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UNIVERSIDAD CATOLICA

LOS ANGELES DE CHIMBOTE

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO

PSICOLOGIA JURIDICA

TEMA
IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD

ALUMNAS:

AHUANARI DEL CASTILLO, ADITA.


RIOJA GUTIERREZ, JULY CLARITA.
SANCHEZ MOSOMBITE, LUCERO.
VELASQUEZ FACHIN, AMELIA.
WONG CHAGUA, RAISA

PROF:
LIC. NORIA ALIAGA, VICTOR MANUEL

FACULTAD:
DERECHO Y CIENCIAS JURIDICAS

CICLO:
VIII

PUCALLPA - 2016
DEDICATORIA

EL PRESENTE TRABAJO SE LO DEDICO A


TODOS AQUELLOS QUE GUSTAN POR
CONOCER UN POCO MAS SOBRE TEMAS
IGNOVADORES, EL CUAL NOS SIRVE PARA
EXPANDIR NUESTROS CONOCIMIENTOS.

IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD – VIII CICLO 2


INDICE

DEDICATORIA ............................................................................................................................. 2
INDICE ........................................................................................................................................... 3
INTRODUCCION .......................................................................................................................... 4
CAPITULO PRIMERO .................................................................................................................. 5
IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD ............................................................................. 5
1. IMPUTABILIDAD .......................................................................................................... 5
1.1. Concepto Positivista Determinismo ........................................................5
1.2. Evolución De La Imputabilidad A Través De La Historia .....................6
1.3. ¿Quiénes Son Imputables? ......................................................................9
2. LA INIMPUTABILIDAD.............................................................................................. 10
2.1. Causas Fundamentales Para Declarar La Inimputabilidad De Una
Persona............................................................................................................11
2.2. Trastornos mentales relacionados con la ausencia de imputabilidad ...12
CONCLUSIONES ........................................................................................................................ 17
BIBLIOGRAFIA .......................................................................................................................... 18

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INTRODUCCION

Quisiéramos con este trabajo contribuir a pesar de las limitaciones pertinentes -a sea de tiempo o
experiencia- colocando adecuadamente una pieza fundamental para el gran rompecabezas
del Derecho Penal .

La imputabilidad es un concepto jurídico que se define como la capacidad psíquica de una


persona de comprender la antijuricidad de su conducta y de no adecuar la misma a esa
comprensión. (Machicado J. 2013). Con la valoración psicológica y/o psiquiátrica que se le
realiza a la persona implicada en algún tipo de acto no lícito, se puede determinar si el sujeto
presenta alguna condición específica, la cual el juez tomará en cuenta para clasificarlo como
inimputable o con disminución de su imputabilidad o por el contrario imputable, de no
evidenciarse ninguna alteración durante dicha valoración.

La imputabilidad e inimputabilidad por trastorno mental es nuestra valiosa pieza-sin


olvidarnos de las otras causales de inimputabilidad como minoría de edad ,sordomudez y
barbarie- en la cual concentraremos la base de nuestro análisis puesto que como ya veremos , a
esta clase de inimputables se les debe dar un trato especial a causa de sus condiciones deficientes
y excepcionales ,apoyada en un cimiento normativo efectivo para asegurarle su desarrollo digno
como humano que permitirá en la medida del alcance la meta de curación .Inicio con un estudio
sobre las nociones generales de inimputabilidad; como su concepto, elementos, criterios
reguladores y sus causales. En el segundo capítulo veremos el concepto de trastorno mental y la
amplia gama de enfermedades mentales clasificadas por Kraepelin entre otras, para adentrarnos y
profundizar en la inimputabilidad y responsabilidad penal, notando aquí los tipos de
responsabilidad tanto objetiva como subjetiva.

Y finalmente en el capítulo IV tocaremos los efectos jurídicos de la inimputabilidad y dentro


de las medidas de seguridad y corrección veremos la internación del enajenado. En ningún
instante pretendo que la posición que planteo sea única e inamovible, sólo pretendo soslayar la
condición subordinada del enajenado y su actual situación frente a la ley .

IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD – VIII CICLO 4


CAPITULO PRIMERO

IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD

1. IMPUTABILIDAD

Proviene del latín “imputo”, “imputare” que significa atribuir, asignar. Es la relación de
causalidad entre el autor y el delito y que supone el ejercicio del libre albedrío.”

Es la capacidad psíquica de una persona de comprender la antijuridicidad de su conducta y de


no adecuar la misma a esa comprensión. Pero algunas veces un sujeto deja de ser imputable por
las llamadas Causas De Inimputabilidad.

También podemos decir que la imputabilidad es el conjunto de condiciones físicas y psíquicas,


de madurez y salud mental, que legalmente son necesarias en una persona para que le puedan ser
atribuidos los actos antijurídicos que esta ha realizado.

1.1.Concepto Positivista Determinismo

 Para la Escuela Positivista el fundamento de la imputabilidad es la responsabilidad social.


 Imputabilidad responsabilidad penal responsabilidad social
 Solo después de perpetrado el acto es cuando se imponen las medidas de seguridad,
sancionadoras, adecuadas a la personalidad del agente.

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1.2.Evolución De La Imputabilidad A Través De La Historia

Según Ramírez S., 1981; desde tiempos de Aristóteles ya se mencionaba que solo se comete
delito o se hace acto justo cuando se obra voluntariamente, lo mismo en uno que en otro
caso, pero cuando se obra sin querer no se es justo ni injusto a no ser indirectamente; porque
al obrar así solo se ha sido justo o injusto por accidente, para este filósofo era muy
importante la voluntad para determinar las recompensas o castigos. Se centró en hablar de
culpabilidad y de reproche, del libre albedrío, de la voluntad de poder escoger.

El sacerdote Víctor Catherin, seguidor de Santo Tomás de Aquino, indica que la


autodeterminación de que goza el hombre es la base de la imputabilidad; se imputa cuando el
hombre es libre de decidir la forma de actuar.

Bernaldo de Quirós 1957, expone que criminología la ha habido siempre, desde que ha
habido crímenes…; una criminología, incipiente, rudimentaria, elemental; tan elemental y
tosca, tan pedestre y vulgar como los romances de ciego, que siempre tuvieron en el delito
una de sus favoritas inspiraciones. (Pablos de Molina, 2009).

Con el pasar de los años, a través de la historia se han venido desarrollando y


transformando diferentes paradigmas con respecto al ámbito criminológico; partiendo de la
premisa de que para que exista crimen o delito debe haber criminal; el cual infringe la ley o
normas ya establecidas; estas personas han sido consideradas como personas.

La evolución de la criminología a lo largo de la historia tiene sus cimientos en las dos


escuelas jurídico penales más importantes, que son la Escuela Clásica y la Escuela
Positivista.

Se estableció desde un comienzo cuáles acciones estaban prohibidas y cuáles eran de


cumplimiento obligatorio; así como las penas que se imponían si se realizaba alguna de estas

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acciones o si se incumplían. Sin embargo en esos tiempos esto no se encontraba ordenado en
los Códigos Penales como actualmente se encuentran, por lo que se generaba una inseguridad
acerca de las conductas que implicaban delitos así como las penas establecidas para cada uno
de ellos. Fue hasta inicios del siglo XIX que se dispusieron las leyes en una codificación
característica sobre todo para las de ámbito penal.

Harbottle, 2012 expone que el mayor representante de la Escuela Clásica fue


Francesco Carrara (1805- 1888), quien buscó la causa de la diferencia en el tratamiento de
imputables e inimputables; se basó de la ecolástica la que indicaba que el ser humano al
utilizar sus facultades intelectivas y volitivas está en libertad de elegir. Hizo referencia y
relación de hechos delictivos con determinadas enfermedades, sobre todo la manía,
avocándolo en el término de lo que hoy se conoce como imputabilidad disminuida.

De acuerdo a Álvarez Díaz de León, 2012; otros representantes destacados de la escuela


clásica del derecho penal fueron Cessare Beccaria quien tenía la inquietud de plasmar las
leyes en un escrito de manera que pudieran ser comprendidas por los individuos, para
encontrar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y con esto evitar
una malinterpretación de las mismas.

Peregrino Rossi, quien consideraba que existía un orden moral que todo individuo debería
seguir, aplicándose en la sociedad, piensa que la capacidad de juzgar le pertenece al superior
sin embargo está consciente de que todo hombre puede juzgarse por igual.

Giovanni Carmignani, explica que el castigo que se le impuso al sujeto se realiza con el
objetivo de prevenir la realización de delitos similares a futuro.

Para esta escuela la imputabilidad era medible para determinar la pena; por lo que se
comenzó a hablar de imputabilidad agravada o atenuada, completa o incompleta, total y
parcial o semi-imputable. (Yáñez, 1970), se considera a la persona normal como responsable
y a la persona anormal como irresponsable y aquellos que padecían de un trastorno mental
incompleto solo serían responsables de una manera atenuada. (Puig 1955).

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Según Serrano Maíllo, 2009; con respecto a la teoría criminológica de la Escuela Clásica,
se parte del hecho de que el hombre es libre y racional, capaz de razonar, tomar decisiones y
actuar de a acuerdo a esto. Tiene la capacidad de determinar las ventajas y desventajas que le
generará su accionar; efectuando un cálculo racional de los beneficios esperados (placer) y
confrontándolos con los perjuicios (dolor) si los beneficios son mayores a los perjuicios se
cometerá el acto. Sin embargo se determinó con el pasar del tiempo que este cálculo no es del
todo perfecto, ya que se puede ver influenciado por ciertas condiciones o por diferencias
entre las personas; aunque se insiste en lo fundamental del balance entre los beneficios y
perjuicios que conllevarán a la realización del acto. Por lo que la Escuela Clásica se centró en
determinar penas que hicieran sopesar en el individuo a la hora de tomar la decisión de
realizar el delito, ya que una vez conociendo la pena que conllevaría realizar dicho acto
implicaría un perjuicio manifiesto y por ende no cometería la acción, de forma que las penas
se comenzaron a imponer con el fin de prevenir los delitos. Aunado a esto también se tenía
claro otros elementos importantes para la prevención del delito como lo era la perfección de
la educación y la realización de penas racionales, evitando las torturas que atentaban contra la
dignidad humana; sin embargo siempre caracterizándose por ser certeras, prontas, severas y
que guardaran proporcionalidad con el delito.

Por lo que esta escuela se basó en postulados como la igualdad, el libre albedrío, entidad
del delito, imputabilidad moral y el método deductivo. Es decir el hombre nació libre e igual
en sus derechos, puede escoger entre realizar actos que conllevará consecuencias positivas o
negativas, de forma que si el hombre está consciente de estas consecuencias, tendrá la
capacidad de afrontar y responder de acuerdo a lo realizado; lo cual es el fin último de esta
corriente.

Posteriormente durante el siglo XIX, surgen otros representantes de la corriente que


buscaban explicar las causas de la criminalidad desde el punto de vista científico, aplicando
métodos de observación. Conformándose así la Escuela Positivista, la cual estaba
representada por Augusto Compte, considerado el padre del Positivismo, Cesare Lombroso,
Enrico Ferri y Garófalo (Harbottle,2012). Según Álvarez Díaz de León, 2012; se preguntaban

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cómo controlar la criminalidad y prevenirla para determinar las causas del motivo del hecho
de delinquir, de esta manera aplicar el correctivo y controlar el problema.

Por lo tanto la imputabilidad representa la capacidad para delinquir, ya que sin ella como
requisito no puede existir un delito.

1.3.¿Quiénes Son Imputables?

La Ciencia Penal considera a la imputabilidad como la capacidad que tiene la persona que
ha adecuado su conducta a un tipo penal, para responder los cargos que se originen de
aquella transgresión, o como dice el Maestro Francesco Carrara: “Decimos que un individuo
es penalmente responsable cuando puede cargarse a su cuenta un delito y sus
consecuencias”.

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2. LA INIMPUTABILIDAD

Es un término que se vincula a la condición de inimputable. Un sujeto inimputablees aquel


que no es responsable penalmente de un ilícito que cometió ya que no está en condiciones de
comprender su accionar o las consecuencias de éste.

Por ejemplo: “El juez decretó la inimputabilidad del acusado después de recibir el resultado
de las pericias psicológicas”, “El abogado del asesino busca conseguir que se declare la
inimputabilidad de su defendido”, “La inimputabilidad no corresponde en este caso, ya que el
acusado es conciente de lo que hizo”.

La inimputabilidad puede decretarse por trastornos psicológicos o por la falta de madurez


(este último caso corresponde a los delitos cometidos por niños). Al ser inimputable, el sujeto
no sólo no tiene responsabilidad penal sobre su comportamiento, sino que tampoco es
declarado culpable a nivel legal.

La razón por la cual el inimputable no es capaz de actuar culpablemente es que presenta


fallas de carácter sicosomático o sociocultural que le impiden valorar adecuadamente la
juricidad y la antijuridicidad de sus acciones y moderar sus acciones y moderar
su conducta conforme tal valoración .

La calidad de inimputable se deriva del hecho de que el sujeto no puede, en razón de tales
diferencias, comprender la ilicitud de su actuar, o de que pudiendo comprenderla no es capaz de
comportarse diversamente.

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2.1.Causas Fundamentales Para Declarar La Inimputabilidad De Una Persona.

 Minoría de edad. Así, en el código penal español, se establece que sólo a los mayores de 16
años se les puede exigir responsabilidades penales por los hechos que han cometido.

 Enajenación mental. Dentro de este grupo se encuentran la psicosis, la oligofrenia o la


debilidad mental, entre otras.

 Alternaciones en la percepción. Para que alguien goce de inimputabilidad basándose en


aquellas, se exige que las mismas que sufre aquel sean de nacimiento o desde la infancia. No
obstante, es imprescindible que afecten de manera grave a lo que es la percepción de la
realidad.

 Trastorno mental transitorio. Con este término se hace referencia a lo que sería la
perturbación de las facultades mentales que un individuo experimenta en un momento
determinado y durante un corto periodo de tiempo. Se diferencia de la enajenación porque
esta es permanente y él no, él es pasajero.

Puede decirse, por lo tanto, que la inimputabilidad es una circunstancia que exime a
alguien de su responsabilidad y culpabilidad en sus actos. Supongamos que un hombre
diagnosticado con esquizofrenia agrede a otro y le causa una lesión cerebral.

La víctima decide demandar al agresor pero el juez, tras una pericia psicológica, advierte
sobre su condición de esquizofrénico y declara su inimputabilidad. De todos modos, el
magistrado ordena un tratamiento médico ya que considera que el agresor es peligroso para
la sociedad.

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2.2.Trastornos mentales relacionados con la ausencia de imputabilidad

A continuación se revisan aquellos trastornos mentales de mayor relevancia y trascendencia


en el peritaje psicológico de la imputabilidad.

2.2.1. Retraso mental

La característica esencial del retraso mental es una capacidad intelectual general


significativamente inferior al promedio que se acompaña de limitaciones significativas de la
actividad adaptativa.

La capacidad delictiva asociada al retraso mental depende del nivel de gravedad del retraso
mental y de su modalidad clínica (Rodes y Martí, 1997). Por un lado, a mayor grado de
retraso mental, menor será la posibilidad de que cometa actos delictivos. Por otro lado, la
forma erética (intranquila, irritable o activa) da lugar a mayor conflictividad que la forma
tórpida (apática, tranquila o pasiva).

2.2.2. Demencias

Las demencias se caracterizan por el desarrollo de múltiples déficits cognoscitivos que


incluyen el deterioro de la memoria. Las demencias más relevantes son la demencia tipo
Alzheimer y la demencia vascular.

Son uno de los casos más claros de eximente de responsabilidad. El problema surge en
los períodos iniciales de la enfermedad en los que la sintomatología todavía no es muy
evidente. Un completo examen neuropsicológico y clínico nos dará la clave del trastorno y,
por tanto, de la inimputabilidad en materia penal.

2.2.3. Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

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Quizá sean las esquizofrenias el grupo de enfermedades mentales más representativo de
lo que popularmente se conoce como "locura". Su presencia incapacita al sujeto para
valorar adecuadamente la realidad y para gobernar rectamente su propia conducta.
Entre los síntomas más característicos de la esquizofrenia se encuentran la presencia de
ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico o
desorganizado, aplanamiento afectivo, etc.

2.2.4. Trastornos del estado de ánimo

Los trastornos del estado de ánimo son trastornos de muy diversos tipos. Los episodios
depresivos se definen por la presencia de un estado de ánimo deprimido acompañado de
una pérdida del interés o placer por todas o casi todas las actividades habituales. Junto a
ello, se suelen apreciar síntomas como pérdida de apetito y peso, insomnio, excitación o
enlentecimiento psicomotor, sensación de fatiga o pérdida de energía, sentimientos de
inutilidad, sentimientos de culpa o disminución de la capacidad de concentración. En el
otro lado de la moneda se sitúan los episodios de manía caracterizados por la presencia de
un estado de ánimo inconfundiblemente elevado, eufórico, expansivo o irritable, que dura
un tiempo prolongado y altera la conducta del paciente. Suele acompañarse de aumento
de la actividad social, laboral o sexual.

La delincuencia de los trastornos del estado de ánimo no es muy importante sobre todo
si se compara con el resto de los cuadros psicopatológicos. Ahora bien, existen una serie
de peculiaridades en el comportamiento violento cuando se produce en este tipo de
pacientes. La más destacable es la de que esta agresión suele estar dirigida hacia las
personas más allegadas al paciente.

La depresión puede ocasionar autoacusación de delitos (por las ideas delirantes de


indignidad, culpa y ruina personal) pudiendo llegar a crear una cierta confusión policial.
Otro aspecto psicológico forense importante a considerar es el tema del suicidio. Un
problema específico de las depresiones es el denominado "suicidio ampliado". El paciente
mata a sus seres más queridos para "aliviarles de la insoportable carga de la vida y
evitarle los sufrimientos que tendrían, máxime cuando él falte".

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La manía, por sus propias características clínicas, tiene tasas más elevadas de
delincuencia. En general, el maníaco no se esconde tras el delito, no trata de excusarse y
actúa sin o con muy poca premeditación. Es por todo lo anterior por lo que son fácilmente
detectables y conducidos ante la Justicia.

En los períodos interfásicos el sujeto es prácticamente normal y su delictividad es


igual a la de cualquier otro ciudadano. Aspecto éste muy a tener en cuenta al efectuar el
informe pericial.

No es posible dudar de la inimputabilidad de los trastornos del estado de ánimo (tanto


episodios depresivos como maníacos) en sus fases agudas y graves (Cabrera y Fuertes,
1997). Más problemática forense acarrean los llamados períodos intercríticos así como el
resto de alteraciones afectivas (trastornos distímicos, cuadros hipomaníacos) en los que
no hay fundamento en principio para restringir la imputabilidad. Algunos autores en estas
situaciones abogan por el uso de la semiimputabilidad.

 Trastornos del control de impulsos

Los trastornos del control de los impulsos son entidades todas ellas muy vinculadas a
conductas ilegales aunque, salvo excepciones, su importancia es irrelevante. En el peor de
los casos y, sobre todo, en el llamado trastorno explosivo intermitente, nos vamos a
encontrar con delitos de lesiones e incluso con el homicidio. También nos encontramos
con otro tipo de conductas delictivas que forman parte de la esencia misma de los
trastornos. Así tenemos el hurto del cleptómano, hurto que se caracteriza por ser
inmotivado, carente de valor, no premeditado y claramente unido a la patología
psicológica, la provocación de incendios en los pirómanos y el robo, la estafa, las
falsificaciones y, en general, delitos contra la propiedad en los jugadores patológicos.

La imputabilidad en este tipo de alteraciones está en líneas generales disminuida e


incluso en algunos casos se puede hablar de una anulación completa de la imputabilidad.
Ello tiene su origen en que en la base de esos trastornos existe una perturbación severa
del control volitivo, condición ésta sobre la que se fundamenta la imputabilidad. El
cleptómano, el pirómano, el ludópata, aunque saben lo que hacen, es decir, son

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conscientes de la ilicitud del hecho, actúan todos ellos motivados por un impulso
irresistible o cuando menos difícilmente controlable por medio de la voluntad. Por todo
ello, la imputabilidad se encuentra significativamente perturbada. No obstante, siempre
hay matices por lo que será preciso analizar cada caso en concreto y huir de
generalizaciones simplistas y carentes de rigor.

 Trastornos de la personalidad

De todos los trastornos de personalidad, el actualmente denominado trastorno


antisocial es el que más interés tiene desde un punto de vista forense. La característica
esencial del trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y
violación de los derechos de los demás. Este patrón ha sido denominado también
psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad. La conflictividad social
marca el rasgo fundamental de la clínica de estas personalidades. Encontramos en ellos,
hurtos, peleas, pertenencia a pandillas marginales violentas, escaso rendimiento laboral,
mentiras patológicas, etc. A todo lo anterior hay que sumar absoluta falta de
remordimientos y de ansiedad, marcada pobreza afectiva y falta de motivación en la
mayoría de sus conductas antisociales.

La peligrosidad de las personalidades antisociales es obviamente muy elevada ya que


es su conducta antisocial la que caracteriza al cuadro clínico. No obstante, no podemos
identificar psicopatía con delincuencia. Si bien es verdad que existen psicópatas
delincuentes, no todos los delincuentes son psicópatas.

Las personalidades antisociales se ven con frecuencia envueltas en multitud de


actividades delictivas como autores, encubridores o cómplices. Su desprecio por las
normas de convivencia, su frialdad de ánimo y su incapacidad para aprender por la
experiencia los hace eminentemente peligrosos.

Respecto a la imputabilidad de los trastornos de la personalidad y más concretamente


del trastorno antisocial de la personalidad, el tema ha sido muy debatido ya que en

IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD – VIII CICLO 15


sentido estrictamente jurídico-psicológico estos sujetos tienen conocimiento de la ilicitud
de sus acciones y voluntad clara de infringir la norma legal. Por esto, muchos autores ven
en ellos absoluta imputabilidad, criterio este también predominante entre los jueces. Por
otro lado, están los autores que encuentran alterada la voluntad por la incapacidad para
sentir abogando por la existencia de semiimputabilidad. Finalmente, están los autores que
les consideran inimputables al equiparar el trastorno antisocial a una enfermedad mental,
aconsejando sustituir las penas privativas de libertad por medidas de seguridad.

En suma, la psicopatía sólo atenúa la responsabilidad en casos excepcionales en los


que puede objetivarse una disminución de la voluntad. En estos casos excepcionales
tendría que venir aparejado con medidas de prevención y tratamiento.

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CONCLUSIONES

Podemos concluir diciento que, una persona imputables es aquella quien comete un acto

delictuoso a sabiendas que su accionar acarrea una sanción; es decir sabe lo que comente y las

consecuencias que puede acarrear la misma.

Podemos considerar a una persona inimputable a quien comete un acto delictuoso a una

persona quien no tiene discernimiento de las cosas; es decir a quien no sabe que su accionar tiene

una sanción y tampoco que el acto que está cometiendo es un acto malo y sancionable.

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BIBLIOGRAFIA

http://jorgemachicado.blogspot.pe/2013/05/imp.html

http://es.slideshare.net/zirley82/imputabilidad-informatica-iii

http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152015000200010

http://definicion.de/inimputabilidad/

http://psicologiajuridica.org/psj208.html

IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD – VIII CICLO 18

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