Professional Documents
Culture Documents
EXTENSIÓN - LA MANÁ
CICLO:
Sexto “A”
TEMA:
Empresa y Planificación
INTEGRANTES:
Pérez Adriana
DOCENTE:
FECHA DE ENTREGA:
25/10/2018
PERIODO ACADÉMICO:
Toda empresa diseña planes estratégicos para el logro de sus objetivos y metas planteadas,
esto planes pueden ser a corto, mediano y largo plazo, según la amplitud y magnitud de
la empresa. Es decir, su tamaño, ya que esto implica que cantidad de planes y actividades
debe ejecutar cada unidad operativa, ya sea de niveles superiores o niveles inferiores.
También es importante señalar que la empresa debe precisar con exactitud y cuidado la
misión que se va regir la empresa, la misión es fundamental, ya que esta representa las
funciones operativas que va a ejecutar en el mercado y va a suministrar a los
consumidores.
II. RESUMEN
Las empresas son entidades en las que están relacionados personas que siguen objetivos
en común sea esta en la producción de bienes o prestación de servicios. La administración
fija las metas de la entidad y realiza las actividades necesarias para lograr esas metas.
Identificar la idea del negocio o empresa, no es nada fácil debido que tiene que tener en
cuenta muchos factores como son gustos, tradiciones entre otros y sobre todo tener claro
que es lo que voy a ofrecer a los clientes que necesidad se va a satisfacer. Se tiene que
conocer y analizar las fortalezas y debilidades de nuestra competencia, tipo de productos
calidad y precio.
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
EMPRESA Y PLANIFICACIÓN
En general, una empresa también se puede definir como una unidad formada por un grupo
de personas, bienes materiales y financieros, con el objetivo de producir algo o prestar un
servicio que cubra una necesidad y por el que se obtengan beneficios (Rivera, 2005).
Para poder comprender mejor los objetivos de una empresa debemos tener una idea de
cuáles son las funciones que éstos desempeñan:
Sobre la capacidad de la empresa para generar valor influyen una serie de objetivos
concretos como son:
También la empresa contará con unos objetivos económicos-sociales. Estos objetivos son
los vinculados a los grupos de la empresa, a los grupos afectados por la misma y a la
comunidad en general.
Grupos de objetivos: Para empezar, debes tener en cuenta que existen tres grandes
grupos de objetivos:
Los supremos o misión empresarial, que son la base de todo negocio. Redactarlos
es una tarea de gran relevancia y consiste en responder a estas preguntas: ¿quiénes
somos?, ¿qué hacemos?, ¿hacia dónde vamos?
Los objetivos generales son los que queremos alcanzar a nivel global y a largo
plazo.
Los objetivos operacionales o metas son los que nos van a permitir dar pasos para
la consecución de todos los demás. Son, sin duda, los más importantes, ya que son
ellos los que determinan las acciones concretas a realizar para lograr los demás
(García, 1994).
Medibles: Los objetivos deben ser mensurables, es decir, deben ser cuantitativos
y estar ligados a un límite de tiempo. Por ejemplo, en vez del objetivo: “aumentar
las ventas”, un objetivo medible sería: “aumentar las ventas en un 20% para el
próximo mes”. Sin embargo, es posible utilizar objetivos genéricos, pero siempre
y cuando éstos estén acompañados de objetivos específicos o medibles que en
conjunto, permitan alcanzar los genéricos.
Claros: Los objetivos deben tener una definición clara, entendible y precisa, no
deben prestarse a confusiones ni dejar demasiados márgenes de interpretación.
Alcanzables: Los objetivos deben ser posibles de alcanzar, deben estar dentro de
las posibilidades de la empresa, teniendo en cuenta la capacidad o recursos
(humanos, financieros, tecnológicos, etc.) que ésta posea. Se debe tener en cuenta
también la disponibilidad de tiempo necesario para cumplirlos.
Desafiantes: Deben ser retadores, pero realistas. No deben ser algo que de todas
maneras sucederá, sino algo que signifique un desafió o un reto. Objetivos poco
ambiciosos no son de mucha utilidad, aunque objetivos fáciles al principio pueden
servir de estímulo para no abandonar el camino apenas éste se haya iniciado.
Realistas: Deben tener en cuenta las condiciones y circunstancias del entorno en
donde se pretenden cumplir, por ejemplo, un objetivo poco realista sería aumentar
de 10 a 1000 empleados en un mes. Los objetivos deben ser razonables, teniendo
en cuenta el entorno, la capacidad y los recursos de la empresa.
Coherentes: Deben estar alineados y ser coherentes con otros objetivos, con la
visión, la misión, las políticas, la cultura organizacional y valores de la empresa
(García, 1994).
Objetivos específicos: Son objetivos concretos necesarios para lograr los objetivos
generales, están expresados en cantidad y tiempo, algunos ejemplos de objetivos
específicos son:
Medir el éxito: Las buenas empresas siempre buscan mejorar, crecer y ser más
eficientes. El establecimiento de objetivos proporciona la forma más clara de
medir el éxito de la empresa.
Cohesión del liderazgo: El establecimiento de objetivos se asegura de que todo
el mundo entiende lo que la organización está tratando de lograr, y es más fácil
que todo el equipo reme en la misma dirección.
El conocimiento es poder: Si un empleado conoce y comprende los objetivos, se
hace más fácil para él o ella tomar decisiones diarias basadas en los objetivos
establecidos a largo y corto plazo.
Reevaluación de objetivos: Cuando se establecen objetivos, pueden
monitorizarse de forma regular para verificar que el negocio va en la dirección
correcta. Si la empresa no está logrando sus objetivos, entonces es necesario hacer
cambios o ajustes (García, 1994).
Problemas estableciendo objetivos de empresa: El establecimiento de objetivos de
negocio puede ir mal si no se hace correctamente. Hay dos grandes escollos que deben
evitarse:
Deben ser bien analizadas y tener un tiempo razonable para poder cumplir su
objetivo.
Toda estrategia debe de estar alineada con la empresa, ya sean con sus valores,
principios o con la cultura de la misma.
Se debe de tomar en cuenta hacer consideraciones en cuanto a los recursos de
personal físico, financieros y tecnológicos con los que cuenta la empresa.
Deben ser lo más comprensibles y claras para toda la empresa (Moraga, 2015).
Se dice que existen dos tipos de estrategias empresariales las cuales son: las
organizacionales y las funcionales. Las organizacionales consisten en que la empresa sea
más reconocida y que sea establecida en el ámbito empresarial, esta les ayuda a crecer en
el mercado. Son establecidas por los mandos altos de la empresa, como por ejemplo: los
dueños o directores de la empresa (Moraga, 2015).
Formar coaliciones con otras empresas, para así poder compartir recursos y si
alguna tiene una oportunidad de negocio, se tiene la posibilidad de salir
beneficiadas ambas empresa; esta se llama estrategia de enfoque.
Entrar en nuevos mercados geográficos, darse a reconocer en empresas nuevas o
ya establecidas, de otras regiones; estrategia de desarrollo de mercado.
Establecer un mercado específico y especializarse en él, y así tener una mayor
eficiencia, esta es la estrategia de enfoque.
Hacer vínculos con una empresa competidora que ya esté bien establecida, eso
hará que tu empresa pueda ser conocida y pueda tener nuevos contactos. Estrategia
de integración horizontal (Moraga, 2015).
También están las estrategias funcionales, estas ayudan a establecer objetivos en la
empresa y son realizadas por el gerente encargado de cada nivel de la misma. Esta
estrategia es muy beneficiosa, ya que con ella se logra tener un buen desarrollo en el
personal y lo que se debe hacer es lo siguiente (Moraga, 2015):
Para poder desarrollar todas las estrategias creadas o establecidas por una empresa, se
debe de tener en cuenta que no solo es establecerlas, sino cumplir cada una de ellas.
Realizarlas abre puertas al mercado y no solo eso, sino que también, como todo el
personal es capacitado, el resultado es que dan un muy buen rendimiento y como todo
empresario quiere, se logra ser reconocido y establecer vínculos con otras empresas,
incluso en mercados internacionales si las cosas marchan bien (Moraga, 2015).
Una buena estrategia empresarial debe considerar dos aspectos claves e imprescindibles:
Elegir la idea de negocio es decidir que vamos a producir o qué servicio vamos a prestar,
una buena idea de negocio:
Satisfacer las necesidades de los clientes,
ofrecer un producto o servicio que están dispuestos a pagar,
y responde a las demandas del mercado. (García, 1994).
El análisis debe partir de los deseos de las y los consumidores o potenciales consumidores.
(Rivera, 2005)
Hay muchas formas de buscar pistas para identificar qué es lo que el mercado necesita.
Por ejemplo:
Costumbres de consumo y de producción en la zona.
Reglas establecidas por la tradición y la religión.
Personas y empresas con las que nos relacionamos.
Cambios en el entorno: éxitos/fracasos inesperados, nuevos acontecimientos,
Cambios en el mercado.
Quejas de la gente sobre productos ya existentes (Rivera, 2005).
Precaución con los productos/servicios nuevos
No presuponer que un producto/servicio inexistente se corresponda con una demanda
insatisfecha: un producto/servicio puede no existir porque no hay necesidad de él, porque
no es asequible para ese colectivo, porque no existen las condiciones físicas para su
producción o porque hay productos sustitutos más adecuados, etc. (Rivera, 2005).
Uno más en el mercado
Ser conscientes desde el inicio de que en el mercado no estamos solos: para ganarse a la
clientela habrá que hacerlo mejor que la competencia.
Para que el público compre nuestro producto/servicio, tendrá que dejar de comprar otro
bien: lo que ofrezcamos tendrá que ser mejor que alguna otra aplicación que las personas
usuarias podrían dar a ese dinero.
Por tanto, no se puede decidir un Precio de Venta sin saber qué vamos a sustituir y por
qué elegirán nuestra oferta y no otra (Rivera, 2005).
No importa lo pequeño o grande que sea tu negocio, hay cuatro objetivos que debes tener
en cuenta a la hora de plantearte una investigación para estudiar y analizar a tus
competidores:
Saber dónde y con quién compites realmente: no te fíes de la primera
impresión, siempre conviene profundizar un poco para identificar bien a tus
competidores más reseñables y sobre todo para llegar a conocer quién está
haciendo las cosas bien, quién no y cuáles son las tendencias del mercado. En este
punto es importante realizarse una serie de preguntas cuya respuesta aportarán la
información que se pretende recopilar. Se trata de cuestiones muy concretas sobre
tu competencia que más adelante detallaremos. (Gomez, 2009)
Identificar oportunidades de negocio: es difícil pero quizás identifiques un
nicho de mercado mal atendido por tu competencia.
Detectar elementos en los que diferenciarte: si entras en un mercado donde ya
están otros competidores tendrás que ofrecer algo diferente e innovador para que
sus clientes decidan irse contigo.
Prever la reacción de tu competencia: la creación de tu negocio puede provocar
una reacción de tu competencia, sobre todo si le quitas clientela, por lo que es
conveniente tratar de anticiparte y prever su reacción.
El análisis de la competencia sigue siendo una parte esencial de todo estudio de mercado,
a pesar de que en negocios muy innovadores diversos expertos empresariales
recomiendan olvidarse de la competencia y centrarse sobre todo en la validación de
producto por el cliente.
Para analizar la competencia, deberemos primero identificarla, y después, determinar sus
principales estrategias y objetivos en el mercado y con qué fuerza actúan y reaccionan
con respecto a nosotros. Analizaremos para ellos dos tipos de competencia:
– Competidores actuales: aquellos que ofrecen productos equivalentes o sustitutivos a
los nuestros. Prestaremos mayor atención a aquellos con mayor cuota de mercado y
volumen de negocio. (Gomez, 2009)
– Competidores potenciales: aquellos que tengan productos que eventualmente pudieran
ser sustitutivos de los de la empresa, o aquellas empresas que están en condiciones de
superar las barreras de entrada.
Este análisis debe servirnos para extraer de él nuestro valor diferencial como empresa.
Qué tenemos o hacemos realmente mejor que nuestros competidores. Existen muchos
ejemplos de ventajas competitivas, como la elaboración del producto de la más alta
calidad, un superior servicio al cliente, menores costes que la competencia, estar mejor
ubicados geográficamente, un producto con un mejor rendimiento, entre otros (Gomez,
2009).
Errores habituales al analizar a la competencia
Subestimar a tu competencia. Es un error habitual de muchos autónomos
nuevos, ten cuidado, desde fuera las cosas suelen parecer más fáciles de lo que
luego en realidad son y a menudo tu gran idea ya la han tenido los competidores
que llevan más tiempo que tú y que por tanto conocen mejor el mercado y al
cliente, sólo que no lo han hecho porque es más difícil de lo que parece o porque
no les interesaba al tener otros intereses, como por ejemplo un modelo de negocio
distinto. (Reyes, 2012).
Olvidar la competencia indirecta: hay dos tipos de competencia, la directa y la
indirecta. La directa es la que ofrece lo mismo que tú en el mismo mercado, pero
también está la indirecta, que vende productos o servicios alternativos. Como
ocurre en el sector del ocio: cine, teatro, conciertos, deportes, bares, televisión en
casa, etc.
Fiarse de la intuición y de la primera impresión: es decir, descuidar este trabajo
de análisis de la competencia, no dedicarle la prioridad y el esfuerzo que merece
y conformarse con aproximaciones e intuiciones, ocurriendo que generalmente
suele ser demasiado tarde cuando éstas se revelan como insuficientes (Reyes,
2012).
Hay que ser realistas a la hora de dar las respuestas, tener muy claro lo que se quiere, pero
también lo que se puede. Existen diversas maneras y métodos de planificación que varían
según el área de aplicación. Planificar significa elaborar de estrategias de superación de
los problemas que se nos presentan en el trabajo y de potenciación de aquellos elementos
positivos que ya poseemos pero que no tenemos identificados y que, por este mismo
motivo, no lo incluimos en nuestro trabajo (Rodríguez, 2016).
1. Formular objetivos: Los objetivos pueden definirse como aquellas cosas que
queremos alcanzar en un período de tiempo con determinados recursos. Tienen la función
de ser orientadores en las acciones que se realizarán y, al final, se convertirán en un
elemento útil para la evaluación (Rodríguez, 2016).
Los recursos humanos son las personas con las que trabajamos y las potencialidades y
debilidades que ellos y nosotros tenemos en la tarea. Los recursos tecnológicos son
aquellos elementos con los que contamos para realizar mejor nuestro trabajo. Cuando
podemos contar con ellos nos fortalecen, cuando no, significan verdaderos puntos débiles.
Ej.: muestras, miniaturas, catálogos, revistas, etc. (Rodríguez, 2016).
Los recursos físicos incluyen, en este caso, los lugares físicos o virtuales donde nos
movemos para ofrecer nuestros productos. Ej.: círculo de amistades, eventos, stands,
exposiciones, ferias, certámenes, viajes al interior, etc. (Rodríguez, 2016)
Por recursos financieros entendemos el monto económico de dinero con el que contamos
y que puede ser requisito para la expansión del trabajo. Ej.: dinero para el viaje y estadía
en el interior, etc. (Rodríguez, 2016)
Los recursos organizacionales tienen que ver con las condiciones que brinda el elaborador
de los productos y que incluyen conceptos variados como calidad, presentación, garantía,
imagen comercial e institucional, posibilidad de capacitación, premios e incentivos de
venta, clima de trabajo, responsabilidad empresarial, etc. (Rodríguez, 2016)
Una vez finalizado este análisis, funcionará como diagnóstico de nuestra situación y
desempeño de trabajo. Deberá ser realizado con la mayor objetividad para que las
estrategias que se planteen sean realmente superadoras de los problemas que existen
(Rodríguez, 2016).
6. Lugar: Es importante delimitar dónde se realizará cada actividad. Esto nos ayudará a
tener claro donde nos movemos y para qué específicamente planificamos esa actividad
en ese lugar (Rodríguez, 2016).
8. Recursos: Luego de fijada la actividad, se deberá pensar qué recursos serán necesarios
para llevarla adelante. Como vimos, esos recursos podrán ser humanos, físicos,
tecnológicos, etc. Será necesario, además, contar con ellos con anticipación para tener
seguridad de que dicha actividad será una realidad (Rodríguez, 2016).
CASO PRÁCTICO
Mediante estos aspectos de gran importancia se logró el objetivo deseado por parte de la
empresa, hoy en la actualidad desempeña con gran optimismo sus actividades con 10 años
de funcionamiento.
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones:
Recomendaciones: