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UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

PROGRAMA DE MAGÍSTER EN EDUCACIÓN

Resumen de los documentos:


“Pensamiento, resolución de problemas y cognición” (Mayer 1983)
“Aprendizaje y cognición” (Hardy y Jackson 1998)
“Aprendizaje y currículum”(Roman y Diez 1999)

Alumno: Sergio Contreras Sandoval


Asignatura: Teorías Constructivistas de Aprendizaje
Profesora: Cecilia Núñez

CONCEPCIÓN 21 OCTUBRE DE 2006


INTRODUCCIÓN
Cuando los filósofos y los psicólogos se percatan de que las sensaciones,

las percepciones, el amiente y el contexto influyen en los individuos,

el aprendizaje se incorpora a la psicología como una forma visible de

estudiar la mente. Los primeros estudios como la introspección, el

asociacionismo, los modelos de constructos y el conductismo, centran

la base para todo lo que vendría así como de las ciencias cognitivas

futuras. El ser humano es un ser pensante y es ese complejo proceso

el que ha tenido ocupado a especialistas a lo largo de la historia. A

continuación se revisarán los inicios de estas disciplinas, los primeros

métodos de investigación y un breve análisis de sus influencias en el

estudio del aprendizaje.


DESARROLLO

En sus inicios la filosofía incluía, dentro de su amplio dominio, a los temas

de la psicología. En este contexto la mente y sus procesos, eran objeto de

estudio de la filosofía dominante: el asociacionismo. Esta corriente no es

más que la suma de las ideas y las asociaciones que entre ellas el ser

humano realiza. Según Richard E. Mayer (1983) Aristóteles señalo tres leyes

básicas del aprendizaje, en las cuales estaría basado el asociacionismo.

La primera tiene relación con los hechos producidos en forma paralela, los

que quedarían asociados en la memoria. Al pensar en uno

irremediablemente se piensa en el segundo. Esta es la llamada Doctrina de

la asociación por contigüidad. La segunda se refiere a la asociación que

surgiría entre hechos o acontecimientos similares. Aristóteles la llama

Doctrina de la asociación por similitud. Y la última hace referencia a los

acontecimientos u objetos que se asocian en la memoria por el hecho de ser

opuestos, es decir, Doctrina de la asociación por contraste.

Mayer además hace mención a la teoría de Aristóteles que afirma que el

pensamiento no puede prescindir de las imágenes. Cuando el estudio

empírico se impuso al filosófico esta premisa cobró mucha relevancia.

Más tarde, en Inglaterra, se volverían a formular principios sobre el

asociacionismo, está vez liderando el movimiento pensadores como Hobbes

y Locke. Ellos daban gran relevancia a la fuerza de la asociación, la que

definían como un proceso automático. Los asociacionistas ingleses afirman

que todo este proceso de ideas y asociaciones se originan a través de las

sensaciones, las que se van plasmando en la mente. Según esto, la mente

es una página en blanco o “tabula raza” en la que la realidad se dibuja a


través de lo que captan los sentidos. Está característica es en definitiva el

Empirismo. Los asociacionistas ingleses formularon todas estás teorías

entre los siglos XVII y XVIII.

A fines del siglo XIX aparece el que es llamado padre de la psicología,

Wilhelm Wundt. Mayer relata como a través de la creación de un laboratorio

de psicología, Wundt da el puntapié inicial al estudio científico de la mente y

el comportamiento humano. Wundt comienza de esta forma a someter temas

filosóficos al estudio experimental y empírico. Dividió el estudio de la

psicología en dos clases: procesos psíquicos simples y superiores. Los

primeros, tenían como centro de interés las sensaciones y percepciones

filosóficas. Y los segundos quedaban fuera de todo estudio experimental

directo. Sin embargo, si podían observarse procesos mentales superiores a

través de manifestaciones artísticas o sociales.

En Alemania Wundt encuentra su opuesto en el llamado “grupo de

Wurzburg” (ciudad alemana). Este grupo de psicólogos pretendía estudiar

los procesos cognitivos de forma experimental. Para ello desarrollaron el

método de la introspección. Este método se basaba en la experiencia

subjetiva de la descripción de los procesos mentales de cada sujeto

entrevistado, más que en datos concretos. El experimentador debe confiar

sólo en los informes del sujeto protagonista del experimento. A pesar de ser

este una aspecto muy criticado, los estudios del grupo de Wurzburg

arrojaron los primeros indicios de la posibilidad de estudiar el pensamiento.

Se comienza a cuestionar la filosofía asociacionista y aparecen los primeros

indicios de pensamiento abstracto y de pensamiento sin imágenes.


Ya situándose en el siglo XX, Mayer hace alusión al trabajo de Otto Selz,

quién desarrollo una teoría independiente a las asociaciones y las imágenes.

Selz se basaba en la idea de que el proceso del pensamiento consiste en

llenar un vacío en el complejo estructural de relaciones entre pensamientos.

Oponiéndose de esta forma a la idea de seguir una cadena de asociaciones.

Mayer da como ejemplo la solución requerida por Benjamín Franklin para

traer la electricidad desde las nubes hasta a la tierra: “La solución requería

que se llenara el hueco en el complejo con “cometa” para construir una

estructura organizada en la cual los objetos tuvieran ciertas relaciones unos

con otros”1. Selz confirma la producción, independiente a las imágenes, del

pensamiento, genera una teoría no ligada a la asociación y presenta la

teoría del pensamiento como un complejo o todo organizado.

En definitiva, tanto el asociacionismo como la introspección, resultan

insuficientes a la hora de analizar el pensamiento. Estos métodos han sido

bastante criticados, sin embargo, resultan claves a la hora de revisar los

inicios de la psicología.

El aprendizaje, signo externo de la mente

“El estudio de la cognición forma parte de la epistemología, y la psicología

del aprendizaje y la cognición ha heredado de la epistemología un conjunto

de orientaciones respecto al conocimiento y su adquisición”2. Tanto la

epistemología como la psicología resultan ser subdisciplinas de la filosofía.

La epistemología busca saber que es el conocimiento humano, como lo

adquirimos y como lo usamos. En este punto es donde se vincula con la

1
Mayer, Richard 1983, Pensamiento, resolución de problemas y cognición, pág. 29.
2
Hardy, Thomas y Jackson, Richards 1998, Aprendizaje y cognición”, pág. 1.
psicología. La psicología estudia la conducta observable, y la epistemología

estudia el como se produce el conocimiento científico a través de la

observación y la experimentación. En suma, ambas se ocupan de estudiar

los procesos cognitivos.

En las primeras etapas de la psicología, tanto el aprendizaje cómo la

cognición estaban basados en las áreas de las sensaciones, los sentidos, la

percepción. Se ponía entonces al pensamiento y sus procesos en segundo

plano. Sin embargo, según lo señalado por Hardy y Jackson 3, el aprendizaje

no se volvió un problema de primer orden para la psicología, hasta que la

evolución se integró a la psicología. La teoría de la evolución sostiene que

las especies evolucionan físicamente adaptándose al ambiente, y de la

misma forma se adaptan psicológicamente aprendiendo a lo largo del

tiempo. El aprendizaje es entonces el medio a través del cual los individuos

se adaptan al ambiente y el signo externo de la mente (lo observable). De

esta forma queda obsoleta la teoría planteada por Descartes quién habia

convertido al lenguaje en la característica distintiva de la mente, y de esta

forma separado a los animales de los seres humanos. Según Descartes los

seres humanos y los animales eran máquinas. Poseían almas concientes

sólo los primeros, y se expresaban a través del lenguaje. Por otro lado, los

animales carecían de pensamientos y sentimientos. La evolución, como ya

se señalo, puso al aprendizaje cómo la nueva línea entre hombres y

máquinas. De esta forma el aprendizaje se vuelve el problema central de la

psicología.

Estimulo y respuesta
3
“Aprendizaje y cognición”, 1998.
Al final del siglo XIX y principio del XX, los psicólogos desisten de estudiar la

mente. Se centran entonces en el comportamiento y el ambiente. Surge así

el conductismo, corriente que se basa en la idea de que la psicología

puede realizarse sólo preocupándose de los dos elementos antes

señalados. En este punto se puede establecer una relación entre el

asociacionismo y el conductismo. El primero sostenía la idea de que todo lo

que es una persona se debe al aprendizaje asociativo de ideas, el segundo

se basa en el asociar un estímulo a una respuesta.

El conductismo estudia el proceso a través del cual el comportamiento se

adapta al ambiente, vincula estos dos elementos sin la mediación de la

mente. Sostiene además la idea de que la psicología se puede hacer por

entero en términos de Estímulo y Respuesta (ambiente y comportamiento).

Según Roman y Diez4, el paradigma conductual surge a principios del siglo

XX y su principal desarrollo se le atribuye a Skinner. Está ampliamente

influenciado por el positivismo, el empirismo y en funcionalismo. Se centra

en las conducta observables, medibles y cuantificables. Roman y Diez

señalan dos épocas del paradigma conductista: Conductismo clásico (1910-

1930) y neoconductismo (1930-1960).

Al conductismo clásico lo caracteriza la oposición con el análisis de la mente

a través de métodos poco objetivos como la introspección. Además se

centra totalmente en la idea de que el lenguaje de la conducta puede

expresarse en forma medible y cuantificable en términos de estímulo y

respuesta. Da mayor importancia a los estímulos que ocasionan el

aprendizaje y las respuestas y no a los procesos. Pone énfasis en el

aprendizaje, al que lo define como una asociación entre el estimulo y la


4
Roman, Maritano y Díez, Eloísa, 1999, Aprendizaje y currículo, pág.32.
respuesta. Relega las percepciones y la sensaciones. Sustituye los procesos

mentales por los productos del aprendizaje. Además en el conductismo

clásico los estímulos son siempre externos, del ambiente, el que puede

modificarse a través de las respuestas. En esta primera época conductual el

análisis estaba basado en una metodología experimental. Pueden

distinguirse dos corrientes dentro del conductismo clásico: condicionamiento

clásico y condicionamiento instrumental

Por otra parte, el neoconductismo regula su trabajo matematizando el

método experimental en extremo. Sigue centrando su metodología en lo

observable y da mayor relevancia a los métodos de la investigación que a

los contenidos. En este afán es desechado todo lo que no se puede medir ni

cuantificar.

El conductismo y la escuela

“La escuela clásica centrada en contenidos como formas de saber constituye

un terreno abonado para la aplicación y desarrollo del conductismo en los

aprendizajes escolares”5. Se incorporán entonces las ideas del conductismo

al campo de la educación. Román y Diez indican dieciocho supuestos

fundamentales aplicados a este campo, entre los que podemos destacar el

modelo de profesor competencial y enseñante, la evaluación sumativa y

cuantitativa de productos, las técnicas de modificación de la conducta a

tarvés de premios o castigos y el modelo teórico basado en el

condicionamiento clásico (Pavlov) u operante (Skinner), teorías que desde el

laboratorio se trasladan al aula transformando el aprendizaje humano en una

réplica del animal.


5
Roman, Maritano y Díez, Eloísa, 1999, Aprendizaje y currículo, pág.34.
Existen autores como Gimeno y Eisner, que han criticado enfáticamente al

paradigma conductual. Sus principales razones tienen que ver con el

fomentar la pasividad y el sometimiento de los alumnos, en desmedro de la

actividad y la creatividad. Critican también el rol protagónico dado a los

contenidos y la transformación de la escuela como un elemento de

reproducción y no de cambio.

Por su parte, Roman y Diez, justifican el reemplazo del paradigma

conductual en el sistema educativo explicando, entre otros puntos que

descuida los aspectos que no son medibles como las destrezas y los

valores. Además de centrarse sólo en el qué y cuanto se aprende y no en el

proceso de aprendizaje. A esto se suma el hecho que el paradigma

conductual centra la evaluación en la medición sin una valoración cualitativa,

es decir, centrada en lo cuantitativo. Y por último, señalan que la visión de la

realidad al interior de las instituciones, regidas por este paradigma, es una

copia de la cultura “oficial”. En este aspecto los colegios y sus profesores se

rigen en forma estrica al curriculum obligatorio.

CONCLUSIÓN

Después de realizar este viaje imaginario por los inicios de la psicología y las

primeros teorías del aprendizaje, se puede ver como la educación ha


luchado por mucho tiempo, de una forma indirecta, por ganarse el tan

anhelado carácter de ciencia. Si bien es cierto, ni el asociacionismo, ni el

empirismo ni mucho menos la introspección, parten desde el ámbito

educativo, se puede seguir la huella de los principales autores hasta el

conductismo y encontrar una prolongación del laboratorio en la sala de

clases. Todas estas corrientes, basadas en las sensaciones y percepciones

en un comienzo, y en lo concreto después, no hacen más que sentar la base

para lo que está por venir: un cambio en el paradigma educativo. Ahora bien,

este cambio que involucra a todos los agentes educativos, y principalmente

a los profesores, está basado justamente en las críticas señaladas en los

textos hacia el paradigma conductual. El privilegiar lo cuantitativo, el

transformar a los alumnos en meras máquinas programadas y el dejar de

lado el proceso de aprendizaje, es una constante que como se puede

percibir al leer a los autores citados, ha estado presente desde principios del

siglo XX. No cabe más que señalar que la razón principal del cambio hacia

el paradigma cognitivo pasa por el talón de Áquiles presentado por el

conductismo: el no estudiar los procesos mentales que ocurren entre el

ambiente y el comportamiento (estímulo – respuesta). No estudia lo

fisiológico. La educación en su lucha por transformarse en ciencia ha debido

incorporar este tipo de estudios, los que hoy nos llevan a vivenciar un

verdadero cambio de paradigma.

BIBLIOGRAFÍA
Mayer, Richard E. (1983). Pensamiento, resolución de problemas y

cognición. Barcelona: Ediciones Paidós.

Hardí, Thomas y Jackson, Richard (1998). Aprendizaje y cognición. España:

Prentice Hall.

Roman, Maritano y Díez, Eloísa (19..). Aprendizaje y curriculum. Madrid;

Ediciones EOS.

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