predomina "lo salvaje" y el cli- jaulada por éste. En otro, UD enfermo gra- cados en México al romper la década
ma febril se une a una vegetación ve, salvado por milagro en el hospital, de los sesenta, su relato La culpa es de
devorante para desencadenar el terror acaba siendo enterrado el mismo día que los tlaxaltecas y su novela Los recuer-
o el delirio. Se ha dicho que Quiroga celebra su cura con un grupo de amigos. dos del porvenir ajustan una imagina-
considera la selva como matriz primor- Para Somers, lo fatídico, lo espeluznan- ción delirante a una escueta realidad.
dial o madre cósmica: algo de esta sa- te, son motivaciones coRstantes. Inmersos en un tiempo que puede ser
cra feminidad parecen atisbar los rela- mítico o cíclico, los protagonistas vi-
tos de Levinson 18 • Allí, ciénagas y es- ven a la vez el presente y el pasado,
tuarios exigen un lenguaje pulsional, captando en los intersticios de las ho-
)
condensando la enajenación y el espe- ras la simbología de su propio destino.
jismo en contextos taumatúrgicos. Lui- La aventura de un ama de casa que cree
sa Valenzuela, hija suya y novelista pre- reconocer en un indio forastero al es-
coz, se sitúa en territorios misteriosos, pos~ perdido en las épocas de la con-
expresándose en monólogos que alter- quista, resulta tan espeluznante como
nan con episodios desarticulados don- la historia del pueblo de Ixtepec narra-
de la idea de la purificación y de la da por la voz colectiva de sus habitan-
muerte se entreveran a un tiempo tes y condensada en las peripecias de
arrítmico, vivido en la violencia y la una familia obsesionada por premoni-
opresión. La escalofriante lucidez de ciones y maleficios.
Valenzuela, su cruda ironía, la empa- Allí, como en el Macondo que des-
rienta con Amalia Jamilis, cuyos tex- cribe después García Márquez, el pro-
tos, a la vez perversos y líricos, recuer- digio es cotidiano y la nostalgia marca
dan los de una colega mayor que am- las cadencias del tiempo. Además, a los
bas: Gloria Alcorta. En efecto, los personajes no les interesa vencer o
personajes funambulescos de J amilis, triunfar, sino resolver los dilemas de su
que vagan o deliran en pos de sus qui- El tremendismo de Somers, dobla- vida sentimental o amorosa. Así, la ti-
meras por las calles de una Buenos Ai- do de un misticismo dostoievskiano, ranía de Rosas, el general solitario, ca-
res ilusoria, tienen cierto parecido con contrasta ostensiblemente con la pro- pitula ante la pasión de su novia por un
los de Alcorta, aunque se eximan de los sa-poesía irisada de Cristina Peri Rossi, poeta que huye con ella en la fecha en
contextos irreales y las situaciones que pertenece a una generación poste- que el tiempo se detiene para que no
pesadillescas de esta última. Deambu.. rior. Siempre indagando en las gamas les dé alcance la tropa. Por despecho,
lando por fuera del cuerpo o de la me- de la imaginación, sus textos pueden Rosas rapta a la hija de una engolada
moria, sus atormentadas protagonistas crear visiones de lo alucinante en fun- familia de conspiradores y conjurados:
llegan al borderline de la locura antes ción de una ideología que exige la pro- es Isabel, la malquerida, ~ara quien el
de encerrarse en la angustia de su pro- testa y la emisión testimonial. A veces remordimiento constituye una etapa
pio espacio interior. alegórica y a veces simbolista, Peri anterior al desvarío, extraviándola lue-
En Uruguay, como en Argentina, la Rossi que es también poeta, se acerca go en un laberinto de contradicciones
fantasmagoría y el humor constituyen al género fantástico en cuanto reinventa sin sentido. Pero, a pesar de tedo, será
códigos de denuncia. La prosa, a la vez una realidad inadmisible. Sus niños vi- su voz de.víctima la que rinde.testimo-
severa y metaforizada, de Armonía sionarios y demiúrgicos imponen la ilu- nio cle un pueblo cuyas derrotas:t:utura.s

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se anticipan a las pasadas en repetidos presarse en analogías y en imágenes. tos espeluznantes sobre adolescentes
ciclos reversibles. Por su ironía, su desapego, su culto a tan obsesionadas por la imagen de sus
La misma fatalidad cíclica con su los ciclos naturales, Laura se asemeja a tías sensuales y pecadoras que (recor-
legado de muerte, tristeza y opresión Irene, la anciana que Marvel Moreno dando la temática del 'doble') llegan a
inspirará a una nicaragüense que podría instala en una fastuosa mansión del encarnarlas en un trance inspirado por
ser hija de Garro: Gioconda Belli. Ha- Caribe tocando al piano por las noches el determinismo o la predestinación. Y
bitada por la rebeldía, su protagonista una sonata que presagia su propia pro- continuando _coA las extrapolaciones,
supera cualquier indicio de dependen- fecía de ausentarse y desaparecer. ¿cómo negar que el protagonista inge-
cia traduciéndolo en acción. Como en nuo y sensible al que la mexicana Julieta
el famoso cuento de Garro sobre la
mexicana que, después de cinco siglos n
-- Campos hace presenciar la lenta muer-

de búsqueda, encuentra a su esposo az-


rl- te de su esposa por obra de unos
mórbidos gatos, se emparienta increí-
teca, esta profesional disciplinada, blemente con el que la argentina Vlady
l
sandinista clandestina, se sentirá inspi- Kociancich pone a deambular en Ber-
rada por una pasión ancestral y morirá lín hasta dejarlo ante la casa donde vi-
luchando aliado de su compañero con viera su propia infancia de porteño?
la misma desesperación que su antepa- ¿Cómo olvidar que la "ilol" vidente y
sada indígena en la leyenda negra de la profetisa que rige en El oficio de tinie-
conquista. Sin la capacidad de Garro blas de Rosario Castellanos tiene tanto
para tramar el presente y el pasado en
épocas que implican el porvenir, Belli
oscila de la alegoría a la crónica y de la J
'
'
""- ') poder en los territorios chamulas como
la maga alegre y fatídica que Fanny
Buitrago hace reinar sobre una isla
historia a la ficción, aferrándose al es- caribeña? Y para terminar este zigzagueo
quema de las vidas paralelas: por un • de norte a sur del continente con una es-
lado la trayectoria de una mujer en bus- cala en lo maravilloso hiperbólico, basta
ca de identidad y por el otro su existen- recordar como la indómita Ausencia, de
cia distribuida en etapas simbólicas que .
la mexicana Mruia Luisa Mendoza, se so-
conmemoran las glorias del ancestro brevive a sí misma después de haber ase-
náhuat119• sinado a sus amantes por obra de magia,
Veinte años después que Elena '- mientras la magistral Angustias, de la
.....
Garro, dos chilenas -Isabel Allende e argentina Alicia Dujovne, se echa a vo-
Isadora Aguirre- describirán la saga Una geografía de lo fantástico lar sobre un árbol cuyas ramas se con-
de una familia tan involucrada en la vierten en hélices.
quimera y el ensueño como la de Los Si se emprendiera un estudio de litera- En un ensayo sobre la identidad la-
recuerdos del porvenir. Y si la primera tura comparada entre tantas autoras afi- tinoamericana, Lucía Guerra habla de
sigue las huellas de García Márquez nes al ocultismo y la adivinación, se la imposición de un lenguaje masculi-
hasta el extremo. de calcar muchos de podría intentar, como ya dijimos, una no convencional, frente a "resonancias"
sus personajes en los de Cien años de topografía de lo extraño, una geografía femeninas que lo contradicen20. Estas
soledad, la segunda halla sus fuentes en de lo fantástico. ¿Sería mera coinciden- resonancias, que pueden provenir de un
la historia de antepasados que se remon- cia, por ejemplo, que poetas como la discurso realista, también implican con-
tan a las gestas de la Independencia en costarricense Eunice Odio y la urugua- tenidos míticos y simbólicos. Celia
Chile. Una dinastía de mujeres artistas, ya María Inés Silva Vila escribieran Correas, editora de una antología de
pintorescas y excéntricas que discrepan relatos de este género hace ya varios cuentistas, insiste en que la contribu-
de maridos tecnócratas o militares, decenios?Y con referencia a escritoras ción de ciertas escritoras al ''realismo
mide el tiempo· en esta narración que más actuales: ¿qué distancia mediaría mágico" que tanta celebridad trajo al
proyecta el presente en el pasado me- entre los aquelarres araucanos descri- boom no debe pasarse por alto. Un "rea-
diante desdoblamientos que apelan al tos por Sara Gallardo y las "limpias" lismo mágico" que en ellas tiene raíces
espejismo o a la enajenación. Como la en tamascales poblanos que narra Lui- líricas y subjetivas21 . ¿Quién ignora que
<;lara de Allende, la Lapra de Aguirre sa Valenzuela? La mexicana Luisa es en el mundo subjetivo donde se ha-
es espiritista, pero sus trances no imi- Josefina Hemández inserta en una no- llan las claves de la personalidad? Al
tan fantasmagoQ:as macondanas sino vela taumatúrgica episodios de trans- contemplar un fenómeno a partir de la
que reproducen visiones de una s~ñora portes místicos y estigmas, mientras, en subjetividad, intervienen factores que
finisecular que viaja "en astral" todas narraciones paral<ilas, Cristina Peri pueden modificar nuestra percepción de
las noches, antes de dormirse. Inspira- Rossi, Armonía Soiners y Luisa Valen- las cosas. Ahora bien: tal "modificación"
¡
dos par ·su .ensimismamiento, los diá- zuela ofrecen su propia versión de apa- opera a nivel textual, no sólo en la litera-
log~s que·.L aura sostiene con los.muer- riciones de la Virgen María. A su vez, tura fantástica, sino en esa derivación de
tos. y la..s.a biduria qpe hereda de ellos la argentina Beatriz Guido y la caribeña la misma que es la ciencia-ficción, etapa
son su manera de soñar despierta y ex- Marvel Moreno co~nciden en dos rela- obligatoria de este breve recorrido.

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¿Ciencia-ficción? una bomba con el ingrediente fatídico crueldad y lujuria que más al sur, en
de la inmortalidad. ¿Cómo no ver aquí Chile, se atribuirán también a Catalina
En una conferencia reciente, Angélica autoras que encajan en las vanguardias, de los Ríos, la bella criolla endemonia-
Gorodisher define el género como una superando cánones y tradiciones? da que seduce a su propio confesor, con
narrativa que lleva la marca del rigor y mejor suerte que la no)menos bella pero
requiere "no apartarse de la fabricación tal vez más joven Camila O'Gorman,
de un mundo coherente y creíble en el fu silada con pompa en la Argentina dos
que no haya ninguna fisura y en el que -. siglos más tarde por el mismo crimen,
el lector pueda transitar sin obstáculos, 1 y glorificada en un relato por Juana
con todo su miedo, pero también con ''
1 Manuela Gorriti, pionera del género
los lugares adecuados en los cuales po- fantástico.Así, a lo largo y lo ancho del
ner ese miedo'' 22• Una distribución del continente, entre el dato y la leyenda,
miedo, entonces, pero una distribución surgen confluencias. ¿Acaso no se tra-
en estupor, perplejidad, o pasmo, du- ta de enlaces ocultos entre elementos
rante la lectura de los relatos incluidos disímiles por su significación pero
en la antología que tres argentinas com- articuladores de una metonimia conse-
parten con diez escritores congéneres cuente? En lo que podría denominarse
del sur del Río Grande. Mientras An- una poética de la intertextualidad, do-
gélica Gorodisher "descree del nihilis- mina la imagen, único medio de rela-
mo y maneja el tiempo como una cionar el mundo objetivo con el sector
ecuación irreal"23 cuando inventa ex- misterioso de lo invisible, creando un
cursiones parabólicas o cosmonautas súbito empalme, súbito ensalmo. Ver-
líricos y rocambolescos, Magdalena Enfermas de pecado, dad - si el anagrama fuera admisibl~
Moujan y Marie Langer apelan a la enfermas de escritura allí estaría la encrucijada donde lo má-
genética para ironizar sobre la ciencia, gico podría hallar el sitio febricitante
en secuencias puntuadas po~ el suspen- Se <fuía que, en esta t:I¡ayectoria por lo de lo real. Y la voz de personajes como
so y el humor. Si "los emtlriones del puramente imaginario, el objetivo ha la histérica y la hechicera revelarían con
violeta" pueden ser fragmentos de Dios sido construir la conciencia de una rea- su palabra instintiva y sapiencial los as-
dispersos en un planeta solar, los lidad "otra". Como en quimeras y sue- pectos irracionales de la literatura.
"baskos" pueden hallar el secreto de sus ños, la transferencia relaciona en sutil
orígenes en un Cantábrico antedilu- simbolización niveles que promueven
viano y una terrígena que desde niña asociaciones, proyectando en lo discon-
ha tenido aficiones por el psicomo- tinuo una continuidad productora de - -----
delismo puede "retrocederse" hasta sentido. La que señala ahora y siempre
volver al útero de una madre mejor que los conflictos del cuerpo en relación
la que tuvo originalmente. con la escritura. Un cuerpo que al es-
De las tres mencionadas, Gorodisher cribir comete transgresiones y peca en
es la de mayor trayectoria, repartién- función de una sexualidad que lo
dose entre la ciencia ficción, el género explicita como signo. En Latinoamé-
fantástico y la serie negra. Si, como ella rica, la leyenda tenebrosa de las muje-
misma lo admite, su atracción por "lo res que se atreven a pecar se confunde
desmesurado" es lo que desde siempre con la aún más tenebrosa de las que se
la ha incitado a escribir, su narrativa no atreven a escribir. Enfermas de peca-
1
sólo "domina los medios expresivos a do, enfermas de escritura. ¿No ha de
nivel de la historia y del discurso", sino auxiliarlas el confesor, exorcizarlas el
que "al atribuir a unos objetos las ca- inquisidor, ajusticiadas el Estado? La
racterísticas de otros, produce una cura, casi siempre, las manda al otro
semiosis del signo lingüístico, abrien- mundo. Ya en épocas de la Colonia, la Obras mencionadas
do su significaeión" 24 . Sobra decir que, monja Juana de Asbaje expía su falta (en el orden del texto)
en el ámbito continental, es la más co- renunciando a libros y manuscritos
nocida en el género de ciencia-ficción, poco antes de dejarse morir en Nueva GORRITI, Juana Manuela, "El emparedado",
aunque en Uruguay Cristina Peri Rossi España, mientras otra monja, Francis- Antologfa de la literatura f~'tástica
haya,h echo una que otra escala interpla- ca Josefa del Castillo, logra hacer pa- argentina (1), Buenos Aires/ Kapelusz,
netaria en sus cuentos, en Ecuador Ali- sar su poesía por oración en UQ claus- 1970.
cia Y áñez Cossío tenga algunos relatos tro neogranadino situado en la misma BOMBAL, María Luisa, La amortajatkl,
sobre marcianos, y Marcela del Río, en brumosa Thnja donde há sido ahorcada Buenos Aires, Editorial SU.C, 1938. New
México, se haya atrevido a novelar du- en ceremonia pública la joven Inés de /slands, Nueva York, Farr&l', Stfauss &
rante más de trescientas páginas sobre Hinojosa por incurrir en excesos de Giroux, 1980.

146 Boletín Cultural y Bibliogrüco, Vol. 32, nóm. 3.8. 19.95

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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tas hechiceras en Colombia, véase Mila-
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Buenos Aires, Paidós, 1967. 1 Para una visión más amplia de estos te- París, Du Seuil, 1976, pág. 134.
mas, véase Helena Araújo, "La narradora 15 Cf. Nicolás Cócaro, Cuentos fantásticos
GUIDO, Beatriz, LA mano en la trampa,
y la diferencia", en LA Scherezacla criolla, argentinos, Buenos Aires, Emecé, 1969,
Buenps Aires, Losada, 1980.
Bogotá, Universida~ Nacional, 1989, pág. pág. 13. También, véase prólogo de J. J.
MPRENQ; Ma.wel•. Qriane, tf,a Oriane, Baijalía a Cuentos de crimen y misterio,
45.
ig~h,d.ci,Q ~n. A;lgo ,tanfeo en la vida de 2 Véase, sobre todo, ~1 Diccionario ideoló- Buenos Aires, Ed. J. Vásquez, 1968.
J'lf1'J' s,eflorca.:biel'f.· ~relatos), B.o gotá, Pluma, gico de Julio Casares, Barcelona, Edito- 16 Cf. Lucía Guerra Cunningham, "La am-
rial Gustavo.Gili, 1 ~42, p~g. 572. bigüedad", en La narrativa de Mar{a
~1).8.,0~: .'. ~

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
VARIA

Luisa Bombal, Madrid, Playor, 1980, El que Lorenzo Jaramillo haya tra- plasmado algunos grandes: la imagen del
pág. 67 y sigs. bajado como diseñador de esceno- hombre del siglo XX de acuerdo con la
17 Enrique Pezzoni, prólogo aLa furia y otros
grafías teatrales con gran dedicación y medicina psicosomática y el sicoanálisis
cuentos de Silvi na Ocarnpo, Madrid, Alian-
za Editorial, 1982, pág. 18.
acierto, marcó su mirada en el mundo freudiano".
)
18 Martha Canfield, "La selva y el reino del arte y de la vida. Su pintura es una \

perfectible: Horacio Quiroga", En La confi- realización en la historia de la pintura,


guración del arquetipo, Universidad de con sus miradas, vivencias, sensibilida-
Aorencia, 1989, pág. 190. des y prácticas, en un contexto intenso
19 Lady Rojas Trempe, "La alteridad indíge-
de cultura y vida. Pero claramente
na y mágica en la narrativa de Elena Garro,
Manuel Scorza y Gioconda Belli", en la teatralizada. Sus personajes son de tea-
revista Alba de América, Westminster tro. Grotescos, caricaturescos, defor-
(California), julio de 1991, pág. 148. mes, casi monstruosos. También satá-
20 Lucía Guerra Cunningham, "La identidad nicos en sus transgresores ángeles que
cultural y la problemática del ser en la son diablos. Como Lucifer que fue án-
narrativa femenina latinoamericana", en la ...•._.,./
revista Plural, México, julio de 1988, págs.
gel y sigue siéndolo, como cara opues-
12-21. ta. El ángel en pagina entera del catálo-
1
2 Celia Correas, Introducción aShort Stories go con su máscara y vestuario es un
by LatinAmerican Women: The Magic and personaje de ópera.
the Real, Houston (Texas), Arte Público
Press, 1990, págs. 7-10. 0traantologíaim- ,1
portante, particularmente para la investiga-
ción del género fantástico: MrujorieAgosin,
Secret Weavers, Fantastic Literature by
Latin American Women, Buffalo (N. Y.), La deformación, esa suerte de vio-
White Pine Press, 1992. lencia interior de la personalidad es
22 Angélica Gorodisber, conferencia pronun-
constante en sus trabajos. Una mirada
ciada en el Club del Libro Español de la
ONU, Ginebra, septiembre de 1989. detenida a la serie de Fiesta y danzantes
23 María Esther V ásquez, "Angélica nos permite ver un ritual, una actuación,
1
Gorodisher, autora de ciencia ficción", en
Revista Iberoamericana, Universidad de
:·! 1
¡
un drama pero no unas alegrías ni unos
fulgores. Las Fiestas de Lorenzo son
1Et
Pittsburgh, núms. 123-4, 1983, pág. 576. '
' menos carnaval, erotismo, fiesta; y más
24 Ángela B. DeUepiane, "La narrativa deAn-

gélica Gorodisher", en Revista Iberoame-


o '


mascarada, disfraz, siendo una pintura
: : del dolor y del sufrimiento.
ricana, Universidad de Pittsburgh, núms. "\ .'\
• 1
'
o

132-33,julio-diciembre de 1985, pág. 633. Travestismo verdadero y puro tea-


. tro. Drama y comedia simultáneamen-
Los colores de los personajes son in- te. Este es el sentido de su patetismo,
tensos, fuertes, para impresionar los de ese clima gótico que sugiere.
DelaBLAA ojos, impactar la mirada, seducir y Es pintura de dolor intenso en un país
ensoñar. Como en el teatro ya que ellos como Colombia, de violencias de todo
colorean, pintan personajes. Como se orden externas y extremas. Viene a ela-
Pintura y teatro muestra en sus series: Suite, Las mu- borar una metáfora distinta, singular de
chachas extravagantes, Los Ángeles, lo humano entre nosotros. De la per-
Precolombinos, Óleos negros, Cabezo- versión y la maldad que como persona-
La retrospectiva de la obra de Lorenzo tas, Fiestas danzantes... jes culturales existen en el mundo de la
Jararrúllo en la Biblioteca Luis Ángel La pintura de Lorenzo Jaramillo es el vida, nos permea a todos, interpela los
Arango en los meses de mayo y junio drama humano contemporáneo. La de- comportamientos sociales, nos lleva al
de 1995 nos ha permitido apreciar, va- formación de sus personajes, de sus cuer- centro vital de la sexualidad, del ero-
lorar y gozar una de las realizaciones pos y rostros es la deformación de sus tismo y de la muerte.
más sólidas del arte cqlombiano. almas, espíritus. El neo-expresionismo
Me ha permitido pensar el sentido que se le asigna delata una extrema ten- RICARDo SANcHEZ
de una vida, la tragedia de una enfer- sión psicológica y emocional, un tenaz
medad, la reali.zación de una obra. El propósito por invocar los demonios de
ensayo de Germán Rubiano Caballero
El cuerpo desnudo, la violencia
la creación artística para lograr captar lo
en el catálogo, es una guía imprescin- demoníaco de la condición humana.
~ibl~ para encontrar el significado más Como lq señ~a pennán Rubiano Caba- La larga y penosa enfermedad, así como
profundo eh su pintura, color, líneas, llero: "I.!ejos de. naturalismo y cerca de su muerte, han producido un impacto
dibujos, materiales, por las claves que las deformaciones del expresionismo de psicológico, sentimental'e mteleetual·en
nos presenta y lo acertado del tono y el todos los tiempos, el artista alcanzó en tomo a la obra artística de Luis Caba-
lenguaje. sus representaciones algo que sólo han llero. Han estimulado la curiosid'a a y

148 Bolelín•.Cultural.y BibllQgr(fico, Vol'. 32, odm. S$;;1995

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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