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5.

Corrientes geostróficas

5.1 Equilibrio geostrófico

En el interior del oceano lejos de la superficie, del fondo y de las fronteras


laterales, para distancias que exceden las decenas de kilometros, y para escalas
de tiempo mayores a algunos dias, los gradientes de presion horizontal en el
océano están en un balance casi completo con la fuerza de Coriolis que resulta
de los movimientos horizontales. Este balance se denomina “balance
geostrófico”, y las corrientes resultantes “corrientes geostróficas”.

Partiendo de las ecuaciones primitivas el balance geostrófico se obtiene


considerando flujos que rotan rápido, son homogeneos y sin fricción, o sea

RoT<<1, Ro<<1, Ek<<1

y ρ=0 (no existen variaciones en la densidad).

En este límite, las ecuaciones resultantes son:

Este conjunto de ecuaciones tiene interesantes propiedades:

1.Teorema de Taylor-Proudman: si tomamos la derivada vertical de la ecuacion


de momento en x, se obtiene

donde en la ultima igualdad se uso la ecuacion de momento vertical. El resultado


es el mismo si se considera la ecuacion de momento en y. Por lo tanto vale que
lo cual se conoce como el teorema de Taylor-Proudman. La intepretacion física
de este resultado es que el campo de velocidad horizontal no varía con la
profundidad y por lo tanto todas las parcelas de fluido en la misma vertical
varían de la misma forma (figura 5.1). Esta rigidez vertical es una característica
fundamental de los fluidos de rotación rápida, como pueden considerarse los
movimientos oceánicos de gran escala.

Figura 5.1 – Vista desde arriba de una columna de Taylor teórica mostrando las
lineas de flujo sobre un obstáculo sumergido (línea punteada). El agua dentro del
círculo no se mueve.

Un ejemplo de las columnas de Taylor en el océano se puede ver en el retiro del


hielo durante el verano en la region del estrecho de Bering. La figura 5.2
muestra el límite del hielo en los veranos de 1992-1994 en el mar de Chukchi,
mostrado sobre la batimetría. Las figuras a-c muestran cómo se retira el hielo
hacia el norte alrededor del “Banco de Herald”; las figuras d-f muestran el retiro
del hielo alrededor del “Banco de Hanna”. En cada figura los continentes son
negros, el océano profundo (> 60m) es gris oscuro, profundidades entre 40-60m
son gris mas claro y en blanco estan las zonas mas bajas. Se observa que a
medida que el hielo se retira hacia el norte tiende a quedar hielo sobre el “Banco
de Herald” y el “Banco de Hanna” debido a que agua fría proveniente del
estrecho de Bering queda atrapada sobre estas “obstrucciones”.
Figura 5.2 – Límite del hielo en los veranos de 1992-1994 in en mar de Chukchi,
mostrado sobre la batimetría. Ver texto. La ubicacion del mar de Chukchi y las
corrientes medias se muestran en la figura de abajo.

2. Equilibrio geostrófico: De acuerdo a las ecuaciones anteriores, las velocidades


horizontales están dadas por
−1 ∂ p
ug =
0f ∂ y
1 ∂p
v g=
0 f ∂ x

lo cual expresa que las velocidades horizontales son perpendiculares al gradiente


de presión. Por lo tanto en un fluido rotante las parcelas de fluido no se mueven
de la alta presión a la baja presión sino que circulan alrededor de los centros de
presión moviéndose a lo largo de las isóbaras (figura 5.3). Esto implica que no se
realiza trabajo sobre el fluido, y por lo tanto una vez comenzado el flujo puede
persistir sin entrega de energia adicional. La direccion de rotacion depende del
hemisferio ya que f cambia de signo. En el hemisferio sur el flujo es tal que las
altas presiones estan a la izquierda del flujo.
Figura 5.3 – Corrientes geostroficas en el H.N.

5.2 Aplicaciones de las ecuaciones geostróficas.

En esta sección supondremos que el flujo no es necesariamente homogéneo, o


sea permitiremos ρ diferente de 0. En este caso la ecuación vertical queda

∂p
=− g
∂z

donde en este caso ρ es la densidad total ρ = ρ0 + ρ'.


Integrando la ecuación vertical desde la superficie hasta una profundidad h se
obtiene

p=p0 ∫−h g  dz

donde p0 es la presion atmosferica en superficie y η la altura del nivel del mar


(ver figura 5.4).

Figura 5.4 – Esquema de superifice del mar ( = ).

Sustituyendo esta ecuacion en la solucion para u y v se obtiene


−1 ∂ 0 g  dz− g ∂
ug=
0 f

∂ y −h f ∂y
1 ∂ 0 g ∂
v g=
0 f ∂x
∫−h
g  dz
f ∂x

donde se usó la aproximacion de Boussinesq, reteniendo ρ cuando se calcula la


presión en profundidad.

Estas ecuaciones indican que el gradiente de presión tiene dos términos, uno
debido a la pendiente de la superficie del mar y otro debido a las variaciones
horizontales de densidad en profundidad.

5.2.1 Corrientes geostroficas en superficie usando altimetria.

En superficie las ecuaciones anteriores dan la velocidad geostrófica que resulta


de variaciones en la altura de la superficie del mar

−g ∂ 
ug=
f ∂y
g ∂
v g=
f ∂x
g
⇒ u= k∧∇ 
f

La topografía de la superficie del mar es la altura de la superficie del mar con


respecto al geoide, donde el geoide se define como la superifice de nivel para un
océano en reposo. Por lo tanto, de acuerdo a estas ecuaciones las corrientes
geostróficas en superficie son proporcionales a la pendiente de la topografía, la
cual puede medirse con altímetros desde satelites (Figura 5.5).

Figura 5.5 – Relacion entre altura de superficie del mar ( = ) y corrientes
geostróficas en superficie en el H.N. Escalas tipicas en el oceano.

Dado que el geoide es una superficie de nivel, es una superficie de geopotencial


constante =gh .
La topografia se debe a los procesos dinámicos que causan que el océano se
mueva: mareas, corrientes, y cambios en presión barométrica debido al efecto
barométrico invertido, y por lo tanto se denomina topografia dinámica. La
topografia es aproximadamente 1/100 de las ondulaciones del geoide (figura
5.6), y por lo tanto la forma de la superficie del mar está dominada por
variaciones locales en la gravedad y no por la influencia de las corrientes.

Figura 5.6 - Geoide de referencia.

Un ejemplo se puede ver en la figura 5.7, donde la superficie del mar sigue muy
de cerca la forma del geoide. Cuando se resta el geoide de la superficie del mar
se encuentran las ondulaciones causadas por los movimientos oceánicos, en este
caso por corrientes. Notar que la corriente del Golfo se ve como una gran
pendiente de la superficie del mar.

Figura 5.7 – Medida de la superficie del mar a traves de la corriente del Golfo.

Una visión mas regional de la corriente del golfo muestra la circulación media y
los “eddies” (figura 5.8).

Figura 5.8 – Anomalías del nivel de superficie del mar (izq) y nivel de superficie
del mar total (der).

Las figuras 5.7 y 5.8 también muestran la presencia de giros cerrados (“eddies”
o “rings”) de aguas cálidas y aguas frías como máximos y mínimos relativos de la
superficie, respectivamente. Estos giros tienen una escala horizontal de 50-
100km y son los equivalentes a los sistemas del tiempo en la atmósfera. Ambos
fenómenos son creados por la inestabilidad baroclínica del flujo. La circulación
para el caso de los giros de aguas cálidas se muestra en la figura 5.9.

Figura 5.9 – Circulación de superficie alrededor de un giro de aguas cálidas.


Para medir la topografía oceánica es necesario sistemas de altímetros de gran
precisión colocados en satélites. Los primeros sistemas, llevados en Seasat,
Geosat, ers-1 y ers-2 fueron diseñados para medir la variabilidad semanal de las
corrientes. Recién con Topex/Poseidon (1992) el sistema se diseñó para tomar
medidas suficientemente precisas como para observar la circulación de
superficie, mareas, y la variabilidad de los giros oceánicos. El T/P fue seguido
por Jason (2001) y Jason-2 (2008).

Hoy día los satélites orbitan a una distancia de 1000 km sobre la superficie
terrestre, y los altímetros miden la altura del nivel del mar con una precisión de
1-2 cm. La elevación media relativa al geoide se muestra en la figura 5.10. Se
observa que los gradientes de elevación mayores coinciden con las corrientes de
superficie mas intensas, como la del Golfo, la de Kuroshio y la Circumpolar
Antartica (figura 5.11).

Notar que las corrientes ecuatoriales son muy intensas mientras que el gradiente
de elevación del mar es pequeño. Esto es pues cerca del Ecuador donde el
parámetro de Coriolis tiende a cero, el balance geostrófico no vale.

Figura 5.10 – Topografía media anual de la superficie oceánica según T/P (1992-
1999).
Figura 5.11 – Corrientes en superficie en el océano Pacífico superpuestas sobre
la TSM.

La varianza del nivel del mar es una medida de la variabilidad de las corrientes
geostróficas en superficie. Esta varianza es máxima en las corrientes de borde
oeste y en la corriente de Agulhas (figura 5.12).

Figura 5.12 – Variabilidad de la topografia segun T/P. La varianza de la


topografia indica variabilidad de las corrientes geostroficas en superficie.
La región de la confluencia entre las corrientes de Malvinas y de Brazil es una de
las mas energéticas del globo. Esto se puede ver claramente a traves de la
varianza del nivel de superficie del mar (figura 5.13).

Figura 5.13 – Varianza del nivel del mar y condiciones medias de la region de la
confluencia Malvinas-Brazil.

Volvamos a las ecuaciones

−1 ∂ 0 g  dz− g ∂
ug=
0 f

∂ y −h f ∂y
1 ∂ ∫0 g  dz g ∂ 
v g=
0 f ∂ x −h f ∂x

Si la densidad del océano fuera constante el primer término es nulo y el


gradiente de presión en superficie persistiría verticalmente a través de toda la
columna de agua. Como consecuencia las velocidades geostróficas de un océano
uniforme son independientes de la profundidad (consecuencia del teorema de
Taylor-Proudman).

No obstante, las corrientes y los gradientes de presión observados en


profundidad son menores que en la superficie sugiriendo una cancelación de los
dos términos de las ecuaciones de arriba. O sea que la densidad del agua de mar
varía y el campo de densidades se reorganiza de tal forma de oponerse al
gradiente de presión horizontal de superficie, creando un gradiente de presión
baroclínico que resulta en corrientes geostróficas débiles en profundidad (~2000
m).

Cuanto deben inclinarse las superficies de densidad en el interior del océano a


los efectos de cancelar los gradientes de presión causados por las elevaciones en
superficie? Si ug -> 0 a una profundidad H, entonces los dos términos son de
magnitud similar, o sea
H ∂ 〈〉 ∂〈 〉
~
0 ∂ y ∂y
H ∂〈〉 ∂ z ∂ 〈 〉
~
0 ∂ z ∂ y ∂ y
H N² ∂ z ∂〈 〉
~
g ∂y ∂y

donde <> denota el promedio vertical en la altura H. Así,

∣Pendiente de isopicnal∣ g
~ 2
∣Pendientede superficie∣ N H

Para H= 1km, y los valores de N=5*10-3 1/s se tiene que g/N2H = 400. O sea que
por cada metro de elevación de la superficie libre las superficies de densidad
deben descender 400m para poder cancelar las velocidades geostróficas. Esto es
justamente lo que se observa en el océano. Donde la altura del nivel del mar es
alto, como en los subtrópicos, las superficies de densidad constante en el interior
tienden a ser profundas. Comparar figura 5.10 con figura 5.14.

Figura 5.14 – Profundidad de la superficie de densidad σt=26.5.

Un esquema se muestra e la figura 5.15

Figura 5.15– Esquema de estructura vertical oceánica.


Así, la velocidad geostrófica en cualquier profundidad puede ser considerada
como la combinación de una parte debido a la pendiente de la superficie y otra
debido a los gradientes internos de presión asociados con una estratificación que
varía en la horizontal.

Los gradientes de presión asociados con desviaciones de la altura del nivel del
mar con respecto al geoide tienden a sentirse en toda la cloumna y generan
corrientes usualmente denominadas barotrópicas. Generalmente se las considera
aquella parte del flujo que no depende de la profundidad, pero estrictamente los
fenómenos barotrópicos están asociados con superficies de presión que son
paralelas a las superficies de densidad constante.
Por otro lado, los flujos baroclínicos son el resultado de superficies de presión
constante que no son paralelas a las superficies de densidad constante. En
general, las variaciones verticales de un flujo pueden descomponerse en una
componente barotrópica que es independiente de la profundidad y una
componente baroclínica que varía con la profundidad.

5.2.2 Efectos estéricos

Una contribución fundamental en las variaciones espaciales en el nivel del mar


es simplemente la expansión (contracción) de columnas de agua que son mas
cálidas (frías) que sus alrededores. Notar que el nivel del mar es alto en los giros
subtropicales que son cáludos, y bajos en los giros polares que son fríos.
Análogamente, columnas mas salinas son mas cortas que columnas menos
salinas. El efecto de la expansión/contracción de las columnas debido a T y S se
denominan efecto estérico.

La magnitud del efecto estérico se puede estimar de la ecuación

H ∂〈〉 ∂ 〈 〉
~
0 ∂ y ∂y

que se puede reescribir usando la escuación de estado


~T 〈T −T 0 〉−S 〈 S−S 0 〉
H

Usando valores típicos de en los primeros 1000m de profundidad en los


subtrópicos: <T-T0>=10C y de <S-S0>=0.5, se obtiene


~2−0.38∗10−3
H

Se nota que el efecto de expansión de la columna debido a que son aguas cálidas
predomina sobre la tendencia a la contracción debido a su salinidad. Estas
estimaciones son del órden de aquellos de la figura 5.10.
5.2.3 Corrientes geostróficas en profundidad usando hidrografía

Las ecuaciones geostroficas son usadas desde hace muchos años para calcular
las corrientes en profundidad. La idea básica es usar medidas hidrográficas de
temperatura, salinidad y presión para calcular la densidad usando la ecuación de
estado del agua de mar. Usando la densidad en las ecuaciones geostróficas es
posible calcular las corrientes. Dado que la constante de integracion no se
conoce en realidad se calculan velocidades relativas con respecto a un nivel de
no-movimiento, o respecto a un nivel donde se conozcan las corrientes.

Es importante señalar que no se usa medidas de presión directamente en las


ecuaciones geostróficas ya que errores en la presión causados por errores en la
determinación de la profundidad del instrumento de medida son mucho mayores
que las anomalías de presión debido a las corrientes (esto es consecuencia de la
gran densidad del agua de mar).

En la práctica se estima la pendiente de una superficie de geopotencial a una


profundidad comparada con otra, lo cual nos dice sobre la intensidad relativa de
las corrientes entre los dos niveles. Es el método análogo al usado con la
altimetría que calcula la pendiente de la superficie (a presión constante p =
patmosfera) relativo al geoide.

Figura 5.16 – Esquema para calcular corrientes geostróficas de hidrografía.

Los pasos a seguir son:


1. Calcular la diferencia en geopotencial entre las superficies de presión 1 y
2.
2. Calcular la pendiente de la superficie de más arriba con respecto a la de
abajo en dos estaciones A y B.
3. Calcular la corriente en la superficie de arriba relativa a la superfice de
abajo: cortante de corrientes.
4. Integrar verticalmente el cortante asumiendo que se conoce la corriente en
alguna profundidad de referencia.
Usamos una versión modificada de la ecuación hidrostática
1
 dp= dp=d =−g dz

donde Φ es el geopotencial y dΦ es el trabajo necesario para levantar una unidad
de masa una distancia dz. Es posible escribir el balance geostrófico como
1 ∂p ∂ p ∂
= = =−fv
 ∂x ∂x ∂x
donde Φ es el geopotencial a lo largo de una superficie de presión constante.
Veamos como es posible calcular los gradientes de geopotencial de datos
hidrográficos.
En la estación A la diferencia de geopotencial entre p1 y p2 (figura 5.16) es
P 2A
 P1A − P2A =∫P  S ,T , pdp
1A

donde la anomalía de volumen específico se puede escribir en dos partes


 S ,T , p=35,0, p

donde 35,0, p es el volumen especifico de agua de mar a S=35, T=0 y


presión p, y δ es la anomalía de volumen especifico.
Entonces
P 2A P2A
 P1A − P2A =∫P 35,0, pdp∫P  dp= 1− 2 std   A
1A 1A

donde el primer término es la distancia geopotencial estandard entre dos niveles


de presión p1 y p2, y el segundo es la anomalía de geopotencial (cerca de 0.1%
del primer término). Existen tablas y programas numéricos para calcular la
anomalía de geopotencial dados los datos hidrográficos.
La distancia geopotencial es la misma en cualquier ubicación horizontal ya que
no existen variaciones verticales de T o S. Por lo tanto para calcular las
corrientes debemos calcular la anomalía de geopotencial entre p1 y p2 en las
estaciones A y B.
La anomalía de geopotencial es usualmente llamada altura dinámica, y muchas
veces la anomalía de geopotencial es dividida entre g lo cual resulta en la altura
estérica (medida en metros).
Por simplicidad asumamos que la superficie de mas abajo es tal que las
superficies de presión y geopotencial coinciden y por lo tanto no existen
gradientes de presión y las corrientes son nulas. En este caso la pendiente de la
superficie de arriba (p2) es
 B −  A
L
puesto que la distancia geopotencial es la misma en A y B.
Por lo tanto la velocidad geostrófica es
1  B−  A
V=
f L
la cual es perpendicular al plano definido por las dos estaciones y en dirección
saliente en el H.S. La regla es que el flujo es tal que agua cálida y menos densa
está hacia la izquierda mirando en la dirección de movimiento de la corriente
(H.S.).
Es bueno resaltar que este método da valores relativos de velocidad de
corrientes entre niveles. En el desarrollo anterior asumimos que existe un nivel
de no movimiento en profundidad (p1). Pero, es válida esa hipotesis?
Aproximandamente si. En profundidad, en la mayoria de las cuencas oceánicas el
campo de densidades es relativamente uniforme de tal forma que por ejemplo, la
altura estérica de 1500m relativa a las de 2000m varía en alrededor de 1 cm.
Asimismo, la altura estérica de la superficie relativa a 2000m muestra
diferencias del orden de 0.5m en una cuenca. O sea que en principio las
corrientes en 2000m son muy pequeñas y puede considerarse como nivel de no
movimiento.
El océano austral es una excepción esta regla ya que existen fuertes corrientes
geostróficas que se extienden hasta el fondo. Tampoco es válido en las regiones
costeras.

5.3 Viento térmico


La relación teórica fundamental de la oceanografía observacional usada en la
sección anterior es la relación del viento térmico. Consideremos las ecuaciones
geostróficas

−1 ∂p
ug =
0f ∂y
1 ∂p
v g=
0 f ∂x
y tomemos la derivada vertical:
∂ug −1 ∂ ∂p
=
∂ z 0 f ∂ y ∂z
∂ vg 1 ∂ ∂p
=
∂ z 0 f ∂x ∂z

Usando la ecuación hidrostática se obtiene


∂ug g ∂
=
∂ z 0 f ∂y
∂ vg −g ∂
=
∂ z 0 f ∂x
Estas son las ecuaciones del viento térmico e indican que si la densidad varía
horizontalmente entonces existe un cortante vertical de la velocidad geostrófica.
Esta relación es la modificación del teorema de Taylor-Proudman cuando el
fluído tiene variaciones en la densidad.
Los términos a la derecha de las ecuaciones de viento térmico se pueden
interpretar como la acción de la gravedad sobre gradientes horizontales de
densidad para tratar de llevar a superficies de densidad constante a la dirección
horizontal. O sea son la tendencia natural de un fluído sometido a la fuerza de la
gravedad a encontrar su propio nivel. Para los flujos de gran escala en el océano
esta tendencia es opuesta por la rigidez vertical de las columnas de Taylor
representada por los términos de la izquierda. Un esquema de este proceso se
muestra en la figura 5.17.

Figura 5.17 – Esquema de procesos físicos implicados en el viento térmico.

Consideremos una columna de agua en un océano establemente estratificado. El


giro asociado a f (1, figura 5.17) es inclinado por el cortante de velocidades
(du/dz) de las corrientes con el tiempo (2). Esto induce una circulación
(vorticidad) en el plano transversal (3) convirtiendo la estratificación vertical en
gradientes de densidad horizontales. Como el ambiente es estable, la acción de
la gravedad actuando sobre las superficies de densidad inclinadas es en el
sentido correcto para balancear la circulación asociada con las comunas de
Taylor inclinadas.

5.3.1 Método dinámico


Integrando la ecuacion del viento térmico entre dos niveles z y z1 se obtiene
g z 1 ∂ g ∂D
ug  z−ug z1=
f
∫ z 0 ∂ y
1
dz =
f ∂y
z 
D=∫z dz
1 0
donde D es la altura dinámica escrita de otra forma. Como más arriba, esta
ecuacion nos permite, sabiendo la densidad a partir de mediciones de T y S,
calcular el flujo geostrófico en cualquier nivel z relativo al flujo geostrófico
relativo al nivel z1. Mas arriba consideramos un nivel de no movimiento en
profundidad (2000m). Otra alternativa es considerar el flujo de superficie como
conocido e integrar esta ecuación desde superficie hacia abajo.

5.4 El problema de ajuste de Rossby


Una clara ilustración del rol que la rotación juega en oponerse a la acción de la
gravedad sobre superficies de densidad que no son horizontales puede verse en
el laboratorio. Una columna inicialmente vertical de agua salina es permitida que
vaya al equilibrio bajo la acción de la gravedad en una mesa rotante. Se observa
la formación de un cono que rota con la mesa y cuyos lados tienen una pendiente
particular (figura 5.18).

Figura 5.18 – Evolución hacia el equilibrio de una columna de agua densa


situada en un plato rotatorio.

El experimento muestra que si bien inicialmente la columna vertical no está en


equilibrio geostrófico, el cono final sí lo esta. Pero, cuanto debe hundirse el cono
para que la velocidad y la presión estén en balance y cómo es el proceso? Este
problema se conoce como el problema de ajuste de Rossby. La solución completa
es complicada y en esta sección daremos sólo un argumento cualitativo.
Supongamos que cuando la columna cae conserva su cantidad de movimiento
angular, de tal forma que si r es la distancia al centro del cono y u es la velocidad
en el borde del cono se tiene
2
r ur=constante
Si r1 es el radio inicial (de la columna vertical) entonces el cambio en velocidad
azimutal (tangencial) está dada por
2r ru rr u=0
r
 u=−2 r−u ~−2 r
r
si cambia su radio en δr (que se asume pequeño) marcado en la figura 5.18. En
la parte superior de la columna de agua δr<0 y el anillo adquirirá una rotación
positiva (antihorario); abajo δr>0 y el anillo adquirirá una rotación negativa
(horaria). (Notar que despreciamos el rozamiento.) El hundimiento del cilindro
procederá hasta que el cortante vertical resultante satisfaga las ecuaciones del
viento térmico.
La expresión del viento térmico en este caso se obtiene de la siguiente forma.
Asumamos que la densidad de uno al otro lado del cono cambia en forma
discontínua con ρ1> ρ2. Sea y un eje horizontal y γ el ángulo de la pendiente.
Calculemos la diferencia de presión entre dos puntos en la frontera del cono por
dos caminos (1) y (2) que deben ser iguales (figura 5.19)
∂p ∂p ∂p ∂p
  z  y =  y  z
∂z ∂y  2 ∂y ∂z 1

Figura 5.19 – Esquema de pendiente del cono y caminos usados para calcular la
diferencia de presiones entre dos puntos de la frontera.

Usando la ecuación hidrostática en ambos lados de la frontera encontramos que


la pendiente está dada por
∂p 1 ∂p2 ∂ p1 ∂p 2
− −
dz ∂ y ∂ y ∂ y ∂y
tan = = =
dy g1 −2  g
y usando las ecuaciones geostróficas para relacionar los gradientes de presión
con las velocidades (se desprecia el término u2Δρ) encontramos que
g 'tg 
u2−u1 = .
2
La g' es la gravedad reducida g'=gΔρ/ρ1. La fórmula anterior se conoce como la
relación de Margules, derivada en 1903 por el meteorólogo Max Margules para
explicar la pendiente de la frontera en frentes atmosféricos.
Asumiendo que tg γ~H/|δr| donde H es la altura de la columna de agua y
sustituyendo en la ecuación anterior.
g' H/∣ r∣
u2−u1~
2
Usando la estimación de velocidades encontrada mas arriba se obtiene
finalmente que
g' H
 r~ 
2
Esta escala horizontal que caracteriza la escala horizontal de hundimiento del
cono para llegar al equilibrio geostrófico se conoce como el radio de
deformación de Rossby. Este radio es la escala para la cual los efectos de la
rotación son comparables a los de la estratificación. Un análisis mas detallado
muestra que en escalas mas pequeñas al radio de deformación de Rossby la
presión se ajusta al campo de velocidades, mientras que para escalas mayores
que este radio la velocidad se ajusta al campo de presiones.

Bibliografía principal
– Introduction to physical oceanography, R. Stewart
– Atmosphere, Ocean and Climate dynamics, J. Marshall y R. Plumb

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