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TEXTO
TEMA
PROPOSITO
INTRODUCCION.
5. QUE NO ES LA ESPIRITUALIDAD
A. No equivale a emocional. Para mucha gente los que son muy emocionales son espirituales.
Muchísimas personas son engañadas por estas cualidades, especialmente en los predicadores
(sacerdotes, pastores, evangelistas). Recuérdese 2 Cor. 11:11-13.
II. Los Espirituales Son Los Que Reciben La Revelación Espiritual De Dios.
A. Las cosas espirituales son las que proceden de Dios, cosas que agradan a Dios, que le
glorifican.
B. Estas son reveladas por el Espíritu Santo, y no son de creación humana. Las cosas
espirituales no proceden de la mente humana, ni de la sabiduría humana. No son producto de la
intuición humana. La mente humana no tiene ninguna capacidad para revelar, imaginar
ni inventar cosas espirituales.
C. 1 Cor. 2:9-14, Cosas espirituales nos vienen por la revelación del Espíritu Santo y son
escritas en la Biblia.
1. Son "cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios
ha preparado para los que le aman" (v. 9).
2. Como nadie puede conocer el espíritu del hombre excepto el espíritu del hombre que está en
él, tampoco puede alguno conocer la mente de Dios excepto el Espíritu de Dios (v. 11). El decir
algún hombre que él sabe aparte de la revelación inspirada lo que Dios quiere es insensatez.
3. El hombre natural (1 Cor. 2:14) es el hombre que no recibe la revelación inspirada del
Espíritu. El hombre espiritual es aquel que sí recibe la revelación inspirada y la sigue, y sirve a
Dios de acuerdo a ella.
4. Por lo tanto, los espirituales son aquellos que reciben las palabras espirituales, las
Escrituras inspiradas, 2 Tim. 3:16,17. Si no nos apegamos estrictamente a esta revelación no
somos espirituales.
1. Por más que les guste a los hombres, por más emocional que sea, por más conmovedor
que sea, no es culto espiritual.
2. Tal culto se llama "culto voluntario" (Col. 2:23) porque procede no del Espíritu de Dios
sino de la voluntad humana.
A. Los espirituales han nacido espiritualmente, Juan 3:3-6. Ya no son carnales. El hombre
interior (2 Cor. 4:16) es gobernado por la palabra de Dios y no por las emociones, los
sentimientos y deseos carnales.
B. Los espirituales siempre desean, como niños recién nacidos, la leche espiritual (la palabra
de Dios) para que puedan crecer, 1 Ped. 2:1,2.
C. Los espirituales viven conforme al Espíritu, Rom. 8:1, 5,6. Piensan en las cosas del
Espíritu. Tienen propósitos espirituales. Su corazón (mente, voluntad, emociones, conciencia)
está en armonía con las enseñanzas del Espíritu Santo. No hay otra ley ni fuerza que les guíe.
D. Los espirituales son guiados por el Espíritu, Rom. 8:14 (a través de la palabra inspirada
porque los espirituales están llenos de inteligencia espiritual, Col. 1:9-11). El Espíritu nos
convirtió a través del evangelio, y el mismo Espíritu debe guiarnos a través de la palabra para
que seamos en verdad espirituales y no mundanos y carnales.
E. El Espíritu "mora" en los espirituales (Rom. 8:9), es decir, como el pecado "moraba" en
ellos (Rom. 7:17) cuando eran pecadores (carnales) para controlar sus vidas, ahora el Espíritu
"mora" en ellos para controlar su vida por medio de la inteligencia espiritual que imparte a
través de las Escrituras inspiradas. Donde "mora" Satanás (Apoc. 2:13) él controla; donde
"mora" el Espíritu Santo El controla.
G. Los espirituales están llenos, no del vino, sino del Espíritu, Efes. 5:18, porque entienden y
aceptan la palabra (Efes. 5:17), y cantan himnos y cánticos espirituales, Efes. 5:19; y llevan el
fruto del Espíritu (Gál. 5:22,23) y no satisfacen los deseos de la carne (Gál. 5:16,19-21). No
quieren morder a los hermanos (Gál. 5:14) como mordían a otros estando en el mundo.
I. Los espirituales son una casa espiritual, para ofrecer sacrificios espirituales, 1 Ped. 2:5;
Heb. 13:15; Fil. 4:18.
L. Los espirituales no son carnales, 1 Cor. 3:1-3 (no tienen celos, contiendas y disensiones).
Conclusión:
A. ¿Quiénes son los espirituales? ¿Qué significa ser espiritual? Este estudio debe ayudarnos
a definir bíblicamente la palabra.
Sin embargo la Biblia no enseña esto. Pablo, en su primera carta a los corintios les dice en 1:5 que ellos “habían sido enriquecidos en
todas las cosas”, y en 1:7 les recalca que “nada les faltaba en ningún don”. La frase “nada os falta” puede traducirse también como
de “nada carecéis”, “de nada estáis privados”, “de nada pasáis necesidad”.
La iglesia de Corinto era pues una iglesia muy favorecida en carismas o dones. Lo más lógico sería esperar que una iglesia tan rica en
dones espirituales, y que había sido fundada por el mismo apóstol Pablo, sería una iglesia con una alta y verdadera espiritualidad. Sin
embargo, no era así, sino mas bien lo contrario.
En el 3:1-4 de la misma carta, Pablo les dice que “no les podía hablar como a espirituales sino como a carnales”. El calificativo “carnal”
aquí tiene la connotación de alguien que está dominado por la carne, o sea, la naturaleza pecaminosa heredada de Adán.
Ser carnal, es pues, lo contrario a ser “espiritual”, lo cual significa ser dirigido y guiado por el Espíritu de Dios. Los corintios, con todo
y que eran ricos en dones espirituales, tenían una conducta dominada y regida por la carne, en lugar del Espíritu Santo. Esto era la causa
de todos los problemas que se suscitan y se desarrollan a lo largo de la carta.
Una palabra de advertencia y aplicación, hermanos: los dones espirituales no fueron dados a los creyentes para cambiar su carácter, sino
para hacerlos mas útiles y eficientes en el ministerio dentro del cuerpo de Cristo.
Segundo: Tampoco la verdadera espiritualidad es algo que se adquiera a través de experiencias místicas (1 Corintios 14:33, 40).
Por muy fantásticas e impresionantes que sean las experiencias místicas o extáticas que se tengan, nunca van a proporcionar
espiritualidad en la vida de quienes las experimenten.
Una vez más la iglesia de Corinto nos sirve de ejemplo. Ellos tenían cultos y una liturgia verdaderamente rebosantes. El gozo y las
manifestaciones místicas eran exuberantes. Tanto en lo individual como en lo congregacional los corintios eran dados al éxtasis, al
grado que Pablo tiene que decirles que “Dios no es un Dios de confusión o tumulto, sino de paz” (14:33)
Los cultos de los corintios, eran pues, faltos de estabilidad y firmeza, por lo que terminaban en confusión y desorden.
Al igual que ellos, hoy muchas iglesias y creyentes quieren alcanzar un nivel alto de espiritualidad con experiencias tenidas de culto en
culto.
Para tal efecto manipulan el ambiente congregacional, generando así un ambiente que propicia las experiencias místicas.
Sin embargo, es bueno aclarar a estas alturas, que la espiritualidad no es un fin, sino un medio para lograr el fin por el cual Dios nos ha
salvado: anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Como puede apreciarse, la verdadera espiritualidad abarca un área mucho más amplia que simplemente los cultos realizados en el lugar
de reunión.
2.QUE ES LA ESPIRITUALIDAD
1) Un estilo de v ida, una manera de ser y de hacerse discípulo de Jesús [...] una manera de
pensar y actuar, de caminar según el Espíritu [...] (Gutiérrez 1986:14).
2) Espiritualidad es una forma concreta, mov ida por el Espíritu, de v ivir el ev angelio. Una
manera precisa de v ivir ante “el Señor” en solidaridad con todos los seres humanos,
“con el Señor”, y ante ellos. Ella surge de una experiencia espiritual intensa, que luego
es tematizada y testimoniada (Gutiérrez 1988:312).
3) Un modo de responder, un modo de v ivir la vida del Espíritu Santo [...] En obediencia a
Dios, el seguimiento de Jesús en el poder del Espíritu [...] Toda espiritualidad v erdadera
es, en última instancia, amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos
(V illafañe
4) Una integración de las creencias y las prácticas en los afectos que son ev ocados y
expresados por esas mismas creencias y prácticas (Land 1997:13)
En Juan 1:12-13 podemos leer sobre la importancia de esto: “Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de
llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de
la voluntad del hombre, sino de Dios”.
Tu crecimiento espiritual no tiene que ver principalmente con que tus padres, amigos o familiares sean creyentes. Se trata
primero de un asunto individual, para aquellos que han sido adoptados por Dios.
2. EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL SE BASA EN LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.
El apóstol Pablo nos enseña que necesitamos vivir bajo la influencia del Espíritu Santo para crecer espiritualmente:
“Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos. Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor. Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay
disolución, sino sean llenos del Espíritu” (Efesios 5:5-18).
La Biblia enseña mucho sobre la obra del Espíritu Santo. Por ejemplo, nos enseña que Él nos guiará a toda verdad y nos
consuela (Juan 16:13; 14:26). No hay crecimiento espiritual en nuestras vidas si el Espíritu no está trabajando estas cosas que
solo Él puede hacer.
Tenemos mucha información sobre Dios. Conocemos sus atributos, podemos citar la Palabra, hablar sobre lo que Él ha
revelado, pero ¿tienes una relación con Dios? ¿Lo conoces en lo privado?
Pedro escribió: “Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria
ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”. (2 Pedro 3:18, énfasis añadido.)
El apóstol habla del crecimiento en conocimiento y gracia. Esta gracia incluye el aspecto experimental de haber sentido el
perdón de nuestros pecados, y el profundo amor de Dios. Si no conocemos de una manera profunda la gracia de Dios, no
podremos compartirla con otras personas ni crecer.
Dios exalta al humilde y tiene una pasión singular por él. Sin embargo, la misma Biblia enseña que Él resiste a los orgullosos
(Santiago 4:6).
Necesitamos seguir el ejemplo de Jesús: “Haya, pues, en ustedes esta actitud (esta manera de pensar) que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que Se
despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se
humilló El mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8).
Teniendo todas las facultades para haber nacido en un palacio, nuestro Señor vino a nacer en un pesebre y a morir por
pecadores, eligiendo la peor de las muertes. Así nos modeló una actitud de humildad.
Por eso, en Romanos 12:1-2, leemos: “Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos
como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten (no se
conformen) a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de
Dios: lo que es bueno y aceptable (agradable) y perfecto”.
En respuesta al evangelio, debemos vivir con mentes transformadas para crecer espiritualmente.
6. EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL INSPIRA UNA ACTITUD DE AVANCE.
Cuando Dios trabaja en nuestras vidas, nos reta a seguir creciendo.
El apóstol Pablo escribió al respecto: “Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando
lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).
Pablo no estaba pendiente de sus retrovisores mientras avanzaba en el crecimiento espiritual. Necesitamos dejar de vivir en el
ayer. Hay veces en que estamos estancados, y por eso debemos pasar la página.
Hay cosas que Dios tiene para nosotros, que no podemos recibir mientras carguemos con nuestro pasado. Debemos avanzar
hacia la meta de conocer más a Cristo y ser semejante a Él.
Reflejamos a Cristo cuando renunciamos a una vida centrada en nosotros, y decidimos auxiliar a los demás.
¿Estamos sirviendo a los demás como Jesús espera que lo hagamos? Esa es una evidencia poderosa de que estamos creciendo
espiritualmente en lo interior.
2. El Hombre Espiritual (Aquel que es controlado y capacitado por el Espíritu Santo): “Pero la
persona que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas …” (I Corintios 2:15).
3. El Hombre Carnal (Aquel que ha recibido a Cristo pero que vive en derrota porque confía en
sus propios esfuerzos para vivirla vida cristiana):
“Con todo, hermanos, no pude hablarles entonces como a gente guiada por el Espíritu, sino como a personas
puramente humanas, como a niños en cuanto a las cosas de Cristo. Les di enseñanza sencilla, como a un niño
de pecho se le da leche en vez de comida fuerte; porque ustedes todavía no podían digerir la comida fuerte.
Pero ni siquiera pueden digerirla ahora porque todavía son puramente humanos. Mientras tienen envidias,
discordias y divisiones, son puramente humanos y están haciendo lo que toda la gente hace” (I Corintios 3:1-3).
Los siguientes son cuatro principios para vivir una vida llena del Espíritu.
1. Dios ha provisto para nosotros vida llena y abundante.
Jesús dijo:
a.”Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (San Juan 10:10)
b. “Yo soy la planta, y ustedes son las ramas. El que sigue unido a mi, y yo unido a mi, da mucho fruto; pues no
pueden ustedes hacer nada sin mi” (San Juan 15:5)
c.”Pero lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y
dominio propio No hay ninguna ley en contra de cosas como éstas” (Gálatas 5:22,23)
d. “Pero al venir el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y saldrán para hablar de mi, tanto en
Jerusalén como en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas del mundo” (Hechos
1:8).
A. El Hombre Espiritual:
Algunas características personales que resultan de confiar en Dios:
El grado en que estas características se manifiestan en la conducta está en proporción directa a confiarle al
Señor cada detalle de la vida, y de la madurez en Cristo. Una persona que está empezando a entender el
ministerio del Espíritu Santo, no debe desanimarse porque no muestra tanto fruto en su vida como los
cristianos maduros que han conocido y experimentado esta verdad por largo tiempo. ¿Por qué la mayoría de los
cristianos no están experimentando la vida en abundancia?
2. Los Cristianos carnales no pueden experimentar una vida llena y abundante.
El hombre carnal confía en sus propios esfuerzos para vivir la vida cristiana:
Desconoce o ha olvidado el amor de Dios, su perdón y poder (Romanos 5 8-10; Hebreos 10:1-25; 1 Juan 1;2:1-3,
II Pedro 1:9; Hechos 1:8).
Experimenta “altibajos”.
Tiene dificultad para comprenderse a sí mismo; desea hacer lo bueno pero no puede.
No descansa en el poder del Espíritu Santo para vivir la vida cristiana. (I Corintios 3:1-3; Romanos 7:15-24; 8:7,
Gálatas 5:16-18).
B. El Hombre Carnal:
Algunas o todas las siguientes fallas pueden caracterizar al cristiano que no confía plenamente en Dios:
(El Individuo que profesa ser cristiano pero que continúa practicando el pecado, debe darse cuenta que tal vez
no sea cristiano en lo absoluto, de acuerdo a I Juan 2:3; 3:6-9; Efesios 5:5).
El tren caminará con o sin furgón de cola. Sin embargo, sería inútil tratar de accionar el tren por el furgón de
cola. De la misma manera, nosotros, como cristianos, no dependemos de nuestros sentimientos o emociones,
sino que ponemos nuestra fe (confianza) en la fidelidad de Dios y las promesas de Su Palabra. Como caminar
en el Espíritu La fe (confianza en Dios y Sus promesas) es la única forma por la cual el cristiano puede vivir una
vida controlada por el Espíritu. Conforme usted continúa confiando en Cristo momento a momento:
Su vida mostrará cada vez más el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22.23), y será conformado más y más a la imagen
de Cristo (Romanos 12:2; II Corintios 3:18).
La oración y el estudiar la Palabra de Dios tendrán más significado.
Usted experimentará Su poder al testificar (Hechos 1;8).
Estará usted preparado para el conflicto espiritual contra el mundo (I Juan 2:15-17); contra la carne (Gálatas S
16,17); y contra Satanás (I Pedro 5:7-9; Efesios 6:10-13). Experimentará Su poder para resistir la tentación y el
pecado -(I Corintios 10:13, Filipenses 4:13; Efesios 1:19-23; 6:10; II Timoteo 1:7; Romanos 6:1-16).
La Respiración Espiritual
Por fe usted puede seguir experimentando el amor y perdón de Dios, Si usted se da cuenta que, en algún área
de su vida, (una actitud o una acción) está desagradando al Señor, aún cuando usted está caminando con El y
deseando servirlo sinceramente, simplemente dé gracias a Dios que El ha perdonado sus pecados – pasados,
presentes y futuros – sobre la base de la muerte de Cristo en la cruz. Por fe, aprópiese del amor y perdón de
Dios y continúe teniendo comunión con El. Si usted vuelve a tomar el trono de su vida a causa del pecado – un
acto definido de desobediencia – respire espiritualmente. La Respiración Espiritual (exhalando lo impuro e
inhalando lo puro) es ejercicio de fe, que le capacita a continuar experimentando el amor y perdón de Dios.
Exhale – Confiese su pecado – esté de acuerdo con Dios en cuanto a su pecado y déle gracias porque El lo ha
perdonado, de acuerdo a I Juan 1:9 y Hebreos 10:1-25. La confesión implica arrepentimiento – un cambio de
actitud y acción.
Inhale – Rinda el control de su vida a Cristo, y aprópiese (reciba) la llenura del Espíritu Santo por fe. Confíe en
que ahora El le controla y capacita, de acuerdo a la orden de Efesios 5:18, y la promesa de I Juan 5:14,15.
La espiritualidad de Jesucristo
Lucas 4:18-19
Si pretendemos practicar una espiritualidad cristiana satisfactoria, es preciso
conocer primeramente la espiritualidad de Jesucristo, ya que ésta es la fuente y
el modelo de toda espiritualidad cristiana.
Así lo afirma Jesús, cuando él mismo se aplica la profecía de Isaías 61:1-2. “El
Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha
enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a
poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4: 18-19). Los
evangelistas nos dicen que fue concebido por el Espíritu Santo en el seno de la
virgen María, y lleno del Espíritu Santo es llevado por impulsos al desierto de
Galilea. Dios ungió del Espíritu Santo y de poder a Jesús de Nazaret, el cual
recorrió el país llevando a cabo milagros y haciendo el bien, por cuanto Dios
estaba en Él.